Partida Rol por web

Darius miró hacia ambos lados de la calle. El trandoshano se había escabullido como buena lagartija. No pudo evitar mirar a Devian de arriba abajo: -...Con las manos- Dijo rascándose la ceja. No tenía muy claro quién había tenido más suerte. -Es como zurrar a un cocodrilo... Pero con más mala leche.- Explicó.

El caza-recompensas torció los labios reconociendo el valor (o la temeridad) del joven y volvió al casino.

Hago una mueca de enfado al ver que el trandoshano no aparecía. Era muy rápido para desaparecer de esa manera.

Miro a Devian, poniéndole una mano en su hombro para llamar su atención.

- Has hecho lo que creías correcto, y eso es lo que importa. Por desgracia el objetivo ha sido más rápido que nosotros y se ha escabullido. Pero a veces no tenemos que limitarnos a lo que ven nuestros ojos y oyen nuestras orejas a simple vista. Usa la Fuerza. Amplia tus sentidos, siempre puedes ver u oír o notar algo que los demás no pueden, algún detalle que se te escaparía si sólo usas tus sentidos sin ayuda de la Fuerza. 

Me concentro, esperando que la Fuerza me muestre algo que nos permita seguir la pista del trandoshano.

*Miro a mi maestro como se acerca a mi y agacho la caveza en modo de decepcion dispuesto a recibir otra bronca... pero de pronto escucho sus palabras... sonrio como si todavia hubiese una oportunidad y asiento con a cabeza mientras le digo...

Es cierto... la fuerza me ayudara a encontrar el camino...

*Cierro los ojos y me concentro..., dejo que la fuerza fluya en mi interior para ampliar mis sentidos y poder encontrar al asesino...

Maldiciendo por sus adentros, Anzak miró al sullustano y le hizo gestos para que fuese con él. Esto le dolió aun más, pues su última baza de estar conectado con sus compañeros también parecía tener prisa.

El contrabandista miró la mesa para saber en qué situación estaba y cuanto podía tardar en jugar la mano que estaba jugando y luego le hizo una seña a Debo para que se acercara él a la mesa.

Acabado esto Anzak se sentó, y sin mirar sus cartas dijo:

- Bien, ¿por dónde íbamos?- comentó mirando la situación de la mesa y como se iba desarrollando esa mano.

Deslizadores lujosos, alienígenas pateando las aceras más inmediatas y un intenso ir y venir en la calle de la ciudad hicieron a Darius comprender que habían perdido al sullustano, y a los dos jedis que sus sentidos, al menos en esos momentos, no eran suficientes para esclarecer el paradero del trandoshano. Acto seguido, volvísteis al interior del casino.

Saliste de la mesa, recogiendo con brío tus veinte créditos. Si, allí se apostaba fuerte, pero también se ganaba demasiado. Y lo mejor era no tentar a la suerte (o eso que llaman La Fuerza) en más de una ocasión... Entonces te reuniste con debo, el cual estaba esperándoos.

Anzak había dejado de jugar, y estaba yendo hacia donde estaba Debo (en mitad del casino). El contrabandista vió cómo sus tres compañero entraban de nuevo por la entrada del casino, y se reunían con el sullustano. Ahora que las conversaciones de Debo y el arconiano habían finalizado (este último se había sentado en una mesa de sabacc) parecía querer deciros algo en su idioma natal.

El arconiano al que hemos venido a ver no está dispuesto a revelar la información que hemos venido a buscar por menos de... 1000 créditos -aquella era una suma bastante importante-.

El arconiano al que hemos venido a ver no está dispuesto a revelar la información que hemos venido a buscar por menos de... 1000 créditos -

-Tu compiche, al que nos has traído a ver, nos pide tan sólo 1000 créditos- Repitió en un tono artificialmente sereno. -...Claro, deja que busque- Dijo llevándose la mano al bolsillo. Al sacarla extendió el dedo corazón en un gesto obsceno.

La propuesta del Sullustán le recordaba a uno de los timos más viejos de la galaxia.

Darius se volvió hacia el desquiciante jedy: -Maestro, Obre su magia.-. Pidió al anciano con una sonrisa forzada y se hizo a un lado para que Clint hablase con Debo. -Con un poco de suerte se suicida- Dijo mirando sin compasión al alienígena.

Anzak negó con la cabeza al ver que su amigo y socio volvía a ser tan...natural. Era en esos momentos por los que recordaba que era él quien se encargaba de las negociaciones.

- Vamos a ver, Debo- dijo el contrabandista pasando a primera línea-. Mil créditos es un dineral. Hay muchas cosas en la galaxia que valen ese precio, pero, por lo menos sé que es lo que lo vale. Aquí me piden mil créditos por algo que ni siquiera sé que voy a comprar.

Anzak negó con la cabeza y miró al droide de protocolo que acompañaba a Debo-. No me malinterpretes, pero creo que podría negociar éste asunto mejor. ¿Me permites?- le dijo Anzak con una medio sonrisa en la boca.- Pero antes debo saber por qué estoy negociando... y no me digas que es por la "huida del bloqueo"...quiero algo más, algo que me haga fuerte en la negociación- preguntó mirando a Debo fijamente.

Un poco decepcionado por no haber perdido al trandoshano, regreso al casino con mi aprendiz y el caza-recompensas.

- No te preocupes, Devian. - reconforto a mi pupilo - Ya daremos con ese sujeto si se presenta la ocasión. Estaremos atentos y daremos con él. Me interesa también recuperar ese sable láser, es una arma Jedi y no tendría que estar en manos de un asesino.

Con parsimonia escucho a Debo y el requerimiento dinerario que nos hacen por la información.

- ¡Por las nubes tóxicas de Gulano! Eso es mucho dinero... - exclamo.

Estoy a punto de decir algo cuando veo que Anzak toma las riendas en este asunto. Y me parece bien. Él está más ducho en estos temas y sabrá llevar mejor la negociación.

- Mejor que lo lleve tu socio - digo a Darius - Aunque gracias por la confianza.

*Volvemos a la sala y escucho las palabras de mi maestro..., es cierto que no el sujeto era bueno ocultandose y quizas no se culpa mia, pero no puedo evitar sentirme frustado y decepcionado conmigo mismo, las palabras de mi maestro me reconforta algo entonces fuerzo una sonrisa que el sabe que no es sincera y asiento con la cabeza, despues tras llegar a nuestros asientos y sentarme le digo...

Maldita sea..., lo tenia tan cerca...

Debo no estuvo del todo seguro de qué quería decir Darius con aquel gesto. Debía ser de desesperanza, como aquella insistencia por la nave siniestrada tras huir de la ciudad.

Yo tampoco sé qué es con exactitud -entendísteis de Debo-. Información, por lo que sé, nada físico. Y por ese precio en un lugar como éste, debe ser buena y práctica para salir de aquí... Es demasiado dinero, sí... ¡barljlas***! -pareció emitir un gruñido en su lengua, algo así como un insulto o similar en señal de rabia-. Veíais que el arconiano estaba en la mesa jugado a diestro y siniestro al Sabacc. Sus ruidos bucales no parecían sino carcajadas: definitivamente, estaba ganando bastante.

Dicen, más allá de este planeta, que es el mejor jugador de este sitio -apuntó el sullustano-.

Doy un ligero apretón al brazo de mi alumno, para darle apoyo y que no se sulfure.

- Tranquilo, mi joven padawan - me sorprendo a mi mismo con esas palabras. Es la primera vez, creo, que le llamo padawan.- Hay que tener paciencia y no dejarse llevar por la frustración. Recuerda que en un Jedi no hay emoción ni pasión, sino paz y serenidad. Encontraremos a ese sujeto, seguro que sí.

Oigo a Debo junto a mis compañeros. Parece que obtener la información no va a ser tan fácil como parece.

- Tal vez lo que tendríamos que hacer es retarle a una partida. Si ganamos nosotros, nos tiene que dar la información. Si es tan bueno jugando, no creo que necesite el dinero y creo que la idea de que le intentemos ganarle le estimulará más que los créditos que podamos ofrecerle.- comento a mis compañeros.

Mientras deliberan que hacer, me dirijo otra vez a la barra. Normalmente los camareros son una buena fuente de información y puede que saque algo sobre el trandoshano del sable.

- Camarero, ¿me pone una ronda, por favor? - mientras me sirve intento entablar conversación con él. - Caramba con el jaleo que ha habido antes aquí. Espero que no ocurra cada día, no seria bueno para el negocio.

- Mejor que lo lleve tu socio - digo a Darius - Aunque gracias por la confianza.

Darius que tenía los brazos cruzados sobre el pecho respondió con ironía: -Soy tu fan-.

 Recuerda que en un Jedi no hay emoción ni pasión, sino paz y serenidad.

Rammkopf no pudo evitar alzar las cejas y volver la cabeza hacia Lightman. Justo cuando necesitaba apretarle las branquias* al sullustán, su compañero se ponía en plan filosófico. El caza-recompensas resopló a sus espaldas.

-Tal vez lo que tendríamos que hacer es retarle a una partida.-

-Es una gran idea- Asintió con la cabeza -Anzak es nuestro hombre....Pero no necesariamente el único- Añadió. -Este sería un buen momento para uno de vuestros "entrenamientos".- Sugirió a los jedys.

Devian parpadeo algo sorprendido.

- Venerable maestro ... no estoy seguro de que el uso de nuestras habilidades en el juego sea lo más apropiado. ¿El lo que un Jedi haría? ¿Sacar beneficio de sus poderes?

Mientras espero la respuesta del camarero, oigo a mi pupilo hacerme esa observación.

- Un Jedi jamás sacaría provecho de sus poderes para si mismo. Si lo hacemos, es para conseguir esa información que tanto necesitamos. Y no me llames venerable ¡eso suena a viejo!

Devian asintió, aunque parecía incómodo con la idea.

- No es muy digno, aunque sea necesario. Imagino que no fuese muy habitual entre los jedis, no veo a mi padre haciendo algo así. Pero si lo dice mi muy experimentado maestro ...

- Ni te imaginas las cosas que tienes que hacer para ser un auténtico Jedi. Una partidita de cartas no es el fin del mundo ni te lleva al Lado Oscuro.

Devian frunció el ceño.

- No abandone mi planeta ni las enseñanzas de mi madre para jugar como un tahur, si no para vengar a padre y honrar su legado. Pero os obedeceré maestro.

Miro a mi alumno. Creo que la frustración de no haber atrapado al trandoshano lo está ofuscando.

- La venganza no lleva a ningún sitio sino al Reverso Tenebroso. Un Jedi no busca venganza, no se deja acarrear por esos sentimientos. La mejor manera de honrar a tu padre es no buscar ningún tipo de venganza. Sé que es duro, y ahora mismo tu corazón clama vengar su muerte, pero créeme, matarlos no te haría sentir mejor.

Observo a mi pupilo. Aun siendo joven e impulsivo, la Fuerza está en él y puede llegar a ser un buen Jedi. Sólo hay que tener paciencia en su enseñanza.

- Seria sólo una partiditia, y para ayudar a Anzak en caso necesario. Necesitamos ganar el dinero de manera rápida.