Partida Rol por web

Tomásteis rápidamente la Mist Hunter. Su rampa estaba echada a tierra, y subísteis y la ocupásteis con premura. Anzak se puso a los mandos principales de pilotaje y Darius a la artillería. Debo se colocó en la zona del manejo de pantallas y repulsores. Por su parte maestro de la fuerza y aprendiz se sentaron en asientos de tripulación, junto a D8BO y el pequeño Chispa, que correteaba de acá para allá escaneando los sistemas de la nave con su brazo reticulado.

El despegue fue fugaz y limpio, ¡por fin habíais conseguido una nave nueva! Ahora sólo quedaba esperar que el código de salida obtenido en aquel destruido droide fuera el correcto y pasara el control de los imperiales. De lo contrario, todo habría sido en vano (y estaríais en un buen problema).

Tras unos minutos, la bella ciudad de las Nubes queba allí abajo. Pronto alcanzaríais el borde exterior del planeta y en pocos minutos una llamada a través del panel de comunicación de la nave os avisó. Aquella voz debía ser la de un aduanero imperial:

Nave Mist Hunter, deténgase para enviar el código de salida del planeta -dijo a través del comunicador naval-.

- Gracias Debbo- logró decir el contabandista cuando el droide de protocolo le tradujo lo que su amo le había dicho-. Has pagado tu deuda. Veo que eres un tipo de palabra. Si quieres puedes seguir con nosotros. Nunca viene mal un par de manos hábiles...y un droide de protocolo, claro- le ofreció el contrabandista.

Una vez dentro puso rumbo a la órbita del planeta. Al poco de salir de la atmósfera, una fragata aduanera les esperaba para comprobar que todo aquel que saliera delplaneta fuese alguien legal.

- Aquí la Mist Hunter- comenzó a decir Anzak por el comunicador a la aduanera-. Procedo a parar los motores e insertar el código de salida- dijo por el comunidador, que colgó al instante.

- Chispa, tú guardaste los códigos. Introdúcelos en la computadora- ordenó Anzak a la unidad R3-. Esperemos que el tipo no nos haya mentido y los códigos ean fiables, si no preparaos para lo que pueda pasar- advirtió a sus compañeros desde la carlinga.

- Perdón maestro. Fue imprudente sacar el sable luz de mi padre, pero pense que os encontrabais en peligro. A veces olvido que nos sois en absoluto un anciano indefenso.

Tras hablar con su maestro observo a Anzak teclear en una consola.

- Anzak, tu eres el experimentado contrabandista, pero esa consola creo que esta apagada ... ¿no?

Miro con cierto paternalismo a mi pupilo ante su comentario.

- Hiciste bien, te lanzaste a la defensa porque creíste que estaba en peligro, y eso es lo que tiene que hacer un Caballero Jedi, auxiliar a los demás. Habrá que buscar la manera de que practiques más con el sable, encontraremos el tiempo y practicarás. Por eso me hubiera gustado localizar al tipejo ese que usó el sable en el casino, para averiguar de donde lo había sacado y tomarlo prestado...

Sonrío con cierta sorna cuando oigo la observación de Devian sobre el terminal que Anzak había tecleado compulsivamente.

- Espero que cuando pilotes la nave tengas los ojos abiertos y mirando al frente...

    Desde el puesto de artillero, Darius no pudo ver como su socio y el droide se atropellaban mutuamente por enviar los códigos imperiales, sin embargo las malas noticias llegaron por el comunicador.

- Anzak, tu eres el experimentado contrabandista, pero esa consola creo que esta apagada ... ¿no?

-¿¿Cómo que apagada??¡No digas tonte...!- Darius no acabó la frase. El indicador del panel de comunicaciones estaba en gris oscuro.

El caza-recompensas parpadeó incrédulo y avisó por el canal al piloto.

-Socio...erh- Susurró en voz baja -¡Enciende el panel!- Le advirtió.

Los sensores mostraban las fuerzas aduaneras imperiales. Darius descansó las manos sobre las rodillas, lejos de los mandos de disparo. Un error ahora y no lo contarían.

Se rebulló en el asiento y añadió por la radio: -...Y no dejes de darles palique amigo-

Debo asintió ante la traducción de su droide de las palabras de Anzak. Al fin y al cabo, pese a los métodos poco prácticos aunque efectivos, el sullustán parecía de fiar.

¡¡Biiipp!! -"Chispita" rodó hasta el computador central, justo al lado de Anzak. Allí colocado, introdujo los datos de la clave obtenida-.

"Permiso concedido. Pueden traspasar el bloqueo" -dijo la voz del aduanero imperial-.

Y así, con la aprobación del agente imperial, lográsteis abandonar Bespin de una vez por todas. Seguramente podríais volver al punto de encuentro Rebelde, una vez activárais el hiperimpulsor. Tras unos momentos de felicidad efusiva ante vuestra buena suerta, recibís en la nae un mensaje holográfico (aún Bespin orbitaba bajo vuestra nave). Sobre el panel central, en el emisor de imágenes, aparece el holograma de un tipo, un mandaloriano, el cual emite una jerga poco comprensible.

Tras sobrepasar el bloqueo imperial, Darius bajó a la cabina y se apoyó en el respaldo del asiento del piloto.

-De buena nos hemos librado-

Después se volvió hacie el pequeño droide atromecánico: -Chispa, te has ganado un baño de lubricante, pero otra vez no atosigues al amo Anzak.-

R3-S7 protestó con varios graznidos de su sintetizador.

-JAJAJA...Vale, vale, solo bromeaba. Está claro que tus tripas mecánicas no saben lo que es el sentido del humor.-

En ese momento apareció el holograma del mandaloriano.

-Esta gente sí que sabía hacer armaduras- Dijo señalando al tipo.

El caza-recompensas se sentó en un conducto de cableado para escuchar con atención.

-No se...Sólo entiendo palabras sueltas- Se lamentó sacudiendo la cabeza.

- Vaya, ¿alguien entiende que dice ese? - digo mientras intento escudriñar el mensaje - No entiendo nada de lo que habla, y eso que el novio de mi nieta Hannah es mandaloriano, aunque nunca le he prestado demasiada atención, siempre está hablando de batallas y armas, el muy pesado.

Anzak miró el cuadro de mandos y observó que realmente estaba apagado el sistema de computación. Los datos que pudiera haber metido no tenían más efecto que el clic que sobaba al tocar los interruptores. 

- Es que estoy acostumbrado a la otra nave y en esta todo es al revés- mintió el contravandista iintentando quitarse el muerto de encima.- Además ya le he dicho a Chispa que metta los datos él mismo, que para eso los sacó del droide.

La espera se hizo eterna pero al final la comunicación proveniente de la aduanera les llegó otorgándoles el permiso para salir del planeta.

-¡Bien! Ahora solo nos queda hacer un par de misiones para poder pagar la antigua nave que estrelló Debbo y que aun tengo que pagar a los Hutt...aunque podríamos vender esta y con lo que sacáramos nos daría para pagar a los Hutt y comprar otra chatarra como la que teníamos antes- bromeó Anzak mientras escuchaba que por el comunucador de la nave les hablaba un mandoloriano hablando en su idioma natal.

- Yo tampoco sé lo que está diciendo- comentó encogiendose de hombros y mirando a los demás por si ellos se habían enterado de algo. 

El azulado droide D-8BO comenzó a escuchar las palabras de aquel tipo, un inconfundible (por la armadura y la fiereza de sus armas) mandaloriano. El holograma bailaba rápidamente, pero podía apreciársele con relativa buena nitidez. El droide de protocolo, en caso de tener garganta y saliva, la estaría tragando a través de ellas. Esperó unos segundos y comenzó a traduciros lo que decía:

Se-ñores -dijo D8-BO-, las pa-labras de este su-jeto no parecen muy alentado-ras. Al pare-cer, según deduzco, se enfrentó con el due-ño de esta n-ave -se refería al weequay que Debo tomó prisionero hasta el hangar donde tomásteis el carguero que pisábais-. Creo que fue por un ajus-te de cuentas, en el que el mandalo-riano no quedó bien pa-rado. ¡Por los soles de Tatooine! ¡Cree que el weequay está a-quí, o que so-mos sus secuaces!

No hizo falta que D8 tradujera los gestos del tipejo con el dedo en alza mientras hablaba (señal de amenaza) o su gesticulación, propia de una advertencia poco usual. Fue entonces cuando el holograma se apagó rápidamente, sin previo aviso. No había sido una fallo eléctrico, sino una comunicación acabada por el propio mandaloriano.

Un requeño refulgor en la pantalla de escaner del Mist Hunter os avisó, y el dedo de Debo lo señaló para que os diérais cuentas. Vísteis entonces en pantalla que una nave se os aproximaba por retaguardia... ¡Parecía extremadamente rápida!

¡Es él! -entendísteis de Debo por ser una pequeña frase-. Se refería, claramente, al mandaloriano.

Antes de que os pudiérais dar cuenta, la nave del mandaloriano se lanzó contra vosotros.

El caza-recompensas no era muy hablador, pero en situaciones de combate se imbuía de energía: -No ganamos nada luchando contra este tipo- Analizó Daríus. -En el mejor de los casos acabaremos con su nave en llamas y la nuestra averiada de nuevo- Dijo sin rodeos mirando de reojo la esfera brillante de Bespin.

-Socio: Písale a fondo.

Chispa: Chequea el computador de abordo y activa el hiper-impulsor en cuanto esté listo. Si nuestro punto de reunión no está en las coordenadas, mándanos a cualquier sitio cercano. No importa donde.- Se apresuró a aclarar.

Después se volvió hacia los Jedis:

-Ayudar a Anzak con las pantallas y reparaciones...No saldremos indemnes. Si os sabéis algún truco para que ese tipo nos deje en paz- Dijo haciendo un gesto con la mano -Es el momento.

Debo: Trata de hablar con el mandaloriano...Dile que aquí no está su amigo weequay... Ponle ojitos o dile lo que sea.

Yo subiré al puesto artillero.

¡Arreando!- Dijo para dar ánimos a todos.

Anzak asintió sacando todo lo que esa nave daba de sí, intentando alejarse del mandaloriano todo lo que pudiera. Aun así intentó comunicarse con la otra nave para ganar algo de tiempo.

- Aquí la Mist Hunter. Le hablo al que acaba de establecer comunicación con nosotros. No tenemos nada que ver con el weequay al que pertenecían ates esta nave. Yo la he ganado limpiamente en una partida de sabbac- mintió Anzak.

Luego miró a sus compañeros y negó con la cabeza. Dudaba que esas excusas surgieran efecto, pero era posible que tuviera una ligera duda y esa les permitiera escapar.

- ¡Chispa!, estate seguro de calcular bien el salto, pues no tenemos un hiper de seguridad, así que no nos la podemos jugar- le ordenó al droide.

- Y Darius, no pierdas de vista a la nave. Si inicia el fuego devuélveselo con creces.

Aferrando los mandos, Anzak se centró en las maniobras que tenía que hacer para alejarse de la nave del mandaloriano.

- ¡Maldita sea! No soy piloto ni estoy acostumbrado a las naves...

Se esforzo en recordar lo que sabia de los mandalorianos, cuando soñaba con vivir aventuras y apredia todo lo que podia del espacio y las culturas que lo habitaban ...

¿Ese mandaloriano ... no tendrán alguna costumbre que sira para evitar este sinsentido?

- Seguro que es un farol, dile que nos reímos de sus amenazas y su linaje es impuro.

Aunque dudo durante unos instantes, tal vez fuese otra raza ...

- No os dejéis achicar por el mandaloriano ese. En el fondo no son tan fieros como parecen... aunque mejor salir de aquí cuanto antes.- digo a mis atolondrados compañeros, ante la amenaza de la otra nave.

Me acerco al tablero donde está el droide haciendo los cálculos para el salto al hiperespacio.

- Desgraciadamente mis poderes son algo limitados y poco puedo hacer con el mandaloriano, pero igual podemos acelerar el salto... aunque estoy un poco oxidado...- comento al ver que mis cálculos de astrogación no sirven de mucho.

-¿No hay una ruta programada en el ordenador? Mirarlo bien, no tendría nada de rearo teniendo en cuenta a quién le hemos birlado la nave-

 Daríus tomó los mandos del cañón  turboláser y apuntó a la nave que los perseguía. -No seré yo el que empiece a disparar como un descerebrado- Dijo fijando el punto de mira con sangre fría.