Partida Rol por web

Volvíais a tener un futuro incierto. Si no hubiera sido por el mal cálculo de Chispa... si no hubiera sido por el maldito mandaloriano... si ni tan siquiera Debo se os hubiera cruzado en un principio... Echar la culpa a una u otra acción sería inútil, pues todo tenía parte de responsabilidad. Nuevamente, teníais que arreglároslas para poner fin a este infame periplo.

Las Mist Hunter aterrizó en una lanzadera menor, muy pequeña, en un arrabal de la ciudad, en su parte baja. Tras abandonarla allí, os abrísteis paso por dicha parte de la Ciudad. Lo bueno es que, según parece, esta vez los imperiales brillan por su ausencia. Tras caminar entre niveles y tomar escaleras y ascensores, encontrásteis nuevamente una sala donde trabajaban muchos ugnaughts. Se trataba de una sala donde congelaban el famoso gas Tibanna, según comentó Debo traducido por su intérprete personal.

De repente, escuchásteis unos pasos fornidos (que no eran los de los ughnaughs) por los pasillo y recovecos de la sala donde manipulaban dicho gas. Eran guardias de la Ciudad.

Darius lanzo una última mirada a la nave antes de abandonar la cabina. -Me gustaba este ladrillo...Después de todo ha aguantado como para aterrizar- Comentó a sus compañeros.

-Chispa:¿Aun tienes los códigos imperiales en tu memoria?-

Miró a sus compañeros y añadió: -Si conseguimos otra nave podremos intentarlo de nuevo. Sabemos que en el hangar aun quedaba la Punishing One. Aunque  nuestro amigo weequay no nos obsequiará con una sonrisa precisamente...-

El grupo abandonó sin demora la zona antes de que recibieran una visita inesperada. Un poco más adelante, no tardaron en toparse con la primera patrulla.

El cazarrecompensas se ocultó con rapidez y preparó su pistola blaster para cubrir a sus compañeros.

- Vamos, busquemos una barriada con mucho movimiento y pocos imperiales.

Mientras tanto se embozo con la capa y busco la zona menos iluminada.

- Pues sí que vamos bien... parece que estemos condenados a quedarnos en este planeta.- comento con mis compañeros. - Tendremos que espabilarnos para conseguir otro medio de transporte, pero de momento nos estamos cargando todas las naves. Tal vez sería mejor que pilotase un gamorreano medio ciego, tendríamos más posibilidades de salir de esta nube de gas.

Al oír los pasos, veo que todos mis compañeros hacen el ademán de esconderse, por lo que yo también lo intento, pero de pasar desapercibido no es lo mio... Adopto la postura que ya utilicé con los guardias, de parecer un viejo desamparado y tullido apoyándome en mi bastón.

Esperemos que a estos les pueda convencer... pienso recordando la última vez que lo intenté.

Chispa asintió y Clint parecía tener los pies de plomo, pesados y ruidosos. Ello no hizo que los guardias se percatasen, sino más bien que no esuchara el resto lo que estaban diciendo. El caso es que tras unos instantes los guardias se marcharon y vísteis, una vez salísteis de los recovecos de la sala cómo el panel de comunicaciones de la consola de control comenzaba a emitir sonidos. ¿Me reciben? -dijo una voz-. Estamos preparando una partida de Gas Tibanna para congelar. En diez minutos estamos allí y les dejaremos la mercancía.

Sin embargo, no parecieron diez minutos. El tiempo parecía pasar más rápido de lo que esperábais. De hecho, tan sólo terminar la comunicación, que había llegado con retardo de varios minutos al panel de control, un grupo de hombres entró en la sala con bloques de carbonita para congelar (parecían empleados de la mina). Comenzaron entonces a preguntaros por el proceso de congelación.

Estaban nuevamente en el maldito planeta. Parecía que el campo gravitatorio del planeta era más fuerte de lo que pensaban...eso o que el destino no les dejaba escapar de ahí. Sea como fuere nuevamente se encontraban en la ciudad delas nubes.

Tras dejar la nave máso menos oculta, Anzak salió y se encogió de hombros mirándola.- Bah, tampoco era gran cosa, ni siquiera le cabían cien toneladas metricas, ni tenía un camarote exclusivo para el capitán- mintió intentando aliviarse.

Caminaron hasta llegar a un lugar donde se escondieron. Vieron pasar de largo unos guardias de la ciudad. Parecía que no cejaban en su empeño de encontrarles. Pero a los segundos algo sonó. Eran unos trabajadores que iba a traer carbonita. Debían salir de ahí cuanto antes...¡tarde!

Anzak se dió la vuelta y miró a sus compañeros mientras señalaba la maquinaria.

- ... y a ver si llegan yade una vez...- mintió. Y al oír como alguien se acercaba se giró y les saludó.- Os estabamos esperando. A ver, entonces ¿qué narices queréis?- intentó poner cara de malas pulgas, como si le hubieran levantado de la siesta en un día de descanso.

Comenzaron entonces a preguntaros por el proceso de congelación.

-Habla con un técnico- Gruñó Darius como lo haría un simple estibador. El caza-recompensas espantó al minero señalando vagamente hacia Anzak. Pero antes de que este se volviera, bajó la voz y añadió: -...Psst, ¿Conoces a este tipo?- Dijo entrecerrando los ojos. -Sí, ese con cara de malas pulgas.- Explicó mirando de soslayo al viejo jedi. -¡Ojo al manojo!...Pa mí que es un inspector, fíjate lo que te digo- Le advirtió en tono confidencial como lo haría un trabajador sin cualificación alguna.

¿Cómo que "qué queremos"? -dijo un humano en perfecto básico-. Acabamos de hablar por el comunicador... ¡joder! ¡A ver si espabiláis! ¡quiero acabar este turno y largarme a casa! A ver... la nave que habéis concertado para el envío de la  carbonita está en una plataforma S425. Tomad... -entonces os entregó unos documentos en una carpeta-: los papeles y los permiso... ¡Ah! y el código de salida. Esos cabrones... -quizá se refería a los imperiales, cuyo bloqueo aún seguía, y el cual era un fastidio hasta para el negocio de exportación del famoso gas-. Es "CVII". Al parecer el envío se dirige a Clack' dor VII

Dicho lo cual, el grupo, tras comprobar algo en los ordenadores, se largó de allí, no sin antes decir por lo bajo: "putos novatos" -creía que érais técnicos recién licenciados, aunque no se atrevió a decir nada del inspector-. Claro que, en el último momento, antes de desaparecer, el que había hablado os añadió una anécdota, al ver que érais varios

Será mejor que sólo vayáis a bordo tres de vosotros -con una sonrisilla en el rostro-. Esta misma mañana los imperiales han volado una nave en el bloqueo porque había polizones. Y les ha dado igual que se perdieran centenares de metros cúbicos de gas... Si se hubieran congelado en carbonita, el escáner imperial ni se habría enterado, ja ja.

Cabrones -susurró de nuevo pensando en los stormtroopers-. Y se largaron.

- Movamonos, no queremos que nuestra nave se vaya sin nosotros.

- Vaya, parece que te manejas bien en el arte del embuste, Anzak. - felicito al contrabandista - Y parece que hemos conseguido un nuevo medio de transporte... pero... ¿qué hacemos con eso que ha dicho que sólo suban tres de nosotros?- pregunto a mis compañeros.

- No sabra contar ... eso o uno tendra que esconderse. Eso de la carbonita ¿Sirve para congelar bestias no?

Darius esperó a que el minero se marchase para discutir el plan con sus compeñeros:

-Los escáneres imperiales detrectarán formas de vida a bordo. Lo que da a entender que si alguno de nosotros se mete ahí dentro- Dijo señalando un cubo de carbonita. -Sus constantes vitales podrían pasar desapercibidas. - El caza-recompensas hizo una pausa. -Técnicamente mueres y...con suerte, resucitas- Dedujo rascándose la barbilla.

-Necesitamos un piloto. Eso descarta a Anzak y Devian, que también ha demostrado habilidades a los mandos-. Después se volvió a Clint. -Tú no estás para demasiadas fiestas y Debo imagino que preferirá quedarse en su casa. Así que si alguien va a ser congelado, me lo pido- Dijo fingiendo cierta ilusión.

-...Si Devian. Movámonos antes de que me arrepienta-

Devian sacudio la cabeza.

- ¿Estas loco Darius? Si ese aparato encierra algun peligro solo alguien de gran fortaleza puede resistir. Un jedi es capaz de controlar sus constantes vitales. Y el vie ... maestro esta mayor para estas cosas. Dejame a mi. Es lo más seguro para todo.

- Estaré un poco mayor, ¡pero no estoy sordo! ¡Y por supuesto que no voy a dejar que me convirtáis en un cubito de hielo y me paseéis por toda la galaxia!

- ¡Vale, no te pongas así, ha sido un malentendido!- les contestó a los trabajadores que les habían traido el gas.

Una vez solos tenían que pensar qué hacer. Por un lado tenían nuevamente la esperanza de puder salir nuevamente de ese planeta, pero solopodían hacerlo tres de ellos y eso solo suponía que dos de ellos debían congelarlos en carbonita.

- Está claro que dos de nosotros debemos ser congelados...el quién son los indicados- dijo pensativo-. Yo sinceramente pienso que una de las personas debe ser Debbo...- dijo mirando a su nuevo compañero-. Siento decirlo, pero por ti nos hemos metido en este lio...y no te preocupes, que saldremos de aquí y te descongelamos.

- El otro...debería ser Devian...- dijo y esperó unos segundos en los que miró la reacción de todos-. Es así pues es joven y aguantará mejor la congelación y descongelación.

- Se que puede parecer que no sea justo, pero es la mejor forma de salir del planeta...si no no lo haría- senteció.

Debo asintió, siendo traducido por su droide. Su gesto, fuera de la especie que fuera o aún del planeta más lejano, era evidente: no tenía ninguna gana de pasar por esto. Claro que, de lo que tenía ganas era de salir de ese puñetero planeta.

Cogelarrr-e -dijo refiriéndose al gas tibanna y la Carbonita-.
 

El droide siguió traduciendo lo que su amo decía. Por lo visto, Debo planteaba que lo congelaran ya. Ya mismo: aquel infierno era lo mismo que la muerte, o el infierno que sufrirían si fueran descubiertos. Por eso procedísteis a la congelación del gas. El proceso de congelación se basaba en el empleo de la consola de control de la carbonita, una vez que cada miembro congelado se colocara en el elevador. Tras andar unos pasos, Devian y Debo se colocaron en dichas plataformas (cada uno la suya) y Anzak, el maestro Jedi y Darius se colocaron a los mandos del computador...

- Chico - digo mirando a Devian - no se si eres muy valiente o un completo chiflado. Me inclino más a pensar lo segundo, pero se que eres el indicado para esta situación. Un Jedi debe enfrentarse a muchos retos, y sobrevivir a la congelación bien puede ser un gran reto. Recuerda que prometí cuidar de ti, o sea que aguanta y no me hagas incumplir esa promesa.

Me acerco al panel de mandos.

- Es otras circunstancias no dudaría, pero no me veo capacitado para algo de esta índole.- digo a los otros compañeros.

- Maestro, se que a vuestra extraña y retorcida manera, esta es la forma que teneis de desearme suerte. 

Soy el más joven, el que esta mas en forma y la Fuerza esta conmigo.

No pasara nada.

Devian sonrio, intentando aparentar calma.

Una vez decidido quiénes iban a ser congelados tocaba lo peor...ponerse manos a la obra. El contrabandista se acercó a sus compañeros Debo y Devian y les dio sendas palmadas en el hombro, les estrechó la mano y en el caso de Devian le abrazó.

- Os prometo que saldréis de ésta.  En cuanto pasemos el control os descongelamos y seréis vosotros de nuevo...pero unas horas mmás jóvenes- bromeó Anzak para quitar hierro.- Vosotros resistir a la congelación.  Sed fuertes y...y confiad en la Fuerza.

Sin duda esto último lo decía por Devian quien era un iniciado en la misma y pupilo de Clint.

- Chispa, haz tu magia. Haz bien los ccálculos por favor.Si tienes que tardar tarda, pero no falles, la vida de nueztros amigos depende de ti.- advirtió Anzak al droide R3.

Tras esto el contrabandista se hizo a un lado y dejó que Chispa se acercara a la computadora y comenzara a manejarla.