Partida Rol por web

Taller literario umbriano

Ejercicio 16: El Calcetín Rojo

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25/05/2017, 16:51
Leonid

"Se pasó una hora buscando el calcetín rojo"

Esta es la premisa inicial del ejercicio. Alguien se pasó una hora buscando el calcetín rojo. Es un ejercicio en 2 pasos.

1: Da 5 posibles protagonistas de esta frase, y el motivo que cada uno de ellos tiene para ella. Da igual que el resultado sea absurdo, irracional o tonto, pon lo que te salga.

2: Escoge el protagonista (y su correspondiente motivo) que más te guste y escribe un relato sobre él con su principio, nudo y desenlace. Puedes extenderte en lo que quieras de la premisa base (la historia del calcetín rojo, el por qué era importante encontrarlo, describir la búsqueda, describir el calcetín...), mientras que contenga la premisa básica- un calcetín rojo que alguien se pasó una hora buscando.

Fecha de Inicio: 25 de mayo

Fecha Final: 8 de junio

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28/05/2017, 00:26
Braderick

1.El gato Cervantes. Quería encontrarlo para jugar con él.

2.El guerrero Rickabur. Quería encontrarlo para escapar de la mazmorra.

3.David. Quería encontrarlo para rellenarlo de piedras y golpear con él a Goliath, porque algún saboteador había cortado su honda para el combate de esa tarde.

4.La bibliotecaria Ana. Quería encontrar el libro "El Calcetín Rojo" para ponerlo en la estantería correcta.

5.El inspector de policía Lestrade. Quería encontrarlo porque había una muestra de fibras en la escena del crímen con las que ubicar al sospechoso en la escena del crímen.


Rickabur y Jorrycel se internaron en las mazmorras bajo las ruinas de Castlebrook. Rickabur era uno de esos muchachos jóvenes de escudo y espada; un humano de los que buscan vivir aventuras. Jorrycel era una saqueadora de tumbas de esas que planifican y dirigen las expediciones usando a gente como Rickabur para que le haga de carne de cañón; una enana que sabía manejar la situación para que la suerte jugase a su favor. Salvo aquella vez...

El sol iluminaba la bajada de las escaleras de piedra. Una antesala innecesariamente ancha dejaba cuatro rincones oscuros sobre los que Jorrycel contó que no había nada. De todas formas, el joven terminó comprobándolo por sí mismo, ya que él necesitaba de la ayuda de una antorcha para moverse allí abajo. Se había comprado un juego de antorchas, y sin embargo no sabía prender el fuego. Jorrycel y sus habilidosas manos se encargaron de encender la tea, y prosiguieron.

Por precaución, temiendo las trampas, evitaron el centro de la habitación. La pared opuesta de la antesala contaba con un pasillo que se bifurcaba más adelante. Al llegar a la mitad del corredor, unos chorros de gas adormecedor les bañó la cara, desde conductos disimulados en las pinturas murales de la decoración. Su única función era retrasar a los intrusos hasta que el lento mecanismo terminase de bajar la reja a sus espaldas.

Cuando Rickabur despertó, el rastrillo seguía cortándole la retirada, y el fuego de su antorcha ya se había extinguido. En el centro de la antesala, el cuerpo de Jorrycel había sido empalado por unas lanzas que subían desde el suelo. La luz proveniente de las escaleras también le permitió distinguir que a su compañera le faltaba un zapato y su calcetín, que de ir a juego con el que todavía vestía, sería de color rojo. ¿Dónde radicaba el misterio? ¿Cómo logró Jorrycel volver al otro lado de la verja antes de que aquella trampa acabase con su vida?

No había más remedio. La ausencia de su compañera obligaba a Rickabur a avanzar a tientas por el corredor oscuro, buscando el calcetín rojo que usó Jorrycel para volver a levantar por unos minutos el rastrillo que le permitiría salir de allí. Se pasó una hora buscando el calcetín rojo, intentando que sus dedos notasen el tacto de la tela. Fue su sentido del olfato, y la falta de higiene de Jorrycel, la que terminaron por delatar la ubicación del calcetín rojo en la sala de la derecha, entre la pared y un bloque de piedra de lo que podría ser un pilar rectangular o la peana de alguna estatua. Un paso a destiempo también encontró y empujó la bota de cuero de Jorrycel.

Sin experiencia desactivando trampas, el tacto le fue facilitando los datos necesarios sobre todas las partes móviles del mecanismo. ¿Pero cómo funcionaba? La respuesta la encontró en la herramienta utilizada: el calcetín. Si para abrir la reja bastaba con atorar las ruedecillas dentadas, Jorrycel habría optado por una de sus herramientas metálicas. Le llamó la atención la presencia en el conjunto de dos partes móviles, enfrentadas una a la otra, y que parecían sueltas. Seguramente allí hubo alguna vez un muelle. ¿Era eso?

Rickabur unió los dos enganches con el calcetín rojo, ensartándolo, y no tardó en ponerse en tensión. Reforzó el arreglo con sus dos propios calcetines. Jorrycel le había dejado todas las pistas. No necesitaba esperar a comprobar si funcionaba: el muelle original unía el mecanismo con un temporizador que rearmaba la trampa si la reja estaba bajada. Tan solo tenía que volver hasta el pasillo y esperar junto al rastrillo hasta que se empezase a levantar.

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02/06/2017, 10:38
Tito_Quaid

Un heredero, buscando una primitiva premiada
Papá Noel, de servicio
Un robot papá Noel, cumpliendo su misión
Un robot asesino papá Noel, matando niños malos
Un robot militar hackeado, que cree que es papá Noel

Notas de juego

La historia que he escrito me ha quedado muy MUY larga. Siete páginas.
¿Hay límite?

P.D. El que calla otorga :p
Si me paso la borro.

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02/06/2017, 16:15
Tito_Quaid

El calcetín rojo.

Era la madrugada de Navidad y no se escuchaba ni el corretear de un ratón. Tampoco el de una rata, ni de una cucaracha, ni de nada en absoluto. Sólo la respiración agitada de un pobre ser humano asustado y los pasos mecánicos de algo hecho de metal.

[00.49.06;2056.12.25]Call.Func{search}
[00.49.07;2056.12.25]...
[00.49.10;2056.12.25]Search: Please enter key word
[00.49.11;2056.12.25]...
[00.49.13;2056.12.25]Red.sock
[00.49.14;2056.12.25]...
[00.49.19;2056.12.25]Error. Red.sock is nowhere in range.

Sonoros pasos metálicos que arañaban con su eco los pasillos del otrora atestado bunker. Las pocas luces que resistían arrojaban sombras confusas al balancearse de sus cables parcialmente arrancados. Olía a plástico quemado, a pólvora y a sangre.

Nigell, un analista de seguridad y programador, no lo sabía pero era el último ser humano con vida de las instalaciones y, con ello, uno de los últimos del estado pues la ola de muerte se iba extendiendo en progresión geométrica.

[00.52.22;2056.12.25]Call.Func{search}
[00.52.23;2056.12.25]...
[00.52.26;2056.12.25]Search: Please enter key word
[00.52.27;2056.12.25]...
[00.52.29;2056.12.25]Red.sock
[00.52.30;2056.12.25]...
[00.52.35;2056.12.25]Partial.success. Object *.sock found. Coordinates:
X: 0.34347934;
Y: 876,984795
Z:47736.07q¡948##2

El robot se paró en medio del distribuidor, confuso. Miles de bits cambiaron de identidad mientras las directivas internas decidían el comportamiento moral adecuado a la situación. Un cuerpo yacía en medio del suelo, bañado en sangre y apenas cosido por huesos y jirones de tendones y piel, como una marioneta de la que muchas cuerdas han sido cortadas. Huecos de gran calibre pasaban de lado a lado. Ni siquiera un forense humano hubiese podido decir a simple vista si se trataba de un hombre o una mujer. Sus piernas estaban casi intactas, enfundadas en un tejido acartonado de color pardo que debió ser un vaquero de una marca muy cara aquella misma mañana. Por la pernera asomaba un calcetín y parecía rojo. Los dedos tricúspides del brazo motor se abrieron y cerraron presa de fallos de programación e interferencias que un humano asustado hubiese confundido con excitación.

El brazo motor tomó el talón y lo levantó, dejando tras de si gran parte del cuerpo en el suelo. Los brazos auxiliares surgieron de los lados para examinar con delicadeza el objeto que tantas promesas de éxito en la misión arrojaba. Con suavidad, como un amante, bajó el resto del pantalón revelando un gemelo que comenzaba a presentar la rigidez propia de la muerte. El calcetín parecía rojo.

[00.52.50;2056.12.25]Call.Func{espectrometer}
[00.52.53;2056.12.25]...
[00.53.02;2056.12.25]Espectrometer.result: Object *.sock
MAteriAAALLL: Coton (96,5$%$”>..stomero(3,% % ), poliester
Contamination: Human blood..od..od..%od..%$od..
Color: #DFDBDB [GRAY]
Object confirmation: Gray.sock

El robot tardó un milisegundo más de lo normal en soltar el pie. La presión había sido excesiva y el pie había resultado machacado por los dedos tricuspides. Un humano asustado hubiese confundido dicho comportamiento con una frustración mal contenida. Los brazos manipuladores se replegaron y el robot volvió a la función de búsqueda.

Mientras tanto, en otro lugar de la base, empapado en su propio orín, en la más total oscuridad y respirando por la boca, tratando que el flujo del aire no hiciese el más mínimo ruido al entrar o salir estaba Nigell. Nigell era un muchacho negro que estaba enamorado. Enamorado de dos pechos de geometría perfecta en los que uno se podía perder cual explorador en busca de los fértiles valles húmedos de la boca de su propietaria, o de la cálida jungla que había al sur. Theresa, la propietaria de los pechos, estaba muerta, pero eso no lo sabía Nigell. Nigell solo sabía que algo había salido mal en el plan de su novia y los amigos de su novia, los que se hacían llamar Rudolph Hacking Army, un grupo pacifista, antimilitarista violentamente decidido a acabar con los progresos armamentísticos de la sociedad moderna.

No pasara nada, le dijeron.
Es seguro, añadieron.
Será divertido, rieron juntos.

Y a Nigell no le importaba demasiado lo que hiciera el virus, mientras pudiese seguir acudiendo cada noche a buscar el misterio de la vida y el consuelo de la soledad en la piel y las tetas de Theresa.

Después de introducido el virus en el sistema, se suponía que los robots militares comenzarían la rutina de repartir regalos a los niños buenos. Identificarían a los niños buenos por sus calcetines, de color rojo. Y después de una hora, comenzarían a cantar un hermoso villancico. Después proclamarían un conmovedor discurso grabado por Elias, el líder del RHA y se apagarían. Por siempre. Nunca más robots asesinos.

Pero algo había salido mal. Obviamente, rió histérico Nigell. Los robots asesinos no habían reaccionado como había esperado a la presencia del virus. El sistema trató de defenderse, de analizar con su heuristicamente la capacidad y actividad del virus, de eliminarlo, y finalmente, tomó la decisión de absorberlo, incorporarlo a la programación para evitar daños totales. Y esa decisión, había dañado la rutina de autorización de selección de objetivos, entre otros muchos subsistemas.

Lo demás había sido rápido. Muerte y destrucción, cañones acelerados magnéticamente lanzando balas que por la fricción con el aire llegaban al rojo, volviéndose blandas y quebradizas. Una orgía de sangre, vísceras y breves trocitos humanos de pelo, piel y huesos que cubrían cada rincón de la base.

Sabedor de lo que ocurría, o al menos sospechando que algo había fallado, Nigell se ocultó dentro de un armario eléctrico. Sentía la opresión de la responsabilidad en el vientre, en la garganta y en los testiculos. Añoró estar tirado en la cama con Theresa al lado, al menos con su cuerpo dormido. Y rezó, aunque dudando mucho de si las palabras eran correctas.

Una hora, tenía que resistir una hora. Sin hacer ruido. El zumbido eléctrico le apantallaría. Los robots no le localizarían. Podría salir en cuanto escuchase el villancico.

El robot que patrullaba su nivel, mientras tanto, intuía que su tiempo se acababa.

[00.56.12;2056.12.25]Call.Func{search}
[00.56.17;2056.12.25]...
[00.56.20;2056.12.25]Search: Please enter key word
[00.56.21;2056.12.25]...
[00.56.23;2056.12.25]Red.sock
[00.56.24;2056.12.25]...
[00.56.29;2056.12.25]Error. Red.sock is nowhere in range.

Los pasos se hicieron más rudos, más violentos, dañando el linoleo antideslizante del suelo. Un humano asustado lo habría confundido con la rabia que nace del sentimiento de que tu misión es un fracaso. Pero solo era otro retazo del virus al ser absorbido en el núcleo principal, afectando al área motora.

[00.57.04;2056.12.25]Call.Func{open(door)}

Con delicadeza, las cámaras enfocaron la manija cromada, mientras uno de los brazos auxiliares tomaban agarre con la presión justa, ejecutando el movimiento de apertura con el ángulo adecuado, perfecto. Esa parte de su programa no había sido afectado. La matriz principal recibió con satisfacción secuencias de unos y ceros que indicaban que al menos algo había salido bien, y lo apuntó en el output de su misión. Seguía negativo, pero ya no tan negativo. Para ponerlo en positivo, solo tenía que encontrar el calcetín rojo.

Nigell se tuvo que tapar la boca con las manos cuando escuchó la puerta chirriar al arrastrar la silla y doblarla como un simple clip de oficina, la silla que había colocado a la entrada del despacho, la que contuvo la puerta cuando otros seres humanos intentaron entrar.

El robot había detectado algo. Un zumbido. Un rumor. Algo raro. Apenas intuido como ruido de fondo de sus sensores secundarios. Rápidamente pasó a primario.
[00.57.24;2056.12.25]Call.Func{deep.scan(audio), deep.scan(thermal), deep.scan(odour)}
[00.57.26;2056.12.25]Report:
Audio: Biological hearthbeat… positive.
biolgokdkds… positiveeeee.e..e.e.e&%&

Thermal: Living.being… human. Coordinates: X(38843.2394ÿÀ ‰ ÿÄ í
+ !"1#A2$Q3
Odour: Urea… positive.
[00.57.30;2056.12.25]Call.Func{GoTo.coordinates(X,Y,Z)}

Nigell no pudo controlar ya el llanto. Por fortuna para él, el sistema de audio del robot estaba siendo presa del virus en ese mismo momento, y el robot no pudo escucharlo. Aunque si verlo.

[00.57.53;2056.12.25]Call.Func{open(door)}

Nigell corrió por entre los pies del robot tan pronto como la puerta comenzó a abrirse, intentando escapar. Pero el robot era muy, muy rápido.

[00.57.55;2056.12.25]Call.Func{Neutralize.Boogey}
[00.57.56;2056.12.25]...
[00.57.56;2056.12.25]Enter.parameter(Lethal,Non.Lethal)
[00.57.56;2056.12.25]Non.Lethal

Un taser eléctrico se disparó desde la espalda del robot, entre sus omoplatos, dando a Nigell en las nalgas, que de inmediato se contrajeron espasmódicamente, congelando a su vez todos los músculos de las piernas. Nigell cayó al suelo pero aun asi trato de escapar arrastrándose.

[00.58.00;2056.12.25]Call.Func{search}
[00.58.01;2056.12.25]...
[00.58.02;2056.12.25]Search: Please enter key word
[00.58.04;2056.12.25]...
[00.58.05;2056.12.25]Red.sock
[00.58.07;2056.12.25]...
[00.58.15;2056.12.25]Partial.success. Object *.sock found. Coordinates:
X: 456.456687;
Y: 87úòy¾ÆÃ÷ì1%¸{¤± qÌùGZÚ€ÿ G§&8ü~˜lòRcsW+¢Ç_Yò}êK]3/¸Ø¼ž†@È‹uH0 Újø-lmšTš£ÑÍ“ðõ§¹ãWOSz½ª-{ó6R’l«ˆ‚¸eÇ!n–¯`Yeµàà¡1­iõ±õ~=*^ŸºžãÖfLy%¹fÛEtEIÀõx¿¾a¤R#c|ðÎÖ½VXܾ²*k²lš’8G1¾°y™Ž2ø,53‰¿yþÌ~žGZ“}tU’ŠXý¡8°,™e؍ÀèßW5j#¿9Šõsß“ÙŠÞÕîõf›C+M!c}d‰&x3=xaRÈOyôƒÄvæA™ü:1tê¬íÕõfzô]¶yÕi[U¡&†Zäx¶×žl£SÚ«ìjN´xñ̏WªD÷3«dOWÛª‘þ™Ù©+*[ƒÁñ&30aÔkÙgÇýÕåHƒŽÇøpGâ;õ¨0õÒ!å%€`>’¼Cc©»€ò“JhäT Æ$¤¬žB•'|üx^Ï#¤V£’Ù¶ýsMuÕe‚Û³©Að‚¬C¾DJÈÀb®Ù2ðH=(—ìD(™*°oî€aär*!O3ýÖZ‹¸-(">¼àØ1TÓ©Ì}e°_á­ ,8 –"ë­ÃYás{ç¹Qëª[ñ°èÏŸ0I€Cþ’H$ ˜Mb *WGy˜ä

El robot se aproximó al giñapo humano que llamaba a gritos a sus mama, mientras deseaba estar acurrucadito en dos tetas inmensas, huir de aquella promesa de muerte y metal. El robot desplegó con ansia los brazos auxiliares y el brazo tricúspide. Agarró a Nigell por los pies, que chilló como un animal acorralado y descubrió sus pies. Sin delicadezas, arrancó las deportivas de Nigell, mientras el pobre humano colgaba como un jamón a medio metro del suelo.

[00.58.25;2056.12.25]Call.Func{espectrometer}
[00.58.28;2056.12.25]...
[00.58.33;2056.12.25]Espectrometer.result: Object *.sock
MAteriAAALLL: Coton (100%)
Contamination: Urea
Color: #CD5C5C [INDIAN.RED]
Object confirmation: Red.sock

Con suavidad, uno de los brazos auxiliares retiró el calcetín rojo del pie de Nigell. Se los había puesto aquella mañana. Era en parte una broma, en parte una medida de seguridad. Para los robots aquello sería el signo de que Nigell era un niño bueno. Pero tampoco se tendrían que haber dedicado a matar a nadie. Algo salio mal. Sin embargo, el calcetín rojo lleno de emoción al robot, emoción en la forma de puntos positivos en el desempeño de su misión, poniendo el output en verde. Buen Robot.
Con ternura, depositó el calcetín en una mesa y depositó un regalo, abriendo el cargador de su brazo armado lateral. Dejó caer una decena de balas. Y después quitó a Nigell el otro calcetín e hizo lo mismo.

[00.59.59;2056.12.25]Call.Func{RHA}
[00.59.59;2056.12.25]Call.Func{play(adeste_fideles.mp3)}

El brazo del robot abrió sus dedos sin avisar, retrajo todos sus brazos armados, los brazos auxiliares y adoptó la posición de descanso y almacenamiento. Sus luces se apagaron. Cuando Nigell salió del aturdimiento que el golpe le había causado, una angelical voz infantil resonaba en la sala y sus ecos se escuchaban por los pasillos y resto de lugares de aquel pozo de muerte y dolor. Como en el resto de la base. Y en el resto del estado.

Adeste fideles laeti triumphantes
Venite, venite in Bethlehem
Natum videte, Regem angelorum
Venite adoremus, venite adoremus
Venite adoremus Dominum.
Cantet nunc io Chorus angelorum,
Cantet nunc aula caelestium
Gloria, gloria in excelsis Deo
Venite adoremus, venite adoremus
Venite adoremus Dominum…

Nigell se dejó caer en el suelo. Ya no importaba el dolor, el miedo, el haberse meado encima o las tetas de Theresa. Había sobrevivido a aquel horror. Solo tenía que salir de aquel lugar y todo volvería a estar bien. Comenzó a reír acurrucado en el suelo junto al robot cantarín, hasta que la canción terminó.

[01.04.16;2056.12.25]Call.Func{RHA}
[01.04.16;2056.12.25]Call.Func{play(speech.mp3)}
[01.04.17;2056.12.25]’Óør{LÞ{Ié@¬-gÈâÐ#ˆ#¿ãÄþ_N‚ClÄ££âW$‹¡°·žfVÖ w•¹Šæ.óÝZ‘Fé>ƒ$ëåb9ÏwA×`EŽ¶c´D{½Ì Ž“ÜLG2É”Ÿëˆ#¸ïÄ?‰çÏÓ¡ayŒÊÔÁ]úï}ÊÏâ`ñxúʱyRÆ ô‚[G—
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_________ FATAL.ERROR _________

_________ SYSTEM.RESET_________

[00.00.01;2056.12.25]Call.Func{RHA}
[00.00.02;2056.12.25]Warning(Wrong_DATE)
[00.00.03;2056.12.25]System.Override---> SUDO[Call.Func{RHA}]
[00.00.04;2056.12.25]Call.Func{search}
[00.00.05;2056.12.25]...
[00.00.07;2056.12.25]Search: Please enter key word
[00.00.08;2056.12.25]...
[00.00.08;2056.12.25]Red.sock
[00.00.09;2056.12.25]...
[00.00.10;2056.12.25]Error. Red.sock has already PRESENTS. No empty Red.sock in range.

Una serie de zumbidos, chasquidos y siseos hidráulicos sacaron a Nigell de su ensimismamiento. Al abrir los ojos, solo vio al robot, con todos los brazos desplegados nuevamente, pintando su cuerpo de finos círculos proyectados con láser.

Y después, ya no hubo más Nigell.

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03/07/2017, 02:54
EbaN

Se pasó una hora buscando el calcetín rojo.

  1. Una madre de familia, buscando la pareja de un calcetín perdido. Precisamente el preferido de su hija.
  2. Una joven universitaria, buscando la pareja de un calcetín que considera que le da suerte.
  3. El monstruo de los calcetines. Un bicho que se alimenta únicamente de calcetines.
  4. Un hombre casado, ha tenido un romance con una compañera de trabajo y ahora no encuentra el calcetín.
  5. Un anciano con demencia senil. Ya se ha puesto el calcetín rojo pero aún lo sigue buscando.

Blanca se sentó en el sofá, estaba ya cansada de buscar la pareja de un calcetín rojo. Tenía la creencia de que ese par de calcetines le traían suerte. Los había llevado puestos en selectividad, hace unos meses, y había aprobado con buena nota. Los llevaba puestos cuando decidió pedirle una cita a su actual pareja. Y también los llevaba puestos el día que operaron a su padre de un cáncer de estómago, y ahora este hacía vida casi normal.

Hoy tenía un examen importante y creía necesitarlo. Como esos enfermos que creen en la homeopatía y se mejoran de sus dolencias por ese refuerzo positivo. Pero se acababa el tiempo, tenía que ir ya a la universidad, y este tiempo le habría venido mejor usarlo para repasar sus apuntes. Volvió a mirar en el cesto de la colada y debajo de la cama, sabiendo que no iba a estar allí.

Mientras se ponía otro calcetín diferente para al menos tener la mitad de la suerte necesaria para aprobar, guardaba las cosas en la mochila. Poco a poco se fue olvidando del calcetín rojo, y de la hora perdida buscándolo. Se centro en el examen, así que repasaba los apuntes en el autobús y mientras esperaba para entrar en el aula.

Al final realizo el examen concentrada, y sin preocuparse de su suerte. E incluso le salió bastante bien, creyendo que habría aprobado, pues le habían tocado los temas que más controlaba del temario. Una vez fuera saco el libro de texto para repasar un pregunta cuando se encontró el otro calcetín que no pudo encontrar. Había estado todo el tiempo allí, a su lado. Y ahora se preguntaba si habría aprobado el examen por ese refuerzo positivo o porque realmente se había preparado bien el examen.