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The Elder Scrolls - Helgen

[Rol Libre] Alrededores de Helgen

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14/12/2016, 21:09
z/Hati, Garra Roja

3 de Fuego del Hogar, Tarde, Cerca de Helgen

Aquella presa me estaba llevando demasiado tiempo... más del habitual. Estaba exhausta, hambrienta, pero aquel ejemplar nos daría monedas suficientes para el alojamiento y la comida. Había salido por la mañana y empezaba a caer la tarde. Tuve que sortear a una pareja de lobos que en dos ocasiones espantaron a mi objetivo antes de que mi saeta impactara en la parda piel, mas los canes fueron más listos que yo al rendirse. Una presa no merece si te hace gastar más energía de la que podía otorgarte. Los animales son sabios en ese aspecto, mas en mi caso, no era alimento lo que buscaba y seguí el rastro del astado a través de las zonas boscosas.

Sí, pensaréis que podría haberme conformado con los lobos, pero eran una pareja: macho y hembra. Si una pareja cazaba sin su manada, significaba que probablemente tendrían una camada que alimentar. Además, dada mi condición, me resultaba difícil cazar a un lobo sin una buena razón.

Había dejado a Botitas con Kaeso, pues aunque el cachorro debía aprender, aquellos bosques me eran desconocidos y una criatura tan joven podría atraer a otros depredadores. Gatos dientes de sable, osos... incluso otros lobos. Por mucho coraje que tuviera el perrito, no estaba preparado aún para enfrentarse a eso.

Cierto, yo misma era una presa potencial, pero sabía moverme por esos terrenos, percibir rastros y huellas que me indicaran la presencia de bestias. Era arriesgado, pero necesario y no quise poner al cachorro en peligro a la ligera.

Allí estaba, el venado que se me había escapado en varias ocasiones, pastando tranquilo en compañía de otras ciervas. Busqué un punto ligeramente alto, con el viento a mi favor para que la presa no percibiera mi aroma. En el momento adecuado, tensé el arco y apunté a sus cuartos traseros. Era demasiado grande para abatirlo con una sola flecha, por lo que intentaría entorpecer su huída.

La flecha impactó en uno de los muslos, pero se quebró. No obstante, el animal dejó un ligero rastro de sangre tras emprender su carrera. Corrí tras él, ya sin esconderme y cuando tuve suficiente visión, disparé otra saeta. Esta vez el ciervo comenzó a cogear ligeramente. Aún así, me apresuré a seguirlo, pues no deseaba que el animal sufriera más de lo necesario. De nuevo, el sonido del arco al tensarse, la flecha silvando e impactando en el cuello de la bestia astada, que cayó derribada... moribunda.

Me arrodillé junto a él y saqué mi daga. Acaricié su cabeza mientras le susurraba -Gracias, hermano, por tu carne y por tu sacrificio. Ahora descansa, pues tu sufrimiento acaba...- clavé el acero justo en su corazón, para mitigar su angustia y me quedé un rato allí, jadeante, mirando al cielo. Cerré los ojos, sintiendo la brisa de la tarde mecer mis cabellos y le di gracias a Kynareth por su presente. Había sido una buena caza, la mejor en mucho tiempo.

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15/12/2016, 02:03
Narrador

3 de Fuego del Hogar, Tarde, Cerca de Helgen

El animal resultó ser una buena pieza, una por la que pagarían sustanciosamente en Helgen si sabías regatear bien, algo en lo que Kaeso se le daba francamente bien. El ciervo soltó un chasquido final cuando le clavaste el acero en el corazón, y con él llegó un momentáneo silencio que se adueñó el bosque para proseguir luego.

Ahora quedaba decidir si llevar la pieza contigo o despiezarla en algún lugar cercano para llevarla con mayor facilidad, la decisión estaba en tu mano.

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15/12/2016, 11:30
z/Hati, Garra Roja

3 de Fuego del Hogar, Tarde, Cerca de Helgen

Hay quien dice que sesgar una vida no es fácil. Yo digo que sólo es difícil la primera vez, pues luego se vuelve cada vez más sencillo: aprendes, perfeccionas... sí, siempre es doloroso, ver cómo los ojos de la presa se apagan poco a poco, pero te terminas acostumbrando.

Lo primero que hice, fue abrir el vientre del animal para sacar sus vísceras. Comprobé que el hígado no estaba dañado por las saetas y lo guardé en un saco arpillero, donde llevaría la carne para la posada. Luego comencé a desollar al ciervo poco a poco, separando la piel de la carne con sumo cuidado, pero con rapidez. Necesitaba la piel casi entera, pues era lo que más beneficio nos daría. Eso fue lo que más tiempo me llevó, pues el animal era bastante grande.

Al terminar, enrollé la piel del revés y la até con un par de cuerdas para poder transportarla. Pesaba mucho, lo confieso, pero eso era bueno.

-La próxima vez tendré que traer a Kaeso para que me ayude- pensé mientras dejaba la piel a un lado y comenzaba a cortar la carne del lomo y los cuartos traseros: la más exquisita, aunque por desgracia, no podría cargar con toda, así que al final, tras llenar dos sacos con unos tres kilos de carne cada uno, tuve que dejar el resto para los carroñeros. Eso sí, la cornamenta no iba a dejarla. Con un par de incisiones y una mezcla de maña y fuerza bruta, logré arrancar las corona del ciervo, no sin trabajo. 

Até las cornamentas junto a la piel enrollada y me las colgué de la espalda a modo de mochila. Cogí los sacos de carne y eché un último vistazo al venado, ahora desollado desde la nuca, conservando sólo la piel de las patas y la cabeza, descoronada. El vientre abierto con las vísceras desparramadas y algunas hendiduras allí donde había cortado la carne. No quería ser ambiciosa, aunque dejar el costillar me daba pena. Además, a Kaeso le encantaría... bueno, eso supuse. Podría llevarlo y decirle al posadero que nos los preparase con miel, y a cambio, le dejaba el hígado a buen precio.

Dejé los sacos de carne colgados de una rama alta, lejos del ciervo y los depredadores, y regresé junto al venado para intentar sacarle el costillar. 

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16/12/2016, 20:48
Narrador

3 de Fuego del Hogar, Tarde, Cerca de Helgen

Habituada a esas labores, despellejaste y cortaste al animal para que fuera fácil de llevar. Pero como predijiste, no ibas a poderlo llevar todo. Algunos pedazos quedarían a la merced de los carroñeros que ya notabas que empezaban a congregarse por los alrededores, esperando a que dejaras algo para ellos.

Con todo reunido sobre ti, te dispusiste a marchar. Desde luego ir sola de caza era gratificante, pero a la hora de cobrarse la pieza se hacía algo complicado. Pronto tuviste todo listo para regresar hacia Helgen, los días habían pasado tranquilos, como si la población viviera al margen de lo que sucedía en el resto del mundo. Aunque el resto del mundo sí parecía acordarse por la mezcolanza de gentes que iban y venían por el enclave.

El camino de vuelta no fue complicado, tampoco te habías alejado demasiado y al filo de la línea de árboles pudiste escuchar un ladrido familiar. El de Botitas, que venía de algún lugar más adelante, en lo que ya adivinabas que eran los alrededores de Helgen.

Notas de juego

Como nota, el tema de caza haré tiradas para localizar presa, cazarla, etc.. No hace falta ahora porque es algo puramente narrativo, pero es para que lo tengas en cuenta para el futuro ^^ (por ejemplo, esa propuesta que te está ofreciendo Suetonio xD)

Existen las herramientas de artesano (peletero) para el trato de las pieles, pero dado que simplemente has recuperado las partes valiosas del animal no hay problema (no la has tratado), y dado que tienes competencia con Naturaleza no hay mayor problema.

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16/12/2016, 23:20
z/Hati, Garra Roja

3 de Fuego del Hogar, Tarde, Cerca de Helgen

Finalmente, retorné el camino de regreso, mucho más calmada. Lo más que podía suceder, es que algún depredador me acechara por el olor a carne, mas el cuerpo del venado que había dejado atrás, sin duda era un bocado mucho más fácil.

La verdad es que llevaba poco tiempo en el asentamiento, pero sus gentes eran tranquilas. Al acercarme, escuché un ladrido inconfundible y sonreí, deteniéndome para sacar un pedazo de carne fresca más pequeño del saco que tenía reservado para el cachorro cuando apareciera.

Mi idea era ir primero a dejarle la piel y la cornamenta a Suetonio y luego ir a la posada. Quizá podría pagar un par de noches con la carne, lo cual no estaba mal. El trueque siempre funcionaba.

Notas de juego

Tranquilo ^^

Para desollar, no necesitas herramientas especiales, pues mientras el cuchillo esté afilado puedes hacerlo (joder... hasta con una piedra plana se puede si eres hábil xD)

En cuanto a la caza, me parece justo. De hecho, hasta darle la piel al mercader lo iba a hacer por narrativa, saltando el negocio (no hace falta que mi pj obtenga oro, hasta puede ser una muestra de buena voluntad si quieres). Lo mismo con la carne.

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19/12/2016, 14:32
Botitas - Cachorro

3 de Fuego del Hogar, Tarde, Cerca de Helgen

Botitas fue el primero que te recibió, apareciendo entre unos matojos ladrando feliz de tu vuelta. La voz de Kaeso se escuchaba un poco más allá, llamando al animal que, tras olerte, había decidido tomar la iniciativa de recibirte. Como no pudiera ser de otra forma, Botitas se lanzó a por tus botas en su habitual carta de visita, pero el olor a carne hizo que perdiera el interés levemente por ellas centrándose en lo que le podían deparar tus fardos.

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19/12/2016, 14:42
z/Hati, Garra Roja

3 de Fuego del Hogar, Tarde, Cerca de Helgen

Al ver al cachorro, mi sonrisa, pese al cansancio, se ensanchó. 

-¿Me echabas de menos?- le pregunté, sacando el pedazo de carne y alzándolo por encima de la cabeza del cachorro, de modo que se sentara. Era simple, pues para poder mirar la carne, debía erguir su pequeño cuello, y su cuerpo obedecía a sus necesidades, por lo cual se sentó para recibir su premio.

-Toma- solté el trozo de carne -. La próxima vez te llevaré conmigo. Te lo prometo- le dije. Entonces escuché a Kaeso llamando al cachorro y torcí el morro, divertida, antes de seguir caminando hacia la voz del imperial.

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21/12/2016, 20:22
Kaeso Adamo

3 de Fuego del Hogar, Tarde, Cerca de Helgen

Un feliz Botitas devoraba el pedazo de carne con felicidad supina, parecía que la cola le iba a salir volando del entusiasmo. Avanzando un poco más pudiste encontrar a Kaeso, que había sustituido las ropas de viaje por unas prendas terrosas para circular por Helgen. Cuando te vio acercarte el gesto se volcó en una amplia sonrisa.

Fíjate que trae el bosque. comentó riendo levemente, te tendió la mano para que te acercaras. ¿Una buena cacería, mi cazadora? preguntó apreciando la impedimenta que llevabas encima, se ofreció a llevarte algo.

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21/12/2016, 20:40
z/Hati, Garra Roja

3 de Fuego del Hogar, Tarde, Cerca de Helgen

Observé a Botitas mientras devoraba el pedazo de carne fresca. A fin de cuentas era un depredador y si siempre le daba comida cocinada podría perder ese instinto. Seguí andando, entre risas, mientras el cachorro me seguía zarandeando su premio de un lado a otro. Daba gusto verlo.

Entonces, esos ojos azules, esa sonrisa y mi corazón se aceleró -Muy buena. Hacía tiempo que no me costaba tanto cazar una presa. Ha sido un reto digno- dije, ofreciéndole los dos sacos arpilleros que contenían la carne -. Espero que te gusten las costillas, porque aunque el resto es para vender, el costillar es para nosotros- le guiñé un ojo -. Le diré al posadero que lo preparen con miel. Ya verás qué delicia.

Caminé junto a Kaeso hacia la ciudad. Aún me costaba hacerme a la idea de establecerme allí, en eso el imperial parecía tener más facilidad, igual que en el trato con la gente.

-¿Qué tal la jornada? He estado bastante tiempo fuera- pregunté.

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26/12/2016, 21:30
Kaeso Adamo

3 de Fuego del Hogar, Tarde, Cerca de Helgen

Nunca le pongo pegas a la buena carne. sonrió ufano mientras la ayudaba a cargar, asintió a continuación. ¿Crees que podremos con toda la comilona? bromeó. Rodegar seguro que picará algo.. el goloso posadero del Final del Camino era un tipo serio, poco dado a las bromas, pero tenía una debilidad acentuada y profunda: le encantaba comer.

He estado viendo a qué me puedo dedicar aquí. dijo con algo de frustración. Pero creo que por ahora no tienen demasiados problemas con bandidos o fugitivos.. se encogió de hombros. También me he estado informando de lo que sucede.. ¿has oído lo de esa niña? Apariciones extrañas en el bosque.. torció el morro mientras, de improviso, se te acercó y te besó el cuello. Y eché de menos esto.. susurró lamiendo un poco antes de volver a ponerse en camino.

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26/12/2016, 21:41
z/Hati, Garra Roja

3 de Fuego del Hogar, Tarde, Cerca de Helgen

-El costillar es grande. Rodegar puede quedarse la mitad si quiere- dije, sin borrar la sonrisa. La verdad es que no me importaba compartir la comida. Es algo muy común en los caminos, coincidir con otros y agruparse en torno a fogatas buscando la protección de un grupo tanto contra bestias como contra bandidos. Sin embargo, en las ciudades, todo tenía un precio. Recuerdo un viejo bretón de Carrera Blanca que compraba y vendía de todo, incluso una vez lo oí decir: "Te vendería hasta un pariente". Supongo que hay de todo en este mundo.

Continuamos caminando. Kaeso me contó que tenía algo en mente para sacarse unas monedas -¿Cazarrecompensas?- le pregunté, arqueando una ceja -Yo que pensaba darte otro trabajo...- comenté no sin cierta picardía, acentuada al humedecerme los labios. Pero pronto, fruncí el ceño ante lo de la niña -No suelo darle importancia a los rumores... como tampoco he visto nada raro en el bosque estos días. Quizá cuando vuelva a salir de noche...- el imperial me interrumpió al besarme furtivo el cuello, haciéndome sonreír como una boba y erizando mi piel ante el tacto de su lengua. Cuando se apartó, me mordí el labio y cogí súbitamente el brazo de Kaeso, para retenerlo -No tan deprisa, imperial...- susurré, antes de tirar de él hacia mí y besar sus labios con excesiva necesidad -He estado hambrienta de ti todo el día...

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31/12/2016, 17:29
Kaeso Adamo

3 de Fuego del Hogar, Tarde, Cerca de Helgen

Kaeso rió levemente ante tu reacción y tu comentario, te tomaba de la cintura mientras se entregaba aquel beso mientras Botitas se sentaba bostezando. Sus manos tomaron con firmeza tus glúteos mientras te sonreía.

Entonces debes haber pasado demasiada hambre.. porque llevas cazando todo el día.. bromeó mientras mordisqueaba remolón tu mandíbula hasta llegar al lóbulo de la oreja izquierda. Finalmente se separó unos centímetros de ti para contemplarte, tenía enmarcada una sonrisa casi radiante. Yo también te he echado de menos. acarició entonces tu mejilla, colando los mechones pelirrojos tras esa misma oreja que acababa de mordisquear y volvió a besarte con suavidad los labios.

¿Volvemos a Helgen antes de que se haga oscuro? te preguntó dudando de cuales serían tus planes.

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31/12/2016, 18:21
z/Hati, Garra Roja

3 de Fuego del Hogar, Tarde, Cerca de Helgen

-Mucha...- susurré mientras cerraba los ojos, disfrutando de las atenciones del imperial. Cuando los abrí, encontrándome con sus zafiros, esbocé una sonrisa de esas que sólo Kaeso lograba sacarme.

No hubo un "y yo a ti". Mis ojos verdes ya hablaban más que mis palabras y ese nuevo beso selló lo que sentía. No obstante, por el rabillo del ojo, vi a un aldeano y me aparté de Kaeso rápidamente, algo avergonzada. Las muestras de afecto en público me resultaban bochornosas y más sabiendo que lo mío con el imperial no era oficial. Supongo que me importaban más de lo que pretendía las habladurías de la gente.

-Si por mi fuera, no- guiñé un ojo -. Mas tengo que dejarle esto a ese dichoso imperial y la carne al posadero. Esperemos que tu labia sirva para algo más que engatusar pelirrojas- le saqué la lengua, burlona, antes de emprender de nuevo la marcha hacia Helgen.

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01/01/2017, 00:33
Kaeso Adamo

3 de Fuego del Hogar, Tarde, Cerca de Helgen

Tras cumplir con los propósitos mercantiles con Narano y Rodegar, encontrasteis un momento de asueto cuando Kaeso subió a la habitación para liberarse de algunos bártulos que había llevado durante todo el día.

Creo que necesito un baño. suspiró el imperial mientras se olía, la verdad es que en ese sentido, Kaeso era bastante más escrupuloso con la higiene que el nórdico medio. No le importaba ensuciarse, pero si ello comportaba una posterior visita a un baño, un río o sucedáneo. Y tú también lo necesitarías.. apreció al verte plena de suciedad por tu día de cacería.

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01/01/2017, 01:07
z/Hati, Garra Roja

3 de Fuego del Hogar, Tarde, Cerca de Helgen

Terminada la jornada, acompañé a Kaeso a la habitación para quitarme el exceso de pertrechos. Estaba molida, agotada, pero no cambiaría nada de mi forma de vida. Estiré mi cuerpo al completo cuando el imperial mencionó lo del baño.

-Eres demasiado melindroso, querido- dije, burlona, hasta que comentó que yo también necesitaba un baño. Arqueé una ceja y me crucé de brazos -¿En serio? ¿No sabes que es una estratagema para que las presas no se espanten al percibir mi olor?- bajé el rostro y olisqueé mi ropa, antes de mirar al imperial -Si me baño, mañana no hay caza. Así que...

Me acerqué a él y me detuve a su vera, inclinando mi rostro hacia su oído.

-Oblígame...

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01/01/2017, 01:35
Kaeso Adamo

3 de Fuego del Hogar, Tarde, Cerca de Helgen

¿No lavarse te ayuda a cazar? Que costumbre tan bárbara.. espetó picajoso mientras te miraba a los ojos, luego sacó la lengua. Siguió quitándose enseres hasta que oyó esa declaración de intenciones, Kaeso volvió su mirada hacia ti, al principio con una sonrisa torcida sin moverse tras disfrutar del susurro.

Te obligo.. fue la respuesta del imperial, y con un movimiento rápido te cogió de los brazos y te inmovilizó contra la pared. Su respiración y su corazón se dispararon, su rostro quedó tan cerca del tuyo que notabas aquello como si fuera tuyo y tras instantes eternos mirándote a los ojos empezó a besarte con desbocada pasión.

Kaeso te inmovilizaba los brazos en la pared, dejando que fuera su rostro el que controlara el resto de tu cuerpo. De los labios pasó a la mandíbula y de esta al cuello donde mordió y besó indistintamente. Con un movimiento de pura fuerza bruta, te liberó de la presa de los brazos para agarrarte de los glúteos y alzarte contra la pared mientras continuaba devorando cada centímetro del cuerpo que mostraba tu piel.

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01/01/2017, 02:27
z/Hati, Garra Roja

3 de Fuego del Hogar, Tarde, Cerca de Helgen

-Disimula el olor... sí- repliqué, con fingida arrogancia, antes de descruzarme de brazos, acercarme a Kaeso y susurrarle aquello. La reacción del imperial no se hizo de rogar...

Su arrebato me hizo contener el aliento cuando me acorraló contra la pared y, sin embargo, yo no podía dejar de sonreír mientras mi mirada se perdía en sus ojos. Aquel instante era la calma antes de la tormenta... y ambos lo sabíamos, mientras nuestros corazones cual tambor de guerra retumbaban como prólogo de una batalla memorable.

Entonces Kaeso me besó y yo, presa de su pasión, le correspondí con necesidad, enmudeciendo un gemido de placer con sus labios cuando me levantó sosteniéndome por mis glúteos. Me aferré con ambas manos a su cuello, clavando mis dedos en su nuca, dejándome llevar por el deseo, estremeciéndome ante cada beso, cada mordisco... cada tramo que su lengua recorría de mi ser

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13/01/2017, 13:51
Kaeso Adamo

3 de Fuego del Hogar, Tarde, Cerca de Helgen

Kaeso hundió el rostro en tu cuello mientras buscaba aplastar tus senos con las manos, su cuerpo se estremecía de necesidad por tomarte, por sentir tu piel, y en cada respiración se colaba un suspiro de placer al notar tu creciente pasión.

Te voy a obligar a gritar mi nombre.. le prometió con picardía mientras sentía el blando tacto de tu busto entre sus manos, como si aquello le diera aire. 

El imperial te agarró del trasero con una mano y con la otra ofreció a sus labios uno de tus senos, el cual empezó a lamer sobre la tela de ropa hurgando por llegar a tu piel.

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13/01/2017, 14:20
z/Hati, Garra Roja

3 de Fuego del Hogar, Tarde, Cerca de Helgen

Ahora la emoción de la caza era por una presa muy diferente. Depredadora guiada por el deseo, dejé que mi presa se confiara, que pensara que tenía el control... así era mucho más excitante. 

¿Acorralada? No... realmente estaba midiendo mis próximos movimientos, estimulada por la pasión que Kaeso me brindaba, por el estremecimiento y el placer que prometía aquella cacería. Sólo hizo falta que una de las manos del imperial abandonara mi trasero y mis pies tocaran nuevamente el suelo...

-No...- susurré, con la respiración agitada y una sonrisa depredadora en los labios, mientras el verde de mis ojos cobraba nueva intensidad. Una de mis manos abandonó la nuca para situarse sobre la cadera del imperial y la otra, tiró de su pelo hacia atrás con brusquedad, apartándolo de mi busto, donde los pezones marcados a través de la ropa delataban mi propia excitación.

Entreabrí los labios mientras acercaba mi rostro al de Kaeso -Tú gritarás el mío...- lamí la piel de su garganta desde la naciente hasta el mentón, donde mordí suavemente mientras una de mis piernas se desplazaba para, en un instante en el que parecía que nuestros labios iban a tocarse, obligar al imperial a girar, haciendo que su espalda quedara contra la pared.

Cogí sus manos por las muñecas, con firmeza, guiándolas hacia la pared mientras casi ronroneaba al hundir mi rostro en el cuello de Kaeso, besé y succioné su piel, ascendiendo para encontrarme finalmente con sus labios, los cuales saboreé desesperadamente, antes de liberar las manos del imperial, deslizando las mías por sus brazos, por sus hombros... y rasgando la camisa de Kaeso con brusquedad al llegar a su pecho. Mis manos se colaron bajo su ropa, marcando el camino recorrido con mis uñas, mientras entre beso y beso yo sonreía. Una sonrisa cómplice que delataba no sólo el placer, sino la felicidad de compartirlo con Kaeso.

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21/01/2017, 20:09
Kaeso Adamo

3 de Fuego del Hogar, Tarde, Cerca de Helgen

El gesto de autoridad que marcaste hizo que la respiración de Kaeso se acelerara aun más, rivalizando con los latidos ya desbocados del corazón. Sintió con gozo tus lametones y mordiscos en el cuello, dejando que tomaras la vanguardia de aquel juego, y cuando permitiste que sus manos se liberaran rasgando su ropa para acariciar su torso con las uñas, él contraatacó rasgando las tuyas para descubrir tu figura.

Sus manos se deslizaron hasta tu cintura, donde pelearon para bajarte las prendas inferiores y tomar con absoluta impunidad tus glúteos que amasó con delicadeza. Su mirada en la tuya, compartiendo esa sonrisa de placer y gozo, de felicidad y esperanza. No puedo evitarlo y lanzó un desmesurado beso que acalló todo gemido, suspiro y palabra que pudierais decir.

Te besó mientras sus manos moldeaban tu silueta, arañando sutilmente tu piel, tal como tú lo hacías con la suya. Notabas su pulsante virilidad peleando por liberarse de las ropas, cada vez con mayor ahínco, ansiando buscar su hogar dentro de ti.