Partida Rol por web

De hecho, ni siquiera sé quién ese tal Wyatt--.

Wyatt Grainger. Un hombre que se ha ganado a pulso un lugar a la derecha del Maligno - estudia al predicador - de verdad que no trabajan para el? Entonces... Que hacen en Privilegio? 

- No, no sabemos de quién habla. Nosotros sólo venimos a entr... hhrrrm, sólo estamos estamos de paso. Mañana nos iremos.

El pueblerino mira a un lado y a otro y niega con la cabeza

No pueden quedarse. Les mataran! Privilegio ya no es el pueblo bonito y acogedor que era antes de estos tiempos oscuros. Antes de Wyatt. Llego y se autodeclaro terrateniente de todas los pastos, incluyendo los accesos de agua. Puso vallas alrededor de todas las tierras aunque no tenia ningun derecho - el hombre pierde la mirada triste en el pasado - Aquellos que intentaron cortar las vallas y dar de comer al ganado fueron disparados y el ganado robado. La mayor parte de la gente huyo, unos pocos se unieron a el y el resto no tenemos a donde ir. Que sera de mi joven Alfredo Luis Alfonso? - os mira y aclara - el chaval que vino antes. Mi hijo.  - vuelve a menear la cabeza - Ahora Wyatt y sus bandidos van y vienen a donde quieren, cogen nuestra comida, nuestro dinero y a nuestras mujeres. Cualquiera que trata de resistirse es asesinado! Pero, que podemos hacer? Tiene demasiados hombres y demasiadas pistolas. Debeis huir antes de que os vea y os mate. O nos mate a todos porque piense que os hemos invitado aqui!

Andreijk se queda perplejo ante la repentina locuacidad del hispano.

Y ahora qué hacemos? Tenemos que entregar la caja mañana, pero yo no quiero que me conviertan en un colador. Maldita caja! No nos ha traído más que problemas!

Cita:

--Pues lo cierto es que nos han encargado la entrega de una caja a un tal Grainger, que seguramente sea el hombre que usted dice--, le espeta el predicador con una cálida sonrisa pícara. --Afortunadamente, antes de hacer la entrega he conocido a un párroco antipático que quizás tenga a bien explicarme qué está sucediendo en Privilegio--. Su rostro adquiere un tono más serio.

--Por cierto, soy Fisher, un predicador itinerante-- asegura mientras se ajusta el alzacuellos. --¿De verdad le parezco un matón?--, pregunta evidentemente molesto.

El parroco se fija por primera vez en el atuendo de Fisher y se santigua

Dios mio! Estamos salvados! - se para un momento y dice entrecerrando los ojos - Es usted Evangelista, metodista, adventista o...

menea la cabeza

Sere idiota! Y que mas da? Esta claro que El os ha enviado para salvarnos. Hermano Fisher, Wyatt Grainger es un demonio en el cuerpo de un hombre. Ha destruido este pueblo y sus alrededores. Matado a sus gentes, robado su ganado y violado a sus mujeres. - piensa un segundo - que tambien son gente claro. No me malinterprete. Sea lo que sea que haya en esa caja, seguro que es un instrumento para subyugar a esta pobre gente incluso mas. Ningun buen cristiano deberia permitir eso! He visto que sois un grupo grande. Seguro que podriais derrotarle

El predicador se mesa la barbilla, jugueteando con la barba que ha acumulado tras dos días sin afeitarse.

--Ya veo, padre... No le puedo garantizar nada. La decisión no es solo mía y no puedo forzar las voluntades de mis semejantes--. Hace una pausa antes de seguir... --Pero le prometo que haré todo lo que esté en mi mano--.

--Y antes de hablar con ellos, agradecería que me facilitara más información. ¿Cuántos hombres son? ¿Qué armas llevan? ¿Dónde se ocultan? ¿Quién podría ayudarnos a hacerles frente?-- Se para un poco para coger aire y seguir pensando... --Y otra pregunta que a la todavía no me ha respondido: ¿de verdad le parezco un matón?--

--Dígame cualquier cosa que crea que pueda sernos útil, por favor--.

¡Esta es mi oportunidad para redimirme a los ojos Dios!

Cualquier blanco en Privilegio o es un maton o soy yo. De ahi mi confusion - se disculpa el parroco - Wyatt tiene una banda de desperados. Unos veinte. Si les cogeis por sorpresa no deberiais tener problemas. Todos llevan pistolas, como es comun en este mundo de violencia y odio en el que nos ha tocado vivir - se santigua y muestra su pistola - ni el clero se escapa de el caos creado por el Maligno. No se donde tienen su base. Pero vendran a por vuestra caja, supongo.

Piensa un segundo y dice

La gente del pueblo esta muy asustada, pero quizas consigais convencerles. Yo estoy harto de este injusticia. Luchare con vosotros.

Mientras tanto, en el saloon, el sentido arácnido de Andreijk está empezando a pitar como loco.

Problemas, problemas, problemas...

Ada mira sus cartas con cuidado de que nadie más pueda verlas.

- Hummm, ya. Es un mundo violento y cruel. Pero no creo que nos mate. - contesta al mejicano - subo 1$ - dice colocando un billete en medio de la mesa.

Cita:

--¿Sabe disparar, padre?--, pregunta el predicador, no muy convencido.

--Bien, acompáñeme al saloon. Lo primero va a ser convencer a mis compañeros...-- dice, pensativo. --Y creáme, puede que no sea nada fácil...--

Y por el camino...

--Por cierto, todavía no me ha dicho cómo se llama-- ;-)

Se disparar tan bien como cualquiera (*) - dice ofendido - Y perdone la mala educacion. Soy el Padre Montgomery, Arthur Montgomery. Yo me encargare de convencer a sus amigos - dice con seguridad - habra que hacer una reunion de todo el pueblo!

--Paciencia, padre Montgomery. Déjeme hablar a mí con mis amigos y no intervenga si no necesito ayuda. Yo los conozco mejor. Y recuerde, de nada servirá reunir al pueblo si no convencemos a mis amigos; no vendamos la piel del oso antes de cazarlo--.

--Ya estamos a punto de llegar--

Estais hablando con el viejo cuando entran Fisher y un tipo con alzacuellos y bombin

--Amigos--, comienza el predicador, tras asegurarse de que no hay nadie más en la sala --os presento al padre Montgomery--. Y antes de que este pueda interrumpirle, continúa --Me temo que trae malas noticias: el hermano de Grainger y su grupo de bandoleros tienen subyugado al pueblo--, asegura con voz triste.

--Compenderéis que no podemos hacerle entrega de las armas que seguro que hay en la caja--, y en respuesta a las miradas de reproche de algunos, sigue --una cosa es comerciar con armas, y otra muy distinta usarlas para extorsionar a pobres campesinos, o incluso matarlos. Yo, desde luego, no quiero ser partícipe de las atrocidades que cometerán en este pueblo, y espero que vosotros tampoco--, termina con tono convincente y ligeramente acusatorio. --Tendréis familiares, y no creo que os gustara que les pasara algo semejante--.

--Si os preocupa el dinero, estoy seguro de que vendiendo el contenido de la caja se puede sacar mucho más. Y yo estoy dispuesto a renunciar a mi parte--, promete. --¿Qué decís?--

Aún no recuperado de la sorpresa anterior, Andreijk abre los ojos aún más cuando oye lo que dice el predicador.

Wu miró al Predicador, luego a Andreijk, luego al nuevo sacerdote con bombín y pasó a Ada.

Glangel tlato. - señala la caja. - Glangel olo. - hace su famoso gesto para referirse al parné. - No caja, Glangel coltal pelotas pol jo'putas.

- Ni siquiera estás seguro de que en la caja haya armas - Ada parece tentada - Y Grainger ha sido legal conmigo, no veo porque iba a traicionarlo. Si no es su hermano, otro desgraciado se aprovechara de este pueblo. Son hispanos, la ley güera no les va ayudar, siempre estarán a merced de los bandidos, yo se bien como funciona este fucking country. - se encoge de hombros y vuelve a sus cartas - Meternos en una ensalada de tiros no nos servirá para nada, excepto para que nos maten.
 

Cita:

--¿Y quién te asegura que no vayan a matarte cuando entregues la caja para no dejar testigos, o simplemente para robarnos el oro? Esta gente no se anda con chiquitas. Creéme, estuve con la banda de Bobby y sé de qué me hablo--

Cita:

--Bobby también fue legal conmigo...-- y termina la frase --hasta que dejó de serlo. Y no es cierto que otro acabará aprovechándose de este pueblo. Hay muchos pueblos de los que no se aprovecha nadie. Si quieres engañarte...--, pensativo, esta vez deja la frase en el aire.

--Si es por dinero, estoy seguro de que si os quedáis a ayudar a esta gente ganaréis mucho más. Está claro que en la caja hay algo mucho más valioso, no nos pagaría tanto dinero para transportar algo sin valor.

Se da la vuelta, y se dirige hacia una mesa.