Partida Rol por web

Entre la neblina del alcohol y la fatiga, Wu recuerda las palabras de su amigo y maestro Bi-Wan:

Donde el elefante no puede entrar, la serpiente encuentra el camino.

Su brazo parte como la picadura de una cobra, alcanzando al secuaz en el cuello y dejándolo inconsciente de un golpe.

Logan ve con creciente temor como sus secuaces son reducidos por los gandules del bar.

Me Vengare! Juro que me vengare! - grita antes de desaparecer del Saloon.

Lo ultimo que se oye es el PAF de la colleja de Andreijk a Logan

Logan se monta en un caballo que tenía preparado y desaparece en dirección este. Andreijk y John se quedan a la sombra de la parte de atrás del salón, mirándolo cabalgar como alma que lleva el diablo, desapareciendo pronto en la oscuridad. "Así aprenderrá" dice Andreijk al indio, que todavía acaricia con fijación el trozo de tela del traje del ganadero. Es buena tela.

Luego vuelven al interior, donde Ada y Wu ya están recogiendo el dinero del suelo con ayuda de los parroquianos. Ada es todo sonrisas y cordialidad, y a su alrededor la mugre del salón parece brillar como el bronce bajo la luz del sol titilante de las velas.

Ada se sienta en la mesa otra vez tras recoger la baraja y colocar las sillas. Lanza una sonrisa a la gente y dice:

- Continuemos la partida, hay un sitio libre, ¿alguien se apunta? - pregunta mientras baraja sin dar importancia a lo sucedido.

Hombre, Ada, mas que la partida... Por la ayudita no me das nada? - pregunta un parroquiano acercandose a ella

La joven se levanta de la mesa y sin dudarlo planta un beso en la boca del parroquiano.

- Esto no lo doy por dinero - comenta coqueta - pero para el resto tendrás que pagar como todos - añade con un guiño mientras se vuelve a sentar.

Pero Ada, no tengo dinero - le dice agarrandola del brazo antes de que se siente - Mi hijo esta enfermo. Se esta muriendo. Todo me lo gasto en que se mejore. Mi mujer ha muerto. La peste. - dice apenado - Lo unico que da sentido a mi vida eres tu y no puedo pagarte. Pense que ayudandote... Ayudandote... - se pone a llorar haciendo que su chepa tiemble incontrolablemente

Ada le da unas palmadas en el hombro y deja que lloré en su pecho.

- Tranquilo, tranquilo, te aprecio mucho, eres un amigo de verdad, pero tienes que entender que es mi trabajo - comenta la joven mientras le da otro beso en la coronilla - Ahora déjanos jugar, por favor, si quieres ayudarme ve a ver al sheriff y cuéntale lo que ha pasado.

El parroquiano se quita las lagrimas con el brazo y afirma con la cabeza. Se va del saloon arrastrando los pies. Justo antes de salir, echa una ultima mirada a Ada y sale

Andreijk se sienta a la mesa sin hacer el menor caso del parroquiano llorón. En realidad, ni se ha dado cuenta de que estaba ahí.

¿Güski? - preguntó el oriental mientras el resto se preocupaba de las mesas y el dinero, confiaba en Andreijk y no creía que nadie quisiera tratar de timar al gigantón.

Se frotaba el golpe recibido mientras colocaba la botella medio vacia que había pagado Logan y los vasos que habían resistido sobre la mesa y cojía la silla más cercana a la vez que servía una ronda para todos.

Despues de que salga Logan, collejazo incluido, y que uno de los parroquianos haya sido puesto (diplomaticamente) en su sitio hay un segundo de silencio en el bar... Y el piano empieza a tocar otra vez.

El resto de parroquianos y el camarero con vuestra ayuda, recogen las mesas, limpian los cristales rotos y echan al abrevadero de caballos a los pocos hombres de Logan demasiado incoscientes como para arrastrarse por si mismos. Un caballo ya entrado en años pero aun robusto parece no aceptar de buen grado que le ensucien el agua de esa manera y le muerde la oreja a uno de los parroquianos.

El resto estais viendo chillar al parroquiano mientras repartis las cartas otra vez cuando una chica bastante ligera de ropa se os acerca y os dice

El señor Grainger, dueño de este establecimiento se sentiria honrado si suben a su despacho a tomar algo con el. Dice que les servira whiskey de verdad y no lo que se bebe aqui - dice apuntando con un dedo a una puerta, escaleras arriba que tiene escrito con un cartel medio girado la palabra "Oficina".

Subis, ante la promesa de buen whiskey. la oficina tiene un buen mobiliario, que seguramente no se romperia despues de un golpe como en el piso de abajo. Detras de una mesa de despacho que tiene una botella de whiskey medio empezada, esta sentado en un sillon un tanto desvencijado Baily Graniger, el dueño del local. Es un hombre no demasiado alto, con un bigote de epoca y una sonrisa que no queda claro si es falsa o si es que el es asi. A vuestro lado de la mesa, sentados en tres sillas hay tres vaqueros, aparentemente no demasiado amistosos excepto uno, que lleva una biblia en la mano.

Granger sonrie y dice

Nunca me cayo bien el hijodeputa lameculos de Logan. Ya iba siendo hora de que alguien le agarrase de las pelotas y le pusiese en su sitio - se rie y os llena a todos un vaso de whiskey, incluyendo los tres vaqueros en la habitacion. - Me llamo Baily Grainger - hace una pequeña reverencia - el dueño de este puto saloon. Me preguntaba si unos cabronazos con unos huevos tan grandes como los del caballo del General Custer estarian interesados en un trabajito con estos señores? Los caminos del Oeste son oscuros y llenos de terrores. A nadie le viene mal una ayudita extra contra los cabronazos hijos de puta que se puede encontrar uno hoy en dia en este puto pais.

Con un ligero carraspeo, Jeb se levanta de su silla esforzándose por ignorar la sarta de juramentos lanzada por el Sr. Granger, aunque no consigue contener un ligero rubor. Se gira hacia Ada con todo el aplomo de que es capaz, y con una ligera inclinación de la cabeza, acompañado por un formal "Señorita...", le ofrece su asiento. Acto seguido se sitúa detrás y a la derecha del predicador, poniendo una mano sobre su hombro.

Hecho esto, y con un par de carraspeos, se dedica a mirar alternativamente a Granger y al resto del grupo, inclinando cada vez más la cabeza. Tras un par de cruces de miradas, y en vista de que Granger no piensa hacer las presentaciones formales que serían de rigor, da un pequeño suspiro y se encara con los demás. "Por Dios, he conocido carreteros con más educación que este individuo...", piensa para sus adentros.

"Caballeros, señorita, discúlpenme la indelicadeza de presentarme a mi mismo. Soy el t... Jebediah, Jebediah Stern. Pueden ustedes llamarme Jeb. Yo y mis asociados aquí presentes, Mr. Colt y Mr... Fisher, estábamos recibiendo un encargo por parte de nuestro nuevo patrono, el Sr. Granger aquí presente, a quien ya conocen. ¿Me permiten el atrevimiento de saber sus nombres, por favor?"

El hombre de la biblia es un cuarentón alto, delgado de pelo castaño lacio y alborotado bajo un típico sombrero negro, lleno de polvo.

Cuando el pequeño grupo entra en la sala, se levanta y se quita el sombrero; al hacerlo, su gabardina se desplaza ligeramente descubriendo dos revólveres enfundados a la cintura, alrededor de la sotana.

Su profunda mirada recorre a este inédito grupo; sus ojos claros tienen un extraño magnetismo...

Cuando Jebediah Stern termina con las presentaciones:
-Caballeros... Señorita.

Grainger escribió:

- Predicador, ¿bebe?- añade Grainger en el último momento.
- Sólo después de las 8 de la mañana- responde este.

Ada no duda en coger el asiento que le ofrece "Jeb" ni el vaso de whisky. Se relaja en la silla cruzando las piernas y coqueta dice:

- Ada, mi nombre es Ada - omite el apellido - Es un placer conocerles. - sonríe y calla atenta a saber que puede querer el gánster local de ella, excepto que se acueste con alguien.

El oriental mira con calma uno a uno a los tres vaqueros y al dueño del local mientras acepta el vaso de whiskie con un asentimiento de cabeza.

Wu coltal pelotas de... - mira a Grainger sonriendo y levanta el puño para enfatizar la siguiente palabara - jo'putas*.

Dicho eso, mueve ligeramente la especie de camisola que lleva, mostrando varios cuchillos enganchados al cinturón de cuerda.

¿Olo? - pregunta a Grainger mientras mueve los dedos índice y corazón contra el pulgar, mostrando el símbolo internacional del parné.

- Buenas noches. Mi nombre es Andreijk.

Sin decir más, el gigantón coge el vaso de whisky y lo vacía de un trago.