Partida Rol por web

The Last Blade

Epílogo: Caminos

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11/11/2012, 16:28
Director

El amanecer llegó ese día, tal como había llegado durante los incontables días que lo habían precedido. Japón se preparó un día más para la vida y los quehaceres cotidianos, como si nada hubiera pasado, ni nada hubiera perturbado la paz del mundo. Muy pocos llegaron a ser conscientes, sin embargo, de que el destino de ese mundo que consideraban seguro y tranquilo, había estado pendiente de un finísimo hilo. Un hilo que un grupo de guerreros había salvado de romperse para siempre...

Suzaku, y su encarnación humana, Kagami, habían sido derrotados y su plan había fracasado. El poder del Dios de Fuego tardaría años en recuperarse, y ahora aquellos que debían proteger el equilibrio estaban alerta. El Portal no se abriría de nuevo, al menos, no por la intromisión de ese dios vengativo. Tras la batalla, la lluvia purificó el lugar y arrastró la impureza del ritual. La luz del sol bañaba una vez más el mundo, mientras aquellos ocho guerreros se despedían y se separaban para siempre.

Era un día luminoso y perfecto.

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11/11/2012, 16:34
Director

Akari y Juzoh tardaron unos días en volver a Kyoto. No se cruzaron con ninguna caravana, ni ningún viajero como les había ocurrido en el periplo de ida... pero ya no tenían prisa. El mal que habían partido a combatir estaba derrotado, en buena parte gracias a ellos, y Hikari estaba a salvo, esperándoles en casa.

De camino, atravesaron la aldea que había sido destruida por los espíritus del fuego. Sus restos ennegrecidos continuaban allí, pero algunos aldeanos habían regresado y comenzaban a reconstruir el lugar. Pese a las pérdidas, la vida se recuperaría y continuaría allí, igual que en todas partes.

A su llegada a casa, fueron recibidos por su padre y todo su barrio, como auténticos héroes. Habían sabido de su éxito cuando Hikari y la otra muchacha enferma comenzaron a mejorar rápidamente. Desvanecido el veneno espiritual, ambas se recuperaron del todo, para júbilo de Juzoh y Akari. Su viaje había valido la pena y habían logrado salvar a su hermana.

A partir de entonces, su vida transcurrió como de costumbre. Akari continuó cuidando del templo y Juzoh... bueno, Juzoh pudo por fin volver a echarse largas siestas después de comer ramen hasta hartarse. Se pelearon de vez en cuando, pero siguieron siendo tan inseparables como lo habían sido durante su largo viaje.

 

Notas de juego

- FIN -

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11/11/2012, 16:42
Director

La vuelta a casa de Amano no fue tan agradable como la de algunos de los demás. Ahora sabía que no volvería a ver a Aika, y eso le dolía. No había sido capaz de protegerla ni rescatarla, pero... ¿quién habría podido? Aquellos indeseables habían atacado por sorpresa, como corresponde a los cobardes y no a los guerreros.

No obstante, la muerte de la chica no había quedado impune. Amano se había asegurado de que el responsable de todo aquello lo pagase, y de que nadie más tuviera que sufrir aquella suerte. Además, había conocido a guerreros formidables, y tenía material para unas cuantas reflexiones junto a una buena botella de sake una vez que volviera a Kyoto.

A partir de ese momento, su vida no cambió demasiado. Siguió acudiendo a fiestas, cortejando a señoritas, bebiendo sake y jugando al shogi. Continuó siendo conocido como uno de los hombres más fuertes de Kyoto, y siempre estuvo dispuesto para ayudar a las damiselas que estuvieran en apuros... o simplemente se aburrieran un poco.

Al fin y al cabo, la vida en el Japón de aquella época podía ser monótona y nunca estaba de más un poco de diversión.

Notas de juego

- FIN -

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11/11/2012, 16:46
Director

Lee regresó a China casi inmediatamente después de aquella noche. Se despidió de Juzoh y Akari, con quienes había compartido la mayor parte del viaje, y puso rumbo a su hogar, que echaba enormemente de menos.

Su misión estaba cumplida. Había averiguado a qué se debía el presagio del Gran Monje, y había sido testigo de cómo aquél mal era derrotado sin contemplaciones. Ahora sabía que el mundo viviría en paz, al menos por un tiempo, sin que espíritus intranquilos lo amenazaran.

Lee volvió al puerto de Osaka y tomó el primer barco con destino a China. Fue recibido por los monjes del templo y contó toda su aventura en Japón. Los monjes se sorprendieron de lo que había vivido, y se alegraron de que todo hubiera salido bien. A partir de entonces, su vida volvió a la rutina de disciplina, meditación y entrenamiento de las que tanto había disfrutado anteriormente.

¿Quién sabe? Quizá algún día volviera a Japón, y pudiera ver de nuevo a los grandes guerreros que había conocido... pero de momento, la paz del monasterio le bastaba para tomarse un buen descanso y sanear una vez más su espíritu.

Notas de juego

- FIN -

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11/11/2012, 16:51
Director

Los pasos del capitán Washizuka sólo podían llevarle a un lugar, el cuartel del Shinsengumi en Kyoto.

Había cumplido su misión, asegurarse de que el plan de Kagami fracasaba. Había visto caer al malvado con sus propios ojos, y ahora podía regresar. La población estaba a salvo y, a fin de cuentas, él aún tenía una misión más que cumplir. Para averiguar el paradero de aquél hombre poseído, había tenido que liberar a Shikyoh... y ahora que el peligro había pasado, era su deber encontrarlo una vez más y llevarlo hasta la justicia de forma definitiva.

El capitán no descansaría hasta que lo consiguiera. Sus compañeros caídos serían vengados. La sangre de Shikyoh, derramada por su propia katana, mancharía el suelo aunque fuera lo último que Washizuka Keiichiro pudiera hacer en su vida.

Era su deber.

Notas de juego

- FIN -

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11/11/2012, 16:55
Director

El regreso más amargo fue sin duda el de los tres hermanastros, los pupilos de Gaisei. Aunque el peligro había pasado al fin, y su maestro había sido vengado, no podían quitarse el peso del corazón, la carga que les oprimía.

Jamás volverían a ver a su mentor. Lo único que podrían hacer a partir de ese día, sería vivir como él les había enseñado siempre, rindiendo el culto debido a su cuerpo y su alma, protegiendo al débil y manteniendo la disciplina del guerrero. Aparte del funeral, aquél era el mayor homenaje que podían ofrecerle al que había sido su maestro y padre.

Ahora eran conscientes, y los maestros Genbu y Shigen se ocuparon de recordárselo, de que eran los herederos del legado de Gaisei. Deberían proteger el mundo de los vivos, y mantener sellada la Puerta del Infierno. Poco importaba que Suzaku estuviera derrotado. Ellos debían mantenerse siempre alerta.

Moriya tardó tiempo en comenzar a superar lo ocurrido. Ver morir a Gaisei en sus brazos y escuchar sus últimas palabras había sido demasiado duro para él. Nunca fue el mismo a partir de entonces, por mucho que sus hermanos intentaron recuperar al viejo compañero y hermano que habían perdido. Ni siquiera derrotar definitivamente a Kagami había aliviado su alma, pues no había podido acabar con su vida del modo que él habría querido: rompiendo su defensa con un certero tajo al corazón. Sin embargo, siguió adelante, pues ese era el camino del guerrero, y jamás estuvo dispuesto a traicionar el legado de Gaisei.

Kaede tomó el relevo de su padre y, con el nuevo poder que ahora albergaba, dedicó sus siguientes años a proteger el lugar donde se hallaba sellada la Puerta del Infierno. Llegó a ser tan fuerte como los otros depositarios de los Dioses, y si el mundo disfrutó de un amplio período de paz, sin amenazas procedentes del más allá, fue en buena parte gracias a él.

Yuki se esforzó siempre por mantener a la familia unida, como en los tiempos en que habían sido condiscípulos. Sin embargo, la muerte de su maestro y el hecho de que ahora eran mayores y debían valerse por sí mismos, hizo que poco a poco se fueran alejando. Conocían su deber, y por fin estaban preparados para enfrentarlo. Yuki pensó que tal vez era el momento de buscar sus raíces, y partió a Rusia con la esperanza de encontrar a su verdadera familia.

Sólo el tiempo les diría si sus caminos volverían a cruzarse y podrían redimirse del pasado. Pero en su interior siempre fueron conscientes de que, si el mundo continuaba siendo un lugar feliz y seguro, se lo debían a ellos y a los compañeros que encontraron aquella noche en que se convirtieron por fin en adultos.

 

Notas de juego

- FIN -