Partida Rol por web

SERPIENTE.

Así se llama el pueblo en que vais a hacer vuestro pequeño "trabajo". No teníais más remedio que hacerlo porque estabais sin blanca, pero al menos, no aventurabais problemas. Se trata de un lugar pequeño con un banco que suele recibir las nóminas de los trabajadores del ferrocarril y que en teoría no debe presentar muchas dificultades, puesto que en realidad es un lugar de paso hasta que llega el tren y las recoge. Solo un par de guardias a lo sumo. Entrar, robar y salir.

Desde lo alto de la colina divisáis el pequeño y polvoriento pueblo y pensáis cómo actuar antes de descender e iniciar el asalto.

José lanzó un potente escupitajo de tabaco al suelo desde lo alto de su caballo, cortó un nuevo trozo y se lo metió en la boca. Sus dientes estaban amarillos y el aliento que desprendía podía olfatearse a varias millas de distancia sin demasiado problema. Si los federales hubieran tenido una jauría de perros, haría mucho tiempo que os hubieran capturado.

Pero también era un consumado tirador y eso en este trabajo, tenía su precio.

-A mí me parece un pueblo de mierda, jefe. ¿Seguro que ahí hay miles de dólares esperándonos? Porque... no lo parece en absoluto.

-Por una vez... estoy de acuerdo con él -dijo Joe. 

Callado y de mirada penetrante, a Nelson "Cara de Indio" no le gustaban los trabajos difíciles. Llevaba algún tiempo en aquella banda y últimamente no estaban teniendo demasiada suerte, así que lo último que le apetecía era jugarse el pellejo por unos cuantos miserables dólares. O el banco tenía lo que Donovan había prometido, o se las tendría que ver con él.

-Ahí no parece que haya nada aparte de putas serpientes y polvo del desierto.

Sin duda ese lugar parecía estar tan seco como el piso que machacaban sus caballos, donde solo el escupitajo negruzco de José le daba humedad. Pero ese era el lugar, esas pequeñas casuchas puestas sin orden encerraban un buen botín. Donovan observó a Joe por debajo de su sombrero, como si estuviera decidiendo si darle un disparo en el pecho o escupirle en  la cara. Por suerte para ellos, su líder protegía a sus compañeríos, aunque muchos no valgan ni el contenido de una bacinica.

-Este es el lugar- dijo con lentitud, para que grabaran esas palabras en sus mentes-. Si tienen miedo, lo haremos el muchacho y yo- siempre que sus hombres dudaban, solo tenía que poner de ejemplo a Crow, quien se llevaba las mejores mujeres, tenía la mejor puntería y, que demonios, tenía mucho menos edad que cualquiera de ellos. Si bien podía eso generar “celos” también eran conscientes que meterse con su hermano era abofetear al mismo diablo, algo muy malo para la salud-. ¿Vienen o siguen masticando su cobardía?

Lo último lo dijo con una sonrisa más amistosa, espoliando el poco orgullo que podrían tener un montón de malhechores. La verdad es que solo les movía la necesidad de tener dinero en los bolsillos y una mujer en el regazo, no pudiendo conseguir nada de eso sin los trabajos que les conseguía Donovan.

No, no, jefe. Ya sabes que yo siempre estoy dispuesto a todo. Solo dime cómo quieres que lo hagamos y vamos por ello. ¿Qué plan prefieres? ¿Entrar y disparar, o hacerlo disimuladamente?

José volvió a escupir un trozo de tabaco lleno de saliva, que se estampó junto a una de las patas del caballo de Crow. José se rió burlonamente. Seguía pensando que aquel joven no estaba hecho para aquello.

Hemos llegado a un pueblo que no tiene nada en apariencia, pero por mi experiencia no todo es lo que parece y he visto estercoleros con mas riquezas que un banco, pero es evidente que los paletos ignorantes no tienen porque saber de esas cosas....

No te preocupes José, yo te protejo para que no tengas miedo y si lo necesitas te doy unas clases.... No dejo de estar en guardia siempre, en un mundo donde muchos me envidian y desprecian a partes iguales por ser mas joven y mejor que ellos mi objetivo es ser mas grande que el pistolero legendario "el fantasma", este pistolero causa terror solo con ser mencionado pero yo llevo su sangre y un destino que me llevará mas lejos que el suyo.

Creo que lo mejor es un trabajo rápido con un vigilante fuera que cubra en caso de emergencia, que el vigilante entre como cliente para estar mas seguros.

¿Dos fuera y dos dentro? -preguntó Joe con seriedad. No deseaba que nada fallase, y tenía un mal pálpito sobre aquel trabajo. Pero cualquiera decía que no. Cualquiera le daba la espalda a José... o a Donovan, ya que estaban. No confiaba en aquel tipo más que en su propio padre.

Y él había matado a su padre.

-Dos asegurando la salida y los caballos y dos entrando como clientes.

-Dos y dos es un buen número. Los que mejor disparen de cerca, adentro, los que mejor a distancia afuera- sacó su rifle y comprobó su estado, algo que hacia siempre antes y después de cada golpe. Su arma era como su caballo, parte de su propio ser y que le salvaría la vida en más de una ocasión-. Intentemos no llamar la atención y hacer esto rápido. Si vemos alguna placa. Se muere. Los de dentro, quiero que sean brutales de ser necesario, pero no disparen. 

Normalmente evitaba matar agentes de la ley, pues eso siempre encabronaba a los otros que tenían placa y normalmente se volvían más tenaces en las búsquedas y persecuciones. Pero tampoco esperaba ser blando o dejarse atrapar.

Entonces yo me pido dentro. Tengo ganas de asustar a un cajero ja ja ja ja -dijo José, a punto de atragantarse con el maldito tabaco, por lo que tuvo que volver a escupir. A continuación, sorbió ruidosamente con la nariz y se limpió con el dorso de la mano la baba que se le había quedado en la boca.

-¿Quién entra conmigo? -preguntó entonces. A continuación, miró a Crow -. ¿Tú, niño guapo?

No lo dudes, voy dentro. Le respondo guiñando el ojo y lanzando un beso a José, aunque mi actitud provocadora puede resultar dañina algún día debo demostrar que no me asusto con nadie y soy un igual en la banda, no solo un niño que esta aprendiendo y es un inferior.

Tu asustas al cajero y yo me encargo del rehén, ¿Todos listos?.

Por desgracia solo puedo fiarme de mi hermano y la crisis por la que están pasando hacen muy peligrosos los trabajos y que alguno de los miembros quiera mayor botín del que le corresponde...

Con el plan ya diseñado, los cuatro jinetes comenzaron el descenso desde la colina hacia el pueblo. No tardaron más de media hora en llegar a aquel pueblo en el que el viento soplaba de forma encontrada, lanzando la arena contra los ojos que se esforzaban en ver cualquier cosa llamativa.

Pero más allá de algunos hombres y mujeres que se movían de una casa a otra, y algunas tiendas abiertas, no parecía haber nada.

La oficina del sheriff estaba justo enfrente del Banco, así que eso podía suponer un problema. Cuando llegasteis al banco, bajasteis de los caballos y Jose y Crow os lo dieron a vosotros para poder entrar.

Con la oficina del Sheriff en la entrada del banco eso si va ser un problema, mi hermano es ladrón de bancos y yo pistolero a sueldo, vamos a ser mas eficientes si cambiamos el puesto en esta nueva situación.

Con una mirada y una sonrisa a mi hermano le confirmo el nuevo cambio que acabo de imponer. Tu entras, yo me ocupo del sheriff.... yo ya tengo delitos de sangre y tengo que aumentar mas mi leyenda, mi hermano es un ladrón de bancos sin mas.

El estar dentro del pueblo no debió mejorar esa sensación de que allí no había ni un cobre partido a la mitad. Se había puesto firme con respecto a ese trabajo, pero no estaba del todo seguro de si había sido la decisión correcta. A veces uno debía lanzarse de lleno a la situación y esperar lo mejor.

Sus ojos recorrieron el lugar, buscando algo fuera de lugar, alguna mirada sospechosa sobre ese grupo. La oficina del Sheriff estaba justo en frente de su objetivo, por un lado era una putada, pero por otro podría vigilarles más fácilmente.

-Espero que te quedes en tu guarida- pensó mirando hacia el edifico de los hombre de la ley, para luego hacer una señal a los dos que entrarían al banco. Rápidos y precisos, solo necesitaban eso… Pero Crow parece tener otras ideas. Le dedicó otra mirada hacia la comisaria, pensativo. Ese pueblo no era la gran cosa, no esperaba que hubiera mucha resistencia-. Solo evita que nos moleste. La sangre solo atrae más sangre.  

Colocó su caballo en posición, dándole una simple vuelta al poste frente al banco, para luego bajar y descolgarse el rifle. Una última mirada a los demás, para luego entrar en el lugar. No le gustaba que cambiaran de plan a último momento, pero también confiaba en el criterio de su hermano… al menos en esas cuestiones.

No hay mucho movimiento, pero sí que tienes que esperar a que crucen por delante de ti algunos vaqueros a caballo antes de alcanzar la cárcel.

Cuando entras, ves a aquel de pie, junto a su mesa, guardando algo en el cajón. Al verte, se endereza y te habla confiado.

-Buenos días. ¿En qué puedo ayudarle?

José y Jeff entran en el banco. No hay mucha clientela, pero si que hay una cola de dos personas esperando a que el sonriente cajero les atienda. Al fondo podéis ver sentado a una mesa el que seguramente será el director del banco. Todo parece tranquilo y completamente normal.

Lo último que parecen esperar es un atraco.

Donovan entró con rapidez, como si supiera exactamente qué hacer y a donde ir. Solo le bastó una mirada para localizar a todos los presentes. Eran pocos, más sencillo para hacer lo que se requería. Sin detener su avance, tal como habían quedado antes, él se acercó a los clientes. Buscó al más grande, el que pareciera tener más posibilidades de causarles problemas.

-Hola…- le dijo para a continuación estrellar la culata del rifle en su mandíbula. José se encargaría del cajero y el Director-. ¡Esto es un asalto, el que se mueve se muere!

Ahora era el caño del Winchester el que apuntaba hacia el cliente que aún estaba en pie. Si tenía armas se las quitaría, incluso puede que le diera en el estómago solo para que sepa que no estaba para idioteces.

Buenos días sheriff, lamento interrumpir pero soy un caza recompensas y estoy de paso en el pueblo, viajo mucho y me gustaría que me mostrases la lista de delincuentes buscados. Por donde paso me gusta mantenerme informado y la mayoría de empleadores dicen que soy demasiado joven para que se fíen de mi. Si logro entregar algunos delincuentes a la justicia igual logro que se fíen mas de mi.

Hablo desde una posición que no deje al sheriff ver nada del banco y así ellos trabajen con libertad. Aprovechando mi cara de niño para que el sheriff me vea como eso, un niño. Por suerte para mi siempre robo con el rostro tapado ya que mi cara de niño me delataría en los carteles de búsqueda con mucha facilidad y sea el nombre de Crow el temido.