Partida Rol por web

El carretero  se detiene junto a un grupo de arboles extraños, de flores violaceas. Es mediodia y la luz del sol que se cuela entre las ramas tiene un tinte casi magico...El viaje ha durado poco realmente, solo estan a unas 10 millas de Argluna.

El ambiente es sereno, relajante. Nadie mas que ustedes perturba la paz de este lugar. Se escuchan las aves trinando aqui y alla. Un conejo se aproxima a la carreta y la mira. No parece tener miedo, ni siquiera del enorme felino en ella. Luego, se aleja lentamente, perdiendose entre el bosque. Unas sombras lejanas, que parecen jinetes, llaman vuestra atencion.

El viejo carretero escupe a un lado y prepara junto a el una largo arco, un hacha y un escudo pesado de metal. Parece le mas nervioso de todos.

Señala las sombras de unos jinetes que no hacen ruido, dentro de la arboleda.

-Malditas ilusiones, simplemente. Estos tipos han llenado todo el bosque de ellas, como su primer defensa contra los tontos y trampa a los que se creen listos. Tengan cuidado con lo que ven  no confien en sus sentidos.... Es el unico consejo que puedo darles... Mas alla, ninguno ha regresado para contar lo que ven...

Masculla una maldicion y continua.

-Tengo ordenes de esperarles aqui, pero solo sera hasta el anochecer. Despues, deberan aguardar a la mañana que regrese o volverse a la ciudad a pie. Si no aparecen en 2 dias, sabre que no volveran... Buena suerte..

El viejo sostiene el arco, con una flecha preparada, sobre sus piernas. Se le nota enormemente alerta...

Me bajo del carruaje y me alisto para seguir el camino con todas mis pertenencias, esperando a los demás.

Nera viaja de la carreta en cuanto llegan (seguida de cerca por Asdrul) con una amplia sonrisa en el rostro, está contenta pues a pesar de los peligros a los que deberán enfrentarse, se encuentran en un bosque.. un bello bosque.

Gracias por su consejo, buen hombre dice finalmente al cochero

El fin del camino, y todos deberían bajar, Faeledhel, baja de la carreta, después de la druida- si, muchas gracias por los consejos y el viaje, buen señor- le sonrie al hombre, y camina detrás de los demás. Lleva todas sus pertenencias, su capa la cubre perfectamente., aunque parece que estuviera rasgada en la espalda, era para sacar las alas.

Sin conseguir erguirse totalmete debido a la mala postura durante el viaje, Soran baja de la carreta poniendo los cinco sentidos en su entorno mientras vigila con el rabillo del ojo las supuestas ilusiones.
-Así que trampas ¿eh?, me siento como en casa masculla de forma apenas audible.

El guerrero desciende lentamente de la carreta, aquel viaje no le ha gustado nada, un caballo hubiera sido lo mas sensato pero... Bueno, en marcha, si hemos de regresar rápido lo mejor es darnos prisa...

Con aire circunspecto Soran investiga el lugar buscando huellas más o menos recientes en los alrededores, atento a la posibilidad de una emboscada mientras intenta dilucidar cuál sería la mejor ruta a seguir para adentrarse en la espesura del idílico bosque. Se limita a reconocer el terreno unos 200m alrededor de la zona donde el cochero los ha dejado prefiriendo que alguno de sus compañeros tome la iniciativa y se haga cargo del heterogeneo grupo.

No das con ninguna trampa en tu paseo, aunque tropiezas con unas cuantas presencias que tal vez sean ilusiones. No tienes ningun problema en evitarlas, son imagenes muy toscas. Animalitos aqui y alla y una extraña sensacion de bienestar los acarician a todos, como si el lugar fuera... especial.

Hay un unico sendero, entre los arboles,apenas dibujado. Empieza a separarse del camino principal justo junto a donde les dejo el cochero. Parece muy poco transitado, a juzgar por las huellas escasas de calzados, demasiado viejas y vagas para una identificacion posible. Sin embargo, todas lo siguen.

No dije nada, solo descendí del carro y me prepare para la caminata. No deseaba que nos tomara por sorpresa nada así que desde que toque suelo puse alerta mis sentidos.

Pero al bajar, no pude evitar pasar una ojeada por la hermosa figura de Faeledhel, cosa que me dio cosquillas. De pronto me relaje un poco y mire a cochero con gratitud por su consejo.

Camina detrás de Lucios, aunque sus pasos hacen que se ponga al lado de él,  abre su capa, para dejar sus manos  más libres, y sus alas aparecieron entre las aberturas de su capa, podría usar la capa y extender sus alas, ya estaba incómoda por seguir así- este lugar... es agradable, pero poco transitado, en fin, ¿han encontrado algo?- pregunta, ya con su arco en las manos, y una flecha preparada, por si las dudas, pensó.

Al guerrero le aburren tantos miramientos, aquello es un bosque y nada mas, en todos lados hay peligros, pero si aquel grupo se va a a detener a revisar cada recoveco las cosas van a tardar demasiado. ¿Bueno, seguimos?

El grupo comienza a avanzar por un sendero apenas marcado, pero distinguible. Este no atraviesa nada, mas bien se mezcla e interna entre los arboles, respetando el orden natural del mismo

La sensacion de paz y tranquilidad es compartida por los animales que se ven por todas partes. Ninguno parece tener miedo o curiosidad de la presencia del grupo, y ciervos, conejos, pajaros e insectos van de aqui para alla, sin molestarles.

Sin embargo, a medida que se adentran, estas muestras de vida desaparece. Un gran silencio se extiende por todo el lugar...

Todos perciben como se adentran a algo que NO es igual a donde estaban, una zona donde no son bienvenidos. Y muy pronto, llega a sus oidos, un sonido escalofriante.

-IAIAIAIAIAAAAAAA!

El aterrador aullido reververaba en los tímpanos de Soran mientras sentía que el mundo se le echaba encima de repente.

La vida se disipa a medida que nos adentramos en el bosque y cuando no podríamos esperar otra cosa, un escalofriante sonido nos alcanza.

Mientras caminaba, pude observar atento y atónito las alas de Faeledhel, pensé en lo maravilloso que era contemplar su belleza.

Sonreí al ver que sujeto con tenacidad su arco y de repente me invadió un pensamiento que me hacia preguntarme como seria tenerla en mis manos pero la lujuria que entraba por mis ojos y calentaba mi sangre se esfumo al escuchar un aullido que no acariciaba los oídos, más bien combinaba con el área lúgubre que nos rodeaba.

-No hemos encontrado nada, pero si nos han encontrado- dije mientras miraba a todas direcciones buscando los atacantes y rodeando a la joven para poder detener, en el caso de que pudiera, todos los ataques que puedan hacerle daño. Se notaba una risa en las facciones de la cara del guerrero debido a la emocion que sentia por la situacion apesar que...

No me gustaba el ambiente…

El guerrero se detuvo de inmediato al escuchar aquel extraño y aterrador lamento, durante su vida había enfrentado muchos enemigos en multitud de ocasiones, pero odiaba enfrentarse a cosas sobrenaturales, le agradaba mas saber que su espada era suficiente...

La semifata suspiró, el caminar por aquel lugar tan desprovisto de señales de vida, los animales de antes que habían visto y que los habían acompañado, se habían esfumado, señal de que aquel lugar no era el mejor para estar, pero el gran grito que escucharon, un especie de rugido o algo así, detuvo al grupo por completo. Faeledhel retrocedió unos pasos para cubrir su espalda con sus compañeros, y ella cubrirle  la espalda de ellos.