Partida Rol por web

McQueen alzó la vista, los ojos se le salían de las órbitas, el rostro desencajado. Su boca se abrió desfigurando su rostro mientras una doble hilera de dientes puntiagudos se mostró, al menos unos segundos. Miró a Thalassa y luego la ignoró

-Liberemos a los nuestros, necesitamos de todas las fuerzas que podamos. En la sala de contención hay uno, en los laboratorios hay más. Tal vez Henricks siga vivo y podamos usarlo como huésped, e incluso las armas humanas nos sirvan.

Observó el submarino y gritó

-¡Doctor mueva el culo o nos atraparán de nuevo!

Caminó hacia la entrada sin hacer mucho caso a Thalassa. Antes de salir del hangar se giró hacia ella

-Yo de usted me movería. Ese lanzallamas no será de mucha ayuda contra lo que nos viene encima

Señala hacia el techo

-Haga lo que quiera

La nave recién llegada aterrizó en la superficie, camuflada, justo sobre la anterior. Sabes que partió hace un milenio, y que debió caer en uno de vuestros cotos de caza y entrenamiento, la Tierra, transportando "una de las más peligrosas criaturas de todo el universo", así que estáis aquí para capturarla y llevárosla como trofeo.

Una vez aterrizáis, hacéis un orificio desde la compuerta secundaria y saltáis al interior de la base. Estáis sobre la nave primitiva. No os cuesta encontrar el cuerpo de vuestro camarada, muerto en el accidente, y un contenedor viejo completamente destrozado, en cuyo interior, seguramente viajaría la presa que ahora estáis buscando.

Hace frío. Las temperaturas no son demasiado agradables, pero sobrevivireis. Sois del Clan Dhon'tar. La caverna en la que se encuentra la nave es grande, y se ve una sola salida que parece conducir a una estructura. Quizás sea como aquella en la que os entrenasteis, que también estaba en el hielo.

Quizás también logréis salir de esta.

Por todos los huevos de Plutón, qué coño...

Y fue cuando en ese momento, Victosa abrió los ojos de par en par. Al menos, el sargentosa había reaccionado a tiempo.

Nos van a partir en dos, como esa escena de DeadPool...

Estaba claro, que un lanzallamas no iba a servir de gran cosa ,nunca mejor dicho, por lo que necesitaban fe y polvo de hadas si las armas de los mortales humanos...

Ford -comentó gritándole cogiéndole bruscamente del brazo para atraerlo hacia sí- vamos, ayúdame, vamos a entrar donde el Doctor. 

El sargento no parecía asustado por el lanzallamas. Thalassa sintió que debía quemarlos a todos, pero por otro lado, parecía que venía algo peor.

¿Qué haría? Solo quería salir de allí, pero podría.

-¡A la mierda! -gritó entonces, y accionó el lanzallamas.

Victoria aprovechó su agilidad para acercarse a Thalassa y chistar:

No, no ,no... MORTAL mala...

No solo le agredió al alcanzarla , aunque fuera un leve puñetazo en la nariz, quería enseñarle ,con un aviso, que ellos eran los que mandaban, sino que desprendió cierta parte de ella para asimilar a la mujer.

Cuando el lanzallamas se atascó, Thalassa maldijo en silencio, pero no se dio cuenta de que Victoria se había acercado a ella hasta que fue demasiado tarde. Ésta le lanzó un puñetazo que a duras penas logró bloquear.

Entonces, contraatacó y le lanzó una patada al estómago que no fue muy bien dirigida.

Victoria esquivó sin problemas su patada, y le lanzó un nuevo golpe. Thalassa no había tenido tiempo de quitarse de encima el lanzallamas así que sentía que estaba en inferioridad. Quizás por eso aquel golpe si consiguió alcanzarla lanzándola hacia atrás y haciendo que cayese al suelo.

Thalassa accionó el lanzallamas y el rostro de McQueen reflejó ira y odio. Logró esquivar las llamas y mientras Thalassa intentaba accionar de nuevo su arma, se acercó, pero Victoria fue más rápida. Se quedó a cierta distancia a la espera de que hacer.

-Victoria date prisa

Miró a su alrededor

-Ford, vamos a liberar a los otros, nos vemos todos en el laboratorio. Tú ve a la sala de detención, allí está nuestro hermano, yo iré al laboratorio a liberar a los otros.

Y McQueen salió corriendo hacia la entrada

-Daos prisa, ¡está aquí!

Habíamos aterrizado nuestra nave en aquel planeta que tantas veces había servido como nuestro coto de caza. Un milenio atrás, uno de nuestros compañeros había transportado a una de las criaturas más peligrosas del universo. Nuestros sensores identificaban dónde se encontraba la posición de la nave, por lo que no nos cuesta demasiado encontrarla y llegar hasta nuestro camarada.

Como era de esperar, él ya está muerto. Su cadáver revela que pereció durante el accidente, lo cual es triste para un Yautja, pues no existe nada tan honorable como perecer en combate, en el fragor de la batalla. El contenedor que transportaba a la criatura está destrozado, lo que implica que nuestra misión no ha terminado: tendremos que hallarla y darle caza, como hemos hecho con tantas otras especies a lo largo de nuestra existencia.

Las condiciones climáticas de este lugar son duras, pero somos del Clan Dhon'tar. Si sobrevivimos a esta bestia, sobreviviremos al frío.

Dirijo una mirada a mis dos compañeros, fría y pétrea tras el casco, y les indico que comencemos a avanzar a través de aquella base humana en la que nos hallamos. Con un gesto, les indico que activemos nuestros sensores de visión térmica para encontrar posibles especímenes vivos cerca de nuestra posición.

La cacería ha empezado.