Partida Rol por web

Acababais de despegar de Zurich, algunos porque es un aeropuerto con muchas conexiones, otros quizá estabais de visita en la ciudad alemana. Los despegues nunca eran buenos en ese aeropuerto pues las condiciones meteorológicas no ayudaban demasiado en esa región. Aún así despegastéis sin mayores problemas que algunas turbulencias y esperasteis sentados y con el cinturón abrochado tal y como os habían dicho.

PLUM - un pequeño sonido os avisaba que el avión era estable y ya podíais desabrocharos. El vuelo era de 4 horas y os dirigías a Barcelona..

El avión no estaba completamente lleno, pues veíais varios asientos vacíos. Según decían por la televisión, había habido un brote de una nueva enfermedad y recomendaban no viajar a otros países, pero lo mismo habían dicho unos años atrás con la gripe A, las vacas locas y un sinfín de noticias parecidas, de las cuales la mayoría de gente ya no hacía caso.

La voz del capitán de la aeronave sonó por todo el avión, al principio habló en alemán y luego en inglés, al final se dirigió escuetamente y algun problema de pronunciación en castellano, con un marcado acento.

- Damas y caballeros, gracias por elegir Lufthansa como vuestra compañía aerea, la duración del vuelo sera de 3 horas y 55 minutos. La previsión del tiempo en Barcelona es nublado pero con temperaturas altas. En breves instantes las azafatas empezarán con el servicio de catering. Buen vuelo.

Roque miro a su alrededor con la intención de cotillear un poco a los demás pasajeros, eso sí, disimuladamente mientras se desabrochaba el cinturón. Hizo un pequeño ademan de levantarse para acomodarse un poco mejor en su asiento, justo en ese momento la alarma de su reloj de pulsera empezó a pitar... -¡vaya!, ya es la hora de mi medicación- ...pensó mientras apagaba la alarma, seguidamente empezó a palparse los bolsillos ligeramente en busca de su medicación, pero pronto cayó en la cuenta... -¡aahh, en la maleta de mano!-.

Se levanto en busca de su maleta, la cual había colocado con anterioridad en el portaequipaje de encima del asiento. Sin sacar la maleta fuera de su lugar, Roque introdujo su mano dentro de ella y a tientas cogió el pequeño frasco de pastillas, seguidamente cerro la maleta y el compartimento donde se encontraba y volvió a sentarse.

Abrió el bote con curiosidad... -¡mierda!- ...maldijo al descubrir que solo quedaba una pastilla en el frasco... -bueno, tranquilo, hacemos escala en Barcelona, allí podrás comprarlas- ...pensó mientras se tranquilizaba.

Roque asomo la cabeza al pasillo entre los asientos y miro hacia delante y hacia atrás en busca de alguna azafata, cuando su mirada coincidió con una de ellas, éste le hizo un gesto con la mano para que se acercara, cuando esta acudió a su llamada dijo... –h... ho... hola señorita, podría traerme un poco de agua, necesito tomarme una pastilla-.

Una de las azafatas se acercó y escuchó con una sonrisa en todo momento. Al cabo de unos instantes asintió y se encaminó hacía uno de los pasillos del que volvió pasados unos segundos.
- Aquí tiene su agua señor - dijo - Si desea cualquier otra cosa hágamelo saber - dijo y se fue por donde habia venido.

Coloco mi equipaje de mano en el portaequipajes y empiezo a plantear como voy a hacer todo este viaje de nuevo, sin fumar, cosa que probablemente los baños me permitan.

Señorita, cuando deje de servir bebidas gratuitas mire haber si tienen algo comestible en lo que sus cocineros llaman carta.

Sonrió dando a entender que es una broma y que mi tono no es hostil.

Por alguna razon los vuelos directos desde estados unidos se habian anulado, despues de lo del 11 de septiembre las autoridades se habian vuelto demasiado alarmistas e incluso un poco paranoicas con la seguridad. Un brote de una enfermedad sin identificar y todos los aeropuertos cerrados... Era demasiado.

En pleno siglo 21 era imposible cerrar las fronteras de forma hermetica de una forma efectiva. Todo lo que habia conseguido era un vuelo de Canada a Berlin y un transbordo de Berlin hasta España. Aun asi habia tenido suerte de poder conseguir esta combinacion de locos. Llevaba poco equipaje pero tenia la seguridad de que algo habria quedado perdido en algun aeropuerto.

Me acomode en mi asiento y abri mi vieja biblia para leer algunos pasajes. Eran las sagradas escrituras de mi madre y en algunos bordes podian leerse anotaciones y reflexiones que le inspiraban los sagrados textos, con una caligrafia tan perfecta que cada letra parecia dibujada por un angel.

El capitan dijo algo en Aleman, le entendi algunas palabras sueltas pero agradeci que las repitiera en mi lengua materna. Aunque ya se podia desabrochar el cinturon no lo hice, no me molestaba y estaba comoda con el.

Un hombre se levanto unos asientos mas adelante y le escuche pedir agua a la azafata, otro pidio comida con escasos modales. Arquee las cejas pensando en lo lejos que estaban los hombres de ser hermanos, como era la voluntad del Señor.

Baje la vista y continue leyendo con atencion, pasando las hojas con extremo cuidado y mimo.

Cuando la azafata volvió con el vaso de agua Roque lo cogió y le respondió educadamente... -Gracias.... n... no, nada más, no necesito nada mas, gra... gracias- ...Roque se solía poner un poco nervioso cuando hablaba con algún desconocido sin esperárselo, ya que últimamente no estaba muy acostumbrado a relacionarse socialmente, y solía titubear al principio.

No paso inadvertido para Roque, el comentario del otro pasajero hacia la azafata... -vaya humor, después se quejan del mío- ...dijo para sí mismo.

Bajo la bandeja del respaldo del asiento de delante y soltó el vaso, abrió el frasco de la medicina y lo volcó sobre la otra mano, en la cual cayo una pastilla, volvió a mirar dentro del bote, cerciorándose de que realmente solo había una y ahora estaba vacio... -mis ganas- ...pensó, cerrando de nuevo el bote y guardándolo en el bolsillo.

Luego cogió el vaso de agua, introdujo la pastilla en el fondo de su boca y tomo un gran buche, dando un pequeño tirón hacia atrás con la cabeza al tragar, después se termino de beber el vaso de agua y lo soltó en la bandeja... -bueno, cuatro horas por delante y poco que hacer, que largo se hará el viaje, espero que pongan una película o tengan algo para leer- ...divagó mientras reposaba su cabeza en el asiento.

La azafata responde como buenamente puede ante los malos modales de Taubman, obviamente la habían enseñado para atender y proyectar siempre una sonrisa hacía los pasajeros de la compañía y eso hizo. Poco a poco fue pasando el carrito y acabó el servicio de catering. En la clase turista os dieron un pequeño sándwich mixto y una bebida.

Transcurrió la primera hora sin incidencias. Algunos intentabais dormir, otros leíais o simplemente tratabais de relajaros por el resto del viaje. Poco a poco el volumen de los comentarios fue creciendo y luego empezarón algunas exclamaciones, la gente se empezó a levantar de sus asientos y empezó a mirar hacía la cola del avión, por desgracía no alcanzabais a ver que demonios estaba pasando.

Visteis algunas azafatas corriendo en dirección a la cola y otras que trataban de calmar a la gente.

- Ding dong ding! Señores pasajeros, al habla el capitán Ackermann, rogamos que permanezcan en sus asientos. Si hay algún personal médico que se dirija a la atención de las azafatas. Muchas gracias.

Se hizo un silencio para escuchar aquel mensaje, luego siguió el murmullo de la gente, especulando que es lo que había pasado. Parecía que alguien se había desmayado.

Cobos estaba distraído con sus cascos. Estaba escuchando música de su Mp3 con los ojos cerrados. En su mundo, pensando en la reunión que tendría al día siguiente con aquellos tipos. Esa vez no podía meter la pata, no podía cagarla. Su negocio y su vida dependía de ello. Tenía muchos gastos que pagar. Estaba nervioso pero no llevaba nada que pudiese calmarlo en aquel avión. Solo faltaba que lo hubieran parado en la aduana. no quería pisar la cárcel. Tenía que ir al baño a echarse agua en la cara sus pensamientos se estaban enturbiando. Cuando abrió los ojos vio como todo el mundo estaba alborotado. Algo estaba pasando. - Pero...qué coño...

Roque saboreo el sándwich lentamente e igual hizo con la ridícula lata de refresco, no tenía mucho en lo que distraerse, así que intentaba alargar el momento de la comida lo más posible.

Más tarde cuando estaba ojeando una revista de nuevas tecnologías que cogió cuando la azafata paso ofreciendo algo de leer, escucho como los pasajeros empezaron a alarmarse por algo que parecía haber pasado en la parte trasera del avión.

Las azafatas pronto fueron hacia atrás y algunas se quedaron tranquilizando a los pasajeros, fue entonces cuando se dirigió a una de éstas… -se… señorita, ¿se puede saber que ha pasado hay detrás?- …no solía inmiscuirse en asuntos que no eran de su incumbencia, pero Roque no se sentía cómodo en un avión y mucho menos seguro, motivo por el cual indago sobre lo sucedido.

-Valla...
Digo girando mi rostro hacia el final del pasillo.
Seguramente alguien se a pasado con el alcohol y a intentado hacer que el avión vuelva a aterrizar.
Intento relajarme y miro las nubes de el lado contrario.
-Ahí gente que no sabe beber. comento divertido a la persona con la que comparto asiento.

Las azafatas corren de un lado a otro alborotadas, intentando que la gente no se amontone hacía el fondo del avión y apenas puedo atender a las peticiones de la gente. Una de ellas que pasaba cerca de Roque le dijo:

- No se preocupe, no es nada de gravedad, se ha desmayado un señor, debe haberse mareado - dijo con prisa, casi sin pararse.

Diana mordisqueaba su sandwich con bocados pequeños, con la vista fija en su lectura cuando escucho el alboroto de detras. Cerro su biblia con un gesto de cierta preocupacion. No creyo las palabras de la azafata, despues de todo, aunque pasara algo malo no podia decirlo para no preocupar al resto del pasaje.

¿Solo eso?¿Por un desmayo tanto alboroto?.- Penso negando con la cabeza mientras soltaba su cinturon. Ella no era medico pero la curiosidad la empujo a girarse, colocando la rodilla sobre el asiento para mirar hacia detras.

Poco a poco se fueron calmando los ánimos, al parecer habían atendido a aquella persona detrás de las cortinas de la zona que tienen las azafatas para preparar las comidas y otros usos. La gente seguía comentando y se podía oír el rumor de murmullos entre los pasajeros. Algunos decían que se había mareado y desmayado, otros que el hombre tenía algun tipo de enfermedad y estaba muy pálido, había varias interpretaciones circulando por el avión.

Cobos aprovechó que todo estaba más tranquilo para ir al servicio. Ahora estaba aun más nervioso, por lo que se levantó de su asiento de ventanilla, se disculpó ante el pasajero de pasillo y le pidió paso, encaminándose hacia los servicios.

Me encojo de hombros y me vuelvo a sentar en mi asiento. Abro la biblia de nuevo para continuar leyendo pero mi atencion ya no se centra tanto en las letras.

Uno de los pasajeros pasa al baño por delante de mi asiento, parece nervioso... intento no prestarle atencion y continuar con mi lectura. Casi sin darme cuenta mi mano busca la cadenita que llevo al cuello, con su pequeño colgante de plata. Mis dedos juguetean con ella mientras leo.

Parecía que todo iba volviendo a la normalidad, Roque miro su reloj, percatándose de que aún faltaba para llegar, abrió de nuevo la revista que tenía entre manos y continuo ojeándola.

Bueno, señor, permitirme invitarle a una copa.
Y brindemos a la salud de los que no pueden ir en avión sin ir borrachos, esperemos que el capitán no sea uno de ellos.
Sonrió al pasajero con el que comparto asiento.
No puedo evitar ser adorable.

Alzo mi mano en busca de alguna azafata.

Un par de copas para unos hombres sedientos.

Las azafatas estaban apunto de atender a Taubmann pero un sonido interrumpió de nuevo la velada. El señal de cinturones se iluminó lo que significaba que iba a haber turbulencias. Acto seguido el capitán interrumpió el pasaje de nuevo:

- Por favor señores pasajeros y toda la tripulación de abordo, vamos a pasar por una zona de turbulencias, abróchense los asientos hasta nuevo aviso, gracias.