Partida Rol por web

Paso el tiempo y la manada se fue uniendo mas y mas, ahora parecian complementarse en lo que hacian tras recibir rumores de quien habia compartido su sangre con ustedes.... * El Exiliado * ahora era la sirvienta del Regente Vicente Lamp.

Tambien que su Manada habia subido varios escalones por chupar zapatos, era tiempo de ganarse un nombre, va y alo tenian pero que su palabra sea escuchada y tener algun cargo dentro del Sabbat. Dejar de ser las cabezas de pala que solo sirven para hacer el trabajo sucio.

Cada uno estaba en lo suyo esa noche, era mejor reunirse pues en 24 horas habria un encuentro con importantes figuras del Sabbat en los cuarteles de la espada.

Evan habia estado actuando como vocero y mediador de territorios tanto con la Camarilla como con los lupinos. El problema radicaba en que cada territorio ganado no parecia beneficiarlo directamente, lo que lo mantenia receloso. Queria pasar a ser algo mas, ganarse un nombre y comenzar a trepar por los puestos del Sabbat. Sabia que si hacia eso podria saldar la deuda que tenia con aquel quien habia traicionado su confianza. Quien habia faltado su palabra de lealtad.

Pero para todo ello necesitaria la ayuda de su manada, la cual habia sido citada para presentarse ante los cuarteles de la Espada. El destino de Evan habia reactivado el ciclo y anhelaba dejar de acatar ordenes que podrian cumplir los mas novatos.

El toreador tomo su celular y comenzo a reunir a los miembros. Comenzo llamando a Ava, queria volver a oir su voz. Luego a Emily, quien habia sido de mucha ayuda en alguna que otra asamblea, consiguiendo informacion valiosa. Siguio con Gina y termino con Mister. A todos los habia citado en su refugio, quienes amablemente serian recibidos con los brazos abiertos.

Tras la llamada de Evan, parecía que la manada iba a volver a ponerse en activo. Al poco tiempo de hablar con él, Gina se presentó en las puertas de su refugio. Se encontraba igual de pálida que siempre, pero su expresión era algo más alejada de la realidad que la rodeaba que de costumbre. Si no era precisamente todo un dechado de actividad y simpatía, la Tzimisce se había mostrado algo más distante y huraña que de costumbre.

Vestida de forma sencilla y con el pelo algo desaliñado saludó a Evan nada más entablar contacto visual con él.

- Vaya - suspiró de forma fingida - veo que soy la primera.

Emily se dio un baño, arreglo con un pantalon negro de vestir y una camisa blanca, un traje ensima y el pelo atado con cola de caballo, el toque final fue un  fino perfume que hacia enloquecer a los hombres, tanto mortales como vastagos.

La bella ninfa bajo las escaleras del primer piso y entro en el garage de donde tomo las llaves de su auto y tranquilamente se dirigio al refugio de Evan, al llegar entro y lo saludo como siempre, con un beso en cada mejilla, en el lugar ya se encontraba Gina, a quien solo le dedico un gesto con la cabeza.

-: Buenas noches queridos, ya los extrañaba, espero que anden bien.

Luego se acomodo en uno de los sofas de la sala.

fue extraño recibir aquella llamada. formar parte de una manada era algo relativamente nuevo para mi solitario caminar por el mundo. medite sobre el extraño azar que habia logrado conservar aquel pequeño artilugio en mi bolsillo y al cortar la comunicacion medite largo tiempo a orillas del mar.

aceptar o rechazar, gran duda que me carcomia el alma; quizas fuera mejor detener mi busqueda algun tiempo y permanecer al lado de ese extraño aquelarre que me acepto junto a ellos. curioso alivio el viaje que me dejo en las puertas de la casa del lobo. el primer viaje donde tenia la certeza de encontrar a quien iba a buscar...

-lobo, mi agradecimiento es infinito por esto, me ayudas a recordar que las metas en la vida, aunque lejanas, le dan sentido-dije solemnemente al ver los rostros familiares. Gina y la sibilina Emily ya estaba alli, llenando la estancia con un inconfundible aire de misterioso encanto.-quizas pueda apartar mi irritante soberbia por un tiempo y conocerlos un poco mas a todos...debo confesar que los eh extrañado

realmente me molestaba mostrar mis sentimientos de esa manera, pero quizas desconfiar durante el suficiente tiempo nos hace vulnerables a conpartir nuestra alma a la primera oportunidad. Aegroto, dum anima est, spes est, para un enfermo, mientras hay vida hay esperanza y en mi caso quizas este enfermo de soledad...

Evan recibio a todos y cada uno de sus invitados con un calido gesto, aunque cada uno mantenia una forma de ser diferente a la de el. - Si, tan puntual como siempre, Gina. - Sabia que no podria entablar una conversacion que dure mas de dos respuestas. Ella no era de ese tipo. 

Emily fue la segunda en entrar y el saludo fue devuelto con el mismo enfasis que lo recibio. - Buenas noches, el sentimiento es mutuo. Pasa, prepare cafe, quieres? - Fue la bienvenida, mientras Emily tomaba asiento y Evan se dirigia a la cocina a ser un buen anfitrion.

Luego Mister fue quien aparecio en su morada. - Mister, que bueno que hayas venido. Ando anhelando algun intercambio de palabras contigo, tengo unos asuntos contigo. Ven, ven. Toma asiento. - Se acerco al resto y se sento, apoyando la taza de cafe en la mesa. - Definitivamente vamos a tener que hacer algo con tu nombre... Mister ya no queda contigo. Que te parece Charles, un nombre con estilo para alguien como tu. - Tenia su celular en la mano, mientras le mandaba un sms a Ava. - 

- Comenzare sin ti, hazme saber cuando estes por los alrededores. Mis mas sinceros cariños. - 

Saco de bolsillo de su pantalon un atado nuevo de cigarros. Lo abrio mientras miraba a los alli presentes y dejaba el celular en la mesa, esperando una pronta respuesta. Encencio el cigarro y ofrecio al resto. - Alguien quiere? Empezare sin Ava. Parece que ha tenido algun percance. - 

- Bien, se deben preguntar por que los cite... - Hizo una pausa. - Quizas tenian otras cosas por hacer, pero no va al caso, ya estan aqui. Como bien sabran, estoy haciendo de mediador con la Camarilla y los lobos. - Miro a Mister de reojo y se sonrio, no perdia la costumbre de llamarlo a Evan asi. - Los territorios ahora estan un tanto controlados mediante treguas y negocios, por lo que ahora tenemos mas tiempo. Me llego la noticia de que en la noche de mañana habra una importante reunion en los cuarteles y es nuestra oportunidad de acender y hacernos un nombre. Si bien hace un año fuimos reconocidos, no debemos dormir en los laureles. Una vez dentro, se nos abriran muchas puertas y se cerraran otras indeseadas. Es por eso, que los necesito. Que dicen? Aceptan? -

-ojala esa charla llegue pronto, mi querido amigo; intercambiar palabras con una mente aguda suele ser un consuelo para un alma anclada en un pasado perdido...y si quieren, pueden llamarme Amadeo; el que ama a dios...-dije con gravedad respondiendo a las palabras de evan mientras extraia del bolsillo de mi chaleco un puñado de joyas. las coloque teatralmente sobre la mesa; eran cuatro anillos de plata con unas discretas esmeraldas engarzadas.

-disculpen mi atrevimiento, pero quiero entregarles estos anillos como una señal de mi confianza en ustedes-dije con tono solemne-, tengo por costumbre entregarlos a las personas en quien deposito mi fe. tomenlo como el simbolo de un favor que pueden reclamar cuando crean conveniente....-mire a todos de hito en hito, tratando de dar con mi gesto un significado mayor que mis pueriles palabras, mientras evan terminaba de ofrecernos esos repugnantes cilindros de tabaco que solo conseguian llenar el aire con un humo fetido.-creo que la desesperanza terminara por minar mis fuerzas tarde o temprano-declare sin que viniera al caso-, pero estare a su disposicion hasta que decida que rumbo tomar...

el discurso del lider fue corto y consiso pero sus palabras casi me desalentaron. tenia la esperanza de que sacara otro juego de manuscritos y declarara que el destino volvia a estar en nuestras manos. sonrei ironicamente al percatarme de mi tendencia a lo espectacular.

-confieso que esperaba algo menos prosaico-dije con cierto desencanto en la voz-, no puedo negar que los asuntos politicos me producen cierto malestar, mas que nada por su futilidad a largo plazo...incluso el imperio mas poderoso cae al primer soplo de los tiempos y creo que todo trabajo a ese respecto es vano y desmedidamente complejo...-me incline hacia adelante, descansando los codos en mis rodillas y uniendo las manos bajo el menton-, pero debo confieso que mis viajes suelen ser igual de vanos y poco veneficiosos...ademas-una chispa, una ligera idea afloro en mi mente-podria ser que logre algun avance si logro tomar contacto con gente influyente y antigua...acepto, señor summers, sea cual sea el final del viaje sere tu compañero incondicional...-suspire y sonrei con amargura-, dios crea caminos tan enrredados e ingratos que ha llegado el punto donde no puedo rechazar ninguno de ellos.

Iba manejando sin prisa hacia la dirección que Evan le habia señalado telefonicamente; aunque esta vez en secreto,esperaba que no tuviera la misma costumbres que Donatien y tuviera una casa común y corriente y no llena de máscaras como las de su maestro.

A media una cuadra de la dirección señalada el celular me avisa de un mensaje, lo leo, evitando con ello toda las normas de seguridad y de trafico sobre el uso de celulares mientras se maneja, no sonreí; deje el telefono escuetamente sobre el asiento del copiloto y estacione en ese mismo lugar el automovil.

Baje, acomodando la falda tulipan para que no mostrará más allá de los dos dedos sbre las rodillas en donde debia permanecer, la blusa blanca dentro de ella y sus zapatos de tacón, sacó su bolso, introduciendo el celular dentro de él y cerro el auto. Camino directamente hacia el lugar acordado, una vez adentro, volvio a bajar la mirada al sentir la prescencia de todos reunidos allí, vio los dos pares de zapatos masculinos y femeninos a lo largo de la habitación. No pronuncio palabra, no intento mirar a nadie, simplemente se dirigio al sillón de un cuerpo que se encontraba vacio y deposito su cuerpo sobre el, esperando que siguieran el hilo de la conversación a pesar de su intromisión.

Evan miro con asombro las palabras de Amadeo. - Amadeo sera entonces. - Tomo uno de los anillos revisandolo y inspeccionandolo con intriga. - Tienes un buen objeto aqui. Ya no suelen verse estas joyas. - Acepto tu ofrenda. Despues de todo considero de mal gusto rechazarla viniendo de alguien como tu. Y si quieres conocer gente antigua e influyente, creo que tengo a alguien en mente que le agradaria una visit tuya... Mas aun con esa prenda tan caracteristica que llevas contigo. - Señalo el rostro de Mister.

Ava entro sin mirar a nadie, rapidamente y sin mencionar una palabra. Quizas el tiempo le habia hecho mas timida o el reencuentro era algo que se le estaba escapando de sus manos. 

- Por favor agarren esos anillos, no sean groseros para con Amadeo. - Dijo mientras se levantaba del sofa y se retiraba a la cocina. Pasaron 5 minutos y volvio con un cafe en las manos. Queria hacer pasar esos nervios que tenia Ava, sin agobiarla con preguntas. - Con mucha azucar, como te gusta. - 

Ahora dirigiendose al resto. - En vistas que estuvimos distanciados un tiempo es hora de renovar nuestro lazo como hermanos y por favor Emily, detras tuyo en la repisa esa encontraras un cuenco, debajo en la gaveta hay un hermoso cuchillo, que me costo demasiado conseguirlo y quiero usarlo con ustedes. Eres la encargada como nuestra Sarcedotiza de llevar a cabo la Valdurie. -

- Mientas, Ava, querida. Le estaba comentando a los demas la razon por la cual los he citado a esta reunion. La valdurie es solo el comienzo y espero contar con tu aprovacion tambien. Como sabes me he logrado inmiscuir en la politica territorial de las sectas y me he enterado que mañana por la noche hay una reunion con el Regente y los demas. Aquel traidor estara alli, y tengo unos asuntos pendientes que arreglar, pero eso no va al caso. - Hizo una pausa negando con la cabeza. - El objetivo de mañana es comenzar a meternos dentro de los cargos de todo el Sabbat y con lo que hemos hecho tiempo atras tenemos la oportunidad perfecta. Una vez alli... todos los interrogantes que tenemos en la cabeza podrian ser descifrados y el por que del accionar de la Espada. Sin mencionar todo el valor intelectual y status que esto conlleva. -  

Escuche con atención las pocas palabras que dijo Evan antes de desaparecer por 5 atroces minutos, en donde la sala estuvo en silencio y todos parecian mirarse los unos a los otros, menos yo, que simulaba jugar con el celular, hasta que una tazá de café se deposito frente a mi rostro acompañado con la voz de Evan. Me parecía casi increíble que desúes de un año se acordará de la manía que tenía con el café con mucha azucar; no le mire, pero si sonreír a manera de agradecimiento y comence a revolver suave y despacio para evitar derramar cualquier gota en el platillo.

Mire los anillos de oro y piedras inscrustadas a los cuales se referia Evan que habia proporcionado un tal Amadeo ... mire a los presentes y supuse que el unico que podia llamarse de esa forma sería de aquel que nunca tuvo nombre, solo "Mister". Lo tome, colocandolo en mi 5to dedo ya que era el unico lugar donde parecía acomodarse sin temor a que se cayerá ante el menor descuido. Luego segui escuchando con atención las palabras de Evan, el trabajo de momento era poco interezante, hasta que parecio haber nombrado las palabras mágicas con las cuales sabía que llamaría y tentaría a mi curiosidad.

- ¿A qué valor intelectual te refieres? -

Fue todo lo que añadí, antes de fijar mi mirada en el anillo y preguntarme mentalmente para que demonios serviria.

Evan sonrio de lado. BINGO! Habia dado en el clavo. - Eso, Ava, solo podras darselo tu misma cuando lo tengas frente a tus ojos. Quien sabe los secretos que te estan esperando. Quizas incluso de antes que las sectas sean fundadas. -

Añadio Evan tomando otro cigarro y encenderlo luego de jugar un momento con el entre sus dedos.

Una ceja en forma de disgusto se alzo en el rostro de Ava, mientras llevaba la tazá de café a sus labios para mojarlos con el dulce sabor del azúcar y el tenue del café que quedaba en el líquido.

Dirigio una rápida mirada a la sonrisa de Evan; mientras su rostro en vez de sonreír junto con el de él se mostraba inconforme.

- Si no me llamas para entregarme algo conciso dudo que tú y yo podamos llevarnos "bien" ... sino me ofreces algo a lo que atenerme como la misión pasada como manada no cuentes con mi ayuda -

Tomó el anillo de buena gana, aunque su apática cara no reflejara eso. Se metió en el bolsillo. No le agradaban ese tipo de adornos, pero lo conservaría de todas formas, con aparente confianza.

- Vaya... veo que tienes ganas de que tengamos un buen comienzo. - dibujo media sonrisa en su cara, incapaz de decir gracias, eran las palabras más agradecidas que podían salir de su boca.

Por lo que veía y por como discutían Evan y Ava, parecía que el sentimiento de manada todavía no había arraigado demasiado entre algunos de ellos. Si los lazos entre los cainitas no se reforzaban pronto, esto sería un desastre. Y la labor de que todos estuvieran unidos era responsabilidad de Evan, que ya comenzaba a dar notables primeros pasos como líder.

Parecía ser que Evan tenía todo fríamente
calculado, el que ellos estuvieran allí, los regalos de "Amadeo" y
ahora el ritual de la Valdurie. Mientras el anfitrión se encargaba  de
ganar nuevamente la confianza de Ava y tomarla una  vez más como un pulpo
con sus presas, la sacerdotisa tomo el cuenco y el  cuchillo entre sus
manos, se paró en medio del circulo que se había formado entre los presentes
aprovechando la ocasión para tomar el regalo realizado por Amadeo, a quien correspondió
con un saludo tradicional en una dama del siglos pasados y para complacer al
originario de dicho presente coloco el anillo de plata en su mano izquierda,
que curiosa casualidad, o tal vez no, que se tratará de una joya que poseyera
tallada la cara de un felino cuyo ojos eran dos finas piedras de rubí.

Parecía ser que Evan tenía todo fríamente calculado, el que ellos estuvieran allí, los regalos de "Amadeo" y ahora el ritual de la Valdurie. Mientras el anfitrión se encargaba  de ganar nuevamente la confianza de Ava y tomarla una  vez más como un pulpo con sus presas, la sacerdotisa tomo el cuenco y el  cuchillo entre sus manos, se paró en medio del circulo que se había formado entre los presentes aprovechando la ocasión para tomar el regalo realizado por Amadeo, a quien correspondió con un saludo tradicional en una dama del siglos pasados y para complacer al originario de dicho presente coloco el anillo de plata en su mano izquierda, que curiosa casualidad, o tal vez no, que se tratará de una joya que poseyera tallada la cara de un felino cuyo ojos eran dos finas piedras de rubí.

Emily miro a ambos lados suyo para observar a todos los presentes y luego se dignó a hablar.

-: Una vez más estamos reunidos, nuevos retos nos esperan y solo éxito puede ser nuestra meta, en el pasado hemos salido victoriosos y lo hemos logrado a partir de un punto clave, la unión, porque a una manada unida en cuerpo, mente y sangre nada la puede vencer. Es por ello que ahora ante las posibles adversidades que podremos llegar enfrentar es que en un acto de Fe, confianza y desprendimiento para quienes consideramos familia volvemos a renovar estos votos.

Y sin mediar ninguna palabra más la muchacha tomo el cuchillo, corto la palma de su mano derecha y dejo caer la sangre en el cuenco que se encontraba en la mesa por unos segundos. Cuando termino se fue acercando a cada uno, ofreciéndoles el cuchillo y colocando el cuenco para que dejaran caer su sangre dentro. Al terminar con todos volvió al centro, revolvió la sangre dentro del cuenco para que se mezclara por completo y antes de comenzar a pasar el cuenco entre ellos miro a cada uno de ellos, miro sus caras, sus reacciones y sin más comenzó a recitar un estrofa de aquel viejo libro conocido por todos.

-: A pesar de todo, saboreo cada momento de mi no-vida. Saboreo la sensación de mi vieja piel arrugada a través de guantes de seda, más que esto, quizá más que la mortalidad en si misma, es la búsqueda que quema en mi interior. Es explorar.

Todo estaba listo para comenzar el ritual.

Evan estaba sentado, y al escuchar a Ava sobre su cuestionamiento. No pudo evitar negar con su cabeza y respondio con enfasis.

- Ya te dije, Ava, tendras acceso a todas las redes de informacion que quieras. Sin mencionar las investigacion que podran financiarte a fin de que consigas los conocimientos que buscas. Quien dice que por ahi no encuentren nuevos manuscritos ocultos, artefactos... - Miro a Amadeo. - ... o Mascaras? Seras la primera en saberlo - Volvio su mirada ante su interlocutora - No olvides que muchas de esas cosas para gente que no es nada, nunca le seria posible enterarse de ciertos asuntos. En toda orden organizada hay secretos, que hasta el vastago mas estudioso sin tener acceso a ello, solo lograra toparse con una pared. Sin saber todo lo que detras de ella se encuentra como si de una madriguera de Dragon se tratase. - 

Se reclino sobre el sofa. - No puedo obligarte a nada, estas adentro o afuera, tu eliges. - Se hizo el desinteresado. Aunque el lograria sus ambiciones con o sin ella.

Miro los pies de Evan con desdén, aquellos mocasines siempre lustrados y el corte del pantalón parecía hecho a medida en estos momentos le disgustaba, y ayuda un poco a su enojo la voz de Gina y Emily quienes siempre fueron quienes la tranquilizaban en ciertos momentos, pero ahora no.

- ¿De verdad crees que me interesa tener financiamiento para una investigación por la cuál no sentiré pasión? -

Volvió a tomar la taza de café derramando el contenido sobre los mocasines de Evan.

- Tú que eres Toreador deberías comprender que sin pasión las empresas no llegan a ningún lado y se manchan tan fácilmente como eh manchado tu calzado -

Coloco la taza de café nuevamente en el plato, para acomodar ambos en la mesa al lado de los instrumentos del ritual.

- Sabes que no soy buena anfitriona en una reunión, y muchos menos comunicadora con gente que no conozco y menos si no son de mi total confianza ... deberás saberme bien donde colocarme sino quieres que tu empresa fracase desde el interior -

Miro sus zapatos, y luego los de Evan. No era que estuviera disgustada con él, ni con el resto con quienes había compartido una casa, solamente que el trabajo que incluía gente externa al grupo normal de trabajo le incomodaba bastante de lo usual. Y no era seguro que con quienes se incluiría su mutismo selectivo se evaporará solamente con evitar la mirada de alguien como le había enseñado Tomas.

Emily para en medio de todos carraspeo para llamar la atención de Evan y Ava,  nuevamente juntos y ya estaban peleando, niños...

-: Por favor calmensen, no tiene porque discutir, porque no terminamos de celebrar el ritual, todo esta listo.

Fijo su vista en Evan y se acerco unos pasos para apoyar su mano derecha sobre el hombro de Ava en un gesto de amistad, para luego dar dos pasos atrás y volver a su posición original, en medio de todos.

no era mi costumbre interceder en discusiones ajenas, pero la imagen de una dama desamparada evocaba recuerdos que preferia enterrar bajo una marea de palabras.

-evan, quizás en tu afán de poder, olvidas que no todos desean la máxima a cualquier precio.-hice una ligera inclinación de cabeza en dirección a Ava, demostrándole mi comprensión- para las personas como tu es sencillo el adaptarse y mutar...otros simplemente carecemos de esa cualidad tan apreciable.-levante los brazos, como si los rodeara a todos-, pero la señora ava debería, sin embargo, sentirse segura de que este grupo sabrá protegerla y mantenerla en un ambiente donde pueda desenvolverse con total confianza.-en un gesto de temeridad me incline hacia ella y guiñe un ojo, con el estilo pícaro que viese tiempo atrás en caballeros mucho más atrevidos que yo-querida mía, sabes muy bien que terminara por convencernos a todos, te prometo que hare lo que esté en mis manos para que la situación no estropee tus anhelos. -concluí en un susurro.

luego me enderese. recuperando mi estudiado aspecto de severidad.

-Emily, continua con el ritual por favor...

- Fuck! -

¿Cuál es el afán de mirar a alguien cada vez que se entabla una conversación?, esas miradas de comprensión, esas manos en los hombros, no era algo que ayudará.
Me sentía como un animal enjaulado, donde yo era la atracción principal, y ese silencio de Evan ... si tuviera otra taza de café en la mano seguramente se la tiraría al traje. Y eso era lo que no me agradaba de las reuniones sociales, esperar la respuesta enigmática de quien piensa como meterse en tu mente para pescarte con una buena carnada.
El problema es que el tenía la carnada, pero aún no sabía como usarla y mis ánimos se caldeaban. Y si, aunque parezca extraño los tímidos aveces perdimos más rápido la paciencia que la gente normal ...

- No se continua nada hasta que me den una buena oferta ... siempre eh tenido el privilegio en el Sabbat de trabajar de manera independiente ... es tu elección Evan -

Añadí desafiante, mirando esos mocasines con café encima secándose de a poco, mientras los otros parecían impávidos sobre el piso.