Partida Rol por web

Tiempos Convulsos en Diez Ciudades

De cómo Lilandra conoció a Wido

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01/11/2019, 15:25
Wido Cuervo Blanco

Notas de juego

[1/11 15:22] Luis Mate: Escena uno: nos conocemos con el mago.
[1/11 15:23] Luis Mate: Escena dos: volvimos a coincidir en un viaje de wido a aguas profundas para hacer algo de templarios
[1/11 15:23] Luis Mate: Y follamos
[1/11 15:24] Luis Mate: Escena tres: nos encontramos en otro sitio y hubo tensión proque wido no te llamo ni te cogió el teléfono ( o carta)
[1/11 15:24] Luis Mate: Escena cuatro: nos encontramos en camino hacia la ciudad en la caravana
[1/11 15:24] Luis Mate: Y follamos

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01/11/2019, 16:01
Lilandra
  • Lilandra nace en una isla santuario en la noche de los templos. 1345
  • Lilandra conoce al personaje de Avhin a los 19 años. 1364
  • Lilandra sale de la isla santuario donde vivía con su madre a los 20 años. 1365
  • Deja a su madre en la catedral de Aguas Profundas y viaja a Byrn Shander para averiguar cosas de su padre. El único nombre que tiene es el tio del supuesto padre, el mago Valin Geldencross. Veldin es un anciano de 92 años pero sigue activo y tiene que rastrearlo hasta un campamento de guerra. Allí conoce a Wido. (por esa época sería clerigo de nivel 1 la chica con suerte). 1366
  • Averigua algunas cosas del padre pero nada concreto, como prometió en el templo regresa a aguas profundas a continuar con su entrenamiento. Alli entrena por tres años antes de irse a Calimshan Durante los ultimos dos años está en pareja con su instructor de combate. 1366 a 1369 (primera y segunda visita de Wido, una cuando esta soltera otra no)
  • Calimshan con los arpistas 1369 a 1371
  • Vuelve a aguas profundas, se ordena como sacerdotisa, y viaja a Byrn Sharn 1372 (encuentro con Wido en la caravana)
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01/11/2019, 18:55
Wido Cuervo Blanco

VIÑETA 1.

Verano del año 1363. Campamento principal del ejército de la orden Cruzada de Tempus en la Sagrada Tierra de Nur.

Wido se encontraba contento aquella noche. Habían logrado un buen avance durante la batalla del Peñasco. Pese a que les habían pillado desprevenidos en el paso del Granjero, habían reaccionando a tiempo y habían logrado expulsar la amenaza trasgoide. Wido en persona había logrado degollar al jefe Ttaak.

La celebración empezó muy pronto. Durante el día anterior había llegado un cargamento de provisiones desde Byrn Shander que incluía cerveza en grandes cantidades. Algo que se había acabado tres semanas atrás. A Wido casi se le había olvidado el sabor amargo de ese líquido de dioses, pero ya le había puesto solución.

El olor a cerdo asado abría el apetito y acompañado por patatas, pimientos, cebolla y ajo era una delicia. Mucho más de lo que podían desear en su día a día en Nur. No todas las noches eran iguales a aquella. Muchas las pasaban batallando, sin nada que llevarse a la boca o convalecientes de alguna herida o enfermedad. Por ello, debían aprovechar que esa noche podían festejar y honrarían también así a los caídos, que no era pocos.

¡Come un poco más Daven! - Le dijo Wido a su hermano mientras le daba una palmada en la espalda. - ¡Piensa que puede que mañana no haya! - Soltó una carcajada.

No sé cómo puedes comer... - Dijo el joven e inexperto hermano menor de Wido. - Hoy ha muerto buenos hermanos en batalla y aún tengo el recuerdo fresco de sus rostros cargados de terror ante su inminente final...

- Debes aprender, Daven, que un banquete es la mejor manera de honrar su memoria. - Respondió muy serio Wido, mucho más serio de lo que Daven le había visto en mucho tiempo. - Yo también hecho de menos a Oald, Varios o Rangaar, pero mis lágrimas no me los devolverán y mañana puedo ser yo el que no pueda festejar la victoria. Cuando eso pase , te arrepentirás de no haber aprovechado al máximo cualquier momento de tu vida, incluso este. Pero al menos estarás de nuevo con ellos. - Sonrió.

¡Haz caso al Cuervo Blanco, Daven! - Exclamó Uffa.  - No suelo estar de acuerdo en muchas cosas con él, pero hay veces que hay que admitir está sembrado. - Besó a Ulrich, uno de los líderes de la orden. - ¡Y se esfuerza! ¡Joder que si se esfuerza! ¡Si no fuera porque Ulrich la tiene más grande...! 

Uffa soltó una carcajada y todos se pusieron a reír. Chocaron sus jarras de cerveza y dieron un largo trago. Lo cierto era que el ambiente era muy bueno y reinaba la armonía. No obstante, Uffa había sacado un tema un tanto incómodo para Wido. Solo esperaba que Ulrich no continuara con la broma.

¡Lo más gracioso es que es verdad! ¡Uffa lo sabe de primera mano! ¿Eh Wido? - Ulrich le dio un codazo y Sido sonrió bajando la mirada y alzando su jarra de cerveza.

¡No la tengo tan pequeña! - Dijo tras unos segundos. Sólo si les seguía el juego le dejarían en paz. - ¡Al menos no si comparas ni berga con la de un puto sureño! 

Todos soltaron una nueva risotada, volvieron a brindar y bebieron. Estaban realmente borrachos. Incluso el mago Valin Geldencross, quién por aquel entonces ya rondaba los noventa y tres años, estaba borracho como una cuba.

Fue entonces cuando Wido alzó la mirada. Vio entonces como uno de los novicios estaba hablando con una jovencita que lucía una armadura reluciente. Nunca la había visto antes. Pero era preciosa. Eso era evidente, pues saltaba a la vista. El soldado señaló en la dirección en la que se encontraban reunidos. ¿A quién buscaba? Ojalá fuera a él, aunque no lo creía posible. Seguramente venía a presentarse a Ulrich. Igual quería unirse a la orden. Eso estaba bien, pues la daría la oportunidad de conocerla.

 

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01/11/2019, 22:38
Lilandra

Verano del año 1366. Campamento principal del ejército de la orden Cruzada de Tempus en la Sagrada Tierra de Nur.

Hacía tres meses que había dejado Aguas Profundas, un año y medio había pasado desde que Ramiel la sacase por primera vez al mundo, un año y seis meses desde la primera vez que había visto a alguien morir violentamente. Un año y medio desde que finalmente se había convertido en mujer y había dejado de ser una niña.

Cuatro meses atrás habían dejado el santuario, la muerte de Thalessia había traido a un tiempo dolor y libertad. Haciendo honor al principio del renacimiento de Lathander la mujer le había dado a Lilandra una nueva vida. Su madre había quedado en el temo de Aguas Profundas al cuidado de los sanadores de su dios y ella había partido hacia el norte para averiguar lo que pudiera de su pasado, un pasado del cual apenas si tenía unos nombres. "Byrn Shander", una ciudad, "La Copa de Plata", una posada, "Thorvald Geldencross" su padre muerto. Había llegado a la ciudad hacía una semana, y preguntando había llegado a la posada. El edificio había visto mejores días, y claramente no hacía honor al palacio que su madre le había descrito. Hacía muchos años que Lil sabía que su madre vivía en una ilusión de su propia elección, había intentado sacarle la verdad pero el terror que veía en sus ojos cuando empezaba a preguntar demasiado había hecho que desistiera. Si en algún momento quería averiguar su verdadera historia, conocer su pasado, tendría que hacerlo por sus medios y para eso estaba allí.

Cuando estaba a punto de entrar a la taberna una mujer de la edad de su madre la interceptó, le dijo que la posada estaba cerrada y que debía buscar otro lugar donde alojarse. Ella le dijo que sólo quería preguntar por alguien y cuando dio el nombre de su padre, sin decir quien era, la mujer palideció. Helena le dijo que ese nombre era de mal augurio y que el único que podía ayudarla era Valin Geldencross, amablemente le indicó las direcciones de su morada y se encerró en la posada.

La chica recorrió las calles en medio de un frío al que no estaba acostumbrada, un frío que parecía permear las almas de los habitantes de la ciudad. La ciudad necesitaba calor, necesitaba que el sol derritiese la capa de hielo de su corazón, necesitaba a Lathander. Pensando en esa cosas llegó a la casa, y éste si era un pequeño palacio. Si bien el edificio estaba marcado por la inclemencia de los elementos lo cierto era que estaba bien mantenido. Tocó a la puerta y la atendió un criado, cuando ella le dijo que buscaba a Valin el le respondió que no estaba y a punto estuvo de cerrar la puerta. Puso el pie de su bota armada en el dintel y le dijo que era la hija de Odelia y que buscaba a Thorvald, y entonces el anciano abrió la puerta y la dejó pasar.

Gudan, el mayordomo, le dio las indicaciones para llegar a un campamento de guerra a una semana de viaje, el mago estaba dando consejo a los templarios y pasaría allí una temporada. Lilandra agradeció a Gudan y tras conseguir una montura y un guía emprendió el camino.

Ahora estaba en la entrada del campamento, un novicio de un dios que no conocía le preguntó a quien buscaba y bastó con decir el nombre del mago para que le señalara una de las hogueras. Alrededor de la misma había varios guerreros de ambos sexos tomando y comiendo, y dado el volumen de las risas llevaban un buen rato en la primera ocupación. Agradeció al muchacho y se dirigió hacia la hoguera a paso firme. Cuando llegó se encaró al anciano - Señor Geldencross, necesito hacerle algunas preguntas... - observó el estado del anciano y meneó la cabeza - ... pero veo que será inútil hacerlas hasta mañana. - miró ahora al resto y sonrió - Soy Lilandra. ¿que festejais?

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05/11/2019, 23:13
Wido Cuervo Blanco

La voz de aquella joven era melodiosa y armónica, tal como su propio rostro y su cuerpo. O al menos eso fue lo que la cerveza le hizo creer a Wido. Fuera la cerveza o no fuera la cerveza, Wido se acababa de enamorar. No era la primera vez que le pasaba algo así. También se enamoró de Uffa hacia un par de semanas, así como de Bala, Elha, Tasha, Elrisabett y muchas otras. Lo cierto era que el amor que Wido podía sentir por una mujer, normalmente era pasajero y a las pocas semanas, días incluso horas, se desvanecía.

- Estamos honrando a los caídos y celebrando una victoria. - Respondió Wido alzándose y acercándose a la joven. Pasó su brazo por encima de hombro de ésta y de forma sutil la invitó a sentarse a su lado frente a la mesa. - Habrá sido un viaje pesado hasta aquí. Toma algo de beber y comer algo... - Le dijo depositado un plato de carne y una cerveza frente a ella.

- Así que vienes a verme a mí... - Dijo el mago Valin. - ¿Un asunto importante?

- Así es señor, yo... - Lilandra trató de responder pero el mago interpuso su mano entre ella y él.

- ¡Tshht, tshht tshht! - Valin emitió un desagradable silbido mientras meneaba la mano frente a ella de forma negativa. Era evidente que el alcohol corría por sus venas en cantidades abusivas. - ¡Si es importante, que espere a mañana! - Y soltó una risotada, se puso en pie y chocó su pecho contra el de un bruto mastodonte y casi acaba derribado en el suelo.

- [B]No le hagas mucho caso, preciosa...[/B] - Le susurró Wido con una sonrisa cautivadora. - Es un buen hombre, pero no sabe beber...

La que bebió fue Lilandra. Nunca antes había bebido cerveza. No al menos aquella cerveza. Entraba muy bien y parecía que no subía a la cabeza... ¡Pero vaya si subía!

Si bien Wido le había parecido un tanto pedante y simple de buenas a primeras, a medida que iban pasando las horas y se iban vaciando jarras de cerveza, le empezó a parecer de cada vez un tipo más y más interesante y más y más atractivo.

Las bromas y las chanzas solo interrumpidas por algún que otro brindis y discurso emotivo hacia los caídos, se sucedieron durante toda la velada. Al final de la noche, le pareció a Lilandra que estaba entre amigos, entre viejos conoce. Era como si estuviera en la casa que nunca conoció, en su casa.

Y despertó con un gran dolor de cabeza. Lo hizo en una tienda, tapada convenientemente hasta su pecho, pero completamente desnuda y con el pelo alborotado. A su lado, tapado hasta la cintura, también convenientemente, se encontraba Wido, evidentemente también como su madre le trajo al mundo. Era evidente lo que había pasado allí entre los dos. Su primera vez y prácticamente no recordaba nada.

Quizás fuera por el dolor de cabeza que sentía o puede que el alcohol hubiera borrado su memoria, pero tan solo le venían a la cabeza ciertas imágenes. Ciertos recuerdos de partes de su cuerpo entrelazadas con las de un hombre. También recordó que reía y que se sintió nerviosa pero agusto. Quizás eso fuera lo importante...

Y mientras estaban teniendo lugar todos esos pensamientos y Lilandra trataba de ubicarse en el interior de aquella tienda de campaña, Sido extendió sus brazos desperezándose.

- Estuvo bien anoche, Lil... - Dijo. Se puso en pie y se empezó a vestir mientras ella le observaba. Se colocó su armadura y agarró su equipo. - Nos verlos luego... - Dijo. Pero ese luego no llegó hasta años después...

Notas de juego

Alex, podrías narrar si quieres tú conversación con el mago.

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06/11/2019, 13:52
Lilandra

Tan pronto como el tal Wido le pasó la mano por sobre el hombro Lilandra supo cómo terminaría la noche, era cierto que el viaje había sido largo y la investigación en Byrn Shander había resultado frustrante por decir poco... y para mal de males el que podía darle respuestas, un posible pariente, estaba borracho como una cuba. Asi que... por que no, buena comida, alcohol y sexo sería una buena forma de liberar tensiones. 

Se dejó llevar por los ánimos de los presentes, comulgó con sus costumbres y disfrutó sus chanzas, y no dudó en sentarse sobre las piernas de Wido a terminar su última jarra, el gesto de la mujer rubia que estaba con el jefe la empujó a ello... no sabía si por curiosidad o por compasión. Lo cierto era que si la chica estaba en lo cierto y todas las presentes compartían su juicio el tipo terminaría la noche sólo, y Lathander favorecía las buenas obras.

Lo que no había calculado Lilandra fue la potencia de la cerveza, cuando despertó no sólo tenía un dolor de cabeza de órdago sino que no recordaba demasiado de lo sucedido, lo que dejaba sin confirmar la advertencia de Uffa. Estaba desnuda, lo cual era esperable, el tipo estaba a su lado y podría haberse sacado la duda levantando la manta, pero lo cierto era que no recordaba haberlo pasado mal y con eso por ahora le bastaba. Asintió con la cabeza y un gruñido ante el saludo de Wido y tan pronto como él se fué de la tienda ella se aseguró de que la noche no tendría consecuencias permanenetes.

Unos momentos más tarde Lilandra salió de la tienda vestida con sus ropas pero sin armadura y se acercó al pozo, sacó un balde de agua y se lo arrojó sobre la cabeza para terminar de despejarse. Luego rezó a su dios, y cuando el rito matinal se hubo completado volvió a la tienda. Cuando salió de la misma llevaba su cota de mallas y la sobreveste de su dios sobre la misma, la maza colgaba a su costado y se la veía fresca como si hubiera dormido toda la noche apaciblemente.

No le costó mucho encontrar al mago y se sentó a su lado para desayunar, un par de mujeres se acercaron y le palmearon la espalda, y le pareció ver algo de sorna en sus gestos. Poco le importaba, ella había ido recuperando algunos de los recuerdos y si bien no había sido la mejor de sus noches debido a la cantidad de alcohol, tampoco estaba entre las peores.

Estuvo reunida hasta el mediodía con Valin, ella le dijo que su madre era Odelia, y también las cosas que ella en su delirio le había contado de Thorvald. El le confirmó que la recordaba, y le pintó una imagen más real de su sobrino, un jugador y pendenciero menor que parecía haberse reformado cuando conoció a su madre, y también le contó lo que sabía de la noche fatídica en la que Thorvald había muerto. Le dijo que debido a la tristeza que le provocó su muerte no investigó demasiado, pero que había dos versiones, una era que Thorvald la había atacado y ella lo había matado al defenderse; la otra que ambos habían sido atacados por un tercer hombre. Como fuera Odelia no había dicho una sola palabra hasta que la enviaron a Aguas Profundas, y él no había hecho nada por impedirlo. Le confirmó lo que ya sabía, que era igual a su madre, le dijo que lamentablemente no podía confirmarle si Thorvald era su padre, aunque era una posibilidad, y que él se encargaría de investigar una vez regresase a Byrn Shander y le haría llegar noticias de lo que encontrase.

Ella le agradeció el gesto y le dijo que podría encontrarla en las Espiras de la Mañana en Aguas Profundas, al menos por los próximos tres años. Despues de almorzar y saludar a todos montó a caballo y volvio a Byrn Shander con el guía, tres meses más tarde entraba al seminario de Lathander en Aguas Profundas a la espera de noticias del norte.

Notas de juego

Bueno, el próximo encuentro es a finales de 1367, Valin ha muerto y me traes un diario con las investigaciones que realizó. Los traes porque él le pidió a Ulrich que me las hiciera llegar si algo le sucedía y él te encajó el trabajito de mensajero. En esta puede que repitan pero no borrachos, si la experiencia es buena o no lo dejo a tu criterio. La motivación de Lilandra para repetir es precisamente saber como se llevan sin alcohol, pero nada sentimental. Para esa época ella ya tiene los ojos puestos en su instructor.

Recuerda que para la tercera, que sería un año después de eso, ella está en pareja y no habrá nada físico. Wido no fue a Aguas a buscarla sino que tiene otra misión, sin embargo quiere aprovechar el tirón para verla. En esta es que pueden quedar distanciados, precisamente porque él quiere algo que ella no le va a dar... pero esto podemos definirlo despues de la segunda.

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06/11/2019, 16:58
Wido Cuervo Blanco

Finales de 1367, Aguas Profundas en Espiras de la Mañana.
 

Tan solo un año había pasado desde que Wido se marchara de aquella tienda de campaña donde pasó la noche con Lilandra. Fue una buena noche, o eso cree recordar el bueno de Wido, pues las ingentes cantidades de alcohol que ingirió, le borraron parte de la memoria. Tan solo recuerda que al despertar estaba encamado con aquella bella jovencita que conociera la noche anterior. Aunque se marchó pronto a desayunar, su intención era volver a verla antes de su marcha, no obstante, Ulrich le reclamó, pues iniciaban unas maniobras importantes para la guerra y ya no volvió a verla.

Sea como fuera, Valin Geldencross había muerto y Ulrich tenía instrucciones acerca de que hacer en ese caso. El propio mago le pidió a Ulrich que le hiciera llegar a Lilandra un diario con sus investigaciones acerca de su familia, si algo le sucedía y entre chanzas y risitas del propio Ulrich y de la zorra de Uffa, le encargó el trabajo de mensajero a Wido. Alegó que al ser la última hembra que había catado, tendría ganas de volver a verla. Wido sabía que eso no era cierto. Había habido otras en aquel intervalo de tiempo, aunque no hubiera salido a la luz.

Fuera como fuera, allí estaba él, en Byrn Shander portando un valioso libro para aquella mujer que una vez se encamó con él. Tenía que ir a un lugar llamado Espiras de la Mañana. No sabía donde demonios estaba, ni que diantre era, pero cuando vio aquella magnifica construcción, quedó completamente de piedra. Se trataba de un templo y pronto supo que estaba dedicado al dios Lathander. 

Casi le negaron la entrada a aquel lugar, pero al preguntar por Lilandra, fueron a preguntar por ella y resultó que se trataba de una de las "estudiantes" de aquella fe. O eso entendió Wido al menos. Nunca hubiera imaginado que Lil fuera una de esas mujeres santificadas por un dios. Estaba casi seguro que las sacerdotisas no podían hacer según que cosas, y Lilandra... bueno Lilandra sabía lo que se hacía. Para cuando la tuvo delante, sonrió con una mueca. Estaba preciosa, más incluso que la noche que la conoció. 

¿Le recordaba? No estaba seguro. Su expresión era dura. Podía ser que estuviera enfadada con él. Al fin y al cabo, tan solo pasaron una noche juntos y nunca más se vieron. Podía ser que ella hubiera querido algo más. Las mujeres solían ser así. A él no le hubiera importado repetir las veces que hubiera hecho falta, pero Ulrich le reclamó y la guerra era sin duda lo más importante. 

Hola... - Dijo entonces. - Lilandra... ha muerto. - Afirmó. - No tú... digo él. Valin. Valin murió. - Le confirmó y entonces le entregó el cuaderno que portaba entre manos. - Ésto es para ti. Le dijo a Ulrich que te lo trajéramos. - Hizo una pequeña pausa. - ¿Todo bien? Bueno... tengo que volver. Así que... 

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06/11/2019, 18:04
Lilandra

Finales de 1367, Aguas Profundas.

Lilandra estaba en medio de una sesión de entrenamiento de combate con mazo cuando la llamaron, alguien la reclamaba en la nave principal. Se excusó con Gunther, su instructor, y tras dejar el mazo de práctica se mojó el rostro con un cazo de agua, la mitad del cual terminó entre el peto de la armadura de cuero y su pecho. Lil agradeció la sensación refrescante después de haber estado transpirando bajo el sol. 

Cuando se encontró con Wido aún estaba pensando en las lecciones del día, sobre todo las recibidas sobre su costado izquierdo. Aún no se acostumbraba a convocar el poder de su dios con la rodela y Gunther había explotado esa debilidad a gusto. Le costó un poco recordar al hombre que tenía en frente, y cuando lo hizo su cara se iluminó con una sonrisa y un ligero rubor tiño sus mejillas... era su compañero de una noche en el campamento. 

Con un gesto lo invitó a pasar a una celda lateral donde se podían llevar reuniones y allí recibió la noticia. Su rostro se ensombreció al saber que su potencial pariente había fallecido, pero se quedó de una pieza al recibir el diario. El viejo Velin había cumplido y se moría de ganas de abrirlo, pero antes debía cumplir con las leyes de hospitalidad, y también averiguar algunas cosas. - Gracias por traerme esto, realmente significa mucho para mí, si tienes tiempo me gustaría invitarte a comer y hacerte algunas preguntas. - Cuando él asintió ella le indicó que la esperase allí, al rato volvió vestida con una túnica del templo y algo más arreglada.

Una vez fuera del templo lo tomó del brazo y lo llevó por las calles de Aguas Profundas hasta una taberna y posada a unas calles de allí. - Cuéntame, que es de tu gente, como avanza la recuperación de sus tierras... - entre preguntas, comida, y anécdotas pasó la tarde. Lilandra se cuidó de no tomar mucho alcohol, recordaba cómo habían terminado las cosas la última vez... o mejor dicho no recordaba demasiado de lo acontecido. Sin embargo una cosa fue llevando a la otra, la conversación tomó derroteros non sanctos y la noche comenzó en un cuarto de la posada. Para Lilandra fue un alivio saber que en efecto Wido era un buen amante... claro que no había mucho de donde comparar ya que sólo había estado con Remiel su primera noche y con Wido durante la borrachera, pero había quedado satisfecha y era lo que contaba.

Al día siguiente Wido despertó en la cama de la posada, sólo, con una nota de agradecimiento de Lil en la almohada. Le comentaba que estaría enclaustrada en el templo, le deseaba un buen viaje y esperaba que él lo hubiera pasado tan bien como ella. 

 

Notas de juego

La siguiente visita debería ser a finales de  1368 o principios de 1369. Ya sea que Wido viene específicamente a buscar a Lil o si lo tráe alguna misión de su tribu, cuando va a buscarla se encuentra con que está en pareja, de hecho puede que se la encuentre cenando con su pareja, un tipo unos diez o mas años mayor que ella y que tiene toda la pinta de ser un guerrero.

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07/11/2019, 18:44
Wido Cuervo Blanco

Principios de 1369, Aguas Profundas.

No había vuelto a saber nada más de Lilandra desde aquella nota. Al leerla sonrió ampliamente. Si bien la primera vez que acabaron entrelazando sus entrepiernas, había sido él quien había desaparecido al alba sin decir nada más que un triste: "...nos veremos luego...", que nunca se llegó a producir, en la segunda ocasión había sido ella quien le había abandonado al alba con una simple nota.

No había regresado a Aguas Profundas por ella. Eso era cierto. La guerra contra los caciques trasgos se estaba recrudeciendo y habían sufrido muchas bajas durante el invierno. Necesitaban nuevos reclutas. Hombres fuertes, fervientes seguidores de Tempus que se unieran a la causa y decidieran ponerse al servicio de Ulrich para acabar con la horda, recuperar el campo sagrado y expulsar a esos bastardos asaltadores de caminos y asesinos de granjeros.

En ésta ocasión no había regresado solo a Aguas Profundas. Otros buenos camaradas, soldados de Tempus, le acompañaban. Ulrich querría haber ido, pero las cosas no estaban como para abandonar el campo de batalla y Uffa, bueno Uffa a punto estuvo de acompañarle, pero recibió una herida muy seria en el costado y estaba recuperándose de sus heridas. Algo terrible le había sucedido y ni tan solo la magia de los sacerdotes funcionaba bien con ella.

Fuera como fuera, tras dos semanas habían logrado reclutar a dos centenares de buenas almas. Suficiente como para regresar satisfechos al frente. Teniendo en cuenta que otros emisarios habían ido a otras ciudades, podía ser que los refuerzos se contaran por miles. O podía ser que no, no lo sabrían hasta su regreso. 

Durante el tiempo que Wido pasó en Aguas Profundas, un pensamiento recurrente le vino a la cabeza. Lilandra debía de estar por allí. Quería verla. Quería ir tras ella. Igual, si la guerra acababa pronto y el sobrevivía, podrían tener algo más. Elsbeth era una buena amiga. Follaban a veces, pero no había nada más. En cambio con aquella mujer santa... podía ser que... Wido lo había imaginado en alguna ocasión. No quería morir sin hijos y Lilandra parecía una buena candidata a ser buena madre.

No la buscó. Muchos pensarían que fue por orgullo. Al fin y al cabo, la última vez que la vio no tuvo la dignidad de despedirse en persona. Pero no fue por eso. Wido creía en que el destino de cada uno estaba escrito en las estrellas. Si tenía que reencontrarse con Lilandra, lo haría. Y pasó. La encontró dos días antes de regresar al frente. Estaba en el mercado de Aguas Profundas. Wido se acercó por detrás y le tocó en un hombro escondiéndose tras el otro. Lilandra se giró, no lo vio y él la asustó.

Entonces le ofreció un abrazo y ella se lo concedió.

¡Lil! - Dijo entonces Wido. - ¡Estás espléndida! Como siempre. 

- ¿Wido, qué haces aquí? - Le preguntó ella sonriente. Parecía contenta de verle. Era buena señal.

La guerra se ha recrudecido. Necesitamos más reclutas, gente nueva, sangre nueva. - Le contó. - Ulrich me ha enviado a por más hombres fuertes y buenos. - Confesó. - Ya sabes como es la guerra... - Se encogió de hombros. - ¡Pero vamos a dejar el tema! ¡Cuéntame! ¿Qué es de tu vida?

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07/11/2019, 19:17
Lilandra

Principios de 1369, Aguas Profundas.

El tiempo habia pasado a un tiempo veloz y lento desde que Wido le trajera el diario. Lo cierto era que el contenido no tenía respuestas, sólo más preguntas, pero al menos eran más preguntas de las que ella había llevado al viejo mago y estaban bien formuladas. Su educación en la fé seguía su rumbo y los misterios de Lathander se revelaban ante su alma como verdades, y poco a poco mejoraba también en el uso de la maza y la fé en combate. Lo mejor era quizá que Gunther finalmente la había notado y ahora estaban juntos. En su corazón sabía que cuando completase sus estudios, cuando dejase de ser una Despertada y se convirtiera en una Heraldo del Amanecer debería dejarlo, su ser completo debería entregarse a Lathander.

El señor de la mañana era un dios justo y benevolente, le permitía ahora experimentar el amor de un hombre porque una vez que decidiera convertirse en su voz le pediría fidelidad absoluta. Lilandra aprovechaba ahora sus días aprendiendo tanto de la fe como de la vida, en un año aproximadamente debería marchar a su peregrinaje y cuando volviera una etapa habría terminado. Se ordenaría, y cuando le preguntasen como serviría a su dios ella tendría una respuesta preparada, porque en el norte donde las nieves reinaban el frío se iba adueñando de los corazones de los hombre y ella llevaría el sol a sus vidas.

Con esos pensamientos en mente fue escogiendo cosas en el mercado para la cena, despues de todo hoy era su día libre y podía pensar en agasajar a Gunther. Encontrarse a Wido en el mercado fue una sorpresa agradable, y cuando quiso darse cuenta estaban ambos sentados en una taberna compartiendo historias, la canasta con la comida a su lado.

- Sigo en el templo, cada día más cerca de poder servir a Lathander en cuerpo y alma, preparando mi peregrinaje. - dijo con una sonrisa mientras esperaban las bebidas -  Hoy es mi día libre así que decidí salir y hacer unas compras, quiero ver si puedo cocinar algo decente para Gunther - Wido notó el brillo en sus ojos y el ligero rubor de sus mejillas cuando mencionó al hombre - La verdad es que no es algo que nos enseñene en el templo y nunca tuve la mano de mi madre, pero he decidido ir por algo simple, un estofado.... No parece difícil ¿Verdad?

Notas de juego

Bueno, te dejo que decidas si Wido conoce a Gunther o no, y en que términos se despiden. Puede que el tipo aparezca por la taberna, o que se lo encuentren ya llegando al templo si el la acompaña, o si directamente Wido decide salir de allí sin dar explicaciones.

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08/11/2019, 10:54
Wido Cuervo Blanco

- ¿Cocinar algo decente para Gunther? - No sabía quién era ese Gunther, pero si Lilandra cocinaba para él quería decir que había algo entre ellos.

Wido acompañó a Lilandra al templo y conoció a ese hombre. No parecía un mal tipo y quizás por ello no pudo romperle la cara. No estaba bien que esa fuera su primera idea, pero la guerra había hecho a Wido muy impulsivo. Más de lo que ya lo era en juventud y eso era decir mucho. 

Comercio el estofado que Lil cocinó para todos. Estaba bueno. Mucho las bueno que el rancho que solían poner el el frente. Gunther era un tipo agradable. Demasiado para su gus​​​​​to. Casi podía decir que afeminado. Al menos para términos del norte así era. O eso quería creer Wido, pues su ser estaba dominado por la rabia.

A media tarde el tal Gunther se disculpó y se marchó. No era su día libre tenía importantes asuntos que tratar en el templo. Fue entonces cuando Wido se quedó a solas de nuevo con Lilandra. Durante unos minutos hablaron de temas irrelevantes. El tiempo, el frente, el templo... Todo eso era secundario en esos momentos para Wido.

¿Le quieres? - Le preguntó finalmente.

Es un buen hombre. - Respondió ella. - Mucho mejor de lo que hubiera esperado y...

- No has respondido a mi pregunta. - Insistió el norteño. - ¿Es tu hombre o algo así? No creo que alguien así te puede hacer feliz. Puede que te aporte seguridad pero nada más... - Wido estaba metiendo las narices donde no le llamaban y aquello podía acabar realmente mal.

¿Qué sabrás tú, Wido? - Le preguntó algo alterada Lilandra. Hasta ese momento habían pasado un rato agradable juntos, pero ahora aquel bárbaro empezaba a incomodarla. - ¿Que sabes tú de querer a alguien? ¿Qué sabes tú del amor?

- ¡Si! ¿Que sabe un bárbaro del norte del amor? ¡Es más! ¿Que sabe un salvaje de cualquier cosa? - Exclamó Wido a viva voz. - ¡Sé que el amor es algo especial que sucede entre dos personas! ¡Sé que el amor duele! ¡A mí me duele! - Dio un golpe sobre la mesa. - ¡Y desde luego se que lo que ese tipo te da, no es amor! 

- ¡Wido! - Exclamó en el justo momento en que se abría la puerta y un clérigo accedía al interior.

¿Que pasa aquí? - Preguntó aquel hombre con rostro preocupado. - ¿Algún problema?

- No, Wido ya se iba... - Respondió ella.

Wido le dedica una última mirada antes de salir de la estancia y se marchó de la catedral sin decir una sola palabra más. No volvieron a verse hasta años después.

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08/11/2019, 11:40
Lilandra

Principios de otoño de 1372, Ruta de las Caravanas, a unos días de Byrn Shander.

El invierno había llegado temprano, o al menos eso decían los lugareños que volvían en la caravana a sus hogares. Los comentarios habían comenzado un par de días después de haber dejado Luskan, cuando encontraron un arroyuelo congelado a poco de internarse en las colinas. A medida que la altura aumentaba y se dirigían más al norte la temperatura descendía y antes de llegar a Ironmaster todos estaban con su ropa de invierno. 

Desde Ironmaster a Byrn Shander el camino era una trocha abierta por cientos de caravanas que llevaban y traían mercadería y gente desde y hacia Diez Ciudades. Por la época del año debería estar despejada pero la nieve se acumulaba y dificultaba el paso de las carretas. La vez anterior Lilandra había pasado en verano y recordaba el verde a la vera del camino, ahora un manto blanco lo cubría todo y según los locales ahora estaba como en invierno... pero no era la primera vez que el frío asomaba su cara antes de tiempo.

Lilandra veía todo esto como una prueba de que estaba llegando a traer la luz y el calor de Lathander en el momento adecuado. Aún faltaban días para llegar a la ciudad, pero ella ya había conversado con el vocero y con los clérigos de la tríada cientos de veces en su mente. Sus superiores ya habían iniciado las conversaciones y que había una autorización para el templo, pero lo locación era algo que tendría que negociar ella. Esperaba que la conversación fuera un trámite, pero por si acaso había estudiado todas las negativas que se le ocurría que podían poner y las había contrarrestado en su mente.

Afortunadamente el frío también significaba que no habían aparecido visitantes indeseados, claro que dado el tamaño de la caravana y la cantidad de guardias presentes se necesitaría un pequeño ejército para asaltarlos. Lilandra alternaba sus horas de viaje entre el pescante de la carreta, hablando con Trish y con Troscar acerca del posible trabajo a realizar, y su montura, recorriendo el largo de la caravana y asegurándose de que todos estuvieran bien de salud y de ánimo. Con suerte algunos de los comerciantes que regresaban a Diez Ciudades se convertirían en los primeros corderos de su rebaño, Lathander estaría complacido.

Estaba en su caballo cuando vió la pluma de nieve en la distancia, se acercaba un grupo de jinetes y los guardias de la caravana se prepararon para lo peor. Ella se acercó preparada para asistir en caso de que hubiera problemas, pero tan pronto como pudieron distinguirse los rostros de los que se acercaban Lil espoleó el caballo y galopó a su encuentro. - Los conozco, son amigos - dijo al capitán de los guardias mientras salía.

Wido vio que de la caravana salía disparado un solo jinete a su encuentro, un caballero en armadura completa y con los cabellos rubios al viento, creyó reconocerla cuando estaba a mitad de camino y su voz terminó de confirmarlo - Wido, Uffa, Daven, espero que no hayais venido hasta aquí sólo para recibirme -  bromeó mientras estrechaba los brazos de todos. La joven llevaba una sobreveste de Lathander mucho más adornada que la que recordaba Wido en Aguas Profundas, y algo en su presencia la hacía parecer mucho más sólida de lo que la recordaba... quizá fuera todo ese metal que llevaba encima. - No se si estáis de paso o si pensabais uniros a la caravana, pero si no os desvía mucho quisiera que nos acompañasen a cenar. - Miró a Wido - No te preocupes, esta vez tengo una cocinera que sabe lo que hace.

Notas de juego

Trish es la ayuda de cámara, cocinera e intendente que se encargará del manejo mundano de la capilla. Es una mujer de unos 45 años de mirada severa pero gesto dulce... hasta que se meten en su territorio.

Troscar es un artesano y estará a cargo de lo que sea necesario hacer en la capilla a nivel del edificio, es quien evaluará el trabajo por delante y contratará a la gente necesaria para hacerlo. Es un hombre de unos 30 años de aspecto sencillo y con manos claramente acostumbradas al trabajo manual. 

Ambos están vestidos con ropas de invierno de buena calidad, pero no ostentosas.

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09/11/2019, 10:42
Wido Cuervo Blanco

Wido no esperaba encontrar a Lilandra en aquella caravana. De hecho era la última persona a la que esperaba ver. No acabaron demasiado bien la última vez que estuvieron juntos. En gran parte fue culpa suya. En gran parte y en toda ella, pues actuó como un niñato celoso. Era normal que Lilandra hubiera conocido a alguien, de hecho era lo más probable, aunque Wido hubiera pensado en ello.

En lo que si que pensó muchas veces desde su despedida, fue en la abrupta manera en que se despidieron la última vez que se vieron. Desde entonces Wido se había arrepentido muchas veces de como se había comportado. Había deseado disculparse e incluso había pensado en ir hasta Aguas Profundas solo para perdirle perdón a Lilandra, pero la guerra no le había dejado. Al regresar la última vez de Aguas Profundas, el conflicto ya estaba en su fase final. Duró más de la cuenta, pero al final, lograron la victoria y la expulsión de la horda.

Para ese entones había pasado mucho tiempo. Wido supuso que Lilandra ya estaría casada y que incluso tendría hijos. Viajar entonces a Aguas Profundas para disculparse igual habría sido un error. Volver a entrar en su vida tras la forma en la que se marchó la última vez, no parecía una buena idea. Posiblemente ella tampoco querría volver a verle y Wido lo entendía. Era por ello que no volvió a plantearse la idea, pero ahora que tenía a Lilandra delante...

Lo cierto era que no parecía enfadad con él, sino todo lo contrario. Los sureños tenían una forma de ser bastante diferente a la de los norteños. En el norte los enfados duraban décadas y las cuestiones de honor desencadenaban casi siempre un baño de sangre. Los sureños en cambio eran más de olvidar y perdonar y en algunos casos, igual no les vendría mal a los norteños aprender un poco de los sureños. Ese quizás era uno de esos casos.

Estuvo muy buena esa comida. - Respondió él sonriente. - No logro recordar que era, ni su sabor, pero si recuerdo que disfruté comiendo. - Hizo una breve pausa. - Nos dirigimos a Byrn Shander. Creo que vamos en la misma dirección. Aceptamos esa cena. 

El grupo siguió la ruta establecida durante un par de horas en las que todos se pusieron al día. La guerra había acabado y Lilandra ya era sacerdotisa por derecho propio. De hecho estaba viajando al norte para establecer una sede de su fe en la región, algo que a Wido se le planteaba difícil, pues no pensaba que consiguiera muchos adeptos. Fuera como fuera, estaban juntos de nuevo y por una vez reinaba la armonía.

Al atardecer se detuvieron y acamparon. Hacía frío, por lo que encendieron una hoguera. Los riesgos de atraer a alguien indeseado compensaban en ese momento, más teniendo en cuenta que la principal amenaza, la de la horda, ya no existía gracias a los cruzados de Tempus. La cocinera guisó pavo con verduras y estaba bueno. Bastante mejor de todo lo que Uffa, Daven y Wido habían comido en los últimos meses en el frente.

Ya cuando todo el mundo se acostó, Wido se acercó a Lilandra.

Fue un idiota la última vez que nos vimos, Lil... - Le dijo entonces. - Hace tiempo que quiero pedirte perdón. Espero que tu y Gunther estéis bien y tengáis una vida feliz juntos y llena de niños. - Le tomó de la mano. - Lo espero de verdad...

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09/11/2019, 19:55
Lilandra

Lilandra había pasado una buena tarde poniéndose al día con las noticias de la región, al menos las que conocían y afectaban a la gente de Wido. La horda había sido aniquilada y las tierras pertenecían nuevamente a los seguidores de Tempus, poco sabía acerca de ese dios ya que no era parte de las amistades o enemistades de Lathander y poco tenía que ver con su agenda. Era un dios de la guerra, adecuado para un territorio en pugna, tendría que pedirle a Wido que le presentara a alguno de sus sacerdotes para discutir de teología.

La cena fue excelente, Trish había entendido perfectamente que los invitados a la mesa eran importantes y había incluido lo mejor de las provisiones para agasajarlos. Y una vez todo aquel que no montaría guardia se hubo retirado Lilandra esperó a Wido junto a la hoguera. Sus disculpas fueron un bálsamo, se habían despedido en malos términos hacía varios años y si bien ella había hecho las paces con la situación temía que Wido aún guardase algún rencor. 

Le dedicó una sonrisa y tomó su mano entre las suyas, indicándole que se sentase a su lado. - Yo también te debo una disculpa Wido, no pensé que lo nuestro tuviera un significado profundo para ti, creí que para ambos sólo había existido una amistad en la que nuestros cuerpos fueron parte. - lo frenó cuando iba a hablar, intuyendo la tristeza en sus ojos - déjame terminar por favor. Desde un principio yo sabía que no podía comprometerme eternamente con un hombre, Lathander pide a sus servidoras más devotas el sacrificio del celibato, pero es un esposo comprensivo y nos deja experimentar el amor antes de ordenarnos. Tu me permitiste experimentar lo que significa el sexo sin ataduras, me permitiste comprender a quienes lo prefieren para no juzgarlos. Gunther fue, mientras duró, quien me permitió conocer el amor de una pareja estable. - rió -  La relación se cortó tan pronto como emprendí mi peregrinaje de un año, y cuando regresé a Aguas Profundas el ya estaba en pareja con otra novicia. - Meneó la cabeza ante el arranque de indignación que vió en los ojos de Wido y apoyó ambas manos en su pecho -  No, no es necesario que vayas a golpearlo, entiendo ahora que él es más que un instructor de combate y que parte del entrenamiento que entrega incluye el hacer conocer a las aspirantes a convertirse en sacerdotisas ese amor que no podrán experimentar una vez estén ordenadas, es a un tiempo un regalo y una prueba, una última oportunidad de elegir una vida más mundana.

Se paró y miró hacia la dirección de Byrn Shander dando la espalda a Wido, podían verse las luces de la ciudad en el valle cerca del horizonte, el destino a la vista y aún así a un par de días de distancia. - No está en mi destino el convertirme en esposa de un mortal, Wido, elegí esta vida cuando era muy pequeña y me he reafirmado en ella en cada encrucijada en la que podría haber cambiado el camino. Lathander es mi esposo y sus fieles son mis hijos, y si bien sé que no volveré a experimentar el placer de estar con otro hombre, o mujer, atesoro los momentos que me han sido regalados. - se giró y le sonrió abiertamente - Asi que ya ves, yo también te debo una disculpa por no pensar en como podía afectarte mi decisión, quizá si te lo hubiera dicho la tarde que pasamos en la taberna no hubiéramos terminado así la última vez.