Partida Rol por web

Tierra Impía

Abadía de Montelegro

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27/12/2019, 15:48
Erika de Gulles

Abel no se detuvo ante nada. Ni el hacha de Karel, ni las plegarias y ruegos del Abad, ni tampoco ante las palabras sagradas para expulsarle usadas por el paladín Ordock y ella misma. Erika, espantada con su avance, tropezó, angustiada al ver que el no muerto agarraba por el cuello a su ejecutor.

No supo qué hacer. No comprendió del todo lo que Karel relataba sobre el campanario y el fuego, absorta con estaba en la escena espectral que tomaba lugar frente a ella. El enano creía que alguien había imantado de nuevo vida impía y sacrílega al cuerpo muerto del monje. Tal vez. Y eso apuntaba a Malakías en primer lugar, pero el chico nunca mostró una actitud desleal. Ni conocimientos, pensó Erika. De ser así, alguien solo como el propio Abad, o uno de los monjes de edad, podrían atesorar semejante sabiduría oscura. Negó con la cabeza, ahora solo quedaba detener al cadáver reanimado de Abel. Él mismo lo había dicho: su espíritu. De alguna forma su alma clamando venganza más que justicia, animaba a su carne sin vida.

Se fijó en el óleo sagrado, ¿sería esa la causa? Ella no había usado conjuros para detenerlo, los suyos, enredad o retener, implicaban a más personas, a no ser que pudiera centrarlo únicamente en Abel…

Erika, apretando los dientes, concentró toda su energía, su valor y voluntad, en las palabras exactas del conjuro, pronunciadas con énfasis invocando la fortaleza de su piadosa Amateratsu, extendió sus manos hacia Abel, las impuso sobre sus brazos.

-¡Divina Amateratsu, madre sapientísima, protectora de la naturaleza, asísteme en ese momento de infortunio y horror y retén en tu poderoso abrazo a este ser imnominiable y desventurado!

Si el conjuro tenía éxito, luego cogería el frasco con lo que puede ser el óleo sagrado. *

Notas de juego

* Uso Retener personas,  intentando localizarlo solo en Abel.  En cuanto al frasco, en otro turno anterior describes que lo saca del bolsillo, así que no se si lo tiene en la mano (aunque está estrangulando a Bernadino) , de nuevo en el bolsillo.

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27/12/2019, 16:57
Phineas Logbook

Phineas veía desesperado como los esfuerzos físico por detener a Abel eran infructuosos, y la razón no parecía alcanzarlo, pero debía intentarlo una vez más. - Abel, por el amor de Ilmater escúchame, tu dios te regaló una visión, y te dio una misión que Bernardino ha interrumpido. También te ha permitido regresar de la tumba para revelar su milagro, pero tu venganza está corrompiendo ese poder y el Rosal arde. No es tarde para salvar la Abadía, cesa en tu venganza y permite que el Rosal viva. Si continúas por este camino destruirás la obra de Ilmater. ¡¡Detente!!.

El mediano, careciendo de armas que pudieran dañar al no muerto y dudando que fuera la manera de evitar el desastre hizo lo unico que se le ocurrió que fue colvarse del brazo con el que acogotaba a Bernardino.

- Tiradas (1)

Motivo: Voltear para colgarme del barzo

Tirada: 1d20

Dificultad: 17-

Resultado: 17 (Exito) [17]

Notas de juego

Escrito desde el celular, imposible seleccionar todo para poner negrita, tuve que seleccionar palabra por palabra y las letras solas no las toma.

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27/12/2019, 22:09
Director

Notas de juego

OK Karel, di por sentado aunque no lo explicitaste que cuando volviste de la habitación te rearmaste. Ningún problema que vayas sin armadura, la lleves o no la lleves no tiene incidencia en la historia, o eso espero.

Entendido entonces, sin armadura y con el hacha de mano y la daga.

En cuanto al frasco no lo había tenido en cuenta, era la explicación que daba el módulo pero no explica como está ahogando a Bernardino y sujetando al módulo a la vez. Bien visto Erika! Para que la escena tenga coherencia, Abel se guarda en uno de los bolsillos de su túnica el oleo y lo está estrangulando con una mano, manteniendo levantado el cuerpo de Bernardino mientras patalea intentando poner los pies en el suelo. Como ya sabéis su fuerza es monstruosa :)

Voy a por el turno...cualquier cuestión ya sabéis :)

Por cierto, para saber si dais o no a vuestro objetivo tenéis que coger en la tabla de armas el ataque base, le restáis 10 (la armadura de Abel...que pobrecito la túnica no le para nada) y el resultado es el número que tenéis que poner en una tirada de igual o mayor que.

Ejemplo: Karel tiene 18 de ataque base con hacha, por lo que cualquier tirada de 8+ es un impacto. Ojo a los 1 (pifias) y los 20 (éxitos críticos) que pueden cambiar mucho mucho una batalla ;)

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27/12/2019, 22:18
Hermano Abel

Los monjes se giraron en dirección a Malaquias con ánimos encendidos. Las palabras de Karel y la aparición del no muerto habían bastado para prender la mecha de las rencillas entre los monjes. El primero que avanzó hacia un balbuceante Malaquías fue el hermano Rafael, uno de los descubridores del cuerpo de Edmundo, con el puño en alto e intenciones claras. Malaquías saltó hacia atrás mientras clamaba su inocencia

Malaquias:"Yo no he reanimado a Abel, yo solo quería limpiar su nombre pero no quería esto, por pecador que sea Bernardino sigue siendo mi hermano"

Pero las palabras no parecían calmar los ánimos y el hermano François y el novicio Plutarco convergían hacia él para cortarle la ruta de escape.

Mientras tanto Karel se dedicaba a lo que mejor se le daba, manejar el hacha, y lanzó un tajo para destrozar la rodilla del podrido como paso inicial de la decapitación, pero el tajo solo llegó a cortar el aire al dar un paso Abel en el momento menos oportuno. Ese paso que lo alejó de Karel fue decisivo para que Ordock pudiera asestarle un espadazo en el pecho, que abrió una enorme herida que poco después de ser recibida empezó a sanar, sin que Abel perdiera un segundo en ver quien le había infligido el mal, estando más allá del dolor.

Erika entró en comunión con su diosa, y elevando su plegaria al cielo le rogó por el poder de paralizar al muerto viviente. Con la última energia que le quedaba para el día lanzo el conjuro con precisión, no impactando en Karel ni en Phineas, que se abalanzaba hacia Abel. El conjuro impactó en el muerto viviente pero ningún efecto tuvo, mientras Bernardino seguía chillando y pataleando, luchando por librarse de la garra de Abel.

Por último Phineas saltó sobre el brazo de Abel, dando una cabriola y quedándose colgado del brazo que estaba estrangulando al monje, intentando que su peso unido al del monje le hicieran poner los pies en el suelo, pero la fuerza era tan descomunal que ni su peso añadido fue ningún cambio. El muerto viviente lo miró durante un instante antes de mirar de nuevo a Bernardino y decirle con voz venenosa

"Confiesa! Que sepan todos lo que hiciste, hijo indigno de Ilmater"

El abad se desentendió del muerto viviente, consciente de que no tenía nada que hacer, y lanzó un conjuro a Rafael, que se quedó paralizado con el puño en alto ante el desconcierto de los otros dos atacantes.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: salvación abel

Tirada: 1d20

Resultado: 19 [19]

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27/12/2019, 22:38
Hermano Bernardino

La garra del muerto viviente sobre Bernardino pareció abrirse un poco, aunque no se pudiera decir que fuera por la acción de Phineas, oportunidad que aprovechó el hermano copista para confesar y no guardar pecados antes del juicio final

"Pérdoname! Sentía celos! Llevaba 30 años sirviendo a la orden con tesón y denuedo y un advenedizo copista era el que tenía las visiones y no yo! Ordené a los hermanos Gugliemo y Edmundo que me ayudasen. Llevamos a Abel al matadero, y le azotamos para que dejara de decir mentiras pero no queríamos matarle! Lanzamos el cuerpo al precipicio para que pareciese un suicidio... pero no fue culpa nuestra, ni siquiera le pegamos fuerte, solo queríamos darle una gaaahggaahhhh"

La garra se volvió a cerrar mientras el abad miraba a Bernardino con los ojos como platos y el dolor dibujado en el rostro.

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27/12/2019, 22:43
Hermano Abel

El muerto viviente soltó un revés de su mano libre en dirección a Ordock, pero la lentitud del muerto y los años de entrenamiento le permitieron al paladín eludir el golpe. La otra mano seguía apretando el cuello de Bernardino mientras Phineas intentaba, colgado a ella, que lo soltara, fuera como fuera.

- Tiradas (2)

Motivo: piño de abel ( K - O -P)

Tirada: 1d6

Resultado: 4 [4]

Motivo: ataque a Ordoc

Tirada: 1d20

Resultado: 8 [8]

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27/12/2019, 22:46
Director
- Tiradas (4)

Motivo: ini erika

Tirada: 1d10

Resultado: 3 [3]

Motivo: ini karel

Tirada: 1d10

Resultado: 2 [2]

Motivo: ini ordock

Tirada: 1d10

Resultado: 6 [6]

Motivo: ini phineas

Tirada: 1d10

Resultado: 1 [1]

Notas de juego

Orden del asalto: Phineas, Karel, Erika y Ordock, el abad, y Abel

Erika has agotado tus puntos de fe. No puedes lanzar más conjuros.

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27/12/2019, 23:20
Erika de Gulles

Erika estaba agotada, ¡y su conjuro no funcionó con el cuerpo corrupto de Abel!  Se apartó apenas unos pasos, respirando pesadamente, viendo con horror que nada hacía mella en el cadáver reanimado. Mientras, Bernardino confesaba sus crímenes, algunos monjes se abalanzaban sobre Malaquías, el Abad lo impedía con su conjuro , y sus compañeros acosaban de forma física al monje muerto. Pero era imparable.

-¿Malakías..? -Jadeó- Si algún poder tienes sobre tu amigo y si conoces la forma de detener esta locura, el momento es ahora. ¡Ahora! o te arrepentirás de por vida.

La joven, impulsada por su diosa, no quería dar su brazo a torcer, no quería doblegarse sin continuar luchando, no se rendiría mientras la sangre corriese por sus venas y su aliento fuese cálido. El abad no parecía tampoco poseer la suficiente energía como para paralizar en su venganza al monje asesinado.

Erika por un instante pensó en colocarse de rodillas junto a Abel y cantar una plegaria a Amateratsu, sin embargo su instinto la alertó de que eso posiblemente no daría resultado. Cogió aire, cerró con fuerza los puños y se lanzó a pesar de su cojera hacia Abel, aprovechando su concentración en Bernardino, y los ataques poderosos de sus compañeros, los cuales al menos causaban distracción. Intentaría quitarle el frasquito con el líquido sagrado, había visto que lo guardaba en el bolsillo y ahora no tenía la mano dentro de él.

-Malakías! ¡Todos! Ayudadnos a pararlo, ¡todos, echaros sobre él! ¡Y los que no, que se ocupen de ese fuego! ¡Y de las toca narices de las pulgas y chinches!

- Tiradas (1)

Motivo: quitarle el frasquito a Abel

Tirada: 1d20

Dificultad: 13-

Resultado: 3 (Exito) [3]

Notas de juego

Pues nada, lanzo por destreza, a ver si conseguimos esos óleos.

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27/12/2019, 23:29
Phineas Logbook

- Nadie ha reanimado a Abel - gritó el halfling a voz en pecho mientras intentaba denonadadamente hacer palanca con ambas manos en los dedos del cadáver andante - La fuerza que Ilmater había imbuido en él para comunicar el milagro le ha permitido levantarse pero la está usando para matar. Dejad de pelar entra vosotros y ayudadnos a detenerlo, si mata a Bernardino todo arderá - giró el rostro para encararse con Abel.

- Por Ilmater Hermano Abel, dejad que Bernardino sea castigado por sus crímenes de acuerdo a las leyes de vuestro Dios y no por tu mano. Usa la vida que te ha sido concedida para revelar el milagro, el Rosal y la Abadía arderán si consumas tu venganza.

- Tiradas (1)

Motivo: Evitar que acogoten a Bernardino

Tirada: 1d20

Dificultad: 10-

Resultado: 10 (Exito) [10]

Notas de juego

He tirado fuerza para esto, pero no se si aplica doblar barrotes... espero que no.

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28/12/2019, 07:56
Ordock Pae

Pese a que las heridas de Abel parecían haber sido terribles, enseguida comenzó a sanar como si nada le hubiera sucedido. El paladín quedó desconcertado ante aquella sanación mágica. Quizás por ello, al lanzar un nuevo espadazo contra su adversario y sin que éste hiciera demasiado por esquivarlo, el filo de su arma golpeó contra la pared haciendo saltar chispas.

¿Cómo podemos detenerlo? - Le preguntó al abad. Ordock no daba crédito a lo que estaba viendo. Necesitaban saber como acabar con aquella criatura antes de que ésta acabara con el hermano Bernardino. - ¡Mis golpes no le afectan! - Exclamó preocupado.

- Tiradas (1)

Motivo: Ataque espada

Tirada: 1d20

Dificultad: 8+

Resultado: 2 (Fracaso) [2]

Notas de juego

Vaya pifia! O casi pifia jeje.

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28/12/2019, 20:14
Karel Drûm

Todos nuestros intentos eran en vano. Ni la magia, ni las oraciones y ni el frío acero podían parar la mano ejecutora de Abel. Quizá habría que dejar que acabara con la vida de Bernardino para que todo terminara... pero nosotros no lo íbamos a permitir. Volví a descargar mi furia en un hachazo dirigido nuevamente a su rodilla.

- Tiradas (2)

Tirada oculta

Motivo: Hachazo a la rodilla

Tirada: 1d20

Resultado: 18 [18]

Tirada oculta

Motivo: Daño

Tirada: 1d6

Resultado: 2 [2]

Notas de juego

Siento ser tan corto, pero llevo desde anoche de cumpleaños y no tengo tiempo.

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28/12/2019, 23:11
Director

La voz chillona del Halfling se elevó por la iglesia, amplificada por la acústica del lugar, pidiendo a los monjes que dejaran de pelearse entre ellos y ayudaran para evitar un incendio que se intuía, a tenor al débil olor a quemado que les llegaba desde las alturas. Phineas intentó razonar con el muerto viviente, habĺándole de su Dios, del rosal y la abadía mientras intentaba abrir su garra de acero en torno al cuello del hermano Bernardino. Tironeó y pataleó con todas sus fuerzas, pero sencillamente no era lo suficientemente fuerte para hacerlo y a tenor del tono púrpura que estaba adquiriendo la cara del monje su tiempo se agotaba.

Aprovechando que la atención de Abel estaba fijada en el cuello de Bernardino y en el molesto Halfling, solo alguien que hubiera viajado con él sabía cuan molesto podía ser si se lo proponía, Karel lanzó un hachazo a la rodilla esperando rebanarle la pierna al muerto. La sensación de rebanar tendones y llegar hasta el hueso le era conocida, pero su objetivo ni siquiera se volvió, ni un alarido escapó de sus labios y cuando retiró el hacha para volver a golpear vio como la herida se cerraba de nuevo debido a un poder regenerativo que no podía ser más que magia oscura.

Erika se dirigió hacia el combate una vez acabada su energía mágica, pidiendo a Malaquías y al resto de hermanos de colaboraran, aunque fuera intentando apagar el fuego. Su petición tuvo mucho éxito y los hermanos abandonaron la iglesia a la carrera, agradecidos de tener una excusa para hacerlo, quedándose únicamente Malaquías, que cogió un candelabro pesado y se dirigió hacia donde estaba su amigo. Aprovechando el caos de la batalla metió una mano en la raída túnica de Abel para robarle el oleo sagrado pero no pareció importarle demasiado y siguió apretando el cuello de Bernardino

Por último Ordock atacó, buscando un hueco entre la maraña de cuerpos que rodeaban al monje muerto. Creyó verlo y lanzó un tajo de la espada justo cuando Erika intentaba robarle en el bolsillo de forma inesperada. Solo sus años de entrenamiento lograron que frenara el golpe y lo cambiara de dirección lo suficiente para evitar un fatal desenlace. La espada silbó a escasos milímetros de la oreja de Erika y se llevó un rizo de su cabello sin llegar a lastimarla.

- Tiradas (1)

Motivo: doblar barrotes

Tirada: 1d100

Dificultad: 2-

Resultado: 93 (Fracaso) [93]

Notas de juego

Efectivamente, para el caso en cuestión es doblar barrotes. Tu fuerza no es comparable con la del muerto viviente Phineas.... pero ha sido un buen intento ;)

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28/12/2019, 23:26
Abad Anselmo

El abad ,estupefacto ante la confesión de su mano derecha sacó el símbolo sagrado y le dijo

"Bernardino, por tus pecados tus hermanos y yo en su nombre de expulsamos de la orden de los monjes de Ilmater. Como pecador recibe mi perdón. Que el sufrimiento no te toque y que recibas la bendición de Ilmater, el que es justo, el que rompe las cadenas y conforta al débil. Tus pecados son perdonados pero tus acciones serán recordadas por siempre jamás."

El viejo monje, con gran dolor en su rostro, hizo la señal de la cruz a modo de bendición mientras miraba el techo de la iglesia, implorando perdón a su Dios o tal vez preocupado por el olor, cada vez más intenso a quemado.

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28/12/2019, 23:30
Hermano Malaquías

Malaquías se encaminó hacia Abel y levantó el candelabro pero no pudo golpearle. Cayó de rodillas ante él mientras le decía

"Yo también te fallé, soy pecador. Nunca debí creer que saltaste del tejado por tu propia voluntad y por omisión pequé. Abel, si queda algo de bien en ti, perdóname e imponme la penitencia que Ilmater tenga reservada para mi"

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28/12/2019, 23:33
Hermano Abel

Abel no atendía a palabras, ni a razones, ni siquiera miró a Malaquías mientras le pedía perdón. Tenía un objetivo y lo tenía a su merced, colgando de su fuerte brazo y pataleando con cada vez menos fuerza mientras se iba amoratando. En el amalgama de combatientes Abel lanzó su brazo libre y rozó el brazo de Erika, que salió despedida en el aire impactando con los bancos de primera fila.

Había sentido una fuerza pura animando el cuerpo de Abel, tan pura que dañaba con solo tocarla. Sentía su brazo paralizado y la visión se le nublaba pero seguía viva y no parecía tener más heridas que las propiciadas por el golpe contra los bancos. El muerto no mostró ni arrepentimiento ni intención de rematarla, solo quería acabar de estrangular al monje para poder descansar en paz.

- Tiradas (5)

Motivo: objetivo E-K-O-P

Tirada: 1d4

Resultado: 1 [1]

Motivo: objetivo E-K-O-P

Tirada: 1d4

Resultado: 4 [4]

Motivo: Ataque a Erika

Tirada: 1d20

Resultado: 17 [17]

Motivo: daño a Erika

Tirada: 2d6

Resultado: 11 [6, 5]

Motivo: constitución Erika

Tirada: 1d20

Dificultad: 11-

Resultado: 7 (Exito) [7]

Notas de juego

Erika, te queda 1 punto de vida. No estás inconsciente, eres la última en el próximo asalto.

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28/12/2019, 23:42
Director
- Tiradas (3)

Motivo: iniciativa karel

Tirada: 1d10

Resultado: 4 [4]

Motivo: iniciativa phineas

Tirada: 1d10

Resultado: 5 [5]

Motivo: iniciativa ordock

Tirada: 1d10

Resultado: 8 [8]

Notas de juego

Orden en el turno Karel - Phineas - Ordock - Abad - Abel y Erika

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28/12/2019, 23:45
Ordock Pae

Ordock estaba desesperado, pues parecía que por mucho que castigaran el cuerpo del muerto viviente, este resistía cada ataque. De esa manera no iban a acabar con la fdamenaza y mucho menos iban a salvar al hermano Bernardino. Aunque quizás lo tuviera merecido.

Cuando su espada pasó a escasos milímetros de la oreja de Erika, casi se le paró el corazón al paladín. Dejarla sin oreja hubiera sido muy feo, desde luego tenía que tener más cuidado. Entonces un manotazo lanzó literalmente a Erika por los aires.

¡Erika! - Gritó Ordock asustado al ver como había caído sobre los bancos. - ¿Estás bien, Erika? - Preguntó acongojado.

Entonces lanzó un espadazo contra el brazo de muerto que agarraba cuello del hermano. Su intención era cercenarselo o conseguir que soltara, pera visión de Erika herida, nubló su juicio e hizo que fallara, está vez por poco.

¡Dame fuerzas Amateratsu!! - Imploró hacia el cielo. - ¡No me falles en este aciago momento! - Le suplicó a la diosa.

 

- Tiradas (1)

Motivo: Ataque espada

Tirada: 1d20

Dificultad: 8+

Resultado: 6 (Fracaso) [6]

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29/12/2019, 00:12
Karel Drûm

Era imposible que no se hubiera derrumbado al impactarle con el hacha en la rodilla. El peso lo tenía que haber tirado al suelo, aunque hubiera regenerado al instante. Esta batalla no se iba a ganar con el acero, había que pensar en algo. No era mi fuerte, pero alguna buena idea me salía de vez en cuando.

En ese momento, los monjes empezaron a huir ante el intenso olor a quemado que se iba notando. Mis palabras cuando entré en la iglesia no fueran escuchadas, pero qué mejor que las sensaciones para que ellos mismos se dieran cuenta del peligro. Al mismo tiempo, el odioso Abel golpeó fuertemente a Erika, haciéndola volar por los aires hasta los bancos próximos. Con un ensordecedor sonido, se quedó tirada sin resuello.

-¡Maldito engendro! Como la haya matado... ¡Juro por Reorx que lo haré cachitos para que no regenere nunca!

Me acerqué a la mesa del sepulcro y cogí un candelabro encendido, acercándoselo a Abel para intentar prenderle y así aflojara la mano sobre su presa. Alguna vez había escuchado que había ciertas criaturas no muertas que sólo podían ser heridas o destruidas por ciertas cosas: magia, armas mágicas o de plata o el fuego purificador. Como no tenía mágia ni nada de plata, probaría con el fuego. Quizá lo debilitaría lo suficiente como para poder salvar a Bernardino.

-"Si no lo vencemos pronto, me temo que Bernardino no aguantará mucho más. Abad Anselmo, ¿no tendrá algún conjuro que encante nuestras armas y les de propiedades mágicas?"

Esperaba que funcionara mi idea, nunca perdía la esperanza, pero lo veía muy negro todo...

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Dejo tirada por si hace falta

Tirada: 1d20

Resultado: 7 [7]

Notas de juego

Intento prender la ropa harapienta de Abel.

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29/12/2019, 00:35
Phineas Logbook

Phineas saltó del brazo de Abel tan pronto como vió a Karel intentar prenderle fuego. Si las ropas de Abel prendía él saldría damnificado, y Bernardino aparte de sufrir por la asfixia terminaría también quemado. Era evidente que Abel no se detendría hasta haber matado al monje, y mientras Abel siguiera con su venganza la iglesia corría riesgo de arder como el rosal. 

Era evidente que Ilmater le daba la fuerza a Abel para consumar un acto de justicia divina, y mientras tanto el hermano Bernardino sufría. Quizá Bernardino merecía morir, quiza el castigo fuera justo por horrible que pareciera. - Ilmater, guía mi mano - dijo el mediano parándose detrás del monje que colgaba del brazo del no muerto y lanzando una estocada. 

- Tiradas (3)

Tirada oculta

Motivo: Ataque a Bernardino

Tirada: 1d20

Dificultad: 9+

Resultado: 13 (Exito) [13]

Tirada oculta

Motivo: Daño

Tirada: 1d6

Resultado: 5 [5]

Tirada oculta

Motivo: Furtivo si aplica

Tirada: 1d6

Resultado: 2 [2]

Notas de juego

Dejo a la tirada y al criterio del master si la ejecución de Bernardino es la salida... o la caida

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29/12/2019, 10:14
Erika de Gulles

El hostión fue tremendísimo. Erika se quedó en el suelo, tirada entre los bancos. El brazo le ardía, paralizado, un hormigueo semejante a cuando lo tienes dormido le ascendía punzante hasta el cerebro, le palpitaba quemándole el entendimiento y el raciocinio. No supo si logró arrebatarle el frasquito a Abel ya que, de momento, o sentía el tacto. Intentó alzar la cabeza y eso le costó un mundo, sufriendo punzantes aguijonazos de dolor en la espalda, las costillas, la cabeza y, en definitiva, en el cuerpo entero.

Su vista tal vez la engañaba, pero casi creía ver una columna de parásitos escapando de allí, graciosos saltarines fugándose de su víctima herida. “Mira tú, algo bueno ha tenido el empujón”.

-Estoy bien…No ha sido nada…he tropezado…jajaja…-balbuceó desde el suelo. Se bajó y recolocó bien la túnica, que con la caída dejaba buena parte de sus piernas y muslos al aire, y justamente llevaba como un par de meses sin depilarse. Levantó el antebrazo y un dedo para señalar que todo correcto, sin embargo estaba tan confusa que no supo bien qué hacia mientras observaba a esa cosa que un día fue Abel, por muy imbuido de poder sagrada que estuviese,

                                          

 

- No me faltan dientes…Ay…Amateratsu querida, dame tu calor y candor, que tengo pupita…Ayyyy…