Partida Rol por web

Tierra Impía

Abadía de Montelegro

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02/12/2019, 21:52
Director
- Tiradas (1)

Motivo: robar

Tirada: 1d100

Dificultad: 25-

Resultado: 89 (Fracaso) [89]

Notas de juego

No has tenido demasiado éxito que digamos XD

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02/12/2019, 21:54
Abad Anselmo

El abad sonrió beatíficamente a los comentarios de Erika, asintiendo de forma satisfecha ante los comentarios entusiastas de la clériga de Amateratsu, un sentimiento que no parecía ser compartido por el hermano copista, tan serio como siempre. Con una risa franca le dijo

"Siempre será un placer que os unáis a nuestros rezos y cantos aunque, como comprenderéis, no puedo autorizar que cantéis las glorias de otro Dios" La voz parecía obtener un tono triste según hablaba "ha pasado mucho tiempo desde que vino el último novicio y mantener la moral de los hermanos es difícil, más de los mayores que vivieron los tiempos de esplendor de la orden. Al menos seguimos nuestro encargo con fe y nuestras voces todavía no se han quebrado y cantan alabanzas a nuestro señor" Bernardino asentía a lo que decía el Abad y lo miraba como si fuera fuente de la mayor de las sabidurías.

El Abad miró con una sonrisa pícara el movimiento de Phineas y permaneció en silencio mientras se llevaba el libro a su mochila. Bernardino hizo un amago de saltar pero el abad negó y el copista traspasó al historiador con su mirada mientras el abad seguía hablando

"Las celdas son modestas hermano Ordock pero no tienen goteras, son calientes en invierno y frías en verano y son adecuadas para el recogimiento. Eso es todo lo que necesitamos los hombres de fe, independientemente de la fe que profesemos. En cuanto a las armas, mi buen amigo" dijo refiriéndose al enano "os lo pido por la tranquilidad de los hermanos. No han visto un hombre armado en muchos años y este lugar es un lugar de paz y peregrinación para limpiar el espíritu. La guerra y los problemas del mundo no deben traspasar estos muros porque somos los últimos de nuestra orden y ya no tenemos quien nos proteja. "

Entonces Erika habló sobre la tumba y el dolor y la pena tocaron los ojos y la voz del abad. Con un suspiro cascado empezó a hablar casi más para él que para los presentes

"Fue necesario prohibirlo. Los hermanos llevaban 2 días hablando de ello y estaban descuidando sus labores y servicios a nuestro señor". Bernardino volvió a asentir confirmando las palabras del abad mientras este seguía hablando. El abad volvió a suspirar mientras les decía " El hermano Abel era un joven y brillante miniador, probablemente el mejor que nunca hayamos tenido en los años que llevo al frente de la abadía. Por desgracia, nuestro hermano acabó con su vida hace tres días saltando del tejado del scriptorium contra las duras rocas de las laderas de la montaña. Nuestro credo dice que eso es un crimen horrible, peor que un asesinato, y un suicida no tiene oportunidad de redimir sus pecados. Por ello, no se nos permite enterrar esos cuerpos en tierra consagrada, pero aun así no podíamos dejar los restos de nuestro hermano sin darle el mejor entierro que nos era posible. La muerte de Abel ha sido una perdida terrible para todos los monjes, especialmente para el hermano Bernardino, que supervisaba el trabajo de Abel"

El hermano Bernardino sacudió la cabeza y su semblante muestra una expresión de dolor que rivalizaba con la del abad, y por un segundo un estremecimiento recorrió su cuerpo como si pugnara por sofocar un grito o un llanto incontrolado. Cariñoso el abad le puso la mano en uno de sus brazos y le dijo

"No os atormentéis más hermano. Nuestro señor nos da libre albedrío, nada que pudiérais haber hecho habría salvado a nuestro hermano del desastre. Y ahora, por favor, acompaña a nuestros huéspedes a sus celdas. Tengo que organizar en la cocina la comida para que tengan en cuenta a nuestros nuevos amigos."

El abad se levantó invitándoles a todos a salir mientras el hermano Bernardino se ponía en marcha en silencio llevándolos hacia el dormitorio de los novicios.

Notas de juego

1/2

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02/12/2019, 22:36
Hermano Bernardino

Nada más salir del alcance de los oídos del abad la actitud del hermano Bernardino se volvió mucho más irascible. Mirando con furia asesina a Phineas dijo

"El abad Anselmo es un ser de luz y no dirá nada pero como responsable de los libros de la abadía te diré que si algo le pasa a ese libro te maldeciré hasta el último de mis días" Dijo entre dientes "Ese libro lo copié por mi propia mano y necesité 5 meses de trabajo duro, demasiado como para que ahora venga un...ladronzuelo" dijo casi escupiendo la palabra "a llevárselo." levantó un dedo amenazador mientras le decía "el libro no sufrirá daño y no saldrá de estos muros" entonces miró al paladín y a la clérigo antes de decirle "y os haré responsable a vosotros si llega a llevarse alguno de nuestros incunables. He leído sobre Amateratsu y no creo que sea partidaria de los robos..."

Aquel hombre hosco se sumió en el silencio mientras los guiaba a sus celdas hasta que Ordock preguntó por los preceptos de Ilmater. La pregunta le sacó una breve sonrisa y sus facciones parecieron suavizarse y empezó a hablar con la pasión y predicamento de un creyente.

"Ilmater es la deidad de la resistencia, el martirio, la perseverancia y el sufrimiento. Es el dios de los que sufren, de los oprimidos y los perseguidos, todos caben en el amoroso abrazo de Ilmater que les ofrece apoyo y alivio, dándoles fuerza para resistir y animando a sus servidores a tomar el relevo para compartir el peso de sus penas y sufrimientos. Mi señor es llamado el dios roto, o el dios que llora o aquel que resiste. Es una vida dura pero llena de sentido en un mundo con tanta guerra y dolor. Si queréis hablar de las sutilidades de nuestra religión el abad estará encantado de atender vuestras dudas pero mis obligaciones en el scriptorium me reclaman. Pueden ocupar esas celdas" dijo señalando 4 puertas que estaban en linea, separadas apenas por 3 metros la una de la otra. "Si necesitan cualquier cosa llamen a uno de nuestros novicios. La campana indicará el momento de la cena"

Las celdas resultaron ser tan modestas como había prometido el abad. Un cuadrado de 2.5 metros, amuebladas con un camastro, una pequeña mesa y un baúl. La única iluminación provenía de una pequeña ventana que daba al patio de la abadía y de una vela de sebo que reposaba sobre la mesa. Ni el cofre ni la celda tenían cerrojo, el colchón no parecía demasiado cómodo y la mesa parecía a punto de romperse en caso de que alguien apoyara algo de peso. Solo esperaban que la cena fuera algo mejor de lo que parecía el resto.

Notas de juego

2/2

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03/12/2019, 08:01
Erika de Gulles

-Oh, qué triste, hermano Anselmo, eso que cuentas del joven Abel. Mi corazón se ha colmado de pena en un instante. Rezaré por él.

Erika se sentía compungida y apenada. Era lamentable una pérdida así. ¿Por qué lo haría? Salió de sus dudas con la explicación que hizo Bernardino acerca de los preceptos de su dios. Quizá esta vida era demasiado dura y exigía excesivo sacrificio por su parte. Suspiró, entristecida camino de sus celdas.

-Qué dios más triste. Entiendo que todos necesitamos nuestra deidad, por supuesto.¡Qué sería de los humanos sin los dioses! Un horror. Pero no me extraña que seáis los últimos. Y no, no te preocupes, hermano Bernardino, no se robará nada, Phineas nunca sustrae nada, verdad amiguito? -si acaso lo pide prestado, se dijo.

Al llegar a su celda, se giró hacia el áspero Bernardino -¿El joven Abel no dejó una nota o algo? Los suicidas lo hacen. ¿No te hablo nunca de sus pensamientos y qué le atormentaba? Ainsss…que me viene la llorera.

Erika no pudo contener las lágrimas, así de sensible era ella, comenzó a llorar desconsolada.- Rezaré antes…snif…de la cena…Elevaré mis plegarias a Amateratsu…sinff… para que lo acoja en su seno. -Sacó un pañuelo arrugado en mil dobleces, limpio, lo extendió y se moqueó sonoramente para luego apoyarse en Ordock y soltar sus lágrimas sobre la ropa de su amigo.

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03/12/2019, 09:12
Ordock Pae

Erika es tan... - Pensó Ordock mientras notaba el cálido roce de su piel allí donde no tenía armadura. - ...maravillosa... 

El paladín posó dulcemente su mano sobre el rizado cabello de la joven. Nunca antes la había tenido tan cerca y su corazón se disparó. No podía negar que sentía algo por aquella mujer con la que compartía además del duro viaje hacia lo desconocido en el que estaban inmersos, diosa matrona. Tuvo que cerrar los ojos y concentrarse para evitar que la tentación que aquella joven suponía para él, no derivase en un problema en la entrepierna. Por suerte, la coquilla disimularía el efecto en cualquier caso.

Si, un suicidio siempre es un hecho terrible. - Afirmó Pae mientras abrazaba con su otra brazo a la joven y le acariciaba la espalda tratando de reconfortarla, lo que le provocó una severa hinchazón que ya no pudo reprimir. - Más siendo una alma joven es una tragedia y un hecho terrible. - Ordock se estaba repitiendo. Lo cierto era que lo menos que podía hacer en esos momentos era pensar, pues su sangre estaba concentrada toda en la cabeza, pero no la que tenía sobre los hombros. - Creo que será mejor descansar un poco antes de la cena. - Alcanzó a decir. - Tengo ganas de quitarme ésta armadura y ponerme algo más cómodo...

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03/12/2019, 12:28
Phineas Logbook

Phineas puso cara de circunstancias ante los detalles de la muerte del Hermano Abel, siempre era malo que un joven muriese pero cuando había llegado al extremo de quitarse la vida resultaba trágico. Más aún teniendo en cuenta su oficio y especialmente si era tan bueno como decían.

El mediano asintió con cara seria ante la reconvención del hermano Bernardino - Me ofende usted Hermano, jamás osaría dañar un libro, sepa usted que provengo de Libroburgo y pertenezco a la prestigiosa familia Logbook, nuestra vida está dedicada a la lectura y cuidado de los libros. - abrió cuidadosamente el libro y miró la primera página - hermosa caligrafía, debo felicitarlo, ¿es copia fiel del original o habeis imbuido la letra con algo de vuestro espíritu? - el mediano esperó la respuesta mientras cerraba el libro y luego preguntó - ¿Podría acompañaros, o visitar más tarde el scriptorium? siempre quise visitar el lugar donde los libros se reproducen... - miró el piso con un poco de vergüenza - Lo cierto es que por mucho que nos dediquemos a cuidar los libros y a difundir sus historias, nunca hubo en la familia nadie con el talento ni la paciencia para hacer el arduo trabajo de un copista. Realmente vuestro dios os debe haber dotado de especial paciencia para soportar tan dura labor.

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03/12/2019, 16:33
Karel Drûm

A Bernardino le mudó la cara nada más salir al pasillo. No me gustaba ese hombre, que reprimía su verdadero yo delante del abad para luego descargar su ira sobre un pobre mediano.

-"Tranquilícese hermano Bartolino, nuestro pequeño amigo no hará nada que os disguste. Yo mismo me encargaré de vigilarle."

Al llegar a las celdas, Erika volvió a hacer gala de su poco tacto y le preguntó al monje por Abel 'el suicida'. Mientras hablaba se puso a llorar y se abrazó a Ordock, el cuál se puso algo nervioso... según mi impresión. Pese a ser moreno, juraría que se le habían saltado los colores de la cara, encendiéndosele las chapetas.

-"Bueno, bueno. Dejemos de atosigar a preguntas a nuestros humildes benefactores, ya habrá tiempo para eso en la cena. Recojámonos en nuestros aposentos y descansemos un poco del viaje. Aseémonos y pongámonos ropas limpias. ¡Y nada de armas encima! Dejarlas en vuestras habitaciones."

Miré con el ceño fruncido a Phineas.

-"Y nada de deambular por ahí tú sólo. Si quieres dar un paseo, me avisas."

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03/12/2019, 21:59
Hermano Bernardino

El hermano Bernardino bufó como un gato enfurecido antes de contestar a Erika de forma cortante

"Nuestro señor trae consuelo al desvalido, alimenta al hambriento y libera al oprimido. No es un camino para almas sensibles, no todos los días son alegres pero basta con mirar la sonrisa de un hermano que sufre cuando nuestro señor lo abraza para que todo valga la pena. " Tomó aire e hincho el pecho ligeramente mostrando orgullo antes de decir "Seremos los últimos pero seguiremos cuidando de toda la gente en apuros que llegue hasta nuestra abadía hasta el final."

Al ver como Erika lloraba por la memoria del hermano Abel el encargado del scriptorium se relajó y volvió a adoptar un gesto contrito y dolido

"No dejó ninguna nota y no tenía motivos para hacerlo. Tenía talento, era querido por sus hermanos y tenía un brillante futuro. Que le pudo pasar por la cabeza?, No lo sé. Siempre había sido muy recto, de una disciplina y moral incorruptible" suspiró y negó con la cabeza antes de decir "ha sido una desgracia y solo espero que nuestro señor, Amateratsu o cualquier Dios le de consuelo a su a alma. Espero que sigan el consejo del abad y no comenten esto con el resto de hermanos, solo el tiempo curara las heridas y nos iluminará, el tiempo y la oración. Os agradecemos que recéis por nuestro hermano sacerdotisa de Amateratsu, de corazón" El hombre se tocó el símbolo sagrado y se lo llevó a la frente en señal de saludo a Erika.

Después del sufrimiento de Erika no fue capaz de enfadarse con Phineas pero lo miró serio mientras le decía

"Las copias deben ser fieles siempre para que las nuevas generaciones conozcan la sabiduría de antaño, sin contaminaciones ni errores. Es nuestro trabajo, no siempre es grato, pero estamos acostumbrados a la vida simple. Desgraciadamente el scriptorium está reservado a los hermanos copistas y ni siquiera el resto de hermanos puede entrar. " Lo volvió a mirar con severidad y le dijo "Lea el libro, respételo, y si le gusta mañana le traeré el segundo volumen a cambio. No conozco nada de los de su especie" dijo mientras recorría su pequeño tamaño con ojos curiosos "pero si conozco el amor por los libros."

Comenzó a abrir las puertas de las celdas y se despidió de ellos mientras se dirigía a sus quehaceres. Tendrían que esperar al tañido de la campana para poder cenar algo después de tan largo día

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03/12/2019, 22:36
Director

La celda era pequeña pero al menos el camastro no era incómodo del todo y sobre todo estaba limpio. Habían dormido en sitios peores que aquel, posadas llenas de pulgas y caminos pedregosos no les eran extraños así que recibieron el cambio con cierta alegría. Cada uno de ellos aprovechó esos momentos de paz a su manera hasta que la campana resonó 2 veces lúgubremente. Pocos instantes después el hermano Bernardino llamó a sus puertas y encabezó la marcha en silencio hacia el comedor.

Allí estaban ya todos los monjes esperando sentados en torno a una mesa larga. Las miradas de curiosidad de los monjes volaban hacia ellos y alguno hasta llegaba a sonreirles animándoles a sentarse entre ellos. A la cabeza de la mesa estaba el Abad Anselmo y el hermano Bernardino se sentaba a su lado. Los únicos sitios libres estaban al final de la mesa y allí les esperaban platos de una sopa caliente y espesa que olía a gloria desde la puerta. El abad asintió y todos los hermanos empezaron a comer en silencio mientras con un ademán les invitaba a sentarse en sus sitios. Un novicio de pelo corto y mirada vivaz se levantó de la mesa sin tocar su plato y se dirigió hacia un grueso libro. Con voz aniñada empezó a leer los preceptos de Ilmater en una cantinela de cadencia lenta y soporífera.

Sopa, panecillos calientes y vino aguado, esos eran los manjares frugales que les ofrecerían esa noche. Aunque a cambio tendrían que escuchar aquel sermón infumable.

Notas de juego

esos

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04/12/2019, 08:20
Erika de Gulles

En su celda humilde Erika se sintió más serena. El abrazo del amable Ordock la reconfortó y alivió de la momentanea tristeza causada por la trágica muerte del joven monje. 

Se cambió de ropa, dejó las armas en el baul y la capa a un lado colgada para que se secase. Qué carácter más áspero el de Bernardino, somos los últimos y bla, bla, bla...Y luego va y dice que Abel no tenía motivos, no, qué va, se levantó ese día y dijo: me aburro,  voy a ver si puedo volar. Qué tontería...Al menos conoce a Amaterasu y al final Bernardino resultó amable. Debe sufrir mucho por la pérdida de su amigo. Pobre. 

Una vez aseada, cambiada de vestido y dejando atrás estas reflexiones, dedicó un tiempo a orar a su bondadosa diosa y a rogar por el alma de Abel. Poco tiempo, eso sí, su estómago reclamaba atención y alimento. 

La verdad es que Erika entró casi corriendo en el comedor,  se dirigió al lugar indicado en la mesa, cogió su plato de sopa- ¡Sopa calentita! ¡Huele de muerte! Qué apetitosa. - Y no se quedó ahí sino que aceptó la invitación de los monjes y tomó asiento entre dos de ellos, haciéndose hueco con gracia y vitalidad. Quería conocer gente. 

-¡Gracias! Humm,  qué olor tan rico. Mis tripas rugen, jaja. ¡Y panecillos! - Agarró uno y le dio un mordisco- humm, bueno, bueno, ¿de qué es la sopa? Soy Erika, clériga al servicio de Amaterasu,  la Caritativa y Bondadosa. ¿Me ponéis un poco de vino? Gracias! ¿Cómo va vuestra vida aquí? ¿Qué hacéis para entreteneros? En mi monasterio jugábamos a contar historias, a correr,  y a trepar por los árboles. Soy una experta, jaja.

Se lanzó sobre la sopa, sonriendo aquí y allá,  guiñando un ojo a sus amigos, y escuchando el sermón hasta que se le hizo insufrible. -Jo, yo también estoy tentada de cortarme las venas- soltó a la ligera- ¿No cantáis, como nos dijo el hermano Anselmo? Puedo hacerlo yo.

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04/12/2019, 10:11
Karel Drûm

Al llegar a mi celda, miré a Bernardino y le pregunté dónde podía asearme. Él me señaló una jofaina y una palancana que había encima de la cómoda. Entré y empecé a quitarme la cota y a apilarla en un rincón. Apoyé el hacha y el escudo sobre la pared. La mochila con el resto de cosas también se quedaron tiradas a los pies del camastro. Cojí la jofaina y eché agua en la palancana. De la mochila saqué un cachito de jabón, me desnudé y empecé a asearme. Cuando terminé, el agua era más oscura que el petróleo. Me puse ropajes limpios y me escondí la daga, bien camuflada, en la bota derecha. Al rato, salí al pasillo y me aventuré un poco hacia el cuarto de Phineas. Quería asegurarme de que ese granuja me había hecho caso y no se había ido por ahí sin avisarme. Antes de llegar, repiquetearon dos veces las campanas. Eso significaba comida y mi tripa gruñó de satisfacción en consonancia con las campanadas. Di media vuelta y me dirigí al comedor. Al llegar vi a Erika ya sentada, con lo que me fui al final de la mesa que era donde había sitio libre. La comida era muy frugal, pero el aroma hizo que se me hiciese la boca agua. Tras dar las gracias a los monjes que tenía al lado, empecé a comerme la deliciosa sopa y varios panecillos a la vez. Del vino estaba dando buena cuenta también. 

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04/12/2019, 10:49
Ordock Pae

Orock agradeció un poco de intimidad en su celda. Lo primero que hizo fue quitarse la pesada armadura que portaba desde ya no recordaba cuando. Su piel estaba arañada por el roce del metal y amoratada en algunos puntos. Aquella armadura le protegía en caso de combate, pero también era duro viajar con ella. Era de agradecer encontrarse al fin en un lugar en el que poder prescindir de ella, al menos para la cena y para poder descansar un rato.

Se tumbó en la cama. Le hubiera gustado lavarse, pero estaba realmente agotado y no pudo ponerse en pie. Se quedó dormido y entró en un profundo sueño. Un sueño reparador, que no obstante duró bien poco, pues las campanas repicaron dos vces despertándole sobresaltado.

Ordock se puso en pie enseguida, pues no quería llegar tarde a la cena. No obstante, se lavó un poco con una toalla y agua y se visitó con un traje ancho de color blanco y con los puños bordados en hilo dorado. Con aquella lujosa vestimenta de personó en el salón donde iba a tener lugar la cena y saludó a los monjes uno por uno con un leve asentimiento de cabeza e hizo lo mismo con sus compañeros de viaje.

Creo Erika, que ellos prefieren el silencio durante la cena... - Le sugirió. - Su casa, sus normas. - Añadió con una sonrisa.

La cena era ligera, pero el caldo de la sopa no solo alimentaba, sino que también calentaba el alma. El pan era rico, aunque le hubiera gustado acompañarlo con algo de queso. Y el vino... ¿Qué decir del vino? Desde luego había probado mejores y menos aguados, pero no iba a quejarse, al fin y al cabo eran invitados.

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04/12/2019, 11:00
Director

Notas de juego

Los que no hayáis posteado o si lo véis hacedme una tirada de inteligencia. Recordad, se rita 1d20 y el resultado debe ser menos o igual que vuestro atributo de inteligencia

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04/12/2019, 11:13
Karel Drûm
- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: INT

Tirada: 1d20

Dificultad: 11+

Resultado: 2 (Fracaso) [2]

Notas de juego

Hecha.

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04/12/2019, 11:22
Ordock Pae
- Tiradas (1)

Motivo: Inteligencia

Tirada: 1d20

Resultado: 7 [7]

Notas de juego

Prueba superada!

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04/12/2019, 11:32
Director

Entre todos los monjes que comían en silencio una figura les llamó la atención especialmente. No habían reparado en él en un principio por tener la capucha bajada y mirar hacia abajo pero una de los monjes no era igual que los demás. Era un ser con rostro deformado y grotesco, con la espalda cargada de tal modo que se podía ver sin dificultad su joroba. No levantaba los ojos de su plato y por el comportamiento del resto de hermanos de la comunidad era uno más entre ellos.

Los caminos del señor son inescrutables e Ilmater parecía haber puesto a prueba a aquel monje enviándole esa cara. Ni un incendio ni un hechizo parecían los culpables de su mal y era difícil pensar en un pecado tan horrible como para que aquel ser se hubiera merecido eso.

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04/12/2019, 11:56
Erika de Gulles
- Tiradas (1)

Motivo: Inteligencia, lo pide el dire

Tirada: 1d20

Dificultad: 11-

Resultado: 3 (Exito) [3]

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04/12/2019, 13:31
Phineas Logbook

Phineas se despidió del hermano Bernardino con unas últimas palabrae. - Oh no, no me refería a cambiar las palabras, sólo a la caligrafía en si misma. Una pena lo del scriptorium, y descuide que cuidaré del libro como si fuera mi propia vida. Si os apetece luego os contaré sobre los medianos. - luego entro a su celda y agradeció que los humanos fueran tan grandes, sus camastros eran como camas matrimoniales pero sin la parte del matrimonio.

Cuando cerró la puerta dejó el libro sobre la mesa y luego se dedicó impacientemente a su aseo. Afortunadamente el agua de la jofaina resultó suficiente para limpiar sus partes más olorosas una vez que la armadura y las ropas gruesas quedaron sobre el piso. Una vez que se puso una camisa y unos pantalones límpios miró el libro sobre la mesa y el montón de ropas húmedas, y bufó, colgó las prendas para que se secasen y se preguntó cuando podría lavarlas. Luego guardó la mochila, la armadura y las armas en el cofre y se sentó a la mesa con el libro y el cuaderno de anotaciones, el hermano Bernardino había sido claro en que no aceptaría anotaciones al margen del libro. Estaba a punto de abrir el libro cuando vió el agua de la palangana sucia, por lo que se paró y la vació por la ventana, si le llegaba a dar sed mientras leía... prefería no pensar en lo que había pasado la última vez que había tomado agua sucia y jabonosa.

Cuando sonaron las campanas levantó la vista de la mesita, su estómago volvió a la vida y protestó ante la interrupción, Phineas reconvino a su órgano más ruidoso y terminó de leer el capítulo. Colocó el marcador en el libro y sonrió, era una buena historia y había anotado al menos una docena de lugares interesantes a visitar en tierras orcas... si alguna vez decidía hacer el viaje. Calculó que le tomaría otra hora terminar de leer lo que le quedaba, un buen plan para despues de la cena.

Cerró el libro, lo dejó bajo la almohada, y tras guardar su diario en la mochila se dirigió al comedor guiado por el aroma de la comida. Todos sus compañeros estaban allí y se sentó junto a Karel a tiempo de escuchar el inicio de la lectura... y la propuesta de Erika. Si Phineas no escupió la sopa, fue porque no tenía nada en la boca, la carcajada del mediano duró medio instante, lo que tardó su mano en taponar su boca. Pero fue suficiente com para que los más cercanos lo mirasen desaprobadoramente. Pensó en disculparse, en decirles que no se reía de las enseñanzas de su diosa sino del poco tacto de Érika, pero luego pensó que su compañera de aventuras se ofendería. Seguramente  Don Rectitud saltaría a apoyarla... aunque no fuera el tipo de recto apoyo que el paladín quería darle a la clériga. El enano siempre estaba vigilándolo y sospechando de él... si todos se ponían en su contra lo echarían de la abadía y él tenía un libro que terminar. Optó por bajar la mirada y murmurar un - Perdón - mientras se concentraba en la comida. 

- Tiradas (1)

Motivo: Int

Tirada: 1d20

Dificultad: 9-

Resultado: 7 (Exito) [7]

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04/12/2019, 22:21
Director

El abad los había mirado aprobadoramente al ver que no llevaban armas mientras que los monjes que inicialmente no habían prestado especial atención a los invitados empezaban a sentirse inquietos por su presencia. Las miradas reprobadoras que le dirigían hacia la clériga de Amateratsu no parecían ser captadas por ella, y seguía desplegando su verborrea independientemente de las miradas de los monjes. Pregunta tras pregunta todas fueron recibidas con miradas desaprobadoras mientras que el pobre novicio, poco acostumbrado a que alguien hablara durante las letanías, empezaba a equivocarse y trabarse en su lectura.

La situación se estaba volviendo algo tensa, a pesar de que Erika no parecía darse cuenta de ello, pero todo se agudizó en cuanto Erika habló de cortarse las venas en presencia de los monjes. Las miradas de los monjes se centraron en Erika y el novicio se quedó en silencio, pálido como si hubiera visto un aparecido, mientras miraba en dirección al abad en busca de orientación en aquel momento de dificultad. Tampoco ayudo en demasía la carcajada rápidamente sofocada de Phineas, que recibió las mismas miradas de reproche de los monjes. La situación había cambiado y los monjes se veían inquietos y molestos, mirando alternativamente al abad, al hermano Bernardino y a los invitados, incapaces de salir de esa situación.

Fue el abad el que se levantó y dijo

"Hermanos, nuestro señor nos inculca el perdón a los pecadores por grave que sea su pecado. Lavaremos nuestro cuerpo y nuestra alma y nos entregaremos gozosos en oración a Ilmater el bondadoso, el roto, el libertador."

Esa frase fue suficiente para que todos los clérigos se levantaran y dejaran los platos tal y como estaban para formar dos filas paralelas detrás del abad. El abad empezó a cantar una canción hermosa sobre el perdón del pecado que fue seguida de forma armoniosa por el resto de los monjes mientras salían por la puerta en dirección a la iglesia. No los habían invitado a participar pero tampoco les habían prohibido hacerlo, aunque estaba claro que hablar con frivolidad del pecado del suicidio, más después de lo que había pasado con el hermano Abel, había afectado a la paz de aquella pequeña comunidad.

 

Notas de juego

Bueno...Erika ya la ha liado, cual va a ser vuestro siguiente paso XD

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05/12/2019, 08:19
Erika de Gulles

Erika tardó en darse cuenta de la verdad sumergida en las proféticas palabras de Ordock. Se contuvo un poco tras escucharle pero las risas de Phineas la animaron de nuevo. No fue consciente del posible contenido  irrespetuoso e inoportuno de su comentario,  ella pensaba algo y ¡zas!, las más de las veces lo hacía o lo soltaba sin filtro ni meditar sobre las consecuencias de sus acciones. 

Si se calló un momento fue cuando reparó en aquel pobre desgraciado monje tullido,  feísimo y jorobado. Torció la boca en una mueca de sentida pena, "pobrecito". Entonces este se puso en pie, Erika se alarmó, creyendo que notaba su mirada, pero no fue eso; todos se levantaban y marchaban cantando, aparentemente ofendidos.

Erika paseó la vista, perpleja y avergonzada, del grupo de monjes a sus amigos- Lo siento, lo siento. ¡No era mi intención! Pero...pero si ellos nos invitaron a su mesa. ¡No he hecho nada malo! Solo fue una broma, se me ¡escapó! Qué sosos. No es para tanto, ¿no?

Decidió enterrar su cabeza en la mesa, se encogió de hombros, con un trozo de pan en la boca a medio morder. Observó de soslayo a los monjes, y cogió los dos platos adyacentes de sopa, los vertió en el suyo, mojó un pedazo de pan- Tengo hambre –murmuró- Amaterasu recomienda un cuerpo saludable,  bien alimentado,  donde acoger a nuestra alma incólume y sana. ¡Y no me miréis así!- añadió, agraviada y torturada por esos ojos inquisitivos.