Partida Rol por web

Todos los Orcos Deben Morir (EJDRDLSP)

4. Encarcelados

Cargando editor
30/09/2013, 12:42
Director

Los orcos os arrollan sin mucha ceremonia. Algunos logran captar la indirecta sobre que hay que tirar un solo D6, y se cargan aproximadamente una treintena de orcos. Otros directamente lo hacen mal. ¿Podrían haber sido utilizadas sus tiradas para contar como heridas, ignorando la segunda? Si, podrían. Pero permitidme que Gene Wilder, en su magnífico papel de Willy Wonka, exprese mi postura.

Por tanto, pese a vuestros heroicos esfuerzos, recibís unos buenos cachiporrazos represivos. Y como ninguno tiene DNI para identificarse, sois consecuentemente llevados a la trena para vuestra identificación. La brutalidad policial es una cosa que se lleva por parte de los orcos, y lamentablemente para varios, hay bajas en el transporte. Hoskitar, Klint, Malanor y Ezio acaban tristemente en el depósito de cadáveres. Que sus almas alcancen el goce del que no pudieron disfrutar en vida.

El resto sois encerrados en frías mazmorras después de un largo traslado. Tanto lo que habéis visto durante el viaje como la verdosidad de la población local os hace sospechar que os encontráis en la capital Orca. Según parece no hay mucha gente por aquí... Y los que quedan son niños o ancianos. Es de suponer que el enorme ejército verde está en el extranjero arrasando, e incluso los propios guardias que os han escoltado abandonan el lugar. 

La escena queda entonces dispuesta de la siguiente manera: Los valientes héroes recuperan suficientes fuerzas para levantarse, y se descubren atrapados en pequeños grupos. Ante, Asier y la Seta están en una de las mazmorras. Hela, Terroncito, Ama Chirly y Bang Pirox están en la adyacente. Y por una mezcla de absurda estupidez orca y suerte acojonante, El buey, Armando y Huracano acaban encerrados en la enfermería penitenciaria. 

Desde vuestras respectivas posiciones, podéis ver una enorme figura bicéfala, que se hurga las dos narices a dos manos. Según parece, la cárcel está bien guardada.

Notas de juego

Empezando por el recuento de heridas, todos recibís una. Los motivos son variados, desde no postear hasta vuestras propias peleas internas, pero con la de orcos que han sobrado da un poco igual. Sin embargo, los que han acabado en la enfermería gastan todos los recursos médicos y recuperan su salud. Ama, Armando y el Buey están, técnicamente, intactos. Muy deus ex machina todo. 

La marcha de los orcos de la anterior escena os deja en una situación muy cómoda. Nada más hay un enemigo en la sala. El problema está en que es un gigante de dos cabezas. Cada cabeza cuenta como un orco cabronazo, lo mismo que el cuerpo. Eso nos deja en que el bicho en total tiene 9 heridas. Pero eso os da un poco igual a no ser que lleguéis hasta el.

Las tres celdas en las que os encontráis (la enfermería también está cerrada) os separan del gigante y de la salida. Para poder escapar de las mismas tendréis que abriros paso a través de ellas. Ya vayáis por las paredes o por las puertas, tendréis que realizar el equivalente a 5 heridas si queréis abriros paso. A no ser que estéis ya fuera, solo podéis atacar vuestra celda o entre vosotros. Una vez hayáis escapado, podéis tanto combatir con el gigante como romper otra de las celdas (o seguir luchando entre vosotros). 

Dos últimas notas: Recordad que las tiradas han de consistir en un solo D6, repitiéndose si se saca 6 natural, y añadiendo +1 si se usa un objeto. No hay enemigos pequeños. Y por último, si tenéis dudas, preguntad en el Off antes de lanzaros a cagarla. La ineptitud será ignorada.

EDICIÓN: Por una mala interpretación del orden de los puntos en la crítica, el orden final de los jugadores varía. Huracano queda técnicamente resucitado, al contarse entre los suertudos de la enfermería. Ama Chirly, en cambio, pasa a la mazmorra de Hela, Terroncito y Bang Pirox, y no recibe curación este turno. La dirección lamenta los inconvenientes que este malentendido haya causado, y promete que los culpables serán castigados.

Cargando editor
30/09/2013, 17:28
El Buey

Los esfuerzos del Buey no habían sido suficientes para acabar con las hordas orcas. Sintió un fuerte golpe en la nuca que le hizo caer al mugriento suelo. Afortunadamente, la capa de grasa que acumulaba en la chepa amortiguó el golpe y sólo tenía unas pocas magulladuras. Aunque no era inteligente, tonto no era, y tenía un gran sentido común, adquirido , como ya había comentado con anterioridad, a base de "ensayo y error", por lo que se hizo el inconsciente. Notó como lo ataban de pies y manos a su cayado y lo llevaban colgando como si fuera un jabalí.¡Qué maravilla no tenía ni que andar! Con un ojo abierto y el otro cerrado iba observando el camino y a sus captores.

¡Qué raza más grotesca, una aberración que sólo merece la muerte!

A su llegada a la capital orca, las prisiones abarrotadas, hicieron que lo encerraran en la enfermería, junto con otros dos valerosos guerreros de la cruenta batalla de la taberna. Los Espíritus lo habían querido así y, El Buey, daba gracias por ello. Una vez liberado recuperó su cayado, que los estúpidos pieles verdes pensaban que era un simple palo. Tenía las muñecas y los tobillos doloridos por el roce de las ataduras, pero básicamente se encontraba bien. Había corrido mejor suerte que otros.

Echó un vistazo por la rejilla de la puerta y un enorme monstruo tapaba la salida. ¿Cómo harían para salir de allí? Los Espíritus de la Naturaleza estaban lejos ahora. El fuerte oso, el astuto zorro, la esquiva comadreja, todos ellos no tenían poder aquí, en la capital orca, donde toda la naturaleza estaba muerta.  Sin embargo, todo ser vivo, era parte de la Madre y lo que El Buey sí sentía era la presencia de pobres almas en desconsuelo pululando entre las paredes de la prisión. Se bebió todo el frasco de lubricante rosa que había recogido en la taberna.  Con su poder ahora los veía. Los espíritus de los muertos se hacían más y más visibles a medida que el frasco de magia concentrada hacía su efecto. Eligió el que más vulnerable le parecía. El espíritu de la enfermera orca, cuya vida había sido truncada allí mismo, en la enfermería, violada por el monstruo de dos cabezas enloquecido por su sexy vestido que no dejaba nada a la imaginación.

El Buey había entrado en trance, logrando hablar con ella.

- ¡Ahhhh ostia puta!Sé que estás encerrada aquí desde que pasó aquella monstruosidad.¡PUAG!- Al Buey le salían espumorosos esputos por la boca, que chocaban con la máscara rebaslando por el interior de ésta hasta el cuello.- Yo puedo ayudarte a seguir tu camino hacia la LUZ. - Mintió el Chamán, pues sabía que para una orca sólo cabía la oscuridad.- Sólo la venganza te abrirá camino. Dime cómo salir de aquí y nosotros mataremos a ese cabrón bicéfalo.

El espíritu de la orca enfermera, cansado de vagar por los muros de la prisión, no dijo nada, pero señaló una pequeña roca suelta en la pared. El Buey se acercó lentamente, quitó la piedra y encontró una llave.  Cómo había llegado esa llave allí,sólo la orca lo sabría.  El Buey despertó a sus dos compañeros y con la llave abrió la puerta sin hacer ruido.

- Valerosas damas Las damas primero.- El Buey no identificaba claramente al caballero, pues olía a hombre en lugares donde debía oler a mujer y viceversa, así que pensaba que era mujer. El otro ser tampoco sabía identificar qué coño era.- Ahora es vuestro turno. 

- Tiradas (1)

Motivo: Medium

Tirada: 1d6

Resultado: 4(+1)=5

Notas de juego

Utilizo las cinco heridas para abrir la puerta.

Editado: Ni puta gracia me ha hecho tener que editar el post por culpa de la incompetencia de los críticos.

Cargando editor
30/09/2013, 23:11
Ama Chirly

Digamos que, en pocas palabras, el viaje de Ama hasta la cárcel fue movido. Después de luchar ferozmente contra los orcos y hacerse amiga de los jabalíes, los orcos empezaron a acorralarla. Eran muchos, demasiados.

Alguno debió darle en la cabeza con algún garrote o algo parecido, porque sintió un golpe en la cabeza antes de empezar a marearse. Cuando se dio cuenta, estaba atada de pies y manos, mientras era azotada cruelmente por un orco musculoso y de pelo en pecho. ¡Ah, sí, lo de movido! Bueno... ¿cómo explicarlo? Resulta que, en vez de utilizar la calzada general, usaron uno de esos caminos secundarios, llenos de baches y charcos. Sería mejor no explicar cómo terminó su espalda y su estómago.

La lanzaron con fuerza contra el suelo de la celda, mientras ella se retorcía y gemía, intentando soltarse de sus ataduras. Cuando consiguió zafarse de las cuerdas, el pequeño Terrón había conseguido abrir la puerta. No sabía muy bien cómo lo había hecho, pero no era momento de preguntar.

-Hay que buscar al resto, solos no podremos contra él.-Dijo señalando al monstruo de tres cabezas que se veía al otro lado de la ventana y Hela buscaba entre los diversos residuos que había por la celda.

Se acercó a la primera puerta que encontró. Miró por la rendija y vio a Seta.

-Voy a intentar echar la puerta abajo-les dijo.

Agarró un tronco que los orcos utilizarían como banco, y lo utilizó como ariete contra la puerta.

- Tiradas (1)

Motivo: Lucha

Tirada: 1d6

Resultado: 2(+1)=3

Notas de juego

Estooo, no sé por qué esto sale aquí y nos mas abajo, bajo el post de Hela...

Cargando editor
30/09/2013, 22:55
Terroncito de Azúcar

Fue difícil no acabar en la boca de ninguna de esas malas bestias. Conocía el sabor de la cavidad bucal de mucha gente y sabía que la de los orcos era de las más desagradables, más incluso que las bocas de las ancianas desdentadas de la Chirla Reluciente. Así pues, antes de ser apresado, sacó un frasquito de colorante alimenticio instantáneo y temporal y se pulverizó con él, volviéndose de un poco apetecible color rosa.

Volverse de semejante color fue más de lo que pudo aguantar y se desmayó. Era un chico dulce pero no aguantaba lo cursi y el rosa fue demasiado. En tal estado, todo lo que ocurrió en el viaje hasta la capital orca quedará en un nimbo al cual prefiero no acceder.

¡Pero qué digo! Relataré algunas de las cosas que le ocurrieron mientras estaba inconsciente. Al fin y al cabo, Terrón es nuestro protagonista.

El primer orco en recogerlo le pegó un lametón, a causa de ello le salieron unos granos en la zona inferior antesala de los palacios blancos y vulgarmente conocido como pompis. Sí, al orco le salieron hemorroides.

El segundo en recogerle del suelo se dedicó a botarle contra el suelo, creando una serie curiosa de sonidos que denominaremos "Azúcar en Re Mayor". ¿Como fue capaz de botar un terrón de azucar? No lo sé, pero juro que ocurrió. Aquel soniquete granjeó al orco un merecidísimo laúd de oro por su performance y acabó como politono en la mayoría de los móviles de las pijas orcas.

Otro de los orcos en cargar con él durante un breve trecho lo usó para rascarse la espalda. Un goblin comerciante que paseaba cerca de la comitiva vio tal acción y tuvo una gran visión de futuro. A los dos meses ese goblin sacó a la venta algo que patentó con el nombre de "rosa granulosa" y serviría para rascar la espalda de reyes y princesas de todos los reinos.

Ya en la celda, tras haber pasado por tantas manos, garras, pezuñas y otras extremidades, nuestro Terrón volvía a ser de color blanco. O como diría yo, pseudo-blanco, porque me niego a ponerle marrón con manchas de distintos colores por todas sus vivencias anteriores.

Estaba acompañado por la amazona, Hela y el vampiro. La verdad que no podía haber elegido mejores compañeros. A esos tres si que les dejaría chupar un poco de azúcar. Y si pudiera, a los tres a la vez. Les daría un subidon que ni con toda la droga de los siete reinos.

Pero volvamos a la narración. Nuestros personajes tienen que salir para poder avanzar. ¿Como hacerlo?

Ya lo sé, dijo Terrón levantando una mano. Una gran llave se materializó de la nada. Podría haberla moldeado a partir de su propio azúcar y los restos que había en el orinal, pero preferimos no ser muy escatológicos.

Con llave en mano, se dedicó a golpear el muro. Poco a poco, como una gota de agua va desgastando un terrón de azúcar, Terroncito consiguió abrir una fisura lo suficientemente grande como para que los cuatro pudieran salir.

Haciendo una reverencia, permitió que sus acompañantes saliesen primero.

- Tiradas (1)

Motivo: Llave vs Puerta

Tirada: 1d6

Resultado: 4(+1)=5

Cargando editor
30/09/2013, 23:36
Hela von Magik

Me levanto del suelo con un dolor de cuello asesino. Acostumbrada a esto, reviso mi ropa y me encuentro con que tengo más ropa que cuando empecé la noche. Los orcos no saben apreciar lo bueno. Sin embargo, el cubrenalgas de mi armadura había desaparecido, seguramente por algún orco que iría a venderlo a un "comprohierro". El señor que usó su lubricante para hacer magia (suena raro hasta mentalmente) había conseguido una salida. Pero tras asomarse, se dio cuenta de que tendrían que noquear al picoleto para poder salir.

Rebusco en los bolsillos de su túnica y saca el manual "Adventures for dummies", buscando la página de Mazmorras, celdas y cuartos oscuros; justo detrás de "Lord Varimathras, Lord Varimathras, un dragón negro se ha comido mis deberes."

"Siempre en la celda hay una ayuda y/o que el máster suele poner para que los personajes no mueran. A menos que sean botes o vasos con líquidos extraños dentro, o que tengas un máster que sea un cabrón hijo de mil padres. En ese caso, suelen ser trampas."

Registro la habitación y en una pared encuentro una extraña inscripción en la piedra:

"Heródoto de Halicarnaso presenta aquí los resultados de su investigación para que el tiempo no abata el recuerdo de las acciones humanas y que las grandes empresas acometidas, ya sea por los griegos, ya por los bárbaros, no caigan en olvido.

Aunque posiblemente, quieras olvidar algunas de las cosas que pasaron aquí. Sobre todo mientras estabas inconsciente. Ningún hombre es tan tonto como para desear la guerra, pero todos se pelearían porque el teniente Granporra muriera. No le llaman precisamente así por el arma. Dicen los sabios de la cárcel que debes alejarte de él si quieres conservar el culo entero, y los que no siguen mis consejos tienen problemas de eco, y no precisamente en la montaña. Por suerte, el tiempo no perdona y tiene problemas en las rodillas. Y recuerda, cuando te enfrentes con un luchador más fuerte que tú, deberás moverte más rápidamente que él. Y si te alcanza, que Dios te ayude..."

Como en una mala serie de anime, armada con el poder de la sabiduría, tendría que proceder a intentar atacar al teniente. Pero necesitaría un arma más fuerte que su bastón. Y vi un arma. Un arma tan a simple vista que los espectadores nunca se percataron de ella. Me estiro por los barrotes, subo la mano por encima de la foto de perfil y agarro el gancho de los dragones de Umbría. 

Preparada para la batalla, salgo de la celda y lanzo dados antes de atacar al tenitente. Feliz con mi cuatro.

-¡Es la hora de los chistes de ganchos! 

- Tiradas (1)

Motivo: "Fácilmente gancheable"

Tirada: 1d6

Resultado: 3(+1)=4

Cargando editor
01/10/2013, 11:05
Asier Von Paulus

Su intento anal no había dado resultado en contra de lo que cualquier persona con un mínimo sentido de la decencia, del humor y del gusto podría creer. En cualquier caso, ya no tenía remedio. A un héroe del Imperio, con un par de cojones como él y con subterfugios de toda clase y condición como había quedado de sobra demostrado, le habían atado como a una vulgar meretriz de burdel de las afueras de Nuln y se lo habían echado al hombro como un fardo hasta depositarle en el frío suelo de la mazmorra. Cuando lo hicieron, el Capitán miró con odio a su carcelero y se tiró un buen pedo que resonó en la estancia, señaló entonces al carcelero con su dedo índice y le dijo

- Pa ti

Una vez a solas, descubrió que estaba bien solo.. ¡Ah que no! que había dos bultos junto a él, dos despojos que no eran ni siquiera humanos.

Asier tenía poco respeto por la vida humana y ninguno por la que no era humana, así que cogió el bulto que tenía forma de Níscalo y lo lanzó contra la puerta a ver si había suerte y se rompía

- Si no pruebo tirando al otro - murmuró mientras giraba sobre sí mismo como un lanzador de martillo de Ostland.

- Tiradas (1)

Motivo: lanzamiento de Seta

Tirada: 1d6

Resultado: 4(+1)=5

Cargando editor
02/10/2013, 22:05
Armando Jaleo

Armando se despertó en una sucia camilla, por no decir "camastro repleto de pulgas y olor a secreciones orcas que animaban al vómito", de una desconcertante inconsciencia. Recordaba ponerse a bailar, cantar, una porra, un golpe, el hueco de un diente, un moco que salía disparado por el golpe...y nada más.

Parecía que estaban en una enfermería, por lo que Armando supo que podría sanar sus heridas y magullazos. Buscó entre los pocos cajones que sobrevivían en el mobiliario destartalado. Y la suerte le acompañó: encontró un paquete de tiritas de Hello Kitty que seguro le harían mucha falta...

Siguiendo las indicaciones de uno de los miembros del grupo, que le invitaban a salir de aquel lugar, se adentraron en el pasillo de aquel edificio carcelario, buscando una posible salida. Todo ello, murmurando una cancioncilla para mitigar su dolor en una de sus rodillas...

-Zana, Zanita, culito de rana, zi no cura hoy, curará mañana...Y que ze prepare er joputa que má roto la uña, que va a zabé lo que vale un peine!

- Tiradas (1)

Motivo: GPS bujarrón

Tirada: 1d6

Resultado: 5

Cargando editor
04/10/2013, 00:38
Seta

El evento no pilló al hongo de sorpresa. Como intuía, como los 100 goblins, que eran muchos, no los habían herido milagrosamente ese ser que llaman Dios, o sea, el dungeon master, creó 50 abogados joputas que finalmente se pusieron las botas hiriendo a troche y moche.

Andaba ahí en esos pobres pensamientos cuando Seta oyó un sonoro (si no fuera sonoro no lo hubiera oído) CRACK acompañado de un dolor de espalda. Y es que nuevamente había sido utilizado por objeto por alguien sin imaginación para hacer cosas que otros no han hecho ya antes. De buena gana hubiera vuelto a preguntar si se podían atacar entre ellos sin atacarse realmente... pero ya no habían abogados y ciertas criaturas le tacharían de pesado y de repetirse más que una fabada con morcón. Además, aunque se cabreara le serviría de poco... nadie le tenía respeto, como dice el dicho....

Luego recordó que no tenía huesos descubriendo que el origen del ruido no era otro que el de la puerta al abrirse y que había un monstruo enorme que al parecer los otros se encargaron de aniquilar. Seta, perdida, tuvo que decidir qué hacer antes de que viniera otro monstruo... podía ganarse el respeto de los demás atacando a otro de esos energúmenos (quien fue a hablar). Decidió pues consultarlo con su conciencia.

Le llegó primero el turno a su conciencia buena, que de no tener no tenía ni aureola.

-No me seas gañana, Seta... deja a esos pobres que mueran de muerte natural y que puedan ver al menos al afro-orco. Además, si les atacas, se defienden y te pueden hacer pupica.

Miró al otro lado para buscar el lado malo pero no lo vio. Es posible que el hongo fuera en esencia bueno o que no habían imágenes en Google para setas demonio...sea la causa cual sea decidió ser bueno.

-Vale, venga, espero...- dijo mirando un reloj de pared. Esperando que o bien pasara algo o su triste existencia llegara a su fin de aburrimiento (o por algunas causas más dolorosas y deshonrosas).

Y si la criatura no hubiera muerto aún seguro que el tiempo se encargaba de que sus heridas se infectasen o algo así, que jode más que darle el golpe de gracia.

- Tiradas (2)

Motivo: Esperar a ver qué pasa.

Tirada: 1d6

Resultado: 6(+1)=7

Motivo: Esperar a ver qué pasa.

Tirada: 1d6

Resultado: 4

Notas de juego

El más uno es el objeto reloj de pared.

Cargando editor
04/10/2013, 17:50
Huracano

Huracano estaba apoyado en una pared miraba tranquilo toda la escena un puto gigante como matarlo era la pregunta y no encontraba la respuesta aun que las veces que las voces en su cabeza que se hacian llamar criticos le hablaban dios le ponian tan mal la cabeza que pensaba con faltas tan grande como avia  de aver.

Pero no pasaba nada yo era asi un genio del mal del mal humor,del mal rollo y sobre todo de la mala ortografia pero cuando todos durmieran entonces si llegaría mi hora de hacer travesuras.

que que travesuras se preguntan las voces pues facil esperar y no matadme y la sabreis pero vamos a lo que ibamos que si no el puto gordo gigante este va a dar problemas haber si le convenzo pa que nos deje ir tranquilos de una vez y asi poder jugar al strepp poker con el gordo de la taberna.

Pero tenia un nuevo objetivo moriría por el bien comun moriria por joderlos a todos y moriria siendo feliz jodiendo a las voces de su cabeza.

Se hacerco a el puto gigante y le dijo:

-eh tu gordo de mierda,si tu el doble craneo,porque no nos haces un favor a todos y te abres de piernas para hacernos una salida hijo de puta.

Me acerco a mis compañeros y les digo:

-en que pensais chicos a que la proxima vez traeremos todos el d.n.i, por que una vez entras te bajan todas las causas y yo como que tengo un libro de causas mas grandes que la biblia y en la mitad de idiomas.

 

- Tiradas (1)

Motivo: convencer

Tirada: 1d6

Resultado: 6

Notas de juego

master ahi tienes un critico