Partida Rol por web

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Los protocolos del segundo droide en ingresar le hicieron considerar Tanis en la cercanía como la peor amenaza por ello, caminó un par de pasos en su dirección y disparó

Tanis sintió como le quemaba el disparo y rápidamente descargó un preciso golpe lateral al droide agresor...

Aelena permanece en posición guardia, previniendo el ataque del droide. A tan corta distancia, la joven piloto puede reaccionar antes de que el droide pueda fijarla con sus rutinas de punteria y no duda en aprovechar la ventaja que se le ofrece, lanzando una nueva patada giratoria, aprovechando el talon de su bota para causar el mayor daño posible.

¡Kia-he!"

A diestra y siniestra los golpes iban y venían. Tras un breve instante quedaba claro que los droides no eran a la altura de las circunstancias...Pero el encapuchado era otra cosa totalmente distinta. Incluso, a segundos de haberse desatado el pandemonium, mas de uno podría estar pensando en que aquél fuera mucho pasto para este bantha...

"Mierda, me van a agujerear"

La capitana Cassan hace un quiebro de cadera y agarra el cañon del blaster que porta el droide que esta frente a ella. Con su mano libre golpea el torso metalico a la vez que da un seco tirón con la mano con la que aferra el arma de la maquina de combate.

El sable del encapuchado hizo chispear al chocarse violenta y velozmente contra el de su adversario jedi, éste, con majestuosa soltura logró detener ambos golpes conservando un gesto socarrón en el rostro, casi divertido...

No se ve sorprendida por haberse deshecho del primer droide lo que le da la suficiente valentía para ir a por otro droide cercano al último del que se deshizo; sin pensarlo mucho lanza un primer disparo que deja a éste más que mal herido pero no quiere sorpresitas, así que impacta un segundo disparo contra él haciéndole esta vez todo el daño posible, terminando en un santiamén con la vida de aquel despreciable ser, al menos así lo ve ella.

-¡Mierda, debí hacer más caso de mi maestro!

Sus ápendices se mueven con lentitud, parece demasiado concentrada aunque la realidad es que está un poco sorprendida de sus movimientos. La adrenalina le hace ir a por otro droide pero su sentido común -al cual no hace mucho caso casi nunca- le dice que no es momento, debe pensar muy bien su próximo movimiento.

El droide al lado del encapuchado apunta y dispara a tanis, realizando tan mala ejecución de su disparo que impacta al droide que se encuentra atacando al piloto, con tal intensidad que casi lo destruye con una sola descarga...

Casi río al ver lo inutil de aquellos droides, tan temibles en gran número... Tan inefectivos induvidualmente... Golpeo para fulminar al desdichado y me propongo ir a por el de la derecha, pero tanto evidentemente no doy...

La cabeza del droide se desprende del cuerpo a causa del impacto de su compañero y luego el golpetazo del piloto... Cual chatarra, se desmorona cayendo al piso en un santiamén...

Sin decir palabra alguna, pues necesita concentración, la joven jedi suelta una serie de movimientos con el sable de luz que aprendió de su maestra.

Al parecer, Lyllian ejecuta el combo de fábula. Des de que empezó el entrenamiento con su maestra, la había admirado por su forma de utilizar el sable, ágil y potente a la vez. Una combinación mortífera, como acababa de comprobar su rival.

Aquella danza mortal supera la no poca habilidad del encapuchado en el manejo del sable. La habitaciòn se inunda con el rancio hedor a carne quemada y un gemido de dolor parte en dos la estancia...

La balanza se desequilibraba de manera vertiginosa, y ahora la situaciòn tan complicada para los pilotos no sòlo les es  faborable, sino que la mayorìa de los droides ha sido despachado, y el usuario de la fuerza ha recibido una considerable cantidad de daño...

El droide que hacìa de centinela en la puerta disparò a quemarropa contra la piloto ducha en artes marciales, mas poco pudo a causa de la diferencia con su contrincante... El vuelto, no serìa con confites.

A diferencia de Cherry, aprovecho para asediar verbalmente al presunto sith

Vamos, se cortez con nosotros, quièn eres? ¿Porquè los capturaste? digo al tiempo que vuelvo a atacarlo con velocidad  y destreza.

La nueva envestida del piloto jedi, ahora resulta efectiva y mortìfera, como si Lyllian le hubiera derrumbado las defensas...

El corte es limpio y cauteriza la herida de inmediato...

Acompañando al droide centinela, el tercer droide en ingresar a la improvisada celda dispara sobre un flanco de la dura piloto. El blasterazo impacta con fuerza rozando su hombro derecha, dejando uniforme y carne chamuscada...

Ahora la cosa parecìa volver a balancearse, màs el curso de la batalla estaba ya definido... La cosa era ahora, si los droides se llevarìan algùn piloto con ellos...

Uno de aquellos aparatejos apuntò lo mejor que sus sistemas rudimentarios le permitieron y disparò con eficiencia sobre el robusto piloto, dandole en la pantorrilla derecha, un doloroso y profundo impacto...

Una leve humareda inunda ya la la habitaciòn... No es otra cosa que el fruto de un frenètico combate. Una violenta escaramuza que amenaza con no durar mucho màs...

"Esta es la mia"

El olor a carne quemada llena las fosas nasales de la piloto de Naboo, que se sobrepone a la nausea sin demasiado esfuerzo. Con un habil movimiento, desarmo a uno de los droides con los que combatia y disparó al torso de la desafortunada maquina para, a continuación, dar un paso atras y disparar el blaster contra el rival que trataba de matarla.

El estres y el movimiento del combate habia desecho el moño con el que se recogia el pelo y unos rebeldes mechones de cabello rubio danzaban sobre la frente de Sly, dandole un aspecto sexy... y letal.

Maldiciòn, debo transmitir y huìr de aquì!

Piensa el encapuchado al tocar un brazalete y este comenzar a titilar en rojo... Luego intenta escaparse del combate y coje desprevenido a un Gon Ji Mad del cual se escapa, no si antes recibir un ataque... Pero Lyllian es otra cosa, sus avivados reflejos y su falta de palabrerìo le hacen reaccionar evitando que el otrora amenazador individuo escapara, so pena de quedar con las espaldas a merced del sàble de luz violaceo...