Partida Rol por web

pasados unos minutos, despues de que nuestros guerreros desaparecieran por los extraños portales que el juez dejo justo en frente de ellos...podeis ver como reaparecen justo en el centro de la plataforma de combate, pero esta vez....lucen algo diferentes, luego el Jues reaparece en escena...puf!...bienvenidos nuevamente finalistas...espero y hallan aprovechado el tiempo....dicho esto el juez levanta su gran hoz a los cielos, provocando que el clima cambie drasticamente, haciendo nubarrones de lluvia en lo mas alto del cielo...BUENO SEÑORES!!!! los espectadores esperan la esperada final....asi sin mas preambulos os desceo suerte...y que gane el mejor!!!!

Brim se presenta al combate de la manera más humilde posible: sin armadura reluciente o guadaña alguna, sino unas simples ropas de viajero y una vulgar daga. La mochila que lleva parece ir casi vacía, pues no abulta en demasía.

Sanuk inclina levemente la cabeza ante el saludo del juez. Luego el guerrero dracónico eleva la mirada al cielo y sonríe al contemplar los nubarrones que se ciernen sobre la arena.

-Un presagio de Ubtao, sin duda.

El joven semidragón porta la mismos pertrechos que en los anteriores combates: una reluciente armadura completa, un espadón engastado con runas y varias lanzas, incluso un mangual parece dibujarse en uno de sus costados.

Realizando el ritual al que ya tiene acostumbrado a los presentes, Sanuk se arrodilla e inicia un ligero murmullo en lengua chultiana a modo de plegaria a sus dioses, encarando uno a uno los cuatro puntos cardinales. Una vez ha finalizado, se pone en pie, mira a su oponente a los ojos y lo saluda con su característica voz cavernosa:

-¡Que la diosa fortuna reparta su suerte!

Brim, preparado para el combate, creía haber sido más rápido en reaccionar que Sanuk. Sin embargo, el semidragón había hecho un falso amago ante la señal del juez. Cuando ya iba a actuar, algo le distrajo unas milésimas de segunda. Poco tiempo, pero lo justo para que Brim fuese más rápido. El humano agradecía su suerte.

Brim da un paso de cinco pies hacia Sanuk, saca un pergamino de su mochila y lo lee. Tras ello, todo parece detenerse: el Universo entero se mueve mucho más lentamente que Brim...

Con el tiempo detenido, Brim da un nuevo paso hacia su rival, saca un pergamino y lo lee. Al tiempo que el pergamino arde en llamas, un inmenso ser infernal de más de 20 pies de altura aparece a la derecha de Sanuk. Humanoide en su forma, tiene alas y huele a azufre; en su mano derecha porta una inmensa espada, en la izquierda, un látigo que desprende llamas procedentes del mismísimo Abismo.

Brim repite sus acciones: paso hacia el rival, pergamino fuera y pergamino leído. En este caso, no hay ningún efecto visual aparente. Simplente, esa parálisis del tiempo parece prolongarse un poco más.

Brim sigue siendo el único capaz de reaccionar en este mundo detenido: avanza un nuevo paso, saca un pergamino, lo lee y, mientras se volatiliza, una enorme mano espectral aparece al lado de Sanuk, opuesta a la posición del balor.

Es un proceso ya mecánico: nuevo paso hacia el frente, extracción de pergamino y lectura del mismo. Esta vez, justo delante del semidragón, una espada incorpórea, que parece acumular energía arcana, aparece.

Otro paso más, otro pergamino, otro efecto: Brim comienza a parpadear.

Brim da un nuevo, pero hace algo novedoso: saca una poción y se la bebe, sin efectos visuales aparentes.