Partida Rol por web

Joey llegó al lugar señalado y a la hora indicada. Ese duelo era especial y lo sabía. El que ganase se iría con buen sabor de boca y el que perdiese se iría humillado. Obligado a saludar a su contrincante, inclinó la cabeza. Si no fuese por la obligación de buena gana habría lanzado el conjuro rápidamente.

Sacó la varita y se quedó mirando a Cassius con los ojos fijos. Sabía que Cassius era mejor mago que él. Pero no pensaba ponérselo fácil. Con golpearle y hacerle daño, Joey quedaría contento.

Cassius llegó al duelo prácticamente a la vez que Joey. Caminaba despacio, con una sonrisa curvada en sus labios, y se posicionó ante su rival, Joey. Cuando el Gryffindor le saludo, la respuesta de Cassius fue ampliar su sonrisa. - He disfrutado. - Susurró, como clara provocación.

En cambio, su saludo fue mucho más tenue, pero no por ello menos correcto. Bajó la mirada y movió la mano de un lado a otro lentamente. Tras eso, llevo la mano al cinto, sacando la varita moviéndola delante de Joey, como si se la estuviera mostrando, y se puso en guardia. - Las damas primero. - El susurro fue apenas audible. Es más, es posible que lo dicho se dedujera por la forma de sus labios al decir las palabras, más que por el sonido.

En cuanto se les dio la orden de que el combate podía comenzar Joey fue más rápido que Cassius y lanzó un conjuro potente que si salía bien, podría dejar a Cassius fuera de combate en el primer turno. Sin embargo los nervios le traicionaron y aunque el conjuro salió, no fue tan potente como Joey esperaba. Había dos estrategias posibles para comenzar y Joey intentó la más rápida. Quizá eso jugase en su contra.

-Terrum fulminis Cassius. Conjuró frente a su rival.

Joey fue más rápido. Cabe decir que a pesar de que Cassius no se esperaba que Joey fuera tan rápido, no mostro sorpresa ni emoción alguna, se limitó a observar como la tierra marchaba hacia él y en el último momento, dio un único paso atrás, librandose del golpe por muy poco.

Después, apunto a Joey con su varita sin borrar la sonrisa de sus labios. - Morfetium. -

Cassius habia tomado la otra opción y resultó ser más efectiva que la de Joey. El muchacho quedó rendido al sueño en pocos segundos.

Erasmus hizo su aparición tras utilizar un traslador, inundando el terreno del torneo con un empalagoso perfume a rosas, el profesor vivo... de Historia de la Magia solía vestirse como un mosquetero del siglo XVII, con su sombrero de ala ancha, sus pantalones bombachos, botas altas, una casaca, capa corta y su varita colgada al cinto como si fuera una espada... en realidad ser el profesor de Duelo era su mayor deseo y anhelo, pero la plaza estaba ocupada por los hermanos Knower y por eso tenía que conformarse con ser juez de Torneo u ofrecerse como ayudante cuando alguno de los profesores de duelo lo requería.

 - Buenos días caballeros- saludó a los combatientes- Veo que habéis comenzado con interés el duelo- dijo maniobrando con un pañuelo bordado para evitar que la tierra levantado por el león se manchase su impoluto traje, pues uno de las obsesiones de este mago era estar siempre bien visible para las damas- Señor Stone me temo que su conjuro no ha sido lo suficientemente fuerte para penetrar la defensa de su rival y que este al contrario que usted si que ha conseguido quebrar su defensa... Le recomiendo más agudeza y empeño si lo que pretende es ganar este duelo. 1-0 a favor de Cassius. Por favor comenzad con el siguiente turno- realizó un grácil movimiento de varita para atraer a su mano el traslador, una copa de plata, y desapareció en el acto.

El profesor Binns no tuvo necesidad de usar un traslador para llegar hasta los contrincantes. Deslizándose unos centímetros por encima del suelo, llegó detrás de su sustituto. Erasmus le había arrebatado su asignatura, que había sido suya desde hacía cientos de años. Binns aún se sorprendía a sí mismo levantándose e irrumpiendo en el aula de Historia de la Magia, donde el nuevo enseñaba a los alumnos.

 - Efectivamente, el Sr. Sloan... Stone, perdón –Se corrigió cuando lo mencionó Erasmus. Tenía una memoria impecable para nombres de difuntos, pero no para los alumnos-, ha caído dormido tras el conjuro de su contrincante. No obstante, como el Reglamento sobre Combates de Duelo de 1655 que redactó Ulriko Robinson nos dice, un combate no acaba hasta que uno de ellos salga herido. Así que, por favor, continúen. 

Cassius no necesitaba los tristes balbuceos de los jueces. No estaba allí para ganar a Joey. Estaba allí para humillarlo, para demostrarle quien tenía el control y el poder. Ver a Joey caer al suelo dormido solo arrancó una sonrisa de placer a Cassius, que comenzó a caminar hacia él, parándose junto a su enemigo y recogiendo su varita. Entonces levantó ambas varitas, una en cada mano, mostrándoselas al público.

Se separó de su enemigo, mientras aún dormía y se volvió a colocar donde estaba inicialmente, y lo apuntó con la varita, aun teniendo la de él en la otra mano. No pudo evitar mostrar una sonrisa de puro placer antes de decir el conjuro. - Envertestatil - el conjuro lanzó varios metros hacia atrás a Joey. El golpe debería despertarlo.

Y una vez despierto, levantó nuevamente las dos varitas hacia el público. No demasiado, pues volvió a mirar a Joey. le dedicó una sonrisa que no auguraba nada bueno, y presionó el dedo pulgar contra la varita, como si tuviera toda la intención de romperla.

Y siguió apretando.

Pero el "Crack" nunca llegó. En vez de eso, Cassius lanzó la varita a los pies de Joey. Se podría decir que lo hizo hasta con cuidado para que la varita no se rompiera. - Quiero que recuerdes esto, Stone. A partir de hoy, si eres un mago es porque yo te lo permito. - Se colocó en posición de defensa.

- Y ahora demuéstrale a todo el mundo que te permito ser un mago. Atácame. -

Joey miró con tremendo odio a Cassius. Se creía superior y sólo había tenido buena suerte. Recogió la varita y su mente comenzó a pensar. ¿Quería ese tipo de combate? Lo tendría.

Miró a los ojos de Cassius con enfado y comentó:

-Sólo dices bobadas. ¿Quieres ver como yo te doy también una segunda oportunidad? Expelliarmus Cassius.

Lanzó el conjuro esperando lanzar su varita lejos de su alcance y cerca del suyo. Si lo consiguiese se lanzaría a por la varita como loco. Sin embargo parecía que estaba algo nervioso, pues sus conjuros no iban con suficiente potencia.

Joey lanzó su rayo, pero Cassius fue más rápido, apartandose de la trayectoria a tiempo, dedicandole una sonrisa cargada de malicia y superioridad. - ¿Qué decias? ¿Qué quieres que te enseñe como se hace? ¡Pues mira! - Apuntó con su varita a Joey, cargado de mala intención. - ¡Expelliarmus Joey! -

Alzó la voz, apuntandole con la varita y lanzandole un potente rayo.

Aprende, palurdo.

Sin siquiera saber como había ocurrido Cassius tenía su varita entre sus manos y la de Joey se encontraba a dos metros de distancia de las suyas. Miró sorprendido sus manos y de nuevo miró con furia a la serpiente. Este duelo no sería a daño, este duelo sería a humillación. Y por el momento Cassius llevaba las de ganar. Dos a cero. Pero esto sólo acababa de empezar.

No habia nada honorable en la actitud del niño serpiente, desde luego, pero bien era cierto que estaba resultando efectivo. - Continuad. - dijo, severo, el centauro, mientras se cruzaba de brazos, observando el combate con atencion.

Erasmus se mordió el labio disgustado por lo que estaba viendo, él pertenecía a la casa de Gryffindor y era natural que prefiriera que ganase el león a la serpiente, sin embargo no podía hacer nada si Cassius estaba jugando bien sus cartas, así que se limitó a hacer un gesto con la mano para que continuasen.

Joey se aproxima a recoger la varita que ha caído al suelo y se vuelve a colocar frente a Cassius, esperando su ataque:

-¡Venga!, ¡dispara! Le instó. Te estoy esperando.

- Da igual que ganes, Joey. Ya hay un Ganador moral. Ríndete, y conserva tu honor. - Escupió las palabras con una sonrisa, mientras Joey recogía la varita del suelo. Cassius disfrutó de aquello, de ver como tenía que correr hacia su varita sin poder defenderse. Habría sido tan fácil atacarle mientras estaba desarmado...

- Confundus. - Alzó la voz, una vez Joey había recuperado su varita.

Joey recogió la varita y levantó la cabeza cuando Cassius le llamó. Le vió conjurar y juraría que había salido el conjuro, sin embargo no sintió nada. Por lo que sonrió de forma burlona pero discreta. De forma que sólo Cassius fuese consciente de lo contento que estaba de que aquel gusano hubiese fallado.

Parecia que el chico serpiente se estaba recreando en la deshonra de su contrincante. Sin embargo, el joven león parecía haberse mostrado fuerte ante aquel Confundus envenenado.

-Seguid. - dijo Bane, analizando a los dos oponentes, serio.

Erasmus se apareció justo después de Bane para corroborar las palabras de su compañero.

- Continuad por favor, este combate no está ni mucho menos decidido. Sólo os haré una recomendación a ambos, dejad a un lado vuestras emociones y centraos en el combate, no se trata de ver quien es más fuerte sino el más agil, el primero que se equivoque será el perdedor. Vamos muchachos

Joey asintió al profesor Erasmus. Era hora de enseñar a Cassius quién era el que humillaba a quién. Cassius había disfrutado jugueteando con Joey y eso era algo que Joey no le perdonaría. Y su venganza pasaba por darle un golpe demoledor para que aprendiese la lección.

-Vas a morder el polvo, sucia rata. Joey se animó mentalmente.

Sin embargo no las tenía todas consigo, pues la anterior vez dirigió un golpe bastante flojo. Se concentró y miró a Cassius de forma desafiante.

Avanzó la varita y con todas las ganas del mundo repitió el conjuro. Se le quitarían las ganas de divertirse a aquella rata:

-Terrum Fulminis Cassius

Al parecer el conjuro salió, sólo restaba ver si era efectivo o no.