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Tras el diente de Dragón

Escena III: La estrella de los druidas

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12/11/2012, 19:32
Director

El lago no parecía estar tan lejos desde lo alto de la colina. Al ritmo de los pasos de Bennen fue cayendo la tarde; cuando llegaron a la encrucijada donde el grupo se separó era ya casi de noche.

Las aguas del lago, aún cálidas, se mecían lentamente, lamiendo las orillas con la seguridad de un depredador. La luna no se hizo esperar y brilló, menguante, en el cielo despejado, arrancando reflejos plateados de las aguas. Olía a hierba fresca. La serenidad reinaba en aquel lugar; Lir, incapaz de deshacer el hechizo sobre sus hijos, había transformado el lago en un paraíso.

Una bandada de cisnes reposaba en la orilla. Con los picos escondidos bajo las plumas, el conjunto parecía una nube que se hubiera posado en Derravaragh.

Cuando llegaron a la orilla no pudieron evitar inspirar profundamente, y sentir cómo sus músculos se relajaban.

Y entonces oyeron una voz de mujer. Su voz.

- ¡¡Pitas pitas pitas!! - canturreaba, burlona. Lasiam caminaba en dirección a los cisnes justo por la otra orilla. Si había visto al grupo, desde luego le era indiferente.

Cuatro de los cisnes levantaron la cabeza, majestuosos. Eran un poco más grandes que los demás, y ¿quizá un poco más blancos?

- Os perdió el orgullo - dijo, devolviéndoles la mirada - Y os ha vuelto a perder. Vuestro padre ya no puede protegeros más.

Lasiam abrió el libro y empezó a leer. Sus palabras sonaban antiguas, y los cisnes quedaron inmóviles mientras el aire se enfriaba y una fina capa de escarcha cubría el lago. Pero no pudo terminar: fuertes enredaderas surgieron de la tierra, y la apresaron por las piernas hasta la cintura.

La hermosa mujer rubia murmuró algo y las enredaderas se fundieron. Luego, gritó al viento, contrariada:

- ¿No te cansas nunca? -

- No.

Handalaia surgió de la hierba, como si naciera de ella, interponiéndose entre Lasiam y los cisnes. La hueste de pequeños seres, que, como luciérnagas, acompañaba siempre a la mujer morena, se mantenía prudentemente detrás de ella.

Notas de juego

Estáis a unos treinta metros en linea recta, un poco más si bordeáis la orilla para quedaros detrás de Handalaia.

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12/11/2012, 20:08
Director

El pueblo no parecía estar tan lejos desde lo alto de la colina. Al ritmo de los pasos de Bennen fue cayendo la tarde; cuando llegaron a la encrucijada donde el grupo se separó era ya casi de noche.

La herida de Harald sería en unos días poco más que una cicatriz y un recuerdo. Al llegar a la aldea y pisar el pavimento de sus calles, los tres se sintieron relajados. No era tan desagradable volver a la civilización después de todo.

Reconocieron la posada por la melodía que llegaba hasta las calles. Las edificaciones estaban hechas excavando en la tierra, y el humo se colaba por los tejados de paja. Cuando por fin sintieron el calor del fuego les recorrió un estremecimiento. No era un sitio grande, pero estaba limpio y era acogedor. El guiso olía bien, el vino olía bien... e incluso el violinista del rincón tocaba bien. Cuando se derrumbaron en la mesa permanecieron en silencio un largo rato. No se habían dado cuenta de lo cansados que estaban.

Les sirvieron el guiso en media hogaza de pan a la que habían quitado la miga, y compartieron un pellejo de vino. Hasta que no lo hubieron terminado no prestaron atención a su alrededor: más de la mitad de los comensales eran nórdicos, y había algún normando. Uno de ellos señaló a Rhiannon, y las voces subieron de tono hasta que uno de los vikingos tomó en volandas al normando y, vociferando, lo sacó a la calle de un empujón.

El posadero ni se inmutó. Las peleas debían ser algo normal.

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12/11/2012, 20:23
Director

- ¡Nadie sobrevivió! - exclamaba el normando, hablando la lengua del norte
- ¡Eres un mentiroso! Si nadie sobrevivió, ¿cómo es que tú lo estás contando? - rugió el nórdico.
- ¡Os juro que así sucedió! Una bruja roja, como esa pordiosera del rincón, convocó al mismísimo Satanás. ¡La gente empezó a volverse loca! Luego, la tomó en brazos y la llevó volando hasta tu barco; y salieron del puerto empujados por demonios, pues ni una brisa había.
- ¡La próxima vez, normando, devuélveme mi barco o tráeme una historia que pueda creerme! - dijo, levantándolo en alto - ¡Encima de ladrón, mentiroso!! ¡¡Da gracias que no te rebano el cuello!! ¡¡Vuelve con mi barco, o no vuelvas!!

Notas de juego

Harald sí entiende lo que están diciendo. Al parecer el nórdico prestó el barco al normando para ir a Cornualles, pero el normando lo perdió en el camino.

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13/11/2012, 00:32
Harald Sigurdrson

Con un rugido en las tripas, el apetito de lobo de Harald reclamó el campo de batalla. Habían pasado siglos desde su última comida decente. El guiso, el pan y la jarra de cerveza que los acompañaba fueron prontamente engullidos. Al fin, con un eructo de satisfacción, el nórdico se chupó la grasa de los dedos y levantó la vista. La herida de la espalda aún le molestaba, pero el fuego ahuyentaba el frío de los huesos. Sonrió. Aquello era mejor que acampar junto al húmedo lago y pasar otra noche al raso. Sin embargo, a medida que fue reparando en la clientela del lugar, fue cambiando de idea y su velludo ceño se fue cerrando más y más. A su alrededor había demasiados nórdicos. Aunque la mayoría eran suecos y no era probable que le conociesen. Pero había también normandos. ¿Se estaría reuniendo aquí una de las partidas de guerra hacia Cornualles?

Los irlandeses, intimidados, se mantenían en prudente silencio. Los escandinavos gritaban y maldecían a voz en cuello, según su costumbre. Pero para tener tan próximos la batalla y el botín no parecían muy contentos. Algunos comenzaron a discutir acaloradamente. Los ojos del ulfsark, generalmente de un azul frío, se congelaron al comprender a qué se debía la discusión. El légitimo dueño de La Zorra Normanda se sentaba en aquella sala, el ánimo amargado por la pérdida de su nave. Pero no era él quien preocupaba al vikingo. Con un gesto discreto instó a Rhiannon a que se aproximase.

-Ese norrmando llorrón estaba en Corrnualles cuando capturramos el knorr en que vinimos –murmuró a la sajona-. El sueco enfadado erra el dueño del barrco. No crreo que nos hayan rreconocido porr ahorra, perro saben que una norna pelirrroja estuvo allí.

Su mirada se deslizó de manera inconsciente hacia Tuann. Si alguno de esos sucios bastardos lograba recordar que también hubo un chiquillo junto a la bruja, estarían en un serio aprieto. Sopesó la idea de salir tras el normando y rebanarle el gaznate allí mismo. Factible quizá, pero arriesgado. Rhiannon era mayorcita para cuidarse sola, pero Harald había llegado a sentir cierto cariño por el joven aprendiz de Godi, y no deseaba ponerle en peligro.

Procurando que pareciese un gesto casual, liberó sus hachas para dejarlas en lugar accesible. Si el wyrd le alcanzaba allí, Harald Sigurdrson no se presentaría solo en el banquete de Odín.

Notas de juego

Siento el aire paternalista, kik3, considéralo exigencias del drama.

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13/11/2012, 23:42
Adrien

El joven pescador se encontraba confuso ante lo que estaba ocurriendo. Unas fuerzas mágicas muy poderosas se estaban manifestando cerca suya y tenía miedo. En este momento su intención era salir corriendo pero no podía dejar a sus compañeros detrás suya, al fin y al cabo él era el líder y un líder debe dar ordenes o algo de eso.

Se acerco hasta la posición del loco Sheogorath en busca de opinión.
- Tú entiendes del tema, valoro tu opinión. ¿Que deberíamos hacer ahora?

Notas de juego

Sheogorath

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14/11/2012, 09:33
Sheogorath ex Jerbiton

-No debí dejarlo -dijo Sheogorath a Adrien. Su voz, extrañamente tranquila y triste, apenas alcanzaba el susurro-. Nunca ha estado solo.

Sus ojos se dirigieron hacia Lasiam, hacia Handalaia. Su boca se curvó en una mueca enojada. Su mirada se endureció.

-¿Qué deberíamos hacer ahora? Esos seres son peligrosos... mucho, aunque quizás... -el destello regresó a sus ojos cuando miró a Adrien-. ¿Y si nos acercamos por detrás y le bajamos los pantalones a esa aparece-de-la-nada?

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15/11/2012, 03:29
Adrien
Sólo para el director

Notas de juego

Lo siento pero tenía que ponerlo xD
Lo dejo como mensaje privado, así luego al releer la escena con la partida finalizada tendrá más gracia, je je.

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19/11/2012, 16:11
Tuann Oig

Era la tercera vez, desde que comenzó la aventura, que Tuann se separaba de su maestro y tenía que demostrar su valía sin la protección de este. El niño se encontraba ansioso de demostrar su valor, pero fue sentarse en la mesa y las tripas le rugieron de tal manera que le hizo cambiar de idea.

-Lo primero es lo primero-pensó para si el chico.

Engulló su comida mientras sus ojos observaban los movimientos de la taberna.

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19/11/2012, 20:44
Rhiannon

Rhiannon se arrebujó en su asiento y se mostró visiblemente incomoda. A pesar del hambre y de las dificultades pasadas, la joven no probó apenas bocado “¿A quién se le podía ocurrir visitar una ciudad llena de Gall-Gaedhil?...solo a mí”, pensaba al tiempo que removía el  guiso del cuenco con la cuchara.

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19/11/2012, 21:16
Director

- ¡Estos no son tuyos! - dijo Lasiam, alargando un suspiro - ¿Qué más te da?

Handalaia no respondió. Los duendes se arremolinaron unos metros más atrás, casi a la altura de los cisnes, y la brisa, como un latido de corazón, batió el lago. La esmeralda en su hombro refulgió, y resonaron sus palabras en latin.

- Rego aquam.

Nunca, ni siquiera Sheogorath, y ni siquiera en los libros de este, había descrito nada igual. El agua del lago se levantó como cientos de luciérnagas; criaturas grandes y pequeñas que serpenteaban en el aire y volaban hacia Lasiam enredándose en su cuerpo, luchando por ahogarla.

Lasiam entonces abrió su libro, y las criaturas se congelaron en el aire. Pronto el suelo a su alrededor estuvo cubierto de añicos de hielo.

Como respuesta, lenguas heladas surgieron de la tierra e inmovilizaron a Handalaia de cintura para abajo. Y el lago y sus criaturas contuvieron la respiración.

Notas de juego

Handalaia fabrica "skyfish"

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19/11/2012, 21:35
Director

El escandinavo se sacudió un invisible polvo de las manos y volvió a su cerveza. Parecía disgustado, fingiendo no oír ciertas burlas a su alrededor. Al final alguien palmeó su espalda en un gesto de solidaridad. Eso fue más de lo que su orgullo le permitía soportar.

La cerveza tibia voló por los aires cuando hizo añicos la jarra en el rostro de su camarada. Luego, hecho una furia, se giró hacia una de las mesas y la volteó de una patada. El olor de su aliento no dejaba lugar a dudas: estaba bebido.

Y mientras los normandos se apresuraban a ayudar a su compañero fuera, los irlandeses se escondían de la furia norteña. Unos por orgullo y otros por diversión, los demás vikingos se unieron al caos: peleando entre sí o simplemente destruyendo los muebles. Finalmente uno de ellos señaló a Harald con su espada, retándolo.

- ¡Lucha conmigo, hermano! Apuesto esas hachas a que no puedes ni siquiera rozarme -

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20/11/2012, 03:12
Adrien

¡Se cago la perra! - se le escapa al joven adrien al contemplar el duelo mágico que esta teniendo lugar delante de ellos. ¿Que hacemos ahora?

Adrien no lo quería aceptar pero ahora mismo tenía miedo, mucho miedo, pero pese a todo fijo la vista en los animales del lago. Tal vez pensará que algún pato o cisne pudiera llamarle la atención.

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23/11/2012, 01:02
Harald Sigurdrson

La pelea arrancó con un grito de rabia, y sólo unos momentos después era un estrepitoso rodar de bancos y mesas, de puñetazos dados en blando y hasta de puñaladas más o menos serias. A pesar de su delicada situación, Harald experimentó una punzada de alegre nostalgia en el estómago. Por un momento se sintió de nuevo en Vestfold, entre sus rudos y despreocupados paisanos.

-... Apuesto esas hachas a que no puedes ni siquiera rozarme.

Respiró hondo mientras una sonrisa lobuna crecía en su rostro. Son sólo escuchar las palabras, la sangre vikinga que corría por sus venas se le alborotaba jovial y feroz como un lobato en primavera.

-Marrchaos ahorra. Ya os alcanzarré –dijo a sus compañeros.

Luego se irguió lentamente en toda su altura y, tomando sus hachas con parsimonia se volvió hacia quien le retaba.

-Deberías apostar lo que es tuyo, estúpido, no lo que es mío. Mira qué has hecho -añadió, mostrando una de sus armas-. Ahora Siggeir se ha ofendido y voy a tener que descalabrarte.

La envergadura de Harald pareció sorprender a su oponente, pero éste enseguida hizo una mueca despreciativa mostrando la lengua, y levantó su espada. Sin más pensarlo, Harald cargó contra él profiriendo un ronco alarido de fiera acosada.

 

Notas de juego

Asumo que dentro del edificio no hay distancia bastante para arrojar un hacha (snif) pero sí para pelear con comodidad.

Imagino además que estos brutos no se andan con tonterías (¡hachas y espadas!) ni luego se quejarán demasiado si hay heridos o muertos accidentales...

¿Cómo lo hacemos, directora? ¿Hacemos las tiradas y luego describimos la pelea? ¿Las haces tú? Estoy a tu disposición.

Ay, acabo de acordarme de que Harald no sabe parar (berserker). Esto puede acabar muy mal...

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25/11/2012, 17:20
Nenúfar

“Increíble”, el poder de las dos magas estaba por encima de todo lo que había visto hacer a su hermano.
- Quedaros aquí – susurró al grupo, mirando a Shegorath aceptando que eso seria lo ultimo que haría el mago. – me arcaré a los cisnes. – desanudó el lazo de su capa, dejándola caer suavemente -Una pluma y nos largamos…- se dijo a si misma para fortalecer la idea de sumergirse en el frío lago.
Poniendo en práctica los consejos de Rhiannon, para no ser descubierta, la joven pasó entre los matorrales evitando el ruido de las hojas secas, pero comprobó que era más ruidosa y las botas en el agua la hundirían. La muchacha se descalzó notando la fría y húmeda  tierra entre los dedos de sus pies. De puntillas, con sumo cuidado, se acercó a la orilla del lago mas oculta a los ojos de las magas. Y sin dejar de observarlas, se deslizó por el agua. El primer contactó con el agua erizó la piel de todo su cuerpo. Sin pausa, se sumergió hasta el cuello, fue entonces, cuando su corazón aceleró su ritmo para mantener el calor en su cuerpo. Pero pronto comenzó a habituarse con el frío.

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25/11/2012, 19:10
Sheogorath ex Jerbiton

-Un certamen -susurró el hechicero para sí-. Un poco rústico, pero un certamen.

Sheogorath ni siquiera escuchó a sus compañeros. Se sentó en la tierra, cruzó las piernas, y cogió alguna hierba. Entonces, la mordisqueó.

-Poneos cómodos. Esto es algo que no suele verse a menudo.

Estirando los brazos tras su cabeza, sonrió, con sus ojos brillando con un extraño tono.

Estaba disfrutando.

-Que aprendan esos Tremeres...

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26/11/2012, 11:03
Tuann Oig

Todo parecía que se estaba complicando, los gigantes que rodeaban a Tuann empezaron a pelearse "por vete tu a saber que" motivo. El miedo del niño se hubiera disparado si no hubiera estado Harald allí para protegerlos. Pero esa tranquilidad no duró mucho ya que un sucio gigante se acercó a donde estaban y reto a nuestro gigante a una pelea sin motivo aparente.

Estos adultos son idiotas, suerte que nuestro gigante es mas listo

El pensamiento no acabó de fraguar en la mente del chico cuando sus oídos tuvieron que escuchar lo que parecía un aceptación de la batalla. La cabeza del niño se inclinó levemente y de su boca salió un suspiro de decepción y sin tiempo para nada mas gritó:

-¡Corre zanahoria! mejor no estar aquí cuando estos gigantes pierdan el juicio-

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26/11/2012, 11:51
Rhiannon

“Bárbaros…¡Vaya forma de divertirse!- pensó la joven pelirroja - Hemos venido hasta aquí buscando información y un plato de comida caliente, pero tendremos suerte si salimos enteros de este tugurio norteño”. Rhiannon observó detenidamente el cuenco que tenía entre las manos, era de esteatita, un material muy apreciado por los hombres del norte. Tanto era así que un alto y rubio comerciante ambulante procedente de Hjaltland que paró unos días en la aldea de la joven les intentó convencer de las ventajas de los cuencos elaborados en esteatita.
“Que se pueden reparar con unas grabas de metal, decía ¡Ja! Son tan bárbaros que no usan apenas la cerámica…sin embargo…”, el cuenco era pesado y tenía unos bordes angulosos, la ardilla pensó que antes de salir corriendo con el joven Tuann merecía la pena echarle una mano a Harald en su combate.
“Espero que el gigantón no se lo tome a mal, pero no puedo permitir que salga herido”, le dijo al aprendiz de mago antes de lanzar con todas sus fuerzas el cuenco a la cara del normando y de deslizar su mano bajo su la capa en busca de la afilada daga.
“Salgamos de aquí, pequeño”.

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26/11/2012, 16:34
Bennen

Espectador ciego de un espectáculo, que por lo que lograban percibir el resto de sus sentidos, era increíble. Podía sentir la magia por todo el lago y el poder de esta incluso se podía percibir por el olfato, esto le asusto sobremanera.

Bennen, que entre sus virtudes no se incluían la valentía, intentó buscar un escondrijo, cosa que no le resulto fácil. Nervioso parpaba todo lo de su alrededor y entre tropiezos y coscorrones consiguió ocultarse con un árbol cercano al lago. No era un gran escondite, pero al menos había un tronco entre el las contendientes, eso lo tranquilizaba.

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27/11/2012, 12:59
Harald Sigurdrson

El sueco enseñaba los dientes en con una fiera sonrisa, alzando su espada para detener el golpe de Harald, cuando inopinadamente un objeto le golpeó en el rostro, haciéndole tambalearse. La sorpresa detuvo a los dos contrincantes a una distancia mínima.

Dolorido, el hombre se llevó la mano a la cara, palpando un terrible moratón que aparecía ya bajo su ojo izquierdo, y lanzó una mirada asesina por encima del hombro de Harald. Por su parte, éste no permitió que la oportunidad se le escapase. Con un veloz giro de hombros, estrelló el mango de Siggeir contra la barbilla de su adversario e inmediatamente le propinó un empujón que le hizo caer estrepitosamente, roto y sin sentido, varios pasos más allá. Luego se volvió hacia Rhiannon, el rostro encendido de ira:

-¡Porr los huesos de Ymir, mujer, que te enseñarré a no interrrumpirrme cuando peleo!

Guardó el hacha en su cintura, e ignorando el puñal de la mujer dio dos largas zancadas en su dirección, chocando el puño con la palma y produciendo un chasquido sólido y temible. Gritos y risas corearon la amenaza, y se redoblaron cuando la mujer y el chico corrieron hacia la puerta, perseguidos por el iracundo vikingo hasta salir de la taberna.

Notas de juego

Rhiannon, no sé si darte una paliza o un beso, porque nos hemos librado de una buena. Aunque Harald llegará a comprender la oportunidad de lo ocurrido, está de verdad enfadado y herido en su orgullo vikingo.

Ahora os toca convencerle para que se calme...

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27/11/2012, 21:53
Director

Handalaia gritó de dolor cuando las lenguas de hielo llegaron a su cintura. El olor a sangre se hizo evidente; pero Lasiam no se detuvo. Sin dejar de leer su libro, las cicatrices en su rostro se hicieron más claras, deformándola.

La tierra se sacudió, y de ella brotaron estacas de madera, y hubo relámpagos y truenos, y ventisca, y escarcha. Pronto empezó a nevar; si se trataba de un certámen, no era desde luego uno al uso; las dos mujeres se estaban haciendo daño de verdad. Handalaia, sin embargo, no cedía terreno a pesar del indescriptible dolor que se mostraba en su rostro.

Mientras tanto Nenúfar llegó hasta los cisnes. El agua del lago estaba cada vez más fría y cuando alcanzó la orilla cayó de rodillas; tuvo que detenerse un instante a frotarse los pies. De la bandada de cisnes que dormían, cuatro de ellos llamaban especialmente la atención; los cuatro que observaban inmóviles la pelea.