Partida Rol por web

El programa tuvo suficiente con unos segundos para estudiar a Swan. Giró sobre sí y lanzó el disco con fuerza, primero impactó en la columna, dejando un pequeño hueco en ésta y luego el disco se diriguió como su tuviera vida propia hacia la chica.

¿Pero qué demonios estaba sucediendo? Se había distraído con Buzz y el "mar", así que cuando quiso darse cuenta, el sonido metálico del látigo de luz estallando contra la pared le sobresaltó.

- ¿Pero qué co...? - iba a decirle, entonces fue cuando el otro tipo, con un traje más sacado de una película que de otra cosa, contraatacó, obligando a Chuck a agacharse para no resultar decapitado por el disco luminoso.

¡Valiente cabrón! ¡Por poco le daba! ¿Pero es que en ese mundo todo el mundo resolvía sus problemas a ostias?

No sabía quién tenía razón, pero al menos le debía el privilegio de la duda a la blanquita, así que no se cortó un pelo a la hora de animarla.

- ¡Vamos guapa, reviéntale el culo con ese cacharro!

Con qué rapidez pasaban las cosas aquí adentro, apenas y había entrado el tipo aquel y Swan ya lo estaba atacando. Bastante sorprendente la manera de resolver las cosas aquí.

Y a la vez bastante peligroso, el hecho de haber partido un sillón a la mita no era para menos, pero aún con todo y eso, lejos de salir corriendo a buscar refugio decidí hecharle una mano a nuestra anfitriona y tomé lo que tenía más a la mano para lanzarselo al tipo aquel:

-Ey ella es mujer aprovechado...

Sabía que con todo y que era mujer, Swan no era nada tonta, incluso le consideraba peligrosa, pero un poco de ayuda creo que le vendría mal.

Antes de que comenzara la pelea, ella miraba a un punto fijo, con los ojos llenos de lágrimas. Se pasó rápido las manos para evitar que los demás se dieran cuenta, bastante problemas había ya como para que ellas les hiciera sentir peor.

Pero todo pasó muy rápido, de repente ese hombre que había entrado comenzó a pelear contra Deux, pero no era una pelea como las que había visto antes, volvieron a ver ese discos que destrozaron por completo un sofá. Sus ojos se abrieron de par en par, se levantó del sofá, nerviosa, mirando a sus compañeros. Aquel tipo parecía duro y había que ayudarla como ella había hecho antes con ellos.

Caminó alejándose un poco de sus compañeros y comenzó a gritarle. Si conseguía despistarlo un poco, ahí Deux tendría la oportunidad de darle.

- Ehh!!!!!!!!

Se quitó la chaqueta y la dejó en el suelo, quedándose en una camiseta de tirantes. Levantó los brazos y comenzó a agitarlos mientras saltaba, buscando llamar su atención.

- Mira aquí!!! Ven!!!!

Quería que la mirara, ella era distinta a Deux y todos sus compatriotas, quizás por ello se fijara en ella y eso le llevaría al despiste.

El disco pasó rozando el cabello de la hermosa Swan, cortándole varios de ellos, pero por suerte, logró agacharse.

El programa se queda mirando a Jenna, y casi recibe un golpe de una manzana de metal que Bishop le arrojó, pero el tipo era muy rápido, y echó el torso hacia atrás, al tiempo que su disco volvía a su dueño como por arte de magia.

El programa lo cogió y miró al grupo. Negó con la cabeza despacio.

-No vuelvas a tirarme nada.

Advirtió.

De manera precipitada, tras el impacto del disco contra la columna, la muchacha había conseguido esquivar el arma dando un nuevo giro sobre sí misma.

Entornó los ojos, notando el silvido de la sierra musitando junto a su oído mientras acompañaba el movimiento del disco, girando con la presteza de una bailarina... Y una vez más disminuyó la distancia con su enemigo dando un par de zancadas hacia él, descargando de manera salvaje un segundo latigazo.

Apenas estaba siendo consciente de la situación de sus recientes "protegidos". Todo se estaba produciendo demasiado rápido, y "Deux" se estaba moviendo de manera vertiginosa...

No se podía negar que el guerrero era un gran luchador. Sus movimientos eran excelentes, sin embargo, la rapidez de Swan, en esta ocasión, fue letal.

El programa tuvo que lanzarse por el suelo y rodar tras un sillón para poder esquivar el golpe. Ahora estaba en una situación algo comprometida: de rodillas, con la pared bloqueándole el lado derecho y solo el izquierdo para poder maniobrar y salir de aquella trampa que le había creado la programa.

No le quedaba otra. Era quedarse ahí y ser asediado, o dar la vuelta a la tortilla. Respiró profundamente y se puso en pie de un brinco.

El programa apoyó un pie en el sillón que le servía de parapeto, el otro en la mesilla de cristal que tenía justo enfrente y de ahí, cogió impulso para saltar hacia donde estaba Swan, con el disco por encima de su cabeza, dejándolo caer luego como si fuera un hacha contra la programa femenina.

Era victoria o derrota, sin termino medio.

Parecía que el combate al completo se estaba desarrollando a cámara lenta. ¿Cómo eran capaces ese tipo y la blanquita de moverse de esa manera? Era como ver una pelea de una peli, como Matrix o una de esas. Observó la columna donde había rebotado el disco del contrincante de Deux y tragó saliva, preguntándose qué le había pasado a él si hubiera sido la columna.

Entonces, como un flash, le vino a la cabeza el destello luminoso y los pequeños fragmentos cristalinos. Sí, ya recordaba lo que le pasaría. Y lo que le pasaría a uno de los dos. Para ser una chica, la blanquita pegaba con fuerza.

Si ese mundo era tan hostil como parecía, ellos también tendrían que aprender a defenderse y pelear para sobrevivir.

Deux volvió a erguirse cuando el guerrero quedó detrás del sillón, después de esquivar su último golpe.

Retornó a su posición defensiva, efectuando un chasquido con el látigo tras sacudirlo contra el suelo al tiempo que le dedicaba una mirada desafiante a su enemigo. En ningún momento se llevó la mano a su espalda para combatir con su propio disco.

Éste se puso en pie de nuevo, lanzándose contra ella con la ferocidad de un berserker, pero la joven hizo uso de una velocidad endiablada para echarse a un lado y esquivar su ataque, girando de nuevo y elevando la pierna por lo alto para hacerla descargar con violencia contra la columna de su rival.

Lo golpeó exactamente amitad de espalda, clavando su tacón y dejando al guerrero tirado en el suelo...