Partida Rol por web

Un largo viaje hacia Minas Tirith

Gelion: En el mundo de los Sueños

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03/02/2012, 10:17
Director

 

Partida 01; capitulo 7; Turno 722; durmiendo en el yunque dorado

 

“ Un enano golpeaba con fuerza un enorme yunque, bajo su martillo una enorme y depurada espada se estaba creando. Parecía ser un hábil herrero. El enano golpeaba y golpeaba sin parar hasta que de repente se mostraba nervioso, dejaba sus herramientas, se quitaba los guantes y echaba mano a su cuello. Tras quitarse algo que llevaba en el, lo escondía bajo el yunque y salía corriendo hacia Gelion. Antes de llegar hasta su posición, caía inconsciente a sus pies. El mago se giraba entonces y veía a varios asaltantes, también enanos, llevarse a otros herreros.

Se llevaron a todos, hasta que solo Gelion quedo en la sala. Una sala que conocía, había estado allí, hacia algunos días, incluso había dormido en ella, en las ruinas de Drômar. Una vez solo el mago se acerco hasta el yunque y miro lo que había bajo el, lo que había escondido el herrero, pero entonces una voz ronca le gritaba amenazadora y era golpeado sin saber de donde provenía, caía inconsciente”

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03/02/2012, 10:17
Director

 

Partida 02; capitulo 1; Turno 115; Durmiendo en el asentamiento almadiero

 

 

“ Gelion estaba junto a la pared, en la sala de forjas del palacio de Drômar, extrañamente sabia como llamaban al lugar donde ya durmieron sus compañeros y el mismo no hace tanto tiempo. Todo parecía tranquilo.

Una puerta se abrió cerca de el, la misma que abrió Arlan y que daba al enorme yunque de piedra, donde el mago se encontraba. Un enano entró. Iba muy bien vestido y seguido por un sequito de unos seis enanos mas. No habían reparado en el. Gelion les hablo, pero no parecía que pudieran verle.

Tranquilamente el enano que entro en primer lugar se coloco al otro lado del yunque mientras los demás le ayudaban a preparar lo que parecía ser el comienzo del forjado de alguna pieza. Una vez protegido el herrero con su mandil y sus guantes, uno de sus ayudantes saco de una cajita un colgante para colocárselo en el cuello.

 

Pocos minutos mas tarde, bajo la atenta y desapercibida mirada de Gelion, el enano, al que alguno de sus ayudantes llamo Drômar golpeaba una pieza de acero, mientras un segundo ayudante le sujetaba las tenazas e iba girando las mismas. El herrero, espolvoreaba de cuando en cuando unos polvos que sacaba de la cajita que sujetaba el primer asistente. Golpes y mas golpes de martillo sobre el gran yunque, doblando sobre si mismo el lingote de  hierro una vez tras otra. Cada dos o tres dobleces el ayudante que sostenía las tenazas, introducía la pieza en un horno que había a la izquierda de Drômar, hasta que este le indicaba cuando debía sacarlo. Mientras el lingote estaba dentro un tercer ayudante insuflaba aire con un gran fuelle que habían traído, calentando las brasas hasta que adquirían vivos colores.

Cuando el herrero determino que el lingote estaba listo, los otros dos ayudantes entraron en acción. Ambos llevaban martillos mas grandes. Drômar dejo el suyo a un lado y cogio las tenazas para colocar el lingote bajo el acompasado golpeteo de las herramientas de sus dos asistentes. Golpeaban alternativamente la pieza hasta que poco a poco iba tomando forma, lo que ahora se diferenciaba bien como una espada. De cuando en cuando, el ayudante que antes sostenía las tenazas, metía la pieza en el fuego para que no perdiera calor. Cuando estuvo casi acabada, todos los ayudantes se retiraron varios pasa atrás hasta colocarse de espaldas a la puerta por la que habían entrado. Dejando a Drômar solo, golpeando la espada con el martillo pequeño, apurando los últimos golpes antes de enfriar la nueva arma. habían pasado casi tres horas, aunque a Gelion le parecieron minutos.

 

En ese momento, tres de los ayudantes que estaban mas retrasados sacaron a escondidas sendos puñales. Uno de los enanos atravesó la espalda de su congenere que con un grito seco caía muerto. Alerto a los otros dos ayudantes, que se dieron la vuelta y retrocedieron para defender a Drômar entre gritos inteligibles para el mago. El enano herrero, nervioso, dejaba sus herramientas, se quitaba los guantes y echaba mano a su cuello. Tras quitarse el colgante que llevaba, lo escondía bajo el yunque y salía corriendo hacia el ultimo de sus ayudantes en pie. Este se habia girado para mirar a su maestro despojarse de su colgante, mientras le golpeaban en la cabeza, cayendo inconsciente en el suelo…”

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03/02/2012, 10:18
Director

 

Partida 02; capitulo 5; Turno 507; Durmiendo en la segunda noche de campamento desde la partida de Burh Marlinge

 

 

Hacia ya varias noches que le ocurria, e incluso casi se habia olvidado ya de todo aquello, pero esa noche Gelion volvio a soñar…

 

“ El enano, ayudante del herrero, cayo incosciente en el suelo. Habia tres traidores entre los ayudantes, y entre ellos habian asesinado al cuarto y dejado inconsciente al quinto. Ahora estaban los tres frente al herrero que blandia, a falta de un arma mejor, las pinzas aun incandescentes con las que agarraba la espada que estaba forjando.

 El enano se defendio todo lo bien que pudo, dadas las circustancias y el arma que consiguio, pero no pudo evitar que uno de los puñales le atravesara el pecho, momento en que cayo de rodillas malherido. Los tres renegados lo remataron cobardemente, dejandolo tirado en el suelo, mientras un charco de sangre se iba formando alrededor.”

Gelion, en este nuevo sueño observaba todo aquello desde el altar, no desde la posición anterior, invisible a los que alli estaban, como si realmente no estubiese alli.

 “En cuanto terminaron con el herrero lo registraron, quitandole prácticamente toda la ropa, buscaban algo. Impacientes por no hallar lo que buscaban, se desesperaron y registraron tambien a los otros dos ayudantes, ni el muerto ni el otro poseian aquello que deseaban tanto como para matar a sus congeneres. Maldiciendo haber matado al herrero, pues podria haberles dicho donde estaba, se marcharon de alli a toda prisa, temian ser descubiertos.”

“Gelion entonces no pudo moverse, quedo paralizado, tampoco podia depertar y asi, en esa agonizante posición, de pie, viendo como la sangre de dos enanos muertos manchaba las losas del suelo, paso varias horas. Aun sin poder moverse vio como otros enanos llegaron, entonces pudo moverse. Eran compañeros de los muertos y lloraron la perdida de su maestro. Despertaron al que estaba inconsciente, al menos por el se alegraron. Lo cosieron a preguntas, pero antes de reponerse del todo, de contestar a algo, repto hacia Gelion. Se arrastro pidiendo sitio a sus compañeros hasta llegar justo a los pies del mago, Gelion creyo que le habia visto, pero no fue asi. Al llegar tras el altar, alargo la mano bajo el yunque y cogio el colgante que antes habia escondido su maestro. Entonces el bosquimano lo vio, el colgante, lo reconocio, el mismo lo llevaba al cuello…”

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10/01/2013, 17:32
Gelion

Gelion se giró, acomodando la cabeza al lugar donde dormía profundamente. Roncaba sin hacer demasiado ruido. La mente sin embargo es incapaz de descansar y cuando pensaba demasiado los sueños se sucedían.

En lo más frondoso del bosque dormitaba un ser de una especie perdida en el tiempo. No era alto y distinto como los dunadan, ni bajo y agradable como los perianat. Estaba emparentado con los enanos, pero era menos fuerte y más mezquino.

Hacía mucho tiempo que nadie le llamaba pero cuando se dirigían a él lo hacían con el nombre de Nim. Pertenecía a la raza de los enanos mezquinos y cavaba pequeños túneles donde guardaba los tesoros que conseguía arrancar de los cadáveres de las guerras de Melkor contra los primeros nacidos. En aquellos días todavía era joven y no tenía descendencia ni estaba amargado y triste como cuando le encontró el hijo de Hurin. Sin embargo, ya en aquellos tiempos su difícil carácter le complicaba la vida. Y sucedió que despertó de su sueño, pues hemos dicho que dormitaba, presa de gran agitación. ¿ Qué inquetud le había perturbado hasta el punto de llevarle al mundo de la vigilia ?

Atento escuchó y sus finos oídos detectaron prudentes y cuidadosos pasos. No era orco quien se acercaba de esa guisa a ningún lado, pues a parte de ruidosos y malcarados les precedía una peste, un nauseabundo olor que llevaban a todos lados. El enano gris o enano mezquino, como también era llamado, sacó la cabeza por la entrada del túnel donde vivía. Allí, a apenas unos metros, sin darse cuenta de nada un hombre herido se movía intentando no hacer ruido.

Llevaba una bella cota de malla labrada. Miraba pesaroso a todos lados temiendo por algo. La herida de su hombro salpicaba de sangre el suelo. Antes o después sus perseguidores le encontrarían. Probablemente era un soldado que luchaba contra los orcos. Pero si estaba tan cerca de su escondite esto significaba que los orcos, al buscarle, encontrarían sin querer su guarida. No podía permitirlo. Nim se decidió en apenas unos segundos y con celeridad salió del túnel y atacó al hombre con su pico. Le alcanzó en medio de la espalda y con un par de golpes más terminó por matarlo.

Después perdió bastante tiempo en llevar el cuerpo a un lugar distante y en ocultar el rastro de modo que nada indicase su posición a los orcos. Al menos tenía un par de armas interesantes que engrosaron sus pertenencias. Algo bueno había salido de todo ello. El tiempo, de modo irónico, terminaría vengándose de esta afrenta pues Nim caería bajo el filo de otro hombre que nacía en aquel momento, mientras su padre dirigía el ejército contra Morgoth. Turin Turambar ya iniciaba su camino en Tierra Media.

Gelion se removía, ajeno a todo, soñando con tiempos pasados.

Notas de juego

Bueno, como te he comentado en el off topic me comentas si te parece bien. He puesto esto aquí y en cuanto pueda pondré otro que tengo pensado para este último día de descanso.

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11/01/2013, 11:49
Gelion

Escribo aquí el sueño que he tenido. Ha sido cuanto menos perturbador. ¿Qué es lo que veo? ¿porqué? Sólo puedo anotar esto y esperar encontrarle sentido en un futuro.

Miré mis manos, grandes y encallecidas. No estaba acostumbrado a ellas. Mi cuerpo normalmente era más delgado y mi vara... solía tener otra forma. Seguí andando. No quería que sospechase ninguno de los orcos de la columna. Me escoltaban. Yo era... un Laugash.

O no, no lo era... sentía dentro mío una voluntad diferente. El Laugash era un disfraz y aquel que caminaba lo hacía oculto a simple vista. Y yo caminaba a su lado, observando imperturbable. Curioso. El camino había sido excavado en el bosque, era un sendero ensanchado por los sirvientes del señor oscuro. Sin embargo los escudos no llevan el emblema del ojo.

Conforme avanzamos cruzamos otras patrullas. Le veo avanzar con aparente decisión entre aquellos seres horribles. ¿Cómo es esto? Unas veces creo estar dentro de él y otras le observo en la distancia, como levitando. Tengo que investigar sobre esto. Avanza, como digo, con aparente decisión, aunque a su alrededor cada vez hay más y más orcos. El líder del grupo es uno especialmente grande y malhumorado. Golpea a alguno de los que se quedan rezagados pero no se atreve a mmirar al Laugash a los ojos. ¿Es miedo lo que veo en sus ojos? ¿Qué puede dar miedo a un Uruk Hai?

Se acercan cada vez más a alguna edificación extraña en medio de este bosque. Cada vez es más evidente que hay un asentamiento aquí cerca y cuando miro adelante ... ¿Cómo no lo he reconocido? En susurros entre mi gente hablamos de este lugar. Todavía se considera maldito aunque haga ya tanto tiempo que no está el Nigromante. Dol Guldur.

La impresión me ha hecho despertar. Lo cotidiano se ha impuesto a la ensoñación pero apunto esto aquí. Quizá en un futuro, si hago acopio de valor me dirija allí, para verificar si realmente estaba viendo aquel lugar. La pregunta, la gran pregunta es ... ¿Porqué?

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06/03/2013, 13:59
Director

Partida 02; capitulo 9; Turno 904; Durmiendo en refugio de pastores

 

 

Cuando el sueño pudo con Gelion, imágenes pasadas le regresaron a la mente. No imágenes reales, si no de las visiones que tenia. Ni siquiera sabia que significaban o si eran o no reales. Algo debía de haber de cierto en ellas, pues al cuello llevaba el colgante, el mismo que aquel herrero enano escondiera y que en el sueño, el enano superviviente sujetó antes de despertar.

 

“ Gelion abrió los ojos, no supo donde estaba. ¿Qué era aquello?. Se encontraba de pie, en mitad de lo que parecía ser un islote en mitad de un rio. No, espera, no era un rio. Era un pequeño lago.

El mago no entendía que hacia allí, solo, en pie, sin poder moverse. Estuvo asi horas, horas que pasaban como minutos. Vio salir el sol,y volver a ponerse, varias veces, y al amanecer del cuarto dia, aunque en su percepción habían sido apenas diez minutos, apareció un enano en una barca. Llevaba la barca un hombre anciano que remando acercaba la pequeña embarcación al islote. Ese islote era casi redondo y tenia no mas de quince metros de diámetro. Cuando el barquero encayo en la orilla, el enano salto a tierra.

Gelion estaba en el centro del islote, y aun asi pudo reconocer a ese enano. Era el mismo enano que habia sobrevivido al ataque de sus hermanos, estando en la herrería. Pero algo habia cambiado en el. Estaba mas palido, su barba no estaba cuidada y caminaba a trompicones. Su mano apretaba el estomago, entre los dedos habia sangre. Toda la escena se torno en blanco y negro, todo menos esa sangre y el reguero que iba dejando.

El barquero se marcho, dejando solo al enano.

El naugrim fue hasta el centro del islote, junto al mago, que de nuevo no lograba ver, y allí se tumbo mirando al cielo. Parecia incluso en ocasiones que miraba al mago a los ojos. Poco después saco un paño blanco que llevaba en el bolsillo y se quito la camisa. Tenia un fuerte corte, una herida punzada y varios rasguños en el torso. Un colgante colgaba al cuello, el colgante que le costo la vida a aquel maestro herrero.

Abrio el paño, en el habia una especie de emplaste que no dudó un segundo en extender por la herida. Un grito de dolor mostraba el escozor de aquel remedio. Un remedio que corto casi de inmediato la sangría.

Durante la noche, mientras miraba al cielo atento, se levanto. Se acerco al centro y comenzo a retirar con la mano una fina capa de tierra del suelo. Cuando termino de cavar, habia aparecido algo. Era una losa de piedra, estaba pulida y era redonda, un disco de un metro de diámetro. Cuando acabo de desenterrar la piedra se volvió a tumbar boca arriba.

 

Dos días permaneció allí, mirando atento al cielo por la noche, dormía por el dia. No comia, solo bebía del agua del lago a pequeños sorbos. El tiempo seguía pasando rápido.

Dos noches tras la llegada del enano, este pareció reaccionar. Parecia contento y recuperado en el suelo, sobre la piedra, la luna habia iluminado un pequeño símbolo. Era un símbolo que Gelion reconoció. Un martillo cruzando un circulo, el símbolo del colgate ahora brillaba en la superficie pulida de la losa. El brillo solo habia sido visible bajo el influjo de la luz lunar. Entonces el enano se puso en el centro de la piedra y sujetando con fuerza el colgante, susurro una palabra. - Gabilgundu-zirak - dijo para después desaparecer. Ya no estaba allí, aunque el símbolo siguió viéndose hasta que la luna desapareció, una luna llena…"

 

Gelion despertó, le costo orientarse, habia sido un intenso sueño. El ultimo sueño tuvo lugar hacia ya mas de una semana, en el campamento que hicieron tras abandonar Burh Marlinge. Ultimamente Gelion se habia estado dedicando a escribir lo que recordaba de ellos, tenia unos manuscritos en la mochila.

Notas de juego

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08/03/2013, 17:47
Director
Sólo para el director

Gabilgundu-zirak

Gabil: Gran, Grande
gundu: Salon subterraneo
zirak: Plateado

 

Gran salon plateado. Entendiendo un salon subterraneo.