Partida Rol por web

El día amanecía lloviendo. Las primeras luces del alba no habían hecho aparición, cuando las gotas de lluvía poco a poco se hacían más intensas. Las amplias ramas de los árboles, hacían de breve e improvisado paragüas. El lecho de la hoguera todavía caliente, chistaba mientras las gotas la enfriaban una vez apagada. Poco a poco, la mañana fue tomando claridad, dejando paso a un frío y gris cielo. Pese a las inclemencias del tiempo, algunos pájaros todavía se dignan a alegrar la mañana con sus cantos, dándole un pequeño toque de color a ese gris amanecer.

Una mirada atrás te hace recordar los momentos de ayer. Tus origenes, tus pasos dados a lo largo de tus días y que ahora te habían llebado hasta este lugar el día de hoy. Había aciertos, errores, pero ese conjunto eran tu manera de ser a día de hoy. Una mirada hacia delate, hace que te plantees, qué hacer. Dónde te llevarán tus pasos? Piensas mientras te pones tu capa impermeable. Pese al gris del día, empredes con ánimo tu camino hacia Altdorf.

Alzo la cara mientras las gotas de agua golpean en mi rostro refrescándolo. Poco a poco, las primeras luces del alba empiezan a surgir, grises por el cielo encapotado. Rápidamente, empiezo a recoger mis cosas para preservarlas de la lluvia, y así ponerme en marcha para........ quién sabe qué deparará? Buscando refugio bajo las ramas de los árboles, sigo mi camino hacia la primera gran ciudad humana. Altdorf.

Poco a poco, los negros nubarrones que estaban en el horizonte, se acercaban amenazantes al bosque, intensificando la fuerza de la lluvia, que convertía el camino en un resbaladizo lodazal, donde resultaba difícil moverse, y seguir el ritmo de la marcha. De pronto, en la oscuridad provocada por las nubes, un destello, seguido por un ensordecedor trueno. El canto de lo pájaros ya es solamente imaginativo y solamente se escucha el tremendo golpear del agua contra las hojas y el suelo solamente callado por los truenos que cada vez empiezan a ser más frecuentes, y aunque el día va avanzando, no da la impresión de que la tormenta vaya a terminar.

Las nubes parecían no tener fin, y la descarga de agua era descomunal. Miraba hacia el cielo constantemente buscando consuelo en algún claro dentro de aquellos nubarrones, pero la extensión de ellos era enorme, haciendo que el pleno día casi pareciera el anochecer. Nuevamente me envuelvo en mi capa, pero tras comprobar que ya estoy empapado completamente, decido quitarmela y disfrutar de la lluvia como si fuera un baño bajo una cascada. Mientras tanto, pensaba. Pensaba en los momentos vividos en mi bosque con los mios. Pensaba nuevamente en las razones por las cuales salí del lugar, pero..... qué es lo que esperaba encontrar fuera de la seguridad del bosque? Qué secretos esperaba descubrir que no me los transmitieran los mios. Raza milenaria que había ostentado la mayor sabiduría desde tiempos inmemoriables? Quizás solamente buscaba ser comprendido, o sencillamente saciar mi curiosidad.

Un nuevo resbalón en el barro del camino me saca de mis cábalas y mis pensamientos. Decido centrarme más en el camino para llegar a donde sea de una sola pieza, ya que andar con un tobillo herido podría ser muy doloroso, y más si no se sabe dónde se encuentra uno, o qué va a encontrar más a delante.

La lluvia seguía cayendo con fuerza. Lo que hasta ahora te había servido de protección, poco a poco había dejado de serlo, y tanto tu capa como las ramas de los árboles ya no servían de nada, pues el agua te calaba hasta el tuétano. Pequeños rios de agua se formaban en el camino y en los aledaños debidos a la gran cantidad de agua, y la poca luz que dejaban pasar las nubes, gradualmente se iba perdiendo, dejando el cielo cubierto de negro.

Calado hasta el tuétano, sigo con mi camino. Sabía que no había forma de protegerme de la lluvia, por lo que, me dejé llevar e intenté disfrutar del camino. Los charcos que el agua creaba y los riachuelos que el torrente daba vida a su antojo, formaban corrientes a su libre albedrio dificultándome el avance.

La escasa luz del día se fué apagando, y una densa oscuridad se apoderaba del bosque, mientras buscaba un lugar donde permanecer seco y pasar la noche.

La noche se va cerrando y la oscuridad envuelve tu persona. El aguacero parece haber amainado un poco su intensidad, pero continua lloviendo. La temperatura va bajando y empiezas a sentir escalofríos a lo largo de tu cuerpo. Tu piel, arrugada por la lluvia, se te antoja áspera cuando notas su roce al quitarte las gotas de agua de la cara.

El aguacero empezaba a mermar mi paciencia. Todo el día lloviendo, pese a haber vivido en el bosque, empezaba a ser demasiado para mi. Sin ganas, aprieto el paso para intentar encontrar una posada o alguna casa. Debía de haber algún lugar en el camino para refugiarse.

La noche se cierne sobre ti, y la oscuridad te envuelve. Apenas ves en la oscuridad mientras sigues divagando por el camino, mientras la lluvia te sigue azotando sin descanso. El camino se empina y el barro hace que vayas todavía más despacio. Patinas, y tienes que hacer verdaderos esfuerzos para mantener el equilibrio. Poco a poco llegas a la cima del promontorio y te paras divisando el negro horizonte para recoger aliento. Oteas la espesura del bosque, y ves a lo lejos, un pequeño fulgor que rompe la monotonía de la noche.

Por fin!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! exclamo en voz alta mientras un halo de esperanza y alivio inunda mi persona. Por fin encontraba un poblado y un alivio para mi. En ese momento no pensaba más que en una cama seca y un buen descanso.

Intentando mantener el equilibrio, acelero el paso y me encamino hacia la luz en el horizonte.

Poco a poco te diriges hacia las luces. El bosque es espeso, pero la oscuridad te facilita la labor de guiarte a través de él. El barro y la lluvia hace que patines, y poco a poco vayas enfureciendote con las circunstancias que te rodean. Y cuando subes una pequeña elevación de terreno, ves como las luces se transforman en un pequeño poblado. Varias casas de madera esparcidas sin orden ni concierto, y un rio atravesando la margen derecdha del mismo pueblo. Distingues como las primeras casas tienen un huerto a sus afueras, mientras que las casas centrales son más altas.

Por fin, un lugar donde resguardarme. Pienso mientras me dirijo rápidamente hacia el poblado para buscar una posada o un lugar seco donde pasar la noche.

La noche había avanzado ya, y con la oscuridad, ya no se distiguían los nubarrones del cielo. Ninguna estrella brillaba en el firmamento y la lluvia no daba tregua. Entras en el pueblo mirando a derecha e izquierda buscando una posada o lugar donde pasar la noche.El silencio del pueblo solamente es roto por la corriente del rio, que baja por la margen derecha del pueblo. Vas avanzando por lo que parece la calle principal, mientras tus pies se hunden en ellodazal en el quese ha convertido el acceso al pueblo. Poco a poco las edificaciones van cambiando, de simples granjas de madera a grandes casonas de varias plantas hechas con piedra tallada. Llegas a la plaza del pueblo, donde una fuente corona el centro. Cercando la plaza, hay varias casas nobiliarias con grandes escudos tallados en las fachadas, y dos construcciones destacan del resto por su parquedad. Un establo, y lo que parece ser una pensión.

Por fin!!!!!!!!!!!!!!!!! un sitio donde cobijarme Pienso mientras me acerco a la ventana para ver el interior. La noche ya había avanzado mucho y no esperaba ver a nadie, pero por lo menos me gustaría comprobar desde fuera el estado de la posada. No es que tuviera mucha opción, ya que era eso o el establo, y muy mala tenía que ser para que decidiera el establo.

Miras por la ventana y ves un salón vacio. Ya es tarde y no queda nadie dentro de la taberna, aunque ella no te parece el típico lugar cochambroso de los pueblos.

Compruebas que aunque hay luz dentro, la puerta está cerrada. Das unos golpes secos en la puerta, y al cabo de unos segundos oyes una voz desde el interior. Un momento, ahora voy.

A los pocos segundos un humano abre la puerta sonriente:

-Buenas noches..... bueno, por decir algo. Pero pase por favor pase. Dice amablemente mientras se hace a un lado dejando ver un pasillo que conduce a una larga barra.
 

- Gracias, la verdad es que la noche está muy desapacible. Respondo al amable posadero. Me gustaría pasar la noche si es posible. Cenar algo y descansar. El viaje ha sido agotador.

- Claro que si señor. La cena con el desayuno y la habitación serán dos coronas. Responde el posadero que aunque amable parece agetreado. Si quiere subir a secarse y ponerse cómodo, la cena estará preparada para cuando baje. La habitación está en el segundo piso, la penúltima puerta a la izquierda.

La verdad es que era la mejor noticia que me habían dado. Una cama seca y una cena caliente. Subo las escaleras para llegar a la habitación y secarme. no sabía si mis mudas estarían secas, pero por lo menos podría descansar.

Subes las escaleras en dirección a la habitación, cuando oyes unos ruidosos pasos bajar. El típico matatrolls enano aparece al doblar la escalera bajando de tu piso. Os saludais parcamente y llegas a la habitación. Abres la habitación y te inunda un fresco olor a lavanda. Enciendes la lámpara de aceite y ves una habitación parcamente amueblada. Dejas el equipaje y te sientas en la cama. Algo te dice que vas a dormir muyyy bien. Las suaves sábanas emanan el olor de los ramilletes de lavanda colocados bajo la almohada.