Partida Rol por web

El coche se detuvo a una distancia prudencial de la cancela que cerraba el recinto, los faros se apagaron y las puertas se abrieron dejando paso a cuatro figuras, cuatro sombras que se movían en la noche en dirección a la entrada principal.

A la cabeza, como era lógico, avanzaba el detective Graves, seguido inmediatamente por el resto de sus compañeros.

Se trataba de una antigua mansión de Nueva Inglaterra rodeada por una finca cuadrada de 2.000 metros cuadrados y delimitada por una verja de hierro de tres metros coronada por una fila de pinchos afilados.

En el interior, a lo lejos, los investigadores podían ver luces en movimiento, probablemente linternas de los centinelas que vigilaban la verja, no pudieron precisar cuantos debido a la extensión de la finca y al terreno accidentado.

La entrada principal también estaba dotada de un guarda, como era de esperar. El tipo, con cara de llevar varios dias sin pegar ojo y con una reluciente Tommy colgando del hombro daba vueltas, arriba y abajo en los cuatro o cinco metros que había desde su garita hasta el otro lado de la puerta. Ese sería el primer obstáculo que deberían sortear si querían acceder al interior de la vivienda.

- Detective - Phil ha recuperado ligeramente la sobriedad tras el sueñecito que se ha pegado en el viaje - ¿cómo quiere afrontar esto? ¿Queremos..... colarnos?

-"Bueno....parece ser que la invitación para pasar deberá presentarla el Detective." les dije mientras me fijaba en la Tommy. -"¿alguna sugerencia?¿Decimos que investigamos un caso en el que uno de los hombres del tal Bannon ha aparecido muerto y debemos hablar con él?¿Sólo serán unas preguntas...aquí o en comisaría?" sugerí

Mientras el grupo decidía el guión a seguir para conseguir el acceso a la finca se pudieron dar cuenta de que el guardia de la entrada detenía su constante ir y venir de un lado al otro de la puerta para quedarse observando al grupo durante unos momentos.

La distancia a la que se encontraban era lo suficientemente amplia como para que le guardia no se molestara en dejar su puesto, pero les había quedado constancia de que su presencia allí ya no era un secreto.

-Bueno, al parecer lo de colarnos va a estar complicado a partir de ahora- Pensó John en voz alta -Nuestra presencia aquí ya no es ningún secreto. Y sí, opino que lo mejor es plantearle al Sr. Bannon directamente qué nos ha traído aquí. Por un lado no tenemos mucho tiempo para andar perdiéndolo, y por otro, hacerle ver que en principio no es nada en contra suyo supongo que le hará ser más "colaborador"-

-Concuerdo con ello. -Respondió Robert en un susurro mientras se incorporaba a la par que su compañero, a continuación se dirigió al guardián más próximo.

-Tal vez la corrupción en el cuerpo sea mi baza.- Decidió mientras con una voz firme y decidida habló, ni muy alto para no ser descarado, ni en un susurro para que no se intuyese cobardía.

-Traigo nuevas. Le interesarán a tu jefe.

Conforme el grupo se acercaba a la puerta principal pudieron percatarse de que el ambiente no era el que cabía esperar en la guarida de un gangster, centinelas que iban y venían por la verja que delimiitaba el perímetro de la finca no sólo vigilando, si no como esperando algo o a alguien.

El nerviosismo del guardia que custodiaba la entrada tampoco era normal.

Traigo nuevas. Le interesarán a tu jefe.

El hombre de la ametralladora los miró como miraría a un extraterrestre.

-Largo de aquí. No tengo tiempo que perder con vosotros- escupió la frase.

El detective pareció perder la paciencia ante aquella respuesta. Acostumbraba a ello cuando le trataban con desprecio, algo habitual cuando no había intereses de por medio.

-¡Escúchame maldito desgraciado! Habla con tu jefe, dile que un policía quiere hablar con él. Tengo noticias de Bobby. –Tras susurrar sus últimas palabras esperó… Aquel secuaz parecía corto de entendederas.- Me da la sensación que eres nuevo y no sabes lo que hace el jefe Bannon cuando no le gusta algo. Esto le interesa y si no le llega tendrá un problema.

Al escuchar el nombre de Bobby, el guardia se puso en tensión, primero su expresión fue de terror, después cambió a una furia sorda.

-¡Maldito polizonte!- dijo apretando el mango de su arma mientras se encaraba con Robert -¿Que cojones sabes tu de Bobby?¿Qué sabes del señor Bannon?- la mano libre del sicario aferró con fuerza la pechera del detective.

-¡Habla! ¿Dónde están?¿Y el resto?- su tono de voz era muy agresivo, pero también había un atisbo de miedo.

Evidentemente, la situación no era la que esperaba el detective Graves. Su actitud no solo no había achantado al guardia, si no que sus palabras le pusieron en una situación un tanto delicada.

-Ey, amigo!!! Tranquilícese!!! Intermedió John a la vez que, por un lado, cogía al guardia por la muñeca de la mano con la que estaba agarrando al detective para intentar soltarlo y por otro, llevó la mano libre al cinturón donde tenía alojada su arma. -Es mejor que nos calmemos y hablemos esto como seres civilizados. Llévenos hasta su jefe y es posible que tenga respuesta a esas preguntas por las que tanto interés tiene-

-Me paga la misma persona que a ti. -Informó en un susurro a su oído.

-¿Osas tocar a un policía? -Su voz era calmada. Se sentía inmune en cierta manera pues había una regla no escrita en el mundo del hampa y era que los policías no se tocaban. Eran malos para el negocio.

-Suéltame pronto antes de que esto vaya a más y llévame con tu jefe. No tengo por qué contar nada a un puto recadero.

- Caballero. No hay necesidad de violentarse - levanta su voz Phil. Hasta el momento había mantenido un perfil bajo para dejar a la gente del orden actuar. 
El señor Graves sólo pretende parlamentar. Haga el favor de bajar su arma y compórtese como el ser civilizado que parece ser. 

-Vienes aquí diciendo que tienes información de Bobby y ahora me dices que quieres hablar con el jefe? ¿Es que eres imbécil?- dijo mientras propinaba un empujón al detective con la mano que le mantenía aferrado haciéndole trastabillar un par de pasos hacia atrás* -¡El jefe y Bobby, junto con Louie, Francis y Little Joe llevan tres días sin dar señales de vida!-.

Luego miró a los otros hombres, en especial al que había echado la mano al cinto, su arma estaba lista para acribillar a aquellos intrusos, pero temía que una bala acabase en su pecho. -Largaos de aquí, ahora- sentenció más clamado**, sin dejar lugar a dudas al respecto de las consecuencias de no hacerle caso.

-Del señor Bannon no sabía nada. –Se disculpó-. Bobby… Hemos encontrado su cuerpo -Dejó que las palabras entrasen en lo profundo de su interlocutor.

-Tenemos una idea de cómo podría haber sucedido, pero para eso necesitamos entrar y comprobarlo. ¿Tenéis un cuadro?… -Apenas recordaba la descripción del otro cuadro.

-¿Phil? El cuadro, ¿cómo era?

- Si bueno.... - Phil duda si darle datos al matón de la puerta - el señor Bannon ha de tener un cuadro que nos puede ayudar a determinar dónde se encuentran. "Una mansión". Necesitaría ojear sus obras de arte para localizar el cuadro que salió del pincel del señor Henrichs. 

El comentario sobre el cuerpo de Bobby fue un duro golpe para el guardia, que se quedó inmóvil como congelado.

-Bobby es... era mi hermano- fueron sus únicas palabras al respecto, probablemente no era la primera persona querida o amigo que perdía, así era la vida de los sicarios, breve en la mayoría de los casos.

Por otro lado al oír el título de la obra que buscaba el grupo, el color de su cara desapareció, se puso muy serio y añadió: -Nunca he oído hablar de ese cuadro. Fuera de mi vista-.

-Vámonos. -Resolvió el detective. -No hay nada que hacer por aquí.

-Por ahora.