Partida Rol por web

¿Alguna idea? Joder Jeffry, tú eres el extraterrestre... yo no conozco nada de esto, no sé qué es ese bicho que nos persigue...

Cada vez que lo pienso e intento razonar creo que estoy mal de la cabeza... debo haber perdido el juicio en algún momento. ¿Será todo un sueño? ¿Estaré todavía en una de las celdas del manicomio? ¿Seré un paciente más de Freygan?

Todo mi universo se tambalea y no puedo hacer nada para remediarlo...

- ¿Sabes qué come esa cosa? ¿Siente predilección por algo? - pregunto gritando. Quizá podamos ofrecerle algún cebo más sabroso que nosotros...

- ¿Tiene algún punto débil? ¿Le asusta el fuego? - vuelvo a preguntar mientras rezo porque Jeffry pueda seguir esquivando al monstruo...

Al poco, mientras estás medio oculto, a través de las hojas de los árboles que te distorsionan la correcta visión del cielo, ves que pasa por los aires una especie de pajarraco enorme que chilla algo como: ¡byakheeeeeeee! El pajarraco tiene agarrado por las patas lo que parece un hombre con gabardina. ¡Kellemport!

Mientras estás pensando en cómo reaccionar, una masa enorme que tapa la luz y la visión cruza volando por encima de los árboles, detrás de Kellemport y el pajarraco.

Entonces empiezas a escuchar pisadas apresuradas, algunas no están muy lejos de ti.

De momento sólo Steiffen y Albert Johnson, y parece que se fijan en la pared donde está la cueva en la que te encuentras. Quizá te hayan visto, o te hayan confundido con alguna fiera.

—Espere, hay que mirar qué demonios es eso. Quizá luego nos siga y será peor. Llegados a este punto no podemos fiarnos de nadie, hay que ir con pies de plomo. Sólo nos llevará un instante.

Entonces Johnson se acerca lentamente.

Jeffry sigue dirigiendo el pájaro en la huida desesperada.

—¡Come de todo, mamíferos en general, aunque siente debilidad por los humanos en particular! ¡No por nada, los primigenios se tienen a sí mismos por dioses, les gusta someter a otros seres inteligentes!

Arwassa intenta derribar a Jeffry, pero éste consigue hacer una maniobra a tiempo y salvaros por los pelos.

—¡No creo que le guste el fuego, pero no sé dónde vamos a encontrar el suficiente como para hacerle daño! ¡Lo que daría por tener una pistola lanzarrayos en estos momentos!

Otro tentáculo esquivado, Arwassa se acerca cada vez más.

—¡Oiga! ¡Necesitamos aligerar peso, el primigenio es demasiado rápido! ¿Se vería capaz de montar uno de éstos?

Cielo santo, el muchacho te está proponiendo cabalgar una bestia alada.

Sigo corriendo todo lo que puedo, aunque me noto cada vez más cansado. Sé de sobra que no voy a poder correr eternamente. Los disparos me sorprenden, pero también me alivian en cierto modo. Aunque suene cruel, el pobre diablo que los haya hecho está actuando como distracción, lo que puede que me dé tiempo suficiente para meterme en algún refugio, y que pasen de largo pensando que he seguido corriendo. 

Aquello no era buena idea en absoluto, otro día sí, hoy no. Pero como no se le ocurriría seguir solo por aquel endiablado bosque, decidió que no tenía alternativa y con la escopeta presta siguió al Predicador, "cubriéndole".

Les hago gestos desde mi posición y les chisto, haciéndome visible.

- Pssss, psss, soy yo, Palance. Por aquí, por aquí.

- ¿Uno de estos? - repito la pregunta de Jeffry... - ¡Claro! Es como montar a caballo... ¡no hay problema! - digo como si tal cosa.

¿Pero de verdad se piensa que hago algo así todos los días? Esto no es ni medio normal... si salgo de ésta tengo que cogerme unas muy largas vacaciones.

Si Jeffry quiere intentaré montar a esta criatura insectoide... ni idea de cómo acabará la cosa... pero más locura que la que estoy viviendo no puede ser.

Parece que se ha producido un reencuentro, Palance ha hallado una cueva oculta por la maleza en una pared rocosa, bastante apropiada para ocultarse, y Steiffen y Johnson están intentando orientarse para encontrar la carretera. El que antaño fuera un trampero parece que conoce bien el bosque.

Y en esas se ve a Collins corriendo como una mecha y ahogándose por todo el trecho que lleva recorrido sin descanso con los zapatos pringados de barro y chorreando de sudor pese al frío del entorno. De momento no hay señales ni de Marlowe, Kellemport, Olmer, el jefe White y Jeffry.

Jeffry empieza a gritar algo impronunciable por un humano como:

—¡Enyz´azs rljtus´gt qaxaesr byakheeeeee, byakheeeeee!

Al poco se escucha una contestación en forma del desagradable chillido de otra bestia alada:

—¡Byakheeeeeee! ¡Byakheeeeeee!

Entonces aparece a lo lejos, es más grande que el que lleva Jeffry. El crío te sugiere que te sujetes el sombrero, porque el viaje va a ser movidito. Tras esquivar otro ataque de Arwassa, Jeffry coge impulso con el byakhee —así se llama la montura— y hace que te lance hacia el que acaba de aparecer.

Por unos instantes piensas que vas a ser fiambre, que eso no puede estar pasándote. Entonces la criatura se coloca debajo de ti en pleno vuelo, y te estampas contra su lomo, haciéndola perder algo de equilibrio.

Te haces daño, su espalda es huesuda y correosa, tus músculos se resienten y tu entrepierna se ha llevado la peor parte. Pero maldita sea, sigues vivo. Temblando de miedo no sabes ni cómo te aguantas agarrado, pues nunca has volado y la altura es considerable.

Por cierto, el byakhee apesta, el hedor que despide a muerto es francamente repugnante. Ahora toca aprender en tiempo récord cómo controlarlo, no lleva riendas ni nada parecido y Arwassa no está por la labor de dejaros escapar ni a ti ni a Jeffry.

Llamo también la atención de Collins de la forma más discreta posible. En la cueva podrá descansar... quizá para siempre.

Recorro los últimos metros, más arrastrándome que corriendo, para finalmente llegar a la pared de la cueva y apoyarme contra la pared, resoplando como un fuelle y sintiendo como el dolor de las heridas se hace presente. 

-Maldita sea... No se ofendan, pero no debí volver a por ustedes al manicomnio...

Tras entrar en la seguridad de la cueva apoya la espalda contra una de las paredes y se queda recostado intentando recuperar el aliento cuando ve entrar a Collins

- Gracias a Dios que están ustedes bien. Señor Collins, no teníamos otra opción, había que intentar rescatar al señor Kellemport. No sabíamos lo que esos maníacos iban a despertar... ¿sabe dónde pueden estar los demás? descansemos un rato y continuemos hacia el pueblo, creo que es lo mejor.

-No, lo mejor es quedarse quietecitos aquí, y esperar que esa cosa que han traído pase de largo. No me explico como hemos podido escapar hasta ahora, y creo que, sea quien sea el que ha provocado los disparos, nos ha dado la oportunidad de desaparecer. 

- ¿Y si esa cosa puede localizarnos aquí? ¿cómo sabemos que no tiene un sexto sentido para localizar seres humanos? cuanta más tierra pongamos de por medio entre nosotros y éso, mejor.

-No lo sabemos, pero mis suposiciones es que es bastante grande como para terminar alcanzándonos. Y no creo poder seguir corriendo mucho más. En nuestra primera "visita nocturna" no salí precisamente bien parado. Es un milagro que no muriera entonces, y que no haya muerto ahora al abrirse las heridas. 

- ¡Dividámonos! - grito a Jeffry mientras me encasqueto bien el sombrero con una mano y me sujeto firmemente con la otra.

Señalo a Jeffry hacia la izquierda y procuro que mi montura gire a la derecha inclinando levemente mi cuerpo en esa dirección. No quiero caerme y lo único que se me ocurre por ahora es quitarme a duras penas el cinturón del pantalón y engancharlo a alguna protuberancia del byakhee para luego atármelo firmemente en una mano... así espero no caerme si a este bicho le da por volar cabeza abajo...

Tengo el corazón acelerado y el estómago muy revuelto... juraría que estoy a punto de vomitar pero es un lujo que no me puedo permitir. Echó un vistazo rapido hacia atrás... al dividirnos no sé a por quién irá Arwassa... sé que no nos quiere dejar escapar pero no puede cogernos a los dos... o Jeffry o yo.

Rezo mentalmente porque persiga a Jeffry, él sabe manejar una montura de éstas, y sin mi peso podrá dar esquinazo al primigenio. Si me sigue a mí, tendré que idear algo.

- Míreme... yo tampoco estoy hecho un Adonis, pero hay que intentar llegar por todos los medios y de la forma que sea hasta el pueblo. Allí hay coches para escapar. Como somos de opiniones contrarias, creo que deberíamos votar todos qué hacemos.