- ¿Pero qué diablos es eso...? Hay que esconderse... parecen muchos y cabreados... acierto a susurrar a mis dos compañeros.
¿Nos da tiempo a recular a alguna habitación o hay que hacer alguna tirada?
Tenéis tiempo siempre que no os entretengáis. Decidme qué habitación queréis usar y si dejáis la luz encendida o apagada, la puerta abierta, cerrada, entornada, etc. Aunque parezca un Perogrullo es importante dado lo que va a suceder.
—El Sr. Jhonson tiene razón, en el bosque somos vulnerables y podríamos darle alguna oportunidad, debemos actuar en un espacio abierto, por ejemplo, delante del manicomio donde la acorralaremos, machacaremos, destrozaremos y venceremos!!!!
No quiero seguir el rastro de la cosa por el bosque, aunque lo más probable es que tampoco supiera. Debemos ir por el camino y actuar juntos para tener alguna oportunidad.
Me cago en la... ¿hay algún modo de saber si está herida?
Retrocedo francamente asustado por la algarabía que se adivina al otro lado, haciendo una seña a mis compañeros me dirijo al trastero que vi al lado de la sala de exploración B3. Es un buen sitio donde esconderse, tiene ventana y acceso rápido a las escaleras al sótano por si hubiera que huir por la tolva del carbón.
Una vez dentro cierro la puerta y espero con el arma cargada en silencio, escuchando lo que pueda venir por el pasillo, intentando que no me delate el latir de mi corazón.
Supongo que estamos los tres juntos en el trastero y que cabemos dentro.
Caminaba como un muerto viviente detrás del resto, tapándose la herida con un trozo de tela en todo momento, como si así de alguna manera, mitigase el incipiente dolor que sentía en la zona del tiro.
Al ver el gesto de Palance, asintió casi imperceptiblemente y siguió a su compañero sin poder evitar arrastrar los pies, aunque le hubiesen dicho que estaba fuera de peligro, lo último que le apetecía era andar deambulando por ahí pero kellemport era Kellemport.
Entró en la habitación y se echó a un lado el dintel de la puerta todo lo rápido que pudo.
Aprovechándote de la oscuridad reinante observas a la criatura y sopesas tus opciones. Freygan no parece herido, no tiene muestras de ningún disparo, ni de explosión, ni de nada. Su piel es rosada y fresca, como si se hubiera regenerado hace poco, y gana masa de carne al devorar el cadáver del suelo. Con el ruido de la lluvia no puede captar tu respiración acelerada por el miedo, pero nada te garantiza que dentro de un rato no te vea.
Puedes hacer cualquier cosa o sencillamente permanecer quieto rezando por que pase de largo y se dedique a otros asuntos. Hay piedras en el suelo, con lo que lanzar una y fijar su atención en el ruido podría ser una opción. Pero eso también la alertaría de que hay algo o alguien circulando por el recinto. Ir hacia la puerta del recinto, trepar y huir podría ser otra, pero tendrías que ser muy discreto para que no te viese. Puedes ir hacia algún árbol y trepar para saltar por el muro, pero recuerdas los cristales que hay sobre el mismo.
Cualquier cosa que se te pueda ocurrir entraña un riesgo. La decisión es tuya.
La puerta blindada se abre y una multitud avanza. Por la dirección que toman las pisadas se dirigen hacia la salida y los comentarios recuerdan a los de gentes cuya cordura decidió tomarse unas vacaciones anticipadas. No podéis distinguir demasiado bien si son los pacientes del sanatorio o si son más celadores, pues en esa casa de locos no hay ni un solo cuerdo.
No reparan en vosotros, pues nadie se toma la molestia de abrir la puerta en la que estáis escondidos.
—Mierda y mil veces mierda, esto cada vez va a peor, ¿qué más puede puede pasar?
¿Tirar piedras requeriría tirada? Por ejemplo, discreción o algo así para que no me viera.
- He debido de perderme algo gordo. No entiendo quién es toda esa gente y a dónde demonios van. ¿ Son los enfermos? ¿Los están usando de hueste mamporrera?- preguntó apenas en un susurro.
El primer lanzamiento no requeriría tirada, pero a partir del segundo la bestia estará más prevenida.
¿Cuál es tu plan? De momento ni te ve ni te busca.
Estaba pensando en algunos cristales rotos, para alertar a los de dentro de que algo ocurre, y alejar a la de fuera de mí.
Oki, pues adelante, actúa como prefieras :-)
No puedo evitar que mi respiración se acelere al ver aquello. Aquella maldita cosa, Freygan, había vuelto. Aquello era aún más mala suerte, pero no dejaba de ser otra muestra más de la mala idea que había sido entrar en el manicomnio.
"Y pensar que me he visto arrastrado de vuelta aquí para salvar a éstos imprudentes..."
Desde luego, algo debía hacer. Pero, ¿el qué? Debía intentar advertir a los que estaban dentro, pero moverse demasiado sería peligroso. Sólo se me ocurre una cosa, hacer ruido... Pero el ruido no debía provenir de mi, sino de otro punto, para que no fuera tan fácil localizarme. Cogiendo un par de piedras, doy con la solución. Romper algunas ventanas. Aquello quizás alerte a los que se encuentran en el interior, y no le comprometería mucho. Con ésa idea, empiezo a arrojar ésas piedras a los cristales, procurando pasar desapercibido.
Motivo: Discreción
Tirada: 1d100
Dificultad: 65-
Resultado: 86 (Fracaso)
Perrrrfecto xD
Lanzas piedras contra los cristales. El primer cristal roto llama la atención de Freygan de inmediato, quien pone sus ojos a escrutar el motivo del suceso sin demasiado éxito, sin embargo, el lanzamiento de la segunda piedra es captado por uno de sus ojos erráticos que enseguida repara en tu presencia.
No obstante, cuando crees que va a abalanzarse contra ti, ves que una multitud sale por la puerta del sanatorio. Es un grupo de personas vestidas con pijamas de paciente. No sabes cómo ni por qué, pero los locos de Greenwood están libres, lo que enfurece a Freygan sobremanera. Los encabeza un tipo calvo y enorme.
La bestia ruge como jamás habías escuchado a otra especie animal, de una forma tan terrible y descarnada que te hiela la sangre. No se detiene con prolegómenos, agarra al primero que tiene a mano y en cuestión de segundos le arranca la cabeza con sus tentáculos. El resto de locos empieza a gritar, a aullar y a correr.
Tira por Cordura. Esto vale tanto por lo que habías visto antes —devorar el cadáver— como lo de ahora.
De pronto, escucháis un rugido como nunca habíais oído proferir a especie animal conocida. Proviene del exterior. Al poco una algarabía, gritos de pavor, auxilio e improperios.
Tirad por Cordura
Motivo: COR
Tirada: 1d100
Dificultad: 51-
Resultado: 11 (Exito)
Espero a que me contesten para no postear 2 veces seguidas,.
El edificio del manicomio se divisa a lo lejos, os queda poco para llegar. Cuando os estáis acercando, escucháis un rugido que os hiela la sangre. No hay especie animal conocida capaz de proferir semejante sonido.
Tira por Cordura.
—No sé qué demonios está pasando, esto es demasiado raro. Aunque algo me dice que los enfermos se han topado con el doctor. Esta huida de los locos tiene que ser cosa de Kellemport, ¿dónde demonios estará ese hombre, y en qué ha estado entretenido todo este tiempo? Deberíamos movernos.