Partida Rol por web

-La fórmula de modo que pueda ser compatible con este humano... Maldita sea. Chico, dime que lo que se me está pasando por la cabeza no es cierto. Tú eres de aquí, ¿verdad?

- ¿Cómo que tu gente? ¿Acaso no eres humano?

No sé si reírme o llorar, este personaje ya me está escamando. Lo cierto es que en cualquier otro caso ya se hubiera llevado una guantada por insolente, pero después de ver lo de Freygan y el portal, y todo lo demás... la cosa cambia.

De pronto, la evidencia empieza a imponerse. Los cardenales que están cerca del lugar de la punción empiezan a desaparecer. La fórmula está haciendo efecto a una velocidad imparable. En el momento que haya riego sanguíneo se distribuirá por todo el cuerpo. El muchacho empieza a hacer a Kellemport un masaje cardíaco para que la sangre fluya.

Marlowe está estupefacto.

Mientras presiona en el pecho de Kellemport:

—Mi cuerpo es humano, pero mi mente es de otro tiempo, de antes que vuestra especie existiera. Freygan me capturó y me provocó todo el dolor posible para que le contase secretos arcanos. En cierto sentido, soy el culpable de que se haya convertido en el monstruo que es ahora. 

- Marlowe, ¿qué está pasando?... no acabo de creerme los efectos que se producen en Kellemport tras la inyección y recurro a su sabiduría, no obstante por su cara de sorpresa anda igual que yo de atónito.

-Muy bien. Muy bien-repito, más para convencerme a mí mismo que para otra cosa-espero no arrepentirme de ésto. Vamos a llevarle a electroterapia. 

¡Necesitaba estar con el muchacho a solas durante horas!

Ya estaba relamiéndose del artículo que escribiría para la revista de la Universidad... ¡nada de eso! con una información tan jugosa podría llegar a Enigma o a los periódicos nacionales, sería una eminencia, sería Rector! escribiría libros...

- ¿Y qué tiempo es ése? ¿Cuál es tu verdadero nombre? ¿A qué raza perteneces?

—Mierda, es evidente lo que está pasando, lo que no entiendo es por qué, ni cómo, es médicamente imposible, ¡imposible! Demonios, chico, no sé qué eres, ni de dónde vienes, pero tenemos mucho de qué hablar. Miren, los hematomas desaparecen. Me tengo que estar volviendo loco. Carguemos con él, vamos a probar con la electricidad. Si se produce lo que el muchacho dice, será una revolución científica.

Y con ésas, cargáis el cuerpo del amigo Kellemport con el máximo cuidado del que podéis hacer acopio. Os da miedo hasta de tocarlo, su cuerpo se está regenerando a velocidades alarmantes, hasta parece rejuvenecer. Quizá hasta desaparezca la secuela de la pierna.

—Mi mente existe desde hace millones de años, antes de que cayera Yith y la gente incorpórea tuviera que huir de la destrucción del planeta. Las mentes de Yith viajaron a través del cosmos hasta llegar a la Tierra y ocuparon los cuerpos de una raza de seres cónicos que ya no existe. Los yithianos enseñaron a los seres cónicos cuyas mentes no habían sido ocupadas su cultura, y nos mezclamos con ellos convirtiéndonos en lo que se llamó La Gran Raza, eso fue hace cuatrocientos millones de años. Más adelante la Tierra se repartiría entre la Gran Raza, los mi-go y los parientes de Cthulhu. Este último y los de su especie gobernaban desde el Pacífico y los continentes perdidos de R´lyeh y Mu. Los mi-go dominaron el norte del planeta, mientras que en el sur la Gran Raza tuvo la supremacía, la más grande de nuestras ciudades fue Pnakotos y estaba ubicada en lo que hoy se conoce como Australia. Pero hace quince millones de años La Gran Raza fue exterminada por los pólipos volantes en una guerra terrible. Los seres mentales abandonaron entonces sus cuerpos cónicos y algunos se instalaron en una raza de coleópteros, y otros viajaron a través del tiempo buscando su lugar, y también sabiduría.

Yo llegué hasta el cuerpo de este niño tras vagar a través de los recovecos del tiempo. Los padres de Jeffry buscaron ayuda en el doctor Freygan, pues yo no me había adaptado todavía a mi nuevo cuerpo, y pensaron que estaba enfermo. Él me enseñó a andar y yo le hablé de secretos del pasado. Pero Freygan era ambicioso y quiso saber demasiado, y sobre todo de los shoggoth. Me sometió a tormento y me encerró en un campo magnético para que mi mente no pudiera escapar. Me obligó a contarle la mayor parte de lo que sabía sobre esos seres, y terminó convirtiéndose en uno de ellos, aunque no por completo.

Yo no tengo nombre, sólo soy una conciencia, ahora soy Jeffry, mañana seré otra cosa.

Llegáis hasta electroterapia. Colocáis a Kellemport del modo que el niño sugiere y situáis los electrodos oportunos. Al hacer pasar la electricidad a la potencia que Jeffry pide se funden los plomos y el manicomio acaba a oscuras. Al poco alguien siente el tacto de una mano y una voz harto conocida...

- ¿Qué demonios? - pregunto extrañado. Parpadeo pero sigo sin ver nada. Lo último que recuerdo fue el golpe de aquél psicópata... en buena hora le ayudé a escapar. Palpo a mi alrededor intentando encontrar un punto de apoyo y ponerme en pie...

- Jeffry... ¿estás ahí? - pregunto casi en susurros.

—Aquí estoy, señor, le dije que volvería a por usted —dice de una forma cándida.

—Hay que joderse. John, ¿está usted ahí? ¿Se encuentra bien?

- Estamos todos aquí Kellemport, bueno casi todos.... apostillé pensando en Olmer...parece que eres más duro de lo que parecía.

Rápidamente corto las conversaciones estériles.

- No es por nada pero nos convendría tener algo de luz y actuar rápido, ya habrá tiempo para las explicaciones, debemos salir de aquí, debemos usar el portal y Olmer está ahí fuera dándose de golpes con Freygan. Jeffry, ¿alguna idea para acabar con Freygan o al menos distraerle para sacar a Olmer de allí?

Me temo que es el único que puede aportarnos de utilidad algo contra esa bestia.

—Freygan es mitad humano y mitad shoggoth, le debe afectar el fuego y especialmente el disolvente celular, igual que a los shoggoths. También sería posible bloquearlo con un campo magnético. Pero no hay tiempo de preparar disolvente celular, y mucho menos de construir la máquina que genere dicho campo. Además, tengo el presentimiento de que algo malo va a suceder de forma inminente, peor que Freygan, deberíamos salir de aquí en cuanto antes.

La mayoría decidimos seguir el plan y lanzamos nuestros bidones abiertos de gasolina hacia la bestia.

Por otra parte, Eliphalet y el Jhonson utilizamos nuestros rifles para acariciar al bicho. Demostrando ambos que la madurez afina la puntería!

—Esa cosa va a sufrir!!!