Tras un buen rato de camino, treinta kilómetros, el carretero os deja junto a un arroyo, prefiere no adentrarse en el bosque, no quiere tratos con los ocupantes de la colina. Os sugiere que sigáis el río hasta encontrar el campamento. Bajáis de la carreta doloridos, sólo el padre Hoyt parece a sus anchas, como si hubiera viajado toda su vida de esa manera. Marlowe tiene una cara bastante agria. El hombre sigue su camino y os quedáis a solas, promete recogeros cuando regrese, por la tarde-noche. Dice que le esperéis en ese mismo lugar.
—Bueno, ya estamos aquí, tengo verdadera curiosidad por conocer a esas gentes apartadas de la mano de Dios.
—No hay nada que me dé mayor alegría que conocer otra decadente forma de vida.
Se enciende un cigarro aprovechando que tiene los bronquios bien abiertos y que el humo va a penetrar en sus pulmones como un torrente.
- Siento no compartir su entusiasmo Padre, espero que no tardemos mucho- en verdad no era que Edward fuese un clasista, es más, el mero hecho del clasismo le repugnaba profundamente. Él lo que despreciaba era la falta de cultura y el analfabetismo, independientemente de la clase social del sujeto, habría una buena dosis en la colina a buen seguro.
- Imagino que no tardaremos mucho, hagamos unas cuantas preguntas rápido y rece Padre para que las respuestas puedan arrojar algo de luz al asunto.
—No hay nada mejor que el trabajo de campo, señor Steiffen, el contacto con la historia viva. Es magnífico estudiar textos antiguos, pero encontrarte justamente en persona ante el relato..., no encuentro palabras para describir el placer que me produce. En cualquier caso, mejor no dejarse llevar por el entusiasmo erudito y centrarnos en la búsqueda que nos ha traído hasta aquí.
Señor Marlowe, ¿tiene... todo a punto por si acaso?
—Claro Padre, aunque como siempre recomienda, como último recurso —sonríe de forma sarcástica.
Ya se imaginaba Edward que no hablaban de algo precisamente pacífico, ese Marlowe tenía la pinta de ser el típico que podía ensartar de plomo a otro hombre sin pestañear, en fin, que podían ir seguros con un hombre como aquél.
Seguís el curso del río, tal y como os ha recomendado el carretero. El bosque es bastante espeso y húmedo, cubierto de un denso mantillo, las aguas que fluyen son cristalinas y están heladas. El cielo está nublado y amenaza con lluvia de nuevo. Mientras avanzáis os llenáis el calzado de barro, lógico con toda el agua que cayó ayer.
Recorréis, según los conocimientos de Palance y Marlowe, unos tres kilómetros hacia el interior y os topáis con un campamento formado por cabañas o chozas. Estáis lo bastante lejos como para que sus ocupantes os vean, pero también como para que no podáis distinguirlos con claridad.
Nota: digo kilómetros por comodidad, se supone que los personajes no hacen uso del sistema métrico.
- ¡Que empiece el espectáculo...! Padre Hoyt, todo suyo- dice dando a entender que pensaba participar lo mínimo con aquella gentuza.
De pronto, cuando Steiffen, Palance, el padre Hoyt y Marlowe están a punto de avanzar hacia el campamento, se escucha un ruido de pasos por atrás. Alarmados, se giran y pueden ver con asombro que los compañeros que habían dejado atrás, en Greenwood, se encuentran en ese lugar. Parece cosa de magia, aunque la magia es más bien obra del genio de la mecánica Henry Ford y de una voluntad férrea que les ha hecho avanzar a marchas forzadas hasta este lugar. Motivos parece que no les faltan.
Ya estáis todos reunidos. ¡Milagro! XDDDDDDDDDDDD
Saludo primero con la mano a nuestros compañeros y luego me llevo el dedo índice a los labios para pedir silencio.
Cuando llegamos a su altura les susurro: - Parece que hemos llegado a tiempo... ¿Se han topado con alguien o de momento no? -
Comento en susurros,
—Tenemos sospechas fundadas de que esta gente además de paganos pueden ser muy peligrosos.
- ¡ Pero qué dicen! ¿Qué les ha pasado? ¿No habíamos quedado qué...? ¡Peligrosos! Pues claro ¡Qué novedad! Son chusma barriobajera claro. ¿ Paganos?- brillo de interés en su mirada -¿Podrían especificar? ¿ A qué se refieren con paganos?
- ¿Pero qué demonios... guardo silencio ante el gesto de Kellemport, ya habrá tiempo de aclarar lo extraño de la situación. De momento me dedico al estudio del terreno y de la flora y fauna circundante a la extraña población, a ver si voy sacamos algo en claro.
Motivo: Botánica
Tirada: 1d100
Dificultad: 41-
Resultado: 70 (Fracaso)
Motivo: Geología
Tirada: 1d100
Dificultad: 26-
Resultado: 18 (Exito)
Motivo: Zoología
Tirada: 1d100
Dificultad: 60-
Resultado: 23 (Exito)
Motivo: Rastreo
Tirada: 1d100
Dificultad: 50-
Resultado: 13 (Exito)
Tiro las habilidades de conocimiento del terreno para tener una orientación de sus efectos sobre su biotopo. Rastrear por ver cuanta gente vive por allí y como se mueven.
-Sí, pueden ser peligrosos... ¿Se acuerda de Bhule? Puede que sean algo similar, no estoy del todo seguro... Pero lo cierto es que todo ésto me gusta cada vez menos-digo, con el revólver que me han prestado en la mano y mirando alrededor intranquilo.
Palance se dedica a hacer una prospección del área circundante al campamento antes de internaros en él, intentando ser lo más discreto posible. El primer vistazo clínico muestra lo que es obvio en esa zona, un bosque caducifolio con presencia de animales salvajes como el venado de cola blanca, mapaches, lobos, pavos salvajes y ardillas. Destaca también un área de cultivo más o menos extensa cerca del campamento cuyas plantas no llega a reconocer. No hay nada relevante geológicamente hablando para la misión que os traéis entre manos.
Sus habilidades de rastreador denotan movimiento de gentes de todas las edades, desde niños hasta ancianos, y sobre todo hay huellas visibles que llevan hasta la colina de Stonecrest, el campamento se halla cerca de su pie. El bosque es lo bastante espeso como para no poder visualizar con claridad hacia qué punto exacto de la montaña llevan las huellas.
Puedes marcarte las habilidades que has usado con éxito, Palance.
- ¿Nos aproximamos de buena fe y sin armas en la mano? - pregunto a mis compañeros. - Creo que al menos debemos darles una oportunidad de exponer su punto de vista sin arriesgarnos a tener prejuicios por lo que nos hayan contado. -
No creo que esa gente sea peligrosa en un primer encuentro... pero si nos acercamos armados desconozco el tipo de reacción que podrá causarles. Confío en que siendo un grupo numeroso como somos, siete personas, no intenten hacer ninguna tontería... Aunque es probable que no se vean dispuestos a hablar.
—Bienaventurados los pacíficos, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Estoy de acuerdo con el señor Kellemport, mostrarnos amistosos nos puede ahorrar problemas.
- También podríamos dejar apostado a alguien escondido como recurso de última hora si todo saliera mal. No cuesta nada y llegados los problemas una escopeta inesperada puede disuadir de males mayores.
- Muy bien pensado, Palance. - observo. El tipo no sólo es grande, también piensa rápido. Eso es bueno. - Avancen. Yo esperaré por aquí. Buscaré un buen lugar de observación. Si tienen problemas graves intervendré... pero sólo si veo que no hay otra opción. No hay motivo para alarmar a los paganos. -