Partida Rol por web

 El fortachón que estaba en la barra, al otro extremo tuyo, saluda al viejo canosos, que se ha puesto en la barra, en medio de los dos.

 Que yo sepa, dos personas distintas pueden tener el mismo nombre no?. 

Fijo que alguno es falso... (como el mio). Bueno... jej habrá que investigar.

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Miré al tipo que me hablaba. Era un tipo enorme, la verdad. Ante su pregunta dudé. Le di un sorbito a mi vino, y volví a dudar...

MMmmm... bueno... -le dije. Tampoco es gran cosa, muy dulce, eso sí. Me gusta más el que hacen los lugareños de Etxarri-Atananz, ¿sabes cual es el sabor que digo?

 El fortachón parece contento de que alguien le de conversación.

-No, la verdad poco conozco por esta zona, soy de fuera, así que no se a que sabor se refiere. no obstante este vino me gusta lo suyo- dice mientras se pide otra copa.- Yo soy Ramiro - te tiende la mano- encantado.

Encantado. Mi nombre es Karlos, la verdad es que hacen buen trabajo con las uvas de aquí -le estreché la mano al tiempo que hablaba.

¿de dónde dice que es? Creo haberle confundido con un amigo con su mismo nombre al que tiempo ha que no veo...

 Ramiro se sienta ya mirando hacia a ti, parece que estaba buscando conversación para pasar el rato y cree que la ha encontrado contigo.

- Pues soy natural de Tolosa buen señor, pero el trabajo me ha traído por estos lares. Pues si, creo que me ha confuncido pues yo no le conozco de nada. Dígame, que le trae por estas tierras?

Poseo unas tierritas con ganado en Etxarri. A veces hago vino con un vecino del pueblo. Si vas por allí alguna vez pregunta por Karlos. No tiene pérdida. Te invitaré a "lo que sale de nuestras uvas" (aunque no es del todo vino...). Nos sale mosto más que nada... -dije de modo paciente y amistoso.

Ahora...¿me disculpa unos segundo? Creo que he visto a mi amigo. Enseguida vuelvo. ¡No se beba todo el vino! ¡déjeme un par de sorbos!

Dicho lo cual, heché una mirada algo ambigua y a la vez amenazante a Alvar el tabernero. Luego me dirigí escaleras arriba. Ahora sabía quién me había citado allí. Sabía cómo era su cara: Ramiro, "el bueno", estaba sentado con el judío. Al parecer es un hombre local, de la villa. No había posibilidad de error.

Subía las escaleras poco a poco.

 Al terminar de subir de las escaleras te encuentras a Ramiro y al judío de frente. Tu los ves, y ellos te ven.

 Según termináis de subir las escaleras y andáis un poco, os percatáis de que el viejo canoso de la taberna está justo detrás vuestra.

 Por extraño que parezca, el haberte metido debajo de la cama dejando los pies fuera no es suficiente para que Ramiro te vea, y entra en la habitación como si nada.

-Venga por aquí, tengo la mercancía justo sobre la cama.- oyes decir a Ramiro a un interlocutor desconocido.

 Cambio, de escena. Cierro esta y os hago un breve resumen de lo ocurrido hasta ahora para cada uno en la siguiente escena.

Miré al pueblerino (Ramiro). Miré al judío.

Tapaba intencionadamente el paso de bajada a los dos tipos. Me daba igual su reacción. Mi guarida estaba en juego, toda la cautela de estos años estaba siendo puesta en peligro.

Miré al judio, de nuevo.  Sin apenas mover el cuerpo, (excepto los labios), hable a Ramiro (no me importaba quién fuera el otro sujeto):

Conocer es recordar, mas yo no te recuerdo en mis pensamientos. ¿Te ocurre lo mismo al mirarme, Ramiro?