Partida Rol por web

-Pensé que ya te habías dado cuenta. No entiendo...

Dice Amy, negando con la cabeza, y con aspecto serio. Levanta una de sus manos y dice unas palabras, son en latín así que no llegas a entender qué dice pero ves cómo una luz verde sale de su palma. Parece una pequeña luciérnaga, si es que dichos bichos tuviesen ese tono de color. 

-Hice el hechizo localizador. Pregunté y él me llevó a ti. 

La luz comienza a moverse y te empieza a rodear. Gira alrededor de ti como si fuera un rada que hubiese encontrado su objetivo. Nunca antes habías visto semejantes prodigios.

-Me dijo que tú eres la bruja y Gabriel el Warlock. Quizás me dijo mal, tal vez el Primero esté de nuevo en Sunnydale y mienta. Aunque no lo he sentido.

Amy dijo algo más y la luz se apagó, la de esa "luciérnaga". Apesadumbrada concluyó con estas palabras:

-¿Entonces no quieres que te muestre tu poder? Lástima...

Cuando las luces comenzaron a rodear a Darla, ésta abrió la boca totalmente sorprendida y con ojos de curiosidad.

Ala, tía, ¿cómo has hecho eso? dijo mientras daba con su dedo índice a una de esas luces.

¿Qué es un Warlock? ¿Algún tipo de cretino?  ¿Y dices que yo tengo poder? dijo mirándose las manos

Pero sigo sin entenderlo. ¿Cómo funciona?

-Sobre los agujeros en el cuello sí tengo noción- dice Willow mientras le explica a Gabriel como untarse las manos con la poción. Se aplica como si fuese una crema y tiene una contextura un poco pastosa. Tampoco huele muy rico, pero obviamente no estaban haciendo un hechizo de perfumería.

-La chica que llamas Melissa no ha venido aquí, a Sunnydale por casualidad. Aunque ella aún no lo sabe, pero está a punto de aprender que es parte de un plan mayor.  Esas marcas son de vampiros. Sí, vampiros.

Willow toma las manos de Gabriel y las levanta verticalmente, de manera que las palmas del chico miran ahora hacia una pared en la que ha colocado esos tableros para dardos.

-Respira hondo y concéntrate en impactar en su centro. Cuando sientas la energía pasar por tus manos empújalas hacia adelante, suavemente.

No ha contestado a la pregunta de la sombra, pero por la mirada de Willow ya dirá algo, ahora está enseñándole a Gabriel a usar magia por primera vez.

 Me concentro y extiendo mi mano, tratando de imagina una esfera de energía saliendo de ella para impactar en uno de los tableros...

 Tardo casi un minuto, esforzándome en lograrlo, mientras comienzo a desesperarme... Pero entonces, como alimentada por mis emociones, una esfera sale de mi mano y abre un boquete en donde antes estaba el blanco...

 - ¡Coño!. ¿He hecho yo eso?. - Miré asombrado, sonriendo. Pero entonces me doy cuenta lo que he dicho y miro a mi maestra avergonzado. - Lo siento...

Andrew le informó a Melissa cual era el estatus de la situación. Aunque podría parecer increíble a otro ser humano, para la chica no sería problema aceptar que eso era un vampiro: una, porque la información ahora ingresaba a su cabeza como algo que ya estaba latente, en el espíritu de la cazadora; dos, porque la maldita chica tenía dos enormes y picudos dientes. 

La astilla que podría servir la encontró, aunque habría que darle mejor forma. El problema era que si agarraba la misma perdía  la oportunidad de ataque.

-Wouw, tú sí que tienes preguntas. Déjame intentar responderlas. Mmmm... un warlock es un mago, es el masculino para bruja. Tú y yo somos brujas, tenemos el poder. Algunos dicen que todos podemos serlo pero yo no lo creo. Y un mago es un individuo de sexo masculino que tiene también el poder.

Amy sacude su cabeza. Sus pensamientos son muchos y tener que explicarle todo a Darla es todo un tema.

-En finnnn... la cuestión es que yo estoy en contacto con un aquelarre. El mismo al que va Willow, ¿conoces a Willow, verdad? No, no porque eres nueva y ella es una junior. Tercer año del secundario... Bueno, la cuestión es que sabemos que la boca del infierno pronto se abrirá. Y que ha llegado esta cazadora.

Los ojos celestes de Amy se clavan nuevamente en los de su compañera.

-Creo que mejor que decírtelo será mostrártelo. ¿Me acompañas esta noche al cementerio de Sunnydale? Si lo haces te enseñaré a usar magia, tal como yo hago. Incluso mejor...

-Wow...

Dice Rosenberg viendo el hueco en la pared. Luego sostiene un segundo las palmas de Gabriel nuevamente. 

-Tendremos que practicar en otro sitio a menos que quiera que Giles me regañe por romperle la tienda.

Sonríe con esa mirada tan tierna que solo la pelirroja parece emanar. Luego junta sus palmas en una especie de aplauso y dice:

-Arregla.

Y la pared vuelve a estar bien. Gabriel abre sus ojos como platos pero Willow se adelanta y dice -para solo conjurar debes tener experiencia. Vamos a ir atrás, tengo un sitio en el callejón en donde podemos practicar tranquilos. Mientras díme más sobre esa sombra, ¿cómo exactamente atacó a la chica? ¿ella es alguien especial? ¿Tienes alguna conjetura?

Y dime... ¿Hay más animadoras en ese aquelarre? a lo mejor era un tipo de grupo extraño que se organizaba por chicas guays y era conveniente que Darla se uniera a ellas. ¿Magia? ¿Brujería? ¿Estaba Amy loca?

De pronto, Darla recordó su sueño, en el que vio a la chica nueva que iba con el cretino... Era todo muy extraño.

¿Pero no deberíamos ir al bar ese del que habló Cordelia? Si no, no estaremos a la última. Pero sí, creo que iré al cementerio contigo. ¿No estará allí ese cretino de Gabriel? Me atacó y no le han castigado, me cae bastante mal

 La acompañé mientras trataba de recordar:

 - Bueno, la vi poner lo que sería su mano sobre la cabeza de la chica, provocando, al parecer, que le doliera la cabeza. Sobre ella, lo que sé es que se llama Darla, es afroamericana, es pija, insensible y insoportable. Si tuviera que elegir entre salir con ella o Cordelia, elegiría sin dudarlo a Cordelia...

 Esa comparación serviría para que se hiciera una idea de como me caía, ya que normalmente Cordi y yo no nos podemos ni ver...

 - Sobre conjeturas, ninguna, salvo que alguien tenga algo contra ella... Seguramente la conozca. - Dije eso último como si fuera una muy buena razón para lanzarle algún tipo de maldición. Luego, dándome cuenta de como sonaba, agregué, avergonzado. - ¿He dicho yo eso?.

Amy se rió ante el cambio de actitud de Darla, en el sentido de que estaba mucho más estusiasmada que antes. No había opuesto resistencia ante la posibilidad de ir al cementerio y comenzar a ejercitar sus poderes. Pero también había hablado del tema de Bronze, de la invitación de Cordelia.

-Iremos al Bronze luego. Entiendo que quieres figurar allí, es el lugar de moda. Yo también quiero ir, pero es que tengo que hacer esto. Tengo que ayudarte a formar parte de algo mayor, tienes los poderes y si los malos ganan, el Bronze ya no existirá... ni todas las cosas que nos gustan.

Amy se paró y abrió un baúl que había a los pies de su cama. Sacó una medalla del mismo y se la tendió a la morena. -Ten, es un amuleto localizador. Ahora puedes ir a tu casa y prepararte. Es importante y no tomes mi consejo a la ligera, que arnés una estaca. Suena loco, sí. Pero debes armar una, usa un palo, lo que necesites. Y con esa cosa- indicó señalando el objeto que le había dado -estarás protegida, es de plata. Los vampiros no aman la plata, sabes? Lo que sí no sé que es es esa maldita sombra que me apretaba la cabeza. Yo la vi, no creo que tu lo hayas hecho porque eres nueva en todo esto. No sé que sea pero no es un vampiro, no señor...

Los comentarios de Gabriel provocaron una risotada. Mientras se dirigían al callejón pasaron por la parte delantera de la tienda en donde Anya estaba discutiendo con un cliente.

-Lo mira y es gratis, pero si lo toca mucho lo paga. Porque los objetos con huellas digitales pierden su valor. Créame yo sé de estas cosas, de dinero. El dinero es importante.

-Anyaaa...- dijo Willow regañándola un poco para que deje al cliente en paz. 

-Estaremos en el callejón, cualquier cosa me llamas.

-De acuerdo. Hola chico lindo, ¿a ti te llamo también? Digo, porque me gustas. Pareces bueno en la cama aunque no sé, a veces las apariencias engañan- dijo la mujer rubia que tenía especialidad con los billetes y ser un poco directa.

 La mirada que le dediqué era un poema:

 - Esto... ¿Eres consciente de que soy menor de edad?.

 No es que me importara cosas como la edad, si alguien te gusta, pues te gusta, pero el asalto directo me había dejado sin palabras...

¿Vampiros? preguntó Darla sorprendida. Pues no pienso llevar ajos, que huelen mal y seguro que me afectan al cutis dijo toda convencida. Era increíble que, por mucho que la dijeran, ella seguía pensando en su belleza.

¿Tengo que ir vestida de alguna manera? Creo que negro no tengo nada, porque no me gusta cómo me queda. Pero si es necesario, me puedo ir de compras añadió con una gran sonrisa y su mirada iluminada.

¿Quieres que te lleve al instituto de nuevo para que recojas tu coche?

Anya se quedó pensando un momento en la respuesta de Gabriel. -Es verdad, eso de las leyes humanas supongo. Por supuesto que lo sé, soy humana. No que fuera otra cosa... Bueno, mejor me voy a atender el dinero.

Dicho eso Gabriel y Willow salieron. El callejón era bien alejado de la avenida en donde se encontraba la tienda. Eso era más que bueno para practicar evitando ojos curiosos. La pelirroja divisó un tacho de basura. Tomó una lata que había dentro y mirando a Gabriel explicó:

-Voy a poner este objeto bien lejos tuyo, casi al límite de tu magia. Cuando lo haga intenta enfocarte en ese punto, en llevar tu energía desde tus palmas a la lejanía de la lata.

La chica hizo lo dicho, colocando la latita contra el muro más alejado desde donde se encontraban.

-Bueno, es tu turno.

 Mientras me preparaba para realizar el conjuro, le pregunté a Willow, con una sonrisa desenfadada:

 - ¿Que le pasa a tu amiga?. Se comporta de una manera... rara, por decirlo de manera suave. No es que me molesten las insinuaciones sexuales, después de todo soy un adolescente con las hormonas revolucionadas, pero no estoy acostumbrado a que se me insinúen de manera tan directa y brutal...

 Después de escuchar su respuesta, me concentro y trato de hacer lo que me han pedido... Cosa que hago de manera impecable...

-En el aquelarre creo que somos las únicas animadoras. Hay muchas cerebritos y algunas rockeras. Pero está bien, digamos que la diversidad es parte de la madre naturaleza. Bueno, eso diría Willow.

Amy estaba contestando a la pregunta anterior de la morena. A su vez la chica le preguntaba sobre el auto, pero la rubia tuvo una idea mejor.

-Prefiero que nos quedemos un rato aquí. Mira...- cogió un libro de su estantería y se lo pasó a su compañera -vamos a practicar algo de defensa. Algo que nos ayude. Busca en la página 34, hay una especie de escudo que podemos probar hacer. Digo que sería mejor que meternos directamente en el poblado de vampis que hay de noche por estos lares. Aunque haremos eso también, tienes que conocer a la Cazadora. Digo... verla en acción.

Bueno, no me importa, mientras no me saluden por el pasillo de la escuela... A Darla le importaban mucho las apariencias. ¿Y qué pasaba si la veían con una chica que vistiese mal? No, eso no lo podía permitir.

Vale, nos quedamos un rato aquí dijo mientras se acercaba al libro y miraba la página que le había enseñado Amy.

¿Cazadora? djio a sus últimas palabras. ¿Cazadora de vampiros? ¿Y quién es?

Melissa no entendió ni el como ni el por qué, pero en un abrir y cerrar de ojos, se encontró esquivando un golpe que seguramente la habría enviado al hospital, al tiempo que el rostro de su atacante mutaba y adquiría un semblante terrorífico, muy similar al del monstruo de su pesadilla. Sin embargo su pensamiento apenas registró ese dato. Todo su cuerpo parecía moverse por cuenta propia, obedeciendo alguna clase de entrenamiento ancestral grabado en sus genes.

Escuchó a Andrew que le gritaba algo pero no prestó atención. La adrenalina recorría todo su cuerpo, necesitaba actuar y pronto. Sin dudar un instante (cosa que más tarde se preguntaría el por qué), balanceó su cuerpo y cerró su mano derecha impulsando el brazo hacia atrás. Un instante después, su puño se disparó contra el rostro de aquel ser, buscando romper el tabique de lo que, apenas minutos antes, era una delicada nariz rubia.

La lata voló por los aires ahuecada, más bien chata, del golpe de energía que Gabriel le había propinado. Aun sentia el chico una quemazón en sus palmas, debido a la fuerza que se había expandido desde allí.

-¿Sobre Anya?

Willow volvió a la pregunta del muchacho, se quedó igual bastante anonadada con el rendimiento del hechicero novato.

-Es... díficil de explicar. Sabiendo que eres de confiar, y que puedes creer en que la vida es más de lo que la física y química nos plantean... bueno, Anya es una ex demonio.

La pelirroja se rascó la cabeza y miró un momento al chico, para estudiar mejor su reacción.

-Es... sí. Era una demonio de venganza, bajo la orden de un tipo que tiene un nombre díficil de pronunciar y un rostro aun más complicado de ver. Como castigo por una falla, algo... algo que algún día te explicaré, fue convertida en una chica común. Pero no tiene nada de común. Ella siempre dice lo primero que piensa, así... sin filtro.

Willow sonrió y hizo que Gabriel entrara nuevamente en la Tienda. Bajaron a la sección de libros ocultos pero estudiaron el que ya poseía el chico.

-Bueno, debemos esperar casi dos horas para que pase el hechizo de ataque. No puedes conjurar dos cosas a la vez, ¿alguna idea de qué hacer mientras tanto?