Partida Rol por web

Una sola bala

Welcome to Night City

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11/07/2010, 20:14
Narradora

 

Esta historia no comienza aquí, a las puertas de Night City. Ni tampoco empieza en este instante. Esta historia empezó hace un año, ocho meses, diez días, veintitrés horas, cuarenta minutos y cincuenta y dos segundo, en la boda de Jan Mile con una tal Dominique, del Misisipi. Muchos invitados, muchas familias, motos, bebida y carne de verdad bien asada en la parrilla. No hubo disparos, ni tampoco muchas peleas, sólo un par. Una de ellas relevante mientras que la otra no. A pesar de eso fue, en general, un día bonito y para recordar en el que varias familias estrecharon lazos e intercambiaron historias de viejas batallas. Pero para Izzy Mile lo que jamás podría olvidar de aquel día fueron los ojos violetas de una chiquilla con traje ajustado de cuero. Ahí empezó todo para terminar un año, siete meses, ocho días, tres horas, cuarenta minutos, treinta y dos segundos después, con dos cartuchos de escopeta en el abdomen de ella: Laurie.

Podría contaros esos casi dos años en los que dos mujeres estadounidenses y nómadas viajaron, se conocieron, vivieron, se amaron e incluso se pelearon. Resumiendo: dos años de felicidad. Pero visto así esas dos mujeres podrían ser cualquier persona del mundo. Todos hemos tenido dos años buenos seguidos, pero ellas tuvieron un final diferente.

Esta historia, la historia de Izzy Mile, empezó cuando los celos de Quinn llevaron a Laurie a su tumba. Es una historia de venganza, pero no seré yo quien la cuente, sólo os he leído el principio.

 

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11/07/2010, 20:16
Director

 

El cartel oxidado decía “Bienvenidos a Night City”. Era un letrero grande con el fondo blanco y varios agujeros de bala que parecían ir dirigidos al punto de la “i”. El sol de las doce caía con fuerza sobre la espalda de la nómada, achicharrándole la piel bajo la chaqueta de cuero mientras el viento revolvía su pelo color rosa chicle. Se percibía cierto hedor a alcantarilla y quemado, y no era para menos pues a la derecha empezaban a verse las naves industriales y lo que parecía un vertedero sobre el que revoloteaban una gran cantidad de pájaros, gaviotas seguramente. No era la entrada mas bonita de la ciudad, pero a Izzy no le importaba. Lo que la llevaba allí tampoco era de su agrado. Su mano de metal se cerró con fuerza entorno al manillar al recordarlo y aceleró para llegar cuanto antes.

Hacía sólo un par de días que se había separado de su familia para seguir la dirección de la brújula. No podía involucrarles a todos en un enfrentamiento directo, pues era un asunto completamente personal. Ya había hecho mucho por ella. Otis, el líder y tío suyo, se había encargado de cuidarla hasta que estuviera bien después del tiroteo antes de dejarla ir a su destino. Al recogerla en el hospital había sido consciente de que no la retendría mucho, sólo hasta que su ánimo se templase y la mano dejara de temblarle al alzar la pistola. Eso había ocurrido veintitrés días después de la muerte de Laurie, y desde entonces muchos de sus amigos habían puesto todos sus recursos para localizar a Quinn y su banda, haciendo llamadas a las ciudades que solían frecuentar. Al final, tras seis días dieron con ella en Night City, e Izzy se agarró el colgante que tenía bajo la camiseta al recibir la noticia. Sabía cual era el destino de aquella bala, lo tenía grabado a punta de cuchillo, y ahora conocía en qué dirección se encontraba. Un día más para despedirse de los suyos y prepararse mentalmente antes de partir, sabiendo que posiblemente no volvería a ver a ninguno de ellos. Pero a Izzy no le importaba, en el fondo llevaba muerta muchos días ya.

Su tía Mal le había conseguido un contacto. Era una banda con la que tenían viejos lazos en aquella ciudad y que en algunas ocasiones habían ayudado a familiares suyos, Midnight cats. Hacía años que no sabían nada de ellos, pero le debían un favor, y los favores se guardaban hasta después de pisar la tumba. Ellos no le ayudarían a matar a Quinn, pero le darían alojamiento, orientación por la ciudad y posiblemente información sobre los nuevos guardaespaldas de la niña celosa. Eso para Izzy ya era mucho más de lo que esperaba. Debía tomárselo con calma, pues no podía desperdiciar su última oportunidad.

Las naves industriales quedaron atrás y se adentró en una calle con edificios en bastante mal estado pero habitables. Al fondo se divisaban rascacielos de cristal y otros edificios singulares muy vistosos. Era una ciudad para ricos, una ciudad donde no habría lugar para ella durante mucho tiempo, pero le daba igual. Había esperado un mes, dos días, veinte horas, tres minutos y veinte segundos para cumplir su venganza, y tenía la sensación de que allí la hayaría; en Night City.

 

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13/07/2010, 11:48
Izzy

Izzy entró en la ciudad y notó que le corría por la mejilla una lágrima. Era el viento. Eso debía ser. Hacía un mes que no lloraba, desde el momento  en que se había dado cuenta de que si se hundía no podría llevar a cabo su venganza. Había sellado su desesperación en el fondo de su pecho y había tirado la llave. La tristeza no le serviría de nada, sólo la enlentecería. Pero el odio era un combustible perfecto. Por eso se había dedicado a odiar a Quinn en lugar de añorar a Laurie.

De momento, funcionaba a ratos.

La nómada paró en un bar de motoristas. Tenía sed y estaba cansada. No pensaba parar, claro. El bar, si todo iba bien, podía darle alguna pista.

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13/07/2010, 16:53
Director

A mediodía el lugar estaba un poco vacío. Afuera, en el aparcamiento, había varias motos en fila, una de ellas con varias garras sangrientas dibujadas en un diseño bastante realista.

El bar tenía una barra al fondo y dos camareras hablando tras ella. Cerca de la ventana había un grupo comiendo cacahuetes con las jarras de cerveza medio vacías, y un par de personas más distribuidas por las mesas restantes. La luminosidad era escasa, y sonaba música country de un aparato que intentaba imitar a una antigua gramola. Olía a cerrado y a polvo, y no parecía ser un sitio muy frecuentado aunque sí bastante viejo. Las mesas y sillas de madera estaban bastante rotas, y se notaban las marcas de los vasos que no se iban.

Una de las camareras, morena y con mechas de color verde azulado se giró hacia la nómada echándole un vistazo de arriba abajo. Después siguió a lo suyo conversando con la otra. Excepto ella, nadie más dio constancia de haberse percatado de su presencia.

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15/07/2010, 22:42
Izzy

La nómada se sentó en la barra y miró a un lado y a otro con indiferencia. Cuando la camarera se le acercó a pedirle nota, ella dijo:

-Una cerveza. En botella. ¿Tenéis algo de comer?

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19/07/2010, 12:26
Director

La chica de las mechas la volvió a mirar de arriba abajo y asintió.
-Si, claro. -Se giro a buscar lo que le había pedido mientras enumeraba algunas cosas de picar que servían-. Tenemos cacahuetes, panchitos y esas cosas. Sino te puedo preparar un bocadillo de algo.
Le puso la botella de cerveza delante con una media sonrisa y espero.

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20/07/2010, 01:03
Izzy

-Un bocadillo de carne. Me da igual qué.

No tenía hambre, no tenia ganas de comer. No tenía ganas de meterse algo en la boca y tener que masticarlo y tragarlo, ni en tener que sentirlo camino al estómago. Se había sellado emocional y físicamente, y hacía tiempo que no se notaba hambrienta. Pero sabía que no era una máquina, por más metal que se hubiese metido bajo la piel. Necesitaba comer. Sería difícil, pero lo haría. Con ayuda de la cerveza, todo iría mejor.

Cuando la camarera la sirvió, Izzy empezó con bocados cortos que pasaba con la bebida. Miraba a un punto fijo en el espejo que tenía delante, al otro lado de la barra. Sólo después de terminarse el bocadillo se dio cuenta de que se estaba mirando a sí misma. ¿Por qué no se reconocía?

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20/07/2010, 01:54
Director

Las dos camareras habían estado hablando todo el rato, aunque sus voces sólo habían sido un rumor contante pero poco molesto en su cabeza, igual que la música que sonaba de fondo. Izzy tenía pensamientos mucho mas importantes y confusos que los cotilleos locales.

Cuando terminó de comer la misma de antes se acercó a recoger su plato. En un principio no le prestó mucha atención, pero luego se dio cuenta de que parecía bastante... distraída. Más de lo que la gente solitaria en la barra de un bar solía estar. Como su compañera se había ido a atender al grupo que mas ruido hacía, ella se apoyó en los codos inclinándose ligeramente hacia la nómada.

-Ey, no eres de por aquí, ¿no? ¿Sabes a dónde vas?

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20/07/2010, 02:01
Izzy

Izzy pestañeó varias veces para despegarse de su propia imagen.

-¿Qué? ¿Cómo que a dónde voy? -dio el último trago a la cerveza-. Ponme otra, ¿quieres?

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20/07/2010, 02:47
Director

La chica se limitó a asentir y servirle otra cerveza. Le pareció que le dirigía una mirada mezquina, pero no habría podido jurarlo. En el reflejo del espejo seguía estando ella, o alguien que se parecía a ella y no sabía muy bien quién era. Aunque esas dudas no tardarían mucho en disparse, o eso esperaba.

La música paró. Alguien se acercó a la barra a pagar y se marchó. Los tipos de la mesa pidieron otra ronda mientras hablaban sobre una oleada de crímenes en la ciudad. Más de los habituales, claro. No había mucho allí que hacer, no que le interesase realmente. En su bolsillo tenía un papel con una dirección y el nombre de un hombre. Eso y el nombre de la banda era cuanto tenía para localizar a Quinn, aparte de su astucia.

Cuando la botella estaba casi vacía reparó en algo. Al girar la cabeza vio una mujer ya entrada en años observándola. Izzy no supo muy bien por qué había mirado, era como cuando notabas que alguien te estaba mirando fijamente por la espalda, como si te estuvieran apuntando con una pistola. Pero tampoco importó mucho porque la susodicha enseguida bajó la vista a su revista como si hubiera perdido el interés en ella. Quizás se estaba poniendo paranoica. Allí nadie la conocía. En realidad nadie la había conocido excepto Laurie, y ella ya no estaba.

- Tiradas (1)
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20/07/2010, 03:15
Izzy

Puso unos cuantos eurodólares en la mesa y salió de nuevo. Montó en la moto y se miró en el espejo antes de arrancar. Los mismos ojos azules surcados por ojeras y tan oscurecidos por la tristeza que no parecían los suyos. Una imagen suya apareció como un relámpago ante sí. Era un reflejo en ese mismo retrovisor, su cara en primer plano, sonriente, y Laurie asomándose por el lado, aferrándose a su cintura mientras aceleraban por la carretera.

Izzy tuvo que reprimir el deseo de desplomarse allí mismo. En lugar de eso se obligó a subir los pies, a sujetar el manillar y a arrancar la moto en dirección a su contacto.

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20/07/2010, 15:32
Director

Las calles de Night City eran monocromáticas, del color del asfalto. Sólo la luz del mediodía y el cielo despejado aportaban algo de color, creando destellos en las cristaleras de los edificios mas altos. La organización de las calles era como una cuadrícula, enumerando las que iban de este a oeste y dividiendo por sectores.

Cuando miró de nuevo el papel donde tenía apuntada la dirección leyó el nombre de su contacto: Rhys Tew. No sonaba muy americano, y tampoco supo si era hombre o mujer. En cualquier caso era cuanto tenía para llegar a Quinn, así que preguntó un par de indicaciones hasta llegar al número 173 de la calle 32. Era un edificio de ladrillo rojizo con ventanas y puerta de madera. Las de abajo tenían barrotes a pesar de que no parecía un mal sitio. Enfrente había un parque cuyos árboles no parecían presentar un aspecto muy saludable. Tuvo que aparcar bastante más alante porque la hilera de coches que había en la acera no le dejaban espacio a pesar de llevar una moto no muy grande.

Encontró la puerta del portal abierta, así que pudo subir directamente al quinto piso, donde los buzones le habían indicado que vivía Rhys Tell. Los escalones crujieron con el peso de sus botas hasta llegar al rellano. Había tres puertas, una de ellas astillada como si le hubieran clavado un hacha, pero esa no era la que buscaba.

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21/07/2010, 00:39
Izzy

Izzy subió hasta el piso cinco y buscó la puerta del tal Tew. Llamó dos veces con fuerza, secamente. Esperó.

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22/07/2010, 17:16
Natalie

La puerta se abrió, pero tenía la cadena echada así que la nómada sólo vio media cara de lo que parecía una joven que le sacaba media cabeza. Tenía el pelo blanco y por lo que vio iba maquillada de foma psicodélica en blanco y negro.

-¿Quién eres?-Su tono no parecía especialmente amable.

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22/07/2010, 21:16
Izzy

Izzy levantó la mirada y frunció el ceño.

-¿Tew? ¿Rhys Tew?

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22/07/2010, 21:36
Natalie

La chica enarcó una ceja y no se apartó de la puerta ni hizo ademán de ello. Parecía desconfiar.

-Um... No. ¿Para qué le buscas?

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22/07/2010, 21:48
Izzy

-Tengo que preguntarle una cosa. ¿Dónde está?

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23/07/2010, 16:11
Natalie

-Volverá en un rato.

La chica se quedó pensativa. Cambió la pierna de un lado a otro y después cerró la puerta.

-Puedes esperar dentro. ¿Cómo te llamas?

Izzy escuchó como quitaba el pestillo y volvió a abrir mientras tecleaba en su teléfono.

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23/07/2010, 16:30
Izzy

 

-... -Izzy la miró de hito en hito y tragó saliva antes de contestar-. Laurie. Laurie Kowalski.

La nómada no quería utilizar su verdadero nombre por pura paranoia. No sabía quien era esa chica ni quien era Tew, y se había acostumbrado a ser precavida.

 

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23/07/2010, 22:33
Natalie

-Natalie -respondió la otra dejándole pasar-. Un momento, espera aquí.

Se dio la vuelta dejándola en un vestíbulo pequeño y oscuro iluminado por una bolbilla que colgaba del techo. Había un espejo que cubría todo el lateral derecho y una mesita con varias cartas de correo dirigidas al Sr. Tew. La voz de la otra llegó desde la habitación contígua. Izzy pudo ver por la puerta entreabierta una cocina por la que la chica se movía de un lado para otro con el móvil en la oreja.

-¿Dónde estás?... Pues ven. Ha venido una tal Laurie... No, no lo sé. -Un silencio largo en el que ella miró al techo con cara de pocos amigos-. No. Que te he dicho que no lo sé. Ven... Sí, ya sé dónde está... Vale, hasta ahora.

Nataly volvió al vestíbulo y puso las manos en las caderas. Estaba visiblemente nerviosa y su pierna izquierda no dejaba de moverse. carraspeó y la miró de arriba abajo, como calibrando su potencial. No parecía agrdarle demasiado. Izzy puedo fijarse entonces en las botas con plataforma que la hacían tan alta, de estilo steampunk y en color blanco. Era una chica pintoresca por lo menos.

-Rhys viene ahora. ¿Quieres... tomar algo? O no sé, lo que sea.