Partida Rol por web

Universidad Far Far Away

...en un pequeño reino muy lejano, rodeado de bosques y...

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16/06/2019, 13:45
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Érase una vez....en un pequeño reino muy lejano, rodeado de bosques y... ¡No! Espera, espera… aquí hay arena, un terrible calor, curvas irreverentes por doquiera que mires y velos de seda… ni rastro de bosque.

Agrabah, ciudad de misterio de encantamientos,  de artículos excepcionales, diamantes en bruto y oscuridad. Pues las mil y una noches aún están por llegar.

No vamos a leernos el cuento entero ahora, ya nos lo sabemos ¿dónde dejé el marca páginas? ¿Dónde está la esquinita doblada por la que nos hemos quedado dormidos? Veamos… Una rata callejera, un hombre oscuro, una cueva llena de oro, un monito rebelde, la lámpara. ¡No, no! Nos dejamos una parte ¡Una princesa encerrada como un pajarillo en una jaula! Una princesa capaz de domar tigres que quiere ser libre y escapa disfrazada de pequeña ratita. Una princesita que no sabe cómo caminar entre la podredumbre, y una ratita que conoce todos los recovecos del laberinto de Agrabah. Un ¿Confías en mí? Y las pequeñas chispas de la ilusión empiezan a germinar en el corazón de nuestra princesa y nuestro diamante en bruto.

Pero no todo podía salir bien, Aladdin creía que había encontrado una ratita callejera igual de perdida que él, y Jasmin pensaba que lo que tenía delante de ella era un corazón tan puro como el suyo. Ninguno de los dos había sido sincero en su exterior pero ambos estaban en lo cierto ¿Cómo se explica eso?

Avancemos. Aladdin salva a nuestra princesa escondida bajo harapos, el destino les separa y hace creer a Jasmin que Aladin ha muestro, tampoco le revela a Al que Jasmin en una princesa.

En este momento Aladdin va de camino a la cueva suspirando por esa ratita callejera que salvó hace unas horas, y Jasmin está encerrada de nuevo en su jaula, pensando en ese muchacho tan noble del bazar en el que sin saber por qué, había confiado ciegamente.

Unas horas después, la mano de Al frota la lámpara y todo se acelera, el genio sale de ella.

Genio, tenías que sacar a Aladdin, tenías que convertirlo en príncipe; Y lo hiciste, aquel era su primer deseo y aquello cumpliste, pero Al es un poco… bueeeeeeno, es joven, su corazoncito late a contratiempo.

Jasmin, la vida es cruel y te hace creer que el chico el bazar ha sido ejecutado, esta mañana ha llegado un príncipe nuevo, Ali, apuesto, rico, que pretende comprarte como si fueras una maldita cabra.

El viaje en alf… ¡Espera! No, esa parte no llegó jamás.

Jasmin ¡Eres una princesa díscola! Después de lo Ahmed, y lo de Ali, tu padre te rogó y te suplicó, tenías que casarte y ofrecer tu reino a un marido que te proteja a ti también. ¡Y no hay manera! Tú solo puedes pensar en ese pobre chico ejecutado por tu culpa. ¡Que Ala te proteja! ¡Iras a la Universidad! ¡Allí te convertirán en una princesa! ¡Una que se pueda casar! El sultán sacó un chisme extraño de su bolsillo, mientras el visir, Jaffar os miraba con una sonrisa. Tú cruzaste el portal verde, temerosa pero henchida de valor, por fin algo nuevo, por fin salías de aquella jaula.

Aladdin, bueno, no, Ali, la princesa es la muchacha del bazar, lo has intentado y has fallado estrepitosamente, no te ha reconocido eso está claro, no sabe que eras una sucia rata callejera pero como Ali ha sido peor como Aladdin, se ha marchado ofendida. El Genio está ahora dándote la braza con que le cuentes la verdad pero tú no tienes nada que ofrecer como Aladdin. Estabas pensando en ir a buscarla con la alfombra mágica cuando un humo verde de envuelve. Al cruzarlo vuelves a ser Aladdin, nada queda de Ali.

¡Genio! Aladdin está cruzando un portal dimensional ¡que se va! Olvidas la lámpara y vas tras a él sin pensarlo.

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16/06/2019, 13:46
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Anastasia, el Prinicpe Encantador era para ti, tu madre te lo repitió día y noche sin cansancio. Hizo de ti una mujer a la espera de un hombre, una muchacha que sin aspiraciones de boda no era nadie ni nada. Pero cenicienta se lo llevó, sin dotes de canto ni de baile, sin ser tan hermosa como tú, andrajosa. ¿Cómo lo hizo? Debía ser magia ¿o no?

¡No, no! Pero a esa parte del cuento aún no hemos llegado ¿Dónde está el marca páginas de este cuento? Veamos… donde estaba la esquinita del cuento doblada, fueron felices y comieron… no… aquí no… espera, espera…. Volvamos atrás la eterna dicha de Cenicienta, hasta el momento justo en el que todos los problemas empezaron ¡Cambiemos el cuento! Tú quieres un príncipe para ti sola ¡Te lo mereces!

Érase una vez... en un pequeño reino muy lejano, rodeado de bosques, en él vivíais tú, tu hermana y madre. Padre murió hace unos años y madre volvió a casarse con un hombre extraño. Pero mamá cuido de vosotras, el nuevo papá murió también y os quedasteis solas.

Tu vida eran clases de canto, de baile, de equitación, de cocina. Gracia y compostura. Cenicienta era libre para salir a comprar, para correr por el bosque, para vestir como quisiera, pero tú, tú tenías que llevar esos corsés apretados, tu vida era por y para gustar a los hombres. A uno rico especialmente. Si no te casas con un príncipe tu vida no valdrá nada. Eso escuchaste un día y otro, y otro… ¡El baile llegó! A ti el príncipe no te hizo ni caso, la única mujer a la que miró fue a una hermosa muchacha rubia ¡Cenicienta! ¡Tú ni siquiera eres bonita!

Vuelves a casa rebozada en fracaso, escuchando como tu hermana se lamenta porque nunca será rica, mientras tú lo único que quieres se sentirte amada y valorada por quien eres y no por lo que sabes hacer o no.

El discurso de madre aquella noche fue devastador, el día siguiente fue mucho peor, cortaste tus pies y ni aun así entraron en el zapato de cristal. Con el pie derecho ensangrentado lloras desconsolada, un zapato de cristal ¡Un zapato de cristal! ¿Quién cojones lleva esa mierda? ¿Cómo puede caminar una mujer con un pie 34 de cristal? ¡CRISTAL!

La impotencia te embriaga ¿Quién se enamora en una noche? ¡Qué le pasa a todo el mundo! ¡El amor verdadero no existe! ¿Por qué tu valor se reduce al matrimonio? El pie te duele horrores, lo vendas como puedes. Y en ello estás cuando una bruma verdosa surge de tu pared, te acercas cojeando, hipnotizada y al apoyar la mano empiezas a caminar hacia dentro ye l cuerpo te sigue.

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16/06/2019, 13:46
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Érase una vez... en un pequeño reino muy lejano, rodeado de bosques y... ¡No, no, no, no! ¿Bosques? No… empecemos de nuevo. Se aclara la voz. Érase una vez… en un reino muy,.. muuuuuuuuy lejano, rodeado de agua salada

¡No, no, no, no! ¿Bosques? No… empecemos de nuevo.

Se aclara la voz.

Érase una vez… en un reino muy... muuuuuuuuy lejano, rodeado de agua salada. ¡La Sirenita! Espera, ¿Y el marca páginas aquí? ¿Dónde doblé la esquinita? ¿Lo terminé ya? ¡Claro! ¡Si este cuento terminó! Y vivieron felices para si… Ah, no, no vivieron felices para siempre.

Ariel, hace dos años que tu cuento terminó pero fue un final extraño, alguien cambió tu historia, Úrsula. En la universidad ya te contarán qué pasó y no te gustará, te hará ver a Eric de forma distinta, pero ahora arreglemos este entuerto.

Todos conocemos la historia de Úrsula, Ariel, la intrépida princesita hermosa y muda. La solución a tu problema era simple, debías convertirte en humana, como él, querida y dulce niñita… Úrsula vivía para ayudar a pobres almas en desgracia que no tenían a quien recurrir, esas pobres almas sin sol, sirenitas y tritones como tú. Un trato te ofreció, tres días tendrías para enamorarle, un beso de amor verdadero necesitabas, si fallabas sería suya para toda la eternidad.

Tu hombre o tu naturaleza. Firmaste. Le diste tu voz. Tenías tu belleza. Estar callada es lo mejor, ella lo dijo, si quieres divertirte no tienes que conversar, no lograrás enamorarles hablando, “admirada serás, si callada siempre estás, sujeta bien la lengua y triunfarás”. ¡Ariel! ¡Firma! ¡¡Y firmaste!! ¿¿Y qué pasó?? Que funcionó. Se enamoró de ti sin hablar contigo. ¿¿?? ¿Cómo era tan sabia aquella mujer? Está claro que luego todo se torció, en cuanto Úrsula cogió el tridente fue un poco desmadre pero ella sabía cómo funciona el corazón de algunos hombres. ¿Cómo lo sabía?

Úrsula, una gran incomprendida, una mujer atrapada, que nación sin el don de la belleza y tuvo que crearla con maquillaje y pelucas. Hace años Merlin te dio una oportunidad y fallaste, no recuerdas nada de Far Far Away pero allí estuviste, eras muy joven, tenías 18 años, te iste rodeada d elo que siempre había soñado, otra vida, otra historia, no estudiaste lo suficiente, no aprobaste y el cuento que te merecías no llegó así que volviste a La sirenita. Volviste al cuerpo de pulpo, al espejo que no te cuenta lo bonita que eres. Salió mal para ti y ella comió perdices ¿O peces?

Bueno, bueno, no tan rápido. Ariel, a Ursula hace un par de año que no la ves, pero tu cuento y el suyo están ligados, te casarás en unas semanas, pero sin saber por qué una noche, estás en el camarote del barco, mirando por la ventana, echando un poco de menos esa colita tuya tan bonita cuando una bruma verde aparece en la pared y sin saber por qué, atraída por la curiosidad que siempre te ha caracterizado, caer dentro de ella.

Úrsula, tienes otra oportunidad, llevas un par de años encerrada en una mazmorra en lo profundo de la Atlantida, la niebla verde que acaba de aparecer en la roca ¿de qué te suena? La cruzas sin pensarlo y al aparecer al otro lado vuelves a tener piernas, vuelves a estar conforme saliste de allí, no recuerdas nada en este momento pero todo te resulta extrañamente familiar.

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16/06/2019, 13:47
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Érase una vez... en un pequeño reino muy lejano, rodeado de bosques había un príncipe en su resplandeciente castillo, a pesar de tener todo lo que podía desear, el príncipe era egoísta, déspota y consentido, pero un anoche de invierno llego al castillo una anciana mendiga y le ofreció a nuestro príncipe una simple rosa a cambio de cobijarse del horrible frío. Repugnado por su desagradable aspecto el príncipe despreció el regalo… ¡Espera un momento! ¡Que no! Que este cuento no va del príncipe. El hechizo, la belleza del interior blablablá…

¡Bella! Éste es tu cuento ¿dónde estás? Eres la mujer a la que aprender a amar. ¿Dónde dejamos aquí el marca páginas? ¡Aquí está la esquinita doblada! Pero si estamos al principio del cuento. Bestia ni siquiera ha salido. Vale, empecemos de nuevo.

Érase una vez... en un pequeño reino muy lejano, rodeado de bosques había una pequeña aldea, una joven Bella, la más bonita del pueblo, leía un cuento sobre unas habichuelas y un ogro sentada en la fuente ¿O no? Espera, no era ese el que leía, lo cambió, ahora me acuerdo. Su cuento favorito, lugares lejanos, aventuras, hechizos mágicos y un príncipe disfrazado. La  extravagancia de Bella era soñar y leer. Qué bonito romance, el apuesto príncipe llega pero ella no descubre quien es hasta el final. Una mujer más bonita que una flor, leyendo, no es como los demás, todo el mundo lo sabe en el pueblo. La hija del inventor.

Y Gastón no podía obviar aquello. La muchacha más bonita era ella y Gastón merecía lo mejor. La más bella con el más hermoso. ¿Qué podía fallar?

Bella acabas de despedir a tu padre, estás sola en casa ¿qué te ofrecerá la vida? Quieres conocer el mundo entero y te has limitado a leerlo. ¡Leerlo! Peor tu corazón rebosa ganas de vivir.

Tirada en el jardín, leyendo el último libro encuentras un margen en la última página ¿Qué idioma es éste? Lees unas palabras que ni tu entiendes y una niebla verde aparece sobre la piedra de la fachada de casa. Te levantas fascinada, la tocas y algo… algo extraño y poderoso te dice que entres.

Gastón tu rondabas la casa de Bella, preparado para ofrecerle matrimonio, cualquier mujer mataría por estar en su piel, es tan afortunada de que… un momento, ves un reflejo verdoso en la puerta de atrás, y la ves entrar en aquella bruma ¡No! ¿Qué brujería es esta? Corres tras ella. Un momento, al cruzar ya no estáis en la aldea, hay muchas personas aquí, más mujeres, hermosas todas. ¿Es Bella la más hermosa? ¡Aquí hay más!

Bella, por fin te librarás de Gastón ¿no? ¡Esto era lo que querías! ¡Vivir aventuras!

¿Dónde estáis?

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16/06/2019, 13:47
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Érase una vez... en un pequeño reino muy lejano, rodeado de bosques y de invierno, una reina que se dedicaba a la costura, yacía sentada cerca de una ventana con marco de ébano negro. Los copos de nieve caían del cielo como plumones. Mirando nevar se pinchó un dedo con su aguja y tres gotas de sangre cayeron en la nieve. Como el efecto que hacía el rojo sobre la blanca nieve era tan bello, la reina murmuró:

-¡Ojalá tuviera una niña tan blanca como la nieve, tan roja como la sangre encarnada y tan negra como la madera de ébano!

Poco después tuvo una niñita con los labios como las rosas, la piel como la nieve que rebosa y cuyos cabellos eran tan negros como el azabache. Por todo eso fue llamada Blancanieves. Al nacer la niña, la reina murió.

Un año más tarde el rey tomó otra esposa. Era una mujer bella pero orgullosa y arrogante, no podía soportar que nadie la superara en belleza. Tenía un espejo maravilloso y cuando se ponía frente a él, mirándose le preguntaba:

- ¡Espejito, espejito mágico! ¿Quién es en éste reino la más hermosa?

Blancanieves tú eras la más bonita de todo el reino, te vistió con harapos, te relegó al servicio, y aprendiste a sobrevivir bajo las peores condiciones en un castillo. Aun así fuist5e feliz pero no fue suficiente, la reina preguntó y preguntó, a pesar de los cayos y las quemaduras en tus manos, de las tareas del hogar y la cocina, tú eras la más hermosa.

Llévala lejos, al bosque, busca un lugar apartado y allí, mi valiente y leal cazado ¡La matarás! Para cerciorarme de que no fallas, meterás en este cofre su corazón.

Tú, grácil por naturaleza, feliz, llena de dicha, recogías flores y hiervas para el castillo. Aquel cazador no pudo matarte.

Espera, espera, todo esto ya lo había leído, pasemos páginas ¿Dónde está la esquinita doblada del cuento? ¡Aquí está el marca páginas! El llanto, vagar perdida por el bosque, los animales, los enanos. Llevas unos años en la casa con ellos, eres feliz entre animales, en el bosque, cuidando de ellos, eres libre, haces lo que quieres cuando quieres. Vale, estás un poco sola, pero es mucho mejor que las labores del castillo. Cada día eres más fuerte pero necesitas más para recuperar el reino de tu padre.

Una noche, volviendo a casa para preparar la cena, una niebla verde te envuelve.

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16/06/2019, 13:47
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Aquella noche (no diré que miraba la Luna pues se cansó de ella hace mucho tiempo y empezaba a odiarla también con violenta resignación) después de tanto tiempo había llegado a desarrollar una extraña aversión por todo lo que la rodeaba. Aburrida hasta el hartazgo miraba las nubes bajo sus pies, perpetuas, blancas, formando una especie de suelo que jamás se disipaba. Cuando una mano asida a una flecha cruzó el esponjoso umbral, y ella sintió miedo pero también esperanza. Después de todo había mundo.

Su corazón, de súbito, renació.

- cita de la historia de Rapunzel.

 

Érase una vez... en un pequeño reino muy lejano, rodeado de bosques… un hombre que trepaba a una torre con la ayuda de una sola flecha. Aquel hombre huía de los guardias de palacio pero la rubita que había en la torre no tenía ni la más remota idea de quien era aquel malhechor.

La cuestión es que decidió confiar en él. Una horrible decisión, pero… espera, espera ¿En qué parte del cuento doblamos la hoja? ¡Aquí está el marca páginas! Justo cuando ella baja de la torre y emprenden el camino hacia los farolillo.

Rapunzel, has logrado bajar al mundo real, y tú Flynn ahora cargas con una mujer de 18 años que parce una niña porque resulta que ¡Ha estado encerrada en esa torre toda su vida!

Un par de páginas más adelante, la persecución, la taberna, los malhechores, la sartén ¡La sartén! El agua…. El momento en el que la muerte se aproxima.

¡Hola! ¡Soy Rapunzel y mi cabello es mágico, brilla cuando canto! ¡Y aquí! Justamente aquí, sí aquí era, antes de llegar al reino lejano en el que ella es una princesa y aún no lo sabe. Justo aquí, en el que Rapunzel aún cree que su mare es la bruja malvada.

Ella es la princesa de tu cuento, Flynn, pero tú ya llevas mucho camino recorrido mientras ella apenas ha dado unos pasos en el mundo ¿Cómo vamos a sincronizar esto? Un momento ¿qué es esa niebla verde?

Al cruzarla, Rapunzel tienes la certeza absoluta de que has salido de tu universo, ahora es de noche ¿qué magia es esta? ¿Una parecida a la de tu pelo? Flynn tú ya habías olvidado este lugar, aún estás aturullado pero te resulta familiar.

Ambos cruzáis juntos al otro lado.

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16/06/2019, 13:48
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Érase una vez... en un pequeño reino muy lejano, rodeado de bosques… No, no, aguarda un momento. Aquí el reino da igual. Empecemos de nuevo.

Una mañana cualquiera de otoño llegó la lluvia, el cielo gris, el frío… y la saludó empañando la ventana de la alcoba. Tal fue la primera reverencia que recibió del mundo al abrir sus párpados, la niebla emborronando el cristal de la ventana. Aquella que antaño fue una niña descubrió su cuerpo retirando las mantas que la resguardaban del frío invierno, y descalza, con las legañas aún colgantes y los pies congelados, buscó su ropa. Movimientos espasmódicos, tiritando sus dientes y entumecidos los pies, logró torpemente colocarse en cada una de las prendas de ropa.

El café en el fuego, las magdalenas sobre la mesa y por supuesto la cesta al lado de la puerta para no dejarla olvidada; todo perfecto y preparado.

Retrocedió sobre sus pasos en busca del espejo y el agua corriente que auguraba fría como el hielo. Aquella vieja casa, con sus viejas comodidades en las que no entraba el agua caliente…. Fría, clara, pura, así era el agua que lamía con voracidad todo su rostro. Así era como debía ser, cualquier sueño, cualquier deseo de dormir, había muerto ya con las últimas gotas.

El silencio reinaba a aquellas horas tempranas del día triste que se avecinaba, el Sol apenas se decidía a salir, como si las nubes le dieran miedo, como si los relámpagos lo asustaran. Sólo la sombra de pálidos rayos de sol traslúcidos llegaba a tocar el suelo, sólo la sombra de las nubes. Una buena tormenta se avecina.

Al fin, el desayuno, la cafetera gritando, el olor, el sabor, las magdalenas que mamá había horneado el día anterior, la cesta de mimbre que había confeccionado cuando era niña. Todo se lo trajo de vuelta a la cabaña, apenas unos kilómetros al sur se habían mudado… dejaron crecer a la niña, la dejaron expandir sus alas y madurar, le legaron el árbol en el que había crecido aquella manzana roja, brillante, llena de luz, de risas, de vida y se mudaron a otra cabaña no muy lejana.

La chimenea escupía los restos de aquellos trozos de madera moribundos que habían logrado mantener la cabaña caliente toda la noche. El olor a madera quemada inundaba toda la cabaña desde hacía días.

En silencio asintió, sus lentos y aún descalzos pasos repasaron cada rincón de la cabaña; algunos recuerdos de niñez se agolparon en una sonrisa, otros en una mueca amarga… y justo en un escondrijo, en el más oscuro y alejado rincón encontró la capucha roja. Una carcajada y unos instantes después, ya la llevaba puesta.

Una sonrisa brotó sin poder reprimir aquellos recuerdos que implosionaban en ese lugar dónde uno guarda las reminiscencias, ese lugar de dónde sólo salen al encontrar algo… algo que los llame, que los ayude a salir.

Ahora, bañada en ellos, creía volver a ser aquella niña. Sus ojos llameantes y su mano derecha impávida, aferra la capucha y termina atando el lazo.

Con su capucha y su cesta, se encaminó hacia los espesos árboles que delineaban la entrada en aquel bosque del que ya nunca regresaría. Sólo volvió su caperuza roja una vez, sólo una, para retener en su pupila negra la cabaña y no olvidarla jamás, pues Caperucita ya no era una niña y sabía muy bien que no volvería ya a aquella cabaña.

Aun así le gustaba jugar a que sí lo era, y algunos días, llevar magdalenas a la Abuela era divertido, volver a ponerse la capucha roja, perderse por el bosque… Sonríes, Ruby, eres una mujer independiente, fuerte, decidida. Pero hoy jugarás a ser la niña que lleva magdalenitas a su Abuela. ¿Por qué no?

Las gotas de agua, grandes, pesadas, frías, no tardaron en derramarse todas a la vez sobre el cuerpo de Ruby, que ni siquiera se molestó en echarse a correr. Siguió caminando entre el fango, los truenos y el silencio sepulcral que reinaban en la espesura del bosque. Horas, minutos y segundos después seguía caminando; los charcos se sucedieron, el fango una y otra vez, las raíces de los árboles… y en ello estaba, mirando el suelo mientras caminaba, aburrida, refunfuñando ya. Cuando chocó frontalmente contra...

Lobito, tu cuento nunca empezó por “Érase una vez”, aunque te habría gustado, en lo profundo de tu sangre lo sabes, pero historias como la tuya nunca empiezan como empieza un cuento de hadas, tu historia pertenece al lugar en el que no hay finales felices.

Tu historia es terrible y fiera como lo es el destino, pero hoy no contaremos tu historia porque el cuento es de Caperucita roja y la versión de los villanos a nadie le suele importar. Así que fingiremos que nos importa lo que te pasó, ni por qué ni cómo llegaste aquí pero aquí estás. Seré cruel como la vida, no justificaré tus actos, no hablaremos de un antihéroe, ni de un lobito que se quedó solo, sin manda, en un cuento que le relegó a la maldad absoluta.

Ahí llega Caperucita, ahí la tienes, cayendo aparatosamente al suelo, manchada de barro hasta las mejillas.

Caperuza roja contempló, con desconfianza, llena de confusión y de cierto respeto, a la extraña que había frente a ella. Un lobo precioso que no parecía querer atacarla, la miraba tranquilo, parecía pretender que le siguieras.

La mujer reconquistó su altura y se levantó, Iba a echar mano del cuchillo que llevaba siempre encima pero no lo encontró. El lobito no parecía ponerse a la defensiva. Ruby, quiere que le siguas. Le sigues durante unas horas por caminos angostos, criaturas ululando, te has perdido. ¿?

Y echa a correr, incapaz de seguirlo bajo las copas de unos árboles lluviosos te ves perdida en medio de la nada y el olvido. La noche te cubrirá y sabes lo que pasa de noche en los bosques.

Horas y horas caminas, del lobo nada sabes. Una bruma verde aparece y sin más, exhausta ya, la cruzas.

Lobito Ruby desaparece del cuento, tú sabías por dónde ir, sabías qué hacer para que ella se perdiera, pretendías despistarla mientras tú ibas a la cabaña a comerte a su abuelita, y luego ya volverías a comértela a ella. La abuela era una presa mucho más fácil y la muchacha era preciosa, quizás si la vieja te saciaba no tendrías que matar a la muchacha. 

Fuera como fuere, al mismo tiempo que esa capa roja cruza la nieva verde, a ti también te envuelve, tú estás en la puerta de casa de abuelita, no sabes por qué, pero todo desaparece, te fundes en una niebla verde y apareces otro lugar, con tu forma humana. A penas vestido con lo justo para tapar tu sexo.

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16/06/2019, 13:48
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Érase una vez... en un pequeño reino muy lejano, rodeado de bosques… ay, no, espera… empiezo otra vez.

Hace mucho tiempo en la lejana tierra de la Antigua Grecia se vivía una Edad Dorada de poderosos dioses y extraordinarios héroes, y el más grande y fuerte de todos esos héroes era el poderoso Hércules, pero ¿cuál es la medida de un héroe verdadero? pues eso es lo que nuestra historia.

¿Queréis escucharle? Hace que esta historia parezca una Tragedia Griega.

Aligera el tono, tío.

Seguiremos nosotras, cariño.

¡No! Me niego, no vamos a contar el cuento completo, además éste no es un cuento es una historia épica ¿?

Hesíodo escribió, hace eones, en su teogonía, que después de los titanes y la masacre que Cronos repartió por la tierra, hubo un reparto entre los tres hermanos mayores: Hades escogió el inframundo para su trono, Zeus se quedó con el olimpo allá en las nubes y Poseidón quiso gobernar el océano, las aguas saladas y todas sus criaturas.

¿Dónde estaba el marca páginas en esta historia? ¿Por dónde doblé la esquinita de la hoja?

- Aconsejo cautela en esta historia, si hércules lucha tú no tendrás gloria. No, esto es el principio. ¡Más! ¡Más!

Nace Hércules, lo convierten en humano, se queda la fuerza, el pobre rubito no se integra en la sociedad porque no sabe medir su fuerza.

 Meg mientras tanto se está enamorando de alguien que jamás la quiso y se aprovecha de ella, le vende su alma al dios del Hades para que le perdone y Hades se la queda… Esto no lo cuentan en la historia, a ver, para, para, imagino a Megara frente a las aguas Estigias. No sabe dónde irá su alma cuando muera,  le pertenece a Hades ¿qué pasará?

Las Moiras saben lo que le ocurrirá a Megara cuando su alma vaya al Hades:

Descalza, con un velo negro escrupulosamente colocado, sendas monedas en la mano; emprendiendo el camino hacia el Hades. Hermes, el viajero, el mensajero, el guía, tirando de su mano, arrastrándola. Más allá del horizonte, bajo la tierra, la cálida tierra bañada por Apolo; más allá de toda vida imaginable, aquí queda, aquí la dejas, sola, a merced de la oscuridad.

La caverna es oscura, hay más como ella, más almas aguardando al barquero. Llantos, gritos de resignación, oraciones a los Dioses, lamentos desesperados, plegarias a ti, Hades.

Ella aguarda en silencio la llegada del barquero, no sabe dónde ni cuándo, pero en silencio.

Caronte, hijo de Érebo y Nix, hombre sin compasión ni sentimiento, no tardes mucho que el miedo la consume, no la hagas esperar, aquí la desesperación y la locura moran a sus anchas y yo tengo ella monedas con las que pagar mi viaje. Por favor, ven pronto; por favor, no tardes. Sus monedas no son cualesquiera, son monedas especiales, su alma irá directamente a Hades. Tendrás que llevarla. Ya no aparcera de súbito, ya no, ahora estarás encerrada en el Hades para siempre con él.

El llanto de un niño estalla, gritos de negación, cánticos. Está todo tan oscuro que no puedes ver el semblante de nadie: sólo el blanco de sus ojos resplandece en mitad de la nada. Una niña de cabellos largos tira de tu vestido, tiembla de frío, de miedo.

A lo lejos, una luz, un faro, un bote destartalado se acerca y tú ríes nerviosa. Empujas a las sombras que te rodean en dirección a la luz, caminas hacia delante seguida de algunos gritos asustados, escuchas chapoteos.

Megara estará en el muelle cuando muera. Si tú, Hércules no haces nada, ésta historia y este cuento es el tuyo, es el cuento de tus heroicidades, tú no sabes que Megara pertenece a Hades, no sabes nada aún, te sacaremos del cuento antes de que lo sepas, pero… yo la imagino, imagino su final.

Para cuando se dé cuenta, el faro de la barca está frente a ella; un Caronte, encapuchado con raídos y mugrientos retales de tela negra extiende su mano ante ella. Aquí es la única que tiene esa moneda para el barquero, es la única que puede pasar, es la única que no gritará, ni llorará, ni se lamentará en una eternidad de oscuridad.

Deja caer el peso de la plata sobre la ajada palma de su mano; él la cierra. Coloca la luz sobre el bote y la deja pasar. Los gritos se alejan, acompasados remos arrastran lo que queda de ella sobre las aguas del río Estigia, la oceánide inclemente, la mayor, la más hermosa, nacida de Océano y Tetis, nacida para transportar sobre toda ella, las almas al Hades, para cruzarlo y nutrirlo de funestas muertes. El barquero detiene su marcha, en mitad de ninguna parte, sobre una inmensidad de mar negro, la mira, las ordenes son claras, directa a él, señor del inframundo.

Las puertas del Hades se abren para ella, el sonido metálico del óxido o, quizás del tiempo, retumba en sus oídos. Cerbero la deja pasar, no le presta atención, no le importa su presencia. Se cierran de nuevo, dejándola aquí dentro, en mitad de la oscuridad, nada se oye, el Hades se yergue sobre desgarrado silencio mortuorio.

Ha llegado.

Éste cuento no lo conocíais ¿eh? La Moira del futuro lo augura en su único ojo como posible cuando Hércules empieza a beber su biberón de mortalidad. ¿Y qué pasó luego? Hércules conoce a papá, a Pegaso, a Megara… ¡A Megara y su corazón ajado! Nunca admitirá que es amor, por el amor es dolor y muerte, la gente es mezquina y deshonesta ¡Y tú lo sabes! Cuando estás solo nadie te hiere. El amor es lo que la lleva a la historia sobre el Hades que acabamos de contar.

En este momento se acaban de separar nuestros dos protagonistas, el fortachón y la mujer despechada. Nuestro héroe se ha ido volando con Pegaso y una cabra enfadada que lo manda lejos para que entrene.

Hércules, Fil te manda lejos de Meg, tienes que descubrir otras cosas y unas ninfas le han hablado de un lugar en el que forman a grandes héroes de historias, saca un chisme extraño y al apretar el gatillo surge de él una niebla verde. Aún estás tú pensando en los tobillos flojos de Meg cuando te adentras en ella. ¡Un momento! ¿Qué diantres esta pas…?

 Megara, has cumplido tu misión, has descubierto la flaqueza de Hércules, o mejor dicho, tienes la certeza absoluta de que no tiene ninguna. Y en esas estás cuando aparece Hades.

Si Hércules desaparece de la historia, Megara también ¿Por qué? La Moira del futuro no consentirá que Meg se quede sin oportunidades, le dará una sola, así que abre el portal a la misma vez que Hércules entra en Far Far Away, Megara cae en la niebla verde, ella podrá ser la heroína de su propia historia.

¡Hades! Megara se va ¿A dónde? La sigues, y tras ella, cruzas tú el portal, tú que vuelves a tener 18 años, tú que… ¿eh? ¿Dónde estás?

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16/06/2019, 13:49
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¡Que así sea! ¡Yo no iré a Helheim! Sonrío y suspiro aliviada. ¡Coraje, Verdad, Honor, Fidelidad, Esfuerzo, Cobijo, Disciplina, Confianza y Perseverancia!

- ¡Todos morimos un día! - Río, abro los brazos y miro a la muerte a los ojos, en un rugido fiero - ¡Por el Valhalla! - Espero que mi nombre sea recordado por los que vivan.

Una resplandeciente doncella sobre un caballo alado se acerca a mí; mientras mis miasmas huyen despavoridos de mi cuerpo, mis manos aún aferradas a sendas espadas. Ahora soy etérea, el caballo de la valkiria me lleva al árbol del que todos nacimos. La miro y sonrío, pues ella será para siempre mi valkiria y lo cierto es que le he hecho viajar muy lejos hasta encontrarme.

El Bifrost brilla bajo los cascos del alado rocín, Midgard se aleja rápidamente a nuestra espalda. Yggdrasill... Ásgard y entonces sé que soy una einhérjar, o quizás aún no, eso Freyja lo decidirá. Ante mí, el linaje de mi pueblo. Me llaman, me piden que ocupe mi lugar entre ellos, en los atrios de Valhalla, el lugar donde viven los valientes para siempre.

Veo a Eikþýrnir, sus cuernos gotea tanto rocío, que éste llega abajo hasta Hvergélmir, de él se forman los ríos Sid, Vid, Sokin, Eikin, Svol, Gunntra, Fiorm, Fimbultul, Gípul, Gópul, Gómul y Geirvímul, que corren por donde habitan los dioses; veo a Tyn, Vin, Tol, Hol, Grad, Gunntrain, Nyt, Not, Non, Hron, Vina, Vegsvin y Tiodnuma.

También veo a Heiðrún, de sus ubres mana hidromiel y es él el que llena la cuba cada día; tanto es, que puede saciar a todos los einhérjar. Y ahí está, sobre el Valhalla, el frondoso Læraðr, tan deslumbrante como el oro.

Ochocientas puertas y cuarenta más, tiene el Valhalla. Frente a la más grande espera Freyja, que me observa y decide mientras yo, aturdida por el viaje, la contemplo ¿El Vahalla o Folkvang? Las palmas de mis manos estrechan las empuñaduras de mis armas y entonces decide, da un paso hacia un lado y me muestra la puerta del salón de los muertos; otra Valkiria se acerca a mí y me ofrece un cuerno rojo de hidromiel sagrado, yo lo tomo y bebo, mientras la dama me abraza. Ahora sí, soy una einhérjar y he regresado al río de la inmortalidad.

Entro en el enrome salón, techado está con astas, tejado con escudos, cubierto el suelo de corazas. Hoy lo veo con mis propios ojos. Está repleto de valientes guerreros, tantos que apenas vislumbro los vórtices, sobre las mesas, la carne de Sæhrimnir, jabalí que se come cada día en el salón de los muertos, y de nuevo está vivo cada tarde. Valkirias sirven las mesas y traen hidromiel, también vino, la bebida de Valfodr (Odín), el padre de todos, el que se sienta con nosotros, los einhérjar.

Cada día, después de vestirme, tomo mis armas y salgo fuera del Valhalla, entrenamos, luchamos y morimos unos a manos de otros, gritos de guerra, gruñidos que manan del dolor de las heridas. Morir una y otra vez entre acometidas, sangre, dolor y honorables y merecidas muertes para luego regresar al Valhalla.

¡Nosotros jamás moriremos! Nos reagrupamos en el Valhalla, los Æsir: Odín, Frigg, Thor, Baldr y Tyr, comen y beben con nosotros. Y moriré en batalla, una y mil veces ¡hasta el día del Ragnarök

 

Y ésta es la historia de la llegada al Valhalla, éste es el cuento que a Ludovic, del clan MacGuffin le contaban de pequeño y que a Mérida su madre no le contó jamás. Mérida era una princesa, tenía que aprender cosas útiles.

Los cuentos trasmiten verdades, te dice mamá todos los días, pequeña pelirroja.

Y mientras uno crece con cuentes de honor y gloria, aprendiendo a no temer a la muerte ni al Valhalla, a Mérida le enseñan a declamar, a cantar a ser recatada y aburrida.

Pero los fuegos fatuos tenían su propia opinión. Veamos ¿dónde estaba el marca páginas de este cuento? A ver, a ver… que igual nos hemos ido un poco al Valhalla nosotros también.

La pelirroja rebelde discutiendo con mamá, papá diciéndole que tiene que casarse, ella que no quiere una boda tan joven ¡Si solo tiene 18 años! Pues ya tienes tres pretendientes… Ludovic a ti tampoco es que te haga especial ilusión casarte pero allí que vas, todo esto lo ha orquestado tu padre.

El pleno de tiro con arco que exhibe la rizos cobrizos… aham… más adelante… más páginas, más discusión con mamá; Ludovic no sale por aquí….

¡Aquí hay una esquinita doblada!

Los fuegos fatuos, los dueños de nuestro sino en esta historia, Mérida estás muy enfadada con mamá, cabalgas a galope cuando el caballo te tira al suelo al llegar a las piedras. Blablabla, la bruja, bliblibli, era un poco más adelante.

Pasamos más páginas.

Entonces los ves, los fueguitos azules, esos que Ludovic ve ahora mismo también desde su tienda al lado del castillo. Estáis a kilómetros pero ambos veis fuegos fatuos y ambos terminan en una especie de niebla verdosa.

Mérida tú acabas de salir de la cabaña de la bruja, pero corriendo prosiguiendo los fuegos has perdido el pastel.

Ambos acabáis entrando en la viscosa niebla verde, y… ¡siguiente página!

 

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16/06/2019, 13:49
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Érase una vez... en un pequeño reino muy lejano, rodeado de bosques… ay, no, espera, no es un reino ¡Es una selva! Además esto no es un cuento, es un libro. ¿Dónde está el marca páginas que dejé?

El oso que canta… no, no, aquí aún no era, era más adelante. Ka intentando comerse al niño humano… ¡No! ¡No! El tigre al que ser humano y su arrogancia convirtieron en un animal resentido ávido de venganza y carne humana.

Trate de clasificar tu especie: Me di cuenta que realmente ustedes no son mamíferos. Cada mamífero en este planeta desarrolla instintivamente un equilibrio natural con el ambiente que lo rodea, pero los seres humanos no.
[Los humanos] se trasladan a un área, y se multiplican, y multiplican, hasta consumir cada recurso natural. La única forma de sobrevivir es instalarse en otra área. Existe otro organismo en este planeta que sigue el mismo patrón: El VIRUS. Los seres humanos son una enfermedad, un cáncer para este planeta, una plaga…»

Aquí está la página doblada ¿Era aquí?

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Eso dijo la pantera pero tú nunca fuiste un cazador, ni siquiera sabes lo que  es un arma de fuego y a pesar de que has crecido la pantera te sigue llamando Cachorro Humano. Más del tigre no sabes nada, nadie sabe nada desde hace un año, su rugido no volvió a hacer temblar a nadie. ¿Ahora ha vuelto? ¿Y quiere que te marches? ¿dónde habrá ido?

Llevas unos meses vagando por la selva con la pantera y el oso, cuando de repente una nieva verde te envuelve y desapareces.

¿Y qué ha pasado esta vez? Shere, caíste en Far Far Away, al otro lado de esta dimensión eras humano, eras aquello que odiabas pero te avcostumbraste a ello, algunas veces podías ser un tigre de nuevo, y aunque no recuerdas nada de lo que pasó en las clases sí te recuerdas a ti mismo siendo humano así que esta vez no te pilla desprevenido. Querías sacar al niño humano de tu selva, (un niño que ya no es tan niño sobra decir), aprendiste mucho en aquella dimensión, sabías que en la tuya el humano acabaría por matarte y no se te ocurrió otra cosa mejor que hacer, que sincronizar vuestro sino, o hacer que alguien lo hiciera. No recuerdas el trato que hiciste, si es que lo hiciste, no sabes cómo ni porqué, pero esta vez has vuelto a Far Far Away, y en ello estás, aún aturullado, consciente de que has vuelto a un lugar en que ya habías estado, cuando ves aparecer a unos metros de ti, a Mowgli.

Mowgli al cruzar la niebla verde sigues en taparrabos, ahora estas rodeado de mucha gente como tú que jamás habías visto, al fondo… bueno, en la siguiente página te lo explico…

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16/06/2019, 13:49
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El filo de metal rozaba su pálida mejilla. Ella, sentada en el suelo, desnuda, con las piernas encogidas hacia un lado y el Kimono derramado por encima de su espalda, lo miraba; sus labios emborronados, sus ojos negros y los cabellos, a ambos lados de su rostro, como nubarrones negros arrasando un horizonte de pálido atardecer.

- ¿No vas a suplicar por tu vida? – Pregunta él, de pie frente a ella, empuñando la Katana en una de sus manos.

Ella parpadea, y una sonrisa dulce aparece en aquellos labios rojos que minutos antes había besado.

-  ¡Habla! – el ímpetu del grito hace temblar su muñeca y el filo de metal lame, voraz, la mejilla de la mujer desnuda, de espalda encorvada y Kimono violáceo. – Habla. ¡Ya!

No iba a hacerlo y él lo sabía. No le suplicaría, no lloraría, no temblaría de miedo, ni se postraría a sus pies pidiendo clemencia. Seguiría allí, mirándolo.

- Estás sangrando. – Pero no apartó la Katana.

Ella retira el Kimono de su hombro derecho, evitando, así, que el fluido rojo quede irremediablemente teñido en su superficie. No podría perdonárselo a sí misma, aquél era el Kimono más caro de todo Japón, y era suyo.

Poco a poco, el peso del Kimono cede ante la silueta femenina hasta dejarla completamente desnuda.

- Te marcaré la cara. No podrás volver a mirar a nadie así.

La sonrisa de la chica desaparece, despega al fin sendos labios y, sin apartar su mejilla, susurra:

- ¿Quieres que te recuerde quién es mi Danna[2]? No creo que quieras tener problemas con él.

Él titubea, examina los ojos de la mujer, su expresión desenfadada, el tono dulce de su voz. Y, al fin, aparta la Katana y la enfunda.

- ¿Debo recordártelo yo? ¿Qué clase de Geisha se salta sus protocolos? –Él y su ceño fruncido, apartan la mirada de Kasumi[3], que, desenfadada, se levanta del suelo, recoge el pesado hikizuri[4] y lo deposita, grácilmente, sobre su correspondiente percha de madera.

Él deja caer su Katana al suelo y la sujeta por la muñeca, obligándola a volver a su cercanía.

- Es tu deber sanar mis heridas de guerra, es tu deber vendar mi cuerpo ¡Tu deber! – la ira, abundante y corrosiva, en sus ojos. – La muerte del mejor Samurai de la historia te maldecirá.

Al fin, la Geisha lo abraza cariñosamente, su cuerpo lechoso y frío se aferra a él con fuerza. Él no la corresponde.

- Sabes que no puedo faltar a las celebraciones importantes. Akari, al fin ha logrado dominar el shamisen[5] y debía presentarla en sociedad.

La mujer da un par de pasos alrededor del guerrero, la batalla ha sido dura, y, él, como siempre, ha combatido en primera línea. Acaricia, con cuidado, la espalda que, grande y tosca, se ha llevado la peor parte.      

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      [1] Traducido al español significaría "Oscuridad, tinieblas, penumbra".

      [2] Protector, hombre adinerado con recursos para financiar los elevados costos del entrenamiento de la geisha y otros gastos considerables.

      [3] Traducido al español significaría "Niebla".

      [4] Kimono formal con emblemas familiares.

    [5] Instrumento de cuerda  que consta de una caja cuadrada y largo mástil; se toca con púa.

¿Eso querían para ti? Cerraste el libro, ser una buena esposa o una buena Geisha sería un honor para la familia ¡¿Eso querían para ti?!

Érase una vez... en un pequeño reino muy lejano, rodeado por una gran muralla por la cual había millares hombres trepando. El imperio Huno planeaba invadir china, un hombre sería la diferencia entre la victoria y la derrota. ¡Pues no! Sería una mujer.

“Callada, reservada... Graciosa, educada... Delicada, refinada, equilibrada, desenvuelta... ¡puntual!

Ya verás por aquí los muchachos pelearán por ti con fortuna y un peinado así nos vas a brindar honor. A su familia gran honor la chica va a brindar, si un buen partido es el que podría ganar. Debes ser especial, calmada, obediente, muy servicial gusto fino y figura ideal. Nos vas a brindar honor, servimos al imperio que a los hunos va a vencer con armas el varón, con hijos la mujer.

Al final, triunfaras como flor de loto lucirás la mejor oferta tu serás, nos vas a brindar honor.

Muñequitas hechas para amar, dignas de un aparador.”

Eso querían hacer de ti, pero tú nunca fuiste eso.

“¡Eres una desgracia! Puede que parezcas una buena novia ¡pero no aportarás honor a tu familia jamás!”

Nunca serías una esposa, nunca serías una muñequita en un aparador. Si eras tú misma nunca aportarías honor a tu familia. Pero todo este sufrimiento ya pasó ¿Verdad? El cuento pasó, Salvaste china, mataste a Shan Yu, rescataste al emperador, aprendiste a subir a aquel poste, luchaste tú sola rodeada de hombres que despreciaban a las mujeres por el simple hecho de serlo.

Y volviste a casa, el general volvió detrás de ti, pero el destino tenía otros planes para Mulán.

Una noche cualquiera, después de todo aquello, entrenabas en el jardín de casa cuando una neblina verde apareció ante ti, el pequeño dragoncito te había inscrito en una extraña Universidad, casarte no era tu destino, el general te gustaba, era un hombre alto apuesto digno de ti, pero… ¡Había más mundo para ti! Cruzaste la niebla verde y apareciste en otro lugar y en otro tiempo, Mushu ¿Qué has hecho?

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16/06/2019, 13:50
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Érase una vez... en un pequeño reino muy lejano, rodeado de bosques había un rey que abandonó su reino, el red Ricardo. Su hermano aprovechó entonces el vacío del trono para otorgarse sus cargos y usurpar el trono.

Ha habido muchas leyendas y cuentos sobre Robin, pero ninguna más cierta y real que la del zorrito Robin. Que robaba a los ricos para dar a los pobres.

Ésta es la exaltación épica de un forajido con honor y gloria.

Quiso darles todo
Para socorrerlos en su penuria desmedida;
Y por ello el pueblo entero rezaba por él
Y deseaba que no llegase nunca el día de su captura.

El concurso sería en tres semanas, por lo que tenía tiempo más que de sobra para preparar un plan y concurrir a la gentil invitación de su "bajeza".

Sabía que contaría con la ayuda de mi querida Marian y su dama de compañía, la buena Rosemary, así que sin perder tiempo me puse a preparar todo, incluyendo un buen disfraz que oculte mi identidad de los incompetentes hombres del príncipe y del propio sheriff.

Si todo iba conforme a mi plan ganaría el concurso y saldría de allí sin problemas. Sin embargo cuando iba camino al concurso una densa niebla me atrapó y terminé en un extraño lugar.

- Citado de tu historia.

Robin el bosque de Sherwood aquel día estaba extraño y tú lo sabías, podías notarlo, era tu hogar y sin embargo te habías perdido en él. De repente te viste envuelto en una extraña niebla que al cruzar ¿Era de noche de repente? ¿Qué había pasado? ¿Dónde estaban todos? Y en ese instante sabes, lo sabes, que no estás en tu tierra, que estás muy lejos de casa.

Notas de juego

La verdad es que tu historia era tan buena que a penas he tenido que escribir introducción porque está toda en tu perfil.

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16/06/2019, 13:50
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Érase una vez... en un pequeño reino muy lejano, rodeado de bosques… ay, no, espera, no es un reino. Busquemos el marcapáginas porque volver esta historia no es de un reino pequeño, todo lo que baña la luz es el reino que está en juego.

Veamos, no encuentro el marcador. El ciclo sin fin, el pequeño leoncito aprendiendo a cazar; Scar consiente de que la vida es injusta y ser el león inteligente es peor que ser un león fuerte.

El pequeño leoncito aprendiendo que será un rey, que su lugar es el trono, que será fuerte y listo como su padre. Él representa el ciclo de la vida, ese círculo que todo lo envuelve.

El cementerio de elefantes, las hienas, los riesgos que se corren cuando ser valiente se diluye con la intrepidez. Más y más páginas. Mufasa contándole a Simba qué son las estrellas, algo que auguraba muerte y ellos no lo sabían. Qué dura la vida del cuentacuentos, no poder contarles que todo se convertirá en cenizas y polvo.

Algo fracturó el destino de Mufasa, Scar llegó al poder, el león de ojos verdes no esperaba que simba se salvara de aquella estampida, no esperaba tener la vida de Mufasa bajo sus garras pero la tuvo y ganó.

Han pasado diez años.

Scar es el rey.

Simba sigue perdido en algún lugar entre la nada y el olvido, con timón y Pumba.

Ésta no es una historia fácil pero no terminará como todos creemos. Cada uno de ellos reescribirá su sino.

Simba vuelves a tu cuento ¿Cómo explicar a Timón y a Pumba que suspendiste el curso, que no serás el héroe que todos esperan? ya no recuerdas las asignaturas, casi has olvidado todo lo que la otra dimensión te enseñó, era una de las consecuencias. Estabas decidido a tirarte al sol con tus amigos y vivir así hasta tu muerte, a evadirte de tu destino, cuando viste la niebla verde de nuevo frente a ti y empezaste a recordarlo todo.

Al mismo tiempo que tú cruzas el portal dimensional, otro se abrió frente a Scar, repetir curso tiene un precio aunque tú aún no sabes nada.

Scar, tú acostumbrada al humo verde como estás, te adentras en el portal mágico sin saber donde vas.

Al cruzar el portal, cada uno por su parte, os encontráis en Far Far Away, los dos vais vestidos con una prenda que apenas cubre vuestro sexo.

Scar para ti es nuevo, se mira las manos y los pies, es humano, pero de momento no se alarma, aturullado aún, sigues al gentío. Te sientes más joven y más fuerte. Has vuelto a los dieciocho años de edad. ¿Qué magia es ésta?

Simba tú no recuerdas mucho tampoco, pero a ti algo te resulta familiar.

Pasemos de página y expliquémoslo mejor:   

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16/06/2019, 13:50
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Noche
Uno

hora 00:00
 
Far Far Away

 

Una niebla verde te envuelve y apareces aquí, la noche estrellada, un camino empedrado de baldosas amarillentas, poblada de palmeras en los bordes, de algunas murallas con puertas de hierro. Al fondo puedes ver el increíble castillo en lo alto de una afilada montaña empedrada.

El enorme letrero un poco más alejado, en otra montaña, reza: "Far Far Away".

Tu mente esta aturullada y confusa, miras en derredor, hay más personas como tú, todos parecéis algo confusos pero hay una verdad que tu mente sabe a pesar de que no la tienes clara. Hay que ir hacia el castillo, todo el mundo camina hacia el castillo parece que bajo la misma premisa.

Todos estáis arrebujados, algunos no habéis visto a otro ser humano nunca, ni siquiera sabéis lo que es un castillo, pero ahí que vais. A otros os resulta familiar esta avenida pero seguís con la cabeza embotada, ningún recuerdo claro. Está todo muy empantanado en la telaraña de vuestra mente. Podéis hablar entre vosotros o permanecer en silencio hasta llegar, estáis todos mezclados como una madeja mal enrollada. ¡Cuánta gente!

Al acercarte ves que el castillo está en la punta de una alta montaña, con sus ventanas brillando bajo el cielo estrellado. Es tan impresionante con muchas torres y torrecillas, rodeada la muralla de un lago de aguas oscuras y extrañas, tan espejadas que pueden verse las estrellas en él.

Todos os quedáis mudos contemplando el gran castillo que se eleva sobre vuestras cabezas mientras os acercáis cada vez más al risco donde se erige y a las murallas que lo guardan. Cruzáis el puente, que se antoja eterno, pensando en cómo llegar hasta ahí arriba hasta llegar a las verjas de la muralla, que están cerradas.

La niebla gris empieza a lamer el suelo. Aquí, de cerca, no parece el mismo paisaje tropical, rodeados de verde y casi de selva, os apelotonáis todos en la verja:

Notas de juego

Edit: Nadie lleva ningún arma.

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16/06/2019, 22:09
Aladdin

Magia... A penas un día de contacto con este caótico e inexplicable fenómeno que era la Magia y Aladdín ya no era capaz de discernir cuando se encontraba despierto, cuando soñando y cuando se encontraba metido en un estrambótico y colorido número musical.

Y precisamente se encontraba en uno de esos nuevos y extraños momentos en los que dudaba de si estaba despierto  en medio de una alucinación.

Lo último que recordaba con claridad era haber entrado en Agrabah vestido como un príncipe y con toda aquella corte convocada por el genio. Despues de eso todo se tornaba confuso. Recordaba un humo verde, un destello, de pronto volvía a ir vestido con su ropa normal, rodeado de gente extraña y caminando dirección a un misterioso castillo.

En cuanto tuvo la cabeza suficientemente desembotada como para ser consciente de que no se encontraba en medio de un extraño sueño volteó u cabeza a ambos lados, tratando de hacerse una idea más clara de donde estaba, de con quien estaba y, lo más importante, buscar una ruta para emprender la escapada si realmente fuese necesario.

El muchacho se encontró rodeado de no menos de veinte jóvenes, más o menos de su edad y vestidos con ropas de todo tipo, entre los que se encontraba alguien idéntico al Genio de su lámpara si bien con aspecto completamente humano y... ¿La princesa Jasmine? ¿Ella también se encontraba en aquel extraño lugar? 

Lo cierto era que todos ellos parecían igual de perdidos que él mismo, por lo que, disimulando tanto como fue capaz, fue adaptando su paso al de aquel que Aladdín estaba seguro que era el Genio. Cuando estuvo caminando a su paso, susurrando entre dientes preguntó -¿Qué eá pasando, Genio? Yo no te he pedido nada de esto...

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16/06/2019, 22:37
Ruby Red

     Ya me lo había dicho mi madre tantas veces, "nunca confíes en extraños" ni siquiera si ese extraño parece inofensivo y hermoso. Nunca había visto uno igual, mucho menos tan de cerca.  Se veía tan suave y sus ojos destellaban de forma hipnótica en esa fría mañana, mi curiosidad, mi mayor defecto me impedían controlar mis impulsos. Jamás le tuve miedo al bosque, pero tampoco había tenido el valor de explorarlo sola, aunque bueno no estaba realmente sola, él estaba conmigo. 

       No se en que instante me di cuenta de lo perdida que estaba, tampoco se en que momento perdí de vista al animal y con él mi oportunidad de tener una capa de piel de lobo o una manta. Lo que si sé es que todo eso pronto pasaría a un segundo plano...

 


Al cruzar la niebla mis pensamientos se volvieron confusos, olvidé donde estaba o porqué estaba allí. Me dejé bañar por lo que parecía la primera manifestación de Magia que había visto en toda mi vida. Había crecido en un pueblo pequeño sin muchas comodidades, mucho menos lujos. Jamás había estado ni cerca de ver un castillo real, solo dibujos cuando visitaba la "ciudad" que no era más que un pueblo con un mercado y un par de casas extras.

Con la mente aún obnubilada comencé a seguir a la multitud de caras desconocidas. "¿Eso de allá es un hombre semi-desnudo? allá hay otro y otro" aparté la mirada por respeto más que vergüenza, no había mucho de esos de donde yo venía y si existían no era en mi pueblo, "¿Esos músculos serán reales?" conteniendo el impulso de ir y tocarlos preferí concentrar mi mente en el castillo.

El viaje se me hizo eterno, las piernas las tenía cansadas pero no recordaba exactamente porqué. Quería hablar con alguien, hacer preguntas, recorrerlo todo, quizás si no estuviera tan cansada correría en círculos por el extraño ¿bosque? creo que eso era. Al llegar a las rejas las empujé impulsivamente a ver si se abrían, yo quería ver que es lo que había dentro del lujoso y grande castillo.

- ¿Alguien por aquí sabe donde estamos?- Con mi apenas metro cincuenta me costaba mucho trabajo hacerme ver entre la multitud por lo que daba saltitos alzando la voz con la esperanza de que alguien me prestara atención. Una rara sensación de haber olvidado algo importante me estaba carcomiendo los huesos, suponía que si descubría donde estaba y porqué esa sensación desaparecería.

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17/06/2019, 03:05
Z Simba
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- "En la jungla, la negra jungla, dormido está el leoooooón..." - el trío de amigos avanzaba cantando en una noche de luna llena buscando un menú completo de bichos que saciase su hambre. Viscosos, crujientes, rellenos de crema verde, con alas, sin alas, con muchas patas... El apetito voraz que les hacia rugir las tripas los había sacado de su estúpida apuesta acerca de la resistencia del trasero del jabalí. - ¿Crees que si te tapáramos el ano subirias volando al cielo, Pumba? - la suricata soltó una fuerte carcajada estridente removiéndose sobre si misma, miró al león esperando que siguiese la broma, pero Simba respondió con cautela. - Quizás así pudiera decirnos que hay allí arriba... - el negro escenario de la noche y sus brillantes estrellas eran motivo de discusión continúa. Luciérnagas, bolas de gas, Reyes que antaño vivieron para reinar y ser recordados por su valía... No le importaba desvelar la hipótesis correcta, Simba había guardado solo para él la visión de Mufasa y sus amigos no tenían ni idea.

 

 

Tras cenar los bichos que habían encontrado se echaron tumbados sobre la hierba y Simba reveló la verdad que la culpa atenazaba en su pecho.

- ¡Ey, ey, ey! ¡Para el carro chico! ¿No estás aquí de visita por vacaciones? - preguntó con extrañeza Timón. El león se tragó con rabia su propio orgullo y confesó a sus amigos lo que había estado retrasando por temor a decepcionar a quienes creían ciegamente en él. - No, me han expulsado de la Universidad Far Far Away, no he sido capaz de superar las asignaturas impuestas por esa gente. El sueño del héroe de cuento ha terminado pronto.

- ¿Pero tu no estabas haciendo lo posible por adaptarte al mundo de los humanos? ¿Qué me he perdido? - Timón se acercó de un salto a su nariz y se tumbó sobre el hocico mirándole muy de cerca.

- Si y no, respuesta corta y con matices. Tranquilizaos, ya os lo explicaré. - el tono de voz del león no invitaba a seguir preguntando por su fracaso. Apenas recordaba nada de lo que había aprendido junto a los humanos y no quería volver a enfrentarse a un mundo lleno de complicaciones.

- Será mejor que les pidas una segunda oportunidad y aproveches las clases. - comentó Pumba ignorando lo que estaba a punto de suceder. El humo verde atrapó al león antes de que pudiese decir una sola palabra. Abierto el portal, le envolvió en una bruma extrañamente familiar.

***

Una mano delante y otra detrás tapando la parte baja de su anatomía, así apareció en el otro lado viendo como un espectador el movimiento automático y ligeramente errático de sus pies caminando, siguiendo el camino de baldosas amarillas. Gentío, olores... voces. Entre la confusión detectó un olor que le ensimismó especialmente, quizás no era solo un olor, sino la combinación de varios. Alzó la vista y trató de identificar que era, quien poseía ese olor suave a dulce y naturaleza. No lo consiguió y en su lugar, otro olor que recordaba conocido se coló a la invasiva por su nariz y hasta el fondo de los pulmones, despertando a su paso junto una estampida de recuerdos malsanos que había mantenido encerrados bajo llave. Erá él. Con otros ojos, otra apariencia, pero la misma mezquindad. Scar.

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17/06/2019, 04:05
Robin Hood

Algo iba mal y mi corazón lo sabía, estos bosques eran mi hogar, ellos me proveen de sustento y refugio, entre sus árboles yo desaparezco y mis enemigos nunca me encuentran.

Pero esta niebla era cualquier cosa, menos algo natura, debía ser cosa de alguno de esos hombres y mujeres que practicaban las artes arcanas.

La magia no era algo nuevo para mi, pero nunca antes había estado tan cerca de una de esas personas para caer víctima de sus conjuros.

A duras penas podía ver más allá de un palmo de mi rostro, por lo que intente buscar cobijo entre los áeboles sin éxito alguno, lo que terminó por disparar todas mis alarmas pues no sería de extrañar que el píncipe Juan hubiera contratado a un mago o bruja para tratar de darme caza.

Emplear la magia en donde la fuerza y la astucia le habían fallado, claro que ese fantoche era capaz de eso y más, pero si creía que caería sin pelear estaba muy equivodcado, después de todo  yo era la espada del pueblo y la espada del pueblo no se entregaría con facilidad.

La situación me resultaba en exceso tensa, por lo que opté por ponerme de rodillas y echar mano de mi espada, al tiempo que me preparo para combatir con cualquiera que estuviera detrás de esta intrusión a mi sagrado hogar, pues si iba a caer hoy, todo Inglaterra sabría que Robin Loxley vendería bastante cara su vida.

No me importaba en absoluto si eran cinco, diez, cien o mil soldados los que venían a por mi, mi acero y mis flechas cobrarían su cuota antes de que pudieran tomarme preso o muerto y todo el condado de Nothingham recordaría este día como aquel en el que Robin luchó hasta morir por preservar su libertad y la dignidad de su pueblo, lo único que lamentaba es que ya estaba muy cerca de reunir el dinero que faltaba para pagar el rescate del rey, sólo rogaba a los cielos que el pequeño Jhon y el fraile Tuck pudieran reunir lo que faltaba y liberar finalmente a nuestra tierra de las garras de aquel usurpador, el infame "Juan Sin Tierras".

Sin embargo, la niebla empieza a disiparse revelando ante mi la calle principal de una gran ciudad, totalmente llena de personas, todas ellas con aparriencias extrañas, algunas de ellas estaban sufriendo una extraña metamorfosis abandonado su apariencia animal para tomar una forma humana.

Rápidamente me pongo de pie, mientras mi cuerpo cambia, una cambio violento e instantáneo, todo mi pelaje desaparece mis garras y colmillos se encogen al igual que mi nariz, el proceso se me hace lento, pese que apenas dura un par de segundos.

Cuando me yergo de nuevo mi apariencia es la de un ser humano, un concepto que se me hace extraño al principio pero que mi cerebro interioriza rápido.

Algunas de las personas se veían totalmente omnubiladas, al parecer estaban bajo la influencia de alguna clase de embrujo, estaba claro debía huír de allí antes de que mi mente cayera también ante esta extraña y nociva influencia mágica.

Con la desición tomada, intento a echar a correr, pero es demasiado tarde, mi cuerpo empezó a andar en la misma dirección que aquella gente, hacia un enorme castillo, un castillo que me resultaba imperioso conocer, un castillo al que debía llegar de inmediato.

Ya es tarde, ahora no tengo más opción que proseguir el viaje y esperar mi oportunidad para escapar. - pienso mientras avanzo a paso lento y decidido hacia mi inexorable destino, el misterioso castillo de "Muy, muy Lejano" - ¿Qué cómo sé el nombre de esta misteriosa ciudad? Pues fácil lo dice el letrero de la montaña.

De pronto escucho la voz de una señorita que parece encontrarse en el msimo predicamento que yo, así que decido empezar a hacer amigos, después de todo, en la unión está la fuerza y sí que necesitaríamos mucha de esa para enfrentar a un hechicer tan poderoso, capaz de manipular con tanta facilidad tantas mentes al mismo tiempo.

Estamos en el pueblo de "Muy, muy lejano" señorita, lo dice en la montaña, pérmítame presentarme soy Robin Hood y al parecer nos toca ser compañeros de viaje. - digo con amabilidad mientras reparo en el arma que la chica carga y realizo una cortés reverencia.

Conforme nos acercamos a la puerta del castillo, puedo divisar a otra señorita quien preguntaba sobre una reina Grimhilde y que parecía tan nerviosa y preocupada como yo, así que intento calmarla con la mayor cortesía posible, pues parecía ser alguien de modales muy refinados.

Muy buenas noches señorita, me temo que no conozco a ninguna reina que responda a ese nombre y reconzco como única autoridad la de Ricardo corzón de León légitimo monarca de Inglaterra, pero con gusto la ayudaré en todo lo que esté a mi alcance.

Mi nombre es Robin Hood y aunque me gustaría poder responder a su pregunta sobre las causas que motivaron este viaje, me temo que las mismas me son totalmente desconcias, pero tal vez podamos proseguir el viaje apoyándonos unos a otros, nosotros tres si es que está usted de acuerdo señorita Blancanieves - propongo realizando una muy cortés reverenci al estilo de mi tierra.

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17/06/2019, 10:21
Bella

-¡Philippe! ¿Qué haces aquí? 

Bella detuvo al caballo enloquecido, tomándole por las riendas y apoyando una mano tranquilizadora contra su cuello.

-¿Dónde está papá? -Preguntó, atemorizada- ¿Dónde está, Philippe? ¿Qué ha pasado?

Su padre había partido la mañana anterior de camino a la feria; su caballo, con la carreta y el jinete, debían estar muy lejos ya. ¿Por qué había vuelto? ¿Qué estaba sucediendo?

¿Se habría caído de la carreta? ¿Se habría perdido? ¿Y si le habían atacado unos bandidos? Su padre no era ningún tonto, pero era un anciano y no podría resistir mucho tiempo solo en el bosque.

Angustiada, Bella regresó al interior de su casa para tomar la capa oscura que reposaba sobre el perchero de la entrada. Con celeridad se la echó sobre los hombros y corrió hacia el caballo.

-¡Tienes que llevarme a donde está!

Sin embargo, una neblina verde rodeó a la jinete y su montura. Philippe, asustado, se encabritó, y Bella cayó hacia atrás, golpeándose la cabeza contra el suelo.

Alguien pisó su vestido. Unos pasos presurosos la rodearon. Un millar de pasos presurosos. Bella sentía un palpitante dolor en la coronilla, donde se había golpeado al caer. Al caer de… ¿de dónde?
Con la inquietante sensación de que olvidaba algo, la chica se revolvió en el suelo, incómoda, antes de abrir los ojos lentamente. Al principio sólo pudo vislumbrar un montón de piernas rodeándola al pasar, pisando un empedrado de baldosas amarillas.

Qué bonito, como el cuento…

Bella cerró los ojos, casi aliviada. Así que sólo estoy soñando.

Pero el dolor es tan real…

Alguien volvió a pisarle la capa, estrangulándola involuntariamente durante unos segundos, así que la muchacha no pudo hacer más que incorporarse para evitar una segunda agresión. Había muchas personas a su alrededor, en una avenida totalmente desconocida para ella. No estaba en su pueblo, aquello era evidente. Pero si no estaba en su pueblo, ¿dónde?

Dolorida, desconcertada y casi hipnotizada, se puso en pie.

-Perdón… -trató de detener a alguien, pero la gente pasaba de largo- disculpe…

Sin darse cuenta, la joven se estaba viendo arrastrada por la marea de personas que se dirigían hacia un castillo en la lejanía.

-Perdón, ¿alguien sabe dónde…?

Fue entonces cuando Bella reparó en el cartel que se alzaba en el horizonte. ¿Far far away?

-¿Qué sitio es este…?

Trató de preguntarle a alguien más, pero pronto reparó en que aquel hombre sobre el que intentaba llamar la atención, estaba prácticamente desnudo. Sonrojada, Bella apartó la mirada. ¿Qué estaba pasando? Jamás había visto a un hombre con tan poca ropa, ni siquiera a su padre. Con disimulo y decoro, echó una mirada en derredor. Reparó entonces en que la gente que la rodeaba llevaba ropas muy dispares, y su aspecto era de igual desconcierto que ella.

Mientras caminaba hacia el castillo, la mente de Bella comenzó a trabajar. ¿Qué podía haber ocurrido? ¿Cómo había acabado allí? Recordaba vagamente que había salido al jardín de forma apresurada. Y una niebla verde…

Verde, el color de la maldad. Obviamente se trataba de algún tipo de secuestro. Un secuestro mágico. Sintió que su corazón se aceleraba en el pecho. ¡Magia! Era imposible. La magia no existía. Pero, ¿qué otra explicación había? Aquel lugar era como la Isla de los Juegos; un montón de jóvenes recluidos en ella, alejados de sus familias. Tan sólo esperaba que no se convirtieran en burros al acabar el día.

Los minutos pasaron tan largos como horas, hasta que al final todos se detuvieron frente a la verja de hierro. Inquieta, Bella volvió la cabeza para buscar alguna respuesta entre los rostros que había a su alrededor. Seguro que había alguien que podía explicarles lo que había sucedido.

Ruby: ¿Alguien por aquí sabe donde estamos?

Con esa capa roja, la muchacha parece…

Snow: creo que será mejor esperar aquí, y vamos presentándonos, así sabremos o intentaremos averiguar que hacemos aquí 

¿Esperar ahí? No, era una mala idea -razonó Bella, distraída ante las palabras de la hermosa mujer de rostro níveo-, si alguien les había secuestrado, obviamente les tenía donde quería. Debían huir lo más rápido posible.

Inquieta, comenzó a retroceder, hasta que la joven volvió a hablar.

Snow: soy Blancanieves del bosque Spessart del Reino de Lohr am Main*, un placer

Con incredulidad, Bella enarcó una ceja. ¿Blancanieves? ¿Como la del cuento?

Una muchacha con la capa roja, Blancanieves… Far far away, un camino de baldosas amarillas… ¿qué más?

Robin: Estamos en el pueblo de "Muy, muy lejano" señorita, lo dice en la montaña, pérmítame presentarme soy Robin Hood y al parecer nos toca ser compañeros de viaje.

Ahora sí, Bella no pudo evitar atragantarse con su propia saliva debido a la sorpresa y comenzó a toser de forma incómoda, lo que le impidió escuchar el final del discurso de aquel muchacho.

Debía ser una broma. Algún tipo de teatro callejero llevado al extremo. No era posible…

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17/06/2019, 11:43
Mérida

La respiración era agitada y el dolor intenso en el trasero, pero no tanto como el de las rodillas y manos de cuando cayó de su caballo. Miró con los ojos muy abiertos a su alrededor mientras se levantaba, mostrando su vestido azul lleno de manchas de tierra y hierba. Dió un giro de 180º y su boca se entreabrió por la sorpresa hasta que lanzó un grito jubiloso alzando a la par los brazos con entusiasmo.

¡¡Lo había logrado!! Seguramente allí estaria la respuesta de como hacer cambiar de opinión a la harpia de su madre. Corrió entre la gente, observando ilusionada los rostros de los que estaban allí junto a ella, analizando sus expresiones. Seguramente todos habían pedido un deseo a la bruja y estarian allí por algo.

"Ups, ahí no hay que mirar" su rostro enrojecido destacó contra su pálida piel pero siguió exultante hasta alcanzar la verja. En ese castillo....ahí tenia que llegar, seguro.

- ¿Me disculpas? - preguntó con amabilidad a la joven morena que zarandeaba la puerta. Se arremangó las faldas con muy poca feminidad y se las sujetó con una mano para poder escalar por ésta con la otra. Cuando estuvo a media altura extendió su mano por si las jovenes, o el chico de la ropa apretada, que estaban cerca de ella querian acompañarla

- Yo soy Mérida - dijo en respuesta, guiñando un ojo complice a Blancanieves.