Hay una H sobre la chimenea y sabéis entonces que entráis en la Fraternida de Heroínas.

Al fondo hay un pasillo con cuatro habitaciones, son de dos camas cada una. En la mesa frente a la chimenea hay planos y el horario para mañana.

Jasmín apareció en la sala sin saber a donde iba y fue al ver la H sobre la chimenea cuando pudo entender que había sido asignada a la fraternidad de las heroínas, ¿era una heroína? ¿significaba eso que no perjudicaría al muchacho del bazar? ¿que o quien era ella entonces en aquel cuento? Aun seguía sin saber que papel desempeñaría pero sin duda ahora se podía sentir más tranquila al respecto.

Jasmín echó un vistazo rápido a la bonita estancia y vio que ya 4 de sus compañeras estaban allí y que sobre una mesa había varios documentos, seguramente dejados allí a propósito para ellas, Jasmin sonrió a las chicas y se dirigió hacia la mesa.

-Vaya parece que este es nuestro horario de mañana chicas y… un plano… esto es enorme, será divertido recorrer este lugar y descubrirlo ¿no creeis? – dijo pasando sus dedos por el mapa intentando dar conversación a las chicas.

En algún momento al atravesar el velo la mano de Robin hood desapareció, entonces no estaríamos en la misma... ¿Como le habían llamado? fraternidad. Traté de recordar, heroes, heroínas y villanos.  Allí estaba Blancanieves y otras dos chicas, cada una de ellas destacaba de forma particular. Dejé mi canasta con pasteles y whisky sobre la mesa, lo imposible había sucedido ya no tenía hambre, en su lugar una curiosidad enorme llenaba todo mi cuerpo.

- Wooo este lugar es hermoso, que significa esa H.... claro como pensé si hay un lobo en mi historia el debe ser el malo.

Más chicas entraron, una mujer alta de cabello oscuro que se dirigió adonde estaban unos papeles y detrás de ella la pelirroja que gustaba de escalar rejas. Cada una de las mujeres que estábamos ahí teníamos razgos particulares que me resultaban muy llamativos.

- ¿Horarios?- Me puse a husmear los papeles junto a la hermosa e imponente chica de piel canela- espero que no me toque madrugar.- Mis ojos se abrieron como platos al ver el plano del castillo. Fuera o no una trampa, mintiera o no Ella, lo cierto es que esta mujer tenía razón había mucho espacio para correr. - Quiero visitar ese lugar, y ese lugar, y ese lugar... o y  la cocina eso es seguro. Nieves mira! apuesto que en tu bosque nunca viste un castillo tan grande como este.

Me dirigí casi corriendo a mirar que había detrás de las puertas, creo que todo esto era mucho más grande incluso que mi casa. La pregunta era con quien compartiría habitación, después de todo no quería a alguna persona aburrida o estirada que no disfrutara de los bocadillos de medianoche.

- Chicas!!! miren aquí vamos a dormir.- elegí la primera puerta y me lancé sobre la cama- woooo esta es la cama más mullida y suave que he sentido nunca- me volví a asomar por la puerta- ¿Quién quiere compartir habitación conmigo? Soy Ruby o Red, como prefieran llamarme, me da igual.

Di un golpecito en mi frente y corrí nuevamente a la entrada para coger mi canasta, esperaba que nadie hubiera visto la botella de alcohol, ni siquiera sabía si estaba permitido tener algo así aquí.

- Prometo no roncar de noche y compartirles pastel si me descubren comiendo a media noche.

Al llegar a la fraternidad, quedo ligeramente absorta en mis pensamientos. Así que Heroína... Eso significa que tarde o temprano  dejaré de trabajar para ese odioso dios. Sonrío al pensar que gracias a esta universidad, cada minuto que pasa estoy más cerca de conseguir mi ansiada libertad. 

En la sala ya se encuentran la chica que el estúpido fornido tenía agarrada (Bella), y la bella chica de los llamativos ojos verdes (Blancanieves). Tras de mí, entran también una muchacha con una capa roja (Ruby), y Jasmín. Definitivamente va a ser interesante estar aquí. 

Belleza de Agrabah: - Vaya parece que este es nuestro horario de mañana chicas y… un plano… esto es enorme, será divertido recorrer este lugar y descubrirlo ¿no creeis?

La voz de Jasmín me saca de mis pensamientos, me acerco con mi característico paso lento hacia la mesa en la que se encuentra, y me coloco cerca de ella, observando la cantidad de papeles que hay encima. 

- Sí, definitivamente será divertido recorrer y descubrir muchas cosas de este lugar... - Digo con tono sugerente mientras miro intensa y descaradamente a sus ojos. Río ligeramente, y dirijo mi vista hacia el mapa que tiene entre manos, y que Ruby mira con gran interés.

Ojazos Azules: - Quiero visitar ese lugar, y ese lugar, y ese lugar... o y  la cocina eso es seguro.

Su entusiasmo casi es contagioso, por primera vez en muchos años, siento ilusión por algo.

- Tendremos tiempo de visitarlo todo, seguro... Nunca he visto un lugar así, en el lugar del que yo vengo no hay nada parecido. ¿Y en vuestras... historias?

Ruby:  - ¿Quién quiere compartir habitación conmigo? Soy Ruby o Red, como prefieran llamarme, me da igual.

- Encantada, Ruby. Puedes llamarme Meg.

Red: - ¿Quién quiere compartir habitación conmigo?

- Así que compartimos habitación... Yo quisiera compartir con Jasmín. - Le guiño un ojo a la princesa. - Pero puedes contar conmigo si ella no comparte mi deseo, y nadie más se ofrece. - Intento ser todo lo agradable que puedo, nunca he sido amigable en exceso con las personas de mi alrededor, y por ello he permanecido sola durante años, pero ahora que estoy aquí, he decidido ser más agradable.

Quedo expectante ante las posibles respuestas de mis compañeras, especialmente la de Jas.

Tras aquel saltó llegó al otro lado, chocando brevemente con aquella joven morena tan hermosa - Ups. Lo siento - rió divertida dando un paso atrás. Sus ojos inquisitivos recorrieron el lugar. Aquello era muy diferente de su castillo. ¿Donde estaba la piedra? ¿Y las teas que iluminarian durante la noche? Al alzar la mirada vio velas colgando de una lampara algo extraña.

- Ajá - dijo para si misma mientras alzaba una ceja escpetica al ver tanto libro para acabar mirando a las dos jovenes que miraban aquellos papeles - ¿Horario? ¿Aquí también nos van a planificar que tenemos que hacer en todo momento? Vaya rollo. - resopló provocando que un mechón de su cabello se elevara para luego volver a posarse sobre su pálida frente. Lo de los planos le gustó más - ¿solo hay un mapa? - preguntó a las desconocidas mientras veía a Ruby lanzarse sobre una de las camas.

Rió con ganas de nuevo - Si quieres yo puedo ser tu compañera. Aunque nunca he compartido habitación, no se si yo hago ruido durmiendo - se rascó la punta de la nariz antes de seguir investigando el lugar. - Por cierto, me gusta vuestras ropas - dijo al aire al pasar al lado de Jasmine y Megara*. No llevaban muchas capas y parecian telas frescas y cómodas. Eso si, a su madre le daría algo si la viera vestida de aquella forma tan provocadora.

Al atravesar el portal mágico, Bella abrió los ojos, con algo de miedo y curiosidad, para descubrir que había sido trasladada a una sala de estar no muy diferente de su propio hogar. Exceptuando los lujos, por supuesto.

Allí ya había varias de las mujeres que la habían precedido, y les sonrió con timidez como todo saludo, antes de hacerse a un lado para dejar pasar a las que vinieran detrás de ella.

Jasmín: Vaya parece que este es nuestro horario de mañana chicas y… un plano… esto es enorme, será divertido recorrer este lugar y descubrirlo ¿no creeis? 

Al reparar en los escritos que había sobre la mesa, la joven avanzó rápidamente hacia ella, para poder leer cualquier palabra que hubiese impresa o manuscrita en cualquier superficie plana. Necesitaba respuestas, saber si era una heroína o una villana... y conocer su cuento. Con alivio, descubrió entonces que había sido trasladada a la Hermandad de Heroínas. ¿Eso significaba, pues, que Gastón era el villano de su historia? Era un poco presumido y no tenía mucho cerebro, pero eso no le convertía en mala persona... ¿no? 
Quizás no era el villano, sino su "príncipe"... y eso significaría que tendría que casarse con él. A no ser que cambiara su propia historia.

 Caperucita roja se abrió paso entre ellas para llegar también a la mesa, donde poco pudo contener su entusiasmo. Intimidada, como si conociera a alguien famoso (de hecho, es famosa, reconoció para sus adentros), Bella se hizo a un lado y la observó, divertida.

Caperucita: Quiero visitar ese lugar, y ese lugar, y ese lugar... o y  la cocina eso es seguro. Nieves mira! apuesto que en tu bosque nunca viste un castillo tan grande como este.

Meg: Tendremos tiempo de visitarlo todo, seguro... Nunca he visto un lugar así, en el lugar del que yo vengo no hay nada parecido. ¿Y en vuestras... historias?

Una de las sensuales jóvenes que había visto entre la multitud también se hizo con uno de los papeles, y Bella negó con la cabeza ante su pregunta, sonrojándose por sus maneras. Las únicas mujeres verdaderamente hermosas que había visto en su vida eran las trillizas rubias que le hacían la fiesta a Gastón, así que descubrir que la hermosura podía ser tan variada y exótica la abrumaba.

El entusiasmo de Caperucita la distrajo de sus pensamientos durante unos segundos, mientras esta se dedicaba a abrir puertas para descubrir los dormitorios.

Ruby: Chicas!!! miren aquí vamos a dormir. ¿Quién quiere compartir habitación conmigo? Soy Ruby o Red, como prefieran llamarme, me da igual.

 -Bella... -comenzó a presentarse la francesa, a media voz, antes de verse interrumpida por la joven del peplo.

Megara: Encantada, Ruby. Puedes llamarme Meg. Así que compartimos habitación... Yo quisiera compartir con Jasmín. Pero puedes contar conmigo si ella no comparte mi deseo, y nadie más se ofrece.

Bella titubeó. Nunca había tenido amigas, así que no sabía muy bien cómo proceder. Antes de poder ofrecerse como compañera, sin embargo, la joven pelirroja se le adelantó.

 Mérida: Si quieres yo puedo ser tu compañera. Aunque nunca he compartido habitación, no se si yo hago ruido durmiendo. Por cierto, me gusta vuestras ropas

Bueno, había perdido la oportunidad de tener una compañera de habitación, pero al menos las jóvenes eran agradables.

-Grac... -comenzó a agradecerle el cumplido, antes de percatarse de que la escocesa se refería a las ropas de las otras dos jóvenes, tan diferentes y vaporosas. 

Con un suspiro, Bella retrocedió discretamente, y eligió un libro al azar de entre los que coronaban las librerías repartidas por el lugar. Esperaría tranquilamente a que llegaran el resto de chicas, y entonces elegiría a su compañera. Todas eran personajes de cuentos, y conocerlas era un auténtico sueño para ella. Más increíble que conocer al mismísmo rey de Francia, desde luego. Pero cinco años son muchos, y habría tiempo para todo. Por el momento, se contentaría con refugiarse entre las páginas de sus amigos más íntimos, aquellos que nunca la abandonaban ni la hacían sentir sola: los libros. 
Tímidamente tomó asiento en una butaca más alejada del bullicio, y abrió la tapa con reverencia.

Orgullo y Prejuicio, por Jane Austen. 

Capítulo 1.

Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa. [...] 

al traspasar el portal que se había abierto ante ellos, lo primero que vieron los ojos verdes de Nieves fue esa gran H que adornaba la estancia, solo ahí pudo soltar su respiración contenida, pues había pasado por su cabeza que podría ser una villana, pero algo le decía que por mucho que estuviera en esa fraternidad, las cosas podrían cambiar pues el bien y el mal habitaban en toda persona y en partes iguales, solo que algunos dejan actuar más a un algo que al otro. Así, la princesa caminó hacia el centro de la estancia, colocándose justo delante de esa H mientras llegaba el resto de las chicas.

pronto esa silenciosa pero acogedora estancia se llenó de barbullo y de la alegría contagiosa de Ruby, y eso que aún no parecía llegar Ariel, Nieves pensó que apenas la colorina apareciera, le diría de arreglar su vestido así que de manera disimulada comenzó a ver lo que había en ese lugar, acercándose luego a ver las notas sobre los horarios de las clases. Clases... le emocionaba esa idea, ella habían estudiado en la medida de que podía, dado que su madrastra intentó siempre apocarla, destinándola a una vida de servidumbre, pero Nieves siempre se adaptó sin protestar mucho, no tenía a nadie que protegiera de ella y era solo una niña, mas ahora tenía la posibilidad de cambiar las cosas, aunque quizás podría evitar otras, no sabía, así que junto a Bella, quien ya se había acercado a los libros, comenzó a inspeccionar los lomos de estos, buscando su cuento.

Ruby le pregunta sobre el castillo de su bosque, Nieves solo le sonrió, hace tiempo no pensaba en el Bosque de Spessart cómo suyo, mucho menos al castillo de  Lohr am Main como propio, ahora si lo hacía.

— quizás... Kleiner Ruby, no recuerdo mucho mi castillo la verdad — le dice con afecto, volviéndose hacia ella y revelando en sus ojos la tristeza que le traía pensar en su tierra y no por estar en la universidad, sino por el tiempo que ha estado lejos de casa. Volvió a mirar los libros, también buscaba nuevos libros de herbologia, quizás ese lugar tenía aún más conocimientos y esperaba poder pronto ir al bosque a explotarlo y descubrir sus hierbas. 

Las chicas algo mencionaron sobre compartir habitación, ella no se promoción en especial sobre ese tema, con cualquiera de las chicas estaría bien.

Algunas de las chicas se acercaron hasta donde ella se encontraba, una de ellas, @Ruby, cargada de una gran energía contagiosa que hizo sonreír a Jasmin, estaba segura de que iban a pasarlo en grande allí.

Ruby: ¿Horarios? espero que no me toque madrugar. Quiero visitar ese lugar, y ese lugar, y ese lugar... o y  la cocina eso es seguro. Nieves mira! apuesto que en tu bosque nunca viste un castillo tan grande como este.

Megara: Sí, definitivamente será divertido recorrer y descubrir muchas cosas de este lugar…

Mérida: ¿Horario? ¿Aquí también nos van a planificar que tenemos que hacer en todo momento? Vaya rollo.

-Bueno chicas seguro que tenemos mucho tiempo libre, o eso espero…. – dijo mirando el horario, - yo también estoy deseando recorrer cada rincón de este lugar, - comentó sin percatarse de la doble intención de las palabras de Megara, - ¡si! ¡mirad ese bosque inmenso! Seguro que es muy emocionante ir allí…

@Ruby corrió hacia el pasillo donde había 4 puertas y entró en la primera de las estancias, cuando la oyeron hablar entusiasmada, Jasmine la siguió curiosa con una sonrisa, descubriendo que se trataban de dormitorios cada uno con 2 camas.

Ruby: - Chicas!!! miren aquí vamos a dormir. woooo esta es la cama más mullida y suave que he sentido nunca ¿Quién quiere compartir habitación conmigo? Soy Ruby o Red, como prefieran llamarme, me da igual.

La princesa iba a ofrecerse cuando @Megara se le adelantó.

Megara: Yo quisiera compartir con Jasmín. Pero puedes contar conmigo si ella no comparte mi deseo, y nadie más se ofrece.

 La muchacha se dirigió a ella guiñándole un ojo lo que Jasmin entendió como un acto de simpatía, sin duda aun le quedaba mucho por aprender de aquel mundo desconocido para ella. Una princesa que jamás había salido de palacio.

-Si, mi nombre es Jasmin, podéis llamarme Jas si queréis – les dijo a las demás y se volvió hacia Megara, - ¿Por qué no iba a querer compartir habitación contigo? – le dijo con una sonrisa. – Cuenta con eso.

En seguida @Merida se ofreció a compartir habitación con Ruby y les dijo a ella y Megara que le gustaba sus ropas.

-¡Gracias! eres muy amable, no se si traerán aquí nuestras cosas, - dijo llevándose un dedo al labio, - ummm, lo dudo, pero si es así puedo dejarte todo lo que quieras. – Le ofreció de forma amable. Realmente le encantaba aquello de poder compartir sus cosas con otras chicas de su edad.

Jasmin volvió al saloncito donde @Bella ya estaba ojeando uno de los libros y @Blancanieves observaba las estanterías buscando algo, una idea pasó por la mente de Jasmin y se acercó hasta donde estaba la princesa de ojos verdes.

-Crees… ¿crees que nuestras historias pueden estar aquí? – le dijo con interés pero tranquila a la vez que pasaba su mirada por la estantería, si estaba allí sin duda la leería, pero… ¿dejarían aquellos libros a su alcance? Algo le decía que no, pero ¿quién en su lugar no intentaría buscarlos? Los nervios se instauraron en su estómago, no sabía si quería encontrar el cuento de “Aladdín” allí o no, ni si quería saber su futuro realmente pero… si estaba allí y podía saber… y así enmendar sus errores lo haría.

- ¡AY! ¡Perdón! ¡Perdón! ¡Perdóóóóóóóón! Debería haber dejado más espacio desde que entraste hasta que pasé. ¡Lo siento!

Ruedo por el suelo para dejar que Ariel se levante. Me siento horrible por haber caído sobre ella. ¿Ahora cómo arreglo yo ésto? ¿Ya les caeré mal? Qué mal he empezado. ¿Se puede peor?

Me siento en el suelo mirando a las demás, me da vergüenza decir cualquier cosa así que me quedo más callada, reprimiendo fuertemente mis ganas de verbalizar lo que voy pensando, ya se han repartido las habitaciones, si somos impares yo me quedaré la que esté sola, no creo que nadie quiera compartir habitación con una persona que se pasa una hora cepillando su pelo antes de dormir. Si no más. No, nadie querrá compartir habitación con la torpe. Además parece que ya han hecho amistades y preferencias, yo casi no he hablado con nadie. No sé cómo hacer, no sé qué decir. Ahora mismo estoy bloqueada. Me gustaría preguntarles tantas cosas.

Inquieta miro como hablan echando un vistazo al plano, no entiendo nada. En cuanto pueda me pondré a indagar en persona, con estas líneas y estos nombres no entiendo una mierda de lo que hay aquí.

Ouch! La rubia con pelazo aterriza en mi nuca. Definitivamente este vestido iba a ser el centro de todas las miradas o al menos de todos los golpes o ya no iba a ser nada de nada. Suspiro mientras levanto una de las miles de capas de tul observando todos los daños que había sufrido.

No se preocupe, parece que el vestido atrajo todo tipo de desavenencias. digo sonriendo a la muchacha de ojos verdes y pelo infinito. ¿Cómo es posible que tenga un pelo tan largo?

Al ver solo unas cuantas personas, todo mujeres, muchas preguntas llegan a mi cabeza. Ardía en deseos de conocer sus historias, pero más allá de eso, quería saber lo que sabían. ¿de qué se alimentaban? ¿sabían hacer fuego? ¿tenían magia? ¿sabían cantar o tocar algún instrumento? Me muerdo el labio inferior para contenerme mientras me aparto a una esquina y me quito el pesado vestido y la capa y las sandalias. 

Entonces observo la estancia. ¿Es un poco pequeña no? En el castillo de Eric disponía del ala oeste sólo para mi. No es que me importe demasiado después de haber compartido alcoba con seis hermanas toda mi vida. Pero me sorprende encontrarme tanta diferencias entre los moradores de la superficie. Yo pensaba que serían todos iguales. Y el saber que no lo son sólo acrecenta mi emoción y entusiasmo. 

Merida: Si quieres yo puedo ser tu compañera. Aunque nunca he compartido habitación, no se si yo hago ruido durmiendo 

- Realmente me gustaría mucho, aunque hagas ruido. Estoy acostumbrada a los ronquidos. Nos llevaremos bien Merida, presiento que así será.- me agradaba la idea de compartir habitación con alguien que parecía tener muchas historias que contar. Dos chicas más llegaron tropezandose al entrar, parecian tener mucha energía.- Bienvenidas a la fraternidad de Heroínas, creo que ya no va a llegar nadie más, así que para las que no sepan soy Ruby Red. Yo procuraré recordar vuestros nombres, pero si un día lo olvido y las llamo por algún apodo espero no se molesten, no  quiero burlarme de nadie, solo soy despistada.

Quería hacer muchas preguntas a todas allí cuando mi atención se fue al librero, realmente quería saber de que iba mi cuento pero si @Jazmín tenía razón, no lo iba a encontrar allí. Revisé los tomos sin mucho éxito y suspiré frustrada. Si robin estuviera allí quizás podría intercambiar ideas con él.

- Aún me cuesta creerme todo esto de que mi vida es un cuento destinado a repetirse una y otra vez. Si les soy sincera no se como encajo entre todas ustedes, no tengo clase, no tengo belleza y honestamente nunca me vi a mi misma como una heroína. Solo soy una chica que caza y hornea para vivir y visita a su abuela de vez en cuando. Estaba llendo a su casa cuando terminé aquí, realmente espero que esté bien, cada vez que pienso en ella siento que algo no está bien.- me senté frente a la chimenea para abrigarme, quitandome mi capa por primera vez en la noche, abrazandola contra mi.- Todo esto es maravilloso, hay tanto para hacer y tanto que visitar, pero no puedo quitarme de la cabeza de que me trajeron aquí por error. O que como dice Green Hood, en realidad todo es una trampa, no se....¿será mejor que no piense en eso verdad? para una vez que me pasa algo interesante ponerme tan seria no va a  ayudar en nada.

"Y hablar tanto tampoco, ya deja de aburrirlas red"

Jazmin hace una pregunta acertada, Blancanieves suspira y deja de pasar sus dedos por aquellos libros, no iba a ser tan sencillo, imaginó, y era completamente lógico, no habrían hecho tanta parafernalia con las esferas y la magia para ponerles los libros delante de sus narices. La princesa movió su cabeza de lado a lado indicando que no a Jazmín y se giró para ver al resto, y como Rapunzel llegaba e iba a parar justo sobre Ariel, la chica del vestido destruido. Ahora que lo veía, se daba cuenta que era un vestido de bodas, pero también vio la cara de compungida de Rapulzel, quizás esas dos chicas podrían hacerse compañía. 

— si quieres, puedo intentar hacer algo por tu vestido, se me da bien la costura y quizás no va a tener tantas y tantas capas de tul, pero algo bonito podría hacer con él — le hablaba a Ariel, caminado hasta ella — y ustedes dos podrían estar juntas en la misma habitación, las chicas ya han escogido sus parejas y a mí no me molesta estar sola, ejem... — ladea un poco su rostro, esperando que ambas chicas accedan a acompañarse, no sabía que tanto podrían necesitar compañía y a Blancanieves no le molestaba la soledad, pasaba muy tiempo sola en el castillo o en la cabaña de los enanos. — y tal vez una noche podríamos dormir todas juntas aquí, en la estancia — se gira hacia todas, buscando hacerlas sentir a gusto, ya no el lugar que era maravilloso, sino entre ellas mismas, pero Ruby se encontraba acongojada por todo, no se sentía especial ni importante pero a pesar de eso, era parte de un cuento y era su heroína, no tenía nada de ordinaria. 

—  Kleiner Ruby, dudo que sea un error, la esperaban, como a todas — la princesa dejó su canasta con las hierbas cerca del sillón y fue donde ella, para tomar sus manos — mencionaron su nombre, junto al de todos y creo que su capa le da nombre a su libro, así que... no debe ser un error, puede ser que aún no sabe lo que hará o lo que puede cambiar, pero por algo está aquí y no creo que Herr Hood tenga razón, dudo que sea una trampa,​   — suspiró, ella no debería hablar mucho de trampas, su madrastra ya la intentó matar engañándola con un disfraz de vendedora y colocando un lazo en su cuello hasta ahorcarla  — sería muy elaborada, creo  — miró a su alrededor  — será mejor que vayamos  a dormir, es demasiado tarde, por la mañana tendremos más energías y habrán mas respuestas a nuestras pregunta  — miró hacia la puerta.

 — o... quizás podríamos salir a explorar un poco...  — se muerde la punta de su lengua y camina hacia la puerta, sólo para abrirla un poco.  — ¿esos no son planos?  — mira hacia el escritorio  —  digo, hay que buscar los baños, ¿no?  — alienta a las chicas inventando en el acto una excusa para salir al pasillo de noche. 

Salí medio dormida de la cama, como siempre en mi torre, y al levantarme choco contra algo y caigo al suelo, llevo dieciocho años haciendo el mismo recorrido con los ojos cerrados. ¡Mierda! Ahora todo es diferente.

- Auch.

Suspiro, abro los ojos, apenas he dormido pocas horas, anoche me perdí por los baños intentando conciliar el sueño, espero que no se haya dado cuenta nadie de que me fui y volví. ¿Qué pensará de mí? ¡Pero qué bonito fue!

Sonrío con una ilusión digna de un acontecimiento sin precedentes. Siento cosquillitas en el estómago y me pongo roja.

- Ains, qué bonito fue… ¿Qué voy a hacer ahora? ¿Debería saludarle? ¿O no? ¿Le choco la mano? ¿Se la estrecho? ¿Cómo le llamo? No me repitió su nombre y yo no me acuerdo... ¡Aaaains! ¿Qué hago?

Estoy acostumbrada a estar siempre sola, murmuro mis pensamientos sin darme cuenta. Me levanto del suelo con un saltito, me muero de sueño pero no importa. ¡Quiero verle! ¡A él! ¡El castillo! ¡Mis amigas nuevas! ¡Uy!

- ¡Buenos días! – saludo efusivamente a Ariel abriendo la ventana de nuestro cuarto - ¿Ronqué mucho? - ¿Se dio cuenta de que me fui? - ¿Te he molestado? Nunca he dormido con nadie, no sé si soy una compi nefasta o no.

Me desperezo al escuchar los ruidos de mi compañera de habitación estaba tapan cansada que no he podido casi ni moverme en toda la noche. Pero por como se levanta parece que ha tenido una noche movida. 

Buenos días. me quedo mirando como se mueve y choca con toda la habitación. ¿tu tenías piernas antes? lo mismo eras un ser de todo pelo. No hay nada así en el mar... 

No puedo evitar acercarme y acariciar un poco su largo pelo, afortunadamente como ocupa la mitad del espacio de la habitación no es necesario que me acerque demasiado tampoco. 

¿Qué es roncar? ¿lo podré ver?

Me acerco al armario y lo miro y busco algo que pueda ser adecuado para ir a clase algo que me haga parecer una princesa como Carlota me solía decir. Veo varios atuendos en el armario y los miro un poco extrañada pero pienso... no sé, es un mundo distinto... imagino que así deben ir... y me visto para salir.