Partida Rol por web

[Unknown Armies] Día de perros

Discount Inn

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21/07/2010, 18:24
Sam

 

The Venetian, el pub de Richard, tenía un aspecto completamente distinto cuando no estaba lleno hasta rebosar, como normalmente. Compuesto por una gran barra que rodeaba el local en su práctica totalidad, replicando la plaza de San Marcos en el centro de este, el espacio que distaba entre las mesas del local parecía mucho mayor, y la luz tenue del cierre arrancaba destellos dorados y hogareños de las botellas. Era como si al lugar lo hubieran despojado de su efervescente energía, su sofisticación, y sólo hubiera quedado la misma sensación de comodidad y recogimiento que dan un viejo pijama o unas desgastadas alpargatas.

Era cerca de la una de la mañana, por lo menos dos horas después del cierre, y todos se encontraban sentados a una de las mesas tras la cortina del escaparate, compartiendo unas cuantas pintas rubias y negras al tiempo que observaban el Discount Inn que había en frente.

El organizador del encuentro, Sam Strong, no dejaba de dar rápidos tragos de pajarillo a su tercera bebida, distraído, nervioso y un tanto achispado: después de todo, todos conocían su rutinario  y desenfrenado alcoholismo. Y, por enésima vez, se dirigió al grupo para decirles lo mismo.

- De verdad que no sé cómo daros las gracias… Este trabajo puede ser tan tedioso… Pero cuando me enteré de que el marido de mi cliente tenía la costumbre de venir al Discount… ¡Justo en frente de tu bar, Richard, qué suerte! Pues eso, que muchas gracias por dejarme pasar el tiempo aquí en lugar de esperar en la calle, con  el frío y la lluvia… Y muchas gracias a ti también, Vincent, por convencer a la amiga de tu sobrina para que me ayudase a manejar este trasto-, dijo señalando una cámara fotográfica con un descomunal objetivo-… Jamás he conseguido aclararme con los modos nocturnos, y a esta distancia seguro que habría hecho fotografías inservibles…

Y después del exabrupto agradecido, volvió a caer en el silencio.

 

Notas de juego

Bueno, pues iniciamos el juego. Es un buen momento para que roleéis brevemente qué hacéis allí y de qué conocéis a quién, aunque ya os he echado un rápido capote con lo que resumió Sam.

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22/07/2010, 00:44
Dj neutral

 

En el exterior, al otro lado de una  ancha calle de seis carriles, se encontraba el motel Discount Inn.

Durante el día ya parecía destartalado y cochambroso, pero aquella noche, bajo la lluvia suave y con el vaho que emanaba de los sumideros del alcantarillado, parecía especialmente fantasmagórico. La entrada del garaje parecía un agujero capaz de tragarse cualquier luz, y la mortecina y anaranjada que despedían las farolas no suponía el menor esfuerzo. Las cuatro ventanas visibles desde el pub, posiblemente correspondientes a dos habitaciones contiguas, tenían las cortinas echadas por completo, y sólo había una leve luz filtrándose, como si alguien hubiese abandonado una lámpara de mesilla de noche aún encendida.

En cierto momento, la monótona vigilancia fuera interrumpida por una luz pálida, de fluorescente, que parpadeaba y se quedaba encendida; después salió un hombrecillo gordo en chándal, de apariencia hispana, cargado con unas cuantas bolsas de basura. Era ya demasiado tarde para deshacerse de ellas, así que previendo una multa y tratando de evitar mojarse por el chaparrón, cruzó la calle a la carrera y arrojó su carga en un contenedor metálico que resonó como una campana con estruendo. Como si los dioses municipales hubieran estado observando, el tipo terminó despistándose y hundiendo una zapatilla deportiva hasta el tobillo en un charco, y se internó de nuevo en el motel despotricando contra su suerte.

Sam rompió el silencio y habló entre susurros y breves tragos.

“Era una señora gorda, doña Florinda. No es que fuera sencillamente grande o redonda; era más bien como si fuera inabarcable, toda pliegues de carne embutidos en pliegues de vestidos de flores sobre estampado negro. Me miraba con sus ojillos de cerdo, llorosos y brillantes bajo  varias capas de rimmel, y a cada hipido la carne se agitaba, rebelde, como si quisiera rebosar la tela”.

- Mi marido me engaña.

“Lo dijo con seguridad y aplomo, como un hecho al que ella hubiese dedicado media vida y treinta kilos de investigación. Y como un hecho consumado, en sus palabras no había ya ni lástima de sí misma ni deseo de cambio: resonaba en el fondo un hambre, nueva para ella, de retribución”.

- Se trata de Fernando Montesinos, campeón de boxeo en la categoría de peso pesado en México, ocho años consecutivos-, continuó con orgullo, como si ella misma llevara prendidos cada cinturón como eslabones de una de sus pulseras-. Claro, que de eso ya hace casi quince años, y desde entonces no ha hecho más que encadenar malos puestos de monitor en diferentes gimnasios de la ciudad mientras dejaba que le creciera la panza y se le extendiera la calva.

“Reconozco que no pude evitarlo- comentó Sam-. Me asaltó la imagen de un enorme boxeador barrigudo cabalgándola, navegando a duras penas entre las olas de grasa de doña Florinda al tiempo que trataba de no ser engullido para siempre, y no me resultó difícil comprender la motivación tras el resto de la historia”.

- Ya era poco lo que le quedaba al viejo de sus premios e íbamos tirando, pero de un tiempo a esta parte ha empezado a trasnochar y traer cada vez menos dinero a casa. Menos dinero, sí, pero cada vez más efluvios de mujer, marcas de carmín y uñas, cabellos perdidos… Quiero sacarle hasta el último centavo- concluyó con sencillez-. ¿Puede ayudarme, señor Strong?

“ Y sonrió con candidez, cada pliegue de su mejilla curvándose para formar un caleidoscopio de sonrisas y grasa, como si me estuviera  pidiendo ayuda para echar a su marido a los cerdos. Pero, ¿quién soy yo para juzgar? Me levanté y rodeé la mesa y la circunferencia de doña Florinda hasta localizar una rolliza mano de uñas largas y esmaltadas de escarlata entre las abultadas plegaduras floreadas de su vestido. Y me la llevé a los labios”.

Después, Sam pareció salir de su ensoñación y sonrió, beodo.

- Y por eso estamos aquí

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22/07/2010, 03:03
Vincent Lacrue

Vincent se llevó la cerveza a los labios; fresca y deliciosa cerveza. Y lejos de la primera, mientras escuchaba a Sam hablar sobre hispanas gordas como bolsas de desechos y boxeadores venidos a menos... o a nada.

Una sonrisa achispada cursó sus labios, mientras se quitó los anteojos de gruesa montura para limpiarlos con un pañuelo que, vamos a decirlo, tampoco estaba demasiado limpio.

- Bueno Sam, linda historia... con una mano se tapó la boca disimulando un bostezo, mientras volvía a colocarse los anteojos. Y seguro France y su amiga... perdón, no recuerdo tu nombre querida, le dijo a Dagmar, con una sonrisa cómplice, saben utilizar la cámara. 

Se estiró en la silla, estirando la espalda. Con un rápido vistazo chequeó las puertas, las ventanas, mientras su expresión se hacía seria por solo ese instante. Luego volvió a la sonrisa, y a Sam. Eso sí, espero que te pague lo suficiente para cubrirle la cuenta al amigo Richard. A tu salud! dijo mientras brindaba en la dirección del dueño. 

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22/07/2010, 19:08
Richard Shepard

Sonrió asintiendo desde la escalerilla de aluminio en la que se encontraba, llevaba un rato reparando uno de los aires acondicionados que, se había obstruido durante el transcurso de aquella tarde.

- France, si alguien desea otra cerveza, sirvesela tú por favor. - indicó hundiendo la cabeza en el falso techo - Yo voy a tardar un rato en esto... - murmuró con un suspiro, era la segunda vez en aquella semana que ese aire acondicionado se estropeaba, y temía tener que cambiarlo.

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22/07/2010, 21:26
Vincent Lacrue

La cerveza iba dejando pequeños círculos de humedad en la mesa.  Vincent levantó la vista hacia Richard, y murmuró: Seguro que no tienes nada escondido ahí?

Luego se levantó, y se dirigió hacia la escalera. Se agarró a ella como si ayudara a darle estabilidad, pero esforzándose por atisbar lo que Richard hacía allí arriba. Um, sabías que es práctica común del gobierno colocar cámaras en lugares comunes como, digamos, los bares? Deberías revisar bien, algo pequeño, cables, o tal vez inalámbrico...

Notas de juego

A por ellos! XD

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26/07/2010, 05:14
France Levin

La noche transcurría lentamente, la llovizna no hacía más que aumentar esa sensación de lentitud, de estirar cada hora unos cuantos minutos más.

France escuchó el relato de Sam con la mirada perdida en el ventanal. El viejo Sam, vecino de su tío desde quién sabía cuando, tan querido para ella como si se tratara de alguien de la familia. Lástima su afición por la bebida. Pero ese cariño es lo que la había impulsado a acompañarlos esa noche y convencer a Dagmar, quién en realidad era la que sabía manejar la cámara, de estar allí también, prestando vigilancia.

La joven apartó la vista de la ventana cuando su tío se levantó para ayudar a Richard, al tiempo que apuraba un resto de café ya frío.

-No te preocupes Richard, yo te suplo. Además, creo que los hombres ya han tenido suficiente por hoy. Dagmar, si deseas algo más, no dudes en pedirlo; después de todo, eres la actriz principal en esta escena- France sonrió a su amiga al tiempo que observaba el trabajo que su ex-jefe y su tío llevaban acabo.

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26/07/2010, 05:29
Richard Shepard

- Tranquilo Vince... - suspiró mientras continuaba su trabajo - Peino todo el local en busca de micrófonos y cámaras cada año fiscal. - sonrió guiñando un ojo al hombre antes de volver a introducir la cabeza en el falso techo - Hace años que me planteo que Hacienda me espía, durante tres años seguidos me han hecho una paralela, en la que siempre me ha tocado pagar... - terminó en un murmullo siguiendo el juego a su conspiranoico y viejo amigo.

 

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26/07/2010, 14:17
Vincent Lacrue

- Ves! dijo Vincent triunfal, elevando la voz un poco, y con una sonrisa en la cara. Sonrisa que pronto cambió a preocupación. Hacienda... solo se hacen pasar por Hacienda. Te están espiando, seguro. En realidad, son todas organizaciones que envian para averiguar datos sobre nosotros. Déjame que me asegure, que revise los rincones...

Habiendo dicho eso, Vincent se dedicó sistemáticamente a buscar bajo las mesas, las sillas, el borde de la barra, las ventanas, las esquinas... con cuidado y dedicación, algo que alimentara su obsesión...

Notas de juego

Clave del Paranoico: Gana 1 PX cada vez que puedas justificar (aunque la justificación sea fantástica) que alguien está detrás tuyo.

Dennett: no sé como funciona, pero lo de Hacienda amerita? XD

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26/07/2010, 15:02
Sam

- ¡Ey! ¡Parece que ya tenemos aquí a nuestro invitado!- dijo Sam, saliendo de su sopor con un aspaviento, aunque los enrojecidos ojos plagados de venillas traicionaran su ebrio estado-. Estupendo, comienza el show…

Las paredes de la acera de enfrente se iluminaron, lamidas por la luz los faros de una desvencijada camioneta de color pardo, con la lona extendida para evitar que la lluvia inundase la zona de carga. Los guardabarros estaban recubiertos de tierra pegada, y la pintura estaba plagada aquí y allá de cerco de óxido, pero el sonido del motor aseguraba un cuidado constante por parte de su dueño.

El vehículo trató de meterse en el garaje del Discount, pero llevaba también un cartel luminoso -Gimnasios Muscle Factory-, en ese momento apagado, que tropezaba con el techo, de modo que se detuvo en la acera. De su interior descendieron Fernando Montesinos, el marido de doña Florinda, y una pequeña mujer con una melena larga, brillante y lacia de cabello negro.

-    Él, de aproximadamente 1.85 de estatura, 45 años y en torno a 110 kilos de peso arracimados en su panza-, musitaba Sam a toda velocidad con los labios pegados a una grabadora-, la cubre con un paraguas a ella, una joven prostituta de rasgos asiáticos, 1.60 de estatura y menos de 50 kg. Él parece sumiso y complaciente; ella parece silenciosamente fastidiada, tal vez enfadada. Después entran en el vestíbulo del hotel y los perdemos de vista… A ver si tenemos suerte.

Pasaron unos minutos y ya no hubo actividad alguna.

- Mierda-, maldijo Sam-. Tal vez hayan cogido alguna habitación que no se pueda ver desde aquí…

 

Notas de juego

¡Exacto, Willen!

Te llevas 1 PX, aunque ya no podrás optar a conseguir 2 PX por esa Clave porque no se las puede "ordeñar" más de una vez por escena, ¿ok? Eso quiere decir que tendrás que recurrir a loas otras dos Claves para coneguir más PX...

¡Me alegra que hayas pillado el espíritu de los PX!

Ahora, ¿qué haréis?

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26/07/2010, 15:14
Vincent Lacrue

Notas de juego

 

Cita:

 

Te llevas 1 PX, aunque ya no podrás optar a conseguir 2 PX por esa Clave porque no se las puede "ordeñar" más de una vez por escena, ¿ok? Eso quiere decir que tendrás que recurrir a loas otras dos Claves para coneguir más PX...

Buena aclaración, porque no lo había entendido así :)

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26/07/2010, 15:26
Director

Notas de juego

Sip, fallo mío, que no lo puse en las reglas :P

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26/07/2010, 17:08
Richard Shepard

Se limpiaba las manos sucias por los residuos del aire acondicionado, y observaba a su amigo Sam hablar a la grabadora con cierto asombro.

- ¿Has calculado su estatura y peso desde aquí? - preguntó mientras miraba por el ventanal a los individuos que entraban al motel - En plena noche y con lluvia no estaría seguro ni de mi propio estado físico. - sonrió tomando asiento y destapando un botellin de cerveza - ¿Cuanto te pagan por esto, Sam? - terminó por preguntar tras dar un breve trago.

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26/07/2010, 17:54
Sam

Sam dejó la mirada clavada en el cristal medio segundo más y se volvió, como si despertará de una alucinación.

- Eh... Bueno, piensa que difícilmente recordaré todo lo que he visto hoy, así que me he tomado algunas "licencias", para que escuchar la grabación sea un poco más entretenido. Además, si se la pongo a doña Florinda le gustará oírla: he exagerado el peso y la estatura- dijo con una sonrisa algo infantil y claramente beoda.

- Y que sepas una cosa Richard: preguntar lo que cobra a un detective es una ordinariez como levantale las enaguas a la abuela para ver si tiene las uñas pintadas... Aunque doscientos pavos al día más gastos bien merecen esa curiosidad-, concluyó, brindando silenciosamente a la salud de su patrona.

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26/07/2010, 18:09
Richard Shepard

- No es un mal sueldo, - asintió con una media sonrisa por el comentario de la abuela - sin embargo, quizá deberías plantearte un trabajo adicional; - sugirió reclinándose en la silla tras dar otro trago de su botellin - para cuando no hay mujeres celosas que te pagan por seguir a sus maridos. - terminó indicando desviando su mirada hacia el exterior y, hacia el motel.

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26/07/2010, 18:45
Dagmar Odins

Dagmar no era de las que bebían, y tampoco era de las que hablaban. Ya no. Ahora sus palabras estaban medidas, solamente abría la boca para decir algo si lo tenía que decir y jamás para hablar por hablar. Ya no.

Antes solía vestir ropa más alegre, a veces un tanto ajustada para reafirmar su feminidad. Ahora solo llevaba jerseys de cuello vuelto y ropa oscura. France podía notar que la joven estudiante que ella conocía había cambiado. Ahora parecía estar envuelta en un halo de tristeza. Apenas sonreía, pero se esforzaba por no contagiar a los demás sus preocupaciones y procuraba seguir mostrándose serena y relajada.

Cuando vio la cámara de Sam, le echó un ojo para comprobar el ajuste de las lentes, el balance y cuales eran las funciones en caso de condiciones nocturnas y con lluvia. Sería dificil, pero por algo la habían llamado, para hacer fotos.

En cuanto Sam le indicó que el objetivo se acercaba, con tremenda pericia, Dagmar empezó a tirar fotos a una velocidad increíble desde todos los ángulos posibles. Le habían pedido ayuda, así que tendría que dar lo mejor de sí misma en esto. Cuando vio a la chica morena, le dio por pensar en otras cosas y se acordó de su hermana. Luego pensó en Roy. Lanzó un suspiro profundo y siguió haciendo fotos, borrando aquello de su mente.

- A mi me parece mal todo esto... - comentó con voz pausada, muy suave. A pesar de su tristeza, seguía siendo delicada al hablar. - Espiar no está bien, pero que te engañen tampoco...

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27/07/2010, 00:05
Sam

- ¡Exacto, Dagmar!- respondió Sam con gesto ampuloso que derramaba charcos de cerveza por toda la mesa-. ¿Es acaso justo que una mujer entregue la flor de su vida y su juventud a un hombre que, llegada la inevitable vejez, decide desecharlas? ¡No, y mil veces no! ¡Maldita sea! Aquí estamos dando una lección de solidaridad, estamos trayendo la luz de la verdad y la justicia a doña Florinda, estamos sentando las bases de la retribución que le será exigida al adúltero señor Green...

Sam se embarcó en una larga perorata acerca de las virtudes de su profesión, pero Dagmar dejó de escucharlo: hacía ya tres o cuatro minutos que el boxeador y la asiática no se dejaban ver, por más que los buscaba con su teleobjetivo: tal vez hubieran encontrado habitación en algún que no pudiera verse desde el Venetican, cosa de la que también se apercibió el detective.

- ¡Joder, ya no se les ve! Pues las fotos a la entrada del motel por sí solas no sirven como prueba: bien podría decir el señor Green que se estaba asegurando de que una amiga llegaba sana y salva hasta su habitación...

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27/07/2010, 17:10
France Levin

France rió ante los comentarios de Richard y Sam. Los conocía a ambos desde hacía tiempo, a Sam más que a Richard, pero con ambos mantenía una relación muy buena.

Sam, a veces le resultaba bastante excéntrico, pero no por eso era un mal tipo.

La muchacha, volvió a su lugar en la mesa y observó a Dagmar hacer su trabajo. Realmente estaba cambiada... casi que ella se sentía un cascabel a su lado, cuando siempre había sido a la inversa. Pero se habían reencontrado recientemente y su antigua amiga no se había dado a las conversaciones personales por el momento.

-Oye Sam... mucho más desde aquí no se puede hacer... ¿Ahora como seguimos? No te olvides que éste es mi primer "trabajo profesional" como detective- el énfasis y el sarcasmo que puso en la frase "trabajo profesional" hizo que casi pudieran verse las comillas en ella. Pero, a pesar de la burla implícita, France, por fin, estaba haciendo algo que la divertía.

 

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27/07/2010, 19:28
Dagmar Odins

La pregunta retórica de Sam provocó un doloroso pinchazo en el corazón de la chica. Ella estaba en la misma situación que aquella desconocida, o al menos parecida, pues el muchacho del que ella estaba enamorada se había marchado con otra. No pudo evitar hacer una mueca y seguir haciendo su trabajo para olvidar aquel espantoso recuerdo. Ella se había entregado a la persona que amaba y él, cansado de ella, buscó consuelo en otra. Y solo tenía veintitres años. Seguro que acababa muriéndose sola en algún apartamento sin que nadie notara su ausencia.

Siguió haciendo fotos incluso después de que las dos personas hubiesen entrado y no se dio cuenta hasta un buen rato más tarde. Entonces carraspeó ligeramente y dejó la cámara sobre la mesa, sumiéndose en un significativo silencio.

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27/07/2010, 23:11
Sam

Sam carraspeó con incomodidad.

- Bueno, sí... La verdad es que ya desde aquí poco se puede hacer. Sin embargo, desde dentro...- dijo levantando las cejas tras las gafas significativamente-. Es decir, si somos discretos podríamos coger una habitación y seguir allí mismo con lo nuestro. ¡Vamos, chicos! ¡Ésta será la anécdota que la que atormentaréis a vuestros nietos todas las navidades! Casí debería cobraros por esta ocasión de marcar la diferencia...- terminó con sorna, aunque no pudo evitar morderse el labio nerviosamente: parecía necesitar resultados con urgencia.

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28/07/2010, 03:55
Vincent Lacrue

Vincent, volviendo a la mesa, y con un gesto, deja un botón nacarado sobre la mesa. Lo muestra, mientras se lleva el índice a los labios, y luego lo tapa con fuerza bajo la palma de su diestra.

- Deberíamos ir... este lugar no es seguro... dice con un susurro.