Partida Rol por web

Unos Cuantos Conocimientos

La Vieja Granja Chapman

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13/11/2012, 00:32
Director

Notas de juego

Haced todos una tirada de Suerte.

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13/11/2012, 00:44
Liz Parker

Liz se iba poniendo cada vez mas azul y se esforzaba por arrastrarse fuera del alcance de ese horrible ser

- Tiradas (1)
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13/11/2012, 07:28
Andrew Wiggin
- Tiradas (1)
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13/11/2012, 11:39
Merc LaFleur
- Tiradas (1)
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14/11/2012, 17:34
Rachel Crosbie

Cuando me disponía a entrar de nuevo, casi me atropellan mis compañeros y empujan en dirección contraria, a lo cual no me resisto en absoluto. No entiendo lo que ocurre en el interior, pero tal y como estaba la situación hace unos momentos, y después del grito del doctor tengo claro lo que hay que hacer... correr.

- Tiradas (1)
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14/11/2012, 17:45
Director

Merc y Rachel se lanzan a la carrera pasillo a través hacia las escaleras al exterior, Merc va tirando de Liz con todas sus fuerzas y aunque la mujer va como puede y más loca que una cabra visigoda, Merc consigue ir arrastrándola hasta las escaleras.

Paralelamente a estos sucesos, Owen ya transformado en algo horripilante, camina hacia Andrew con el escarpelo en alto. El doctor tiene un bote de una sustancia explosiva en la mano y tiene el futuro del grupo y quién sabe si del mundo, en sus manos.

Debe tomar una decisión: O arroja el bote contra Owen y hace estallar el cuarto y pierde la vida (con toda probabilidad) o bien espera a que el resto salga del sótano de la granja y se arriesga a no tener otra oportunidad o a ser atravesado por el escalpelo de Owen...

Notas de juego

Tú dirás Andrew. Los demás no hagáis nada.

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15/11/2012, 22:17
Andrew Wiggin

El doctor Andrew Wiggin sabía perfectamente el deseo de luchar contra la muerte, las ansias por vencerla y traer de vuelta a aquellos que ya no estaban. Es más, si eligió ser médico fue por esa razón, por tratar de vencer a la muerte en aquellas situaciones en los que tratara de apoderarse de una vida. Pero él conocía que existían barreras que no se debían cruzar, que él, por mucho que deseara volver a ver a su hermano y a sus padres, nunca trataría de cruzar ya que conducían a la locura y al mal más oscuro que se esconde dentro de cada hombre.

Viendo el monstruo en que se había convertido Owen tratando de vencer a la muerte en su propio terreno el profesor se sintió feliz, orgulloso por la vida que había llevado hasta ese día. Por extraño que parezca allí, a las puertas de su muerte, se sintió más vivo que nunca, como si todo lo que hubiera hecho en su vida hubiera sido lo correcto y que él estaba destinado y preparado para afrontar esta locura.

Sin decir nada, dado que no era muy dado a los discursos heroicos ni a la charlatanería barata, el profesor cerró la puerta del laboratorio infernal del Owen, sin siquiera despedirse de sus compañeros ni mirar atrás, y estrelló directamente la bomba de nitroglicerina en la cabeza de Owen.

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16/11/2012, 10:49
Director

Liz, Merc y Rachel subían como podían las escaleras cuando escucharon un portazo a sus espaldas y acto seguido, una explosión que sacudió los cimientos enteros del sótano. La vieja puerta no pudo contenter la explosión y salió despedida hacia el corredor hasta la oquedad de la derecha, pero lo peor sin duda fue que la fuerza centrífuga de la explosión derribó parte de las paredes del pasillo y del propio techo del sótano, lanzando cascotes a una velocidad endiablada en todas las direcciones, con tan mala suerte de que un trozo de piedra golpeó a Merc en la parte baja de la espalda, casi en el trasero - pasado muy cerca de Liz que estaba siendo arrastrada - y le hizo trastabillar y caer escaleras abajo sobre Liz que fue la que se llevó la peor parte de la caída.

Rachel consiguió salir al exterior ilesa, cuando se dio la vuelta comprobó que salía del agujero de las escaleras una inmensa nube de polvo y de humo. Empezó a dar voces y bajó un tramo de escaleras hasta encontrar a Liz y a Merc tirados en el suelo y cubiertos por media docena de piedras y sólo Dios sabe de cuántos kilos de polvo de ladrillo y piedra.

Una vez les ayudó a levantarse, los tres comprobaron que el sótano había quedado irreconocible, lo que antes era la puerta del laboratorio ahora era un enorme agujero, el interior del laboratorio ahora era minúsculo y no quedaba nada reconocible, el pobre doctor se había volatilizado al igual que Owen, no había ni siquiera - o al menos a simple vista - trozos de carne. Así que viendo que no había nada más, los tres subieron de nuevo al exterior. Parecían tres vagabundos o sobrevivientes de la Gran Guerra, llevaban las ropas hechas trizas y las caras cubiertas de polvo y mugre.

Todo había acabado, aunque habían perdido a un compañero por el camino, habían evitado que ese lunático se convirtiera en un ser inmortal, un ser reanimado. ¿ Había matado Owen a Frank y le había reanimado después? ¿ El Frank reanimado había atacado después a Victoria? ¿ Qué papel jugaba la bruja de Asenath en todo esto? ¿ Y Biff Williams? Parecíais tener una idea medio clara de algunas de esas respuestas, pero eran conjeturas pues no habíais escuchado la verdad de los labios de Owen, así que era imposible saberlo con certeza.

Ahora quedaba una única cuestión, ¿Contaríais todo lo sucedido a la policía? o por el contrario... ¿Os limitaríais a ocultarlo todo y huir de allí olvidándolo- al menos intentándolo - para siempre?

- Tiradas (3)

Notas de juego

Merc pierde 3 PV y Liz 2 PV

Último Post y Epílogo.

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17/11/2012, 13:50
Merc LaFleur

Augh.... mi espalda... -se quejaba Merc...- ¡¡Dios santo!! ¡¡QUÉ EXPLOSÍÓN!! -decía una y otra vez para sí el profesor mientras recordaba algo:


En esos momentos, el negociante miró cómo el cuerpo poseído del espiritista tomaba su brazo, impidiéndole moverse (aunque más bien se lo impedía su terror que aquel desacato...).

Su... ¡suéltame! -gritó el hombre acongojado.

¡NO TE MUEVAS! -gritó el espiritista animado por algún tipo de espíritu o maldición en su interior-. ¡SOIS MIOS, CERDOS! ¡¡MIOS!!

En esos momentos, tragué saliva y estuve a punto de hacer lo mismo, salir de allí por piernas y lo más rápido posible, pero me encontraba paralizado por el terror y los terribles aspavientos de un cuerpo poseído. El tipo de aspecto rico también, y parecía como si le fuera a dar un infarto, "quedarse" en el acto.

Sin embargo, y lejos de lo que puediera parecer, la mujer que allí nos acompañaba, en un acto rápido y fugaz, tomo dos velas con sus manos, de las que estaban en la mesa, y comenzó a lanzárselas al espiritista de una forma violenta. Aquello nos sorprendió aún más, poniendo un broche magistral de terror y hostilidad en la sesión casi "demoníaca".

¡¡Y una mier**!! -gritó la mujer-. Entonces, cuando acabó de lanzarle las dos velas tomó algunas más y volvió a lanzárselas y en breves, dada que estaban todas impregnadas de algún aceite aromático especial, comenzaron prender las ropas extravgantes que llevaba el espiritista (desde andrajosos camisones como de chamán hasta sus amuletos de cuero y madera que llevaba colgados tras de si). En un ligerísimo espacio de tiempo, el tipo comenzo a arder, y pero su voz seguía gritándonos (grave y "avernalmente") con consas que no reptiré.

Fue entonces cuando nos echamos todos para atrás, levantándonos de nuestras sillas, y el espiritista se halló enseguida en una enorme llamarada de fuego: su cuerpo. Comenzó a correr por la sala, incendiándose todo el y contactando con objetos y muebles de la habitación.

¡Vá, va, va...vamonos! -gritó el negociante de automóviles-. Y tras eso, instintivamente, salimos de allí como alma que lleva el diablo, los cuatro juntos, dejando al tipo ardiendo allí dentro (no supimos nunca si volvió en sí o quedó atrapado por algún ser de ultratumba...).

De camino a la ciudad acordamos no hablar nada de lo sucedido, e incluso no salir de nuestras respectivs casas en varias jorndas. A los pocos días vimos la noticia los periódicos:

"Jules Hopeman, conocido vendedor de antigüedades en Miskatonic, ha sido identificado como la víctima de la mansión abandonada Stuart, al norte de la ciudad. La identificación ha sido posible por las pertenencias halladas en el inmueble, el cual será demolido debido a los severos daños en su estructura tras su enorme incendio. Aún no se saben las causas y motivos de la tragedia, tan sólo se cree que Hopeman organizaba algún tipo de timba ilegal de juego o similar. La investigación sigue abierta."


 

Sin restos, como aquel tipo... -pensé en Owen y en el espiritista-. Santo Dios... Señorita Crosbie, ¿se encuentra bien? Liz no parece muy herida, pero... -señalo cómo de desquiciada estaba la joven-. ¿Qué hacemos? ¿Convendría contarlo a la policía, qué cree?

Notas de juego

Bueno, dado que se acaba ya la partida he tenido que acelerar mis flashbacks, una pena :)

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17/11/2012, 23:29
Liz Parker

¿POLICIA?- Liz rompió a reir histericamente, para luego agravar la voz imitando a Mer-POLICIAAAA jajajajajabahhbuaaaah. La chica había pasado de la risa histérica al llanto y, tardó un buen rato en tranquilizarse hasta que finalmente consiguió recuperar fuerzas suficientes para hablar de nuevo

-Si..si llamamos a la policia nos cul..culparan a nosotros...de todo...no nos van a creer

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19/11/2012, 13:32
Rachel Crosbie

Me encontraba atónita... todo lo que había ocurrido era demasiado para todos nosotros. Afortunadamente el instinto de supervivencia innato en todos consiguió que por fin se acabara, y cómo un autómata: salí, corrí, observé todo lo ocurrido sin llegar a interiorizarlo y hasta volví en busca de mis compañeros de estos últimos días. Pero aún más afortunadamente, por encima de ese instinto de egoista supervivencia, entre nosotros se encontraba un auténtico héroe que dio su vida por salvar la nuestra y probablemente la de muchos más.

Me costó reaccionar, el lugar en el que nos encontrábamos parecía haber sufrido un dejavú y una vez más se veía reducido a cenizas. Merc y Liz se encontraban medianamente bien y comenzaban a hacer preguntas... dudas que me habían perseguido las últimas horas y que para mí tenían por fin una respuesta clara.

La reacción de Liz era muy inquietante, estaba desquiciada, llevaba así bastante rato y era muy incómodo... aún así: tenía razón.

- Es cierto... - dije con pesar - nadie nos va a creer... creo que simplemente deberíamos dejar las cosas como están. Confiar en que sólo Owen estaba metido en todo esto y desvincularnos de toda esta historia para siempre- Me quedé pensativa un momento - A lo mejor deberíamos volver a la biblioteca y hacer desaparecer todo lo relativo a este... esta pesadilla, para evitar que nadie vuelva nunca a intentar nada parecido. Creo que es lo único que nos queda por hacer...

El tiempo, poco a poco pondría cada cosa en su lugar, nada nos ataba a esta historia que ha estas alturas sólo deseaba que terminara, llegar a casa, llorar, asumir la muerte de Frank, y a lo mejor irme lejos y comenzar de nuevo. En este momento nada me ataba a esta maldita ciudad. Quizás si Victoria llegara a recuperarse algún día, podría dar alguna pista sobre el asunto, pero nada era seguro, esa chica pudo haber sufrido y visto mucho más que nosotros, y si Liz andaba así, dediqué una mirada a la chica, ¿realmente ella tendría cura?

Quería olvidar, olvidar todo esto y seguir para adelante.

Me sacudí un poco la ropa, eché un último vistazo a las ruinas que ahora tenían un aspecto aún más devastado que cuando llegamos por el efecto del polvo y la explosión, y comencé a dar los primeros pasos que me alejarían de allí.

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19/11/2012, 17:39
Director

Y así fue como los protagonistas de nuestra historia mantuvieron el secreto entre ellos. Tras la explosión, llevaro a Liz al hospital, fue examinada por un médico de guardia y derivado al prestigioso Doctor Philias Anderson, el cual determinó que la mujer había perdido el juicio.

Días después, Liz fue llevada al manicomio o "casa para perturbados" como se llama últimamente, de Calship en Boston. Allí, fue examinada por los psiquiatras más prestigiosos del país, los cuales emitieron informes coincidentes: De alguna manera inexplicable, una mujer sana y cuerda, sin antecedentes mentales ni familiares,de la noche a la mañana se volvió loca y quedó aquejada de horribles pesadillas en las que soñaba con un monstruo que profanaba su tumba y la llamaba de nuevo a la vida...

Merc y Rachel por su parte, hicieron una pequeña incursión a la biblioteca de la facultad de medicina y destruyeron los archivadores con las notas de West, los terribles experimentos que había llevado a cabo se borraron de la memoria colectiva para siempre. El profesor continuó un tiempo con sus clases, pero a los pocos meses y siendo incapaz de soportar los dolorosísimos recuerdos de cuanto había acontecido, decidió que dedicaría su vida a los fenómenos paranormales y tras pedir una excedencia en la universidad, viajó por el mundo entero investigando fantasmas y culturas primitivas.

Por su parte Rachel, dejó también la universidad y se mudó a Nueva York, buscó trabajo como operadora en la Compañía de Teléfonos y Telégrafos de Nueva York y conoció a un buen hombre con el que sentó la cabeza años después. Tuvo dos hijos y era feliz... pero muy de cuando en cuando se despertaba gritando, dejando las sábanas empapadas de sudor y con un nudo en el estómago. Nunca volvió a pisar una granja en su vida.

 

FIN