Partida Rol por web

Vaesen: A wicked Secret and Other Mysteries

Iglesia de Mölle

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15/04/2021, 13:09
Storyteller

La mañana había empezado con bastante movimiento para algunos, aunque para otros simplemente se había empalmado con la noche anterior. La noticia de que los dos miembros de la Sociedad habían sido puestos bajo arresto, aunque cobijados en la Iglesia, había sentado ciertamente mal al carácter de Alvar, que una vez despejado y bien vestido, puso rumbo a la Iglesia junto a su hija donde estaban los demás.
Al llegar dos guardias están haciendo el relevo en el umbral de la puerta de una habitación cuya puerta está entreabierta. Allí podéis ver la figura familiar de Ludovico que anda de un lado para otro. Geri pega un par de ladridos al reconocer el olor de su amiga en la distancia.

El padre Kransvik está en un rincón alejado de la iglesia intentando mediar con el alguacil que trae cara de pocos amigos y unas ojeras notorias.

Notas de juego

Podéis postear todos juntos.

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15/04/2021, 14:14
Alvar Egil Björklund

Gracias a la luz de la mañana, Ebba y yo llegamos a la iglesia de Mölle en pocos minutos desde que recibiésemos la nota del padre Kransvik. Mis ojos arden de fría indignación cuando atravieso la puerta. Nada más entrar, advierto una sala lateral custodiada por guardias, en cuyo interior acierto a ver al señor Castelferro. Parece inquieto. No tardo en oír los ladridos de Geri al otro lado del umbral, lo que me dice que, a pesar de que no pueda verlo, Reidar debe de estar también ahí dentro. No puedo por menos de alegrarme de que no les haya sucedido nada.

Mi mirada se centra entonces en los dos hombres que hablan en un rincón de la iglesia; uno de ellos es Algot Kransvik, a quien ya conocimos anoche. El otro debe de ser el alguacil, que tiene cara de que lo hayan sacado de la cama en esta fría mañana para atender este asunto que, sin duda alguna, no será más que un malentendido. Con paso decidido, me acerco a ellos.

Buenos días, padre Kransvik. Buenos días, señor —saludo con firmeza, al sacerdote primero y al alguacil después—. Permítame presentarme: soy el coronel Alvar Egil Björklund, para servirle. Mis amigos y yo llegamos anoche a Mölle para ayudar a resolver los siniestros asesinatos que están teniendo lugar aquí. Mas cuál no habrá sido mi sorpresa cuando esta mañana he sabido que dos de estos amigos, el señor Reidar Rotløs y el señor Leopoldo Ludovico Castelferro, han sido puestos bajo custodia por la acusación de comisión de un delito. —A pesar de que mi dicción es clara, salta a la vista lo profundamente molesto que estoy por la situación—. ¿Puedo saber quién los acusa, de qué actos y con qué fundamento?

Aguardo a las respuestas del hombre de ley, escudriñándolo con la mirada.

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15/04/2021, 17:27
Ebba Björklund

Después de tropezarme varias veces por el camino debido al ritmo de la marcha —al que padre está tan acostumbrado, pero yo no— y a que mis ojos están completamente centrados en cada sombra de cada rama de la arboleda circundante en lugar de fijarse lo más mínimo en los guijarros del camino, llegamos al edificio religioso. Solo al entrar en él se atreve mi mano a salir del bolsillo en el que aferraba inconscientemente la manzana.

Lo primero que percibo es el olor a incienso. No un incienso de rosa o jazmín, como esos que ponía mamá en casa. No. Es el olor del incienso árabe, esa mezcla entre almizclado y ambarino. No huele mal, es decir, en otras circunstancias a mí me gustaría incluso, pero se queda pegado en las ropas y el cabello y, tras la noche que llevo, no me hace ninguna gracia.

Lo segundo es el frío. Cuando camino por ese sacro lugar, tan antiguo, con las bóvedas tan altas y las paredes de piedra, el frío me abraza, me rodea. Es un frío que me disgusta, esa gelidez que se siente en un lugar umbrío y húmedo, oscuro, silente y helador.

Lo tercero es el silencio. Ese silencio de piedras angulares, de criptas en descanso, de ecos disonantes levantados entre los gruesos muros e impulsados por las voluptuosas y caprichosas corrientes de aire que recorren los pasillos. El silencio de saber que nunca estás solo. El silencio de la calma, en el que casi se pueden escuchar los susurros de los colores de las vidrieras en constante movimiento.

Pero esta mañana, por una vez, esa elevada estructura llena de contrafuertes no me parece tan opresiva y oscura... por una vez, el frío que me rodea nada más entrar, el inmenso silencio que levanta ecos de las voces que se escuchan al fondo y los ladridos de Geri y ese constante olor a incienso me resultan, incluso, acogedores. Las motas de color que recorren el suelo a medida que el sol incide en los coloridos cristales plomados se me aparecen más grises de lo habitual, merced a los funestos pensamientos que no dejan de acosarme. Sin embargo, la voz del coronel Björklund un poco más adelante me saca de mis profundas cavilaciones. Sacudiendo la cabeza, me adelanto en su dirección, haciendo un gesto a Geri para que se quede quieto cuando paso por delante de la habitación lateral. El cachorro, obediente, se sienta al otro lado de la puerta entreabierta, esperándome sin dejar de mover el rabo de un lado a otro. 

Tengo muchas ganas de correr dentro de esa habitación y abrazarlos, pero me aguanto y avanzo con paso decidido hasta donde el sacerdote y el alguacil —y ahora también mi padre— mantienen una conversación. Prefiero que lleve él la voz cantante —obviamente—, pero estaré ahí, tras él, por si necesita que corrobore lo que haga falta. 

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18/04/2021, 21:15
Director

El padre Kransvik se quedó harto sorprenddo tras la aparición del Coronel, que aunque esperaba su presencia, no lo hacía tan pronto al menos en la mañana. El Alguacil de turno, se cuadró ante el coronel aunque más por costumbre al oir el rango. —No desconfío de usted, Coronel. Pero me temo que debo ver algún tipo de identificación en la que figure que es usted quien dice ser. Imaginesé que cualquira hiciera una suplantación de identidad y que cualquiera, digamos un periodista entrometido, recibiera información privilegiada y clasificada sobre un asesinato. Nadie quiere que un extraño sepa más de la cuenta y termine largandolo en sus peores momentos de ebriedad. En el momento en que me de deje ver su acreditación militar, podré comentarle lo que estime necesario.—

Notas de juego

Pregunta abierta a Alvar: ¿La pregunta es, sueles llevar en todo momento tu acreditación/galones/traje para poder asegurar que eres quien dices ser?-¿Como sueles ir vestido de forma habitual ? En cualquier caso, rolealo. Todo esto es necesario para el contexto de la situación actual.

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18/04/2021, 22:36
Alvar Egil Björklund

El alguacil me hace la muy razonable petición de que verifique de algún modo mi rango en el Ejército del Reino de Suecia; a fin de cuentas, cualquiera podría arrogarse méritos no alcanzados y decir ser quien no es. Asintiendo, me desabrocho el abrigo y lo abro por delante, revelando la pequeña estrella dorada que adorna la solapa del bolsillo de la pechera de mi chaqueta interior. Sin decir una palabra, introduzco la mano en dicho bolsillo para sacar mi pasaporte, donde se indica quién soy, así como las numerosas notas de mención de honor y toda clase de documentación relacionada con mi cargo. En completo silencio, muestro los documentos al alguacil mientras espero a que tome al fin la resolución de contarme qué es lo que está sucediendo.

Notas de juego

Ahora mismo voy vestido de civil (abrigo, chaqueta, chaleco y camisa), pero al igual que en la actualidad, los antiguos rangos militares tenían formas de demostrar quiénes eran incluso cuando iban de paisano. En el caso de un coronel era una estrella sencilla que se llevaba colgada en el pecho. Además, también portaban documentación que acreditase su posición, y que normalmente se adjuntaba al pasaporte. No era obligatorio llevar ni una cosa ni la otra, pero Alvar lo lleva siempre por si acaso :).

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19/04/2021, 18:34
Storyteller

Una vez el Alguacil de turno se ha asegurado de que el Coronel es quién dice ser, finalmente comienza. —Gracias por su colaboración Coronel. Los dos sujetos fueron en la noche de ayer sorprendidos cubiertos de sangre en manos, ropa y cara junto al cuerpo de una mujer en el camino entre el Hotel y el pueblo. Aún o tenemos claro cual pudo ser el arma del asesinato, pero  todo apunta a que tras las masivas laceraciones, incurrieron en una serie de rituales satánicos y escondieron el arma del delito. La mujer no tuvo ningún tipo de oportunidad ya que su abdomen fue desgarrado con alebosía y sus entrañas fueron arrancadas de cuajo. Este crimen coincide en su forma y posible arma con el de la señora Olga, cuyo cuerpo fue encontrado en circunstancias similares. Lo único bueno si es que se puede sacar algo positivo de todo esto, es que creemos que dada la naturaleza brutal del crímen, ella no debió sufrir.—

—Tras lo acaecido, varios hombres del pueblo retuvieron a los dos acusados, que en ningún momento ofrecieron resistencia. El Padre Kransvik asegura que no son culpables de delito alguno, aunque ahora mismo al no haber testigos es simplemente más un acto de fe que otra cosa.—

Notas de juego

Nota: Notese como da por hecho que hubo rituales llevados a cabo. Esto no es porque alguien estuviera vigilanado, sino porque la arraigada costumbre de la Iglesia Católica era de acusar a cualquier cosa que no comprendieran de herejía y satanismo.

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19/04/2021, 19:38
Alvar Egil Björklund

A medida que el señor alguacil va exponiendo su caso, tengo que esforzarme más y más por que mi rostro no adopte una expresión cada vez de mayor incredulidad. ¿Está acusando a Castelferro y a Rotløs de los asesinatos? ¡Probablemente mis compañeros se topasen con el cadáver de Sanguina, a la que mi hija Ebba viese morir descuartizada apenas unos minutos antes! Nada de esto tiene ningún sentido. Levanto una mano, pidiendo una pausa.

Le voy a pedir que se detenga justo ahí, alguacil. ¿Me parece entender que está usted acusando a mis compañeros de haber cometido los salvajes asesinatos que están teniendo lugar en Mölle? —pregunto, solo para asegurarme del disparate que estoy oyendo—. Sepa usted que, cuando el primero de ellos se produjo, el de la señorita Olga, nosotros ni siquiera habíamos llegado aún al pueblo. Encontramos el cadáver anoche, en las afueras, la sangre todavía fresca. Y, señor alguacil, si ha visto cualquiera de los cuerpos, estará de acuerdo conmigo en que es imposible que un ser humano, sea cual sea su fuerza, haga algo así. No, lo que ha asesinado a Olga y a una de sus amigas no es una persona. Es una bestia inmensa, una especie de jabalí salvaje venido de los infiernos. —En esto, extraigo la nota del jefe Jonsson, que narraba el encuentro con la aterradora criatura, y se la tiendo al alguacil—. Ahí podrá leer de primera mano un encuentro con esa criatura. Mis compañeros, como estoy seguro de que ya le habrán dicho ellos mismos, solo tuvieron la mala fortuna de encontrarse con uno de los cadáveres que la bestia había dejado a su paso. Le aseguro por mi honor, alguacil, que el señor Rotløs y el señor Castelferro son inocentes, y no pienso dejar que se los acuse de los actos que precisamente hemos venido a detener. ¿Quiere pruebas? Apele a su propia lógica. ¿Qué clase de arma podría haber causado las heridas de esos cuerpos? ¿Qué persona tendría la fuerza para hacerlo? —Niego con la cabeza, severo—. Usted sabe tan bien como yo que el asesino de esas mujeres no es humano.

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19/04/2021, 20:59
Ebba Björklund

Escucho con atención las palabras del alguacil, que parece no haberse percatado en absoluto de nada de lo que está sucediendo en su pueblo, a juzgar por las increíbles acusaciones que está haciendo. ¿Es que nadie ha pensado que pudieron intentar ayudarla? No puedo evitar que mi ceño se frunza y mis puños se cierren... está hablando de Sanguina. Es el camino entre el hotel y el pueblo, allí donde yo lo vi todo, de donde... de donde salí corriendo. 

Percibo cómo padre hace esfuerzos por no alterarse, no puede creerse tamañas acusaciones, de la misma manera que yo tampoco puedo. Es imposible, porque los conozco... Sin Raíces jamás haría algo así... y por alguna razón, estoy convencida de que Leo tampoco. Además, aunque no lo supiera, estuve allí, lo vi... 

Pero... ¿debo decirlo? ¿Debo interrumpirlo e intervenir para explicar lo sucedido... que la seguí, que vi el ataque y que, asustada... yo... abandoné el cuerpo y hui del lugar? Mi mandíbula tiembla ligeramente y de pronto, el frío gélido de ese edificio me cala hasta los huesos, provocando que tenga que hacer denodados esfuerzos para que no se me perciba temblar. Estoy a punto de levantar la mano cuando padre se me adelanta y comienza a hablar, antes de que me decida por completo.

En ningún momento se me pasa por la cabeza que el coronel vaya a contar mi encuentro, sé que me va a proteger hasta el punto de no mencionarlo y así es; se limita a apelar a la lógica pura y mencionar en voz alta hechos y circunstancias totalmente coherentes, que demuestran que no han podido ser nuestros amigos, de ninguna de las maneras. Sin embargo, yo podría demostrarlo. Si contara lo que vi, sería un testigo directo de la muerte de Sanguina a manos —o, más bien, a colmillos— de eso... esa aterradora criatura. No obstante, él no dice nada, así que me mantengo en silencio —¡cómo no!— y, cuando termina de hablar, capturo su mirada con mis propios ojos, levantando milimétricamente las cejas a modo de pregunta. No necesito nada más, él ya sabe lo que estoy inquiriendo.

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19/04/2021, 21:57
Storyteller

—Bien, entiendo Coronel que responde usted por sus amigos. En ese caso, vayamos a descubrir exactamente la razón por la que esos dos estaban empapados en sangre. Es más, espero que me den una buena razón para no meter entre rejas hoy mismo al pordiosero dueño del perro pulgoso ese, al que encontramos con la cara llena de sangre de la víctima. Sinceramente, espero que tenga una razón de peso. Tan buena como para jugarse su reputación Coronel. Acompañeme. Sin embargo, la muchacha me temo que deberá quedarse aqui. Ya es suficiente mala noticia el haber encontrado dos cuerpos como para traumatizar más a la pobre con un interrogatorio y sus detalles específicos.—

El alguacil hace un ademán para que lo sigas. Una vez en la puerta, los guardias se cuadran. El Alguacil abre y puedes ver que Castelferro, Reidar y Geri estan bien. Menos sucios de lo que esperabas. Por suerte parece que han podido lavarse.

Adelante Coronel. Bien, no hay motivo para demorar esto.— Os dice el Alguacil una vez dentro.

Dadme una buena razón para no meteros en el calabozo. Quiero detalles de absolutamente todo lo ocurrido ayer. Lugares, horarios y cómo y donde encontrasteis a la chica. Si estaba viva o no cuando la encontrasteis. Puede pensar que tú te has manchado las manos y la ropa al intentar ayudar a la jóven. Pero tengo muchas más ganas de saber porqué has acabado con la cabeza llena de sangre, chico. El Coronel aqui se está jugando el cuello por vosotros, así que yo no le decepcionaría.—

Notas de juego

Si por lo que sea interpretáis que vuestro relato pudiera no ser suficiente para convencer al Alguacil, o si queréis meter algún tipo de mentira, o trastocar un poco la realidad respecto a lo sucedido, siempre podeís hacer una tirada de Manipulación (Empatía). 1 Éxito os garantizaría que la persona os creyese. Viendo la situación no aconsejaría forzar la suerte en caso de fallo si es que optáis por hacer la tirada.

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21/04/2021, 11:52
Ebba Björklund

¿Traumatizar? ¿De verdad está diciendo que me quede fuera porque me voy a traumatizar por escucharlos hablar?

Mis ojos se abren como platos sin que pueda evitarlo al escuchar las palabras del hombre que tengo delante. No puedo dejar de oír la voz de Lovisa en mi cabeza, como una repetitiva letanía: «Tu mente va adelantada a la época, docka, pero tu cuerpo, por desgracia no. Vivimos en un mundo que es de ellos. Aunque suene a chiste malo, lucha por tu voz. Decide, no obedezcas sin más... Decide, no obedezcas. Decide...». Y esas palabras, obviamente, encienden algo.

Ya me he cansado de todo esto, de la ciclópea ignorancia envuelta en prepotencia paternalista de ese alguacilucho, a cuyo lado el padre Kransvik incluso me genera cierta simpatía. Así que me decido a responderle antes de que nadie más pueda hablar y lo detengo por el hombro justo delante de la puerta de la habitación; con calma, saco mi libreta y escribo rápidamente en una página en blanco, con letra pulcra:

«Ya tengo un padre. No necesito que usted ejerza como tal. Un interrogatorio no me va a traumatizar. También son mis compañeros, hemos venido juntos y juntos seguiremos. Usted no tiene la más remota idea de las noticias que yo he recibido, las cosas que he vivido, las que sé y las que he visto. Yo también voy y no es negociable».

Arranco la hoja de la libreta de un tirón y se la planto en la mano al oficial de la ley, mirándolo seriamente desde un rostro que hoy carece de todo maquillaje, mientras alzo la barbilla y cruzo los brazos, en un gesto bastante masculino, tratando de conseguir con ello la misma fuerza que emana siempre de Lady Swedenborg. Sin esperar respuesta, sin saber siquiera si aquel hombre sabe leer, me giro y entro en el cuarto imitando a Lovisa, dando grandes zancadas gracias a los pantalones que hacen resonar las botas sobre el suelo mucho más de lo que estoy acostumbrada. 

De espaldas al alguacil y ya de cara a mis dos compañeros bajo custodia, me permito esbozar media sonrisa orgullosa, convencida de que he logrado en esos momentos parecerme a mi amiga mucho más de lo que le gustaría a alguien que yo me sé. Pero el aura de desafiante altivez que me rodea se desmorona por completo cuando Geri viene corriendo hasta mí y me agacho para acariciarlo, dejando que empape mi rostro a lametazos. 

Más tranquila, aún con el cachorro en brazos, me levanto y me retiro a un lado de la sala, lanzando una mirada de ánimo y confianza a Sin Raíces y a Castelferro. Sé a ciencia cierta que no han sido ellos, pero dejaré que el oficial haga su trabajo y extraiga sus conclusiones. Quiero presenciar el interrogatorio, no obstante, a no ser que padre me lo diga explícitamente, procuraré no intervenir. 

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21/04/2021, 17:23
Leopoldo Ludovico Castelferro

Castelferro devuelve la sonrisa a la señorita Björklund cuando pasa a su lado. Ha hecho todo lo posible por adecentar su atuendo, su cabello y su rostro, pero aquella ha sido una noche interminable de insomnio y se encuentra agotado física y mentalmente.

No puede responder al alguacil... No sirve de nada. Ya sabe cómo funciona la justicia de los payos: cuando te marcan como chivo expiatorio lo único que puedes hacer es apretar los dientes y aguantar todo lo que te echen. Eso o encontrar a otro payo que te avale.

El joven ocultista ya no es aquel débil mustalaisia de hace años, ni siquiera su apariencia le delata como kaale. Sin embargo, hay cosas que nunca cambian, por mucho que el tiempo, la experiencia y un buen traje hablen de uno en otro idioma. Por eso le hace un gesto a Reidar para que guarde silencio y, con una mirada cargada de desafío contesta escuetamente al alguacil.

No hemos hecho nada. La mujer ya estaba muerta, igual que Olga cuando llegamos al pueblo. Mi compañero se manchó tratando de identificarla, y yo al ayudarle. ¿Verdad, coronel? —interpela al militar sin cambiar su expresión.

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21/04/2021, 19:04
Alvar Egil Björklund

Tan pronto como el alguacil sugiere que mi hija Ebba se quede fuera de la estancia donde están sus amigos, yo ya sé cuál va a ser su reacción. Y esta no se hace esperar: comprensiblemente molesta por el condescendiente paternalismo del hombre, Ebba escribe a toda velocidad su respuesta en una página que luego arranca de su libreta, sin dejar lugar a la menor duda. Tiene toda la intención de entrar en la habitación, y así lo hace. Pasando junto al alguacil, me encojo de hombros, mirándolo con una expresión de fingida derrota cómplice, como queriéndole decir: «Ya ha oído a la señorita».

Una vez dentro, puedo echarles al fin un buen vistazo a mis compañeros. Por suerte ambos están bien; ¿quién querría acusarlos de algo tan terrible como el asesinato, y más teniendo en cuenta que hay otro asesino a plena vista, que no hace ningún esfuerzo por ocultarse? En el momento en que el hombre de ley da comienzo a su interrogatorio, es Castelferro el primero en responder, obviamente negando los hechos. Me lo quedo mirando mientras habla, preguntándome si acaso no verían más de lo de que dice, si no llegarían a ver, como mi hija, a la propia criatura.

Por supuesto —respondo a las aseveraciones de Castelferro—. Señor alguacil, esto es innecesario. Las propias supervivientes de los ataques, que se hospedan en el hotel, podrán decirle que el asesino es una bestia descomunal, y no un hombre ni dos. Le garantizo que lo que digo es cierto. Cuanto más tiempo perdamos, más personas podrían resultar heridas o muertas.

Espero que a este mentecato le entre en la mollera de una buena vez que es imposible que Castelferro y Reidar llevasen a cabo el asesinato.

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21/04/2021, 22:14
Storyteller

—Increíble! ¿Sabe escribir?! Señorita!!, además de tener carácter, probablemente heredado de su padre, es usted toda una caja de sorpresas.— El alguacil está absolutamente sorprendido de la reacción de Ebba. Vuelve a echar un nuevo vistazo a los dos sopechosos.

—Coronel, me fio de su palabra y de la de nadie más. Si se hace usted responsable de estos dos hombres, será para bien o para mal. La investigación no va a quedar cerrada aún ya que todavía teémos cosas que investigar. Ya sabe, con la nueva ciencia que están usando los autoproclamados médicos forénsicos*.—

El Alguacil hace un gesto a sus hombres y estos, aunque a regañadientes, dejan de hacer escolta en la puerta y salen de la iglesia. El alguacíl se va con ellos. —Espero de veras que no se equivoque Coronel. Les tendré vigilados.—

El padre Kransvik se acerca a vosotros una vez que la cosa se ha calmado. —¿Bien, alguien puede explicarme qué ha pasado aquí?. Ha sido una noche muy larga y estoy algo cansado, por lo que agradecería un resumen claro y conciso.—

Notas de juego

*Forénsicos: Veasé que el hombre hace por darselas de listo. No es tonto, pero aún hay muchas cosas que no entiende. Es de la vieja escuela y esto le queda muy nuevo y algo grande.

 

 

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21/04/2021, 22:47
Alvar Egil Björklund

Gracias. Le aseguro de que no se arrepentirá.

Me despido cordialmente del alguacil, agradeciendo en silencio que no vaya a darnos más problemas. Él y sus hombres se marchan de la iglesia, dejándonos a solas por fin con el padre Kransvik. El capellán quiere saber qué es lo que ha sucedido, a lo que me encaro con él, dispuesto a darle la explicación que requiere.

Anoche, poco después de encontrarnos con usted, fuimos a hospedarnos al Mölle Seaside Hotel. Allí conocimos a las amigas de la difunta Olga. Un trío de lo más peculiar que se dedicaba a… la magia. —Me decanto por esta palabra, ya que estimo que es más probable que un hombre de fe la reciba bien que si me pusiera a hablarle de brujería o de pactos con demonios—. Nos dijeron que vinieron a Mölle con la intención de estudiar algunos de sus sitios de poder, como ellas los llamaron, y así poder hacer sus rituales. Tengo entendido que su última hazaña la llevaron a cabo en una cueva, en algún lugar de los alrededores del pueblo. —Saco de uno de mis bolsillos el mapa que las Hijas de Satán tenían colgado en su pared, mostrándoselo al señor Kransvik—. Allí fue donde pagaron su insensatez. Sin ellas pretenderlo, llamaron la atención de un ser del más allá, una especie de jabalí monstruoso llamado Glosson. Tenga, aquí puede ver de qué le hablo. Sé que todo esto suena a una locura, mas es cierto. —Le tiendo al padre Kransvik el documento del jefe Jonsson—. Esas mujeres estaban desesperadas. Dijeron que solo usted podía ayudarlas; parecían muy convencidas de ello. Una de ellas incluso salió del hotel para ir a buscarlo. Es… la mujer con la que se encontraron Rotløs y Castelferro. Ya solo quedan dos.

Guardo silencio durante unos instantes, dejando que Kransvik asimile toda la increíble sarta de informaciones que la prisa me ha obligado a comunicarle de cualquier manera.

Y esta, padre Kransvik, es la situación en la que nos encontramos. Tenemos que expulsar a esa criatura de aquí si queremos que Mölle pueda volver a dormir en paz.

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22/04/2021, 15:45
Reidar Rotløs

Si fuera por comodidades, Reidar habría dicho que aquella no era la peor noche que pasara en su vida. Sin embargo, la preocupación sobre lo que estaba ocurriendo y esa sensación que le había acompañado durante la noche, especialmente antes de encontrarse con Castelferro, de que la pequeña Ebba pudiese estar en peligro, le impidió dormir plenamente. En vez de eso había escuchado y leído junto a Ludovico lo que tenía entre manos, y había esperado a que el sol saliera para que se pudiera resolver lo acontecido.

Durante todo el intercambio del coronel con el alguacil, el vagabundo se mantuvo callado, aunque dedicó una mirada aliviada hacia la joven, viéndola a salvo y atendiendo a su leal compañero. Sabía que en esas circunstancias los agentes de la ley y de la iglesia estaban más dispuestos a escuchar y creer a los de noble cuna antes que a un sin techo, por lo que nada podría aportar que fuera de valor en ese momento. De todos modos escuchaba atentamente lo que se hablaba, al parecer mientras él había custodiado el cuerpo de Olga a espera de que vinieran a buscarla, los demás habían averiguado mucho más.

Y aún así, no podía esperar al momento en que pudieran estar solos, y así explicar aquello que había escuchado de la voz de Sanguina...

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24/04/2021, 10:35
Padre Kransvik

Bien. Creo que he entendido la situación, aunque no termino de comprender qué buscaban exactamente esas mujeres en el bosque o en la cueva. A menudo tenemos que tratar con gente que cree en lo sobrenatural, pero nunca he tenido que lidiar actualmente con algo así.

Esas mujeres estaban desesperadas. Dijeron que solo usted podía ayudarlas; parecían muy convencidas de ello. Una de ellas incluso salió del hotel para ir a buscarlo.

—Yo soy solamente un emisario del señor aquí en la Tierra, así que salvo que ellas supieran algo que yo no se, probablemente diría que lo que tuvieron fue una...¿Crisis de fe?. Aunque siendo sinceros y teniendo en cuenta lo que me han contado, dudo mucho que fueran creyentes en el catolicismo de alguna forma. Puede que simplemente estuvieran desesperadas y no sabían a quién más acudir.—

El padre Kransvik se gira hacia Ludovico y Reidar y los mira con cierta tristeza. —Siento mucho que hayan tenido que pasar aqui la noche, pero les aseguro que es mucho mejor que el calabozo. Hay rumores de que allí ocurren " accidentes" a menudo con los presos. No tengo ningún motivo para no creer en su relato, por muy extraño y descabellado que parezca. Pueden considerarme un hombre de fé, pero también soy una persona con la mente muy abierta. Eso me ha traído complicaciones en más de una ocasión. No se como podría ayudarlos, pero pueden contar conmigo para expulsar a esa criatura que mencionan. ¿Tiene algún tipo de pista? ¿Alguna debilidad? ¿Algo que se pueda usar en su contra?. Me pregunto que motivos tendrá esa bestia para atacar tan agresivamente. Sugiero ir a la cueva para examinar el lugar. Por nuestro propio bien, espero que esten bien preparados y armados por si fueramos...ya saben.

 

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24/04/2021, 12:42
Alvar Egil Björklund

Afortunadamente, el padre Kransvik no pone tantos impedimentos a creer mi relato como había imaginado. De hecho, me sorprende bastante la naturalidad con la que se toma todo lo que le digo; casi parece como si esta no fuese la primera vez que el párroco se encuentra con acontecimientos sobrenaturales, por mucho que diga lo contrario. En cualquier caso, Kransvik se define como un hombre de mente abierta, y eso es algo que nos irá bien. En el momento en que pregunta si Glosson tiene alguna debilidad, mi ceja se encarca con cierta extrañeza, aunque no hago ningún comentario a lo oportuno de su curiosidad.

Según parece, ese monstruo es aún más aficionado a las manzanas y a las nueces que a la carne humana. Hay al menos un relato describiendo cómo sus autores consiguieron distraerlo arrojándole esas frutas. Hemos conseguido un par de manzanas del comedor del hotel… —Hago una pausa, meneando la cabeza—. Por otro lado, también se menciona que la criatura podría ser «detenida», sea lo que sea que eso signifique, por una bruja con un bastón que sea de madera de tilo. Parece que ese ser siente predilección por la carne de bruja, así como de aquellos dotados de la Visión. —Observo al hombre de fe, por si esa palabra pudiese causarle alguna extrañeza o si, por el contrario, parece familiarizado con el fenómeno.

La proactividad del hombre cuando sugiere que vayamos directamente a la cueva me toma completamente desprevenido. No esperaba tanta valentía por parte del párroco. Ciertamente es el siguiente paso que estaba considerando dar, pero oírlo de voz de Kransvik no deja de resultar sorprendente. Me vuelvo hacia mis compañeros.

Bien, ya han oído al padre Kransvik. Ignoro si hay algo más que podamos hacer en estos momentos además de dirigirnos al lugar de origen de todo esto. Aunque la verdad es que ayudaría saber qué hacer una vez estuviésemos allí. —Hago una pausa, pensativo—. ¿Alguien tiene alguna idea? La vara de tilo podría ser la clave en la expulsión definitiva del monstruo. ¿Piensan que las amigas de Olga podrían saber algo al respecto?

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24/04/2021, 13:24
Ebba Björklund

Escucho con atención la conversación entre todos, sin intervenir, mientras acaricio inconscientemente las orejas del cachorro que aún sujeto entre los brazos. Cuando por fin el alguacil abandona la estancia, parece que la tensión se distiende y tanto mis compañeros como el sacerdote que nos acompaña parecen relajarse, al menos, ligeramente. Solo entonces me permito dejar a Geri en el suelo y acercarme a Sin Raíces para darle un prolongado abrazo. Al terminar me acerco a Leo y hago lo mismo, sin importarme lo más mínimo lo que pueda pensar el padre Kransvik... no se imaginan lo aliviada que estoy de que no les haya sucedido nada, después de saber lo que sé...

En ese momento comienzo a hacer gestos hacia Reidar, olvidándome por un momento de que Castelferro no sabe interpretarlos, pero enseguida me detengo, le ofrezco al joven una mueca de sincera disculpa y saco el cuaderno y la estilográfica una vez más.

«Tengo mucho que contaros, he estado investigando, no me he acostado en toda la noche...» comienzo a escribir rápidamente. «Pero antes, ¿estáis bien? ¿De verdad estáis bien?». 

No escribo más, espero a que me respondan, al mismo tiempo que lanzo una mirada de soslayo a padre, preguntándole sin necesidad de palabras si yo misma les puedo contar lo que estoy deseando decirles... pero mis ojos se desvían una milésima de segundo hacia el hombre de fe, no quiero decir nada delante de él, así que espero captar la mirada de Alvar y que entienda lo que está pasando por mi cabeza en esos momentos. 

No obstante, ni siquiera da tiempo a que nuestros compañeros me respondan, porque el propio padre Kransvik comienza a hablar, haciendo gala de una inusitada incontinencia verbal. Amago un resoplido cuando escucho las primeras palabras que comienza a decir, pero después mi expresión cambia al escuchar cómo trata a mis amigos. Así que de verdad los ha ayudado... quizás yo lo he juzgado mal, al fin y al cabo. 

Pero esa impresión se desvanece tan rápido como ha venido cuando el párroco comienza a hacer tantas preguntas. Mis ojos se vuelven a desviar hacia padre, tratando de captar en su mirada aguamarina qué está pensando y veo en el fondo de su pupila —y en su ceja enarcada— ese brillo de curiosidad que también a mí me han suscitado las palabras del padre Kransvik.

No digo nada, sin embargo, y mientras el coronel toma la palabra, abro el cuaderno de nuevo, teniendo buen cuidado de que el contenido no quede a la vista del sacerdote, y muestro a mis dos amigos, sin decir nada, la nota que he garabateado esta mañana en ese idioma extraño, dirigiéndoles a ambos una mirada cómplice que pretende ser suficiente para que entiendan cómo la he... escrito. ¿Quién sabe? A lo mejor ellos tienen alguna idea de lo que pone...

Después asiento a las palabras de padre y, dejando el cuaderno en manos de Castelferro unos segundos, gesticulo rápidamente en dirección a Alvar.

«Deberíamos conseguir más» dicen mis manos. «Nueces y manzanas. Dos nos pueden salvar en una emergencia, pero no hacemos nada útil con tan pocas...».

Notas de juego

Pues eso, dire, les enseño con cuidado la nota de esta mañana a Leo y Reidar mientras papi habla, por si ellos comprenden ese idioma. 

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27/04/2021, 15:27
Leopoldo Ludovico Castelferro

Algún día tendrá que enseñarme a hablar con esos signos, señorita Björklund —dice Castelferro recuperando un poco la alegría al ver a Ebba sana y salva —. Me alegro de que se encuentre bien a pesar de no haber dormido. Aquí Reidar y yo tampoco hemos pegado ojo y no sé él, pero yo no puedo con mi alma. Deberíamos descansar todos. Avisar a las dos amigas de Olga de lo acontecido; pero sobre todo dormir algo. Si no, ¡qué desperdicio de habitaciones!

El joven intenta mostrar su habitual entusiasmo, pero no puede, no le alcanza el ánimo para tirar del carro del optimismo. Está realmente agotado y la experiencia nocturna no se le borra de la cabeza. Sabe que tiene información para sus dos compañeros y se la dará en cuanto regresen al hotel y puedan sentarse los cuatro tranquilamente y sin testigos ni oídos curiosos; pero tendrá que ser más tarde, cuando haya se haya recuperado un poco.

Creo que la bestia no se atreverá a salir a plena luz del día —afirma recordando lo escrito en el diario de Niklas Jonson—. Por tanto, debemos descansar para poder estar activos y en plenas facultades cuando llegue el momento de ir en busca de Glosson, el jabalí asesino.

Se percata de que Ebba le muestra un texto escrito y se queda leyendo para ver si es capaz de comprender lo que dice.

Notas de juego

Jefe, Lía se ha quedado sin luz en casa por un fallo en una subestación. Parece que va para largo, al menos cinco días más. Sé que ha intentado comunicarse con todos los directores de las partidas donde juega pero no sé si lo ha logrado con todo el mundo, así que lo dejo aquí como aviso.

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27/04/2021, 20:17
Director

Notas de juego

Ostia, no sabía nada y no tengo ningún privado. gracias por decirmelo!!!! Entonces paso a actualizaros ya mañana!! Esperemos que no sea nada