Partida Rol por web

Viejos Enemigos: en busca de las Brumas

Escena 7 Un anfitrión inesperado y una ayuda aún menos

Cargando editor
01/03/2014, 00:37
Orestes

El recobrar de vuestra conciencia es asombrosamente rápido, pasando de la visión borrosa y un ligero dolor de cabeza a una mirada vívida y una mente funcionando a pleno rendimiento. La escena resulta cuanto menos extraña. Estáis en una sala de piedra, con una chimenea al fondo que arde alegremente y delante de vosotros tenéis dispuesta una mesa llena de deliciosos alimentos; varios tipos de fruta, carne y pescado, acompañado por unos cálices de vino. El olor y la visión de estos os hacen la boca agua, pero os percatáis de que vuestras muñecas y tobillos están amarrados al asiento por grilletes de metal cuidadosamente ajustados. Una mordaza de tela os impide hablar.

En la cabecera de la mesa, al lado del asiento, Orestes os observa y comenta-Lamento haber recurrido a trucos tan burdos, más no habrían sido necesarios si os hubieseis contenido de atacarme. Mi superior vendrá en breves momentos y podréis mantener una agradable conversación mientras cenáis. Mis disculpas-hace una pequeña reverencia y se retira por una puerta que está al fondo, dejandoos solos.

Cargando editor
01/03/2014, 11:04
Armand de Bouvines

Está claro que estas fuerzas nos superan - piensa Armand - y que resistirse a ellas no tiene sentido. será mejor que temple mis ánimos, escuche lo que nos tienen que decir, y después obre en consecuencia.

En el caso de verme expuesto a intentos de manipulación o tortura para extraer información relevante de la orden, optaré por el suicidio. Pero no puedo anticipar acontecimientos, así que lo mejor será esperar a ver que nos aguarda y permanecer alerta por si veo alguna manera de escapar de esta vil encerrona.

Cargando editor
01/03/2014, 12:20
Oskari Toivonen

La última imagen que queda en mi cabeza es correr hacia el encapuchado, con la sangre hirviendo con la clara intención de acabar con él tras su último comentario, haciendo alarde de nuestra cobardía. Era algo que no podía tolerar y ahora estábamos aquí, en una estancia cómodamente amueblada y con una mesa llena de comida. No probaría bocado de comida ofrecida por el enemigo, por mucha hambre que tuviera. 

Sigo observando alrededor, para comprobar que mis compañeros están cerca, encadenados... ¿encadenados? En mis muñecas y tobillos también había unos grilletes. Empezaba a agobiarme, a ponerme cada vez más tenso. Mi primer instinto es deshacerme de esas ataduras, zarandeando brazos y piernas, queriendo romper las cadenas que me mantenían prisionero, gruñendo y soltando maldiciones, amortiguadas por la tela que cubre mi boca.

Cargando editor
03/03/2014, 00:45
Papagena

La cabeza de Papagena daba vueltas cuando desperto. La habitacion le era extraña, sin embargo ese dolor le taladraba la sien impidiendola pensar hasta que una voz se alzo frente a ella. Aquella voz la reactivo completamente, era El, otra vez. Todo su cuerpo trato de lanzarse otra vez a destruir aquella amenaza cuando los grilletes que la aprisionaban la sujetaron con fuerza a la silla, con ira miro aquello que la retenia. Sin embargo siguio profiriendo silenciosos alaridos y trato de zafarse, hasta que desaparecio de su vista, sin antes lanzarle una mirada furibunda y cargada de odio.

Una vez marcho, se rindio dejando caer la cabeza hacia adelante.

Aigor se desperto algo desorientado, sin embargo lo primero que hizo fue buscar a Papagena con la mirada. Una vez la encontro se relajo un tanto viendo que no estaba herida. Luego se fijo en las viandas preparadas frente a ellos. Haciendole un gesto con la cabeza a la mesa al mago adyacente. Le levanto las cejas de una manera complice y sonrió.

Papagena levanto la cabeza, el fuego la estaba poniendo nerviosa. No le daba miedo, pero no le gustaba. Pero por ironias del destino fue aquel enemigo natural quien le dio la respuesta a su situacion. Lentamente comenzo a entonar una melodia al volumen que sus pulmones le permitian. Sus manos se tensaban tratando de hacer los gestos del hechizo como buenamente podia. En un principio no parecia que nada pasara. Podiais pensar que simplemente la presion de la situacion la habia dejado majareta, sin embargo al poco, de manera imperceptible, la silla se comenzo a modificar. Finalmente los agarres de los grilletes calleron inertes tanto de pies como de manos y quitandose la mordaza exultante termina la cancion de viva voz con una pose totalmente de victoria.

- ¡Empuñemos ya las armas! ¡No dudeis, seguidme a mi!

Aigor la miro con gozo. Una vez mas Papagena le sacaba de su situacion. Papagena le sonrio desafiante. No le desafiaba a el, si no a la situacion.

- Pero antes... -dice con un tono jugueton, sus rasgos feericos se marcaron en su cara, esa astucia de las hadas podia atisbarse en su sonrisa y en el brillo de sus ojos.

De dos saltos se acerca a la puerta y plantifica su pie en ella comenzando a recitar otro hechizo marcando fuertemente los gestos del mismo.

- ¡Claudo!

Al decir la ultima palabra se separa de un salto quedandose dos segundos mirando la puerta. No parecia que hubiera pasado nada, pero Papagena gira la cabeza rapidamente, os mira y se rie como una niña que acaba de hacer una travesura. Casi como volando se situa tras Aigor, dejando reposar sus generosos pechos en su espalda, le abraza de manera maternal y le da un beso en la coronilla.

- Muy bien mi niño.

Pegada procurando tocar la silla comienza a entonar el canto que la habia liberado produciendo el mismo efecto en la silla de Aigor. Una vez liberado le quita la mordaza.

- Papagena, eres unica -dice alegre Aigor, se levanta y lleva una silla para afianzar la puerta. Conocia el hechizo que habia lanzado su ama, pero nunca esta de mas asegurar.

- Lo se... 

Le contesta la maga imparable. Una vez mas la vida vencia a la muerte. Comienza a repetir la operacion con Oskari. Aigor por su parte comienza a quitar las mordazas de todos.

Sin embargo al repetir el hechizo algo raro empezo a ocurrir. La madera se afianzo alrededor de los grilletes y el minimo espacion que habia entre grillete y muñeca desaparecio aprisionando aun mas al pobre mago.

- ¡Lo siento! ... oh ... lo siento -Papagena se situa frente a Oskari- es que... tantos hechizos... tan de seguido, me han dejado muy cansada... lo siento, luego tratare de solucionarlo.

- Tiradas (5)

Motivo: Hechizo (Papagena)

Tirada: 1d10

Dificultad: 5+

Resultado: 5(+11)=16 (Exito)

Motivo: Candado

Tirada: 1d10

Dificultad: 5+

Resultado: 8(+19)=27 (Exito)

Motivo: Hechizo (Aigor)

Tirada: 1d10

Dificultad: 5+

Resultado: 7(+18)=25 (Exito)

Motivo: Hechizo (Aigor)

Tirada: 1d10

Dificultad: 5+

Resultado: 10(+17)=27 (Exito)

Motivo: Tirada de Pifia

Tirada: 1d10

Resultado: 10

Notas de juego

Alergia de la madera (Hechizo espontaneo Nivel 5 Toque/Concentracion/Individuo) Mu Her -1 Fatiga (Papagena)

La madera se aleja de todo lo que le es ajeno.

11 Herbam + 4 Muto + 3 Regio - 7 Complicaciones

Candado Magico (Hechizo formulaico Nivel 20 (25) Voz/Solar/Grupo Re Her No fatiga (Variacion de nivel por pasar Voz a Toque

11 Herbam + 4 Rego + 3 Regio + 1 Gestos vigorosos

PD: Se me olvido cambiar la dificultad, pero vamos es 20 y ha salido 27

Alergia de la madera (Hechizo espontaneo Nivel 5 Toque/Concentracion/Individuo) Mu Her -1 Fatiga (Aigor)

La madera se aleja de todo lo que le es ajeno.

11 Herbam + 4 Muto + 3 Regio 

Alergia de la madera (Hechizo espontaneo Nivel 5 Toque/Concentracion/Individuo) Mu Her -1 Fatiga (Oskari)

La madera se aleja de todo lo que le es ajeno.

11 Herbam + 4 Muto + 3 Regio - 1 Fatiga

PD: La ultima tirada es de Oskari no Aigor

Cargando editor
03/03/2014, 12:40
Barry "chispaextinta"

Cuando el inmortal se puso a lanzar un hechizo, intenté efectuar un contrahechizo rápido para evitar su efecto... sin resultado alguno.

En cualquier caso, despierto rato después para encontrarme con grilletes en las muñecas y amordazado. Gruño levemente y cierro los ojos recordando los hechizos con los que librarme de esto. Finalmente, consigo dar con algo lo suficientemente fácil como para atreverme a intentarlo: me concentro tanto como puedo y repelo los grilletes con la suficiente fuerza como para que se arranque de la madera al menos por un lado.

Me froto las muñecas mientras Papagena ya iba a fijar la puerta con un hechizo, cosa que casi seguro apenas nos daría unos segundos extra, pero era suficiente.

Me quito la mordaza y abro y cierro la boca un par de de veces, intentando quitarme ese sabor, mientras busco en mis bolsillos el artefacto que la orden me había dado. Que esté... por dios, que esté... Me digo encomendándome a la única cosa que me queda.

- Tiradas (1)

Motivo: Reflectar Metal (toque, reducido)

Tirada: 1d10

Dificultad: 3+

Resultado: 8 (Exito)

Notas de juego

Hechizo nivel 10: reducido 2 magnitudes (de cerca a toque), nivel 1.

Penalización: -15 (sin gestos, sin voz).

16: Rego 5, Terram 5, Regio 3.

Gasto 1 de Fatiga para no dividir.

Cargando editor
03/03/2014, 18:31
Remiel

¿Encadenar a magos? Pero... ¿qué sentido tenía aquello?

A no ser que las cadenas fueran mágicas, o una ilusión, tanto hubiera dado que Orestes les hubiera atado con una tela de araña... librarse de sus ataduras sería un juego de niños para cualquier mago mínimamente versado; había al menos media docena de simples conjuros que les permitirían liberarse.

¿Por qué, entonces, dejarles atados y solos? Aquello no tenía mucho sentido para Remiel.

En realidad, estar atado no le preocupaba demasiado. Esperó pacientemente a que Aigor le quitara la mordaza para, invocar un sencillo conjuro que hace que el óxido prácticamente se coma las cadenas que lo atrapan. Después trata de distinguir identificar cualquier rastro mágico que haya en la habitación.

- Tiradas (2)

Motivo: La huella del tiempo

Tirada: 1d10

Dificultad: 5+

Resultado: 6(+12)=18 (Exito)

Motivo: Detectar Magia espontaneo fatigandome

Tirada: 1d10

Dificultad: 20+

Resultado: 6(+21)=27 (Exito)

Notas de juego

El conjuro es un PeTe/10. Lo bajo a toque. 18-5 por estar atado = 13 Resultado: 6, dividiendo entre 2 para no fatigarme.

 

 

Cargando editor
04/03/2014, 11:19
Oskari Toivonen

Demasiado rápido se habían librado alguno de ellos, mientras yo seguía forcejeando sobre los grilletes. Creo que, en esta situación, están algo más preparado que yo, pero quien se iba a esperar que nos encadenaran viendo la sencillez con la que han resuelto el problema.

Al ver que Papagena se acercaba a mi posición y empezaba a recitar la misma letanía que había utilizado para liberarse, me tranquilizo, pensando en que pronto estaré libre de las ataduras. Para mi sorpresa, las ataduras se ciernen más aún sobre mis muñecas y mis tobillos, dejándome más inmóvil de lo que ya estaba. Como si no tuviera suficientes problemas ya...

Comienzo a mover las extremidades, sin el mayor resultado, apenas tenía espacio. Aprieto fuerte los puños y convoco a mi bestia interior. Con su fuerza, por no hablar del tamaño de sus músculos, estas ataduras tendrían que romperse como se arranca un puñado de hojas. Me mantengo en esta forma el tiempo justo para deshacerme de los grilletes, y vuelvo a mi forma humana por lo que pudiera pasar, aunque empiezo a plantearme si mi breve repertorio de conjuros serían de utilidad en espacios cerrados como este.

-Vaya puntería -respondo a Papagena mientras me froto las muñecas- menos mal que querías liberarme, si hubieras querido apretar más no sé que habría pasado.

- Tiradas (1)

Motivo: Vit+Dom Forma

Tirada: 1d10

Dificultad: 9+

Resultado: 7(+7)=14 (Exito)

Cargando editor
04/03/2014, 11:47
Papagena

Papagena se recuesta sobre la mesa de las viandas resoplando levemente debido al cansancio. Le mira de manera sugerente y le sonrie.

- Tranquilo, luego me castigaras con tu porra... -le espeta mordiendose un labio.

Cargando editor
04/03/2014, 12:17
Director

Cuando Papagena trata de apoyarse en la mesa se cae de culo sin remedio, atravesándola. Es una ilusión. Una ilusión muy buena, a decir verdad. Los olores que desprende son suculentos y los detalles del alimento son muy precisos. Si nadie la hubiera tocado no habríais podido verlo. Ni siquiera Remiel con su otro poder se ha dado cuenta.

Cargando editor
04/03/2014, 12:25
Director

La esfera está en tu bolsillo, justo donde la dejaste.

Cargando editor
04/03/2014, 12:35
Director

No detectas ningún signo de magia en la sala...razón por la cual te sorprende cuando Papagena hace ver que la mesa y al comida solo son ilusiones. Parece que tu conjuro no es lo suficientemente poderoso.

Cargando editor
04/03/2014, 12:29
Barry "chispaextinta"

Encuentro la esfera, aliviado, y justo después veo la escena de Papagena, sobresaltándome al verla caer a través de una mesa. No me han registrado, ni siquiera mágicamente, así que no han encontrado esto... ¿o los Maestres serían tan hábiles de haber ocultado la esfera para todos salvo para este grupo? Mierda, debería haberlo verificado de alguna forma... Ahora hay dos alternativas: es la esfera y los líderes de las Casas han hecho bien, o es una ilusión hecha por los vampiros, de tal manera que si desvelo las palabras para activar la esfera, suponiendo que no las pueden sacar de nuestra mente, atraerán con la real a los mayores magos a una trampa preparada... ¿qué hacer? En cualquiera de los casos es un riesgo considerable. 

Miro a mis compañeros levemente, inmóvil en el sitio a pesar del ostiazo de Papagena, con cara de preocupación. Mejor nosotros que la Orden. Pienso con dolor.

No creo que haya gran cosa que podamos hacer. -digo con una tranquilidad pasmosa- Esperemos a nuestros anfitriones, que remedio... -digo, y apoyo las manos en el respaldo de la silla, apretándolo con la mano para disimular el temblor.

Cargando editor
06/03/2014, 23:37
Remiel

Remiel, movido por la curiosidad, trata de presionar la mesa con su mano, a ver si también va a atravesarla.

Pese a que sabe que es una ilusión, no puede evitar sorprenderse cuando su mano cruza la mesa como si no estuviera allí.

De hecho, no está allí... - rumía Remiel con una sonrisa.

La magia presente en esta sala es considerablemente... intensa. Nuestros anfitriones sin duda esperaban que nos liberáramos y quizás que nos consideráramos a nosotros mismos invitados, más que prisioneros. Bueno, pues yo ya estoy harto de que jueguen con nosotros.

Remiel se gira hacia el resto del grupo. Hemos dado con los que robaron el libro; ha llegado la hora de actuar. 

Y si nosotros no somos suficientemente poderosos, quizás nuestros aliados sí lo sean.

Cargando editor
07/03/2014, 08:20
Excelsius

Excelsius había tratado de resistirse al hechizo, recurriendo con todas sus fuerzas a reforzar su Parma Magica, pero ésta había demostrado ser absolutamente incapaz de defenderle del poderoso hechizo de Mentem que le habían lanzado.

Debería aprender algo de Mentem. Tengo que acordarme si salimos de esta.

Al despertar hizo lo propio de alguien de su condición, tratar de frotarse los ojos para deshacerse del adormilamiento. Obviamente no lo consiguió, restringidos como estaban sus movimientos por los grilletes de las muñecas. No tardó en comprender lo que estaba pasando, aunque no recordaba cómo había llegado hasta allí.

Ah, el hechizo de Mentem... Oriol, Orfeo, Ormios... no, Orestes. Aunque en este caso le queda mejor Orfeo, la verdad.

Observó a sus compañeros, entre los que destacaba el Bjornaer forcejeando y Papagena agitando sus... miembros con vehemencia. Asistió al pequeño discurso del vampiro y asintió con pesadumbre. Cuando por fin éste se retiró comenzaron los intentos de los magos por liberarse. De nuevo Papagena tomaba la delantera y en un parpadeo ya estaba libre.

La parte positiva de que les hubieran dormido es que al menos había descansado, así que se encontraba en plenas facultades mágicas pero cuando iba a lanzar su propio hechizo liberador se lo repensó. Quien liberara a los demás gozaba de la ventaja de una boca y manos libres de restricciones... Y entonces Papagena la lió mágicamente. Nada muy sonado, pero suficiente para que Excelsius entornara los ojos, reprobador. Frustrante. Sin dudarlo, ahora que estaba libre de mordaza gracias a Aigor, exhibió su desaliento, a pesar de la amenaza potencial de que el deforme siervo de la maga le volviera a colocar la mordaza en su sitio:

-A ver, ¿sería posible que hicieras un simple hechizo de Herbam para reblandecer la madera de la silla? Me da igual tener grilletes mientras pueda mover los brazos y la madera es más fácil que el metal...

Cargando editor
07/03/2014, 19:36
Armand de Bouvines

Armand sentía que actuar contra aquellos seres que les habían capturado no tenía ningún sentido dada la diferencia de fuerzas. Quizás lo que había propuesto Remiel,  fuese lo único sensato. 

En cualquier caso,  e imitando a sus sodales, trató,  en primer lugar,  de deshacerse de sus ataduras. Para ello trató de ejecutar un sencilo hechizo de muto corpus,  localizado a sus brazos y piernas. Armand se concentró en la ejecución y unos murmullos quedos de voces empezaron a surgir de él. Sus brazos y piernas redujeron considerablemente su tamaño,  lo cual le permitió liberarse de los grilletes y a continuación sus extremidades recuperaron su tamaño natural.

 

- Tiradas (1)

Motivo: Muto Corpus

Tirada: 1d10

Dificultad: 5+

Resultado: 4(+5)=9 (Exito)

Cargando editor
08/03/2014, 11:05
Orestes

Todos de una manera u otra han conseguido liberarse salvo Excelsius, que aún permanece encadenado a la silla. Antes de que Papagena pueda hacer replica al Jerbiton, la puerta de la habitación ennegrece y se convierte en fino polvo. Detrás está Orestes, que parece satisfecho.

Bien, bien, pasad a la siguiente sala... sería muy descortés de mi parte dejaros pasar hambre-añade cuando el estomago de oskari suena ruidosamente.

Cargando editor
08/03/2014, 22:52
Remiel

Esta vez la comida será de verdad, supongo...

Remiel no entendía a qué se debía todo aquello; les encadenan esperando que se liberen, les ofrecen una comida ilusoria y ahora les dicen que no, que el festín de verdad está en la siguiente sala.

Alguien estaba jugando con ellos, y el Criamon empezaba a pensar que ya había llegado el momento de dejar el patio de recreo. Pero por ahora era mejor no mostrar sus intenciones.

¿Comida? Vamos pues, no hagamos esperar a nuestros amables anfitriones.

Remiel trató de disimular el sarcasmo de su último comentario y que le saliera un poco más natural y amable, aunque no estaba demasiado seguro de haberlo logrado.

Cargando editor
09/03/2014, 11:23
Papagena

Justo en el momento que Papagena iba a responder a Excelsius con una audaz y un tanto procaz respuesta aparece el vampiro tirando abajo su hechizo con una facilidad inusitada. Sus hombros se crispan una vez mas, pero logra controlarse. Al pasar junto a Orestes compone una mueca de asco.

- ¿Podrias liberar a mi compañero, cosa? -levanta los grilletes que cuelgan de sus muñecas- creo que ha quedado claro que podemos liberarnos solos. Agradeceria que nos dejaramos de preambulos, cosa.

Aigor por su parte coge a Papagena de los hombros y trata de apartarla suavemente. Esta lanza una ultima mirada asesina al vampiro.

Cargando editor
10/03/2014, 20:47
Oskari Toivonen

Iba a responder a Papagena sobre ese castigo con mi porra, cuando la mesa bajo sus posaderas desapareció, dándose un golpe contra el suelo. No tenía intención de castigarla de ninguna forma, pero con eso ya debería estar servida.

No hubiera probado nada de lo que había en esa mesa ilusoria, pero al ver como desaparecía me había entrado más hambre, tanto que mis tripas empezaban a impacientarse. Desventajas de ser tan grande, había que alimentarse más a menudo.

-Espero que esa comida sea de verdad y no otra ilusión como la que nos habéis dejado tan amablemente. Aún así, sigue habiendo algo que no me huele bien aquí -olisqueo el ambiente- y la peste no deja de venir de todas direcciones.

Tengo que andarme con ojo en esa supuesta comida, aunque si nos quisieran muertos, no se habrían molestado en noquearnos y traernos hasta aquí, habríamos muerto en el bosque. Tendré que fiarme de mi instinto una vez más.

Cargando editor
11/03/2014, 10:29
Barry "chispaextinta"

Cuando iba a replicar las palabras del sabelotodo Jerbiton, la puerta se hace ceniza y entra de nuevo el vampiro, que nos invita a pasar a la siguiente sala. Los compañeros comienzan a desfilar y replico a Excelsius:

Si tan fácil y sencillo es todo, supongo que tú mismo podrías haberte desatado mientras estabas amordazado. Prefiero que no lo pruebes, si no te importa. -replico, y me acerco a él empleando de nuevo el hechizo que había usado con mis propios grilletes, colocando mis manos de tal manera que introduzca al menos una mínima parte de mis dedos entre los grilletes y él, para repelerlos hacia el exterior y liberarlo.

Tras volver a utilizar el hechizo con el que había utilizado para liberarme, pero ahora vocalizando las palabras que antes sólo había pensado,  me aparto de Excelsius dejando que ya se apañe él solo.

Después salgo y aguardo junto a Orestes mientras los sodalis desfilan.

¿Cómo es ser un vampiro? -pregunto con tranquilidad.

Por supuesto la Orden no se había parado a parlamentar con seres antinaturales, era lo habitual, pero tenía cierta curiosidad. Claramente tenía cierto odio a los Herméticos, pero parecía que era principalmente como Orden más que como sujetos.

Por cierto, soy Barry, filius de Alfons, miembro de la casa Flambeau, de la Alianza Abissy Lumos. -me presento con gran tranquilidad.

- Tiradas (1)

Motivo: Reflectar metal (reducido, mientras no me salga un 10...)

Tirada: 1d10

Resultado: 2