Partida Rol por web

Pasaron varias semanas en las que Henry y Dan calcularon todo lo necesario por si tenían que emprender viaje a Desembarco del Rey. Animales, provisiones, posibles rutas dependiendo de la época del año... no dejaron nada en el aire pues no querían verse sorprendidos al final del viaje. Quizás el único tema pendiente aún era el del cuervo que Henry quería llevar pues no había encontrado momento propicio todavía.
Algunos cuervos iban y venían con noticias, ninguna de gran importancia, temas cotidianos del norte o de tierras más lejanas que podían ser de interés para el Señor. Un día Henry volvió a ser convocado y se encontró con que su padre le esperaba solo en el salón. De inmediato supo que habían llegado las noticias que habían estado esperando. Su padre tenía una nota en la mano que leía con atención.

-¡Noticias por fin! Su padre puso el rostro serio y triste. Creo que al final tendrás que ir a Desembarco del Rey, ya se que no te hacía ilusión pero supongo que no querrás disgustar a tu padre.

No pudo aguantar mucho más sin reírse pues sabía que en las últimas semanas su hijo no hacía más que pensar en otra cosa, incluso demasiado.

-Pero hay algo más. Lo dijo serio, esta vez parecía de verdad y  apartó una de las sillas cercanas con un pie alejándola de la mesa para luego indicarle a Henry que tomara asiento. No continuó hasta que su hijo se sentó a su lado. Voy a hacerte una pregunta, y quiero que seas sincero. ¿Que opinas del Rey Robert, de como están las cosas aquí en el Norte y en nuestra familia y como están en el resto del reino? ¿Y de los Targaryen y su posible vuelta? Y quiero tu opinión personal, no lo que piensas que quiero oír.

Henry entró en la sala sabiendo de antemano lo que su padre quería decirle, sentenciando así su destino.
Al entrar su padre le resumió el contenido de la carta mientras Henry permanecía impasible pues tras tanto tiempo se había hecho a la idea de lo que le esperaba.
La cara de Henry cambió su faz cuando escuchó la inesperaba pregunta de su padre.
¿A qué venía aquello? ¿Era una trampa o de verdad le importaba?.
-Pienso que el Rey Robert no es más que un gordo que gobierna para aquellos que son sus amigos, cosa que es comprensible en caso de los aliados de guerra pero no con los dueños de burdeles. Su forma de gobernar no entra dentro de lo que para mi sería bueno para aquellos que le sirven como campesinos, mercaderes o jornaleros- Hizo una pequeña pausa para beber agua- Respecto al norte..., somos como un gran gigante amaestrado, andando siempre detrás de los sureños como ciegos. Y eso no debe seguir así, somos un pueblo de buena gente, grandes tierras y buenos recursos. Si pretendemos llegar a ser reconocidos como un gran pueblo debemos pensar como un gran pueblo.
Sobre nuestra familia... Creo que es una familia sin aparente importancia en el sur pero que por muchos problemas que tengamos sabemos unirnos para conseguir algo. Y no olvides que aunque no me guste tu pensamiento no dejo de ser tu hijo y por ello tomo ejemplo de tus mejores decisiones, que no han sido pocas.
Sobre los Targaryen no tengo mucho que decir, no obstante es por eso mismo por lo que no me quejo de ellos, siendo los verdaderos herederos al trono.
Quizás no sea lo que quieres oir como tú dices pero si es lo que pienso.

A Harren no le disgustaron las palabras de su hijo, pero siguió serio tras su respuesta. Agitó la nota que tenía entre sus manos antes de comenzar a hablar.

-Esto no será gratis. No se tratará de un paseo a Desembarco del Rey para que puedas tener un romance y la posibilidad de emparentar con gente del círculo de Robert Baratheon y de paso "limpiar nuestro apellido" Lo dijo con rabia, y en realidad lo sentía. Esa no sería la manera que me gustaría a mi de limpiar nuestro apellido, porque no está sucio siquiera, pero en estos juegos hay movimientos necesarios aunque no sean agradables. El caso es que una vez en Desembarco nuestros amigos se pondrán en contacto contigo y estoy seguro que a cambio de todo esto te pedirán algo. Ni puedo imaginarme el qué, pero puede ser peligroso y yo no estaré allí para asesorarte. No hace falta que te diga que llegados a ese punto no se si estaremos más jodidos por aceptar o rechazar la oferta pero el futuro de toda la familia estará en tus manos en ese momento. ¿Lo entiendes? Harren se quedó en silencio durante un instante y siguió serio, quizás nunca lo habías visto tanto tiempo seguido así. Comprenderé si decides no ir, habrá otras oportunidades, siempre las hay, pero si nuestros supuestos aliados desconfían de nosotros todo será mucho más difícil.

Harren sabía que aquella podía ser la oportunidad definitiva para su hijo, saliera como saliera todo en el futuro si jugaba bien sus cartas podía estar emparentado con una familia influyente del reino, pero nada era fácil eso lo había aprendido a base de golpes y ahora no quería que su hijo repitiera sus fracasos por las malas decisiones. No se arrepentía, había hecho lo que consideró correcto en su momento, pero toda su familia y su apellido había pagado las consecuencias.

-No dudaré en tomar la decisión que me parezca mejor para nuestros intereses así que deja de decirme lo que tengo que hacer. No soy un niño chico y menos aún un sin-cerebro que no sepa pensar por sí mismo.- Se detuvo un segundo para echar un vistazo a la ventana- Este es el momento para demostrar que no soy un inútil, que no soy un cero a la izquierda y que tampoco soy un estúpido noble malcriado.
Henry volvió la mirada a su padre -¿Algo más que quieras decirme?

Al menos su hijo mostraba seguridad, o eso quería pensar pues los jóvenes a veces confundían la seguridad con la temeridad, pero nada se podía hacer, solo confiar que el tiempo que habían pasado juntos y su educación dieran resultado.

-Si, ven acá botarate. Harren sonreía y bromeaba con su hijo, eso era señal de que se encontraba a gusto y tranquilo. No te quieras librar tan pronto de mi. Aquí dice que habrá un gran torneo en Desembarco del Rey, nuestros amigos ya se han encargado de todo para que puedas participar en el y seas recibido como huésped en el castillo hasta que se celebre. Los documentos firmados por la mano del rey no podían enviarlos en un cuervo, así que habrá que esperar a que llegue el mensajero. En cuanto los tengamos podrás ir a Desembarco del Rey. ¿Es lo que querías no?

-Creo que he oido mal...- Henry se estiró la cara dandose la vuelta y mirando arriba sin fijarse en un punto fijo.
-¿Has dicho que voy a participar en un torneo?¿Que clase de torneo?- Henry cruzaba los dedos en su mente para que no dijera las palabras que seguramente estaría a punto de escuchar.
-¿Luchar?

-Jajajajajaja. ¿Conoces alguna otra clase? ¡Pues claro que luchar! ¿Eres un Deepburied verdad? ¿Como crees que ganamos todo lo que teníamos? ¡Luchando! Solo que la última vez estábamos del lado que perdió. ¿A que tienes miedo? ¿A unos cuantos afeminados del Sur? ¡Eres un hombre del Norte Henry! ¡Demuéstralo! Ademas no tienes porqué participar en todo, ¿habrá algo que se te de mejor no? Ciertamente Harren no había visto mucho a su hijo entrenar con los hombres, claro que podía ser que sus ocupaciones se lo habían impedido o estaba ausente, aún así acababa de domar un caballo salvaje, había un Deepburied allí dentro, eso seguro. Pues en lo que se te de mejor te apuntas. Tendrás que impresionar a esa chica de alguna manera¿verdad?

-Bueno... Bueno... Seré un Deepburied pero ni de broma soy tan loco como para presentarme a un torneo tras tanto tiempo sin entrenar, debería estar entrenando ya.-Henry reconoció que no había escapatoria, al menos el torneo no podía acabar con su vida, o al menos eso esperaba.
-A cambio te pedire un arma, una buena espada con la que pueda luchar cómodamente.

Harren sonrió satisfecho.

-Todavía queda tiempo antes de que llegue la invitación oficial, ya sabes a que dedicarlo. Y si, te conseguiré una espada. ¿No pensarías que te iba a mandar a Desembarco del Rey desarmado verdad? ¡Menudo nido de víboras! Aunque quizás sea mejor que la reserves para cuando verdaderamente no te quede otra salida. Había visto luchar a su hijo una vez y si nada había cambiado era probable que un guerrero experimentado le venciera, mejor retrasar el momento de sacar las espadas. ¿Y que tal el tiro con arco? Si no recuerdo mal tenías buena puntería, quizás podrías apuntarte en esa competición, las dianas no podrán herirte.

Se preocupaba por su bienestar, una vez en Desembarco dependería de su astucia y de todo lo que hubiera aprendido. Al menos sabía que su amigo Dan le acompañaría, no era un gran guerrero, pero le era leal y eso sería importante en un sitio lleno de extraños.

-¿Ves? Esa idea me gusta más. Sin embargo mi arco es demasiado simple para una competición contra profesionales. Si me consigues un arco mejor estaré practicando con Dan en el bosque-
Henry se despidió de su padre y se fue a buscar a Dan para ir a entrenar ya, no había tiempo que perder y sus rivales seguro que entrenaban todos los días. Por su mente no paraban de pasar unas palabras: Espero que quede mucho para el día del torneo.
-Dan, coge tu caballo y mis armas que nos vamos al bosque a practicar, no olvides llevar tus armas también.- Henry tomó a su caballo para ir sacándolo del establo donde descansaba. Ese caballo le empezaba a gustar más cada vez que le echaba una mirada, quizás su color o su fortaleza fuesen los que tanta impresión le causaban.

Harren se rió satisfecho. Definitivamente Henry había salido a su madre, como ella no hacía más que pedir y pedir, si no era una cosa era otra, pero por supuesto que le conseguiría un arco y una espada en condiciones para que nadie se riera de él en Desembarco del Rey.

-Yo me ocupo de eso, tu vete a entrenar esa puntería. Y ahora que tienes un caballo quizás podría interesarte justar, aunque sin ninguna experiencia quizás sea demasiado pronto. Céntrate en el arco de momento si.

Dejó a su hijo marchar y se asomó a la ventana. Aquello era una mierda, una miseria, quería para su hijo algo mejor en el futuro, más de lo que incluso les habían arrebatado tras la guerra. Algún día llegaría su hora.
Dan asintió ante las palabras de su amigo.

-Mi caballo y laz armaz. Ahora mismo Ser Henry. Se marchó a toda prisa y regresó algo después con dos arcos, dos carcajs y un par de dagas. Esa era el arma más común y que casi todo el mundo solía llevar encima, aunque llevaran otras armas, pero ellos no tenían nada más. Aquí tiene.

Lo encontró junto a su nuevo caballo, al que parecía haber cogido mucho cariño. Era un espléndido animal, probablemente el mejor en muchos kilómetros a la redonda.

Henry tomó sus respectivas armas y le dió una palmada de aprobación a Dan. Sin duda el joven aportaba mucho a su vida, era raro ver a uno sin el otro más de un día.
-Dan partamos al bosque, te sigo.- Henry prefería seguir a Dan, él pasa más tienpo fuera que él, se sabe mejor los senderos que tomar, los mas seguros y rápidoa. A veces tenía envidia de él.
Días después de naces su hermana (a la que hacía tiempo que no veía) Dan tuvo que acompañar a Henry a las afueras pues éste era un miedica en aquel entonces. Si pudiera compensarle en algo...

Henry y Dan pusieron rumbo al bosque, este último tratando de seguir el brioso paso del caballo de su amigo, aunque le resultaba difícil. Pararon en un pequeño claro que conocían bien de otras ocasiones y se prepararon para practicar un poco con el arco.

-Traje una diana. Dijo Dan mientras sacaba algo de las alforjas de su caballo. Podemoz colgarla en un árbol y practicar. ¿Que te parece? Y si quierez hacerlo máz interesante podemoz hacer una apuesta.

Dan colocó la diana colgada de un árbol y esperó a la respuesta de Henry, quizás lo que le apetecía no era practicar el tiro al blanco, si no intentar cazar una pieza en el bosque.

Henry sonrió ante la propuesta de su amigo. -Te escucho Dan- Esperaba una apuesta que sólo Dan pudiera ganar, sería una forma fácil para él de ganar dinero o que Henry le invitase a pasar un buen rato con las chicas del burdel.

-Pero para ponerlo interesante diré que apuesto antes de escuchar tu propuesta- Henry contrajo los brazos  apuntando hacia su torso. -Si pierdo deberé llegar a casa sólo con la ropa interior- Henry no tenía miedo de hacer ese tipo de apuestas, siempre podía decir que iba borracho o que simplemente estaba con una puta.

-Ahora dime que apuestas tú.

Dan se quedó con la boca abierta al escuchar la propuesta de Ser Henry, siempre había sido ocurrente y atrevido y nunca dejaba de sorprenderle.

-Bueno... Como quieraz. Dijo finalmente. Yo iba a proponer que hagamoz trez rondaz de disparoz a la diana, el que se acerque máz vecez al centro en laz trez rondaz ganará, aunque sabez que ere mejor arquero que yo. Yo no pienso llegar desnudo a casa, bastante se rien de mí ya por como hablo. Si aceptaz yo te pagaré una ronda en la primera taberna que encontremoz de Camino a Desembarco del Rey y otra cuando lleguemoz. Dan le tendió la mano en señal de compromiso. ¿Trato hecho?

-Me gustaba mas la otra ide...- Henry se llevó la mano a la barbilla pensativo. No había mucho que pensar.
-Acepto, pero cambiemos la apuesta, puesto que soy mejor que tu yo tendré que acertar una mas, ¿Trato hecho?-
Henry alargó su mano para estrecharla en señal de cierre de apuesta. Siempre había que cerrarla, luego no se podría decir que no fue válida.
-Por cierto, a partir de ahora hay que tomarse estas cosas mas enserio.

Dan estrechó la mano de su amigo mientras asentía con la cabeza en señal de aceptación.

-Tienez razón. Noz lo tomaremoz muy en serio. Dan no pudo evitar reirse. Al menos hasta que pierdaz y tengaz que volver en ropa interior. Seguro que Marisa la hija del pastor disfruta mucho de la vista. Pero no perdamoz el tiempo. Disparo primero.

Dan no se lo pensó dos veces y puso una flecha en su arco mientras apuntaba cuidadosamente hacia la diana. Allí las apuestas se tomaban muy en serio y nadie quería perder nunca. Cogió aire despacio y contuvo la respiración por un instante, luego dejó salir la fecha disparada.

Henry, con una sonrisa en la cara tomó su arco y se dispuso a disparar. Colocó la flecha, la aseguró bien al arco y apuntó a la diana manteniendo su respiración. Las flechas fuero lanzadas unas tras otras sin que Henry moviense siquiera un músculo facial, no quería que la hija del pastor le persiguiese en sueños tras la traumática experiencia que podía tener si perdía.
-Veamos quien ha sido el más certero Dan, buena suerte.
Henry se acercó a la diana para ver quién se había acercado más al centro, esperaba que fuera él, sino Marisa estaría encantada de que hubiese perdido.

No hubo sorpresas, salvo en la primera ronda en la que los disparos estuvieron muy parejos, en el resto Henry estuvo más cerca del centro de la diana.

-Me haz ganado. Aceptó Dan rindiendose a la evidencia. Laz primeraz y laz últimaz rondaz cuando emprendamoz viaje irán de mi cuenta. Y ¿Se puede saber porqué te estáz tomando tan en serio esto del arco? Hacía tiempo que no lo cogíaz, aunque siguez conservando tu buena puntería. ¿Quierez seguir practicando?

Henry tomó las flechas de la diana guardandolas en su carcaj mientras escuchaba la pregunta de su amigo y volvía a la posición de tiro.
-Mi padre, me ha apuntado a un torneo y supongo que lucharé con aquello que mejlr se me da, es decir, la arquería y el ron en la sangre- Henry echó una pequeña carcajada antes de porponerle a Dan:
-Oye Dan, no se muy bien en que eres bueno pero podrías apuntarte, supondría para mi una gran alegría verte luchando en Desembarco del Rey, eso si, no te dejes en ridículo delante de todos.-Henry desconocía la posibilidad de que Dan pudiera o no entrar en aquel torneo sólo por diversión o quizas por algo de honor para su persona y su señor; pero al menos habría que intentarlo.