Partida Rol por web

-¡Un torneo! Exclamó Dan entre sorprendido y admirado. ¡Menuda suerte! Estoy seguro que lo hará muy bien Ser Henry, ez usted uno de loz mejorez tiradorez de arco que conozco. Siempre y cuando no lleve demasiado ron encima jajajaja.

Le gustaba pasar el tiempo con Ser Henry, siempre se lo pasaba muy bien con las ocurrencias de su amigo. Dan se quedó pensativo ante la pregunta y tras unos instantes se encogió de hombros.

-Supongo que no destaco en nada, me defiendo máz o menoz con la espada y el arco, pero como cualquier otra persona. Aunque no me importaría intentarlo Ser Henry. ¿Cree usted que me podré apuntar? Lo dijo ilusionado, aunque no tenía muy claro que alguien como él estuviera a la altura. Si no... puedo hacer de su escudero, lo que haga falta por acompañarlo.

-Dan, todo lo referente al torneo debe estar en algún escrito.- Henry pensó en las posibles condiciones que podrían limitar los participantes o quizás no fuese conveniente entrar con un conocido en el torneo, si luchasen juntos los demás podrían tacharles de tramposos.
Además, el habla de Dan podría hacer reir al estúpido Rey Robert, aquel gordo inútil sólo veía los fallos en los que no le lamían el trasero.
-Es una buena idea lo de ser mi escudero, pero más que nada por las lenguas afiladas que podrían acudir al torneo, de todas formas me gustaría que te especializaras en algo, destacar en tu arma preferida, en mi opinión, creo que serías bueno con una espada y un buen escudo, quizás los cuchillos arrojadizos podrían compensar tu debilidad a distancia si carecieses de un arco.- Henry comenzó a barajar posibilidades mientras seguía practicando con el arco, pues lo principal de aquel día era el entrenamiento.

-Tiene usted razón, debe estar puesto en alguna parte., supongo que cuando se acerque el momento podamoz mirarlo. Puede ser muy divertido. Aunque ayudarle en el torneo también lo sería, seguro que hay demasiado nivel para mi, a los torneoz de la capital siempre van los mejorez caballeroz, incluso desde muy lejoz. Dan asitió con la cabeza. Si, me gusta luchar con espada y escudo, lo de los cuchilloz arrojadizoz no tanto, la puntería no es mi fuerte, la daga para la carne o para defenderme en alguna emergencia.

Se pasaron la tarde practicando distintos ejercicios de tiro con arco, incluso se adentraron algo en el bosque para intentar encontrar algún blanco en movimiento. Henry consiguió abatir un conejo, no era gran cosa pero había sido un tiro difícil. Cuando comenzó a oscurecer decidieron volver.
Así pasaron varias semanas hasta que por fin llegaron las invitaciones oficiales para asistir al torneo, era hora de ultimar los últimos preparativos y de ponerse finalmente en camino.

Tras tener todo listo y haberse preparado lo mejor posible para el viaje y el torneo que iba a tener lugar en Desembarco del Rey, Henry y Dan se dispusieron a partir.
Casi todo el mundo de la casa estaba reunido allí para la despedida pues era un momento importante para todos, ambos irían en representación de aquel lugar y esperaban mucho de los jóvenes.
Aunque era Harren el que más esperaba pues sabía lo que su hijo y su familia se jugarían en Desembarco. Las últimas semanas había estado lo más afable posible con Henry e intentado aconsejarle lo máximo posible, aunque sabía que su hijo era inteligente y sabría desenvolverse bien, o al menos eso esperaba. Se acercó al caballo de Henry y le entregó los documentos oficiales con los que serían recibidos por el Rey y hospedados en la Fortaleza Roja, una vez allí seguramente alguno de sus amigos se pondría en contacto con él.

-Aquí tienes. Todos esperamos mucho de ti. ¿VERDAD MUCHACHOS?. Harren se volvió hacia el grupo allí reunido y los asentimientos y expresiones de conformidad fueron unánimes, todos parecían ilusionados con aquella oportunidad. Haz que los Deepburied vuelvan al lugar que les corresponde hijo. Y tu... dijo volviéndose hacia Dan. Apoyalo en todo, no habrá muchos norteños auténticos allí abajo.

La expresión de norteños auténticos hizo desplegar otra tanda de vítores y gritos. Llegaba el momento de la partida y todos esperaban unas últimas palabras de los muchachos antes de irse.

Henry esbozó una sonrisa, sin saber él mismo si era de alegría o simplemente fingía ante los demás. Esperaba que fuera lo primero, pero sus sentimientos nunca se aclararon para él ni para nadie.
-No me gustaría deja a los Deepburied con el honor por los suelos, y todo aquello que esté en mis manos y las de Dan haremos para demostrar el valor y la fuerza del Norte.
Dan y Henry se giraron sin despedirse aun, mjrando al frente esperandoa aquel futuro que se acercaba a un paso de gigante.
-Volveremos con la sangre de aquellos sureños del torneo, adios- Aquellas palabras no le convencieron pero eso no importba, era el significado oculto.

La promesa del regreso triunfal desató los ánimos y los vítores que acompañaron a Henry y a Dan hasta que se alejaron poco a poco. Ahora estaban ellos dos solos y todo el Camino Real hasta Desembarco del Rey se abría a sus pies, serían largas jornadas de cabalgar hasta su destino.
 

El viaje parecía seguir su curso natural y ambos jóvenes mantenían un buen ritmo. El tiempo buen tiempo ayudaba a poder aprovechar mejor las jornadas y hasta el momento no habían tenido ningún percance. Por los cálculos que habían hecho debían estar a medio camino entre Invernalia y Foso Cailin. El paisaje comenzaba a cambiar poco a poco.

-Dentro de poco llegaremoz a los pantanoz. Dijo Dan haciendo gala de lo poco que había aprendido sobre la geografía del norte. ¿Ha escuchado laz historiaz que cuentan sobre sus habitantez? Preferiría no abandonar el Camino Real Ser Henry, no me gustaría que esoz tipoz noz comieran vivoz o algo peor.

Dan no sabía que podía ser peor a que a uno lo comieran vivo, pero con la de historias que se contaban de los lacustres que habitaban los pantanos era mejor no comprobarlo.

Aquel camino junto a Dan supuso para Henry un buen descanso y liberación de su vida rutinaria en casa. La tranquilidad del camino le dejaban pensar libremente sin ser interrumpido, aunque Dan de vez en cuando soltaba algun comentario.
Esta vez se sorprendió al escuchar a Dan hablar sobre comerse a la gente.
-¿De qué hablas Dan?¿Quién come humanos? Por estas zonas nunca has estado, o eso parece. Además, no tengo pensado alejarme mucho del Camino Real si me es posible.
Con ello intentó tranquilizar a Dan golpeando su espalda con la palma de la mano t adelantandose un poco.

Dan miró extrañado a Ser Henry. Era imposible que no supiera de lo que hablaba, aunque a veces se enfrascaba tanto en la lectura que suponía que no podía recordarlo todo.

-A la zona de los pantanoz Ser Henry, donde se encuentra Foso Cailin. Por eso es tan importante, nadie quiere pasar por esoz pantanoz y perderse, sería un suicidio si no erez amigo de los lacustrez, los hombrez que viven allí. También loz llaman los "come ranaz". Aunque pudiéramoz recortar mucho terreno yo también prefiero seguir por el Camino Real, no me gustan nada laz historiaz que cuentan de ese sitio.

Dan no podía evitar cierto miedo al hablar de los pantanos, había crecido escuchando las historias de los guerreros sobre aquel espantoso lugar y sus habitantes. Probablemente eran historias falsas o exageradas que la gente contaba para amenizar las noches frías alrededor de una hoguera pero que se habían introducido casi como una verdad entre el populacho.

-Pero hay un problema Dan, a mi caballo no le gusta el camino real, pretende conocer algo mas de esos come ranas, y yo no le dejaría solo ante esos extraños. Supongo que un hombre valiente como Dan nunca se echaría atrás sin haber llegado a la primera parada ¿No?
Henry continuó sobre su caballo camino a aquellos pantanos, con muchas dudas que le rondaban la cabeza bloqueandola, impidiendo que se centrase al cien por cien en el camino a seguir.

Dan detuvo su caballo perplejo pues no podía ni quería creer que Ser Henry fuera a intentar acortar por los pantanos.

-Ez una broma ¿Verdad? Preguntó indeciso.

Sí, eso tenía que ser. Ser Henry le estaba tomando el pelo y tan solo quería reírse un poco de él y de sus miedos. Si tenían que ir por los pantanos le seguiría, aunque ninguno de los dos saliera nunca más de allí.

-Por supuesto que hablo en serio, quiero conocer todo lo que pueda en estos caminos, nunca esta mal conocer algo aunque te cuestr la vida. Nada me ata realmente a casa ni a nada que se le parezca. Quizás tú prefieras ir por el Camino Real, por ello te lo permito- Henry se adentró poco a poco en los bordes exteriores de los pantanos movido por su curiosidad.
Esperaba que aquello que decía Dan no fuera cierto, antes de morir le debía una comida, y la conbraría.

Dan se encogió de hombros por aquella decisión tan disparatada, pero aún era optimista pues podría intentar convencer a su amigo de no cometer tal locura hasta que llegaran.

-Supongo que al menoz podráz pensarlo hasta que lleguemoz a Foso Cailin. Pero no creo que sea sensato dejar el Camino Real. La ruta que va desde Foso Cailin hasta Loz Gemeloz ez la única segura para cruzarloz. No hace falta cruzarse con loz lacustrez para morir allí. Podríamoz perdenoz, caer en un pozo, o ser atacadoz por alguna criatura inimaginable.

Desde luego era muy peligroso y no tenían ninguna garantía de salir vivos de aquella, o de hacerlo quizás no estuvieran en las condiciones necesarias para continuar el viaje o perderían demasiado tiempo y no llegarían al torneo, aunque ahora aquello no le importaba mucho con tal de salir vivo si finalmente Henry se decidía a entrar.

Henry empezó a dudar un poco sobre lo que verdaderamente podía suponer dejar la seguridad del Camino Real para adentrarse en los pantanos, pero su curiosidad le sobrepasaba, como si su sensatez fuere un hielo que se derrite con el calor del hambre de conocimiento.
-Dan, por muy peligrosos que sean no atacarían a nadie que tenga buenas intenciones, así que lo mejor sería ir a un paso tranquilo y no dejar nuestras armas a la vista, quizás bajo algun manto o algo.
Henry tomó. Dan del brazo y lo lanzó a los pntanos para que fuera por delante, teniendo cuidado de no caerlo ni de hacerle ningún daño.

Ambos amigos siguieron el camino, aún les restaban varias jornadas para llegar al Cuello y a la seguridad de las torres de Foso Cailin. Después de eso se encontrarían las tierras pantanosas hasta los Gemelos.
Dan estaba cada vez más seguro que llegado el momento Ser Henry abandonaría el Camino Real e intentaría cruzar por los pantanos sin hacer caso de sus advertencias y todas las historias que rondaban entre la gente. Iría con él, por supuesto, aunque no le hacía ninguna gracia.

Dan se levantó y comenzó a recoger el campamento improvisado que habían montado cerca del camino para pasar la noche. Todavía les quedaban algunas jornadas para llegar a Foso Cailin y había decidido no volver a hablar de los pantanos, los come ranas ni nada que tuviera que ver con aquel asunto, quizás a Ser Henry se le pasaran las ganas cuando llegaran allí.

Su amigo se estaba aseando en un río cercano, aprovechando también para nadar un poco y ejercitarse mientras Dan lo observaba desde la orilla, no le gustaba demasiado el agua pues no sabía nadar. Ser Henry aprovechaba una pequeña poza donde el agua estaba más tranquila, aunque en el fondo había una pequeña cascada que hacía espumear el agua al caer. Se acercó nadando hacia allí y se puso de pie debajo del chorro de agua dejando que le cubriera por completo y de repente simplemente desapareció. Dan abrió la boca sorprendido y comenzó a correr por la orilla en dirección a la cascada.

-¡SER HENRY! ¡SER HENRY! No veía a su amigo por ninguna parte, quizás había resbalado y se estaba hundiendo. Sin pensarlo dos veces se metió en el agua y paró cuando sus rodillas estuvieron cubiertas. ¡SER HENRY! ¿ESTÁ AHÍ?

Herny sintió el torrente de agua caerle encima y se sintió de maravilla. Sacudió la cabeza para que el agua le masajeara y entonces notó que la roca que había detrás tenía una pequeña abertura, lo suficientemente grande para que una persona pasara. Dio un paso hacia atrás y se quedó atechado del torrente de agua y oculto tras la cortina de la cascada. Miró hacia la abertura y le pareció ver algo de claridad muy lejos, aunque no estaba seguro de si era un efecto óptico. Al otro lado de la cascada Dan gritaba desesperado buscando a su amigo.

A Henry le estaba sentado genial eso de bañarse y estirar un poco las piernas y los brazos. El agua era agradable y el relajante masaje del torrente sobre él le dejaba pensar con claridad.
Cuando Hery se percató de la apertura no dudó en echar un pequeño vistazo, pero pronto asomó la cabeza por el otro lado para que Dan le siguiera, y a ser posible con algo de ropa.
-Dan, traeme algo de ropa y mi arma creo que he encontrado una entrada en la roca, vayamos dentro.
Henry entró en la cueva y comenzó a echar un vistazo en sus paredes, el suelo y todo aquello que mereciera la pena para pararse a investigar.
¿Podría ser un refugio o simplemente una grieta desconocida y misteriosa?
Los pensamientos de Henry empezaban a brotar mientras esperaba a Dan para ponerse la ropa. No era muy comodo ir desnudo para investigar una cueva.