Partida Rol por web

Vientos de invierno

Jolan

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03/06/2016, 00:26
HACEDORA

Desembarco del Rey te acaba de dar una lección muy valiosa, y es que el peligro y la muerte no sólo se encuentra en un campo de batalla. Tu incursión en la capital de Poniente casi acaba en catástrofe, pero mirándolo por el lado positivo no habéis sido atracados en ninguno de los trayectos; y es que las calles de Lecho de Pulgas parecen haber sido diseñadas, como poco, para tal menester. Por suerte unos sólidos muros son mejor diseño para relajarse y notar de inmediato cómo cambia el ánimo.

- ¡Vamos! ¡¿No veis que necesita ayuda?! -Un acuclillado Marton junto a ti increpa a los guardias-. No sabía que estabais tan agotado -Mantiene un tono confidencial y casi culpable que no duda en apretar tu hombro-, pero no hubiera dudado en darle una patada a ese bastardo para ayudaros. No desfallezcáis, ser, pronto os atenderá Maestre Pycelle -No parece muy convencido sobre el Maestre, pero no debe ser malo cuando sirve directamente al Rey, ¿no?-. Me aseguraré personalmente de escoltar a vuestra hija, si a lord Bryce no le importa acompañaros hasta Maestre Pycelle. Este castillo es más grande de lo que parece y en cuanto te despistas cruzas un pasillo y apareces en la otra punta, y me ha costado comprender el esquema de la fortaleza.

Una ligera sonrisa parece demostrar que está orgulloso de conocer algunos atajos en la fortaleza, pero lo delata una mirada entre súplica dirigida a Bryce. Parece que no le hace mucha gracia estar cerca de los dominios de Pycelle.

- Ve, me encargaré de que sean atendidos -Un cruce de miradas te revela que no sabe sobre la reticencia del Arryn por estar cerca de Pycelle, pero por lo demás sigue comprometido con la causa.

Sin dilación te ayudan a llegar al estudio donde el Gran Maestre trata a los afectados, en este caso una sala adjunta al laboratorio donde prepara sus pócimas y diversos mejunjes. Mientras esperas su llegada el propio Bryce te echa una mano para desprenderte del ropaje, y por su semblante el aspecto de tus heridas debe ser proporcional al dolor que sientes. Pronto llega el Gran Maestre acompañado por un guardia.
 


 

- Ponedlo sobre la mesa -Indica con un endeble movimiento de mano, y es que el hombre hace mucho que dejó atrás su fortaleza-. Veamos esas heridas, ser...

Deja tu nombre en el aire alejando la preocupación por no recordarlo para centrarse en el daño que esperas su sabiduría pueda curar. Sus manos frías y arrugadas se posan cerca de las heridas mientras entrecierra los ojos para observarlas, gesticulando lo que podrían ser malas noticias. En cuanto llega un joven desgarbado con un cubo le manda a limpiar tus heridas con paños limpios y agua caliente mientras él rebusca en una estantería repleta de frascos de diversos tamaños, formas y coloridos contenidos.

- Podría rebajar la dosis normal de la "leche de la amapola", pero con el "vino del sueño" será suficiente -Comienza a explicar con dos frascos en la mano, descartando uno blanquecino y quedándose con otro de color rojo muy oscuro. De camino recoge otro con un líquido rojo pero mucho más claro-. Chico, la aguja e hilo.

Cuando el joven que acaba de lavar tus heridas se retira para cumplir el mandado Pycelle toma su lugar.

- Primero un poco de "vino del sueño". Te ayudará -Acerca el frasco con lo que parece la dosis justa esperando que lo tomes. Sabes de los efectos analgésicos y somníferos de la medicina, pero lo segundo tarda en suceder. Lo habitual es proceder a cerrar las heridas en cuanto sientas que tu cuerpo y mente se relajan o medio adormecen.

- Y ahora vamos con lo importante -Recoge el frasco ofrecido y te enseña el más claro- Vas a sentir quemazón, pero ayudará a desinfectar -Y así resulta cuando va vertiendo de a poco-. Una dosis rebajada de "leche de fuego", si es que no quieres que queme tus heridas. No veo necesario una dosis completa, bastará con coserte y aplicarte un cataplasma después.

El chico regresa con los utensilios que pronto usará sobre un pulcro paño.

- ¿Padre?

Tan centrados que estáis ninguno ha notado la llegada de Alessa y Marton, y como es lógico tu hija tiene todo el aspecto de temer por tu vida. Pero se mantiene en el umbral esperando que alargues tu mano o indiques que se acerque, cualquier cosa con tal de saber que estás razonablemente bien.

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04/06/2016, 13:28
Ser Jolan Allenbrooke

Parezco un mero espectador de los acontecimientos cuando las fuertes manos de mis compañeros me ayudan a llegar hasta el estudio del maestre Pycelle. Más que dolor, lo que ahora siento es un profundo cansancio y un fuerte mareo, insistente, que no me abandona a pesar de que el tiempo transcurra. Juntos me tienden sobre la mesa del maestre, que empieza a examinar inmediatamente mis heridas.

No, por favor —murmuro asertivamente cuando Pycelle me ofrece vino del sueño. Este, al igual que la leche de la amapola, siempre me ha parecido un recurso paliativo para los que están malheridos o al borde de la muerte. Además, perder el conocimiento me provoca terror, porque uno nunca sabe cuándo volverá a recuperarlo… si es que lo hace—. Quiero sentir cada pinchazo, cada puntada.

A continuación, dejo que mis heridas sean lavadas y tratadas con diversos preparados destinados a la desinfección de las mismas. Intento mantener los ojos abiertos, apretando los dientes al sentir la quemazón producida por la leche de fuego, pero resisto. No obstante, ni siquiera oigo la voz de mi hija, Alessa, cuando llega al estudio. Solo reparo en ella un poco después, cuando el dolor me hace girar el rostro en su dirección. Trato de sonreír cuando veo la preocupación en su cara.

No te preocupes, hija. Todo ha ido bien. No es nada a lo que no esté acostumbrado… —mascullo entre dientes, manteniendo la tensa sonrisa—. Solo es como coser un guante. Y además —añado con gravedad y un brillo de esperanza en los ojos—, ha merecido la pena. Estamos a punto de conseguirlo.

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08/06/2016, 23:26
HACEDORA

Durante unos segundos Pycelle duda sobre tu petición, pero "allá tú si quieres sentir cada puntada, muchacho". Sin embargo ni una palabra sale de su boca y en cuanto su ayudante enhebra la aguja te vuelves muy consciente de todas y cada una de las puntadas que unen tu carne. Se vuelve a verter "leche de fuego" de a poco sobre las heridas antes de comenzar a envolverlas con largas tiras de lino.

Alessa responde con un sencillo asentimiento de cabeza y mira con más calma a los presentes. Sabe que has hablado con Bryce, y Marton que está bajo la sombra de Navid; pero el resto son simplemente desconocidos. Guardias, Maestre y ayudante son muy ajenos al motivo por el cuál estás tumbado sobre esa mesa. Ella lo sabe y por eso su mutismo.

- Un día, o dos tal vez. Esas heridas necesitan reposo, ser; además de cuidados -Aclara-. Por las viejas heridas deduzco que no es la primera vez que has tenido que colgar la espada en pos del descanso, ser. Las heridas se abrirán si no se cuida, ser.

Pronto eres llevado a tus aposentos ya que no corres un riesgo grave, no si las heridas se mantienen limpias y evitas que se abran. Hasta el último momento tus compinches te acompañan, pero al final se retiran para dejarte en la intimidad con tu hija y Navid. 

- Padre, esas heridas se veían muy mal. Marton repitió una y otra vez que no eran heridas mortales, y sé que eres tan fuerte como un oso -Sonrió tristemente-. Cuando te referiste a que "estamos cerca"... -Por un momento parece que le han cortado la lengua-. Tan cerca que puedes morir.

Su cara refleja la preocupación y angustia por ti, y ni siquiera un firme apretón en su hombro por parte de Navid es suficiente para relajarse. Ahora comprendes que tu seguridad está a la par que la necesidad de hacer justicia.

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08/06/2016, 23:27
HACEDORA

Notas de juego

No hay mucho más para este día. Puedes ordenar algún encargo, pero recuerda que es muy tarde y estás en la fortaleza. 

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09/06/2016, 00:00
Ser Jolan Allenbrooke

Notas de juego

Pues no. No tengo la intención de forzar la máquina, tampoco, que me la estoy jugando mucho. Básicamente digo que cuiden de Corlin para que se recupere pronto, y me paso el resto de la noche descansando y hablando con Alessa y Navid, contándoles mis averiguaciones, con quién me he encontrado y demás. Y mañana será otro día :).

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13/06/2016, 00:34
Alessa Allenbrooke

Mientras Navid se mantiene en pie, cerca de la puerta en una habitación no tan grande como cabía esperar, tu hija toma asiento a tu lado. Cuentas con el máximo detalle tu primera experiencia en las calles de la capital, dejando de lado los aspectos menos puritanos. Nadie necesita saber el acoso y derribo que casi sufres por una prostituta muy persistente.

- ¿Has visto a ese infame? Pero... No comprendo. Si se hubiera quedado podrían haberte matado -Un vistazo a tus vendajes termina en silencio lo que piensa: ¿qué es tan importante como para no arriesgarse a caer bajo tu acero? O al menos evitar el enfrentamiento. Mirando a Navid busca su implicación obteniendo un asentimiento. Sin duda la cuestión es acertada, una que te has preguntado desde que hallaste el cuerpo de Ionar.

- Hay que sacarle como sea la información a ese bastardo de Corlin -dice Navid-. No sé qué planea, pero cada vez que sabemos  algo de él su prioridad es mantenerse alejado del enfrentamiento -Mientras se rasca la barba pensativo intentas analizar la situación, pero no es fácil con el dolor persistente. Tal vez una dosis rebajada del "vino del sueño" no hubiera sido mala idea, pero eres un hombre demasiado temeroso de fallar en la empresa que te has autoimpuesto-. Tal vez pensó que no estabas solo. Quién sabe lo que pasa en la mente de esa rata.

No hay mucho más que añadir excepto las muestras de cariño de Alessa. Ambos sois el pilar del otro, ahora más que nunca, por lo que se te hace imposible que abandone tu alcoba. Sin duda es igual de terca que tú, cualidad que en un futuro le será útil para evitar que cualquier pretendiente la utilice a su antojo. Si por ti fuera seguiría siendo tu niña para siempre, pero también reconoces que debe seguir el curso natural de la vida, nietos incluidos.

A la mañana siguiente, temprano, la propia Alessa entra con una bandeja de desayuno despertándote. Pan de centeno con mantequilla y dos variedades de mermelada; huevos revuelto con cebollinos y tocino; jugo de frutos rojos y vino por si te sientes animado es lo excogido para darte las fuerzas que necesitas.

- Buenos días, padre. Vas a comer primero y luego traeré al ayudante de Maestre Pycelle para que cambie los vendajes. Por lo visto tenía una reunión con la Mano -añade un tanto molesta. Al parecer el ayudante no es lo suficientemente bueno como para que atiendan a su padre, lo cuál te dice lo mucho que se preocupa por ti.

Navid te ayuda con sumo cuidado a incorporarte apoyándote en unas almohadas para luego ser mimado por Alessa. Casi pareces manco cuando te acerca cada bocado o sorbo, pero estáis en familia e intuyes que cuidarte puede ser su forma de aportar algo. Alessa no es la típica noble, tus clases de combate así lo demostrarían.

- En la cena lady Odessa tuvo la gentileza de invitarme a pasar parte de la mañana en los jardines. Es una joven de aspecto débil, enfermiza, pero una de las pocas que no me parece frívola. Creo que con más tiempo podría llegar a ser una buena amiga, aunque se aisla bastante.

No percibes negación por parte de Navid, y si tiene la mitad de nobleza que su hermano no debe ser mala influencia, pero nadie debería fiarse de una regla rota por las inumerables traiciones entre familiares en el pasado, presente e indublemente en el futuro. Y hablando de hermanos...

- Lord Bryce pregunta si estás en condiciones para tratar con esa rata de Corlin, pero cree que ya no es un asunto tan privado teniendo un prisionero en la fortaleza -Parece que Navid tiene ganas de romper huesos y dejar ciertas normas a un lado. Ese seria también tu caso-. Ahora mismo está en una reunión con "la Mano", pero dijo que ya tenía programada esa reunión. Creo que espera hablar de lo que está sucediendo.

 

 

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14/06/2016, 00:34
Ser Jolan Allenbrooke

Agradezco poder descansar al fin un poco, y no rehúyo de las atenciones de mi hija. Ambos hemos sido nuestro mutuo consuelo no ya solo desde la muerte de Ionar, sino dese mucho antes, cuando mi esposa y mi hijo varón, su hermano, nos fueron arrebatados. Cualquiera que me viera abrazarla como lo hago pensaría que soy un hombre débil, y ese sería un gran error, pues es de ella de quien extraigo la mayor parte de mi fortaleza, con el permiso de los Siete. Alessa es un ser de luz en esta tierra cruel y malvada, y por ello la protegeré hasta mi último aliento.

Sus preocupadas preguntas son comprensibles, y su razonamiento no anda del todo desencaminado, pero decido restar importancia a lo fortuito de mi supervivencia e insisto en que simplemente deberíamos dar las gracias a los Siete por la oportunidad que nos han dado: tenemos en nuestro poder a uno de los esbirros de Hollister, y que me aspen si no consigo sacarle hasta la última gota de información que posee.

A la mañana siguiente, durante el delicioso desayuno, Alessa me informa de que el ayudante del maestre va a venir a atenderme. Parece molesta por ello, pero yo le respondo que cualquiera con el bastante tino como para remendarme el cuerpo será suficiente. No hay que molestar al maestre si tiene una reunión importante.

Sonrío al saber que mi hija ha hecho una amiga, lady Odessa Caron. Espero que pasar tiempo junto a una dama la haga olvidar, aunque sea momentáneamente, el doloroso e injurioso asunto que nos trae aquí.

Pero Navid no parece haberlo olvidado. Me dice que lord Bryce está a la espera de que decida interrogar a Corlin, y Navid mismo parece casi tan impaciente como yo.

En cuanto el aprendiz del maestre me dé el visto bueno, iremos a visitar a ese saco de estiércol. Pero Navid… —Lo miro soslayadamente, enarcando una ceja, y le doy una palmada amistosa en el hombro—. Necesito que te controles. Yo dirigiré el interrogatorio, ¿de acuerdo? Ya sabes que un hombre no puede hablar muy bien si tiene la mandíbula partida.

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24/06/2016, 00:00
HACEDORA

Navid gesticula ante tu petición, pues ganas no le falta de romperle cada hueso de su cuerpo (y a ti tampoco); pero si algo ha caracterizado vuestra amistad ha sido comprender que todo lo que hacéis entre vosotros siempre es por el bien del otro, y de ambos. La lealtad de Navid es incuestionable, y ahora la promesa muda de que no le partirá la cara a modo de saludo queda plasmada en esa mueca.

La mañana transcurre tranquila. El joven ayudante del Maestre se ocupa de tus heridas volviendo a limpiarlas y cambiando las vendas bajo la atenta mirada de Sigmund, que se encarga ahora de tu cuidado y protección durante la mañana. Mientras, Navid prosigue como guarda de Alessa hasta que se aclare todo el asunto del interrogatorio, lo que sucederá en cuanto te encuentres lo suficientemente bien como para al menos mantenerte en pie.

- ¿Quiere agua, ser? ¿Vino? -No sabes cuántas veces ha repetido la pregunta Sigmund durante la mañana-. ¿Algo ligero para comer?

Es indudable que el joven se esfuerza por servirte, o más bien demostrar que es digno de la tarea que el arisco Navid le encomendó. ¡El mismísimo Navid! El chico debe estar estupefacto por ser siquiera considerado, aunque no se ha librado del gesto habitual que suele dedicarle. Tal vez su buena actuación en el Norte haya tenido algo que ver.

- Despacio, ser, despacio... -Sirviéndote del muchacho como apoyo intentas comprobar si estás en condiciones. Necesitas un poco de ayuda para levantarte de la cama y evitar que las heridas se abran, aunque con la ayuda caminar no te es tan complicado. Sin duda has sufrido más de lo que esperabas, y aunque no ha sido por la recompensa esperada tampoco has salido con las manos vacías.

Almuerzas con tu hija otra vez en la estancia, junto a Navid. Sigmund es despedido de momento, aprovechando para almorzar con los demás. Alessa te cuenta por arriba el encuentro con lady Odessa, nada más allá de un momento de jóvenes poco banales, y es que te sientes afortunado de que tu hija tenga la fortaleza norteña y nada de la actitud superflua del Sur. O ese es el tópico.

Es en la tarde, tras varios intentos para andar por tu cuenta, cuando lord Caron llama a tu puerta.

- Gusto ver que estáis mejor de lo que esperaba, ser Jolan. Anoche realmente me preocupó vuestra salud -Sigmund rápidamente coloca una silla para que se siente junto a la cama y sale de la habitación-. Hace tiempo que no veo heridas de batalla, pero aún recuerdo lo traicioneras que pueden ser -Dedica unos instantes para evaluarte antes de proseguir-. Lord Arryn, la Mano, quería estar presente en el interrogatorio pero cambió de idea en cuanto llegó Stannis Baratheon. Parece ser que tienen asuntos más importantes...

Lo cierto es que te alegras de que así sea, sobretodo porque podrás hacer a tu mano el interrogatorio. Decirle que no a la Mano del Rey es algo imprudente, pero no llegas al caso.

- ¿Estáis en condiciones, ser Jolan? -Y la respuesta es sí, aunque con ciertas condiciones. Con algo de apoyo puedes moverte sin hacer esfuerzos, y sabes que en breve caminarás tranquilamente. No es tanto la incapacidad como el evitar que las heridas se abran y/o infecten-. Estupendo -Sonríe cuando respondes afirmativamente-. Avisaré a Marton y os esperaremos -Poco más había que añadir. Bryce sale y Sigmund pronto te echa una mano, facilitándote el aseo y la ropa para acudir a una cita importante.

 

 

Las mazmorras de la Fortaleza Roja cumplen el requisito previsto: lúgubres, frías, húmedas y sin duda lo que promete una estancia poco confortable. Es aquí, en el subsuelo, donde vienen a parar los menos afortunados. Los prisioneros importantes son tratados mejor debido a su valía, son una moneda de cambio que hay que cuidar. Pero aquí el cambio se traduce a pasar de desdichado a muerto.

Con ayuda llegas a la celda donde han ubicado a Corlin junto a Bryce y Marton, ambos con la confianza por semblante. Rápidamente se levanta del suelo tu prisionero que se mantiene encadenado a la pared, y en apariencia no parecer haber recibido golpes extras.

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24/06/2016, 00:03
HACEDORA

Notas de juego

Dos cositas antes de proseguir: primero que lamento el retraso. Afortunadamente acabo de liquidar un problema que me mantenía demasiado alejada de todo y todos, así que cruzo los dedos para que ambos podamos continuar favorablemente.

Lo otro es saber qué haces con Navid, porque en principio está protegiendo a Alessa. ¿Te acompaña en el interrogatorio? ¿Ordenas a otro proteger a tu hija?

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24/06/2016, 16:31
Ser Jolan Allenbrooke

Pacientemente, me dejo hacer por el auxiliar del maestre. El dolor de mi torso lacerado se ha convertido en un latido sordo y constante, y siento el cuerpo hinchado y tirante. Es frustrante tener tan poca libertad de movimientos. No obstante, sé bien que un soldado digno de llamarse tal debe olvidar el orgullo juvenil y saber cuándo debe ser arrojado y cuándo prudente. Ahora es momento de recuperarme de mis heridas, y afortunadamente, cuento a mi alrededor con personas de confianza para poder hacerlo.

Cuando llega la hora de interrogar al desgraciado de Corlin, que se pudre en las mazmorras, esbozo un plan. Decido que Navid merece acompañarme y poder desquitarse con el traidor, así que dictamino que esta vez sea Marton Arryn quien custodie a mi hija Alessa. Confío más en su carácter templado y analítico para cuidar de ella, mientras que la pasión visceral de Bryce Caron me será más útil durante el interrogatorio.

Una vez hemos dispuesto las tareas de cada uno, Navid, Bryce y yo nos dirigimos a los deprimentes calabozos de la Fortaleza Roja para hacer una visita a nuestro invitado. Como ya les he comentado de antemano a mis acompañantes, la idea es permitir que cada uno de ellos «incentive» por turnos a Corlin cada vez que este se niegue a responder a mis preguntas. Desde luego, yo mismo desearía arrancarle todos los dientes a puñetazos, pero la rata no merece que mis heridas vuelvan a abrirse, así que les daré el gusto a mis amigos.

Finalmente, llegamos a la celda en la que Corlin está retenido, encadenado. Con una tácita mirada, ordeno sin palabras al carcelero que nos permita el paso. Los tres entramos en la celda. Yo me sitúo en el centro, con las manos entrelazadas frente a mi cintura, mirando a Corlin a los ojos. Navid está a mi flanco derecho, y Bryce cubre el izquierdo. Puedo ver el ansia en su lenguaje no verbal, pero por el momento esperan indicaciones.

Buenos días —saludo, con voz fría y mirada severa—. O buenas noches. Espero que encuentres tus aposentos confortables. Como muestra de cortesía por tus años de servicio a Garra del Grifo, te concederé una gracia antes de que mis acompañantes empiecen a romperte todos los huesos del cuerpo. Te daré la oportunidad de contestar a una pregunta. Según cómo contestes a ella, todo será más fácil… O menos. De ti depende. —Avanzo un paso hacia Corlin, sin dejar de apuñalarlo con los ojos, aunque mi actitud corporal permanece relajada—. Dime… ¿Sabes qué es lo que has hecho?

Notas de juego

No problem. Con tu permiso, me he permitido alterar ligeramente tu narración para determinar que Marton Arryn se quede a vigilar a mi hija y Navid me acompañe en el interrogatorio. Que el pobre se lo merece... Ha tenido muy poca diversión, el pobre... :P.

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29/06/2016, 23:27
HACEDORA

Sabes que para Navid la seguridad de tu hija es prioritaria, más aún con la irrupción en escena de traidores y planes conspirativos; pero confías en tus nuevos aliados y la seguridad de la propia fortaleza para que Navid sea el mazo que ajusticie en tu nombre. Intuyes que no será la última vez que veas a Hollister, o ese es tu deseo, y por eso merece la pena no caer en la torpeza de no estar preparado cuando llegue el momento.

- ¡Púdrete en un charco de mierda, seeerrr! -A veces te sorprende que alguien tan grande se mueva con tanta rapidez, pero no que el poderoso brazo de tu amigo deje casi inconsciente a alguien, que es el caso. Por suerte el golpe no ha roto la mandíbula de Corlin, pero lo suficiente como para partirle el labio.

- Esto es sólo una advertencia, maldita rata -Tan fría han sido sus palabras como contundente su puñetazo.

El arte de la tortura reside en el pequeño resquicio de esperanza que un torturador experimentado sabe aprovechar. Puede ser una promesa de libertad o algo tan simple como el cese de la tortura. No es la primera vez que asistes a un "interrogatorio", aunque cuando hay que hurgar para sacar la verdad tu cuñado tiene a un par de dispuestos hombres para tal menester.

- Hice lo que tenía que hacer para no consumirme en ese pozo de mierda que es Garra del Grifo -La mandíbula apretada de Navid te indica que si fuera por él comenzaría a arrancarle un brazo, pero también entiende que no es placer por aplastarlo lo que importa ahora-. ¡¿Qué sabe un noble del valor de una soldada?! Mi padre murió en la "Batalla de las Campanas", ¡¿y qué recibió mi familia por luchar para un usurpador?¡Nada! Vi morir a mi madre por la enfermedad llevándose a mi hermana, mientras que mi hermano mayor iba a esa guerra maldita por una puta y no regresar nunca -La rabia acumulada concluye escupiendo en el suelo saliva y sangre-. Con suerte estaré en el comienzo de vuestro fin.

El repentino olor a orina y heces comienza a ser más evidente, como si estuviera incrustado en las paredes. ¿Podía olerse la sangre restregada tantas veces?¿Y el miedo junto a los sueños truncados? 

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30/06/2016, 21:41
Director

Notas de juego

No sé si puedes editar, si no dímelo y cambio lo de Marton en tu tercer y cuarto párrafo (se supone que es Bryce, ¿no?)

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30/06/2016, 23:19
Ser Jolan Allenbrooke

Mi rostro se mantiene impasible mientras Navid le rompe el labio a Corlin. Espero pacientemente a que se reponga del tremendo golpe, sin mover ni un músculo. Tan solo me lo quedo mirando con cara inexpresiva mientras escupe sangre. A continuación, escucho su pobre razonamiento de por qué abandonó su honor traicionando a la familia a la que servía, algo imperdonable. Cuando termina su exposición, empiezo mi respuesta:

Te entiendo, Corlin —le digo con un tono paternalista y condescendiente, que no obstante apenas logra ocultar una furia subyacente—. En serio. Te viste obligado a asesinar a mi sobrino porque lo único que hizo por ti tu señor, al que debías obediencia, fue mantener alimentada y con vida a tu familia. Lo comprendo, de verdad. Qué desconsiderado por su parte permitir que tu padre muriese en la Batalla de las Campanas, y no regalar a cambio tierras y honores a tu familia. Recuérdame quién era tu padre, por favor. ¿Era general? ¿Capitán? En la guerra mueren muchos hombres mejores que tu padre y que tú. ¿Qué esperabas? —Me doy cuenta de que estoy siendo innecesariamente cruel. Aunque una parte de mí anhela hacer sufrir a este desgraciado, me obligo a refrenarme—. Por el amor de los Siete, Corlin, ¡despierta! En la guerra todos perdimos familiares. ¡Todos! ¿O acaso no lo recuerdas? Mi familia sangra por defender a su gente. ¡Mi propio sobrino murió por intentar proteger a perros como tú de amenazas externas! Sin embargo, algunos mantenemos nuestra integridad. No apuñalamos por la espalda a quien nos da de comer, sino que aceptamos con honor las cargas que los dioses nos imponen. Corlin, podría haberte matado sin más, y sin embargo, aquí estoy. Hablando contigo. —Inspiro profundamente—. Seguramente tendrás motivos para odiarme, a mí y a toda mi familia, pero sinceramente, no me importa. Dejó de importarme en el momento en que te convertiste en mi enemigo. Ahora lo único que me importa es que sabes algo que yo quiero saber… —Me acerco un par de pasos a Corlin, aunque manteniéndome fuera del alcance de la cadena que lo aprisiona—. Crees conocerme, pero en realidad no sabes nada de mí. Y no te confundas, acabarás respondiendo a mis preguntas. Como a ti, no me importa lo que tenga que hacer para lograrlo, así caiga de la gracia de los Siete. —Miro a mis dos compañeros—. Sujetadlo.

Navid y Bryce se aproximan a Corlin, cogiéndolo de ambos brazos. Él intenta debatirse, pero en su debilitado estado, apenas puede resistir a la fuerza de dos hombres fuertes, sanos y descansados. Desenvaino la daga de mi cinto y me acerco a él*.

Galbraigh. Quiero saber qué planea exactamente, cuándo piensa hacerlo, y dónde puede encontrarse. Si decides que no lo sabes, yo decidiré clavar mi daga en el punto hueco que tienes justo al lado del codo. —Apoyo la afilada punta de mi daga en el lugar que he descrito—. Te dolerá muchísimo. Más que nada que puedas imaginar. Pero no podrás moverte. Si lo haces, el nervio quedará seccionado y nunca más podrás usar el brazo. —Hago una pausa, asegurándome de que Corlin me comprende—. Responde, ahora.

Notas de juego

*He decidido que mis colegas apresan automáticamente a Corlin, pero si lo ves mal, cambia lo que sea.

Tienes razón, me he liado con los nombres. Marton Arryn se queda a cuidar de mi hija. Bryce Caron me acompaña en la «entrevista» al amigo Corlin. No puedo editarlo, así que...

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05/07/2016, 17:48
HACEDORA

Parece que la valentía inicial se desinfla un poco y tu prisionero no rebate tu argumento, aunque en más de una ocasión se 'muerde la lengua' ante tus palabras. Cuando al fin llega una amenaza real, donde queda sujeto por Navid y lord Bryce, comienza a resistirse en vano. La punta de tu daga muestra las primeras gotas de sangre para enfatizar tu promesa de dolor, pero tras la duda sobre si realmente podría o no quedarse inútil de un brazo las tornas cambian.

-¡Exilio! -Grita entre el intento de apartarse y el conocimiento de que hacerlo podría ser peligroso-. Sé lo que será de mí aquí, no soy un noble que pueda usarse como moneda de cambio -Aprecias la mezcla entre nerviosismo y comprensión absoluta de lo que será su futuro. Tal vez haya pasado demasiado tiempo escuchando posibilidades de cambio y promesas de gloria sin pensar en que nada de eso era una garantía absoluta-. Sé cosas, y hablaré si me dan exilio a las 'Ciudades Libres'. Ayudaría lo que tengo que decir -La extrañeza en tus acompañantes es palpable, tanto que Navid libra algo de su frustración estrujando el otro brazo que también sujeta. En el Norte una petición así es impensable, pero pasado 'Los Gemelos' entráis en u mundo bien distinto-. Qui-quieres a Galbraigh y yo pu-puedo facilitarlo antes de que algo muy malo pase.

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05/07/2016, 17:50
HACEDORA

Notas de juego

Digamos que es un post a medias porque lo único que necesito, de forma breve, es saber si vas a aceptar la posibilidad de llegar a un acuerdo (por mucho que pese a Jolan). Sólo para que lo sepas tales acuerdos son posibles, pero en la fortaleza no tienes autoridad. Algo así sería cosa de la Mano o el Rey, por ejemplo.

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05/07/2016, 18:39
Ser Jolan Allenbrooke

Mis ojos perforan a Corlin, tratando de averiguar si me está mintiendo. Luego miro a mis dos acompañantes con gesto severo. Retiro la daga del codo de Corlin, y hago un gesto para que Navid no se ensañe.

¿Por qué, Corlin? Si estabas descontento con el trato recibido de tu señor, ¿por qué no hablaste con él? ¿Por qué nos traicionaste colaborando con nuestro peor enemigo? Sigo sin entenderlo. —Mi mirada es realmente dura, y tengo que contenerme por no degollarlo aquí mismo—. Las consecuencias de tus actos han sido terribles. No solo has traído dolor a mi familia, sino también inestabilidad e incertidumbre a tus propias tierras. Has puesto en peligro a tus compatriotas. Quiero que te quede claro: es ese conocimiento que dices tener lo que te mantiene vivo. Nada me gustaría más que verte hecho trizas. Pero digamos que te creo, y que accedo a tu proposición. —Hago una pausa antes de continuar—. Debes saber que aquí, en la Fortaleza Roja, carezco de autoridad. Tendré que convencer al rey Robert de que te deje vivir. Y para eso, necesito que me des algo. Algo que me demuestre que realmente puedes ayudarme. Porque mereces la justicia de los dioses, pero mi familia vale más. —Me quedo en silencio durante unos segundos, meditando mis palabras—. Cumpliré mi palabra. Siempre lo hago, aun a mi pesar. Si veo que sabes algo útil, negociaré tu exilio con el rey. Debería entenderlo, dado que es mi familia la que corre peligro, y tu pellejo vale lo mismo que tu palabra. Si se cierra el acuerdo —digo, mirando nuevamente a mis compañeros—, te garantizo que vivirás en el destierro. Pero vivirás. Tienes una última oportunidad de enmendarte. Solo espero que te sirva para que te des cuenta del mal que has hecho, y que en tus últimos días vuelvas a ser el hombre del que tu padre habría estado orgulloso. —Respiro hondo. Siento que he hecho lo correcto, pero, ¿por qué siempre es tan difícil?—. Ahora habla.

Mis ojos prometen sin necesidad de palabras lo que ocurrirá si no lo hace.

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07/07/2016, 15:13
HACEDORA

No es dolor lo que hace que muerda su labio inferior hasta casi sangrar, y si algo tiene que decir sobre el por qué de su traición prefiere callar en cuanto ve la posibilidad de un acuerdo, cosa que hace que vuelva a respirar con algo de normalidad en vez de los leves jadeos hasta ahora. Os mira a cada uno inquieto pero te responde con un enérgico asentimiento de cabeza, pero sólo habla después de unos instantes en lo que parece el tiempo necesario para pensar su respuesta. Y no es para menos cuando su vida depende de ello.

- Matarán al Usur... al rey en las celebraciones del torneo por el "Festín de la Cosecha", y... Ahm... -Aprieta sus labios con fuerza-. Pu-puedo darte a-algo más pero... -Un fuerte suspiro precede a un leve pero fugaz temblor general-. ¿Hablarás con el rey? Si me perdona la vi-vida yo...

Cuando la furia y la rabia quedan sepultados por la realidad de su situación la alternativa es sujetarse al único clavo ardiente que le queda, un ápice de entereza antes de que la moneda caiga y su destino quede sellado.

- Te ha preguntado por ese hijo de puerca de Galbraigh -Retuerce nuevamente el brazo un a punto de estallar un Navid muy enojado-. Galbraigh.

Vuestro prisionero, esta vez, se retuerce un poco más sin tener que perder un brazo, aún...

- Cambiamos de ubicación a menudo, pe-pero... Yo oí hablar de otras. ¡Hablad con el rey!

- ¡Por los Antiguos que te arrancaré la cabeza! -Y para dar veracidad a su amenaza le propina un puñetazo en el costado.

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07/07/2016, 16:05
Ser Jolan Allenbrooke

Hago un gesto autoritario hacia Navid con mi mano.

Basta —exhorto con un tono severo e imperativo, mirando fijamente a mi amigo de reojo. No dudo de la buena intención de Navid, pero si descontrola su fuerza, una costilla rota puede acabar con un pulmón perforado. Me aseguro de que comprenda mis motivos, momento en el que vuelvo a dirigir mis ojos hacia Corlin—. Escojo creerte. Espero que no estés desaprovechando tu última oportunidad, porque si intentas mentirme, yo mismo te mataré. Y me tomaré mi tiempo. —¿Regicidio? ¿A tanto aspira esta conspiración? Si eso fuese cierto, los Siete Reinos podrían enfrentarse a un gran tumulto. Acerco mi rostro al de Corlin—. Dime en qué consiste ese complot, y trataré de salvar tu vida.

Si de verdad conoce los planes para tratar de acabar con la vida del rey, eso debería ser motivo más que suficiente como para no ejecutarlo.

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04/08/2016, 19:26
Hombre sin rostro

Corlin encajó el nuevo puñetazo de Navid dejando escapar el poco aire que le quedaba en los pulmones, a la vez que no podía evitar que algunas babas ensangrentadas salieran por su boca. Respiraba con dificultad y estaba claro que no era un tipo resistente, pronto se desmayaría y quedaría inservible durante unas horas. Tardó unos segundos en reponerse y cuando lo hizo buscó con la mirada algo perdida a Ser Jolan, intentando evitar la del grandullón que lo estaba castigando una y otra vez.
Navid sin embargo se contenía tras el último gesto de Ser Jolan, controlando sus deseos de acabar con aquel perro traidor y asesino.

-Yoya...
-Habló tan apresurado que las palabras se le juntaban. Se quedó callado y escupió para vaciar su boca.- Ya te he contado todo. ¿Que más quieres Jolan? ¿Que te diga lo único que puede salvarme la vida? Mira, no es que no me fíe de ti. Eres un maldito hombre de palabra, pero no creas que eso te ayuda, esto no es el Norte ni te enfrentas a caballeros como tu. -Pareció durante un instante que iba a seguir, pero se quedó callado y cambió de tema, no era la ocasión de advertir a nadie y menos al hombre que lo estaba torturando.- Te creo, pero no me fío de nadie y mucho menos de vuestro Rey. Si quieres a Galbraigh tienes que conseguirme el exilio, no voy a dártelo para que luego me matéis.

Negó con la cabeza, no sin dificultad, para después dejar caer la cabeza, le costaba hacer cualquier esfuerzo, incluso ese. Sabía que estaba entre la espada y la pared y que allí ya estaba muerto, Ser Jolan, el Usurpador, Galbraigh... todos lo querían muerto en Desembarco, ya no había sitio para él allí y se aferraría a la única salida que le quedaba: El odio de Jolan por Galbraigh.

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05/08/2016, 19:05
Ser Jolan Allenbrooke

Después de que Corlin termine de hablar, me quedo clavándole la mirada con dureza durante largos segundos. En ese tiempo, toda suerte de ideas pasa por mi cabeza, desde seguir presionando a ese indeseable hasta degollarlo con un único movimiento, pasando por torturarlo sin piedad hasta que suelte todo lo que tenga. Sin embargo, al final puede la razón. Solo debo atender a dos hechos: que lo necesito, y que no va a revelarme nada más bajo estas circunstancias. Me retiro ligeramente hacia atrás, como una serpiente que hubiese decidido no devorar a su presa.

Volveré con tu exilio. Pero has de saber una cosa —digo encogiendo los ojos—: el trato estará condicionado a tu información. No creas que podrás escapar sin decirnos todo lo que sabes. Y si al final no sabes nada, tu exilio quedará invalidado. —Miro a mis acompañantes, asintiendo con la cabeza—. Vámonos. A este más le vale ir haciendo memoria.

Dicho esto, me doy la vuelta y me dispongo a abandonar las malolientes mazmorras. En mi mente solo hay un objetivo: conseguir como sea convencer al rey Robert de que merece la pena indultar a Corlin. Y el primer paso para ello es solicitar una audiencia.

Notas de juego

Pues nada, voy a pedir audiencia con el rey, si nada más ocurre. Antes de ir a verme con el rey, me gustaría reunirme con cada uno de mis aliados y pedirles consejo respecto a cómo encarar mi audiencia, cómo argumentar mi petición más allá de «Corlin podría saber algo que...», etcétera.