Partida Rol por web

Vientos de invierno

Tyella

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01/06/2015, 18:52
Tyella Arena

Harwyn y su especial querencia por ser el foco de atracción. Demasiado guapo para un mundo donde la belleza no siempre era apreciada en un hombre y demasiado teatrero como para tomarle siempre en serio. Tyella le miró fijamente mientras mordisqueaba un dátil, en silencio, sopesando, evaluando, juzgando, decidiendo. Ante su comentario final, enarcó levemente la ceja, mas no por lo dicho sino por la reacción de de Harwyn.

-¿Acaso te escandaliza que tus ojos le recuerden a los de su hijo? ¿Necesitas ver en ello algún tipo de perversión sexual? Tómalo como un hombre que ama a su hijo y al cual le recuerdas. Piensa que no son tus ojos lo que despiertan su deseo, sino lo que tienes entre tus piernas y ante ello, no puedo sino alabarle el gusto. No lo juzgues a la ligera, Harwyn. No sin tener más datos. Sonsácale sus secretos más íntimos en relación a su hijo. Averigua si en efecto, como sospechas, deseaba a su hijo, si lo enculó a espaldas de su madre cuando la edad y la vergüenza unidas al miedo le impedían defenderse o rechazarlo. En ese momento, será nuestro. Pero sé sutil. No hay prisa. Al pez que se resiste hay que darle sedal -arrojó el hueso del dátil a un plato antes de tomar otro-. Si como dices es viejo y no ha ascendido, razones habrán para ello. Averigua cuáles. Y si no las hay, en su corazón habrá una grieta de resentimiento. Ahonda en ella. Te costará. A partir de ahora, nuestro licor más fuerte. Soltará su lengua y aflojará su polla. Y para que no sufras su hedor, que quizá no sea sino la podredumbre que lo invade por dentro fruto de su frustración, resentimiento y culpa, compraremos una crema de menta a la que podrás añadir el licor que gustes. Y no se le cobrará más de lo que hasta ahora ha pagado. No de momento. Alimenta su espíritu, hazte con su corazón y cuando sea tuyo, hablaremos del precio que está dispuesto a pagar por tenerte entre las sábanas. Y una cosa, cuando veas que llega al orgasmo, que se derrama en ti o sobre ti, llámale papá -una sonrisa ácida y ligeramente cruel se perfiló en su rostro. Su mirada era absolutamente fría, una frialdad que desapareció rápidamente cuando siguió hablando-. Esto está exquisito. Axel, tú no pareces muy contento. ¿Mala noche?

Notas de juego

Perdón por el retraso. Me pasé el finde a ver la escena y me sorprendió ver que había una actualización que no me había saltado.

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02/06/2015, 18:30
Axel

Harwyn asintió ante las instrucciones de Tyella mientras daba enérgicos bocados a una manzana.

-Supongo que no debería escandalizarme, los deseos de algunas personas son... variados. Pero seguiré al pie de la letra tus consejos a ver a donde nos lleva. Estoy seguro que podemos conseguir algo, llevará tiempo, este tipo de hombres no son de los que les gusta sacar lo que llevan encima a las primeras de cambio, pero con todo lo que vamos a ofrecerle acabaremos conociéndolo mejor que él mismo.

Sonrío satisfecho, como si ya presenciara el final del proceso y saboreara el resultado de igual forma que estaba saboreando aquella manzana, ácida y sabrosa. Axel hizo un gesto de hastío ante la pregunta de Tyella y dejó la rebanada de pan que estaba untando en el plato para prestar toda la atención a su jefa.

-Me pasé más de la mitad de la noche hablando con Tongue, podría contaros muchas cosas pero... no quiero aburriros.

Todos reconocieron el tono irónico que Axel a veces utilizaba para hacer bromas. No llevaban mucho tiempo en Desembarco y a veces no había clientes para todos. Poco a poco el desayuno fue finalizando y llegó la hora de recoger y comenzar a preparar todo para la noche siguiente. Orysa fue la primera en levantarse.

-No puedo ayudaros a recoger esto, lo siento. Iré de compras con Tyella.

El resto miraron interrogantes, aunque ninguno dijo nada y se limitaron a dar por buena la sentencia. No se atrevería a mentir con ella delante, pero en el fondo todos se preguntaban por que ella y no cualquiera de los otros. Incluso dentro del paraíso había ciertas tensiones a veces.

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03/06/2015, 21:00
Tyella Arena

-Entonces debiste estar muy entretenido, Axel -dijo con una sonrisa burlona llena de encanto. Hizo un mohín con la nariz-. No te preocupes, da tiempo a la ciudad para que nos conozca y sepa de nuestros servicios. Sí, de compras -palmoteó como una niña-. Pero no pongáis esas caras tan largas. Hay que mantener el fuerte atendido aunque eso no quita para que exhibamos nuestras plumas. Axel, tú nos acompañarás. Ponte radiante y quizá eso compense la falta de clientela esta noche.

Se puso en pie, cogiendo un último dátil.

-Más vale que entrene duro con Tongue o me hincharé como una matrona y nadie querrá siquiera mirarme -con un suspiro dejó el dátil nuevamente en la fuente-. Voy a asearme. Lyna, te espero luego en mi habitación para que me peines si no tienes inconveniente. Harwyn, revisa el inventario de nuestras existencias y mira que no falte nada. Aprovecharé la salida para reponerlas de hacer falta. Rena, vigila que el servicio lo tenga todo impecable para cuando lleguen nuestros clientes.

Con un gesto descuidado de la mano, dio media vuelta y se fue en dirección a su habitación.

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05/06/2015, 18:45
Axel

Axel hizo un gesto de resignación cuando Tyella mencionó la diversión de la cual había disfrutado la noche anterior. Acto seguido cabeceó de manera afirmativa ante las palabras de su jefa compartiendo el hecho de que con el tiempo cada uno se haría con una clientela más o menos fija, por lo que estarían más ocupados y con posibilidad de adquirir más información. No reprimió una gran sonrisa cuando Tyella anunció que las acompañaría durante la salida a las compras.

-¡Estupendo! Diría que saldré tan radiante como el sol, pero me temo que me haréis sombra. De todas formas lo pasaremos bien, eso seguro.

Todos se pusieron manos a la obra, cada uno haciéndose cargo de alguna tarea intentando coordinarse lo mejor posible y repartiendo los quehaceres de los que normalmente se ocuparían Oryssa y Axel.

-Sí, Tyella, me encargaré de ello -asintió Harwyn-. Antes de que salgáis tendrás la lista con todo lo que hace falta -Sabedor de su deber cogió un higo y se despidió para ponerse rápidamente a elaborar una lista.

-No te preocupes, Tyella, a vuestro regreso todo estará impecable -Añade Lyna-. Sólo preocúpate de disfrutar del paseo y de las compras, vosotros dos también -Sonríe-. Recordad que hoy vais a ser la reseña , porque si causáis buena impresión seguro que llegan más clientes.

El desayuno se dio por concluido y todos sabían qué debían hacer, y cuando te dirigiste al patio central de la casa, como todas las mañanas, Tongue esperaba para tu entrenamiento diario. 

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05/06/2015, 21:50
Tongue

El Inmaculado esperaba como si de una estatua se tratara, bella e imperfecta a la vez. No era fácil saber qué pensaba, pues su personalidad era tan plana y apagada como efectivas sus habilidades en combate. Habías pagado bien por su lealtad, y si pudiera comprobarlo sabría que estaba siendo tratado mejor que otros siervos.

- Mi señora -se mantuvo firme y expectante a tus deseos. Sobre la mesa habitual se hallaba dos dagas, pero ambas sin filo ni punta. Era razonable que te acostumbraras al peso de las armas, pero no que te dañaras-. ¿Armas o cuerpo a cuerpo?

La última vez que habías practicado el cuerpo a cuerpo te fue imposible deshacerte de la presa que infligió sobre ti. Tus habilidades eran otras, pero por eso practicabas a diario con Tongue. Tenías una fuerza y destreza bastante normal, pero si conseguías aprender algunos trucos tendrías la diferencia entre acabar estrangulada o deshacerte de un futuro atacante.

.

Notas de juego

Ya me dirás qué tienes en mente con el entrenamiento, teniendo en cuenta si quieres algo realmente enérgico (tal y como si fueras un soldado, xejm, que incluiría un aumento de fuerza/agilidad) o lo básico para autodefensa (basándote más en la técnica) la forma de entrenar sería diferente.

Si quieres puedes elegir el entrenamiento que te parezca, si no lo dejas a nuestra disposición ;)

PD: no es necesario extenderse en el entrenamiento, como tú veas.

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08/06/2015, 18:29
Tyella Arena

-Lo dejo en tus manos, Tongue -respondió Tyella que se acercó a él y le acarició el rostro como una madre lo haría con un hijo. Para Tyella, Tongue era un misterio. Su belleza, su perfección eran como una broma de la naturaleza por obra y gracia de la crueldad humana. Entendía el fin pero no compartía el mismo. La mutilación, la destrucción de aquella línea de sangre que tanta belleza hubiera podido proporcionar, negar el placer del sexo, condenar a una vida de sacrificio... De igual modo ella sabía que, con su compra, ayudaba a mantener aquel comercio ilegítimo por muy lícito que fuera. Mas en esta ocasión, el fin exigía de medidas que luchaban con su conciencia pero con las que podía vivir perfectamente. Llegaría el día donde todo acabaría, de un modo u otro y en aquel momento, si aún seguía con vida, obraría de acuerdo con lo que su conciencia le pidiera. Hasta ese momento, haría lo que fuera necesario-. Pero hoy debo salir a la calle, negocios que atender, y no quisiera acabar excesivamente agotada.

Dejó caer el vestido que llevaba. Bajo él, nada. Era hora de pelear desnuda, dejando que solo el sudor la vistiera. Y en aquel gesto, la sexualidad era inexistente.

Notas de juego

Respecto al entrenamiento, consideraciones aparte, veo un tema de tonificación y de técnica. No se trata de ser una guerrera, una soldado, pero sí alguien que aprende aquellos movimientos, llaves y golpes altamente efectivos frente a alguien más fuerte. De igual modo, de poderse, lanzamiento de algún tipo de arma blanca.

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09/06/2015, 20:20
Tongue

Tongue permaneció inmóvil. Ni un gesto de agrado o rechazo se dibujó en su rostro o en su cuerpo cuando lo acariciaste, ni tampoco cuando quedaste completamente desnuda ante él. Pero entonces soltó la lanza que comenzó a rebotar contra el suelo, quizás una de las primeras veces que el inmaculado reaccionaba con algo así. No era la primera vez que su ama se mostraba así, bella y carente de pudor.

Él era un Inmaculado, no había excepción en cuanto a sus partes íntimas, o más concretamente a su falta de ellas. Sin embargo, a veces surgía una neblina que empañaba su mirada cuando en contadas ocasiones parecía apreciar, por ejemplo, los atributos de su ama. Tal vez se trataba de añoranza, pero no se podía añorar lo que nunca se ha tenido, ¿no es así?

Un paso. Dos pasos. Tres pasos sin dejar de observar a la hermosa Tyella de curvas exuberantes y una delicia para la imaginación. Aunque tarde descubriste que se trataba de una ilusión, pues aprovechó el desconcierto de la situación para en un par de ágiles movimientos colocarse detrás tuya y engancharte por el cuello con su brazo derecho, mientras su mano izquierda dobló tu brazo izquierdo a tu espalda. Si aumentaba la presión en tu cuello seguro que te asfixiaría, o si era muy fuerte podría partírtelo, o tal vez bastaba con un tirón que dislocara fácilmente tu brazo. Apretó ambas zonas para demostrar la difícil situación en la que te encontrabas y acto seguido te soltó. Se volvió a colocar frente a ti mientras te recuperabas de la presa.

-Primera lección: estar alerta.

Eso ya lo habían trabajado, pues aunque no tenías el instinto de un guerrero a base de ciertos ejercicios habías conseguido aumentar tus reflejos de manera específica e inculcar cierta actitud prudente en determinadas situaciones de riesgo.

-Segunda lección: conocer cómo funciona.

Tongue te fue explicando paso a paso la llave, desde cómo acercarse a la víctima hasta cómo colocar el cuerpo y hacer presión. Te hizo practicar utilizándose como víctima una y otra hasta que tuviste más o menos cierta agilidad con la llave.

-Tercera lección: aprender a escapar.

Te hizo repetir nuevamente la llave, pero esta vez hizo un movimiento rápido en cuanto entraste en contacto con su cuerpo revirtiendo así la situación enseguida.

-Otra vez.

La siguiente vez te llevaste un buen pisotón que te hizo aflojar la llave lo suficiente como para perder tu ventaja.

-Otra vez.

Advertida de ambas estratagemas fuiste más precavida, pero en esta ocasión el brazo libre de Tongue martilleó tu vientre con un codazo que te dejó sin aire. Jamás te produjo un daño permanente, eso lo tenía claro, pero sí se las arreglaba para que sintieras que aquellas prácticas no eran para niños.

-Otra vez.

Sin duda parecía tener un sinfín de soluciones, cada una distinta a la anterior y el ejercicio siempre acababa de la misma manera con un infinito "otra vez" que martilleaba tu cabeza y tu ánimo.

-Hoy suficiente. Mañana seguir. 

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10/06/2015, 20:02
Tyella Arena

Se frotó los brazos, enrojecidos. Se frotó el vientre, dolorido. Puso una rodilla en el suelo y se frotó el pie, magullado. Sabía que no tendría un solo hematoma en su piel, blanca y sudorosa. En ese sentido, Tongue cuidaba al máximo la materia prima de Tyella, como si de esclavista que mimara su mercancía se tratara. Pero no era el dolor, el cansancio, los músculos palpitantes lo que molestaban a Tyella. Era la consciencia de su propia torpeza subrayada por la letanía del "otra vez".

-Gracias, Tongue. Aprecio tus enseñanzas y quiero corresponder a ellas no solo con agradecimiento o con la promesa de esfuerzo y mejora -era un Inmaculado, un esclavo comprado, pero para la joven de cabellos de fuego no había tanta distancia entre aquel hecho y vender su sexo por dinero. Era una simple transacción que no restaba en su caso humanidad alguna al objeto de la misma-. Dentro de un rato saldré a la ciudad con dos de mis pupilos y quiero que nos acompañes. La ciudad debe conocernos. Y respetarnos. Pero no es esto lo que tenía pensado para ti como muestra de correspondencia que no de gratitud. Quiero que me acompañes a mi habitación. Voy a darte un baño. Y así aprenderás tú también algo que quizás hayas olvidado. Que la hombría no radica en un trozo de carne y que la sensualidad es mejor que el sexo. Ambos somos maestros de nuestras respectivas disciplinas y no hay enseñanza que deba ser despreciada pues nunca sabremos qué ha de hacernos falta. Ven y sígueme.

Tyella se inclinó para recoger su vestido y se lo echó al hombro para comenzar a andar con paso sinuoso en dirección a su habitación.

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15/06/2015, 23:07
Tongue

Salir al exterior era un cambio de rutina interesante por muy exótico que "La Ninfa de la Seda" resultase, pero para Tongue no había excepción alguna ya que su deber era proteger a su ama. La devoción de los Inmaculados estaba a la par de las técnicas usadas en Astapor para hacer de ellos unos deseables guardianes serviciales, pero tanto entrenamiento e imposibilidad de tomar decisiones propias parecen mecerse en la cuerda floja ante tu ofrecimiento.

Asiente, como cabe de esperar, aunque percibes su extrañeza pues los Inmaculados estaban destinados a servir y no a ser consentidos.

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Notas de juego

Disculpa la demora. No hay mucho que añadir, eres libre de hacer valer los encantos de Tyella.

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18/06/2015, 17:31
Tyella Arena

El amplio barreño estaba ya preparado en su habitación. Agua fría y caliente había sido vertida para conseguir la temperatura ideal. Tiró su vestido sobre la cama y metió ambos pies en la tina. Con un gesto, dio a entender a Tongue que se desnudara y se colocara junto a ella. Cuando así lo hizo, Tyella lo miró. De arriba abajo, deteniéndose aquí y allá. Finalmente lo miró a los ojos, unos ojos velados por una emoción difícil de captar y de entender. Quizá lo más cercano fuera la mirada de una madre ante su hijo malherido.

Con suavidad, posó su mano en el cuello de Tongue. Acarició su rostro con delicadeza, siguiendo el dibujo de sus huesos, el perfil de sus labios y descendió hacia su pecho, musculado y firme, duro como el caparazón de una tortuga. No había juego alguno. Era la mano de un artista recorriendo su obra. La blanca mano de Tyella, sus largos dedos, descendieron y como un colibrí libando de una flor, se posaron suaves en el abdomen hasta llegar al oscuro y corto vello púbico. Hubo un momento de duda aparente. La mano libre se alzó para posarse en el rostro de Tongue y la otra se deslizó hasta detenerse en el emasculado sexo del Inmaculado.

Tyella cerró los ojos y dejó que el tacto hablara. Piel endurecida como el cuero, fruto de la cruel mutilación y un resto de humedad procedente de la orina. Una yema acarició la cánula que impedía que la herida acartonada cicatrizara cerrando el conducto amputado de la uretra. Una lágrima cayó por el rostro de Tyella. Abrió los ojos y miró a Tongue, aquella escultura perfecta de carne y hueso, imperfecta en su mutilación, no solo física sino también espiritual.

-Arrodíllate -pidió haciendo lo propio y tomando de las manos a Tongue y tironeando suavemente de él.

No habló más y dejó que lo hiciera la piel.

Lavó al Inmaculado. Espuma y crin, llevando su piel en el proceso como si con ello pudiera arrastrar su pasado, puliendo el ébano hasta hacerlo brillar, sensibilizando la dermis al extremo. Lo secó y lo tumbó en la cama. Lo aceitó y masajeó. Siempre en silencio, exacerbando las sensaciones, pellizcando sus pezones, amasando sus músculos, doblegando las articulaciones. Lo puso boca abajo. Y repitió el proceso con nuevos lugares, nuevas zonas. Habían eliminado su pene y testículos, pero no las zonas de placer. Y Tyella sabía dónde estaban y como dama del sexo, se entregó a aquella labor con ternura y excitación. Separó sus nalgas, firmes como piedras y lengua y dedos hablaron una vez más.

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20/06/2015, 04:14
Tongue

La seda situada despreocupadamente sobre tu hombro se balancea sinuosa sobre tu piel como el delicado toque de una pluma, arropándote y ausentándose al segundo mientras avanzas hacia tu santuario particular. Al llegar, la estancia está inundada con tu esencia favorita y la luminosidad destaca los ricos colores mientras que el sonido de la fuente del patio repele el burdo ruido de la ciudad.

Al entrar en la tina la frescura y templanza contrastan armoniosamente. La temperatura es ideal y la sensación de frescura y pureza del agua limpia y perfumada siempre van más allá de tu piel. Pero la satisfacción no iba a ser tuya pues es tu deseo demostrar a ese azul tan profundo como el Mar Angosto que él también es hermoso. Otra vez hay duda ante tu petición, casi una súplica que al final es descartada cuando se despoja de su ropa y entra junto a ti. ¿Podían aquellos ojos volverse más oscuros? Poco a poco, caricia tras caricia, sus inhalaciones se vuelven entrecortadas; todo él expectante e incluso temeroso de que su ama se esté burlando de él. En la intimidad, bajo tus delicados dedos, estás descubriendo a un hombre que se halla perdido pese a ser mortífero.

- Mi señora... -susurra suplicante a la par que sus ojos se abren con asombro cuando tu mano acaricia su sexo mutilado. Su súplica no es deseo sino clemencia y comprensión. Tienes ante ti a un hombre desprovisto de la capacidad de complacer, y no por lo que le han arrebatado cruelmente ya que su mente ha sido moldeada para servir, proteger y matar.

Observa tu lágrima con curiosidad para luego centrarse en tus labios, tiempo después de que le pidieras que se arrodillara. Y así lo hace, desnudo en cuerpo y alma a tus pies. Sabes que no es capaz de elegir, o simplemente no sabe lo que es elegir. Te mira, con la cabeza alzada y el cuerpo ligeramente tenso. Ahora eres tú quien se arrodilla para que ambos estéis medio arropados por la calidez del agua. En silencio lavas su cuerpo y con cada pasada notas como se relaja y su expresión te revela la confianza depositada. Sin duda su ama no le desea ningún mal, parece decir el silencio tácito entre ambos.

Limpio y seco se deja llevar hacia la cama, tumbándose de espaldas poco a poco mientras vuelves a percibir el interrogante en su mirada. Tus expertas manos sienten la calidez de su piel, su pecho oscilante, su corazón latiendo inquieto, su cuello tragando saliva inexistente cuando te haces con sus pezones... De vez en cuando exhala con inquietud o te parece sentir cómo su piel vibra a cada toque que con maestría le dedicas. Lo giras, boca a bajo, expuesto majestuosamente. Músculos, carne y piel. De dentro hacia afuera, más dócil que al principio porque su ama está haciendo de aquel momento algo especial, inolvidable. Tú, hermosa entre las bellas, lo tocas con la delicadeza que la intimidad requiere y que él necesita.

Poco a poco tanteas la zona erógena despreciada por muchos y anhelada por otros. Su cuerpo se sacude en principio y medio gira sobresaltado por el inesperado roce, pero tu mirada tranquilizadora a la par que decidida logran disipar su nerviosismo. Se deja llevar por tu talento como el delicado "diente de león" lo hace al viento, y aún así su cuerpo se tensa y agarra con tanta fuerza las sábanas que sus nudillos se blanquean. Sin embargo su lucha es otra, y tu lengua supone la derrota anticipada en la sensual batalla sobre el campo de seda aceitada.

Ahí estaba, un gemido que era triunfo. Un placer que no pudieron arrancarle y que tú hallaste con paciencia y talento. Su piel está tan caliente como enérgicas sus reacciones al placer, a cada toque que le proporciona un gozo que no creía posible. Sus gemidos contenidos son un aliciente para dejar suelto tu lado más atrevido y disoluto; y al final tus dedos aceitados provocan un grito ahogado, prohibido en su concepción como Inmaculado.

Y el tiempo pasa, placenteramente laxo mientras contemplas el cuerpo tendido y satisfecho. Perfecto en su imperfección.

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06/07/2015, 17:22
Tyella Arena

Tyella lo dejó descansar, gozando de su nuevo e inesperado estado, descubridor de un anhelo y deseo jamás esperados, jamás concebidos, jamás permitidos. Tyella había trascendido los límites, llevada por su curiosidad, por el deseo de otorgar un don y por la conquista alcanzada y quizá esperada. Tongue había sido adoctrinado bajo el dominio del látigo, la disciplina y la negación del propio ser. Su lealtad inquebrantable en apariencia, era fruto de la brutalidad y el dolor y la anulación de su condición de individuo. Tyella creía haber devuelto a Tongue algo aparentemente muerto pero que solo estaba oculto bajo una densa capa de prohibiciones, limitaciones e inhibiciones. A ojos de Tyella, el hombre, el macho, había resurgido y lo había hecho de sus manos, como la figura surge de las manos del artesano que modela la arcilla o talla la madera. 

Y con el hombre había aparecido el sexo o con el sexo había aparecido el hombre. Daba un poco igual. Pero para la dorniense algo quedaba claro. Los lazos de Tongue para con ella habían evolucionado, alcanzado una nueva etapa. Ahora era mas suyo que nunca y mas que nunca podía confiar en su lealtad. 

-Es la primera de muchas veces, Tongue. De mi mano obtendrás placer y de la tuya lo obtendré. No hoy, pues el tiempo es cruel enemigo y hay cosas que debo atender. Pero del mismo modo que tú me entrenas para mejorar en las artes de la lucha y defensa, yo haré de ti el mejor amante que pueda tenerse -la mano acarició con suavidad la espalda de ébano, resbalando por la piel hasta sus nalgas, que acabó palmeando-. Arriba, debemos prepararnos para irnos.

Saltó de la cama, riendo juguetona y volvió a meterse en la tina.

-Ven, deja que limpie ese sudor y aceite y que la ciudad nos contemple en todo su esplendor -tendió una mano hacia Tongue invitándolo a acercarse a ella. 

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07/07/2015, 22:15
Harwyn

Tongue es un hombre de pocas palabras, entrenado para obedecer y callar en su servidumbre. Ahora, además, se encontraba estupefacto y colmado por el placer, limitándose a leves asentimientos como si su mente estuviera sumida en una ligera neblina; pero en cuanto llegó el momento de levantarse se desperezó inmediatamente. Casi daba pena despojarlo de aquella calma que las sedas de tu cama ofrecían, mas un negocio no se mantiene solo y hoy había algo más que hacer dinero.

Ya aseados, y con las ropas adecuadas, Lyna se encarga como pediste de elaborar un sencillo pero muy favorecedor peinado para ti. Tu bella melena rojiza era un aliciente que acentuaba tu belleza cuando estaba suelto, o parcialmente. Poco después, ya abajo, Harwyn te informa de los suministros especiales que faltan. La comida básica, para vosotros, tiene un presupuesto asignado y la cocinera se encarga de comprar junto a la sirvienta. Aparte está los frutos exóticos que abren el apetito y forma parte de la escena que cada noche se representa, de lo que también se encarga la cocinera.

- Hay velas para tres días y estamos escasos de esencia de jazmín, vainilla y canela. También los aceites que llevan ese aroma, son los más demandados -Hizo una pequeña pausa, posiblemente para repasar -. Rena y Lyna necesitan un juego de cama, pero no urge. Todas insisten en el kohl y Axel en una camisa nueva, su última conquista resulta un tanto ansiosa -Aclara en un tono aparentemente neutro-. Sabes que no pide mucho, pero he observado que apenas le queda esencia de canela, se funde muy bien en su piel. Viktor dijo que ya le pagas bien, como siempre -Se encoge de hombros, y es cierto, como siempre deniega cualquier cosa que su sueldo no le permita pagar-. Y tú, Tongue, ¿necesitas algo? -Sonríe afablemente-. ¡Ah! Lubricante, indispensable -Su sonrisa se amplia como la de un niño a la espera de un dulce, aunque sabes que es más por la situación que crea sus palabras.

Reunidos en la entrada, Orysa, Axel, Tongue y tú os disponéis a salir del pedazo de remanso de tranquilidad que es ahora vuestro hogar. 

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15/07/2015, 01:06
Roes

Tras unas pocas aclaraciones sin importancia llegó el momento de abandonar el remanso de paz en medio de aquella ciudad abarrotada, corrupta y maloliente. Sin duda el olor era una de las peculiaridades de la ciudad, o al menos por tratarse de la más importante de Poniente. Unas calles más que otras apestaban, y sólo los adinerados se libraban de aquellos hedores. Por ejemplo, la calle de la seda se cuidaba de adecentar en la mañana la primera impresión para aquellos que iban a dejar tras los muros de los edificios sumas cuantiosas . Claro está, no todos tenían la unidad y necesidad de hacer de su calle un lugar decente para caminar, como estabas descubriendo a medida que avanzabais.

El recorrido de ida dejó casi la mitad del pedido cubierto, donde lo menos voluminoso podía ser transportado y lo demás llevado y pagados al ser entregados. A casi mitad de camino ya habías logrado un primer propósito atrayendo miradas, unas con los bolsillos llenos y otros con sólo ilusiones. Bellos rostros, cuerpos esculpidos y elegantes envolturas hacían la boca a más de uno, y una.
 

 

A la vista quedó la tienda de textil sin ser el punto final del recorrido, casi siempre previsto así para no levantar demasiadas sospechas, un paseo casual era más adecuado. La "Sastrería de Roes" que se encuentra cerca de la Plaza de Las Hermanas. El establecimiento en realidad son dos; el principal es tienda textil, almacén y hogar de Roes y su ayudante Jessar. Una casa contigua, pequeña y más humilde, es centro de trabajo de las costureras en la primera planta y vivienda de éstas en la segunda.

Cuando llegáis un joven vivaracho barría la entrada y de inmediato dejó de hacer su tarea en cuanto advirtió la intención de entrar en el local. Discretamente dejó la escoba a un lado, se sacudió las manos y mantuvo la puerta abierta para daros paso al interior.

- Bienvenidos -Sonrió, tanto por amabilidad, deber o por simple reconocimiento-. ¿Desean agua de pepino para refrescarse del calor?

Os guió a un rincón donde estaba habilitado unas elegantes y cómodas bancas de interior, de madera y adecuadas a aquel espacio. Como el dueño de la tienda parecía estar cerrando una venta con otra joven de postín, y su doncella, el joven aprendiz trajo igualmente una bandeja con los vasos, una jarra de agua visiblemente fresca y un plato con unas rodajas de limón.

- Mi señora, ¿qué os puedo ofrecer? -preguntó Roes con una sonrisa en su rostro neutro, sin duda más sonriente por la cuantía que acababa de conseguir. Fuera o no miembro de la red deducías que el hombre disfrutaba de aquel trabajo.

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16/07/2015, 19:54
Tyella Arena

Tyella jugueteó con el vaso ofrecido. ¿Agua de pepino? Salvo que deseara que sus clientes cenaran pepino no seria ella quien lo tomara por más refrescante que pudiera resultar a ojos de los anfitriones del local. Pero sí se permitió mordisquear la rodaja de limón. Su sabor ácido, su color, su textura era como revivir por un instante su adorne natal. Se entretuvo en observar descuidadamente a la mujer que compraba y un leve gesto enarcando la ceja dirigido a Axel bastó para que este supiera que debía averiguar en la medida de lo posible la identidad de aquella dama. Quizá el joven que las había atendido tuviera la lengua convenientemente larga si la suerte mediaba. 

Cuando Roes acudió a ella, le ofreció una sonrisa radiante no exenta de cuidada coquetería. 

-El mundo a mis pies, por supuesto -una risa argentina acompañó a su respuesta, una armonía de cristales tintineando-, pero me conformaré con unas telas. Las vuestras son sin duda apetecibles. Basta con observar -un gesto amplio de sus manos abarcando el local fue lo suficientemente elocuente-. Pero dudo. Nuestros clientes son generosos, pero sin duda también exigentes. Buscan experiencias gratas a la vista pero también al tacto. Por ello busco algo particular. Mórbido y sensual en las manos. Me dejaría aconsejar por alguien tan entendido como vos, pero he oído hablar de las excelencias de la seda bravoosi y me pica la curiosidad. ¿Por casualidad no contaréis con tal exquisitez?

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20/07/2015, 22:56
Roes

Ir tras las mujeres no era lo indicado, Axel no podía dejarte sola aunque estuvieras bajo la protección de Tongue. Sin embargo, en cuanto comenzó la amistosa charla con el comerciante, se escabulló sutilmente a por "unas rodajas más de limón". Supo leer tus intenciones y, ciertamente, con algo de suerte podría averiguar quién era la mujer a través del ayudante.

- Es de apreciar una mujer que sabe lo que quiere -Te devuelve la sonrisa, pero con el toque inconfundible de un vendedor que lleva años complaciendo a la clientela para sacar el máximo provecho-. Además de audaz -Asiente complacido al tiempo que te ofrece una mano para que le acompañes.

Sin duda su galantería es producto tanto de su profesión como de lo que deduces fue antes un hombre apuesto, aunque los años jamás perdonan. De todas formas parece mantener un tipo delgado, pelo castaño más que suficiente en su cabeza y unas elegantes facciones enmarcadas por una mirada cálida de un intenso color marrón. Nada mal para un cincuentón.

- Estáis en el lugar indicado, mi señora. Me esfuerzo en ofrecer lo mejor para mi selecta clientela, y todo gracias a refinados gustos como el vuestro. Un hombre que se acostumbra a la vulgaridad es... vulgar -Realiza un aspaviento con la mano libre y comienza a avanzar hacia una de las estanterías, todo bajo la atenta mirada de Tongue.

Orysa, por otra parte, permanece en silencio aunque mantiene una adecuada áurea de gozo. Si una mujer que se precie no estuviera casi babeando por las delicadas telas, ricos colores y preciosos detalles sería sospechoso. Axel, mientras, parece mantener una cordial conversación con el joven, aunque éste procura organizar la mercancía entre sonrisa y sonrisa.

- ¿Qué decir de Braavos que no sepamos? Muchas cosas, me temo. Pero permitidme mostraros unas obras maestras llegadas de tan interesantes tierras -Dejando con suavidad tu mano se hace con uno de los rollos de seda. El gris perla parece cobrar vida ante tus ojos-. Atrevido, lo sé. Pocas mujeres lucirían con exquisitez algo tan delicado como vos y vuestras hermosas amigas. Pero si queréis color... -Con un gesto perfeccionado de su mano te muestra la misma exquisita calidad en una amplia selección de colores: azul turquesa, zafiro y cielo; verde esmeralda, agua y menta... Así hasta dos o tres tonos de los colores más habituales. La calidad/precio es adecuada, y tal como esperas la correcta para continuar con el encuentro.

- Sin embargo, estoy casi convencido de que sus clientes apreciaran aún más el tacto de esta otra selección -El contraste de las puntadas bordadas en la tela que te enseña, con diferentes patrones al parecer, le confiere un brillo extra tanto como una sensación diferente al tacto-. Jessar -Llama al chico para que ipso facto agarre la muestra mientras él saca lel mismo color pero lisa-. Diferentes pero igual de hermosas. Aunque si quiere ver otros patrones me disculpo, tengo aún cajas por abrir en la trastienda. 

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24/07/2015, 15:02
Tyella Arena

-Maravillosas -dijo admirativamente Tyella, que dejaba que sus sentidos se regodearan en la belleza y tacto de las telas. Podía imaginar aquella cascada de sensualidad hecha tejido sobre su piel y las de sus amigas. Pero no escapó a sus oídos el comentario del mercader-. Ahora mismo me sentiría tentada de comprar cualquiera de ellas, negándome incluso a ver más por temor a que lo que me descubráis sea aún más excelente y en consecuencia escape a mis posibilidades, mas, ¿sería entonces una verdadera mujer? No. Mostradme pues esas mercaderías vuestras que reposan en la trastienda y haced que goce con los sentidos. 

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27/07/2015, 22:09
Roes

Con una amplia sonrisa y un gesto medido de su mano os invita a pasar al interior. El almacén es la mitad del local, además de lo que hay más allá de unas escaleras que conducen al sótano, por las que nunca has pasado. El lugar está sumamente ordenado con cajas a un lado y otras tantas estanterías al otro, y una puerta de acceso a la calle trasera por donde entra la mercancía. Sin duda es amplio, cogiendo lo que sería dos casas adosadas. La planta superior es otra incógnita, pero sabes que es la vivienda del comerciante, y posiblemente su ayudante.

- Aquí tengo el resto de la mercancía -comenta mientras parece comprobar que las ventanas permanecen cerradas. Sólo los arcos superiores de las ventanas permanecen abiertos para iluminar la estancia. Indiferentemente de lo que allí vienes a hacer parece que ciertamente está la mercancía restante que mencionó. Con cautela se acerca a ti, alejándose de las ventanas y quién sabe qué oídos indiscretos-. Sin embargo, tengo cierta debilidad por vuestra tierra... e intereses -Se aleja unos pasos hasta tirar de un hilo que conduce a la planta superior. Después del suave sonido de unas campanas no se escucha nada, y tampoco cuando una hermosa dorniense desciende por las escaleras-. Tyella, os presento a Samira. Recién acaba de llegar y su tarea es sin duda complicada.

La joven mujer os mira con cierta cautela, aunque más bien como si confirmara el hecho de que ciertamente eres quien dice ser. Por lo demás se mantiene expuesta a la pronta explicación de Roes.

- En breve se realizará un torneo por el "Festín de la Cosecha". Parece ser que el dinero de los Lannister y la necesidad de evitar cierta laxitud en la Fortaleza patrocinan este evento. Quién sabe si en un futuro se conozca como el "Torneo de la Cosecha" -Un ademán casual de su mano evita que entre en un tema paralelo-. Poco más de un mes para el Festín es lo que tenéis para hacer creíble que Samira sea una dama de compañía. Sus "habilidades" son otras, unas que utilizará a su debido tiempo. Durante estos eventos es habitual que los altos nobles soliciten discretas... compañías. Samira reúne el atractivo específico de uno de esos altos nobles y vos el talento para que no sospechen de ella.

Con otro gesto de mano anima a la joven a que se acerque más a vosotros.

- ¿Queda claro hasta aquí? -Pregunta el ahora menos comerciante Roes.

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29/07/2015, 10:20
Tyella Arena

No habló. La palabra era un lujo de aquellos que podían permitirse ser escuchados y se limitó a observar, oír y callar. Ya no se trataba de sedas sino de carne humana, ya no era Braavos sino Dorne, ya no era Tyella la cortesana sino la otra Tyella. Sus acompañantes guardaban idéntico silencio y una actitud casual, como si lo que allí se estuviera diciendo careciera de importancia y no fuera más allá de un simple cotilleo. 

Cuando Samira se acercó siguiendo las instrucciones del Mercader de telas, Tyella la hizo detenerse y fue ella la que comenzó a moverse a su alrededor como si de una res se tratara, evaluando la calidad del animal. Sus pasos eran lentos, la mirada escrutadora. Cabellos, facciones, imperfecciones, ojos y mirada. Brazos, caderas, nalgas, vientre y piernas. No dudó en tocar, en virar su rostro adoptando un ángulo u otro, pero siempre con suavidad, dejando claro que aquello era trabajo y no una trata de blancas. 

-Habla. Necesito conocer tu voz, su timbre, tu acento. Y necesito que me respondas a algunas preguntas. ¿Eres virgen? -miró por un breve instante a Roan-. En breve os diré si vuestro encargo es posible o no. De igual modo me gustaría saber qué recibiré a cambio. No necesito saber qué ha de hacer ella, pero si se la asocia a mi casa y es descubierta mi posición se verá muy comprometida. Lo que me pedís no es tan irrelevante como podría parecer a simple vista. 

Notas de juego

A modo aclaratorio: lo que pide Tyella no es dinero. Se trataría de saber cómo va a ser compensado su trabajo, lo cual implicaría información de cara a su misión personal o aspectos que lo facilitaran. No sé si me explico adecuadamente. 

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03/08/2015, 21:32
Samira

Samira era sin duda una mujer bella, pero era evidente que no estaba acostumbrada a sacar partido. El hecho es que estaba ahí, de pie con cierta tensión mientras la observabas sin pudor alguno. Tenía una altura agradable para los hombres, aunque no era especialmente baja. Con su casi metro setenta estaba en el rango que los hombres consideraban "manejable", y su complexión esbelta no disminuía su atractivo.

- No, señora. No lo soy -respondió dándote un avance de lo que necesitabas. Su voz no era especial, un tanto neutra sin duda. Tienes una ligera idea de cuáles son sus habilidades y la dulce armonía de su voz... Tendrías que trabajar en ello, parecía que necesitaba un cambio de actitud.

Su cuerpo en conjunto es esbelto, pero con el tope justo para el propósito que te encomiendan. Piernas torneadas, vientre plano y nalgas prietas pasan la primera inspección. Bajo aquella ropa se halla una piel bronceada dorniense, eso sin duda; además de unos pechos que aún siendo pequeños se perciben turgentes. Una cascada ondulada y oscura termina a mitad de su espalda, resultando tan atrayente como sus ojos ahora destacados por el khol. Curioso, para alguien tan poco consciente de su físico está muy bien ejecutado.

- Por supuesto que no es irrelevante, mi señora. Nada es irrelevante -Roes muestra una sonrisa perezosa, como si estuviera cansado de repetir esas palabras. Dirigiéndose a una estantería con múltiples cajones sustrae del interior de uno de ellos una bolsa de cuero que pronto te tiende-. Ayudará a la causa. Considérelo un anticipo y... Digamos que puedo poner en disposición ciertas piezas del inmenso juego en el que estamos. Información y recursos que jamás podrá obtener "podrían" estar a su alcance. Todo depende de las expectativas, mi señora.

La bolsa es pesada, sin duda hay una buena cantidad de monedas en su interior.