Partida Rol por web

Vigilancia, victoria, sacrificio

2.B. En el nombre del padre

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24/11/2015, 17:12
Narrador

La primera vela de tu escritorio ya estaba en las últimas.

A veces no podías evitar distraerte de los pergaminos y fijar la vista en las danzantes llamas, perdiéndote en tus pensamientos hasta el punto de que cuando querías darte cuenta te preguntabas cómo era posible que esa vela fuera antes casi dos centímetros más alta. Y lo peor era que la longitud de los párrafos que aparecían bajo tu pluma seguía sin variar; ya podían aumentar solos al igual que las capas de cera derretida en el platillo de metal que sostenía tu fuente de luz.

Te echaste hacia atrás en el sillón estirando los brazos y bostezando hasta que escuchaste crujir un hueso en algún lugar de tu espalda. ¿Cuánto tiempo llevabas tratando de inscribir aquel condenado pergamino? Era un estúpido conjuro de la primera esfera y los continuos despistes mentales estaban haciendo tardar su creación hasta el punto que pareciese uno de la cuarta. Pero no podías hacer nada al respecto. No podías evitar que tus pensamientos se dirigieran una y otra vez con preocupación hacia tu situación actual; te sentías como alguien que observa una incandescente masa de lava descendiendo lenta pero inexorablemente por la ladera del volcán, sabiendo que devorará su casa hasta reducirla a cenizas y no hay nada que pueda hacer para cambiar dicho destino.

Y entonces unos nudillos llamaron a la puerta.

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24/11/2015, 17:49
Deva

En principio el sonido te hizo sufrir un pequeño respingo, pero tras varios segundos encontraste la voz para dar paso al repentino visitante.

La jamba de madera de roble se abrió con un lento chirrido, empujada por dos manos delgadas y pálidas. Un rostro ovalado asomó de la abertura y pudiste ver que dueña tenía las orejas puntiagudas y se recogía la cabellera castaña en una sobria coleta. Eran unos rasgos que conocías muy bien.

—¿Señorita?—preguntó tímidamente Deva, ya que probablemente no sabía si estaba interrumpiendo algo importante—. Siento la interrupción. Su padre desea verla...

El cambio de escena se ha producido en un parpadeo. Antes de parpadear estabas en la Tumba de la Novia Roja con tus compañeros guardas, después estás en tu habitación, en tu casa de Tevinter, cómodamente sentada en el mullido sillón de tu escritoriol. Tu PJ es consciente de este cambio.

Selene recuerda esto: sucedió cuando ella era muy joven. La única diferencia es que tiene la apariencia de ahora y no la de la antaño.

Ni qué decir tiene que puedes seguir a Deva tal y como te ha pedido, negarte a hacerlo, hablar con ella o saltar encima de la mesa y ponerte a bailar una jota aragonesa.

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26/11/2015, 14:27
Selene

-Fuego...- Se dice que la oscuridad siempre termina dando paso a la luz, pero aquella no era la forma en la que Selene esperaba escapar de la lobreguez de la caverna. -No es posible...- Las llamas chisporroteaban cálidamente en la chimenea, formando dibujos caprichosos, escenas de tiempos pasados y futuros que únicamente sucedían en su imaginación. Sentía una cierta confusión, como la de ese instante en el que los ojos se abrían de un sueño, y la mente era incapaz de decidir qué vivencias eran oníricas y cuales pertenecían al mundo de vigilia.

-La cueva... el Velo estaba desgarrado- le recordaba su cabeza; pero por el contrario, su corazón se aferraba a esos objetos familiares y conocidos, a esa sensación de tranquilidad y seguridad que aquel sillón, que ese olor tan familiar a tinta y a madera le ofrecían. -¿Dónde está todo el mundo?

Por un momento, la maga llegó a pensar que tal vez se había quedado dormida sobre los pergaminos, y que únicamente había sido víctima de una extraña pesadilla. Pero luego comprobó que su cuerpo no era el de una niña, sino el de una mujer. Recordó que ya había vivido aquello, hacía tanto tiempo que resultaba imposible datarlo con exactitud.

-Esto... esto no puede ser real...- Trató de concentrarse, pero sus pensamientos parecían únicamente dar vueltas en torno a aquel conjuro que no acababa de formarse, como si acaso se tratara del misterio último de la existencia. -Hay algo que no...

Pero entonces llegaron los golpes en la puerta, y Deva a continuación. La incomprensión dio paso al alivio, y el alivio rápidamente al dolor. La maga se incorporó con rapidez, acercándose a la figura de la elfa y mirándola como si fuera la primera vez. -¿Deva? ¿De verdad eres tú? ¿Estás... estás a salvo?- Le colocó una mano en la mejilla, como si así pudiera comprobar si era real. De hecho, tenía que contenerse para no abrazarla. No había dejado de pensar en qué podía haberle ocurrido desde que se separaron, en si acaso los esclavistas la habrían vuelto a vender, en si habría sido capaz de adaptarse o no a un mundo en el que era libre.

Y luego comprendió que esas preguntas no tenían sentido alguno, porque todavía no habían dejado Tevinter. ¿Pero qué significaba todavía? Retiró el contacto, con un terrible desasosiego que no era capaz de explicar. Ella no tenía que estar allí, tenía que estar con los Guardas, buscando a los desertores. Y su padre no la podía estar llamando, porque había muerto. El ser consciente de aquello nuevamente fue como recibir un golpe en la boca del estómago -Yo... ¿cuál... a qué fecha estamos?- preguntó, tratando de racionalizar lo que estaba ocurriendo.

-El Velo... el Velo estaba desgarrado...- siguió insistiendo esa molesta vocecita.

- Tiradas (1)

Notas de juego

¡¿?!... Me encantan estas cosas XD. En fin, he tratado de reflejar lo mejor posible lo que piensa y hace Selene sin hacer metagaming, pero si me he colado en alguna cosa lo cambio y ya está. Por si acaso, he hecho una tirada de Saber (el Velo) porque si ha sido consciente del cambio, imagino que también recordara lo que la preocupaba antes de aparecer allí. En caso de que no fuera lícito, pues nada, iré a pelo.

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26/11/2015, 22:02
Deva

—¿Que si estoy eh... qué?—parpadeó la esclava ante tu peculiar pregunta. No obstante, enseguida atinó a contestar—. En 9:38 del Dragón, señorita.

Carraspeó incómodamente como si pensara que te habías quedado dormida encima del libro o algo así pero no quisiera decirlo en voz alta no fuera a ser que le dieras un sopapo.

—Siento la insistencia pero es importante—repitió—. Su padre desea verla cuanto antes.

Intuyes que no estas en el Velo. Estás en tu cabeza y este es un recuerdo tuyo. Quién o qué te ha enviado a este momento, está seguramente relacionado con la debilidad del manto. Deberías ser cauta y extremar las precauciones hasta que descubras su naturaleza

Nota: Hemos hecho los cálculso en base a que Selene tiene unos 19 años y esto ocurrió cuando tenía 15. En cualquier caso, 9:38 le resulta a tu PJ una fecha correcta.

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27/11/2015, 12:53
Selene

-9:38...- Por supuesto, ella seguía estando en Tevinter por aquel entonces, ignorante de lo cerca que estaba el momento en el que perdería todo cuanto le había sido conocido. La recreación era perfecta, desde el rostro de la elfa hasta el cómodo sillón en el que había... ¿despertado? ¿aparecido? No era fácil asegurarlo con exactitud.

El encontrarse nuevamente en aquella situación, en esa época de su vida tan censurable como maravillosa, se le antojaba como una terrible broma de mal gusto. El mero hecho de ver la expresión de incomodidad de la esclava, temiendo tal vez un castigo injustificado que esa otra Selene, esa Selene arrogante y altiva que fue una vez, pudiera infligirle, hacía que la envolviera una sensación de dolor mucho más profunda que los agudos mordiscos de las arañas.

-Si esto no es el Velo... ¿qué clase de criatura podría poseer un poder semejante como para enviarme al interior de mi memoria? ¿Y si mi consciencia está atrapada aquí... qué le estará ocurriendo mientras tanto a mi cuerpo?- Se mordió levemente los labios, retirándose un mechón de pelo tras la oreja. Se sentía como un insecto atrapado en la invisible tela que un peligroso arácnido tejía a su alrededor, solo que en esta ocasión, los hilos no estaban hechos de seda, sino de algo infinitamente más sutil y aterrador: de recuerdos.

No podía permanecer allí, pero no sabía dónde se encontraba la salida. Tampoco era capaz de decidir si acaso debía tratar de evitar las acciones de su propio pasado para romper la ilusión, o si acaso debería internarse más en el sueño con la intención de descubrir las intenciones del ser que la había enviado a la visión.

Finalmente, ante la incertidumbre, la que se impuso fue la voz de su corazón, a pesar de que sabía que luego se arrepentiría. Pero es que deseaba ver a su padre una vez más. -No tienes que disculparte.- Tranquilizó a Deva, con una cierta amargura en su voz. Sabía que a fin de cuentas, la línea del tiempo era inalterable incluso con magia, y nada de lo que hiciera en aquel lugar afectaría a sus acciones del presente. Sin embargo, sentía la necesidad de poder enmendar ciertos errores. -Has hecho bien en insistir.- Lanzó un último vistazo a la habitación, mientras espiraba suavemente. Y luego añadió, con un ligero temblor. -Por favor, llévame hasta mi padre.

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30/11/2015, 13:40
Narrador

Deva asintió solícita y la seguiste a través del familiar pasillo central de tu casa, subiendo después por las escaleras en silencio  hacia el dormitorio de tu padre. Y, como no podía ser de otro modo, allí encontraste justo lo que esperabas encontrar.

Tu esclava tomó un respetuoso lugar en la pared paralela a los pies de la cama por si alguien la necesitaba pero a la vez manteniéndose en un discreto segundo plano.

Septimus Argenta yacía en la cama, arropado por la manta a despecho de encontrarse sacudido por un ligero y constante temblor. Su piel se había tornado pálida hace un tiempo ya y cada vez más se le podían distinguir las venas bajo esta de un malsano tono negruzco, como si se trataran de un delicado tatuaje grabado en todo su cuerpo; el estigma de la inevitable condena a muerte que suponía la corrupción de la Ruina.

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30/11/2015, 14:03
Septimus Argenta

Tu padre giró la cabeza hacia la puerta cuando os escuchó entrar, tenía los ojos entelados de un tono lechoso, como si estuviera ciego, pese a que te constaba que podía ver perfectamente. Pero aquello también formaba parte del mal que le consumía.

—Selene, hija mía...

Una fugaz sonrisa iluminó aquella máscara de dolor, y por un latido de corazón te recordó al hombre joven y sano que conociste una vez, el magíster de un don prodigioso para la magia que de algún modo siempre tenía un momento para su ojito derecho: tú.

Septimus estiró una de sus manos antaño fuertes pero delicadas, las manos de un mago, que ahora eran huesudas como si algo les hubiese aspirado la sustancia, y aguardó a que te acercaras a él. Sólo cuando lo hiciste, tomó una de las tuyas y la estrechó.

—Me estoy muriendo y las cosas serán difíciles a partir de ahora—dijo pese a que aquello no era ninguna novedad—. Necesito que hagas algo, debes escucharme con atención; pero antes de que la Ruina me lleve también quiero decirte algo muy importante que has de saber.

Como si de un negro presagio se tratara, en aquel momento tosió escupiendo gotitas de sangre, y se limpió la comisura del labio con una mano temblorosa.

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02/12/2015, 10:58
Selene

Recordaba perfectamente aquel momento. En otro tiempo, tan lejano ya que parecía haber sucedido en otra vida, se derrumbó por los dos golpes consecutivos que recibió, uno directo a su corazón y otro a su orgullo. Realmente, no se había recuperado de ninguno de ellos hasta entonces.

Una desagradable opresión le atenazaba la garganta, casi como si una mano fantasma la estuviera asfixiando y, sin poderlo evitar, las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas en un llanto silencioso. Selene se repitió a sí misma que aquello no era real, que no era más que una ilusión, pero eso no servía para hacerlo menos doloroso. Además, lo más terrible era que había comprendido que le daba igual, que poco importaba si era una mentira o si sufría en el proceso, pero quería recuperar esos últimos instantes junto a su padre.

Se acercó hacia la cama, con pasos temblorosos que aun así poseían mucha más seguridad que cuando los recorrió siendo una niña, y tomó las manos del magíster tratando de esbozar una sonrisa, como si quisiera asegurarle que todo estaba en orden, que todo iba a salir bien. Esa molesta vocecita no dejaba de repetirle que no se fiara de esa figura tendida, que no se trataba del hombre que la había traído al mundo, pero la acalló con una rabia amarga muy poco habitual en ella. Ya tendría ocasión de preocuparse por ella misma y por sus compañeros una vez que todo hubiera terminado.

Observó el rostro cadavérico, enfermo por la corrupción, que se situaba frente a ella, a través de sus ojos empañados, sintiendo pese a todo una leve calidez en su pecho al volver a ver esos rasgos conocidos. -No pasa nada- musitó, incapaz de alzar más la voz por temor a que esta se quebrara en un sollozo. -Ya sé la verdad. Puede partir en paz, padre; sé que Deva sabrá qué hacer a partir de ahora.

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02/12/2015, 13:27
¿Deva?

¡¿Pero cómo es posible que no te estés retorciendo en agonía?! ¡Tu padre está muerto y nunca volverás a verlo! ¿Por qué no desesperas?

Una voz estridente, superpuesta a otra, helada como el filo de acero de una espada resonó a tus espaldas hincándosete en los oídos como algo sólido. Al darte la vuelta, viste a Deva con el rostro desfigurado en una mueca de odio... ¡y los ojos brillando como si fueran dos ascuas encendidas en llamas verdes!

¡Los humanos sois todos así! ¡Os regodeais en vuestra propia desdicha!—espetó con furia. Era como si algo superior a ella le impidiera avalanzarse sobre ti y aquello le frustrara enormemente—. ¡¿Por qué tu no?!

No, definitivamente, aquella no era Deva.

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02/12/2015, 16:12
Selene

La voz, inhumana, fría, antinatural, despertó por completo a Selene, dominada hasta ese momento por la ilusión que había surgido de su memoria. Sin soltar la mano de su padre, se volvió con un atisbo de temor, encontrándose cara a cara con lo que hacía escasos instantes le había parecido que era Deva... y aún lo seguía siendo, en cierto sentido; pero la fantasmagórica luz que surgía de sus ojos dejaba muy claro que no era ella, que no era ni siquiera un recuerdo, sino algo mucho peor y más peligroso que el pasado.

Pero frente a la sorpresa inicial, pronto le sobrevino una sensación de calma al darse cuenta de que se encontraba fuera de su alcance, al menos, por el momento. Al contrario de lo que le sucedía en el combate, en el que el cansancio y el dolor ofuscaban su mente y le impedían reaccionar, había aprendido desde su juventud a resistirse ante el poder de los demonios y de las criaturas que habitaban al otro lado del Velo, y eso le otorgaba seguridad ante la situación presente.

-Quería que desesperara...- pensó la maga para sí, preguntándose si acaso era esa la emoción de la que se alimentaba. Paradójicamente, si bien volver a aquel lugar le había resultado doloroso, también se había sentido feliz de volver a la que ya no podía considerar como su casa, de volver a reunirse con aquellos que habían partido. Lamentablemente, los sentimientos no se podían fingir, pero trató de concentrarse en los buenos momentos de su infancia con la intención de que estos le sirvieran como escudo contra esa misteriosa entidad: la primera vez que logró lanzar un sortilegio controlado y la sonrisa que esbozó su padre, el orgullo que sintió cuando le regalaron por fin una esclava personal...

-¿Por qué habría de entristecerme?- preguntó a esa falsa Deva, con un leve temblor en la voz, a pesar de que la escena no dejaba de ser hasta cierto punto amarga. Se limpió una lágrima y se sentó junto al magíster, tratando de extraer fuerzas de su contacto. -Sé que me amaba mientras vivió, y que en algún momento nos volveremos a encontrar en el seno del Hacedor.- Eso último realmente no lo tenía tan claro, pero quería pensar que sería así.

Se volvió nuevamente hacia el enfermo, tratando de grabar hasta el último detalle de sus rasgos para no olvidarlos nunca, y le susurró con dulzura. -Todo saldrá bien. Deva y yo nos marcharemos, y terminaré mi formación gracias a los Círculos sureños. Y luego, entraré en los Guardas Grises para asegurarme de que nada semejante vuelva a ocurrirle a nadie.- Seguía atenta a cualquier movimiento o reacción de la elfa, pero se sentía más cómoda hablando con el hombre que yacía en el colchón. ​-La otra vez apenas tuve ocasión de despedirme, pero ahora que tengo una nueva oportunidad, quería agradecerle la vida que me ofreció, a pesar de que no me correspondía; quería decirle que ocurra lo que ocurra siempre le querré, y siempre será mi padre.

La maga cerró los ojos y respiró profundamente, ahogando un breve sollozo, pero se las apañó para mantener la sonrisa. Sí, aquel no era un recuerdo agradable, pero era cierto que también tenía algo de hermoso. -Todo saldrá bien- repitió, tanto a él como a sí misma.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Como no tenía muy claro cuál habría que lanzar, y tanto Saber (arcano) como Saber (el Velo) tienen el mismo bonificador, hago una sola tirada y ya la consideráis como la habilidad más apropiada para identificar a la criatura.

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02/12/2015, 21:58
Narrador

La respuesta de aquella cosa fue lanzar un horrísono chillido de frustración que resonó en la estancia clavándosete en el cerebro y obligándote a llevar tus manos directas a tapar las orejas en un gesto reflejo. Aquel sonido estaba preñado de rabia, de odio... de derrota.

Y la realidad se rompió.

Literalmente, porque el mundo a tu alrededor pareció estallar como un cristal contra el suelo dejando a su paso sólo oscuridad. La habitación, tu padre, Deva, todo desapareció engullido por la negrura. Sólo quedaste tú.

A juzgar por cómo ha hablado, estás bastante segura de que la criatura a la que acabas de enfrentarte era un Demonio de la Desesperación. Muy probablemente, tu deseo de disfrutar esos momentos "regalados" con tu padre sin dejarte llevar por la amargura de haberle perdido, han sido lo que te ha salvado de lo que sea que pretendiese...