Partida Rol por web

Por el rabillo del ojo ves como la figura que se había escondido en el frondoso bosque sale de nuevo al camino y camina a unos pocos metros de ti, no parece peligrosa.

Continúas hacia tu destino hasta que otra figura se cruza en tu camino saliendo del bosque para cortarte el paso. Se trata de una mujer de larga melena pelirroja, de su rostro poco puedes ver pues lleva la capucha del abrigo bastante calada en la cabeza ocultando sus rasgos dejando a la vista tan solo sus labios pintados de rojo.

- ¿Qué ocultáis bajo ese casco? - por su tono de voz parece divertida.

—Es parte de mi encanto —respondió, ralentizando su camino apenas una fracción de segundo antes de continuar, con cierto aire teatral—. ¿Qué oculta usted bajo la fachada de femme fatale?

Sigues caminando tras el extraño individuo bajo el casco cuando ves que se ve obligado a parar pues una figura se cruza en su camino, desde donde estás no puedes oír lo que sucede. Quizás si te acercas un poco más...

Poco después de centrarte en si hay alguna presencia que pueda resultar amenazadora, tus sentidos te alertan de la presencia de alguien no muy lejos de ti, sin embargo en el camino no puedes ver a nadie, de todos modos el bosque que cruzas a través de el sendero es bastante frondoso y podría ocultar a alguien fácilmente.

El taxi te acerca hasta el final de la carretera, allí te comenta que tienes que hacer el resto del camino a pie, pues el coche no puede pasar por allí. Se queda un poco extrañado de las horas a las que decides acercarte a la Sacra pero no comenta nada.

Una vez te acercas al sendero éste parece despejado, la luna ilumina un frondoso bosque a ambos lados, pocos sonidos se oyen salvo el de los animales nocturnos.

Aún tienes un trecho que recorrer antes de llegar a tu destino y es bastante probable que te encuentres a alguien por el camino, pues sabías que eran muchos los clanes participantes en aquel extraño evento.

El  joven sonríe al notar el dolor en los ojos de su oponente, sin embargo poco le dura ese sentimiento al ver como huye de él para evitar la pelea. Así que echa a correr sin perder ni un momento para intentar atraparlo.

Después de pagarle al taxista y ver el camino tengo un cierto escalofrío viajar por mi columna, pensando en el solitario sendero por el que tendría que pasar para llegar a mi destino, incluso sintiendo cierta inseguridad, ¿De verdad era un evento o todo lo montaron para poder matarme? No lo sabría muy bien, y no pensé en ello hasta ahora, por lo cual me pareció algo insensato y estúpido el no venir armado.

Pero no pensaba quedarme allí toda la noche, así que empecé a caminar por el sendero, a un paso decidido mientras miraba de vez en cuando hacia los lados.

Se detiene automáticamente un segundo cuando ve que una figura se cruza en el camino del individuo. Su cabello ondea con el súbito movimiento y piensa si es mejor dejarle intimidad, pero tal vez fuese importante oir lo que estaba pasando. Con pasos gráciles intenta acercarse sin importarle mantenerse oculta pues, por ahora, sigue pensando que se trata de otro de su clase o de un simple miembro del rebaño...

 ¿Qué oculta usted bajo la fachada de femme fatale?

Es lo único que llegas a oír.

La joven mira a la figura con el casco intrigada.

- ¿Yo? Nada, soy todo lo que podéis ver - sonríe encantadora mientras se quita la capucha de la cabeza dejando ver su bello rostro - Vaya, vaya que concurrido está hoy este lugar ¿no? - dice mirando hacia quien acaba de aparecer en escena tras el otro sujeto.

De pronto el gato frena en seco y antes de que te des cuenta un hombre aparece en tu campo de vista, no entiendes como ni tú ni tus animales no os habéis percatado que os estaba acechando, ni siquiera has visto de donde ha salido. 

Se queda quieto mirándote con una sonrisa de medio lado, lleva un turbante en la cabeza, es alto, corpulento y adopta un gesto de superioridad hacia todo lo que le rodea.

Ella se acercó notando que ya había sido avistada. Sonrió tenuemente ante las dos personas que estaban dialogando.

-No he querido molestar, pido mis más sinceras disculpas si lo he hecho.

Se adelantó y los saludó con la mano extendida en señal de respeto.

Hm, mascullé en voz baja, inaudible para todos los presentes que no tengan un oído superdesarrollado. 

Hola amigo, me ha dado un susto de muerte, comenté con voz tranquila, era difícil para mi contenerme a esos pequeños chistes. 

Es una bonita noche, ¿también gusta de caminar por los bosques de nuestro señor? 

El sujeto se ríe ante la broma.

- Eso parece, hace una buena noche ¿no le parece padre? - comenta suponiendo el estatus de Guillermo al observar las ropas que viste.

Con los nervios a flor de piel, tus sentidos agudizados y observando bien todo lo que te rodea no tardas en sentir la presencia de alguien no muy lejos de ti, sin embargo en el camino no puedes ver a nadie, de todos modos el bosque que cruzas a través del sendero es bastante frondoso y podría ocultar a alguien fácilmente.

Si que lo es, ¿vive por aquí?, yo buscaba la sacra, un buen lugar para orar. O eso dicen. De esta manera podría saber si formaba parte de la vanatoarea, o si venía más gente a menudo al lugar. 

Miré alrededor, buscando si el sujeto tenía sangre en las ropas, o debajo de él.

Observas que no hay sangre en sus ropas, ¿cómo iba a tenerla? Si transmite una sensación de paz y tranquilidad abrumadora.

- Sí, es un buen lugar para ello, en fin gracias por la charla pero debo continuar, padre, que tenga un buen camino y no se salga del sendero el bosque a estas horas es peligroso.

Sientes que habéis estado hablando durante un buen rato, hasta que pronunció unas palabras de despedida, te apretó un brazo en señal de despedida y desapareció tal y como había llegado.

Respondió a la pelirroja con apenas un sonido de asentimiento a la vez que inclinaba momentáneamente la cabeza. 

La voz de la otra mujer le hizo girar el cuello en su dirección y la examinó de arriba a abajo. Se quedó mirando su mano extendida un segundo, dudando, pero a sabiendas de que sus guantes esconderían una verdad incómoda de desvelar a quienes no eran de su sangre, acabó por hacerlo. A la vez que aquella capa de tela interpuesta era una ventaja, por otro lado, le impedía confirmar si esta mujer estaba tan muerta como él y se encontraban de camino al encuentro de aquella noche. Por esto, se esforzó en fijarse en sus movimientos respiratorios y el color de su piel.

No tenía claro que hora era, pero había estado un tiempo con el extraño, era el momento de continuar mi marcha a la sacra.

Por supuesto amigo, gracias, rezaré por usted. Dije a su despedida y continué mi camino a la vanatoarea. 

Al final había estado mucho tiempo allí, pero no había sacado nada en claro, comenzaba a pensar que había sido engañado pero ¿como?.

Preguntaría también sobre él en la sacra, todo era extraño y no me gustaban las cosas extrañas, para ello leía cada noche antes del amanecer.