Partida Rol por web

El tipo reacciona y alcanza a darte un balazo en el costado, doloroso pero no lo suficiente para detenerte... No en este estado de desesperacion. 

Logras tomar la itaca, para despues dispararle. El cartucho del 12 revienta el parabrisas, haciendo un destrozo de cristales ensordecedor... La municion es amortiguada por los vidrios asi como por el chaleco del tipo, pero tiene la bastante dispersion para lastimarlo un poco en los brazos, asi como lanzarlo para derribarlo...

-Pendejo de mierda!+exclama, mientras rapidamente se recupera y cubre de tu vision contra el frente de la patrulla, agazapado al igual que el colega herido.

Aun no estas acabado puto, aun no estas acabado me digo a mi mismo mientras le doy vuelta a las llaves de encendido de la patrulla.

Y apretando a fondo el acelerador saco al auto como una gigantesca bala de hierro.

Hacia la oscura noche.

Lejos del peligro.

Los policias apenas tienen tiempo de rodar a un lado cuando sienten el motor, para evitar ser arrollados... Aun asi, el mas sano se las arregla para poner un plomo en tu vidrio trasero, pero sin alcanzarte. Enseguida estas fuera de alcance de la pistola!!!

La patrulla estaba orientada hacia la avenida, lo cual no es lo mejor, pero es rapido para meterte en calles mas concurridas. ¿Hasta donde llevarla? Esas y otras reflexiones cruzan rapido por tu lastimada cabeza. Puta noche... ahora la policia te va a amar sin duda. Ya podes imaginar tu identikit circulando, con las correspondientes circunstancias. Lo unico rescatable es salir con (no)vida, aunque para que, es todavia un misterio.

Voy al palo, no se a cuanto realmente y no me importa, lo que importa es alejarse de los canas y de los refuerzos.

Por fortuna la radio policial me advierte con su crepitar molesto del movimiento de los gorras, y aunque no entienda mucho de sus cinco cinco o sus natalia natalia, si entiendo cuando mencionan una u otra calle.

Aun hay tiempo asi que me como la maxima cantida de cuadras posibles que pueda y siempre por estas calles de mierda mal iluminadas de la periferia.

Vuelvo a la casa de Yasmila, ¿A dónde si no?, pero ahora antes pienso merendarme algo ya que estoy casi desarmado.

Cuando el auto deja de serme util lo abandono en lo mas oscuro posible, rapido y sin demorarme desbarato la radio para un futuro uso y tomando la escopeta con la otra mano luego de chantarme la gorra de uno de los cobanis comienzo a pataconear.

Voy rapido pero atento.

Buscando.

Una bolsita de sangre con patas.

El desandar de las calles oscuras no es facil, con la carga y el hambre. La poca gente que todavia ronda a estas horas te evita, apartandose rapidamente. Si de la gorra o del arma, vaya uno a saber. Pero esas cosas evitan su proximidad tanto como espantan a las presas... 

Casi resulta divinamente provisorio el hombre viejo, algo tambaleante, que encontras meando contra un arbol. De espaldas y murmurando para si, no te siente hasta que es demasiado tarde. Su sangre es fuerte, condimentada con un toque a vino tinto y ginebra, pero cuando hay hambre no hay pan duro dicen. Seguramente alguna variante sangrienta los vampiros tendran de ese dicho... Nada que importe ahora igual, solo darle un buen tarascon y seguir. 

Puto viejo pienso mientras le dejo caer inconciente al suelo.

Estas mas seco que una pasa, ¡tanto! Que ni siquiera tengo para empezar.

Lo bolsiqueo un poco para ver si tiene algo de valor y sigo rápido, la clave reside en esto.

Moverse, moverse siempre.

Y mientras camino, aun con hambre, sigo buscando con la mirada una nueva presa que sacie mi hambre.

Un pensamiento se hace entonces presente en el lugar que solía contener a mi cerebro.

Que rápido has cambiado Lucas, desde aquel casi inocente chico de Córdoba que venia a buscarse un futuro, a este nuevo “loquesea” que se caga a tiros con la yuta, mata mujeres y bucea en la mierda.

Y la verdad es que si, he cambiado radicalmente.

¡Lo siento por el resto de mierdas que me rodean!, susurro sonriente sin dejar de buscar un nuevo VampiCombo.

Tus reflejos son mas lentos despues de la magra bebida, y la sed solo queda apenas saciada. Sentis todo un poco aletargado y te cuesta pensar... Quizas eso es  lo que te impulsa a seguir buscando otra presa en vez de ir al refugio, eso y el hambre que todavia persiste. Junto a un arbol meado, queda durmiendo un viejo, que probablemente achacara todo mañana a un soberano pedo.

La siguiente presa no es mucho mejor, ya a esta hora tampoco hay de donde escoger. Es un tipo grande, no tanto como el otro pero si de edad madura, quien cartonea tranquilo en su carrito con traccion a pulso. A esta hora no hay un alma, es tarde para los desvelados y temprano para la gran mayoria de laburantes. Asi que se lo toma con mucha calma, silbando bajo mientras rebusca...

Esta vez soy más gentil al terminar.

Le dejo recostado sobre su carro, durmiendo cómodo entre los cartones y las planchas rotas de telgopor.

Me siento saciado y revitalizado.

Vivo.

O no vivo para el caso.

Pero bien, muy bien.

Estoy con renovadas fuerzas, listo para lo que el mundo quiera tirarme encima.

Pero llega un nuevo día y con la luz.

Las bestias debemos correr a ocultarnos.

Es casi feliz tu regreso al centenario. El feo barrio, con su aun peor atmosfera, es al menos algo familiar. Las callecitas que empeoran nada mas pasar las primeras cuadras, el rancherio creciente conforme se llega a la circunvalacion... Mejor evitar el Fonavi, desde luego. Yasmila... hoy nada mejor que dormir en sus brazos, o mas bien cerca de ella, ya que todavia no conociste el cuartito. No tiene importancia, es un lugar seguro. Con la pancita llena, y todavia algo de los vapores de aquel viejo corriendo por las venas, casi se le puede llamar un hogar.

Lo que si, entrar en esa facha es invitar a que te cosan a tiros de vuelta.., mejor deshacerse de la gorra y curarse cuanto antes.

Volver es bueno, y mas aun volver en una sola pieza.

Me he ido curando valiéndome de la nueva sangre recolectada en el camino de venida.

Como una especie de Caperucita Roja siniestra que en vez de manzanas para su abuelita enferma, iba por el bosque chupándole la vida a cuanta criatura se le cruzase por el camino.

En algún momento he tirado a la mierda la gorra de policía, la mande a través de una boca de tormenta hacia abajo, al territorio de mis amigos, esos que viven en VillaMierda.

Y si de mierda hablamos, tampoco es que varíe mucho acá arriba entre el rancherío y las calles de tierra.

Pero no me preocupa nada más que llegar así que apuro aun mas cuando a lo lejos veo aquella lucecita solitaria, la de la casa de “La Yasmi”, que como un faro protector parece brillar en la moribunda noche.

Doy un buen rodeo antes de entrar por la parte de atrás, donde me quito la ropa sucia, me tiro un poco de agua para limpiar el cuerpo y cuando considero que estoy limpio de la agitada noche y sus peligros pasados, ingreso en el interior del que ahora se ha vuelto mi hogar.

Te traigo un regalo, le digo a “La Yasmi”, ni bien verla, depositando con cuidado la radio de policía sobre la mesa sin soltar la escopeta recortada.

Mis ojos van hasta el teléfono que junto a su mano y próximo a las cartas de Tarot completan el decorado de austeridad reinante en la cocina.

¿Alguna novedad?, le pregunto acercándome a donde esta sin pensar en mi miembro que al vaivén de mi andar bailotea ante sus ojos.

Alza una ceja y luego parpadea, observandote con sorpresa. Lentamente, a medida que el estupor desaparece, una gran sonrisa se forma en su rostro. Se pasa la lengua por los labios, humedeciendolos con sangre, mientras se incorpora. Te toma de la nuca con cierta brusquedad, para despues depositar un suave beso en tus labios, el cual termina con una dulce caricia en tu mejilla.

-Volviste... Sabia que no podia ser tan facil. Gaston dijo que la policia te habia agarrado y ya no contabas, pero mis reservas estaban justificadas... 

Mira la radio y asiente, aprobadora. Otra vez te acaricia, pero ahora tu pelo tiernamente...

-Un buen regalo, muy muy bueno. La pondremos en el auto tan pronto llegue Julia. Tenemos que movernos, querido, antes de que amanezca. Las cosas se han desmadrado demasiado, para que sea seguro quedarnos en Santa Fe.  Sabia que no habia que tener cuidado con esas juntas...+dice en tono suave y claro.

Sus labios son más suaves de lo que hubiese creído, labios grandes y generosos.

Y aunque no es la más linda del corral su beso me sabe a gloria y renovación.

Sera por el embrujo al cual me tiene sometido, o porque hace mucho no beso a una mina, o tal vez sea por alguna otra cosa que no comprendo aun.

Mas ¿Qué importa?, el recibimiento es agradable así que aprovecho el momento besándola también con pasión.

Pero el acto no se extiende mucho, son sus palabras las que me cortan la inspiración.

¿Cómo es eso de que las cosas se han desmadrado mucho?, ¿y lo de “estar aquí ya no es seguro”?, ¿A dónde iremos, y más ahora con el día tan próximo?

!Que ha pasado Yasmila! le digo con un dejo de preocupación en la voz, ¿Qué ha pasado mientras nos estuve?

Rápido, me visto con lo primero que encuentro por ahí, y mientras voy preparando todo lo que me dice para irnos cuán rápido se pueda escucho cada una de las palabras que se digna a darme.

Y mientras hago todas estas cosas pienso en cómo me ha recibido, ¡me extraño! Me digo a mi mismo, me ha extrañado más de lo que pensaba….

-Gastón y los demás se juntaron con otros... Eran Sabbat como pensaba, esa idiota de la sonrisita, al igual que algunos más. Les habrán contagiado su locura o algo parecido. Estuvieron disparando y peleando por todo el Centro y Sur, atacando los Elíseos de la Camarilla. La ciudad es un desastre, con la policía alborotada a pleno tratando de arreglarlo. Seguramente habrá allanamientos a mansalva en todos los barrios "difíciles", buscando responsables... y Centenario encabeza la lista de esos. Tenemos que desaparecer por un tiempo.

Mientras te explica conseguís algo de ropa de la reserva, con que ponerte presentable. Ella entretanto no deja de barajar sus cartas, un gesto irreflexivo quizás.

-Nos vamos a Buenos Aires. +dice a continuación, con los dientes apretados, y los labios fruncidos+ Julia está consiguiendo el auto. Saldremos tan pronto amanezca y nos esconderemos allá. Tengo algunos contactos que pueden darnos asilo, hasta que las cosas se calmen. Es lo único que podemos hacer para no caer también…

Aprieta las manos, aplastando las cartas, las cuales se desparraman o son convertidas en un bollito pequeño que asoma entre sus dedos. Murmurando, añade:

-Tanto trabajo y esfuerzo… todo desperdiciado por estos infelices…

Un quilombo de la san puta, le suelto entre dientes y mientras junto las cosas cerca de la puerta para tener todo listo, ya me parecía que ese negro de mierda iba a echar mocos nomas, se le notaba al muy puto.

Me tomo una pausa para volverme hacia ella con las manos en la cintura soltando un bufido, si…tenes razón Yasmi…esta casa dejo de ser segura.

Es raro, pero me causa un poco de tristeza dejar este antro mugroso, quizás después de todo he llegado a tomarle un poco de cariño al lugar, pero no el suficiente para rebuscar alguna excusa que invite a quedarse.

Y aunque Bs As me parece un mierda incluso más olorosa que Santa Fe, y como buen Cordobés tengo repulsión por todos los porteños es más que seguro que la enormidad de la capital Argentina nos va a permitir pasar más desapercibidos que acá.

Pero Buenos Aires es un lugar peligroso, no quiero ni pensar como sea el Buenos Aires vampiro.

Yasmila…no se que tanto te pueda ayudar esto…pero ya sabes que soy de Córdoba, quizás nos sirva mas ir para aquellos lados, le indico pensativo, es un lugar grande obvio que no tanto como Baires, pero sirve al caso, y también ayuda que no sea tan peligroso como la Capital.

Vos dirás, concluyo.

Hace un ligero movimiento con la mano. Una ligera sonrisa pesarosa aparece en sus labios.

-Lo sé, pero el Sabbat tiene rodeada Córdoba. Todas las provincias más allá, las de regiones cordilleranas, les pertenecen. Si llegaron aquí, no quiero pensar como estarán en tu hogar... Tampoco me agrada demasiado Buenos Aires, pero será más fácil disimular entre la población mayor, y la Camarilla allí es mas fuerte que en ninguna otra parte...

Cierra los ojos y va a la cocina mientras habla, caminando con pasos suaves. Una vez allí, da un vistazo lento… Finalmente toma su cuchillo de trabajo, y te lo pasa, con una caricia de sus dedos sobre tu mano. 

-No hay que dejar rastros de nuestra presencia. Encárgate de los del galpón. Solo deja un par, los que nos llevaremos para el camino. El resto... que sea rapido.

Sabbat.

Esa secta de la cual no conozco casi nada también está en Córdoba.

Enemigos a muerte de los que llaman Camarilla, cualquier lugar en donde estén ambos bandos se convierte rápido en un campo de batalla a todo o nada.

Y no es que me importe una mierda que unos maten a los otros, pero lo quiera o no y por el simple hecho de ser uno más de la camada vampiril, una guerra entre estos dos grupos tarde o temprano me terminara salpicando.

A Bs As entonces le respondo no muy contento cuando recibo el cuchillo y mi nuevo encargo.

Salgo de la casa tranquilo, y rápido me muevo hacia el galpón donde Yasmila tiene a los cautivos, pobres, yo podría haber sido uno de ellos si las cosas hubiesen sido diferente.

Pero mejor no pensar en eso, mejor hacerse a la idea de que nunca lo fui, que he nacido siendo esta mierda.

Ya he matado.

Me he comido viva a una pobre mina.

Y aunque no me movió un pelo, muy dentro de mi seguro lo hecho – y lo por hacer -, no van a pasar de manera desapercibida.

Los cautivos duermen, colgando flacidamente de sus cadenas. Los y las, vale aclarar, pues tambien hay dos que son chicas, aquellas que iban a ser vendidas a los anarquistas. El resto fueron machitos como vos, que bailaron al son de Yasmila, pero no resultaron dignos de su amor… a diferencia tuya. En todo caso, personas desaparecidas. Ahora van a pasar a ser muertos, por tu mano.

Cuando abris la puerta, algunos despiertan, entrecerrando los ojos para ver quien es, y medio incorporándose. No es muy frecuente que tengan visitas a esta hora, sin embargo, ya que en general el trabajo sobre ellos se hace apenas empezada la noche. Sin embargo ninguno alza la voz ni protesta o se queja por ver interrumpido su descanso. Saben lo que les pasa a los rebeldes. Solo te miran, ojerosos y en silencio.

No es la primera vez que veo este horrible lugar y lo que contiene dentro, mas no deja de ser impactante a los sentidos la visión que ofrece.

Me recuerda a esas películas medievales y sus calabozos atestados de esclavos, pero también a los juegos de rol que solía jugar de joven con mi grupo de amigos en Córdoba.

Que sencillo era entonces meterse dentro de la piel de un personaje escrito a las apuradas sobre una hoja A4 y salir a ese mundo ficticio a matar personas a diestra y siniestra.

Pero esto no es un mundo ficticio de guerreros y magos, esto es real, y la realidad no tiene nada de mágico.

Tomo aire por lo que voy a hacer, y aunque no quiero la tarea que se ha puesto sobre mis hombros, ninguna forma tengo de negarme al “trabajo”, y no es por lealtad por supuesto, sino por el vil egoísmo de salvar mi propia no vida antes que la de estos pobres cautivos.

Quiero saber de donde es cada uno de ustedes, digo lo más neutro posible, y rápido, concluyo aferrándome con fuerzas al cuchillo para centrar mi pensamiento en esto y no en lo que vendrá a continuación.

Los varones empiezan a nombrar, luego de salir de su estupor, distintas localidades. Los primeros son de Rafaela, San Lorenzo, Rosario, Esperanza, Villa Amelia, Colonia Dolores... todas de la provincia de Santa Fe, pero ninguna muy cercana a la ciudad. Gente lejos de casa, que puede desaparecer mas facilmente, y si por algun milagro escapan estar perdidos...  

Tambien hay de otras provincias. Uno de Concordia (Entre Rios), otro de Las Palmas en el Chaco, otro de Moron, y el ultimo de Bella Vista, en Corrientes... Las chicas tambien contestan cuando espabilan, al ser despertadas de improviso. Una es de Diamante. La otra de Villa Carlos Paz.

Finalmente todos estan despiertos, para responderte, aunque algunos todavia parpadean mientras salen de su sueño. Los mas espabilados, ya han notado el cuchillo en tu mano y lo ven fijamente, aunque sin pronunciarse todavia. Saben que sos de Yasmila, pero tambien como ella. El aroma de su autoridad te impregna, para lo que a ellos se refiere.

Esto me va a llevar tiempo y al terminar voy a ser un poco menos yo, me digo a mi mismo suspirando con intensidad por lo que voy a hacer.

Intento pensar en otras cosas, cantar una canción en mi mente, repasar viejas películas, intento recordad cosas más placenteras, cosas que no me recuerden al gorjeo de alguien muriendo, al lamento de los condenados, al olor ferroso de la sangre y a su consistencia pastosa o al resabio acre del orín y las heces.

Intento hacerlo automático, trivial. Acercarme, ladear con fuerzas su rostro sin mirarle a los ojos, morderlo y sorber su vida, vomitar, pasar al siguiente. Acercarme, ladear con fuerzas su rostro sin mirarle a los ojos, morderlo y sorber su vida, vomitar, pasar al siguiente. Acercarme, ladear con fuerzas su rostro sin mirarle a los ojos, morderlo y sorber su vida, vomitar, pasar al siguiente. Y así una y otra y otra y otra vez.

Lleva tiempo, es terrible para la poca alma restante y al final muy dentro mío se que de nada sirve, puesto que de igual manera.

Les estoy quitando la vida a todos.