Partida Rol por web

Como estaba atenta a los movimientos en el lugar, no tardó en notar que las personas comenzaban a callarse cuando quel hombre varonil y alto hizo acto de presencia en la sala,  caminó como un señor feudal  dueño de todo, a Javiera, acostumbrada a ese tipo de personas, no tardó mucho en saber que era el mentado príncipe,  lo observó, su camino, incluso le devolvió la sonrisa, más por acto reflejo que por otra cosa,  y se apegó un poco más a Alfredo, claro sin decirle nada, no sentía  correcto cuchichear en ese momento, además los sentidos agudos de los presentes hacían de  cualquier murmullo el más simple de las conversaciones

Habló el príncipe, y mencionó la presentación, ahí de nuevo se sintió como una chiquilla de 15 años que era presentada en sociedad para buscarle marido, esto era lo mismo, aunque sin el marido. La entrada de la sangre la hizo pasar ligeramente su lengua por sus labios, sintiendo el sabor de su lápiz labial. No había vuelto a sentir ansias de comida, aunque si de frutas, pero la sangre suplía sus antojos.

La gente se va sirviendo, como si de bebidas en un coctel se tratase. Ulises lo mira con desagrado... pero va y busca unos vasos para los 3. Mientras hace eso, el hombre baja del estrado, aproximandoseles.

-Alfredo...+saluda con tono cordial, dandole la mano a tu sire. No obstante sus ojos estan fijos en vos.+ Asi que esta es... Tu gusto, como siempre, apunta a la excelencia.

Toma tu mano, y se la lleva a los labios. Sorprendentemente, esta calido como un humano. La forma en que besa tu dorso, asi como sus ojos, te sugiere que podria hacer lo mismo con cada parte de ti...

-Es todo un placer conocerla, señorita. Don Diego Posadas, a su servicio.

Como buena mujer, esos ojos  y ese porte llamaron su atención, además, siempre había tenido cierta preferencia por los Latin Love y el príncipe era la paradigma de aquella categoría de hombres. Sus ojos, su mano tocando la de ella, sintiendo su calidez ¿era cálido? ¿por qué?... Luego le preguntaría a Alfredo, pero algo le decía que aquello se debía a un poder entrenado, alguna calidad innata en un toreador o quizás trabajada, pero sin lugar a dudas, era una facultad excelente para mantener la mascarada. 

Javiera debió controlarse, era el príncipe, quien sabe con cuantos años acuestas y quien sabe con cuanto interés en la belleza femenina, y como el mismo Alfredo dijo, amaba la belleza, y ella personalmente no se encontraba la piedra más brillante del camino, pero tampoco un adefesio, así que asumió que era sólo parte de su encanto, sin embargo no dejó de mirarlo en todo ese movimiento, directamente a los ojos, y espero a Alfredo para que la presentara, como era lo protocolarmente correcto.

Menea la cabeza levemente.

-Y tu, como siempre, apuntando a seducir a toda mujer en tu camino... +deja caer con suavidad, aunque sonrie disimuladamente.+ Diego, te presento a Javiera Diaz de Valdez Alamparte. Como te anticipara por telefono, es la joven chilena que me representara allá. La pongo en tu consideracion, como mi chiquilla.

Mientras te presenta, otra vez notas esas miradas provenientes de los demas en la sala, directas o disimuladas... pero intensas todas ellas.

Las miradas sigue siendo fuertes contra ella, tanto que podrían producir un calofrío en la nuca de cualquiera, pero estaba atenta al hombre, que seguía hablando, y ahora a su mentor que hablaba sobre la seducción que sólo afianzaba lo que ya había notado.

- un placer don Diego...- habla suavemente, mirándolo a los ojos al príncipe.

-Lo será +apunta en tono misterioso. Luego deja ir tu mano lentamente.+ Alfredo exagera, por cierto. Solo dedico mi atencion a las mujeres que lo valen. Creo que te envidio, mi viejo amigo. Estar tanto tiempo en la finca me debe haber ablandado, si deje pasar a esta muchacha...

-Tienes a Ingrid. Eso bastaria y sobraria... +contesta+ Javiera por otro lado, dudo que sea una compañera de tu estilo, si bien te puedo asegurar que sera una excelente aliada cuando madure sus capacidades y comprensiones...

-La elegiste tu. Eso ya habla de que no es una mujer ordinaria, mi buen... 

Se cruza de brazos, admirandote.

-Pero si, estoy intrigado. Señorita, cual diria que son sus principales fuerzas? Esas que elogia Alfredo...

Javiera levantó una ceja, de pronto se sintió en medio de una "compra de carne", por lo menos el príncipe la hizo sentirse relegada a se lugar, mientras hablaban de ella sobre "compañía" ¿que tipo de compañía habituaba aquel vampiro? de seguro era mujeres hermosas, ¿pero qué más tenían esas mujeres? ¿y por qué Alfredo aseguraba  con tal certeza que ella no era de su tipo? ¿no era suficiente? ¿no era si tipo?.  Y le pregunta sobre sus fuerzas, ¿le contaría que la abrazó por ser peligrosamente curiosa? Pero por algo no la mató, eso Alfredo aún no le decía.

- una mente clara y metódica, inteligente, cuando me he plantado algo lo he logrado, por eso siendo joven era considerada una excelente abogada. Capacidad de negociación y llegar a acuerdos que favorezcan a las partes, crear nexos y organización de elementos, - era como si recordara su curriculum vitae, pero la pregunta fue muy sencilla - en síntesis, si me pregunta cuales son mis fortalezas, seria mi inteligencia y mi capacidad de comunicación, don Diego -le responde sin perder de vista sus ojos.

Te escucha con atencion, levantando ligeramente la ceja izquierda entretanto. Al finalizar comienza a asentir lentamente, y se hecha a reir. Su risa es clara y sincera, a la par que resonante... Otra vez, las miradas.

-JAJAJAJAJA... Ya veo bien a lo que te referis, Alfredo. Te lo concedo, maestro. No es mi tipo. Es una copia en femenino de vos... JAJAJA..

Mueve la cabeza, divertido. En eso un hombre de traje y lentes negros llega, aproximandosele y susurrando algo a su oido. Es un tipo alto, vestido como los de seguridad de la puerta. Lo que dice hace que aparezca una expresion de sorpresa en el rostro del principe.

-... guau... esta bien... Si me disculpan, tengo que atender algo. Luego seguimos la charla. +dice, con una ligera inclinacion de cabeza, para luego retirarse siguiendo al de seguridad.

Le sigue con la vista, la sonrisa ensanchada al extremo.

-Bueno, eso salio bastante mejor de lo previsto... +murmura. Luego te mira, tocandote la espalda y frotandotela despacio, de una manera confortante. Se inclina un poco, para hablarte al oido en voz baja+ ¿Cual es tu primer impresion de nuestro buen principe, hija mia?

No sabia si sentirse ofendida o no, la reacción era extraña, la del príncipe, y mucho menos con todas esas miradas encima, ¿tantas? era terrible, estresante.. el hombre se acercó al príncipe que se estaba riendo a carcajadas de ¿ella? si, era demasiado molesto, ero ya se iba y Javiera lo despedía de la manera mas cordial que conocía, para luego girarse a su maestro que parecía más  relejado.

- pues..- comenzó a susurrar - es... es lo que pensé que sería, pero no sé si sentirme ofendida por no ser de su tipo o no, pero bueno... fuerte, intrigante, amante de la belleza como dijiste, la femenina por lo menos -se imaginaba que la ambigüedad en un permiso que un vampiro se puede dar, hay años para olvidar cosas o experimentar otras - imagino que hay que temerle, no por nada está en este puesto... pero dime, ¿por qué tantas miradas? siento mi nuca pesada de tantos ojos encima mio...- se encogió de hombros.

Asiente lento, adoptando ese tono de enseñanza paciente.

-Cada nuevo vampiro es un potencial aliado o rival... Las sectas no son las unicas que luchan. Entre nosotros tambien hay conflictos, usualmente resueltos mediante la diplomacia, la politica o los negocios, aunque de vez en cuando la violencia da a lugar... Todas estas miradas entonces, son para evaluarte, para determinar el "que" y el "como" puedes servirles a cada uno de ellos. Por lo pronto, es mejor para ti si no resultas... del tipo del principe. Sera una posible enemiga menos para ti. 

El decir esto, apunta levemente con la mirada al otro extremo del salon. Ves que la rubia de ropa gimnastica los esta mirando seria. Es atletica en todas sus formas, atractiva sin duda, aunque su estilo al vestir diste de ser elegante. Si se arreglara como vos, seria toda una beldad.

-Esa es Ingrid. Es la chiquilla de Diego, su consentida. Bailarina profesional de ballet, y tambien una experta asesina, entrenada en varias artes marciales. He sabido que ha matado a varios incordios solo con sus manos, antes de que toquen el suelo. Si ella creyera que puedes ocupar su puesto como favorita...

- oh.... capto... capto, pelea de gatas... igual no niego, le príncipe es muy atractivo, pero yo a su lado no seria mas que un juguete, soy la más pequeña acá, y por lo pronto, prefiero ser tu consentida que la de él, muchas miradas encima, muchas cosas que no conozco... además, no soy mujer para andar de... como decirlo... ¿dama de compañía? me valoro mucho como para caer en eso - se encogió de hombros y miró su alrededor, - cuanto menos me note es mejor para mi Alfredo, cuanto menos amenaza me crean más podré crecer y hacerme más fuerte... en fin...¿y ahora?- levanta sus cejas y lo queda mirando como una niña que quiere nuevas instrucciones.

-Esa tactica es la favorita de los Nosferatu... No creo que funcionara bien contigo, aunque quien sabe...+asevera amablemente. Entorna luego los ojos. Pasea la mirada por el escenario, observando y calculando.+ Bien... hay varias opciones interesantes para que conozcas... Pero por cortesia, lo mejor es empezar con ella. 

Te indica la figura del sudario, la cual se mantiene en una silla apartada, sola.

-De los presentes es la unica primogenita. Justamente, se relaciona con lo que decias... Se llama Mercedes, y es del clan de los Nosferatu. Recuerdas nuestras lecciones sobre ellos...?

su expresión demostró que no estaba del todo cómoda, que la tensión esta ganando la partida, porque de pronto se veía tan llena de miradas sobre ella, incluso la de esa rubia de aspecto atlético veía en ella una posible adversaria, pero su boca había espantado al príncipe.

- claro que sí lo recuerdo padre... vamos a conocerla - le susurró a Alfredo, de todas formas estaba algo intranquila, no sabía con qué se iba a encontrar con la nosferatus, ya había leido sobre sus aspecto...

La figura en sudario les mira aproximarseles, no te cabe duda. Esta sola, sin su vaso de sangre en la mano. Podes sentir el aroma a perfume que irradia, perfume que trata de opacar una desagradable peste a podredumbre... Alza la cabeza cuando tanto vos como Alfredo se paran al frente.

Debio ser bella en vida. Los ojos azules hablan una gran hermosura, pero son todo lo que queda. La piel se le ha agrietado y podrido como la de un cadaver de semanas. Las manos terminan en afiladas garras, al parecer con una o dos falanges adicionales. Ademas, su cabello ha desaparecido, reemplazado por una manchada calva.

Con imperturbable gesto te conduce hacia ella. Si siente el olor, finge no hacerlo. Asimismo, se para de tal manera que bloquea la vision del resto del escenario hacia la figura de tunica, y maniobra tu cuerpo de la misma forma. Los dos quedan como una natural barrera a la vision...

-Buenas noches, señora Mercedes. +saluda Alfredo con una reverencia+ Le presento a mi chiquilla que hoy debuta en sociedad, Ja...

-Javiera Diaz de Valdes, si... +murmura, con voz carrasposa. Te observa de arriba abajo en tu vestido de gala. Conoces esas miradas. Son las de una mujer que estudia a otra en una fiesta, comparandose. ¿Porque?

-Es interesante...+acepta finalmente, y te tiende la garrosa mano+ Bienvenida, pequeña. Te saludaria con un beso, pero podria manchar tu carita...