Partida Rol por web

-Mi rosario.

Gruñe. Son las primeras palabras que pronuncia, en voz muy grave. Las dice mirando al agente, y luego a la mano donde lo sostienes.

-Fea la actitud, Garin... Devolvele el rosario. Si queres uno, anda a la iglesia o a carpinteria.

Se cruza de brazos, esperando que cumplas mientras cambia el peso de los pies, dispuesto a esperar. 

De mala gana, no sin antes escupirlo, devuelvo el rosario a Antonio. Luego de unos tensos segundos, al ver el frio semblante de mi companiero de celda, decidi, no sin antes con una sonrisa, escupirle su rostro tambien.

Recibe el rosario y lo limpia. Permanece impasible cuando le escupis, aunque aprieta imperceptiblemente el rosario al hacerlo.

-... bien Garin, bien. Te gusta hacer letra eh?+comenta, luego de los escupitajos+ Bueno, viendo que seguis con tus problemita de autocontrol, hoy vas a comer papilla de bebe, asi podes ahorrar saliva.

Golpea los barrotes con la porra, a modo de campana

-PAAABELLON!! ATENCION!! +grita militarmente+ HOY EL SEÑOR GARIN ES EL BEBE DEL DIA!! COMO BABEA DE MAS, VA A HABER SOLO PAPILLA PARA EL BEBITO!!!

Las risas empiezan en el fondo, en la guardia, pero se van extendiendo rapido entre las celdas. Hasta el frio Antonio sonrie, minimamente, por tu humillacion publica. 

"No pienso caer en su juego, el tiene el poder aca" Pienso no sin cierta tristeza. Pero siento la ira creciendo en mi, y no entiendo como es que los demas presos son simples peones en el pequenio juego psicologico de este asqueroso intento de guardia... Grito, tratando de intimidar: - SI ALGUIEN TIENE ALGUN PROBLEMA CONMIGO, EL PATIO ESTA AFUERA! NO PIENSO TOLERAR ESTA MIERDA, SI SON TAN MACHOS VENGAN, FORROS!

Sentia al monstruo saliendo...

Las risas son mas fuertes ante tus gritos, apagandolos entre las burlas. El guardia se rie y sigue hasta el final el pasillo, donde activa los botones que abren las cerraduras de todas las celdas.

Los presos comienzan a salir de sus encierros, la mayoria todavia carcajeando o sonrientes, avanzando sin apuro a la sala común para desayunar. Antonio tambien se les une...

De mala gana, me dirijo a tomar mi desayuno.

El desayuno se toma en el salon comun. Hay multiples mesas con bancos, todos clavados al piso para que no ocurran "accidentes", y con bordes redondeados que les hacen menos peligrosos. Tambien cuenta con television, aunque solo se ve lo que los guardias quieran, o bien los presos que los tienen comprados. Hay cable, asi que a esta hora ponen CronicaTV. 

Se van sirviendo de un costado, donde los guardias les dan a elegir, leche sola, mate cocido, o mezclado. Ademas hay pan casero y bizcochos, hechos por la gente de otro pabellon. Fieles a la palabra del guardia, a vos te dan un vasito de telgopor con una papilla blanda que huele a manzana, y una cucharita de plastico. Es el castigo comun a los rebeldes. Antes se hacia "pan y agua", pero eso no funcionaba. Habia cierto orgullo en ser macho, y aguantarte con eso. La papilla es otro tema. Te alimenta, incluso es rica, pero destroza tu imagen... 

Podes sentarte donde quieras, aunque los grupos de desayuno son los mismos que de amigos barriales o intereses, mas que de celda. Tenes a los religiosos, como Antonio. Los estudiosos, presos de nivel que estudian carreras dentro de la carcel. A los de Centenario, negros villa cumbieros que se conocen de afuera. A los de Santa Rosa, influyentes ex-traficantes. Los de Espinillos, los de Barranquitas y asi. Cada grupo tiene entre 5 y 8 miembros, ocupando una mesa. Tambien hay 3 o 4 solitarios, presos de fuera o directamente antisociales, que comen solos en un banco aparte, o de pie.

Habitualmente me dirigiria a comer solo, pero estaba demasiado enojado como para alejarme de los demas... Necesitaba crear conflictos... Sin pensarlo mucho, me siento en la mesa de los estudiosos.

El grupo estudioso es el mas variopinto, junto a los religiosos. Lo forman 7 personas, de variada edad y origen. Los une el hecho de tener condenas cortas (o sea que esperan salir) y de paso suplen carencias de la vida o gustos personales estudiando. Hay quien dice que esto convierte a ladrones vulgares en abogados con titulo, cosa que en al menos un caso es cierto. Todos son criminales de carrera, que desde chicos se las arreglaron en el mundillo, lo cual les privo de la otra educacion. Toman su desayuno mientras charlan de tal o cual duda respecto a los deberes. Cuando te sentas con ellos te miran, se rien suavemente al reconocerte y retoman la charla, en la cual un par de los viejos les explican sobre el proceso de la Dictadura al resto.

-Por que hablar de un general encarcelado? Ya van varios años de eso... - Sonrio, y algo me llega a la cabeza - Yo tengo una historia, una historia muy vieja... Si me dejan, se las puedo contar...

Voy pasando la vista por los presentes.

Uno de los que habla es Tito. Cuarentón, delgado como palo. Lo hace en tono campechano, suave, a veces arrastrando las s por la rendija que algun diente perdido le dejó o "comiendose" silabas. No tenes idea y seguramente tampoco te importa el porque esta aca, pero es de los veteranos del pabellón. Solamente el te contesta.

-`tan hablando los mayores, m'hijo... 'pere su turno. Mientra coma la papilla. Provecho.

Este sutil recordatorio del castigo arranca risitas en el grupo nuevamente.

-Tenia entendido que ustedes eran el grupo de los estudiosos... Y me encuentro con esto - Miro con desagrado al hombre que me hablo, haciendo caso omiso a su comentario sobre mi castigo - ¿Te parece que la edad nos dicta quien tiene mas derecho a hablar? Yo creo que el intelecto y la vejez no van de la mano... ¿No les parece?

Miro a los demas para ver sus reacciones.

El otro veterano cruza los brazos, el resto mira sin opinar, pero con curiosidad. 

-¿Uste' viene a clase? ¿Sabe de que 'tamo hablando o poque? No. Tonce, shh. +indica, llevandose un dedo a los labios+ Cuando sea charla de mate ahi vemo' y le ecuchamo', si se sabe portar... 'hora, toca a lo' que vivimo' esse tiempo de grande. 

-No me interesa en lo mas minimo formar parte de su "clase", y esto lo digo con total seguridad, luego de escucharlo hablar a usted... Y eso que la dictadura me encanta, todo lo que tenga que ver con derramar sangre es musica para mis oidos, pero siento que usted es un pesimo narrador...-Miro a los otros y pongo un tono de misterio, tratando de convencerlos - ¿No les gustaria escuchar una historia un poco mas divertida? Les aseguro que es completamente real...

Un par de los más jovenes se encogen de hombros y asienten con la cabeza, dispuestos a escucharte. Los demas te dan la espalda, volviendose hacia Tito. Este no les dice nada a sus compañeros de grupo que si quieren cambiar de relato, retomando su relato donde lo habia dejado para los demas, aunque ahora en un tono de voz algo mas bajo, como para que no se metan los de afuera.

-A ver, te escuchamos...+dice uno de los dos, un tal Walter el largo. Mide casi 2 metros, aunque no es corpulento sino solo robusto. Sonrie mucho, todo el tiempo, por lo que no intimida mucho.