Partida Rol por web

Si, mejor que salga pronto, a no ser que nos den una charla - dice , mientras piensa en las palabras de Bruno. Resumiendo a sus palabras, nunca confíes en un Giovanni.

Lo que no se como voy a ocultar el machete, no encuentro una gabardina... - dice ojeando de nuevo todo el equipo.

Se percata de una cosa, hay armas de fuego, blancas, pero no hay explosivos. Bueno, siempre con algo de idea se podía improvisar algo, en sus días donde estudio, alguna vez pusieron una pequeña bomba, con materiales fácil de encontrar, para romper alguna cosa.

¿ Algún consejo ? - pregunta a Bruno, él era la única persona que mas o menos había entablado amistad, y que la veía con buenos ojos.

-Jaja si, vas a tener que ir medio disimulada... Te sugiero no agarres por la peatonal, anda por el costado hasta 25 de mayo y mandale pata... que si te ve una patrulla estas hasta las manos. De lo otro, no hay nada que pueda decirte. Es mi primer vez tambien. Pero vos sos la del FBI, ¿no? Tendrias que ser quien me diera los consejos, no al reves jeje...

Se rasca el costado de la cabeza. Pero claro, si el era solo un estudiante... seguro nunca vio mas violencia que una pelea de bar o una peli de Schwarzenegger. Eres una agente entrenada, tienes muchas mas ventajas que el en estas cosas, aunque el trabajo de campo nunca fuera lo tuyo. El es poco mas que un muchacho, mas instruido en lo que se trata de la vida vampirica si... pero instruido no es lo mismo que experimentado. 

Sarah parte siguiendo las indicaciones de Bruno, espera llegar lo mas pronto posible. De poder acercarla alguien, estaría muy bien, pero mas o menos con los planos memorizados, o una idea de como llegar, se pone manos a la obra en ello. Intenta disimular el machete lo mejor que pueda.

Solo esperaba terminar pronto con todo  y volver a encontrar a su ex-marido.

Simplemente era hermosa, era extremadamente hermosa que le bajó su lado más lesbiano que tenía escondido y que había salido a relucir en la universidad y sus juegos para experimentar. Suspiró y bajó los hombros, esperaba otra cosa, esperaba otra cosa, pero ahora, si que le había sorprendido, dejándola por unos momentos sin palabras. Era asombroso el poder de la sangre.

- si... si señora - recobra la compostura y le sonrió - si, estaba preocupada por ud. anoche,  temí que algo le había pasado, además, mi sire no pudo saber de ud, y con todo lo que pasó... pues me preocupé - se sintió algo torpe hablando así y quizás la verían como débil, pero debía ir tanteando que hacer en su nueva vida.

El consejo de Bruno es sabio. 25 de mayo es una calle angosta y oscura en esta zona, aunque va mejorando conforme avanzas hacia tu destino. De momento no obstante, sirve a tus propositos, ser una figura poco llamativa...

Lo malo es que no te aviso que habria una comisaria a mitad de camino, justo cruzando la calle. Probablemente un olvido de su parte, pero la cosa es que ves el lugar casi cuando estas llegando a la esquina enfrente. Tal vez si caminas rapidito, sin llamar la atencion, y con suerte que no asome la cabeza nadie, logres pasar. Hacia la derecha hay una gran plaza, te veran seguro, pero quizas no... La otra es volver y dar un rodeo, pero la otra via es la peatonal que debes evitar y la siguiente es otra muy transitada... asi que tendra que ser un rodeo bien largo, por calles con las cuales no tienes la menor familiaridad. 

Sarah mentalmente pone verde a Bruno... pero, ¿ porque no le dijo que había una comisaría a mitad camino ?

Con la mayor tranquilidad y presteza posible, intenta pasar desapercibida. Caminando con naturalidad pero como cualquier Newyorkino, con el paso un poco acelerado, no corriendo pero si con paso rápido.

Su naturalidad es la típica de cualquier viandante, con algo de prisa, que no llame la atención.

Cuando vea de nuevo a Bruno, le voy a recordar con creces lo de la puñetera comisaría... - se dice mentalmente.

Intenta no perder detalle de por donde circula y lo que hay, así para la próxima es algo que ya sabrá donde esta cada cosa.

Alza ligeramente una ceja. Pone las manos en jarra en su fina cintura. Si esta apariencia era la que solia tener, no cabe duda que no necesitaba ningun poder especial para hacerse valer, mas que su misma femineidad....

-¿Preocupada por mi?... Eso es muy considerado de tu parte, querida...+responde con suavidad+ Pero estoy perfectamente como veras. Anoche simplemente, no habia señal de celular en donde estaba, por lo que no pude comunicarme con ustedes para avisar que no llegaria. Esas cosas pasan y pasaran todavia, hasta que la red mejore. Por otra parte, veo que Alfredo no te acompaña. Me imaginaba que se quedaria junto a Diego o donde este le pidiera, pero no que tu estarias por tu cuenta. ¿Donde te haz anotado?

Esta noche Dios te ayuda, o el diablo cuida de los suyos, pero ningun policia aparece para hacer cumplir la ley de Murphy y verte caminando con aquellas fachas y armas.

Pronto, sin embargo, parece que todo eso puede irse al traste. La calle donde vas se convierte en una de 3 carriles, casi una avenida. Del otro lado, esta la avenida en si, por donde se encuentra el bar. Ambas vias son muy transitadas... Faltan pocas cuadras... un poquito mas y llegas.

Si tuvieras pulso, tendrias el corazon en la boca, cuando logras arribar finalmente al Tokio Norte en una pieza.

Había sido algo tan simple como no tener señal, Javiera apenas emitió una sonrisa de medio lado, incluso los vampiros estaban a merced de los problemas de la modernidad, y eso  le pareció muy gracioso. Pero bueno, ahora estaba ahí y estaba bien, además, Alfredo juró que no la creía capaz de simplemente traicionarlos, pero aun así se le había extraño. Notas mentales debía tomar de esa conversación además de la belleza de esta mujer. Oh quiero ser como ella cuando grande... pensó jocosa.

-pues se perdió toda la aventura - dijo encogiéndose de hombros, ella hubiera deseado perdersela también - pero bueno, don Alfredo está con don Diego por el asunto gangrel... y creo que no vendrá, y me anoté acá, es el lugar que conozco, - no quería parecer demasiado perdida, pero sí, estaba demasiado perdida.- vi sus nombres en los museos, ¿no? - la mira sonriendo.

Asiente lentamente, mirandoté de una forma curiosa, incluso algo extrañada.

-Correcto. Algunos de nuestros patrimonios historicos mas importantes. Tambien sitios donde el vandalismo Sabbat puede aflorar libremente, al tener poca seguridad mortal. Me resulta curiosa tu eleccion, no obstante. ¿Hay alguna razon en particular?

Mientras dice esto, un hombre joven, menudo, algo desubicado por su porte se aproxima. Huele a humano, pero luce muy distinto a los ghouls de pelea, este mas bien parece hombre comun. Viste chaleco antibalas sobre un traje de etiqueta, encima... Saluda con la cabeza a todos, para dirigirse a Mercedes.

- Si me permite, buenas noches señora Mercedes. Luce encantadora para la ocasión.

Sus palabras y el tono cortes, consiguen solo una fria mirada de la mujer.

-Veo que Betiana lo mando, finalmente... El humor no tiene lugar en estas situaciones, Gallanti. Natalia me comento de esas actitudes suyas. Tenga por seguro que una vez solucionado esto, tendremos una charla privada al respecto...

Cierra el puño. Aquella mano delicada y pequeña cruje como la de un boxeador alistandose. Y esos brazos de piel morena, tersa, se marcan perfectamente, revelando una musculatura solida...

.- y por qué  curiosa? es casi lógica - responde de golpe, como si la mera pregunta le resultara innecesaria - es el lugar que conozco, y habrán más vampiros, o eso creo, además, Alfredo vendrá acá, sabe que vinimos así que me encontrará si me quedo acá, la verdad es que no se que hacer, y pruebo con lo que conozco, para luego tomar más confianza, ¿acaso no es buena idea?-

La mujer no le responde porque en eso llega una persona, un humano por como huele, y como se ve, y como se siente... si como se siente, las pupilas de Javiera se dilatarían ante ese aroma, tragó saliva e inclinó la cabeza cuando apareció, ante su saludo que no era para ella. Levantó las cejas, la tensión era demasiado obvia, y "esas actitudes suyas" la habían molestado demasiado. Lástima que los nombres dichos, ninguno lo conociera.

El hombre se queda clavado en el piso ante las palabras de Lady Mercedes. - Como guste señora, me retiro hasta de su presencia entonces para no seguir molestándola. - dice de inmediato, para luego retirarse a paso raudo. Mercedes se relaja mientras parte, volviendo su atencion hacia ti.

-¿Decias, querida? Oh si, el teatro... Ahora estamos todos, si, pero tan pronto los grupos se terminen de armar sera abandonado, salvo por la guardia ghoul... Aunque sea el mas valioso, tambien es el mas vulnerable de todos los Eliseos despues del monumento, y el mas peligroso por eso mismo. Si lo logras proteger, no obstante, sera un gran punto para ti, querida. +sonrie levemente+... en caso de que sobrevivas, claro.  

Claramente la noticia no le agradó para nada, su raciocinio había sido completamente errado, dado que sucedería completamente lo contrario, el lugar se  quedaría solo, y vulnerable, Javiera se cruzó de brazos, aquello no tenía sentido, ¿por qué si es el mas valioso es el menos cuidado?. Torció el gesto, y luego sus ojos se entornaron, mirando a la vampiresa.

- no me agrada para nada quedarme a defender un lugar que apenas conozco, además, ni siquiera  es inteligente, ni para mí, ni para nadie - mordió un segundo su labio inferior - digo, si es el más valioso, es el que más vulnerable dejan, - no pretendía defender algo en donde moriría si lo atacaban, porque es obvio que los vampiros enemigos sabían sobre eso, Brillante, Javiera, has cometido un error.

Sonrie con lo que solo puede definirse como compasion.

-¿Que es mas importante... una propiedad, o tu vida? Nadie desea una tarea en la cual se corre tanto riesgo, querida, por mejorar un poco su posicion. Al menos, ese es el razonamiento de cualquier antiguo. Piensalo... el mismo principe esta refugiado en un banco fortificado, en lugar de estar aqui. En tu caso, no obstante, es una oportunidad de lucirte tanto como una prueba. Quizas otros neonatos tambien lo vean asi, pero la mayoria estan con sus sires, si mal no recuerdo.

Acarician con suavidad tu brazo. Es un tacto extraño... no del todo acorde con las manos.

- Ahora debo irme. Los mios defenderan la cuadra de los museos, en el parque del Sur. No esta tan lejos, asi que quizas podamos ayudarte, si atacan aqui y no alla. Te deseo la mejor de las suertes, Javiera... Nos veremos al finalizar todo esto. 

Inclina levemente la cabeza y se despide, alejandose con un suave contoneo de caderas...

Su gesto de compasión fue extraño, proviniendo de un vampiro, y se sintió torpe y cobarde, pero no se avergonzó por sentirse así, además, si moría, podría culpar a Alfredo por dejarla sola, si es que en verdad los fantasmas existían, lo penaría todos los días de su existencia, pero también le presentó la otra posibilidad, si en verdad lograba salir victoriosa, y ante la posibilidad de que ataquen ese lugar, podría ganar reconocimiento y que el desgraciado del primogénito de su casa se coma sus palabras y sus risas socarronas. Acordarse de él le hacía hervir la sangre...

- sí, - dice por responder, pero luego recapacita - sí, es una oportunidad, si logro salir viva, en fin - soltó un suspiro, sintiendo su caricia, ¿acaso sentía el roce de su verdadera piel?, eso quiere decir que esa imagen que veía era una mera ilusión- nos vemos cuando termine todo esto, espero que así sea - le sonrió, y puso su mano en el antebrazo de la bella mujer, para luego soltarla y contemplar sus movimientos, el bamboleo de sus caderas.

Javiera soltó un suspiro,  y revisó sus armas, y se fue a dar un paseo de nuevo en donde estaban las armas, para ver si habían más municiones y armas, las iba a necesitar.

La parte buena es que no tendras que salir, no necesitaras las ropas especiales que encargaste al profe. Es un minimo rescatable positivo a lo que promete ser la empresa mas dura que decidiste enfrentar...

Todavia quedan algunas armas largas, como escopetas y un par de rifles de caza. Pistolas y revolveres apenas un par. Todo lo demas ya ha sido asignado. Municiones hay de sobra, por fortuna. Eso es una ventaja, ya que es de presumir que todo lo que sobre tambien quedara aqui a tu disposicion.

A tu alrededor, el gran teatro va vaciandose, a medida que los grupos se dispersan. La pesada Sarah ya se ha ido. Los palcos, como bocas doradas y rojizas, se abren a tu mirada. 3 pisos. Y todavia ni siquiera conoces lo que hay detras de bambalinas. Es una enorme responsabilidad. Solo vos para esto... y 4 ghouls claro. Los corderos.

Estoy jodida, estoy muy jodida, se dijo, rodando los ojos, y tomando las escopetas, con estas podrá mantener alejado a los enemigos mas cercanos, pero sentir la respiración helada de la muerte detrás de su oreja, era demasiado desconcertante, incluso cuando para ella, la idea de la muerte era completamente distinta.

Ató su cabello, lo bueno es que no necesitaría de las ropas para ocultar su armas. Javiera cargó de nuevo sus pistolas, y se fue a ver el escenario, inspeccionar un poco tras bambalinas, aprovechando que aun no se iban todos, pero una vez que estuviera sola, estaría jodida.

Detras del escenario existe una importante area de tramoya, donde se acumulan muchisimos restos, vestuario, piezas, maquinaria de limpieza, cables, y un largo etc. Tambien hay un par de grandes puertas, la primera de las cuales parece ser una especie de sala de juntas, probablemente donde se reunieron los primogenitos... La otra da a una escalera que asciende un par de pisos. Deberia haber alguna salida de emergencia, pero esa norma parece haberseles escapado a los arquitectos del lugar, o si la hay debe estar en otro lado. 

La soledad que se siente en el lugar. El eco de mil perfumes y olores dejados por la gente que actuara aqui, no se impone a ese frio. Quizas lo agrava el saberte sola, y ademas el mismo edificio, antiguo sin duda. Y ahora es tu responsabilidad... con todo lo que conlleva. De momento no hay mas que ver por aqui, es cuestion de explorar el resto del edificio antes que se vayan todos menos tus acompañantes ghoul, o empezar ya a organizarte.

pero la idea de explorar se le hacia compleja, retrocedió cruzando el grueso crespón del telón, rozándolo con sus helada manos, y girándose hacia el plató, lleno de vampiros y humanos que populaban listos para una batalla de la que cual ella no se sentía parte. Más bien se sentía huérfana, lanzada a una vida - aunque en este caso es más bien una no vida - sin más herramientas que lo que ha aprendido lo que es poco, muy poco. Se encogió de hombros, si hasta hubiera deseado que Sarah se quedara, pero esa idea se la replanteo y sacó de su cabeza, de seguro terminarían ambas matándose.

Rodó los ojos, y observó uno a uno a los presentes, si por lo menos fuese su país, sus edificios, los conocería, más, pero no era así, eran extraños, ni siquiera sabía sus dimensiones, si tenían puertas secretas y el tiempo apremiaba como para hacerse un tour por aquel lugar. Javiera sacó su celular y le envió un mensaje a Alfredo.

"te necesito, sino, no encontraras más que mi cadáver.Estoy en el teatro y estaré sola"

Así versaba el mensaje que le enviaría a su sire, no había sido muy agradable ni optimista, pero es que no se sentía en ese lugar gusto. Rodó los ojos y miró a su entorno, a los vampiros, y era mejor llamar a los humanos que se quedarían en ese lugar.

- ¿quienes se quedarán acá? -preguntó en voz alta, si la miraban raro le valía un huevo, mejor se ponía de acuerdo con ellos, y cubría aquel lugar, además, de seguro conocían mejor ese edificio que ella.

Por suerte ya no hay mucha gente que quede para mirarte raro. Casi enseguida aparecen dos hombres robustos, al menos no son poca cosa. Los dos llevan chalecos, pistolas, machetes... y armas largas. El primero una carabina, el segundo un rifle con mira. Los dos seran algo mayores que vos, aunque no demasiado. Probablemente ronden los 40s... Aunque, no dijo algo Alfredo sobre los ghouls y su envejecimiento? Si es que son eso, claro.

-El otro par ya estan en el frente, señorita...+indica uno, un tipo de barba candado, bronceado.+ ¿Usted es la unica que se animo a quedarse?

Su mirada de duda es descaradamente obvia. No parece nada convencido de tus aptitudes, y en buena ley no podes decirle que este equivocado. El otro es algo mas impasible, evitando mirarte directamente incluso. Su pose recuerda mucho a un soldado, como los de aquel primogenito paranense... 

Entretanto, en tu mano queda el celular inerme. El mensaje ha cursado. Pero no hay respuestas.