Partida Rol por web

Lo había dañado, sentía la fuerza de su golpe en su mano que aún temblaba al chocar contra la fuerza de ese cuerpo, el desgraciado era terrible, era un mástil,  que apenas se astillaba. Estaba jodida, estaba frita, la estaba abriendo como una granada y no saldría con vida de ahí. Tragó saliva, ¿y los demás? Que alguien  le disparara, que Alfredo apareciera, Doña Mercedes,alguien... Si no estuviera tan furiosa, estaría llorando sangre como la primera vez que despertó luego de ser transformada.

Moriría ahí, no pudo hablar con Sebastian, ni despedirse de Carlos,  aún tenía en su dedo el anillo que  Sebastian le había dado. ¿y ese sería el fin? Claro que seguía con la certeza de que pelearía hasta el final, en parte por esa majadería que siempre la había caracterizado, en parte por miedo que podría significar largarse de ahí, dejar a los humanos solos, y como se sentiría Alfredo, pero eso no debería importarle, la había dejado sola. 

Javiera apretó con fuerza  la empuñadura de su arma, y pensó que hacer, ¿y si lo dominaba? ¿que tan resistente podría ser a su encanto? ¿pero que haría después? ¿un disparo en su ojo? ¿en su cabeza?, ¿escapar e ir con uno de los soldados para ayudarlo?. No sabía que hacer, y debía saberlo, esa bestia la volvería a atacar, y esta vez, su tronco sería separado de el resto de su cuerpo...

- detente - exclamó- detente ahora, y baja tu hacha, no necesitamos seguir esta batalla, yo no quiero estar aquí, ni siquiera debía estarlo- susurra, era en parte verdad,  en gran parte verdad- bájala ahora,  y puedes seguir destruyendo el lugar...

El hombreton se detiene un momento, sorprendido, parpadeando y observando a Javiera... Su suplica parece haber funcionado!!! Eso o algo en el, que se debate... No es un novato, evidentemente conoce sobre la Presencia y su uso. Pero la sorpresa ha roto el hilo de sus acciones, de momento. Tienes que hacer algo, y hacerlo ya, antes de que se recupere.

Eso te da solos segundos, mientras los disparos continuan por el edificio, aunque van disminuyendo... Las distintas posibilidades barajan en tu cabeza, pero solo tenes unos momentos para responder. El tiempo no pasa para un cuerpo vampirico, pero distinto es para su mente y alma. Necesitas decidir y actuar. YA!

Debía actuar, debía... esa cosa la iba a atacar, y un golpe más, estaría jodida, estaba herida, pero lo había detenido lo suficiente, aunque se notaba que estaba contrariado, conocía lo que habia hecho, loo pudo ver en sus ojos oscuros y diabólicos. Tragó saliva, no quería dejar a los hombres solos, ni mucho menos largarse para tener que dar explicaciones de cómo no defendió ese lugar. Carajos!, se dijo así misma más encima no escuchaba ya disparos ¿y si habían sido asesinados todos?, estaría rodeada...

Mierda... mierda... mierda... piensa que hacer, escapa y ve por Mercedes en busca de ayuda, esos segundos se hicieron eternos mientras tenía el machete en la mano, apretándolo con fuerza....

Su cuerpo se movió a gran velocidad, corrió usando celeridad como lo llamaban en su casa la facultad de correr a gran velocidad, en busca de Mercedes, en busca de ayuda... pero sus pasos en vez de llevar a ese lugar, la llevan al frente norte, en donde estaría uno de sus compañeros, rogaba que estuviera vivo y que pudieran acabar juntos con al cosa que los iba a atacar.

Correr... es todo cuanto importa. Solo parecen unas decenas de metros hasta donde esta el Ninja, pero se hacen eternos. Las piernas te pesan a pesar de la velocidad potenciada que usas, y si bien enseguida pasas al gigante que se esta liberando de la fuerza de tus palabras, sentis como su mirada te sigue... No tenes tiempo, solo unos segundos. 

Es curioso como el mundo parece mas lento y claro en estos momentos. Notas la ausencia de sirenas. Las luces firmes, inmoviles pero insustanciales barreras que marcan el camino hacia la posible ayuda que representa tu colega ghoul... No hay jadeos ni latidos acelerados, puesto que tu cuerpo no tiene ya esas capacidades, no a proposito. El maremagnum de los sentimientos te agobia. ¿Vas a morir? ¿Vas a morir? Esa pregunta y sus implicaciones, reverbera en tu cabeza mientras avanzas...

Muerto, jodidamente muerto, y seguramente esa era la suerte de todos los demás, pensó, no podía quitarse esa idea de la cabeza, Javiera tragó saliva, iba a morir, iba a morir... Debería ir por Mercedes o simplemente escapar, ¿que crimen hay en arrancar ? ¿acaso esa no era la lógica de los vampiros para poder sobrevivir?. Ahora odiaba a Alfredo, odiaba en lo que la había transformado y arrastrado a esa muerte inminente,una segunda muerte mejor dicho... debió irse, debió no haber viajado, ahora estaría en Chile, con su familia, con Sebastian y hubiera muerto de anciana no ahi, desgarrada e inexistente. Apretó los puños, debía escapar de nuevo... Debía sanarse, eso, porque así como estaba apenas podía correr, y llegar donde ninja, pero aun pensaba que estaba muerto.

Round 3 y 4

Ninja falla, Jj le hace 3 daño letal Ninja esta Tullido. JJ le golpea en el suelo, apuñalandolo en el pecho. Ninja esta Inconciente, al recibir un daño mas, total 6

Hector empuja a la Tzimisce de si, y sale corriendo hacia el frente destruido. Pero la tzimisce lo alcanza enseguida y le clava el puñal en la espalda, haciendole una severa herida. 4 niveles, herido. Se voltea, desenfundando su pistola y descargando una rapida rafaga encima de la Tzimisce, pero no logra dañarla... Esta, jugando casi, le apuñala una vez mas, aunque no demasiado fuerte,  pero si bastante... 5 niveles, malherido

Sergio falla, y es envuelto por las sombras del lasombra... Sin capacidad de vision no puede disparar. Rapidamente es envuelto en los tentaculos de sombra, y constreñido... sus huesos se rompen. Muerto.

Facu escapa del garrazo y huye dentro del Teatro, buscando rodear entre las silals para ir hacia el frente, mientras su atacante gangrel le persigue...

El frente del teatro es un caos, descubris al llegar.. Las vidrieras han sido hechas trizas. Sillas y mesas se encuentran revolcadas por doquier. Todo el orden, la belleza, esta alterado por los daños de la lucha... Pero lo peor quizas es la escena en si.

Cumpliendo tu profecia, Ninja yace tirado en el suelo, con varias heridas sangrantes en su pecho y vientre. Las mismas parecen haber sido hechas por quien esta encima de el, un hombre atractivo en sus facciones, pero cuyos brazos estan horriblemente deformados. De los mismos surgen numerosas espinas oseas, largas como dagas, las cuales estan manchadas de sangre... No esta sano, podes notar multiples pequeñas heridas, como perdigones, pero es sin duda el ganador de esa pelea.

Mas alla, el firme Hernan esta trabado en lucha con una mujercita algo mas menuda que tu, vestida con un provocativo y sensual atuendo de cuero ajustado, que esgrime una daga. Pero sin duda es mucho mas de lo que aparenta, pues mientras ella sonrie, el parece estar sufriendo algun dolor intenso... inclusive tiembla, como si le costara mantenerse en pie.

Mierda mierda, estaba muerto, mierda, como lo había pensando, ahora estoy jodida, no tengo alternativa,moriría y nadie viene en nuestro rescate, nosotros terminamos cercenados y al resto le da igual, total, somos sólo basura... estaba harta de todo eso, molesta y decepcionada de todos esos vampiros, quizás no estaban atacando en otros lugares. Se mordió el labio inferior al ver a ese sujeto que había acabado con Ninja, y el otro que aun en pie daba batalla contra esa vampiresa, ¿si no fueran vasallos, seguirían en esa lucha? Seguramente no.

Sacó su arma y disparó al vampiro que había atacado a Ninja, sus brazos le desagradaban a pesar de que su rostro era muy atractivo - ninguno de los vampiros que había visto hasta ese momento le habían interesado- ahora, debía ponerle una bala mientras curaba su cuerpo. 

El muchachote mira en tu direccion, abriendo los deformes brazos, mientras te enseña los dientes. Sus ojos estan rojizos, enfebrecidos, y tiene profundas ojeras. Lo que te contaran en Paraná vuelve a tu mente... Humanos torturados hasta la locura, convertidos en maquinas de pelear... Aunque fue un hombre atractivo, de buena musculatura, ahora es sin duda un enemigo de cuidado, aunque este herido.

Carga sobre vos, y trata de atravesar tu vientre con las espinas de tu brazo. Por fortuna o milagro, las placas de ceramica y metal en el chaleco logran detener el impacto, pero puedes sentir la potencia del mismo sacudiendote. Incluso sin el ejemplo palpable que son las heridas del Ninja a pocos metros, te das cuenta que esa proteccion no es nada fiable a largo plazo... solo un respiro de suerte.

Mas alla, la mujercita hunde una brillante hoja de acero en el pecho de Hernan, quien finalmente cae de rodillas a sus pies, desplomandose con un gemido... Desde el teatro en si te llegan grandes gritos humanos, quizas de alguno de los otros dos ghouls... que no parece estarla pasando nada bien.

Había fallado y por poco es atravesada por esa cosa, estaba agotada y ahora los gritos que escuchaba, los demás humanos estaban siendo masacrados, quizás por le vampiro del que había escapado ya, el humano con los brazos deformes había presionado contra su pecho sus garras, sentía su fuerza, y supo que otra más no la contaba. Deberé escapar, traer ayuda, deberé hacer eso, ver si puedo salvar así a los humanos... soy una cobarde!, lo soy, pero más no puedo hacer, son muchos y no puedo contra ellos. Se dijo y una lágrima salió de su ojo derecho, una roja lágrima. Apretó los puños y con el arma trabada - o eso cree dado que ni disparó- pensó otra vez en Mercedes, su cuerpo volvió a curarse, era una condición innata de los vampiros, pero no sabía hasta que punto podía usarla.

- lo siento... -murmuró y salió del lugar, jamás se perdonaría lo que estaba haciendo pero no podía más, no podían eran tres, sólo en ese lugar, el grandote que la había atacado, ese sujeto y la mujer, no podía incluso para el grupo del cementerio había sido trabajo acabar con ellos. Ahora iría por Mercedes esperando que tuviera mejor suerte y llevarla a ese lugar para poder detener a los atacantes.

Sientes un zumbido al correr. Al mirar sobre tu hombro ves que la mujercita te sonrie, sin la daga en la mano. Quizas te la arrojara... Pero con la otra detiene al ghoul, que se abalanzaba sobre ti. Su pie enfundado en cuero, yace sobre el cuerpo del caido Sergio. Lo ultimo que notas antes de alejarte, es como te envia un beso. 

Las calles de la peatonal estan desiertas, pero ya fuera del teatro y sin el terror de la batalla en torno a ti, notas que las sirenas policiales resuenan en el centro santafesino. pronto estaran aqui... Mercedes dijo que no estaria muy lejos, en el area de museos. Por lo que recuerdas, es casi por esta misma calle, unas 6 o 7 cuadras mas alla. Aprisa, sin detenerte, no debes tardar mucho en llegar...

Atras quedan los valientes sirvientes y sus brutales asesinos. Ahora necesitas cobijo, seguridad. Que ironico que para conseguirla, debas correr a los brazos de otra clase de monstruo... 

Como alma que lleva el diablo corre, a lo lejos, las sirenas que se sienten llegar, pero aun así corre, debe llegar donde Doña Mercedes, si solo hubiera corrido antes, si sólo hubiera... los demás no estarían muertos... estaba desesperada, aquello había superado sus  nervios y la decepción  mermaba su ánimo.

Correr es todo lo que importa. La calle es estrecha, no deja margen para que escapes a ningun lugar... No obstante, pronto se abre a una gran plaza, luego de unas pocas calles. Ves a un lado enormes edificios... y una iglesia, blanca, resplandesciente casi, bastante antigua. Tambien te percatas de que los sonidos de sirenas no solo estan a tu espalda, sino tambien adelante y a tu derecha. No fuiste la unica cuya noche se vio amargada. Todo el ambiente te retrotrae a tu infancia, a miedos antiguos, muy humanos, cuando criaturas que se escondian tras la ley, cometian sus atropellos... Esta noche, otra vez, ellos vuelven a señorearse.

Pasa su lengua por su labio inferior, la policía estaba en todos lados, atrás, adelante, había sido un asalto concertado por todos lados, y ahora, estaba sola en medio de esa plaza, tragó saliva, pensó en los cadáveres que quedaron atrás, debería sacarlos, pero ¿como?no tenía donde transportarlos y esas cosas aún podían estar ahi, un escalofrío recorrió su nuca, aunque por lo menos, el recuerdo de lo que se producia la incertidumbre y el miedo el cuerpo.

Javiera apretó los labios, ¿sería conveniente ir donde Mercedes? No, no era una buena idea, y la sensación de las sirenas y la calles solitarias no dejan de ser un mal recuerdo, siente que la persiguen que debe escapar, siente las balas cruzar el silencio de la noche, como un flashback que la deja unos segundos detenida y sin tomar una decisión...

Camina hacia uno de los edificios, buscando cobijo,  sacando su celular, si es que aún lo tiene, no sabe donde está y si aún funciona, pasa su mano por su frente, limpiando sus cabellos de su frente y marcando a Alfredo... lo odia.

El celular todavia esta en tu bolsillo, milagrosamente o quizas no... Al llamar, tu garganta tiene un regusto amargo. Antes no funciono. ¿Porque ahora si? Pero ... hay tono. Hay tono!. Tras un par de estos, la voz de Alfredo se escucha, tan clara y tranquila como siempre.

-Hola. ¿Javiera, querida? ¿Eres tu?

Se escucha tan apacible, de alguna forma dolorosamente intima como si el estuviera en total calma, un horrible contraste contra lo que acabas de pasar. Es dificil expresar los sentimientos que empiezan a apelotonarse en tu garganta, buscando salir...

Le ha contestado, le ha contestado!, Javiera se molesta demasiado, y su voz se quiebra saliendo un balbuceo al principio, como cuando era niña y tenía miedo, pero debió respirar con fuerza - figurativaente - y calmarse así para no putearlo o llorar como una niña o algo.

- ¿donde has estado? - pregunta al fin  - sí soy yo, ¿donde has estado? me has dejado sola, casi me matan, mataron a todos los hombres que estaban conmigo en el teatro, la policía viene y no sé que chucha hacer, están muertos y tuve que escapar o sería fiambre ahora, ¿dónde has estado?!, ¿dónde?! - su voz se descontrola, siente la ira y el hambre fluyendo por ella - ¿dónde has estado...? - pregunta con la voz apagándose.

-Calma, pequeña...+responde suavemente, adoptando ese conocido aire tan familiar, el del instructor sereno. + Conserva tus sentidos. Estoy en el Puente Colgante. Tienes que buscar la forma de reunirte conmigo. ¿Donde te encuentras tu?

Una vez mas o menos le explicas tus calles (por suerte hay un cartel alli mismo) de inmediato te indica en tono preciso como salir de la zona. En efecto, es por la que todavia no habia venido la policia...

-Sigue por Lopez, hacia la Avenida Alem. A tu izquierda veras las luces del Casino, en el puerto. Alli podras conseguir un remis o taxi, que te traiga hasta aqui. Hablaremos cuando llegues. Te esperare en el cafe Baviera, justo frente al Puente. ¿De acuerdo?

Alfredo la intenta calmar, pero en ese momento le valían sus palabras de calma o cualquier cosa, estaba cansada y aún alterada por lo que había pasado, también por haber dejado a esas personas, no debió dejarla, pero de quedarse, no podría estar llamándolo ahora. Intenta saber donde está cuando Alfredo le pregunta donde está y luego de darle las indicaciones, él el da más indicaciones, caminos, y calles, y café, cómo si pudiera memorizarlo, pero curiosamente pudo hacerlo, seguir las calles, siempre rápido, siempre corriendo, temía que el pelón apareciera y la cortara por la mitad, no pudo evitar pensar en la Dalia Negra, aquel terrible delito en Los Ángeles, y un de sus novelas favoritas.

Llegó donde estaban los taxis, en el camino se sacó el  chaleco antibalas,  y miró su polera manchada con sangre,  se la intentó arreglar, pero no había caso, así que siguió su camino, llegando donde había un solitario taxi, mirar a aquel hombre despertó su hambre, pero se tranquilizó, aunque usó su encanto para poder embobar al hombre y no hiciera preguntas sobre su ropa y como le iba a pagar. Le pidió que la llevara al bendito café donde Alfredo la iba a esperar.

Javiera ya no corría, pero sólo físicamente, porque su mente seguía corriendo, viendo que hacer, que le diría, que pasaría con ella, había huido, había. Javiera pasó su mano por su cabeza, su frente y esperó que aquel taxi la llevara a aquel lugar, ahí se detuvo y  miró al taxista agradeciéndole, aun embobado por su presencia embriagante, y le dijo que esperara para pagarle, buscando la mirada a Alfredo...

Alfredo esta sentado en una de las mesas del exterior, con una botella de agua mineral y unos bocaditos, todo un elegante señor, disfrutando el fresco de la noche santafesina, junto al rio. Cuando te ve llegar, se adelanta, extendiendo al chofer un billete mas que suficiente para comprar el viaje y su gratitud. Luego te toma de la mano, ayudandote a salir, y guiandote a la mesa cual si fueras una dama en una cena formal.

-Tuviste una noche complicada, puedo ver...+comenta, cuando te presta su saco para cubrir tus rotas ropas. Es llamativo, pero no tanto como ir con una remera cortada en tiras. Luego se sienta junto a ti.+ Tendremos que hablar con cuidado. La ciudad, el centro en particular, esta sacudido... Ha habido multiples ataques, casi todos a la vez. ¿Donde te habias refugiado? 

Alfredo pagó el taxi y la codujo a la mesa, Javiera se quedó alejada de él, y cuando quiso tocarla para guiarla a la mesa se zafó de su roce, echándose  para atrás y levantando su brazo, estaba alterada, furibunda, ella hubiera podido controlarse más como humana, incluso en esa situación, pero en su nuevo estado, le era más difícil controlar sus impulsos tan fuertes. Se sentó frente a Alfredo y cruzó sus brazos en la mesa, inclinándose hacia delante para verlo a los ojos.

- necesito sangre - murmuró sin aún emitir comentarios sobre lo que le informaba, de todas formas le pareció lógico,  las sirenas de la policias venían en varias direcciones, cerró los ojos, y levantó las manos sin despegar sus codos de la mesa y se inclinó hacia delante,  tosiendo, no había necesidad, pero su cuerpo aún reaccionaba a sus emociones - ¿dificil? ¿dificil?... el grado es dificil, alegar en la corte es difícil,  esto...¡esto! fue suicida, fue - movió la cabeza de lado a lado e intentó gobernarse y clavar sus ojos que habían perdido el verde para volverse oscuros como la noche - me quedé en el teatro, creí que sería donde más vampiros quedarían, pero no, error de novata  y me quedé con unos cuantos humanos, todo estuvo bien hasta que nos atacaron, por los que vi, era un vampiro y una vampiesa y una de esas cosas que nos atacó en el cementerio, pero con estacas en los brazos, el vampiro casi me taló como un árbol, intenté atacarlo, defenderme, pero no pude, un ataque más y me partía en dos, luego intenté buscar a los humanos, pero me encontré con uno muerto y el otro moribundo, intenté herir a la cosa, pero fallé, estaba herida y el humano terminó muerto, escuché gritos de los demás humanos, todos debieron ser asesinados, y el teatro destruido, todos sus ventanales...-  apoyó su cabeza en sus manos - intenté atacarlos, pero eran mucho más fuertes, mucho, yo... yo... no soy nada para enfrentarme a cualquiera de esas cosas, me has metido en una guerra en la que no tengo posibilidades de sobrevivir por mi cuenta, me has llevado como cordero al matadero, - lo volvió a ver con dureza a los ojos - como humana podría seguir sin saber nada de esto, incluso muerta estaría mejor, pero tú... tú me has condenado a una guerra en donde no tengo armas suficientes para encargarme de nada... soy solo un poco más fuerte que humano, nada más, sólo puedo huir... -  baja la mirada y se pone de pie.

- quiero irme de aquí, - sentencia cabreada por todo.