Partida Rol por web

Habían pasado casi 4 días desde que partiste de la gran torre del Reposo del Dragón, el viaje por tierra y mar había sido lento pero seguro, a fin de cuentas eso era lo que se pretendía para así no llamar la atención. Aunque estuvieses lejos de tu hogar, mantuviste la voluntad férrea para seguir adelante con tu cometido.

En menos de una hora llegarías a la presa de las tres cabezas, allí te reunirías con un pequeño campamento enano, Alexstrasza te informó que tendrías que presentar todos tus servicios al grupo que se encargaba de la zona, allí te darían explicaciones más detalladas, ¿cual sería exactamente tu papel en esa zona?¿estarías a la altura?

El campamento tenía bastante actividad, veías a enanos yendo de un lado para otro, uno de ellos estaba de vigía y se alertó en el momento que te vio llegar a paso lento.

Se trataba de un enano de oscura barba que frunció el ceño al verte.

- ¡Alto ahi! - gritó alzando la mano

- ¿Qué te trae por aquí aventurera?  más te vale que no sean asuntos hostiles porque no está el horno para bollos -

Tras unos dias de viaje sin incidentes, por fin estaba en las tierras de los enanos, lista para cumplir mi mision. La ausencia de la cazadora loca, el orco bruto y el goblin apestoso sin duda habia hecho el trayecto mucho mas soportable, sin tener que oir discusiones estupidas. Aunque por otro lado, se habia hecho un tanto solitario, y ese piel verde de Garroom empezaba a demostrar un minimo de respeto y educacion...

La llegada del enano hace que aquellos pensamientos claramente irracionales se disiparan de mi cabeza. Por supuesto, el primero que me recibio demostro una falta de tacto y modales absoluta, algo que por desgracia esperaba, pero al menos no eran goblins.

Aunque no puedo evitar una mueca de disgusto por la forma en la que se dirige a mi persona, me limito a carraspear para aclararme la voz y responder.- Saludos, maese enano. Soy Alessia Firegazer, futura Gran Magestrix de Lunargenta y al servicio de su excelencia Alexstrasza. Mi señora me envia a ayudar en vuestro pequeño problema con unos dragones del vuelo verde.- Cuando me presento adopto una pose altiva, con la cabeza bien alta y sacando pecho con orgullo, ademas de hablar con un tono fuerte, para dejar claro que no soy ninguna vagabunda del tres al cuarto.

- Así que es por eso ¿eh? - comentó sin tardar demasiado

- Este asunto de los dragones está poniendo nerviosos a los hijos de la montaña, no entendemos realmente qué sucede pero nos han comunicado que tenemos que tener cuidado, de todas formas hay algo que quizás te interese - se acarició la barba y te pidió que le acompañaras

Estuviste andando unos cuantos minutos, descendiendo por varias rampas naturales hasta llegar a una pequeña cueva

- Entra ahí, tu misma sacaras tus propias conclusiones - te dijo mientras te señalaba la cueva desde fuera.

El enano os siguió al interior de la cueva

- Sígueme y comprobarás el motivo por el que estás aquí - comentó sin pensárselo dos veces.

- Aquí tienes un ejemplo de las maravillas de la naturaleza - explicó mientras te mostraba en la galería como estaba todo repleto de huevos, todos ellos medían casi un metro de largo y estaban recubiertos por una capa gelatinosa de color ámbar. Contando a ojo podías calcular que allí habría unos 20 huevos que se aprovechaban de las óptimas condiciones climáticas que acomodaba la cueva.

- No hay ningún rastro de dragones verdes por este territorio, en cambio no sabemos cuanto tiempo pueden llevar aquí exactamente todos estos huevos. ¿Crees que pueden ser un peligro? - comentó.

Es cierto que Lady Alexstrasza esta preocupada por las acciones de otros dragones, pero eso no significa que sea algo generalizado.- Comente mientras descendiamos las rampas, para luego empezar a bajar por una cueva. Despues de la experiencia en el enjambre en Silithus, lo ultimo que me apetecia era meterme bajo tierra en a saber donde, pero el deber me llamaba y simplemente me limite a refunfuñar y poner cara de fastidio cada vez que tenia que agacharme, notaba un olor desagradable o mi nuevo vestido se ensuciaba lo mas minimo, lo cual era cada tres pasos aproximadamente.

Mis mas que justificadas protestas cesaron al ver la galeria plagada de huevos de dragon.- Vaya... son muchos.- comente mientras me acercaba al mas proximo, para examinarlo sin procurar tocarlo.- Y dice que no suelen habitar dragones del vuelo verde en estas tierras? Pues una de dos, o llevan una buena temporada aqui enterrados, o alguien los trajo por algun motivo. Quizas un druida molesto por alguna accion de vuestra gente?.- Pregunte mirando de forma inquisitiva al enano, sabia que su aficion por la ingieneria no siempre casaba con el cuidado de la naturaleza. Y los druidas eran una gente muy quisquillosa.

El enano se encogió de hombros ante la sugerencia de Alessia.

Con calma se podía detectar que no había ningún ápice de maldad o corrupción en ellos. Eran un claro gesto del milagro de la naturaleza y de lo impresionante que era la raza dracónica... ¿o no? A veces sentías percibías que estabas siendo observada, te sentías bastante incómoda.

El enano no tardó en hablar

- Estamos un poco nerviosos, realmente el hecho de que hayas llegado nos tranquiliza porque no sabemos como actuar exactamente. Nos dieron indicaciones de mantener vigilados estos huevos y protegerlos de cualquier daño, ¿puedes explicarme qué ocurre exactamente? comprended mi situación, yo solo obedezco órdenes pero esto es demasiado confuso para el resto de mis hermanos y para mi... -

Se hizo un pequeño silencio y el enano se mesó la barba.

- Las ordenes vienen directamente desde Forjaz - estornudó de manera ruidosa.

- Además no tenemos ningún tipo de contacto con la dragona que puso estos huevos, no sabemos si está muerta o ha emigrado a otro rincón de este continente... en cuanto a la galería no hay más que esto que ves aquí, miedo me daría descubrir que existe algún tipo de acceso subterráneo con más hu... - de repente se escucharon unos gritos que venían del exterior. Parecían gritos de alerta, aunque no sonaban del todo claro.

- ¿Qué sucede? - dijo el enano mientras se apresuraba a salir de la cueva

- ¿Qué ¿Qué??? - exclamó mientras te miraba

- Deprisa, sal de la cueva, esto es grave - dijo mientras sacaba el hacha que tenía guardada en su espalda

- ¡Los hierro negro atacan el campamento!¡hay que proteger los huevos a toda costa! -

Tras observar con interes los huevos, en busca de alguna pista de como habian llegado alli, llegue a la conclusion de que no tenia ni idea. Los huevos parecian normales y corrientes, lo cual no me decia nada aparte de que eran de dragon verde. Lo que si podia notar era una presencia, como si no estuvieramos el enano y yo solos. El responsable de los huevos? alguna alimaña? podia un dragon esconderse en un sitio tan estrecho? Casi mejor no queria saberlo.

Viendo la impaciencia del enano, me giro a el y empiezo a explicarle con tono didactico, como solian hacer mi maestro.- Señor, entiendo que usted y los suyos estan impacientes por saber que esta sucediendo exactamente, y eso hare con mucho gusto, cuando termine de estudiar esta cueva y su contenido. Cosa que no podre hacer si me interrumpe cada dos por tres, por cierto. Por cierto, ha entrado alguien mas aparte de sus compatriotas?

Entonces otros enanos empezaron a vociferar, como hacian todos por supuesto, aquellos brutos peludos parecia incapaces de hablar de cualquier forma que no fuera a gritos. Sin embargo, cuando mi guia sale de la cueva, rapidamente deja claro que no es ninguna trivialidad.

Un ataque? de enanos negros? pues han elegido un mal dia para venir a molestar. Van a probar un poco de mis famosos y altamente destructivos hechizos igneos.- Dice con mucha confianza, pues no tenia ninguna duda de que en un ratito los atacantes serian en su gran mayoria cenizas. Sin embargo una idea surgio, por lo que añado.- Seria interesante capturar a alguno vivo. Al menos lo suficiente para responder a preguntas un rato. 

Cuando saliste de la cueva comprobaste que los Hierro Negro habían llegado, eran aproximadamente una docena y no sabías si aún tenían que llegar más. De repente un hacha se clavó en la dura roca de la cueva, había sido lanzada por un enano enemigo que con gran fuerza hizo ese ataque y casi impacta contra tu acompañante barbudo.

- Arggg, cada uno vivía en su territorio sin dar problemas, tras la guerra contra los no-muertos se consiguió un ambiente de neutralidad pero... pero esto es en toda regla una violación del acuerdo de no agresión - con un grito exasperado cogió el hacha clavada en la roca y la usó para devolvérsela con igual o más fuerza a su portador, el cual la recibió violentamente en su frente.

- ¡Elfa! vigila la cueva para que nadie toque los huevos, yo iré a reforzar la entrada - después, en pleno frenesí comenzó a correr

- ¡¡Por Khaz Modan!!! - gritó

No pude evitar dar un pequeño grito de sorpresa cuando un hacha cruzo entre el enano y yo, parecia que aquellos enanos Hierro negro o como se llamaran iban muy en serio. Aunque inmediatamente me dispuse a empezar a lanzar bolas de fuego con una sonrisa perversa, el enano guia me pidio que guardara la cueva, lo cual era bastante razonable. No sabiamos  aun si la madre de esos huevos era hostil o no, pero sin duda se cabrearia mucho si aquellos enanos malhablados, sucios y peludos (curiosamente iguales que mis "aliados", excepto por la piel, observe) les hacian algo.

Vaya con sus compañeros, yo guardare esta cueva con todo mi poder.- Le prometo al enano mientras retrocedo hacia el interior de nuevo. Inmediatamente busque algun escondrijo desde el que poder vigilar quien venia a la entrada, y de paso cubrirme de algun hachazo como el que habia errado hace escasos segundos, daba por hecho que una de esas brutales armas no podia ser bueno para mi cutis, y ya no digamos para mi salud. La mera idea de una cicatriz estropeando mi hermoso rostro me puso aun mas furiosa, alli iba a arder mas de un enano...

En cuestión de segundos una increíble batalla había comenzado en el campamento. El chocar de las armas provocaba un estruendo caótico que a cualquiera que le gustase la batalla llegaría a excitarle.

La docena de enanos invasores comenzó a luchar con aquellos que estaban defendiendo el lugar, por fortuna la zona de la cueva estaba tranquila, o al menos eso era lo que tu creías porque tan rápido como un rayo, un enano hierro negro se abalanzó hacia tu posición, habían creado túneles en el suelo y quien sabe cuanto tiempo llevarían esperando para hacer el ataque por sorpresa. Sabías que debías proteger el lugar, pero aquel ataque fue tan relampagueante que te cogió desprevenida..

Fuiste el primero obstáculo que se encontró el hierro negro, el cual no dudó en atacarte para librarse de ti.

El ruido de combate empieza a resonar en el exterior de la cueva, lo cual quiere decir que los enanos estan combatiendo a sus hermanos de piel negra. Aquel sonido me era familiar, pues habia acompañado alguna vez a las tropas de Lunargenta a limpiar reductos de trolls o malditos en los bosques alrededor de la ciudad, pero esta sonaba bastante mas cruenta, se notaba el odio. Por suerte, aunque los enanos de Forjaz no eran tan finos y educados como mi gente, si que sabian dar pelea, y comprobe aliviada que ningun atacante lograba superarlos... al menos hasta que aparecio uno por un tunel.

Malditos enanos, y su mania de cavar como sucios topos!- Murmuro al ver aparecer uno de aquellos enanos negros, con cara de pocos amigos. Daba por echo que la diplomacia no era una opcion, y quizas hasta me parecia mejor asi. Llevaba dias sin quemar nada. Con una sonrisa triunfal, alce las manos para invocar una de mis tradicionales bolas de fuego bien brillantes y ardientes.- Has salido del agujero equivocado, sucio enano. Felo'melorn!!!

El enano cayó al suelo envuelto en llamas, gimiendo en dolor. No sabías si aquello era tan solo la punta del iceberg frente a una invasión más importante pero estaba claro que aquellos huevos estaban cobrando más importancia de lo que parecía inicialmente.

Parecía que ahora tenías unos segundos de respiro mientras se esperaba a ver como reaccionaba la batalla.

Contemple satisfecha como el enano empezaba a arder como una tea. El olor que empezaba a emitir mientras se achicharraba era nauseabundo, pero no era mucho peor que el de un troll ardiendo, y la satisfaccion de ver sucumbir a un idiota a mi increible poder lo compensaba.

Tapandome la nariz con un pañuelo, me acerque a examinar el tunel con cuidado. No se podia descartar que detras de enano en proceso de cocerse viniesen mas, pero seria capaz de derruirlo con alguno de mis hechizos? Una piroexplosion siempre es destructiva, seguro que el tunel cederia con uno bien colocado...

Te percatas de que algo se acerca, y no es del mismo lugar que lo hizo el otro enano ¿es una persona quizás? notas que proviene del subsuelo pero no ves nada desde tu posición.

.

..

...

Tal y como habías intuido, la tierra comenzó a temblar por unos instantes, después tan solo se escuchó el estallar de piedras bajo tus pies y un rugido de odio.

- YIAAAAAARGGGH - del grisáceo suelo surgió un enano hierro negro portando una armadura color carbón y una ominosa espada de una mano. Mostraba un aspecto fiero, incluso intimidatorio. De un salto se colocó a tu mismo nivel, la amenaza de los hierro negro era una realidad, puesto que eran capaces de viajar bajo tierra.

- Puedo oler a leguas a los huevos de dragón, y para colmo tenemos una patética guardiana - dijo mientras se frotaba la nariz con el brazo.

- Hoy va a ser un gran día - después de aquello hizo que su espada chocase contra la armadura en modo de amenaza.

en cuanto vi al nuevo enano, supe que ese tipo era alguien importante, se notaba el la forma de hablar y de moverse, era evidente que era mas experimentado y seguro de si mismo que el primer atacante, ahora convertido en un puñado de cenizas. Pero lejos de sentirme intimidada, el exito de mi primer ataque me hacia sentir mas poderosa que nunca.

Dando un paso hacia atras, le dedico al enano una sonrisa confiada y digo.- Veamos como de bien ardes. Seguro que mis hechizos de fuego haran que hasta esa estupida armadura se funda sobre ti mismo! Ja!- Y le lanzo una potente llamarada magica.

Una carcajada triunfante sale de mis labios cuando una poderosa llamarada sale disparada de mis manos, alcanzando de pleno al enano. Aquel idiota no tenia ninguna posibilidad contra mi, y lo iba a pagar convirtiendose en una bonita pila de cenizas y metal fundido.

Sin embargo la euforia se torna en incredulidad cuando veo como, a pesar de estar ardiendo como una antorcha, el enano no se detiene en su carga contra mi.- No es posible. Muerete de una vez idiota!- le grito mientras retrocedo, pero es demasiado tarde. El dolor del acero incandescente cortando mi torso en un brutal tajo es tal que casi casi me desmayo. El maldito enano cae de rodillas tras su golpe, desmoronandose, pero el daño esta ya hecho.

Caigo de espaldas, aun con cara del estupefaccion, mientras noto como el calor del corte cambia rapidamente por un frio que se apodera de mi cuerpo.- N-no puede ser... asi no- Murmuro antes de toser sangre.- Y-yo... iba a-a ser... 

De pronto solo hubo oscuridad.

Oscuridad amarga tras haber sido derrotada en un combate que le costó la vida a más de un enano y que sirvió para proteger a unos extraños huevos de dragón.

El dolor pasó de ser incesante a ser algo casi efímero.

.

..

...

De repente notaste como algo te hablaba, era una voz susurrante ¿había muerto realmente?

Despierta...

Despierta mortal...

No hagas que me arrepienta...